domingo, 12 de mayo de 2024

AstraZeneca se retira

    La empresa farmacéutica británico-sueca AstraZeneca ha detenido la producción y suministro de su producto estrella contra la enfermedad del virus coronado cosecha 2019, que deja de comercializar. La propia empresa, según informó Telegraph, había reconocido una semana antes que su vacuna podía causar trombocitopenia trombótica en algunos casos. 

     Pero esto que se nos dice ahora no es ninguna novedad. Ya se sabía en 2021, cuando más de veinte gobiernos nacionales abandonaron dicho producto debido a los coágulos de sangre que provocaba. Ya entonces se decía que esta vacuna era la “mala”, -la que se suministró en España a trabajadores "esenciales" menores de cincuenta y cinco años -profesores, sanitarios, policías, funcionarios...- frente a la “buena”, que era la otra, la de  Pfizer. Es verdad que España dejó de inyectarla, aunque, desgraciadamente, siguió inyectando las otras, las que empleaban la técnica de ARN mensajero, no menos tóxicas y peligrosas.
 
    Lo que viene a decirnos la Agencia Europea de Medicamentos y la propia AstraZéneca es que las vacunas de vectores virales (como Janssen y AstraZeneca) se han quedado obsoletas, por lo que deben ser reemplazadas por las homólogas de ARNm (como eran Pfizer y Moderna). Tanto las unas como las otras desencadenan una respuesta inmunitaria muy aparatosa, y que, en opinión de algunos científicos tachados enseguida de heterodoxos por decirlo suavemente, es básicamente tóxica, dado que en lugar de destruir el virus lo generan.

    Una de las primeras víctimas mortales, como ya informamos en su momento en La mejor de las vacunas, fue un cabo del ejército español de 35 años de edad, cuya muerte fue reconocida por la Ministra de Defensa, que sin embargo, siguió empecinada en animar a  la vacunación: “Desde el punto de vista médico hay que seguir vacunándose, hay que animarse y que todo el mundo se vacune”. Con la mención de la “vacuna” se refería a lo que algún periódico del ruedo ibérico como era el Periódico Global, alias El País, denominó “el fármaco anglosueco”, el preparado de los laboratorios AstraZeneca. 

    Nuestra ministra guerrera se refería con lo de "todo el mundo" a las personas jóvenes que no tienen riesgo porque están fuera de peligro. Esto es lo que dijo en el funeral del cabo: “Queríamos estar hoy aquí para transmitir nuestro agradecimiento, nuestro cariño, y, al mismo tiempo, pues para dar ese toque (sic) de que al virus lo tenemos que vencer y que la mejor manera de vencerlo, aunque haya momentos duros y dolorosos, es, precisamente, vacunarse.” Eso decía la Ministra, como si el suero de AstraZeneca fuera el Santo Grial o el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

    El cabo se había inoculado voluntariamente, pero no nos engañemos con lo de “voluntariamente”. Como escribimos en su momento, voluntariamente  no es sinónimo de libremente, sino todo lo contrario. La voluntad es una de las altas instancias del alma humana, da igual que sea propia que ajena, y someterse a sus dictados merma nuestra libertad.

    Pero AstraZeneca se retira con la satisfacción de la misión cumplida y la conciencia más que tranquila, porque según sus propias estimaciones ha "salvado" más de seis millones y medio de vidas en el primer año de su uso, habiéndose suministrado más de tres mil millones de dosis en todo el mundo. 

Viñeta de Antón, publicada en El Correo el 29 de marzo de 2021.

      Cierto es que la vacuna se ha inoculado a miles de millones de personas en todo el mundo, y no se puede negar que se ha terminado la pandemia, pero ambos hechos no conllevan una relación de causa a efecto, sino que nos hallamos ante lo que se llama la falacia lógica del “post hoc ergo propter hoc” -después de esto, por causa de esto”-, consistente en que cuando se produce un suceso después de otro, se considera que el segundo es consecuencia del primero: el gallo suele cantar antes de que amanezca, ergo: el canto del gallo es el causante de que salga el astro rey y que alboree.

    El hecho de que se aplicara en las Españas en una franja de edad donde no había mayor peligro de morir a causa de esa enfermedad, entre los 18 y los 55 años ayudó a que se considerara que había salvado esas vidas que, por otra parte, no corrían ningún peligro, salvo la del citado cabo del ejército, que murió a causa de ella. 

sábado, 11 de mayo de 2024

El ojo de Dios

    Hay que protestar como sea, cuando sea y donde sea por la excesiva vigilancia a la que estamos siendo sometidos por el Gran Hermano (el Gobierno del Estado orgüeliano en que se ha convertido el universo mundo) y los Pequeños Hermanos del sector privado (las empresas en nuestro puesto de trabajo, que no se quedan mancas, por no hablar de los centros de estudio) por nuestra propia seguridad, según dicen, y nuestro propio bien y bienestar. 
 
