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miércoles, 3 de septiembre de 2025

Pareceres LXXXIII

406.- La pularda de los huevos de oro. Dice un proverbio en la lengua de Bocaccio: “Meglio un uovo oggi che una gallina domani”, lo que significa que es mejor un huevo hoy que una gallina mañana, o sea, que vale más el aprovechamiento presente de una pequeña ganancia que un lucro mayor pero incierto, derivado del actual, pero que está en el aire, bailando en la cuerda floja del futuro –porque el huevo podría convertirse en una gallina con tal de que no lo friamos en aceite hoy y lo comamos como un huevo frito rebañándolo con pan, si lo incubamos, criamos y dejamos crecer, esto es, si nos abstenemos de sacarle algún provecho aquí y ahora-, lo que no deja de ser una invitación perentoria del sentido común, que es como dijo el otro el menos común en el sentido de abundante de los sentidos, a disfrutar de lo supuestamente poco que tenemos, y a olvidarnos de lo mucho que podríamos acaparar mañana. La gallina de los huevos de oro no es la gallina del porvenir, sino la que ha puesto el huevo de hoy, ese es el que vale su peso en oro, el huevo cotidiano. Disfruta de lo que tienes ahora y no lo inviertas en planes de pensiones para el futuro, te lo dice la experiencia de la vida que acarrea uno, experiencia que es, como se dice vulgarmente, más puta que las gallinas, porque es zorra vieja, como la gallina de la fábula, que como dice este otro refrán en la lengua del Dante y Petrarca: “Gallina vecchia fa buon brodo”: Que la gallina vieja es la que hace buen caldo. 

 
407.- Tolerancia. Los partidos políticos extraparlamentarios se llaman así no porque su campo de actuación sea la calle y lo que está fuera del parlamento sino porque todavía no han conseguido su representación en el circo –perdón, semicírculo o hemiciclo- parlamentario, por lo que no podemos confiar en que puedan hacer algo que no esté hecho, como tampoco confiamos en los que están dentro del parlamento. Todos nos prometieron el oro y el moro: que nos sacarían del estado crítico de la crisis en que nos halláramos, que nos subirían los salarios, que reducirían la jornada laboral o que no desmantelarían el Estado del Bienestar, cuando lo único que les interesa es el bienestar del Estado que genera nuestro malestar. Los altos índices de conformismo son el mejor aliado del sistema parlamentario y democrático de dominación vigente. No en vano, uno de los conceptos más esgrimidos por la clase política es el de tolerancia, que se ensalza como una virtud por encima de cualesquiera otras: es decir, el hecho de soportar, sufrir o sobrellevar. Sin embargo, sólo se refieren a lo malo, nunca a lo bueno. ¿Por qué será? Nos dicen que toleremos los males actuales para evitar “males mayores”. Pero yo me pregunto: ¿qué males puede haber mayores que los actuales? Yo, mirando a mi alrededor, no veo más que los males actuales. ¿Cuáles pueden ser peores? ¿Los futuros? ¿Los pasados? Menos lobos, Caperucita: no hay futuro ni pasado: sólo ahora. 
 
  
408.- Gloria a Dios en las alturas. Se cita a menudo la frase de Dostoyesqui de “Si Dios no existiera, todo estaría permitido”, cuando en realidad es al revés: todo está permitido si existe Dios, porque lo perdona todo, porque Jesucristo va a morir para redimirnos del pecado original y de todos nuestros pecados en particular. Algunos se han apresurado a enterrar a Nietzsche, su particular bestia negra, porque dijo "Dios ha muerto", y afirman, poniéndolo en boca de Dios y no sin sarcasmo: "Nietzsche ha muerto". Pero Dios no ha muerto, está bien vivo, vivito y coleando en sus excelsas alturas, y podemos decir, como Epicuro decía de todos los dioses, que existe y se desentiende totalmente de los asuntos humanos, o sea, que es como si no existiera, para el caso. Pero nosotros no queremos la redención ni el perdón de nuestros pecados y los asumimos como tales, porque son nuestros, es más, porque son -se puede decir- lo único y más nuestro que tenemos. Que Dios, o Alá o Jehová, da igual cómo quiera llamarse el dios monoteísta, se quede en sus excelsas alturas, y que nos deje en paz aquí en la tierra a solas con nuestros pecados a los humanos seres, que no se empeñe en salvarnos, que no nos hace falta ninguna salvación, y que haya de una vez para todos nosotros, es decir, entre todos nosotros, paz, una paz que acabe con la guerra fundacional del mundo: Goria in excelsis Deo et in terra pax... a todos nosotros, tengamos o no tengamos la buena o mala voluntad que tengamos. 
  
