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jueves, 9 de mayo de 2024

Asturias de mis amores

    Asturias se convertirá este año, si Dios no lo remedia y me temo que no va a remediarlo, porque el dios al que me refiero y al que así se honra es el viejo dios de la guerra, Ares o Marte, bajo la advocación actual de Dios de Defensa, en la sede de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas que se alarga a tres  días: 22, 24 y 25 de mayo.  Allí resonará, al ritmo del Asturias, patria querida y al son de la gaita y el tambor, el alalá o alalé, la vieja grita onomatopéyica de combate, hija que era de la guerra misma, la voz ejecutiva que nace del fragor de las armas y del ardor guerrero.

    Gijón acogerá la revista aeronaval, que para eso es puerto marítimo. En la playa de San Lorenzo se realizará un desembarco y una operación simulada, y las calles de la capital del principado, por su parte, contemplarán el desfile terrestre el sábado.

   Vetusta, la ilustre ciudad que dormía la siesta, será despertada entre otras atracciones, por el desfile marcando el paso al ritmo de la música militar de los tanques acorazados Leopard(o), como los diez que regaló nuestro gobierno progresista a Ucrania para sostener y que progrese su guerra contra Rusia, y no faltará la mascota de la Legión, que este año es un borrego, por algo será, de dos años llamado "Baraka", que resulta así enternecedor.
 
 
    Se prevé la participación de más de 5.500 uniformados de los dos ejércitos, de la Armada y de la Guardia Civil, y la presencia del Rey de las Españas. El Día de las Fuerzas Armadas se triplica así en dos jornadas: una dedicada al ejército del aire y a la armada, y otra al de tierra. Pero no se queda ahí la cosa. Al parecer el evento arrancará el miércoles 22 con diferentes actos y exhibiciones en ambas ciudades asturianas, buscando "subrayar la identificación de los ejércitos con el pueblo español, del que forman parte y al que sirven», todo ello fomentando unas jornadas de encuentro y comunicación entre ciudadanos, tanto civiles como militares, para acentuar su recíproca comprensión.
 
    Sobrevolarán aviones que pintarán los cielos asturianos con los colores de la bandera rojigualda.  Con la bandera, que es el símbolo de la patria, se homenajeará a los que dieron su vida por España, y, con ello de paso, al hecho en sí de morir por la idea de la patria, haciendo que la vida, que carece habitualmente de sentido, adquiera uno con la ofrenda de su muerte sacrificial.
 
 
       Y se oirá, mezclado con las gaitas, el antiguo alalá, alarido o grita de batalla que hace enmudecer a los que lo escuchan, que es el grito o clamor grande de la tropa al entrar en la batalla. De este modo resonarán las viejas palabras de Píndaro, que rezan así en la lengua de Homero: Κλῦθ᾿ Ἀλαλά, Πολέμου θύγατερ, / ἐγχέων προοίμιον, ᾇ θύεται / ἄνδρες ὑπὲρ πόλιος τὸν ἱρόθυτον θάνατον. «¡Escucha, Alalá, hija de la Guerra, preludio de las lanzas -o si se prefiere, de las espadas-, a quien se entregan los hombres en su condición de soldados, en nombre del Estado, en santa ofrenda de muerte sacrificial»!
 
Marte, dios de la guerra, guiado por Alalá, Wenceslaus Hollar (1607-1677) 
 
    ¿Celebraremos alguna vez no durante unas jornadas como estas sino durante todos los días del año el día de las Fuerzas Desarmadas, el desarme y el armisticio o suspensión de las actividades guerreras no como tregua temporal sino con carácter general definitivo? 

lunes, 25 de octubre de 2021

Crisantemos para los muertos

El crisantemo simboliza la luz solar en el Extremo Oriente. Vino del país del Sol naciente a Europa, donde fue bautizado, no sin razón, con el nombre griego de χρυσός (chrysós, oro) y ἄνθεμον (ánthemon, flor), la flor dorada a causa del oro de sus pétalos.

El poeta Píndaro, muchos siglos antes de que llegara el crisantemo a la vieja Europa, ya cosechó el nombre:   ἄνθεμα χρυσοῦ (ánthema chrusoú, flores de oro) en uno de sus epinicios olímpicos. Leemos así en la traducción de Gredos de Alfonso Ortega de la Olímpica segunda: "...Allí con sus soplos / las brisas oceánicas envuelven la Isla / de los Bienaventurados; y flores de oro relucen, / unas de la tierra, nacidas de fúlgidos árboles, / y otras el agua las cría, / con cuyas guirnaldas enlazan sus manos y trenzan coronas".