  
    Estado y Mercado, siempre de la mano, se unen en perfecto matrimonio o concubinato para mantenernos bajo perpetuo control, monitorizados y controlados, constituyendo el Ojo de Dios una sagrada trinidad pública, privada y concertada que quiere verlo todo, si no lo ve todo ya. 
 
 
    Ese Ojo de Dios con el que aterrorizaron mi infancia metido en un triángulo equilátero, supongo que por aquello de la santísima trinidad lo de los tres lados iguales. Era un ojo que decían que todo lo veía, panóptico. No se le escapaba nada. ¡Cuidado con lo que haces, niño! Dios te vigila. No te toques, que Dios te ve. 
 
 
    Ese ojo, que como cantó Machado no es ojo porque nosotros lo veamos sino porque él nos ve a nosotros, son las cámaras de videovigilancia instaladas por donde quiera y que funcionan día y noche durante las veinticuatro horas que dicen que tarda la Tierra en dar una vuelta completa sobre su propio eje, el ojo que controlan el reality show de nuestra vida cotidiana convirtiéndola en existencia anodina y gris, en un espectáculo serial televisivo, porque eso y no otra cosa es la realidad: el espectáculo. 
 
¿Qué miras?, Banksy
 
    Pero no se queda ahí la cosa: el ojo de Dios no se limita a vernos y fotografiarnos y filmarnos, sino que sabe quién somos, nos conoce y nos reconoce gracias a la posesión de nuestros datos biométricos, la nueva ficha policial, y si nos descuidamos hasta nuestro historial médico -¿dónde está la cacareada protección de datos?-, a través del reconocimiento facial, dado que la cara ha venido a ser, como se sospechaba, el espejo del alma individual. 
 

viernes, 10 de mayo de 2024

Judit y Holofernes

    He aquí un nuevo soneto de Giuseppe-Gioachino Belli, de temática bíblica en esta ocasión. Se titula La bbella Giuditta, "La bella Judit", y narra el episodio en el que Judit, una rica viuda de Betulia, libra a su ciudad del asedio del general asirio Holofernes acostándose con él y, después de hacer el amor, cuando él se hubo dormido, cortándole la cabeza de un tajo con la cimitarra. 

    Los once primeros versos del soneto resumen el capítulo 13 del Libro de Judit, y en la última estrofa el poeta reflexiona cómo se puede matar por la fe, como sucedía en la Roma papal, tal como hacía el verdugo Mastro Titta, que aparece mencionado en el verso séptimo, que era el apodo de Giovanni Battista Bugatti (1799-1869), el último sayón del Estado Pontificio, quien entre 1796 y 1864, según comenta Luigi Giuliani en su traducción de Belli, ejecutó a 516 condenados a muerte "por la fe", es decir, por no tenerla.   

    Llama la atención el verso octavo, donde se dice que Judit mandó a Holofernes después de haberle cortado la cabeza -la decapitación, más que un símbolo de la castración como quieren los clásicos del psicoanálisis, es la suma castración- a "joder coños eternos". En otro soneto de Belli "La madre de las santas" se equipara la vulva con la sepultura del hombre  (la fica è seportura).   

 La bbella Gbiuditta

Disce l'Abbibbia Sagra che Ggiuditta
doppo d'avé ccenato con Llionferne,
smorzate tutte quante le luscerne
ciannò a mmette er sordato a la galitta,

che appena j'ebbe chiuse le lenterne
tra er beve e lo schiumà della marmitta,
cor un corpo da fìa de Mastro Titta
lo mannò a ffotte in ne le fiche eterne,

e cche, agguattata la capoccia, aggnede
pe ffà la mostra ar popolo ggiudio
sino a BBettujja co la serva a piede.

Ecchete come, Pavoluccio mio,
se pò scannà la gente pe la fede,
 e ffà la vacca pe ddà ggrolia a DDio.
 
 
Judit y Holofernes, Caravaggio (1598-1599)

La bella Judit

  Diz' la Santa Biblia que Judit, bella,
tras haber con Holofernes cenado,
habiendo las lámparas apagado,
metió el canario de él en jaula de ella (1),

que a penas hubo el ojo el rey cerrado
tras el polvo y vino de la botella,
con tajo de verdugo lo degüella,
  a joder coño eterno encomendado,

y que, arrancada la cabeza, fue
para mostrársela al pueblo judío
hasta Betulia con su sierva a pie.

