miércoles, 10 de septiembre de 2025

Regio

-¿Qué quiere decir "regio"?

-"Regio" quiere decir  propio de un rey o de la realeza y digno de ocupar el trono de un rey.

-Y ¿qué iba a hacer el monarca de las Españas, por ejemplo, si todos los españoles nos volvemos regios de la noche a la mañana y aspiramos a ocupar su trono? 

-Pues don Felipe VI, hijo de don Juan Carlos I, rey de las Españas por la gracia de Franco, quien, como dejó dicho a la posteridad, lo dejó todo "atado y bien atado", que abdique y levante sus posaderas del regio trono.  Que se jubile, como su padre el emérito, para que todos y cada uno de nosotros, los legítimos herederos, podamos asentar nuestras posaderas tan reales como las suyas sobre el trono que usurpa su trasero.

-Cada español debería ser un rey y cada española una reina. Y no debería haber una sola corona como ahora, sino muchos miles y millones de ellas, tantas como reyes y reinas, príncipes y principesas de la república popular y desmandada de las Españas diciendo a voz en grito: ¡No a la monarquía constitucional! 

 Música barroca regia, Sinfonía a 4 de G. A. Brescianello. 

-Me gustaría hacerme eco aquí de unos versos de carácter popular transmitidos por un poeta tan sensible a la voz de la gente como fue Federico García Lorca.  Se trata de una cuarteta con rima asonantada en los versos pares, llamada “tirana”, de transmisión oral. Esta copla expresa mejor que nadie, es decir, mejor que la voz de ningún individuo personal, el sentir popular, lo que por ser del común “non es de ningún”, la voz del pueblo. Así reza la copla: Si tu madre quiere un rey, la baraja tiene cuatro: rey de oros, rey de copas, rey de espadas, rey de bastos.

-Es una copla regia.

-Sí, expresa muy bien lo que quiere el pueblo, que no sabe lo que quiere, pero sí lo que no quiere. El pueblo no quiere más reyes que los cuatro de la baraja, rechazando así cualquier imposición monárquica que constriña su soberanía, rebelándose contra el gobierno de uno solo, sea el rey, sea el presidente de la república, sea el alcalde o el representante democrático de la voluntad popular de turno; en suma, contra cualquier pretensión autoritaria, y rechaza, por lo tanto, el gobierno de un individuo sobre sí mismo y sobre los demás, que eso es lo que significa la voz griega “monarquía”, porque los individuos, como muy bien sabe todo el mundo, no existen, son, como el átomo, una invención o falsificación científica necesaria de la religión de la Ciencia para justificar la realidad y la existencia de las masas, que esas sí que existen y mucho.

martes, 9 de septiembre de 2025

Casida por la pérdida de Sevilla

    Debemos a don Juan Valera (1824-1905), el autor de Pepita Jiménez, algunas notables traducciones de lord Byron y del alemán Goethe, así como la deliciosa novela griega de Longo “Dafnis y Cloe”, lo que demuestra su conocimiento de las lenguas inglesa, alemana y griega clásica, así como de la latina, de la que nos tradujo los versos del Peruigilium Veneris: Cras amet qui numquam amauit / quique amauit, cras amet... Ame mañana el amador; mañana / ame quien nunca amores ha tenido...

    Voy a centrarme, sin embargo, en la traducción en verso castellano que hizo del poeta andalusí Abu al Baqa Salah al Rondi, más conocido entre nosotros como Abulbeca de Ronda, que escribió en árabe una casida con motivo de la caída de las ciudades de Córdoba y Sevilla en poder del ejército invasor del rey Fernando III de Castilla en 1248, en la que lamentaba la pérdida de Al-Ándalus. 


    La elegía del poeta rondeño fue vertida al castellano por Valera utilizando la copla castellana de pie quebrado que combina dos octosílabos y un tetrasílabo, con rimas 8a8b4c 8a8b4c, cuya lectura nos estremece por la reminiscencia elegíaca manriqueña a la muerte de su padre y su lamento por la brevedad y fugacidad que es caducidad de la vida y la renovación de la eterna pregunta: ubi sunt? He aquí un fragmento en versión original árabe:
لـكل شـيءٍ إذا مـا تـم نقصانُ فـلا يُـغرُّ بـطيب العيش إنسانُ
هـي الأمـورُ كـما شاهدتها دُولٌ مَـن سَـرَّهُ زَمـنٌ ساءَتهُ أزمانُ 


Saqqaf le entrega las llaves de Sevilla a Fernando III (Francisco Pacheco, s. XVII).


"Cuanto sube hasta la cima / desciende pronto abatido / al profundo. / ¡Ay de aquél que en algo estima / el bien caduco y mentido / de este mundo! / En todo terreno ser / sólo permanece y dura /el mudar. / Lo que hoy es dicha o placer / será mañana amargura / y pesar...." 