Hay, por supuesto, crisantemos de otros colores, también bellísimos, blancos como la nieve, o rojos como la sangre, pero el crisantemo por excelencia es el amarillo,  que evoca la luz del sol: ex Oriente lux


La efímera floración del crisantemo coincide con el final de octubre y el comienzo de noviembre, cuando se conmemora la festividad cristiana de Todos los Santos y, al día siguiente, de los Fieles Difuntos. El cristianismo santifica la muerte, que abre la paradójica puerta de la vida verdadera y eterna, lo que no deja de ser un insulto para esta nuestra efímera y falsa vida terrenal.

Curiosa paradoja, lo que era una flor de vida en oriente se convierte en el occidente cristiano en la flor que honra la memoria de los muertos. Pero la muerte no existe aquí y ahora; la muerte real es siempre futura. Ya lo dijo el divino Epicuro, que nos libra de su temor con el consuelo de la razón, así como su paladín latino Lucrecio: Nil igitur mors est ad nos neque pertinet hilum: Nada es pués a nosotros la muerte y nada nos toca, como tradujo el célebre hexámetro García Calvo. 

Diógenes Laercio, en sus Vidas y opiniones de los filósofos ilustres (X, 125-126), obra a la que tanto debemos, nos ha transmitido esta preciosa carta de Epicuro a Meneceo. Merece la pena leerla en el original griego: 

τὸ φρικωδέστατον οὖν τῶν κακῶν ὁ θάνατος οὐθὲν πρὸς ἡμᾶς, ἐπειδή περ ὅταν μὲν ἡμεῖς ὦμεν, ὁ θάνατος οὐ πάρεστιν· ὅταν δ᾽ ὁ θάνατος παρῇ, τόθ᾽ ἡμεῖς οὐκ ἐσμέν. οὔτε οὖν πρὸς τοὺς ζῶντάς ἐστιν οὔτε πρὸς τοὺς τετελευτηκότας, ἐπειδήπερ περὶ οὓς μὲν οὐκ ἔστιν, οἱ δ᾽ οὐκέτι εἰσίν. 

El más aterrador por tanto de los males, la muerte, nada es para nosotros, por cuanto mientras nosotros estamos, la muerte no está presente; y cuando la muerte esté presente, entonces nosotros no estaremos. Por tanto, ni para los que están vivos es, ni para los que han muerto, por cuanto para unos no está, y los otros ya no están ellos. 

ἀλλ᾽ οἱ πολλοὶ τὸν θάνατον ὁτὲ μὲν ὡς μέγιστον τῶν κακῶν φεύγουσιν, ὁτὲ δὲ ὡς ἀνάπαυσιν τῶν ἐν τῷ ζῆν [κακῶν αἱροῦνται. ὁ δὲ σοφὸς οὔτε παραιτεῖται τὸ ζῆν] οὔτε φοβεῖται τὸ μὴ ζῆν· οὔτε γὰρ αὐτῷ προσίσταται τὸ ζῆν οὔτε δοξάζεται κακὸν εἶναι τὸ μὴ ζῆν. ὥσπερ δὲ τὸ σιτίον οὐ τὸ πλεῖον πάντως ἀλλὰ τὸ ἥδιστον αἱρεῖται, οὕτω καὶ χρόνον οὐ τὸν μήκιστον ἀλλὰ τὸν ἥδιστον καρπίζεται. 

Pero la muchedumbre ora huye a la muerte como el peor de los males, ora como cese de cuanto hay en el vivir [de malo la elige. El sabio en cambio, ni repudia el vivir] ni teme el no vivir; pues ni lo hastía el vivir ni cree que sea un mal el no vivir; y así como no elige la comida más abundante, sino la más sabrosa, así tampoco disfruta el tiempo más largo, sino el más placentero. 


Incompatibilidad, pues, de caracteres entre la muerte y nosotros. Los muertos tampoco existen. O mejor dicho: los únicos muertos que existen somos nosotros mismos, los seres supuestamente vivientes aquí y ahora. El día de Todos los Santos es el día de todos nosotros, nuestro día. Crisantemos, pues, para nosotros, para todos.