Aquí tienes cómo, Paolo mío,
se pue' matar en nombre de la fe
y darle gloria a Dios con puterío.
 
(1) Literalmente dice "metió el soldado en la garita", aludiendo con ambos términos al pene y a la vulva.

Judit decapitando a Holofernes, Artemisia Gentileschi (1613)

jueves, 9 de mayo de 2024

Asturias de mis amores

    Asturias se convertirá este año, si Dios no lo remedia y me temo que no va a remediarlo, porque el dios al que me refiero y al que así se honra es el viejo dios de la guerra, Ares o Marte, bajo la advocación actual de Dios de Defensa, en la sede de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas que se alarga a tres  días: 22, 24 y 25 de mayo.  Allí resonará, al ritmo del Asturias, patria querida y al son de la gaita y el tambor, el alalá o alalé, la vieja grita onomatopéyica de combate, hija que era de la guerra misma, la voz ejecutiva que nace del fragor de las armas y del ardor guerrero.

    Gijón acogerá la revista aeronaval, que para eso es puerto marítimo. En la playa de San Lorenzo se realizará un desembarco y una operación simulada, y las calles de la capital del principado, por su parte, contemplarán el desfile terrestre el sábado.

   Vetusta, la ilustre ciudad que dormía la siesta, será despertada entre otras atracciones, por el desfile marcando el paso al ritmo de la música militar de los tanques acorazados Leopard(o), como los diez que regaló nuestro gobierno progresista a Ucrania para sostener y que progrese su guerra contra Rusia, y no faltará la mascota de la Legión, que este año es un borrego, por algo será, de dos años llamado "Baraka", que resulta así enternecedor.
 
 
    Se prevé la participación de más de 5.500 uniformados de los dos ejércitos, de la Armada y de la Guardia Civil, y la presencia del Rey de las Españas. El Día de las Fuerzas Armadas se triplica así en dos jornadas: una dedicada al ejército del aire y a la armada, y otra al de tierra. Pero no se queda ahí la cosa. Al parecer el evento arrancará el miércoles 22 con diferentes actos y exhibiciones en ambas ciudades asturianas, buscando "subrayar la identificación de los ejércitos con el pueblo español, del que forman parte y al que sirven», todo ello fomentando unas jornadas de encuentro y comunicación entre ciudadanos, tanto civiles como militares, para acentuar su recíproca comprensión.
 
    Sobrevolarán aviones que pintarán los cielos asturianos con los colores de la bandera rojigualda.  Con la bandera, que es el símbolo de la patria, se homenajeará a los que dieron su vida por España, y, con ello de paso, al hecho en sí de morir por la idea de la patria, haciendo que la vida, que carece habitualmente de sentido, adquiera uno con la ofrenda de su muerte sacrificial.
 
 
       Y se oirá, mezclado con las gaitas, el antiguo alalá, alarido o grita de batalla que hace enmudecer a los que lo escuchan, que es el grito o clamor grande de la tropa al entrar en la batalla. De este modo resonarán las viejas palabras de Píndaro, que rezan así en la lengua de Homero: Κλῦθ᾿ Ἀλαλά, Πολέμου θύγατερ, / ἐγχέων προοίμιον, ᾇ θύεται / ἄνδρες ὑπὲρ πόλιος τὸν ἱρόθυτον θάνατον. «¡Escucha, Alalá, hija de la Guerra, preludio de las lanzas -o si se prefiere, de las espadas-, a quien se entregan los hombres en su condición de soldados, en nombre del Estado, en santa ofrenda de muerte sacrificial»!
 
Marte, dios de la guerra, guiado por Alalá, Wenceslaus Hollar (1607-1677) 
 
    ¿Celebraremos alguna vez no durante unas jornadas como estas sino durante todos los días del año el día de las Fuerzas Desarmadas, el desarme y el armisticio o suspensión de las actividades guerreras no como tregua temporal sino con carácter general definitivo? 

miércoles, 8 de mayo de 2024

Marginalidades

"Amo a mi país, pero no puedo matar ni morir por él": declaró el ухілиант (ukhílyant), como se denomina en Ucrania al desertor del servicio militar obligatorio.
 
Aproximadamente la mitad de los ucranianos que intentan escapar del reclutamiento son atrapados. Algunos, intentando cruzar a nado el río Tisa, mueren ahogados.
 