Es una traducción magistral porque no sólo reproduce el contenido de la elegía de Abulbeca de Ronda en castellano, sino que le infunde música, ritmo y rima, que son esenciales a la poesía, ofreciéndonos algo que no podría lograr nunca un engendro de traductor automático como el de Gúguel con Inteligencia Artificial, si es posible que haya inteligencia de esa índole, porque el lenguaje humano, sobre todo el literario y poético, no es sólo contenido, sino básicamente música, y los traductores automáticos no pueden trasladar un texto poético porque carecen de la sensibilidad necesaria y del arte combinatoria como para hacerlo en verso. Y que conste que don Juan Valera no tenía ni idea de la lengua arábiga, se basó en la traducción directa que hizo del árabe al alemán Adolf Friedrich von Schack, trasladando la versión alemana al castellano, pero poco importa. 

lunes, 8 de septiembre de 2025

Ciudadanos del mundo

Existen de once a quince millones de personas en el mundo que no son reconocidas por ningún país como ciudadanos: son apátridas. Pero también existen, o mejor aún, hay millones de ciudadanos que no reconocen su ciudadanía, que no consideran a ningún país realmente existente como su (tierra) patria, que, como se ve enseguida, no es más que un adjetivo sustantivado, porque no son nacionalistas, o si lo son de algún modo, su nacionalismo es de una intensidad tan ínfima que no tienen ni himno ni bandera ni nación ni gobierno que los gobierne y que reconozcan como legítimo representante. Sí tienen una lengua, pero no se pueden equiparar nación y lengua, aunque los nacionalistas se apoyen en la existencia de una lengua propia para justificar su nacionalidad y su nación.  Las lenguas no son propiedad de nadie: hay naciones que tienen más de una lengua, y hay lenguas que no tienen ninguna nacionalidad.
 
Los apátridas son como Diógenes el Cínico, o sea el Perro, quien cuándo fue preguntado por su nacionalidad pues había sido condenado al exilio, él, que condenó a sus jueces a quedarse, respondió creando una palabra nueva en griego antiguo, que era su lengua, que hemos heredado y que ha sido devaluada considerablemente: “cosmopolita”, o sea, ciudadano del mundo, es decir, ciudadano de ningún país realmente existente, que eso y no otra cosa quería decir el término en su origen.
 
 
  
Cicerón en sus Conversaciones en Túsculo le atribuye sin mucho fundamento una respuesta similar a Sócrates:  Sócrates ciertamente al pedírsele que dijera de qué ciudad era contestó "mundial"; pues se consideraba habitante y ciudadano del mundo entero. "Mundanus" es la versión latina de cosmopolita, origen de nuestro adjetivo mundano que la docta Academia define en primer lugar como "perteneciente o relativo al mundo (sociedad humana)", pero en segundo término dicho de una persona tiene la acepción de  "inclinada a los placeres y frivolidades de la vida social" y referido en concreto a una mujer es sinónimo de prostituta.
 
La apatridia en los países europeos con altas tasas de inmigración es habitual en el caso de los inmigrantes ilegales que se niegan a revelar de qué país provienen cuando se lo preguntan en los interrogatorios policiales para ficharlos. Así, al no saber cuál es su procedencia, las autoridades locales no pueden establecer a dónde deben deportarlos o expatriarlos. Estos inmigrantes ingresan en el circuito de la ilegalidad. 
 

Extranjeros, todos somos extranjeros. O lo que es lo mismo: ninguno de nosotros debe serlo en ningún lugar de este mundo. Porque los problemas no los crean los extranjeros, sino la existencia de las fronteras y los países. En un mundo donde, teóricamente, las fronteras tienden a desaparecer, una persona sin una nacionalidad es, paradójicamente, un ente sin derechos. Los apátridas son un colectivo invisible, y no son un problema en tanto que no son considerados como tal en el imaginario social, lo que es lo mismo que decir directamente que no existen. 
 
No existirán, admitámoslo, aunque, como en el caso de las meigas, haberlas haylas. Y hay muchos más que sin ser apátridas renunciamos gustosos a la nacionalidad que nos ha caído encima porque nuestro patriotismo consiste en odiar todas y cada una de las patrias. 
 
 Pasaporte Apátrida, Emmanuel Gimeno (2019)
 
 Papeles para todos. O lo que es lo mismo: papeles para nadie: que no haya papeles ni fronteras, ni Estados ni Cristo que los fundó, que es lo peor que hay. Estamos contra las patrias, las grandes y las chicas. Pero si hay que elegir nos quedamos con las chicas, las que son tan chicas que ni siquiera existen ni salen en los mapas; o con las grandes, tan grandes que no caben en el mundo porque se extienden más allá de este ridículo planeta donde nos empeñamos en decir que hay vida y, en el colmo de los colmos, que hay inteligencia, que ha de ser a la fuerza artificial, porque la natural brilla por su ausencia.

domingo, 7 de septiembre de 2025

Videovigilancia chinesca

    China es la envidia de todos los Estados, el Estado perfecto que todo lo ve: posee la mayor red de videovigilancia del mundo y la más sofisticada. Caminas por una calle en una ciudad china y una, dos, tres cámaras de vigilancia en apenas unos pasos ya te han retratado e inmortalizado. Minutos después la policía podrá saber prácticamente todo de ti. 
 