409.- ¡Calla, niño! Una copla o más propiamente serrana popular y por lo tanto laica, que quiere decir relativa y concerniente al pueblo, rezaba antaño así: Ya no dicen las madres / -¡Que viene el Coco!. / Que esta voz a los niños / asusta poco. / Si el caso apura, / les dicen: -“¡Calla, niño, / que viene el cura! En el estado aconfesional en que vivimos, en plena demotecnocracia, es preciso sustituir la mención de la figura anacrónica del cura –la conferencia episcopal está rabiosa porque ya no hay vocaciones- por la del psicólogo o psicagogo, conductor de almas. Si el psicólogo se define por estudiar el comportamiento de la mente humana, el psicagogo, igual que el demagogo o el pedagogo, se define por manipular la mente infantil. Detrás de la figura del psicólogo o psicagogo, como antes de la del cura, vemos el trasunto del viejo Coco de los cuentos infantiles: Ya no dicen las madres / -¡Que viene el cura! / Que esta voz a los niños / muy poco asusta. / Cambiando el Coco, / les dicen: -¡Calla, niño, / o te llevo al psicólogo! 
 
  
410.- Non multa sed multum. Formulan estas cuatro palabras latinas un lema pedagógico bastante descuidado, que defiende que la verdadera cultura o quizá mejor la inteligencia de las cosas no consiste en acumular muchos conocimientos eruditos, porque no se basa en su cantidad, sino en su calidad: vale más poco pero a fondo que mucho pero sin la debida profundización: no hay que aprender muchas cosas, sino mucho, que no es lo mismo, porque “mucho” quiere decir en profundidad, y “muchas cosas” alude a una pluralidad superficial, lo que nos trae a la memoria enseguida aquel fragmento de Heraclito de Éfeso que dice que los muchos conocimientos -enciclopédicos y eruditos- no nos enseñan a tener inteligencia: πολυμαθίη νόον ἔχειν οὐ διδάσκει. Heraclito contrapone el concepto de polymathía o plurisciencia enciclopédica al de nóos o inteligencia de las cosas. 
 

jueves, 12 de junio de 2025

Pareceres LXXVIII

381.- ESO. (Acrónimo de Educación -¡ojo!: no Enseñanza, que todavía era palabra con cierta nobleza- Secundaria Obligatoria). Se asombran los feministas bien pensantes y políticamente corregidos del gobierno progresista de que los jóvenes españoles que han padecido y padecen la ESO (ese nuevo servicio militar obligatorio para ambos sexos) no hayan dejado de ser machistas, y sean además de ESO, que ya es bastante castigo, o por ESO mismo, unos analfabetos funcionales que no saben ni leer ni escribir ni hacer la o con un canuto. Les han inculcado, además, una formación para la ciudadanía que los ha convertido en unos perfectos idiotas: es decir en futuros votantes y contribuyentes. Antaño nos adoctrinaron a otros con "Formación del Espíritu Nacional" o algo así, que venía a ser lo mismo que esto otro: imposición de ideas. Eso sí, a ellos les han inculcado educación sexual en el instituto y antes en la escuela primaria: les han dicho que antes de hacer-“lo” tienen que ponerse el condón. Y algunos hay tan necios que se ponen el profiláctico hasta para ir a hacer pis.

 382.- Tolerancia cero. Hacer oídos sordos es como hacer caso omiso o ningún caso. Algunos intolerantes han resucitado la palabra “tolerancia” -casas de tolerancia eran antaño las casas de putas que ellos frecuentaban para soportar los yugos de sus uniones conyugales matrimoniales (hago adrede el juego de palabras: matrimonio es conyugio)- para, acto seguido, cuantificarla de "cero" y declarar la guerra a la prostitución y a todo lo habido y por haber. Disfrazan así su inveterada y añeja in-tolerancia con la expresión aparentemente más amable de "tolerancia cero". Ahora les da por perseguir el puterío y la putería callejeros que ha habido siempre: quieren recluirlos en lupanares, volver a los prostíbulos regentados por madamas, macarras y proxenetas. Por cierto, un proxeneta, como se sabe, es un alcahuete o persona que sonsaca a una mujer para usos lascivos con un hombre, o aquel que encubre, concierta o permite en su casa ese comercio carnal a cambio de una parte de los beneficios económicos de la prostitución, es decir, es un intermediario o macarra o, dicho vulgarmente, un chulo de putas. ¡Qué distinto del próxeno de la antigua Grecia, que era el anfitrión que recibía sin ánimo de lucro a los extranjeros y les brindaba hospitalidad mostrando su xenofilia, que no su xenofobia!