Palabras de Baquílides: δολόεσσα δ᾽ ἐλπὶς ὑπὸ κέαρ δέδυκεν ἐφαμερίων: Pero la esperanza engañosa se desliza en el corazón de los hombres, efímeras criaturas.

Paulina Tuchschneider dice tras su traumático paso por el ejército israelí cumpliendo el servicio militar obligatorio: Israel no puede existir sin el ejército.
 
 
El jefe del ejecutivo instaba al electorado a elegir entre la democracia, que él encarnaba, y el fango, como si no fueran lo mismo y la elección 
indiferente.  
 
 El secretario general de la OTAN quiere que los aliados europeos desembolsen cien mil millones de euros más para sostener la guerra de Ucrania contra Rusia.
 
 "El lenguaje no es la verdad. Es nuestra forma de existir en el universo", escribió Paul Auster. Lo que, dicho de otra forma, es: el lenguaje es la realidad.
 
 
 Los gobiernos de América latina movilizan a sus fuerzas armadas para librar una guerra contra el crimen organizado debido a la crisis que sufren de inseguridad.
 

martes, 7 de mayo de 2024

Invitación a leer 'La Religión del Capital' de Paul Lafargue

    «El Capital no conoce ni patria, ni frontera, ni color, ni razas, ni edades, ni sexos; es el Dios internacional, el Dios universal; ¡someterá bajo su ley a todos los hijos de los hombres!». 
La Religion du Capital, Paul Lafargue, 1886. 
 
    Paul Lafargue (1842-1911) en La Religión del Capital, que se publicó en primer lugar por entregas en 1886 como folletón de Le Socialiste, y al año siguiente se editó en formato libro, le debe mucho a su suegro Carlos Marx, por supuesto, pero también a toda la literatura socialista y anarquista del siglo XIX, lo que también puede decirse al revés: que dicha literatura le debe mucho y no poco a Paul Lafargue, que, además, puede considerarse un clásico ya de la literatura francesa. Aunque el marxismo esté de capa caída en nuestro siglo XXI, su libro no ha perdido en lo esencial nada de su fuerza subversiva y revolucionaria, que consiste en cambiar nuestra óptica haciéndonos ver la íntima conexión que existe entre la teología y la economía, poniendo de relieve que Dios es el Dinero, la primera y última epifanía de todas las cosas, la que crea todas las demás, incluidas las personas. 
     Este panfleto, que puede leerse aquí en traducción española, se presenta como un conjunto de documentos ficticios que han caído en manos de Lafargue, que habrían sido elaborados en un misterioso congreso celebrado en Londres, al que hombres de todos los países civilizados, entre las lumbreras de la ciencia, la religión, la filosofía, las finanzas, el comercio y la industria, acuden para intentar poner freno al avance de las ideas socialistas, entendido este término en su significado más amplio.
 
    Al Congreso de Londres, que es el primer capítulo, le sigue El catecismo de los trabajadores, a imitación de los catecismos de la doctrina cristiana en los que se dan respuestas cerradas a preguntas también cerradas. A continuación, el capítulo tercero nos presenta El sermón de la cortesana, en el que una prostituta invita a todas las mujeres a prostituirse afirmándose que en nuestra sociedad no hay trabajo más decente que la prostitución, preferible al de las obreras o amas de casa que dependen del trabajo de su cónyuge. Se equipara en este capítulo la prostitución, considerada el oficio más viejo del mundo, con cualquier forma de trabajo, y viene a decirse que cualquier forma de trabajo es una prostitución. El capítulo cuarto lleva un título bíblico: El Eclesiastés o El libro del Capitalista y en forma de aforismos se plantea la cuestión de la naturaleza del Capital como dios, cómo el ser humano es el elegido para su encarnación, cuáles son los deberes del capitalista, y concluye con unas máximas de sabiduría divina y unas ultima verba. El capítulo quinto presenta una retahíla de oraciones capitalistas, con su Credo, Ave Miseria y Adoración del Oro. El libro concluye con las Lamentaciones de Job-Rothschild, el Capitalista, estableciéndose una comparación entre el libro bíblico y el personaje que encarna el capitalismo decimonónico, que sería Rothschild.  

In God we trust.
 
    El panfleto es una irónica mezcla de teología y de economía, formulando la nueva religión del nuevo y verdadero Dios, que es el Capital, o sea, el Dinero. Pese a ser una ficción literaria, los personajes que aparecen en él son todos reales, por ejemplo el legado del papa de la época y el marqués de Salisbury, miembro ilustre de la derecha conservadora británica, o Samuel Morley, uno de los cabecillas de la extrema izquierda radical, o el célebre liberal darwiniano Herbert Spencer... 
 