    Actualmente hay setecientos millones de cámaras de circuito cerrado desplegadas por todo el Imperio Celestial para vigilar a sus mil cuatrocientos millones de habitantes, a razón de una cámara para cada dos chinos. Muchas de esas cámaras están equipadas con inteligencia artificial. Algunas pueden reconocer rostros, otras pueden descifrar la edad, la etnia y el sexo de las personas. Pueden reconocer a una persona hasta por su forma de andar. Equipadas como están en su mayoría con reconocimiento facial pueden identificar a cualquier súbdito, incluso si lleva mascarilla. Eso implica que las autoridades pueden emparejar la imagen que toman de un transeúnte con la foto del documento de identidad y acceder a toda su información, así como a rastrear sus movimientos. 
 
 
 Cámaras chinas vigilantes
 
    Cuando el sistema reconoce un rostro marcado como sospechoso, se envía una alerta a una sala de control e, inmediatamente después, a la policía del Imperio. Según las autoridades chinas, este impresionante sistema de videovigilancia sirve no solo para perseguir el crimen que se ha cometido, sino también para predecirlo y evitarlo. Las autoridades, para tranquilizar a la población ante el inusitado despliegue de cámaras videovigilantes, dicen que los ciudadanos que no tienen nada que esconder o que no han hecho nada malo, "no tienen nada de qué preocuparse". Solo se usa la ingente información disponible cuando es necesaria, permaneciendo siempre en la enorme base de datos, pero lo cierto es que las cámaras son ojos invisibles que siempre te siguen, violando tu intimidad, sin importar lo que hagas.
 
    El sistema masivo de recopilación de datos de la policía china es una flagrante violación de la privacidad que apunta a seguir y predecir las actividades de los disidentes. Lo que es una realidad es que la red de videovigilancia crece como la mala hierba en China. Estas cámaras no sirven solo como vigilancia post-crimen, sino que todas están conectadas a un mismo sistema, llamado Skynet, sí, como en la película de ficción científica Terminator (1984) hecha realidad, cuyo objetivo es tener una vigilancia total en tiempo real. El Gobierno del Imperio Celeste utiliza Skynet para registrar todas las interacciones de sus súbditos otorgando a cada uno un carné con puntuación por su buen comportamiento, que será determinante a la hora de acceder a determinadas prestaciones.
 
Reconocimiento facial, viñeta de Riki Blanco (2025)
 
    La inteligencia artificial policial analiza la conducta de las personas: si alguien se queda mucho tiempo parado en la calle, si entra en una zona sensible, si se cruza con alguien vigilado se genera enseguida una alerta automática. En China uno se sabe y se siente  constantemente controlado, aunque, por otra parte, se ve mucha menos policía callejera que en otros países, pero no nos engañemos: la policía no son solo los agentes uniformados de carne y hueso, sino este sistema orgüeliano que está concentrado en una centralita que todo lo controla, o eso pretende por lo menos. 
 
    Lo que sucede en China parece una premonición de lo que puede llegar a Europa si no está llegando o ha llegado ya y todavía no nos hemos enterado. Esta vigilancia indiscriminada les parece a algunos impensable en el viejo continente donde tenemos, dicen los más ingenuos, una carta de derechos fundamentales y una legislación que ampara mucho al individuo y protege lass supuestas libertades personales. Londres, entre nosotros, por ejemplo, es la capital de la videovigilancia masiva. Es la pesadilla orgüeliana del Gran Hermano, el Estado es el ojo panóptico de Dios. 
Escaneo facial con número asociado.  

sábado, 6 de septiembre de 2025

Fulgurante ascensión al trono y descenso a los infiernos del probo emperador Probo

Hombre ilustre por su gloria militar (uir inlustris gloria militari, a decir de Eutropio en su Breviario de la historia de Roma, libro IX, 17), Marco Aurelio Probo accedió como emperador al gobierno del Estado (ad aministrationem rei publicae accessit) proclamado clamorosamente por sus tropas en el año 276 hasta su asesinato pocos años después en 282 a manos de sus propios soldados. Eutropio nos da de él una información aparentemente contradictoria: Este, después de haber llevado a cabo innumerables guerras, dijo una vez lograda la paz que en poco tiempo los soldados no serían necesarios (hic cum bella innumera gessisset, pace parata dixit breui milites necessarios non futuros).

Si consultamos la Historia Augusta para recabar algún dato más, hallamos un auténtico panegírico: el amor de los soldados hacia este probo emperador fue siempre enorme (amor militum erga Probum ingens semper fuit). Leemos también que, como confesó en una carta a Capitón,  prefecto o comandante de la Guardia Pretoriana, nunca deseó el imperio,  y que lo aceptó muy a su pesar (imperium numquam optaui et inuitus accepi), y, acto seguido, que no puede, sin embargo, desembarazarse de una carga tan onerosa y aborrecida: deponere mihi rem inuidiosissimam non licet.

