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martes, 2 de septiembre de 2025

¿Turbinas eólicas? ¡No, gracias!

¿Qué es una turbina eólica, cuyo nombre evoca el de Éolo, el dios griego de los vientos? Es un aerogenerador, cuya altura ronda incluyendo las aspas los ciento cincuenta metros. El dispositivo convierte la fuerza del viento, que es una fuente natural y renovable periódicamente de energía, en electricidad. Al contrario del ventilador, que utiliza electricidad para mover el aire, la turbina eólica aprovecha el viento para producir electricidad. Las palas de la turbina, que son como las hélices de un avión o un helicóptero, utilizan la fuerza aerodinámica del viento para hacer girar un rotor, que hace girar a su vez un generador produciendo así electricidad que se vierte en la red. La creciente popularidad de la energía eólica se debe a que, a diferencia de la electricidad producida a partir de combustibles fósiles, no contamina, pero la construcción de estos artefactos no es nada ecológica porque hay que echar toneladas de hormigón en la tierra para sostenerlos, sobre las que ya no se puede cultivar. No resultan manejables ni se conoce todavía su vida útil, y, además, matan pájaros
 
La gente los llama a veces molinos de viento pero no son molinos, desde luego, porque no muelen nada, son unos artefactos gigantescos que, de cuando en cuando, generan algún que otro desastre ecológico como este que aquí se muestra.
 
 
 
Cada vez dependemos más de la electricidad, y cada vez necesitamos más energía eléctrica: recargamos las baterías de nuestros móviles diariamente. Cada vez abundan más patinetes y bicicletas y todo tipo de vehículos eléctricos que hacen cada vez más necesaria nuestra dependencia de la electricidad. Resulta triste, y poco saludable, ver a alguien joven sobre una bicicleta eléctrica que apenas necesita pedalear para que se mueva. Cada vez más niños usan patinetes eléctricos, ellos que podrían muy bien mover lospatines con sus propias fuerzas y hacer así algo de ejercicio. 
 
El proyecto eólico de Benavieja (Cantabria) plantea la instalación de catorce aerogeneradores de gran tamaño en los montes de Liérganes, Penagos y Santa María de Cayón, además de la construcción de una línea de evacuación de alta tensión que atravesaría Villaescusa hasta llegar a El Astillero. Promovido por una empresa, Araste SPV 2021 S.L.U., filial de Repsol Renovables, el proyecto fue publicado en el BOE el pasado 14 de julio. El gobierno autonómico se opone a él, por lo que la decisión última de su viabilidad depende del ejecutivo central. 
 
 
Los vecinos han presentado sus alegaciones populares que van desde el amor al territorio, al paisaje, a la biodiversidad, a la forma de vida y cultura tradicionales: "El polígono eólico industrial que Repsol pretende imponer no es transición, ni es verde: es despojo. No es para las personas que vivimos aquí. Es para seguir alimentando un modelo de consumo y de explotación que se disfraza de sostenibilidad mientras arrasa con todo a su paso." 
 
El proyecto podría generar impactos significativos sobre el paisaje, los recursos hídricos y la biodiversidad —incluidas especies protegidas y hábitats de interés—, así como comprometer la calidad de vida de los núcleos cercanos y afectar a actividades económicas estratégicas como ganadería, silvicultura y, lo último pero no lo menos importante a estas alturas, el turismo. Los beneficios privados de estas instalaciones no compensarán las pérdidas sociales, culturales y ambientales que van a generar.

 

Fotomontaje del pueblo de Esles con las futuras turbinas instaladas.