    El panfleto no ha perdido actualidad. Es más, la actualidad ha venido a corroborar que la religión universal es el Dinero, que exige que todo se convierta en mercancía, y que eso abarque a todo el mundo, habida cuenta de la globalización que hemos sufrido del capitalismo, que todavía en la época de Marx y de Lafargue, cuando se publicó el panfleto, no se había completado, y había lugares que podían decirse que escapaban de su dominio, pero ya se veía venir el triunfo de lo que Lafargue denominó «notre très sainte Église, l'Économie politique officielle», que es la que hoy reina, interconectada digitalmente, desde Silicon Valley hasta Wall Street y las bolsas de todo el universo. 
 

 
    De Paul Lafargue hemos traducido también El derecho a la pereza, que el lector curioso puede leer aquí mismo.

lunes, 6 de mayo de 2024

Fogonazos

1.- Mientras consumimos, se consumen nuestras vidas, que son los ríos que van a dar al mar del centro comercial que es el morir, a donde van todas las existencias convertidas en mercancías a se acabar y se consumir. 
 
2.- Dice una copla popular republicana, o más precisamente, antimonárquica, que es popular por lo que ataca sin defender nada a cambio: Si tu madre quiere un rey / la baraja tiene cuatro: / rey de oros, rey de copas, / rey de espadas, rey de bastos. Otra copla aparentemente antimonárquica, pero que no lo es, y por lo tanto no puede ser popular, reza: El que quiera una corona / que se la haga de viruta, / que la del reino de España / no es para un hijo de puta. La copla no incurre en el imperdonable pecado de injuriar personalmente a nadie por su propio nombre, por ejemplo al monarca actual, mentándole a su (puta, con perdón) madre. Pero sí aparece un nombre propio geográfico, el topónimo España, configurado históricamente como "reino de España". Lo que ataca esta copla es que la corona del reino la lleve un hideputa, y no quien debería llevarla, que no se dice quién pueda ser, pero que tendría que ser un rey (o una reina) de una dinastía de sangre regia, porque no hay reino sin rey (o reina) ni realeza. 
 
3.- (Beatus ille) Feliz aquél que no se toma demasiado en serio a sí mismo y es capaz de reírse de todo y de todos, pero sobre todo y sobre todos de sí mismo y de la imagen que proyecta en el espejo, uno de esos espejos cóncavos como los que había en el madrileño callejón del Gato, que deforman la realidad al reproducirla, convirtiéndola, con la venia de Valle-Inclán, en esperpento. 
 
4.- Para ser lo feliz que se puede llegar a ser, a lo mejor hace falta algo, un poco, de buena salud, o sea, de inconsciencia de las enfermedades que incubamos, y un poco de desmemoria, o sea, de mala memoria, que es la buena porque es la que nos hace olvidar los malos tragos de la existencia, esos momentos que decidimos cancelar como si no hubieran existido. 
 
5.- Dios es el nombre común ascendido a la categoría de nombre propio parejo a la reducción del politeísmo a monoteísmo que le damos a todo eso que se nos impone desde arriba, incluida nuestra propia voluntad propia, y que hace que la realidad se vuelva contradictoria y en conflicto permanente consigo misma: el Estado, el Mercado, el Dinero, el Futuro, el Poder... Por eso el pueblo, que es más sabio de lo que pudiera parecer a simple vista, no niega la existencia de Dios, declarándose ateo, sino que, reconociéndola, la maldice, y por eso ha acuñado como si fuera una moneda de oro puro la expresión popular de la blasfemia: "¡Me cago en Dios!" 
 
6.- No pasa el tiempo. Es mentira que el tiempo pase. En el pasado no puede pasar el tiempo porque, por definición, ya ha pasado. En el futuro tampoco puede pasar porque todavía no ha pasado. Y el presente ¿qué es el presente, sino un punto de encuentro imposible entre lo que ya pasó y lo que no ha pasado todavía? Cuando dices "ahora" el momento que pretendías retener ya es agua pasada, ya no es ahora. No pasa el tiempo, no. Es mentira. ¿Que es lo que pasa, entonces, lo que está pasando ahora? Pasa todo y al mismo tiempo no pasa nada. 
7.-  El modo de producción capitalista no se define por su capacidad de producir riqueza sino, más bien, por su afán de destruirla. Si se considera que la mayoría de las mercancías que se producen hoy en el mundo dentro de seis meses estarán en el contenedor de la basura se comprende enseguida que el capitalismo no fabrica mesas, coches, ordenadores, lavadoras etcétera sino “residuos”, y que el consumidor que se empeña durante seis meses en usarlos como si fueran mesas, coches, ordenadores y lavadoras acaba él mismo siendo consumido por el deseo de sustituirlas lo antes posible por otras, dada la obsolescencia programada. La característica que más define a la sociedad de consumo en la que nos consumimos es que todos los productos que se producen y que los consumidores consumimos están programados para no durar, para durar poco, de manera que cuando se nos estropea algo, nos veamos obligados a sustituirlo en vez de a repararlo. En consumidor consumido, convertido él mismo en un residuo marginal de un sistema económico de producción que no produce, valga la redundancia, mesas, coches, ordenadores, lavadoras etcétera sino ideas, que son su verdadero producto, es decir, basura, o, dicho de otra manera, mierda escatológicamente pura. 