 
Cuando estaba preparando la campaña contra los persas, lo mataron a traición sus propios fieles en la Iliria, antigua Yugoslavia (a militibus suis per insidias interemptus est). Sobre las causas de su asesinato nos dice el autor de la Historia Augusta que nunca soportó ver a un soldado ocioso y que solía decirles que tenían que ganarse su sustento haciendo siempre algo, por lo que en tiempos de paz, y para evitar revueltas, empleaba al ejército en trabajos útiles a la comunidad, como plantar viñedos o realizar obras públicas, lo que le granjeó bastante animadversión entre la clase de tropa.  Asimismo parece que a la soldadesca no le gustó nada su sentencia de que si hacía a la república -así se llamaba todavía al Imperio para disimular su esencia-  tan feliz como esperaba,  muy pronto no serían de ninguna utilidad ni necesarios los soldados (breui milites necessarios non futuros).

Se pregunta el biógrafo de Probo por el sentido de estas palabras en el ánimo del emperador que había sometido a las naciones bárbaras y que había hecho a los romanos señores de todo el mundo entonces conocido: ya no habrá ejército romano (Romanus iam miles erit nullus). Y añade: El mundo entero no fabricará armas (orbis terrarum non arma fabricabitur), no suministrará provisión de víveres a las tropas (non annonam praebebit), porque ya no habrá tropas a las que mantener; los bueyes, reservados para la agricultura, solo acarrearán la reja del arado para la labranza (boues habebuntur aratro),  y la imagen más bella de todas, el caballo nacerá para la paz (equus nascetur ad pacem) y no para ser montura de un soldado, por lo que no conocerá los combates, desapareciendo la orden de caballería de la faz de la tierra, no habrá ninguna guerra más (nulla erunt bella), no habrá tampoco prisioneros ni cautiverio (nulla captiuitas), lo que supondría no sólo la desaparición de todas las mazmorras, sino también de la propia esclavitud, ya que los esclavos eran en origen prisioneros de guerra adquiridos sub hasta; por todas partes reinará la paz (ubique pax), y por todas partes la ley de Roma y su justicia.

 
Probo es asesinado por sus propias tropas: amores que matan.

Se pregunta el biógrafo del emperador (con un periodo hipotético irreal de pasado): ¿Qué felicidad no hubiese resplandecido, si bajo aquel príncipe no hubiera habido soldados? (quae deinde felicitas emicuisset, si sub illo principe milites non fuissent?) Y la respuesta no podía ser otra que la felicidad de la Edad o Siglo de Oro  (aureum profecto saeculum promittebat), tal como la habían cantado los poetas, como por ejemplo Ovidio.

Ya no se verían más campamentos militares ni cuarteles, no se escucharía el clarín, esa trompeta que llama a todas las batallas,  en ningún lugar del mundo ni en ningún momento, ni se fabricarían armas (nulla futura erant castra, nusquam lituus audiendus, arma non erant fabricanda). Ese pueblo de combatientes, hijos del sangriento dios Marte, que ahora perturbaba la República con guerras civiles, cultivaría la tierra, se dedicaría a sus aficiones, se consagraría a las artes, navegaría. Y añade en fin que nadie perecería en combate (populus iste militantium, qui nunc bellis ciuilibus rem publicam uexat, araret, studiis incumberet, erudiretur artibus, nauigaret. adde quod nullus occideretur in bello).

En este punto, el biógrafo interpela a los dioses: ¿Tanto, oh dioses del cielo, os ofendió la República romana que le arrebatasteis a tal príncipe? di boni, quid tantum uos offendit Romana res publica, cui talem principem sustulistis?

Los mismos soldados que le habían profesado tanto amor -¡hay amores que matan!-, descontentos con las exigencias del emperador y con sus proclamas sobre la no necesidad de los ejércitos, lo asesinaron y, arrepentidos, grabaron después esta inscripción en una lápida de mármol: Aquí yace el emperador Probo, verdaderamente digno de su nombre (dado que probo es sinónimo de bueno, como ímprobo lo es de malo), vencedor de todas las naciones bárbaras y vencedor también de los tiranos. HIC PROBVS IMPERATOR ET VERE PROBVS SITVS EST, VICTOR OMNIVM GENTIVM BARBARARVM, VICTOR ETIAM TYRANNORVM.


viernes, 5 de septiembre de 2025

Zona de Bajas Emisiones (IV)

La nueva jubilación 'reversible' premia que los eméritos vuelvan a trabajar a jornada parcial cobrando entre un diez y un veinte por ciento más de prestación.
 
Los automóviles atropellan –lo primero de todo al peatón que llevan al volante convirtiéndolo en su chófer, y lo segundo a todos los demás que puedan arrollar.
 
 Orgasmos con la bendición del preservativo papal. -Su Santidad lo llama preservativo y profiláctico, que es más culto que decir condón, mucho más barriobajero.
 
Si vienes a exterminarnos, le dice un niño a un marciano extraterrestre con aviesas intenciones, no hace falta: ya tenemos la Organización Mundial de la Salud.
 
 

 El eufemismo “centro de menores” es en verdad el antiguo reformatorio que reeduca y sacrifica al niño para hacerlo ingresar en el futuro "centro de mayores".
 