Una referencia literaria española: Mariano José de Larra escribe en "Día de Difuntos de 1836. Fígaro en el cementerio": ¿Dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? Un vértigo espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver claro. El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento, cada corazón la urna cineraria de una esperanza o de un deseo.   

domingo, 22 de noviembre de 2020

"Dinero el hombre, el hombre es dinero"

Píndaro, en su Ístmica segunda, canta la victoria que ahora no nos interesa demasiado del auriga Jenócrates de Agrigento que había ganado la carrera en los juegos celebrados en Corinto. 

Rostro del auriga de Delfos
 
En los versos 11 y 12, sin embargo, se hace eco de una máxima χρήματ᾽ ἀνήρ (chrémat' anér), que significa literalmente “Dinero es un hombre” o bien “Un hombre es dinero”, y que es una reflexión importante. Aparece por primera vez atestiguada en el poeta Alceo, quien se la atribuye al espartano Aristodamo, que llegó a esa conclusión después de quedarse sin dinero y sin amigos. Algo muy parecido a nuestro "tanto tienes, tanto vales". En palabras de Alceo: Dicen que Aristodamo profirió / en Esparta una vez una sentencia / nada estúpida: “El hombre es su dinero: / no hay ningún pobre honrado ni estimado”(ὢς γὰρ δή ποτ᾿ Ἀριστόδα- / μον φαῖσ᾿ οὐκ ἀπάλαμνον ἐν Σπάρτᾳ λόγον / εἴπην· χρήματ᾿ ἄνηρ, πένι- / χρος δ᾿ οὐδ᾿ εἴς πέλετ᾿ ἔσλος οὐδὲ τίμιος).

Píndaro, no obstante, menciona como autor de ese proverbio no al espartano Aristodamo sino a un argivo cuyo nombre propio omite. He aquí los versos de Píndaro, quien repite dos veces la palabra dinero, para enfatizar el término crematístico,  en versión original: ἁ Μοῖσα γὰρ οὐ φιλοκερδής πω τότ᾽ ἦν οὐδ᾽ ἐργάτις· / οὐδ᾽ ἐπέρναντο γλυκεῖαι μελιφθόγγου ποτὶ Τερψιχόρας / ἀργυρωθεῖσαι πρόσωπα μαλθακόφωνοι ἀοιδαί. / νῦν δ᾽ ἐφίητι τὸ τὠργείου φυλάξαι / ῥῆμ᾽ ἀλαθείας ἐτᾶς ἄγχιστα βαῖνον, / ‘χρήματα, χρήματ᾽ ἀνήρ,’ ὃς φᾶ κτεάνων θ᾽ ἅμα λειφθεὶς καὶ φίλων.

Algunos traductores anglosajones, haciéndose eco del proverbio inglés “money makes the man” (el dinero hace al hombre), por ejemplo William Race,  suelen traducir así el fragmento de Píndaro:  "Money, money makes the man," / said he who lost his possessions and his friends as well. (“El dinero, el dinero hace al hombre” / dijo el que perdió sus posesiones y sus amigos también). El proverbio presenta la palabra hombre en el sentido específico de varón y no genérico de ser humano, que en griego se dice ἄνθρωπος (ánthropos).  

Los traductores ingleses acercan así el refrán griego al inglés de que es el dinero el que hace al hombre, pero, sin ser muy mala, no es una óptima traducción porque la frase griega es una frase nominal en la que, como suele ser habitual faltando el predicado verbal, hay omisión de la cópula. En efecto, las formas copulativas griegas ἐστί y εἰσί suelen omitirse en la lengua de Homero en proverbios y en expresiones abstractas breves, por lo que χρήματ᾽ ἀνήρ significa literalmente “Dinero es un hombre” o bien “Un hombre es el dinero”.

Andando el tiempo, Friedrich Engels sugerirá que es propiamente la mujer la primera forma de dinero, sobre la que el varón establece su derecho de propiedad en el seno de la familia monogámica, que incluye también a los hijos y a los esclavos. Las mujeres, al igual que el ganado, eran un valor de cambio y, por lo tanto, estaban cosificadas y podían comprarse. El refrán griego se refiere también al varón, que vale lo que su dinero. Si es pobre, no solo carece de propiedades, incluidas las mujeres, sino también de amigos y reconocimiento social entre sus iguales. 