domingo, 5 de mayo de 2024

El libre comercio

    Por fin he recibido, después de más de veinte días de espera, el libro que había encargado “99 sonetos romanescos” de Giuseppe-Gioachino Bellien edición bilingüe, traducción, introducción y notas de Luigi Giuliani, publicado por Ediciones Hiperión en 2013.

    Vienen estos sonetos a sumarse a los 47 que tradujo Agustín García Calvo en 2006, ofreciendo nuevas versiones de algunos de los ya traducidos y otros nuevos vertidos por vez primera a nuestra lengua. 

        He seleccionado de estos últimos el que lleva por título 'Er commercio libbero' (El libre comercio), que es una conversación de una prostituta con su cliente defendiendo la dignidad de su profesión, el oficio más viejo del mundo, y quejándose en la última estrofa de la competencia de las mujeres poco profesionales que no pertenecen al  gremio. Y aunque me aparto en no pocos puntos de la versión de Luigi Giuliani, reconozco que le debo la traducción del tercer hendecasílabo, que le he copiado íntegramente.

Be'? Sò pputtana, venno la mi' pelle:
fo la miggnotta, sì, sto ar cancelletto:
lo pijo in quello largo e in quello stretto:
c'è ggnent'antro da dì? Che cose belle!

Ma cce sò stat'io puro, sor cazzetto,
zitella com'e tutte le zitelle;
 e mo nun c'è chi avanzi bajocchelle
su la lana e la paja der mi' letto.

Sai de che me laggn'io? No der mestiere
che ssarìa bbell'e bbono, e cquanno bbutta
nun pò ttrovasse ar monno antro piacere.

Ma de ste dame che stanno anniscoste
me laggno, che, vedenno cuanto frutta
lo scortico, ciarrubbeno le poste.

Roma, 16 diciembre 1832
 

 Pues ¿qué?, soy puta, me vendo en subasta,
hago la calle, sí, saco buen provecho,
y me dan por el ancho y el estrecho.
¿Hay algo que objetar? ¡Con eso basta!

Mas yo, don Pichacorta, he sido de hecho,
doncella y cual doncella, virgen casta
y hoy no hay tío que no funda la pasta
bajo la colcha de mi puto lecho.

¿Que de qué me quejo? No del oficio
que puede ser muy bueno y, cuando renta,
no hay mejor en el mundo que este vicio.

Sino de esas damas impertinentes
me quejo, que al ver cuánto tiene cuenta
el puterío, nos birlan los clientes.

sábado, 4 de mayo de 2024

Más notas marginales

Noticias del mundo:
  Se ha registrado ya el primer caso de morsa muerta por gripe aviar en el Ártico, y The Guardian alerta: El virus resucitado ya ha matado a otros mamíferos... 
 En los campus universitarios norteamericanos está surgiendo, bienvenido sea, un movimiento contra la guerra de exterminio que Israel lleva a cabo en Palestina. 
 Nuevo rapto de Europa: El toro, que es Zeus, o sea la Alianza Atlántica, seduce, rapta y acaba empujando a Europa a la guerra a fin de defender la 'democracia'. 
  Israel se defiende atacando a todos los que critican el genocidio que perpetra en Palestina acusándolos de antisemitas, confundiendo el Estado con el pueblo.
  Alístate en el ejército ucraniano, que se dispone a volver al frente a pelear como espartanos por Ucrania y la democracia contra el enemigo, contra el monstruo.

 oOo
 Variedades: 
 Que las máquinas se asemejen cada vez más y más a los seres humanos no es tan alarmante como que los homínidos nos hayamos convertido en máquinas robotizadas.
  Etimología de cretino: Del francés crétin, 'cristiano' en dialecto francés de Suiza, eufemismo compasivo (pobre cristiano) del que sufría el mal del cretinismo.
 Decía Cocteau que si el fuego quemara su casa, sólo salvaría una cosa de las llamas del incendio: el fuego. No tendría donde vivir, pero en él el fuego viviría.
 