383.- Mayormente idiotas. La mayoría somos idiotas (yo también en mi mayor parte, por supuesto, como todo hijo de vecino), tanto la mayoría de los muertos como la mayoría de los que estamos presuntamente vivos todavía. Pero, afortunadamente, la mayoría no es la totalidad, la mayoría no somos todos, por lo que algunos, llevada la cosa al terreno personal, no siempre somos totalmente idiotas. Algunos hay, aunque muy pocos a la sazón, que son la excepción que confirma la regla y se salvan milagrosamente de la quema y de la condenación general a la idiocia y a la idiotez de la mayoría. Este idiotismo mayoritario consiste en un individualismo cerril que cultiva gustos y opiniones personales sin percatarse de que todos somos iguales y diferentes al mismo tiempo como dos gotas de agua: su lema es: un individuo, un voto; su caldo de cultivo, la democracia, que es el sistema de dominio vigente que nos imponemos mayoritariamente, tontos que somos mayormente la mayoría de la población y de nosotros mismos.
 
 
 384.-Paredes que hablan a gritos. Verdades de Pero Grullo, que a la mano cerrada la llamaba puño; verdades, pues, como puños que denuncian las mentiras oficiales, expresión de la voz anónima, desgarrada, del pueblo, que se rebela contra todas las ideas y contra la imposición de la más poderosa de todas ellas, que es la de la realidad misma, falsa como ella sola pero no por falsa menos real. Transcribo unos grafitos, escritos con letras capitales, como dicen que en la Red equivalen a gritos por su tono exaltado o enfático. ¿DEMOCRACIA ES LIBERTAD? NO ME HAGAS REÍR. JAJAJA. / NO TE CREAS LO QUE TE CUENTA (frente a un instituto de educación secundaria, y lo mismo frente a una iglesia) / DENTRO DE 40 AÑOS SERÁS FELIZ / ¿HAY VIDA EN MARTE? ¿LA HAY EN LA TIERRA? / ¿HAY VIDA ANTES DE LA MUERTE? / SI CREES QUE ERES LIBRE ES PORQUE NO HAS VOLADO LO SUFICIENTE COMO PARA CHOCAR CONTRA EL MURO. / TU BANCO TE ROBA / LOS VERDADEROS DELINCUENTES LLEVAN TRAJE Y CORBATA (O UNIFORME) / BALÓN>CUERO>BORREGOS>FÚZBOL / SOY LIBRE, PUEDO ELEGIR EL COLOR DE MIS BARROTES / ¿A QUÉ ESPERAS PARA EMPEZAR A VIVIR? / HIPOTECA TU VIDA: MUERE / BIENVENIDO AL ÚLTIMO DÍA DE TU VIDA / LA IMAGINACIÓN CONTRA EL PODER / SOLO LOS PECES MUERTOS SIGUEN LA CORRIENTE DEL RÍO .

 

385.- Lo que nos une nos separa. Circula en los repertorios de frases célebres suscritas por grandes pensadores, intelectuales o poetas esta, atribuida a Neruda, que me parece bellísima: “Que nada nos una para que nada nos separe”. Buscando entre los versos y escritos de Neruda, resulta que no encuentro la frase que todo el mundo le atribuye. Hallo otra muy diferente que reza: “Para que nada nos amarre / que no nos una nada”, dos versos del poema Farewell. Estos versos de Neruda dan a entender que los lazos que nos unen no dejan de ser cadenas y, por lo tanto, no dejan también de esposarnos: lo que nos une es lo que a la vez que nos acerca nos ata: por ejemplo el matrimonio, o la amistad, o la relación de pareja… La frase que se le atribuye a Neruda y que parece ser espuria, (“Para que nada nos separe, que no nos una nada”) podría parecer a primera y simple vista el epitafio de un pobre hombre solitario que no conoció el amor ni la amistad porque nunca arriesgó por temor a perder los sentimientos de su corazón. Sin embargo, desde otro punto de vista, da a entender que ya están unidos, y por eso dice (para que nada nos separe de la unión que mantenemos), que nada nos una, lo que no resulta muy lógico, pues si ya estamos unidos, ¿para qué pedir que nada nos una? Sin embargo, ahí está la paradoja: lo que sentimos todos en el fondo de nuestro corazón es que los lazos de unión (parentesco, afinidad, familia) nos unen pero de esa misma forma nos separan al unirnos. Quizá deberíamos reformular la frase del siguiente modo: “Para que nada nos separe, que nada nos amarre”.