  Se estima que más de la mitad de los fármacos son meros placebos en el mejor de los casos, si no son nocebos, habida cuenta de sus efectos adversos secundarios. 
 
Los algoritmos, lejos de ser imparciales, son una herramienta al servicio del poder político y económico que decide lo que debemos ver, creer y hasta pensar.
 
Los algoritmos configuran nuestra idiosincrasia, conocen nuestros gustos personales mejor que nosotros mismos y eliminan los encuentros inesperados y fortuitos.
 
 
 
 Registro una rogativa oral a la Virgen para pedir la lluvia y cae la mayor tromba de agua de este verano, que inunda calles y garajes de la ciudad de Santander:
 
 “Danos el agua, Virgen bendita, que en nuestros campos se necesita; y en nuestra mesa tendremos pan y muchas flores para tu altar” (Rogativa contra la sequía).
 
  Colesterol, menopausia, y osteoporosis, por poner tres ejemplos, no son enfermedades reales, sino inventadas, que 'enferman' y ponen a la gente en tratamiento.
 
 “Tierra quemada”, la vieja táctica militar consistente en arrasar los campos, destruir cosechas y arruinar la vida rural para que la gente huya de los pueblos.
 
 La AEMET lanza la alerta roja de lluvia intensa en Cantabria cuando la tromba de agua ya había caído: Esté preparado, tome precauciones: a toro pasado toreamos. 
 
   Si alguna vez la industria farmacéutica creó medicamentos para combatir las enfermedades, eso ya no sucede: hoy crea enfermedades para promocionar medicamentos. 
 
  Han inventado el futuro para poder huir hacia él, hacia delante, tratando de resolver los problemas irresolubles: ese ha sido su juego de escapatoria favorito.
 
 Todos, quien más quien menos, aunque no estemos enfermos, somos pacientes consumidores de fármacos que se convierten en éxitos de venta y superproducciones. 
 
Dada la mala calidad aérea, las autoridades aconsejan, velando por nuestra salud, reducir la actividad física intensa en la calle y desempolvar las mascarillas. 
 
¿Hemos olvidado que el sentido común requiere poner en tela de juicio y en duda todas nuestras certezas y desembarazarnos de las ideas y verdades prefabricadas?

jueves, 4 de septiembre de 2025

Unos versos sáficos

Un papiro nos devolvió en 2004 estos versos griegos de la poetisa Safó oriunda de la isla de Lesbo y, por lo tanto, lesbia y lesbiana avant la lettre. La palabra “lesbiana”, por cierto, es un galicismo. El gentilicio castellano propio sería "lesbia", como el pseudónimo que utilizó Catulo para su amada Clodia. Lesbiana, según la docta Academia, es la mujer que ama a otras mujeres, y aparece encabezando el nombre del colectivo LGTBI.  

La poetisa escribió poemas de amor a otras mujeres sin que eso supusiera un encasillamiento previo bajo ninguna etiqueta de "homosexualidad" aún, en el siglo VIII antes de nuestra era, en un mundo sobre el que todavía no se proyectaba la sombra de la cruz de Cristo. Escribió en dialecto griego eolio, y fue considerada por los antiguos la décima Musa.

La poetisa Safó,  Charles Mengin (1877)

    En estos versos recientemente descubiertos la autora confiesa que envejece y que no puede hacer nada para evitarlo, y después de constatar que su pelo está encaneciéndose y sus rodillas flaqueándole, nos trae a la memoria el mito de la Aurora que se enamoró del joven Titono. Sin embargo ella, la Aurora de dedos rosicler,  que era inmortal, como comprobamos todos los días al amanecer, descubrió una mañana que su joven enamorado había envejecido, como la propia poetisa. Y es que el tiempo nos vuelve viejos. Sin embargo, no deberíamos negarnos a envejecer: el otoño es bello, la vejez también puede serlo, sobre todo cuando sigue brillando en ella la chispa de la juventud.


Tras frutos hermosos de las Musas de floridos senos
id, niñas, vosotras, y melódica la dulce lira.

Que ya me robó vejez el cuerpo a mí que en otro tiempo
fue tierno, y se me han canosos vuelto los cabellos negros.

Y duro se me hace el corazón, ni me sostienen piernas
que otrora ligeras al bailar como las corzas eran.

Mil veces por eso me lamento; pero ¿qué iba a hacerle?
No puede dejar de envejecer el que se sepa humano.

También se contaba de Titono que rosada Aurora
raptándolo fue por sus amores hasta el fin del mundo,

tan bello y tan joven, pero a él lo sorprendió canosa
también a su tiempo la vejez, siendo inmortal su esposa.


    Otra muestra de la poesía de Safó, el himno a Afrodita. Está compuesto en estrofas sáficas, llamadas así en su honor, que constan de tres (o cuatro como prefieren otros) versos: tres hendecasílabos llamados sáficos y un pentasílabo como remate del tercero de la copla que se denomina adonio. Safó suplica del amor a la diosa su ayuda para conseguir el favor de su amada.