Vano e inútil el intento de aprender a vivir porque cuando aprendemos a hacerlo gracias a la experiencia acumulada ya es demasiado tarde a fin de aprovecharla.
 Los estados se han desarrollado históricamente como máquinas de guerra para "mantener la paz" mediante el uso de la violencia, generando violencia por doquier.
 Cuando el fotógrafo nos pide que sonriamos a la cámara para tomarnos una fotografía, la sonrisa se convierte enseguida en un rictus o idea forzada de sí misma.
 Ya no importa tanto el número del Documento Nacional de Identidad que otorga la policía, como el del teléfono móvil o celular, en el que cabe el alma personal.
 
 En una relación tóxica el elemento más pernicioso amenaza a menudo con dejar al otro -chantaje emocional- en pos de afecto ególatra y adhesión inquebrantable.
 Tras haber erradicado mediante vulvectomía el tumor maligno, la ginecóloga dijo que podía volver a reproducirse porque las vulvas solían ser muy traicioneras.
 A veces no basta toda una vida por larga que pueda ser para desaprender lo mucho mal aprendido que nos hemos dejado meter en la cabeza y allí se ha sedimentado. 
  Cuando se dice de alguien que no tiene ni (puta o ni puñetera) idea, se está diciendo en realidad lo contrario: alberga muchas ideas, demasiadas ideas todavía.
  El término obeso, que destituyó a gordo, se sustituye ahora por ABCD, acrónimo políticamente correcto de Adiposity Based Chronic Disease, para no estigmatizar.

Gordito Relleno ya no sería obeso, eufemismo de gordo, sino alguien con una Enfermedad Crónica Basada en la Adiposidad, o sea un ABCD en la lengua del Imperio. 

viernes, 3 de mayo de 2024

Pareceres XLVII

231.- Credibilidad. Me llama la atención el uso y el abuso que se hace de la palabra “credibilidad”: los periodistas lamentan su pérdida, dicen que los partidos políticos y los sindicatos no tienen, porque la han perdido, la “credibilidad” que necesitan, porque el pueblo, o la ciudadanía, como prefieren ellos, ha dejado de creer y de tener fe en la casta sacerdotal. Fe es una palabra religiosa, que ya casi nadie emplea. Ahora se prefiere usar “credibilidad” que es su versión laica y es vocablo más largo, rimbombante y altisonante, frente a la monosilábica virtud teológica, que parece que sabe a muy poquito. Pero no nos engañemos: es lo mismo. Los políticos han perdido la credibilidad o la confianza, como dicen otras veces, es decir, la fe que sus votantes depositaban en ellos en el acto eucarístico y litúrgico de introducir su voto en la ranura de una urna democrática. Son conscientes de ello, no son tontos, por eso quieren recuperar la confianza perdida. Están dispuestos a modificar todo lo que haga falta, porque están nerviosos y no quieren que se les acabe el chollo, porque quieren que siga habiendo partidos políticos y democracia contra la voz popular, uox populi de "No nos representan", para que nadie ponga en tela de juicio el futuro político de esta casta social y sacerdotal, más peligrosa que la de los funcionarios, que ya es decir, que son los políticos profesionales, aquellos que se arrogan la representación de la voluntad popular; una voluntad que, por cierto, no sabe lo que quiere, pero sí lo que  no quiere: No quiere que se la convierta en "electorado" ni que la represente nadie. Pero el sistema necesita el sostenimiento de la fe, que es su cimiento, o de la confianza, que es el sustituto laico de la virtud teologal, para poder mantenerse en pie. 
 

 
232.- Amor conyugal. Hay algunos emparejamientos o matrimonios, ya sean heterosexuales o sean ya homosexuales donde están estos últimos legalmente contemplados, que acaban desemparejándose bien, pero muchos otros, en una inmensa mayoría, duran toda la vida, hasta que la muerte irremediable separa a los dos cónyuges con un golpe seco de su guadaña. El divorcio, lejos de acabar con la sacrosanta institución del matrimonio como temían los defensores a ultranza del vínculo matrimonial, lo fortalece: se cambia de pareja, pero se mantiene el yugo que unce a los dos bueyes, la yunta que los convierte en cónyuges. El peligro del amor conyugal está en que a veces se convierte no en un amor a otra persona, sino al yugo del "conyuguio". 
 
