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martes, 6 de agosto de 2024

Bosquecillo de bonsáis

El jaicu o jaicú, / ese bonsái japonés, / una nimiedad. 
 
Un ménage à trois:/ tres versos de arte menor: / trío y trinidad.
 
Oro, plata o bronce. / ¿Para qué tanta medalla / y tanto deporte?
 
 Se hunde la ilusión / de España sin galardón: / ¡Cuánta frustración!
 
Nunca hay bancarrota. / Suben tipos de interés / y gana la Banca.
 
 Se hace ya viral, / asesina, la calor: / ¡Infernal, mortal! 
 
Olas de calor / matador, canicular, / vulturno estival. 
 
No hay furcia que no / crea de buen corazón / en el puto amor. 
 
Por tu propio bien, / para que aprendas mejor / un par de hostias van.
 
 El rey y el peón / acabada la partida / vuelven al cajón. 
 
Los que mandan son / los más mandados, en voz / pasiva a su vez. 
 
En sala de espera, / esperando el porvenir / que no se presenta.
 
 Ni una primera / ni una segunda opinión: / ninguna mejor. 
 
Es realidad / lo que sale en internet: / y no hay más que hablar. 
 
Si entre el mal menor / y el mayor hay que elegir, / mala es la elección. 
 
La gripe aviar va, / actualizada otra vez, / ya a sobrevolar. 
 
La realidad / no es verdad, sino ficción: / un reality show
 
No se sabe quién / va a ganar las elecciones: / sí quién va a perder: 
 
En conclusión, qué es / lo peor que puede haber: / una conclusión.
 
Las ideas sirven, / y las ideologías, / para no pensar. 
 
Mátate a vivir / labrándote un porvenir /en que sucumbir. 
 
Pensar es decir / que no puede ser lo que es, / la realidad. 
 
  
Declaración de un mercenario excombatiente en Ucrania, en busca y captura: 
“Vine a combatir, / voluntario, y a matar, / pero no a morir”.
 
Votes lo que votes, / al sistema le da igual, / pero necesita / para poder funcionar / el sufragio universal. 
 
¡Viva el botellón, / báquica celebración / de la juventud / que bebe para olvidar / lo mucho que hay que olvidar! (Otros dos finales alternativos: ...que bebe para olvidar / del mundo la falsedad! / ...que bebe para olvidar, / falsa, la realidad!) 

viernes, 12 de agosto de 2022

Jaicus de verano

 Ay, qué escalofrío: / la hoja seca que cayó / se la lleva el río.

Vete preparando, / va a ser muy crudo el invierno / que están fabricando.

Vuelve el hombre a ser / -¡viruelas a la vejez!- / mono y chimpancé.

Ya me lo figuro. / Hay  que salvar el planeta / y el puto futuro.



Llovizna de estrellas, / lágrimas de San Lorenzo / fugaces y bellas. 

 Voluntad de Dios. / El Señor lo quiso así; / Dios, ni tú ni yo.

El espejo, en él / otro que no yo me ve: / no me veo yo.

Luna taciturna, / llena de sensualidad, / velada y nocturna.

Diana (La luna) y Endimión, Pier Francesco Mola (1660)
 
 Te quería tanto, / tanto que tenía yo / ya que eyacularlo.

¿Quién la convirtió / la Laguna Azul en un / Centro Comercial?

Muerta de tristeza / trocada en parque temático / la naturaleza.

Fluye grande el Ebro, / escribió Catón el Viejo, / bello y pisculento.

La verdad a secas: / tiene muchísima sed, /  reseca, la tierra.

Veo un ave surcar / el firmamento y sin alas / me echo yo a volar.

Como Sebastián, / santo y mártir, héme aquí / traspasado yo.

Moras del zarzal, / verdes, rojas, negras ya, / dulces otra vez.


 Vuelve a palpitar, / recordando el corazón / un verano más.

Rico soy al fin / sin ninguna posesión / que me tenga a mí.

Aplíquese usted / restricciones por doquier. / Y solidarícese.

Crisis otoñal: / Vuelta al cole, a comenzar / una y otra vez.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Tancas a la japonesa

La tanca (o tanka, si se prefiere escribir así)  es un poema estrófico japonés compuesto de cinco versecillos de 5,  7,  5,  7 y 7 sílabas en ese orden, del que se desprendieron los tres primeros para dar origen al jaicu o jaicú, sin que por ello dejaran de seguir cultivándose ellas, confiriéndole al jaicu una cierta conclusión o cierre definitorio. Tanto los pentasílabos como los heptasílabos son agudos, lo que no quiere decir que sean especialmente ingeniosos, sino que en su última sílaba recae siempre el acento. En la métrica castellana, el pentasílabo y el heptasílabo oxítonos cuentan como hexasílabo y octosílabo respectivamente, pero no dejan de ser por eso versos de  cinco y de siete sílabas. 
 
Un ejemplo:

Si llego a saber / que llamaba la vejez, / no le abro el portal; / si por mí pregunta, di: / "No conozco a ese señor". 
 
Versión libre de una tanca japonesa anónima, que he conocido en traducción inglesa de Geoffrey Bownans y Anthony Thwaite, tomada de su libro The Penguin Book of Japanese Verse (Londres: Penguin Books, 2009), y que así dice en inglés: If I had known / That old age would call, / I'd have shut my gate, / Replied "Not at home!" / And refused to meet him.

 

He aquí algunas de cosecha propia, donde se respeta la pausa intermedia entre las dos unidades rítmicas: el jaicu inicial 5-7-5, y los dos heptasílabos añadidos como coda:

Érase una vez, / una vez que nunca fue, / que era y ya pasó. / Empezaba el cuento así / y jamás llegaba al fin.

Íbamos los tres, / cuando anochecía ya: / tú, la luna y yo; / junto a la orilla del mar, / olas que vienen y van.

Sorbo, triste, el té / en el Centro Comercial / que es el mundo ya; / aguachirle en infusión / sin aroma ni sabor.

No sé qué iba a hacer / yo sin mí; podría ser / tal que así feliz. / Si ella está, no quepo yo, /  ni ella cabe estando yo.

Vuelven a tañer / las chicharras su canción / una y otra vez; / el verano vuelve a ser / lo que nunca ya será.

Bajo el encinar/ no corría el aire, y yo/ descubrí el amor;/ perdí la virginidad/ y es eso lo que gané.  

Confinado estoy / dentro de mi propio ser, / mi agridulce hogar; / no te vaya yo a infectar, / contagioso dizque soy.

¿Soy feliz? No sé. / Creo que lo fui una vez / y que la olvidé; / no me deja, sin querer, / su recuerdo vivo en paz.