 

jueves, 6 de enero de 2022

Tolerancia cero

Los políticos profesionales son tan políticamente correctos que por no decir “intolerancia”, que suena muy intransigente porque lleva la negación (in-) incorporada, utilizan el término 'tolerancia', cargado de positividad, para, acto seguido, negarlo añadiéndole un cero a la derecha en la expresion  “tolerancia cero”, que es eufemismo de lo mismo, pero parece más transigente y tolerante. Recuérdese que el cero es la cifra por antonomasia: El término 'cifra' procede del árabe sífr, que significa 'vacío' y que se aplicó en romance en principio al cero, y sólo posteriormente a los demás guarismos.

Está mal visto ser intolerante, y una de las acusaciones que más se lanzan los unos a los otros es la de intolerancia, por lo que hay que mostrarse tolerante, pero no con todas las cosas ni situaciones. Si no queremos tolerar la violencia, por ejemplo, apostaremos por la tolerancia 'cero', que es expresión similar a "caso omiso". Hacer caso omiso, es sencillamente, no hacer ningún caso, porque omiso, que la Academia define como 'flojo y descuidado', es el participio irregular o fuerte de omitir, mientras que 'omitido' es el participio regular o débil llamado a funcionar más como adjetivo que como verbo.


Hemos olvidado seguramente lo que era una casa de tolerancia entre nosotros, que no era, como podría parecer a primera vista, un lugar de libre intercambio de ideas, de cultos religiosos o algo por el estilo, sino un prostíbulo: una mancebía donde lo que se toleraba era la prostitución y el lenocinio, que, tolerada durante el resto del año, sólo se prohibía con motivo de fiestas religiosas, como por ejemplo la cuaresma. De ahí que se diga la expresión 'andar como puta por Cuaresma' para indicar desocupación y falta de ingresos.

 


Algunos políticos hablan, por ejemplo, de tolerancia cero contra la pedopornografía, que es la pornografía infantil. Y más aún de tolerancia cero contra la pedofilia. Y más aún de tolerancia cero contra la prostitución infantil. Pero no se sublevan contra lo que nos prostituye a adultos y a infantes, que es el capital o dicho de otra manera don Dinero, todopoderoso caballero, que monetariza nuestro tiempo, capitalizándolo. Contra eso no, porque eso es sagrado, incluso ahora cuando se habla de la desaparición del dinero físico, pero no del verdadero, que es el espiritual o virtual. Es más el dinero es ahora más que nunca Dios. Pero se rasgan las vestiduras porque en esta sociedad nuestra se ejerza violencia sexual contra los niños, pero no otras violencias. Y los jueces, hipócritas puritanos, condenan a aquellos que trafican con material pornográfico infantil, reservando la pornografía como material o contenido sensible para los adultos.

La sociedad considera que la violencia contra los niños la ejercen los pedófilos, es decir, los que, según la etimología del término quieren a los niños con acendrado amor, tal vez por aquello de que 'quien bien te quiere te hará sufrir y llorar'. Resulta que los que quieren a los niños los violentan, los violan.

Pero al margen de algunos individuos, los llamados menoreros, que no son tantos, por otra parte, a los que no les atraen sexualmente los adultos, y sí los menores de edad, resulta que la sociedad misma comete en grado sumo el mismo pecado que dice combatir y castigar: violentar a los niños, violarlos, adulterarlos, convertirlos en otros, en adultos.

Y la sociedad en la que vivimos no es pedófila precisamente, sino pedófoba: tiene miedo y deseo a la vez de los niños, tiernos angelitos, a los que ama y odia, y por eso ejerce sobre ellos la violencia de arrebatarles la virginidad de su libertad e inocencia.