233.- El hígado y el corazón. Un verso de Hassan Ibn Thabit dice literalmente así en su lengua original árabe: لَقَدْ سَعَرَتْ حمى الهَوَى كَبِدِي laqad saearat hamaa alhawaa kabidi, es decir: “La fiebre del deseo el hígado me abrasó” pero debe traducirse mejor como: La fiebre del deseo abrasó mi corazón. ¿Cuál es la razón? La palabra árabe kabid  significa literalmente “hígado”, porque para el mundo árabe era el hígado la sede de los sentimientos y emociones y no el corazón como en la cultura occidental. Para los romanos, el corazón era la sede de la memoria: de ahí la etimología de recordari: traer al corazón, o sea, guardar en la memoria, como atestiguan algunas de nuestras lenguas: by heart en inglés, par coeur en francés, de coro, en castellano viejo, expresiones todas que significan 'de memoria'. La atribución a los órganos del cuerpo de cualidades sentimentales o neurológicas es por lo tanto arbitraria. Los versos de Hassan ibn Thabit, que cita Ibn Madyan, continúan hablando de que su herida no tiene médico ni cura excepto aquél cuyo amor lo ha herido -ignoro si se trata de Dios, del divino profeta o de algún efebo o amante masculino-: sólo él, sea quien sea, puede consolarlo y remediarlo. Aristóteles decía que: “pensamos con el corazón, y el cerebro solo se dedica a enfriar la sangre proveniente del mismo después de haber pensado, actuando como un refrigerador de la sangre”. El corazón se configuraba así como el órgano de las pasiones, calentaba tanto la sangre cuando estaba apasionado, que esta se refrigeraba sólo en el cerebro, que la devolvía fría al resto del cuerpo para que siguiera funcionando con normalidad en su lento y pausado caminar hacia la muerte.  
 

234.- Cáñamo y cánnabis. Que el cáñamo (término procedente del latín vulgar cannabum, derivado del latín clásico cannabis, préstamo tomado del griego κάνναβις) era una planta medicinal ya lo sabían los antiguos. La evolución del nombre se explica en primer lugar por el cambio de la terminación: se sustituye -is, por -um, que evoluciona a -o tras la pérdida del fonema nasal final y la apertura de la -u en -o (sólo conservamos la -u latina final en unos pocos cultismos como espíritu, tribu, ímpetu...), la -b- se nasaliza convirtiéndose en -m-, fenómeno un tanto irregular que vemos también en como el nombre Iacobus se convierte en italiano en Giàcomo, y las dos -nn- latinas se palatalizan y se convierten en nuestra -. El caso es que nos encontramos con un doblete cáñamo/cánnabis, donde el término patrimonial cáñamo es el nombre de la planta también llamada estopa y bramante, que sirve para hacer cosas como jarcias, redes, hondas, zapatillas, cuerdas, ropa y tejidos..., y por otra parte el cultismo cánnabis es la sustancia estupefaciente (marihuana, maría, hachís o grifa) o terapéutica, si cabe hacer tal distingo. Precisamente este último uso ya era conocido por los antiguos: Nomen istius herbe Canabe. Nascitur autem hęc herba locis asperis et secus vias iuxta sepes. Prima cura ipsius ad sanandum: "El nombre de esta hierba es cáñamo y cánnabis. Por otro lado, nace esta hierba en lugares agrestes y al borde de los caminos junto a las cercas. Su principal utilidad es para sanar."
 
 
235.- Contrarreloj. Suena el despertador, ese toque cuartelero de diana que pretende que te despiertes para que en realidad sigas durmiendo y sigas por lo tanto sin enterarte de nada de lo que pasa a tu alrededor y sin darte cuenta, por lo tanto, de cómo son las cosas en el mundo en la vigilia. El reloj te mata, te va envejeciendo y hurtándote el tiempo de tu vida, porque convierte tu vida al computarla en rutina cronometrada, en hojas de agenda y de calendario. Pero no sólo el reloj de la muñeca, sino el que llevas interiorizado en la cabeza. Como dijo Antonin Artaud, el poeta maldito, cuando inventaron el reloj “nos hicieron esclavos de nuevo”. Pero él sabía mejor que nadie que en realidad nunca habíamos dejado de ser esclavos, y quizá nunca seríamos libres.  Nos sacaron el grillete de los tobillos y nos pusieron las esposas en las muñecas. El reloj de pulsera y el calendario, que se inventaron para medir el paso imposible del tiempo, que es un continuo,  y por lo tanto es falso y mentira que pase, que corra, que vuele, acabaron creándolo y haciéndolo real, ordenándolo, dividiéndolo y subdividiéndolo para que pasara, y esclavizándonos a nosotros a sus despóticos dictados.