Afrodita, diosa de trono alegre,
hija zalamera de Zeus, te ruego:
no atormentes más con dolores ni ansias
mi alma, señora,

sino ven aquí, si mi voz de lejos
otra vez oíste y me la escuchaste
y dejando atrás la paterna casa
de oro viniste,

tras uncir tu carro: gorriones lindos
a la negra tierra tiraban prestos
con sus fuertes alas batiendo el aire
desde los cielos.

Y llegaron pronto, y oh tú bendita,
con divino rostro me sonreías
preguntando qué me pasaba, a qué otra
vez te llamaba,

y qué más quería que a mí me pase,
alocada, en mi alma: “¿A quién deseas
que te ponga amor en tus brazos? ¿Quién, Sa-
fó, te tortura?

Si ella te huye, ya correrá en tu busca,
y si los rechaza, te hará regalos ,
si no te ama, ya te amará muy pronto,
aunque no quiera”.

Ven también ahora, y de dura pena
líbrame tú, y cuanto desea mi alma
conseguir concédemelo, y tú misma
sé mi aliada.


Elefthería Arvanitaki canta con su espléndida voz un poema de Safó. El vídeo está hecho, además,  con cuadros sugerentes de J. W. Waterhouse. Disfrutadlo.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Pareceres LXXXIII

406.- La pularda de los huevos de oro. Dice un proverbio en la lengua de Bocaccio: “Meglio un uovo oggi che una gallina domani”, lo que significa que es mejor un huevo hoy que una gallina mañana, o sea, que vale más el aprovechamiento presente de una pequeña ganancia que un lucro mayor pero incierto, derivado del actual, pero que está en el aire, bailando en la cuerda floja del futuro –porque el huevo podría convertirse en una gallina con tal de que no lo friamos en aceite hoy y lo comamos como un huevo frito rebañándolo con pan, si lo incubamos, criamos y dejamos crecer, esto es, si nos abstenemos de sacarle algún provecho aquí y ahora-, lo que no deja de ser una invitación perentoria del sentido común, que es como dijo el otro el menos común en el sentido de abundante de los sentidos, a disfrutar de lo supuestamente poco que tenemos, y a olvidarnos de lo mucho que podríamos acaparar mañana. La gallina de los huevos de oro no es la gallina del porvenir, sino la que ha puesto el huevo de hoy, ese es el que vale su peso en oro, el huevo cotidiano. Disfruta de lo que tienes ahora y no lo inviertas en planes de pensiones para el futuro, te lo dice la experiencia de la vida que acarrea uno, experiencia que es, como se dice vulgarmente, más puta que las gallinas, porque es zorra vieja, como la gallina de la fábula, que como dice este otro refrán en la lengua del Dante y Petrarca: “Gallina vecchia fa buon brodo”: Que la gallina vieja es la que hace buen caldo. 

 
407.- Tolerancia. Los partidos políticos extraparlamentarios se llaman así no porque su campo de actuación sea la calle y lo que está fuera del parlamento sino porque todavía no han conseguido su representación en el circo –perdón, semicírculo o hemiciclo- parlamentario, por lo que no podemos confiar en que puedan hacer algo que no esté hecho, como tampoco confiamos en los que están dentro del parlamento. Todos nos prometieron el oro y el moro: que nos sacarían del estado crítico de la crisis en que nos halláramos, que nos subirían los salarios, que reducirían la jornada laboral o que no desmantelarían el Estado del Bienestar, cuando lo único que les interesa es el bienestar del Estado que genera nuestro malestar. Los altos índices de conformismo son el mejor aliado del sistema parlamentario y democrático de dominación vigente. No en vano, uno de los conceptos más esgrimidos por la clase política es el de tolerancia, que se ensalza como una virtud por encima de cualesquiera otras: es decir, el hecho de soportar, sufrir o sobrellevar. Sin embargo, sólo se refieren a lo malo, nunca a lo bueno. ¿Por qué será? Nos dicen que toleremos los males actuales para evitar “males mayores”. Pero yo me pregunto: ¿qué males puede haber mayores que los actuales? Yo, mirando a mi alrededor, no veo más que los males actuales. ¿Cuáles pueden ser peores? ¿Los futuros? ¿Los pasados? Menos lobos, Caperucita: no hay futuro ni pasado: sólo ahora. 
 
  
408.- Gloria a Dios en las alturas. Se cita a menudo la frase de Dostoyesqui de “Si Dios no existiera, todo estaría permitido”, cuando en realidad es al revés: todo está permitido si existe Dios, porque lo perdona todo, porque Jesucristo va a morir para redimirnos del pecado original y de todos nuestros pecados en particular. Algunos se han apresurado a enterrar a Nietzsche, su particular bestia negra, porque dijo "Dios ha muerto", y afirman, poniéndolo en boca de Dios y no sin sarcasmo: "Nietzsche ha muerto". Pero Dios no ha muerto, está bien vivo, vivito y coleando en sus excelsas alturas, y podemos decir, como Epicuro decía de todos los dioses, que existe y se desentiende totalmente de los asuntos humanos, o sea, que es como si no existiera, para el caso. Pero nosotros no queremos la redención ni el perdón de nuestros pecados y los asumimos como tales, porque son nuestros, es más, porque son -se puede decir- lo único y más nuestro que tenemos. Que Dios, o Alá o Jehová, da igual cómo quiera llamarse el dios monoteísta, se quede en sus excelsas alturas, y que nos deje en paz aquí en la tierra a solas con nuestros pecados a los humanos seres, que no se empeñe en salvarnos, que no nos hace falta ninguna salvación, y que haya de una vez para todos nosotros, es decir, entre todos nosotros, paz, una paz que acabe con la guerra fundacional del mundo: Goria in excelsis Deo et in terra pax... a todos nosotros, tengamos o no tengamos la buena o mala voluntad que tengamos. 
  
409.- ¡Calla, niño! Una copla o más propiamente serrana popular y por lo tanto laica, que quiere decir relativa y concerniente al pueblo, rezaba antaño así: Ya no dicen las madres / -¡Que viene el Coco!. / Que esta voz a los niños / asusta poco. / Si el caso apura, / les dicen: -“¡Calla, niño, / que viene el cura! En el estado aconfesional en que vivimos, en plena demotecnocracia, es preciso sustituir la mención de la figura anacrónica del cura –la conferencia episcopal está rabiosa porque ya no hay vocaciones- por la del psicólogo o psicagogo, conductor de almas. Si el psicólogo se define por estudiar el comportamiento de la mente humana, el psicagogo, igual que el demagogo o el pedagogo, se define por manipular la mente infantil. Detrás de la figura del psicólogo o psicagogo, como antes de la del cura, vemos el trasunto del viejo Coco de los cuentos infantiles: Ya no dicen las madres / -¡Que viene el cura! / Que esta voz a los niños / muy poco asusta. / Cambiando el Coco, / les dicen: -¡Calla, niño, / o te llevo al psicólogo! 
 
  
410.- Non multa sed multum. Formulan estas cuatro palabras latinas un lema pedagógico bastante descuidado, que defiende que la verdadera cultura o quizá mejor la inteligencia de las cosas no consiste en acumular muchos conocimientos eruditos, porque no se basa en su cantidad, sino en su calidad: vale más poco pero a fondo que mucho pero sin la debida profundización: no hay que aprender muchas cosas, sino mucho, que no es lo mismo, porque “mucho” quiere decir en profundidad, y “muchas cosas” alude a una pluralidad superficial, lo que nos trae a la memoria enseguida aquel fragmento de Heraclito de Éfeso que dice que los muchos conocimientos -enciclopédicos y eruditos- no nos enseñan a tener inteligencia: πολυμαθίη νόον ἔχειν οὐ διδάσκει. Heraclito contrapone el concepto de polymathía o plurisciencia enciclopédica al de nóos o inteligencia de las cosas. 
 

martes, 2 de septiembre de 2025

¿Turbinas eólicas? ¡No, gracias!

¿Qué es una turbina eólica, cuyo nombre evoca el de Éolo, el dios griego de los vientos? Es un aerogenerador, cuya altura ronda incluyendo las aspas los ciento cincuenta metros. El dispositivo convierte la fuerza del viento, que es una fuente natural y renovable periódicamente de energía, en electricidad. Al contrario del ventilador, que utiliza electricidad para mover el aire, la turbina eólica aprovecha el viento para producir electricidad. Las palas de la turbina, que son como las hélices de un avión o un helicóptero, utilizan la fuerza aerodinámica del viento para hacer girar un rotor, que hace girar a su vez un generador produciendo así electricidad que se vierte en la red. La creciente popularidad de la energía eólica se debe a que, a diferencia de la electricidad producida a partir de combustibles fósiles, no contamina, pero la construcción de estos artefactos no es nada ecológica porque hay que echar toneladas de hormigón en la tierra para sostenerlos, sobre las que ya no se puede cultivar. No resultan manejables ni se conoce todavía su vida útil, y, además, matan pájaros
 
La gente los llama a veces molinos de viento pero no son molinos, desde luego, porque no muelen nada, son unos artefactos gigantescos que, de cuando en cuando, generan algún que otro desastre ecológico como este que aquí se muestra.
 
 
 
Cada vez dependemos más de la electricidad, y cada vez necesitamos más energía eléctrica: recargamos las baterías de nuestros móviles diariamente. Cada vez abundan más patinetes y bicicletas y todo tipo de vehículos eléctricos que hacen cada vez más necesaria nuestra dependencia de la electricidad. Resulta triste, y poco saludable, ver a alguien joven sobre una bicicleta eléctrica que apenas necesita pedalear para que se mueva. Cada vez más niños usan patinetes eléctricos, ellos que podrían muy bien mover lospatines con sus propias fuerzas y hacer así algo de ejercicio. 
 
El proyecto eólico de Benavieja (Cantabria) plantea la instalación de catorce aerogeneradores de gran tamaño en los montes de Liérganes, Penagos y Santa María de Cayón, además de la construcción de una línea de evacuación de alta tensión que atravesaría Villaescusa hasta llegar a El Astillero. Promovido por una empresa, Araste SPV 2021 S.L.U., filial de Repsol Renovables, el proyecto fue publicado en el BOE el pasado 14 de julio. El gobierno autonómico se opone a él, por lo que la decisión última de su viabilidad depende del ejecutivo central. 
 
 
Los vecinos han presentado sus alegaciones populares que van desde el amor al territorio, al paisaje, a la biodiversidad, a la forma de vida y cultura tradicionales: "El polígono eólico industrial que Repsol pretende imponer no es transición, ni es verde: es despojo. No es para las personas que vivimos aquí. Es para seguir alimentando un modelo de consumo y de explotación que se disfraza de sostenibilidad mientras arrasa con todo a su paso." 
 
El proyecto podría generar impactos significativos sobre el paisaje, los recursos hídricos y la biodiversidad —incluidas especies protegidas y hábitats de interés—, así como comprometer la calidad de vida de los núcleos cercanos y afectar a actividades económicas estratégicas como ganadería, silvicultura y, lo último pero no lo menos importante a estas alturas, el turismo. Los beneficios privados de estas instalaciones no compensarán las pérdidas sociales, culturales y ambientales que van a generar.

 

Fotomontaje del pueblo de Esles con las futuras turbinas instaladas.

lunes, 1 de septiembre de 2025

Emárpsamen

 


El director de cine italiano Federico Fellini, autor de muy memorables películas llenas de talento creativo y fantasía, nos brinda sus memorias de infancia en su entrañable Amarcord, cuyo título significa precisamente “mis recuerdos” en dialecto italiano. Os traigo aquí una escena que seguramente os arracará una sonrisa,en la que revive, entre otros, a su profesor de griego, un viejo y atildado dómine a la vieja usanza y, diríamos, de la vieja escuela,  que se empeña en que el angelical discípulo objeto de su pedagógica atención pronuncie correctamente un aoristo sigmático griego que se le atraganta. La criaturita, por más que lo intenta, no acierta nunca a pronunciarlo: e-már-p-sa-men.

Sí, ya sé que es difícil hacerlo correctamente, y que hay que esmerarse mucho para salir airoso en el trance de la ejecución de esa “p” oclusiva labial sorda e intrusa  que nos obliga a cerrar los labios y cortar momentáneamente la salida del flujo de aire por la boca, para abrirlos a continuación emitiendo el sonido silbante de la sigma o ese griega, pero ahí está la gracia de la escena de la película del maestro Federico Fellini.


El viejo profesor de griego recita embelesado unos yambos del poeta Arquíloco, por cierto feísimos donde los haya, que os transcribo para los curiosos: heptà gàr necróon pesóntoon, hoùs emárpsamen posín, cheílioi fonéeés eimen. Vienen a significar algo así como “Pues de siete cadáveres tendidos, que alcanzamos a la carrera con los pies, mil somos los matadores”. Unos versos horrísonos y feísimos, ya digo, que el viejo profesor recita con fruición, deteniéndose en el “e-már-p-sa-men” de marras.

En ellos aparecen dos números: heptá (siete, como en hepta-sílabo,  heptá-gono o hepta-edro) y cheilioi (mil, que se transcribe kilo o, como preferimos algunos, quilo, como en kiló-metro o kilo-gramo). Aparece también el sustantivo necrós,  que significa cadáver (como en necró-filo, necró-polis, o necr-opsia)y el sustantivo posín, que es una forma de pus podós (pie, como en podó-logo o cefaló-podo). Seguimos hablando en griego, mal que nos pese.

Este "emárpsamen" es, por cierto, la primera persona del plural del aoristo de indicativo del verbo "márpto", que significa "dar alcance, alcanzar", y que se caracteriza, por delante, con el aumento: un alargamiento silábico de una é(psilon) que caracteriza a las formas del pretérito del indicativo,  tanto al imperfecto como al aoristo o indefinido; y por detrás, por la inclusión del morfema -sa-, típico del aoristo sigmático, y -men, propio de la primera persona del plural; por eso la forma emárpsamen significa "(nosotros) dimos alcance, alcanzamos".

Si para nosotros resulta difícil de pronunciar la forma emárpsamen, más lo resultaba para un griego la forma originaria e-márpt-sa-men, dado que la raíz del verbo era marpt-,  por lo que la tau acabó desapareciendo finalmente ante el silbido de la sigma. Por algo enunciamos la regla fonética del griego clásico: dental ante sigma desaparece.

Lo que intenta el carcamal del dómine es que su joven pupilo, que reconoce la belleza y la dificultad de la lengua griega, pronuncie correctamente la letra “psi”, que se lee “ps", explicándole con mucha paciencia cómo debe mover la lengua hacia los dientes y el aire hacia fuera para pronunciar ese difícil sonido, tan difícil que los españoles, por ejemplo, no decimos ordinariamente "psicólogo" o "psiquiatra" sino "sicólogo" y "siquiatra".

Pero el pupilo, después de haber pronunciado la “psi” correctamente le hace una sonora pedorreta al profesor que desencadena el hazmerreír de toda la clase en una no menos sonora carcajada, lo que irrita al maestro, y provoca nuestra benévola sonrisa.