Me permito reproducir aquí la traducción de Píndaro en impecable verso castellano de don Ignacio Montes de Oca, con perdón de sus manes, publicada en 1883, que es la mejor que conozco, retocando su versión del proverbio, que traduce χρήματα por oro y ἀνήρ por mortal, lo que no es muy disparatado en sí presentando al oro como demiurgo o hacedor de todo,  que dice: “mortal, el oro, el oro todo lo hace”.  He tenido que modificar para ello la rima consonante. Así copio su traducción y modifico ligeramente los dos últimos hendecasílabos, incluida su rima. (También he modificado el final del verso sexto, donde se cita por su nombre propio a la Musa que deleita con la danza, quizá la más bella de las hijas de Zeus y de la Memoria,  que dice en la versión de don Ignacio Terpsícore a vender se sujetaba y lo cambio por Terpsícore a venderlos se prestaba).

Entonces codiciosa / no era la Musa hermosa, / ni por rüin salario se alquilaba; / ni melosos encantos / de plateados cantos / Terpsícore a venderlos se prestaba. / Mas hoy, el dicho altivo / que, abandonado y pobre, el sabio argivo / triste lanzó resulta harto certero: / Dinero el hombre, el hombre es dinero.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Sueño de una sombra, el hombre (Traduciendo a Píndaro)

Suscribo lo que dice Rubén Bonifaz Nuño, uno de los traductores de Píndaro al castellano: Es ya lugar común, y constituye verdad innegable, la afirmación de que la poesía de Píndaro es intraducible. En efecto, si se leen las versiones que de tal poesía se han intentado en diferentes lenguas, incluso la latina, y se comparan con su original, se echará de ver al punto que no son otra cosa que algo como sombra suya desfigurada. Una afirmación que podría generalizarse, añado yo, a cualquier otro poeta, y a la poesía en general que es intraducible de una lengua a otra si no se recrea y canta en verso y ritmo, pero centrémonos en Píndaro.

Sirva como ejemplo de lo que dice Bonifaz Nuño, una pequeña muestra de los conocidísimos versos 95, 96 y 97 de la octava Pítica de Píndaro, un epinicio dedicado a cantar la victoria de un tal Aristómenes de Egina, que logró la corona en la especialidad del pugilato en los juegos píticos celebrados en Delfos, epinicio compuesto en el año 446 a. de C. 

 
ἐπάμεροι· τί δέ τις; τί δ᾿ οὔ τις; σκιᾶς ὄναρ / ἄνθρωπος. ἀλλ᾿ ὅταν αἴγλα διόσδοτος ἔλθῃ, / λαμπρὸν φέγγος ἔπεστιν ἀνδρῶν καὶ μείλιχος αἰών. 

August Boeckh los tradujo al latín así: Diem unum viventes! quid tandem est quis? quid non quis? Umbrae somnium homo. Sed quando splendor ab Iove datus venit, fulgens lumen adest hominibus et suavis vita. 

Traducción literal de Rubén Bonifaz Nuño en prosa -o verso libre de la tiranía del verso- , publicada por la UNAM: ¡Efímeros! ¿Qué es alguien? ¿Y qué no es alguien? De una sombra es el sueño / la gente. Pero cuando el fulgor dado de Zeus es venido / deslumbrante luz de los hombres adviene, y como miel una edad. 

Píndaro exalta a un vencedor en los Juegos Olímpicos, Giuseppe Sciuti (1872) 

Traducción literal en prosa -o verso libre de la tiranía del verso- de Alfonso Ortega, atenta al contenido, publicada por Gredos: ¡Seres de un día! ¿Qué es uno? ¿Qué no es? ¡Sueño de una sombra / es el hombre! Pero si llega la gloria, regalo de los dioses, / hay luz brillante entre lo shombres y amable existencia. /

Traducción de Ignacio Montes de Oca publicada en Madrid en 1833 en heptasílabos y hendecasílabos castellanos, con rimas consonantes: El hombre es flor de un día / ¿qué soy? o ¿qué no soy? ¿quién me diría? / Sombras somos: ¿qué digo? / de sombra fugitiva sueño vano; / mas si Jove al abrigo / nos presta de su manto soberano, / aureola esplendente / dorará nuestra vida eternamente. 

 Los luchadores (Galería de los Ufizi, Florencia)

No me resisto a incluir esta versión al francés que hace Marguerite Yourcenar en su preciosa antología particular de la poesía grecolatina La Couronne et la Lyre de los susodichos versos de Píndaro, que ella titula: LE SORTE DE L'HOMME: ...Éphémeres! / Qu'est l'homme? Que n'est pas l'homme? L'homme est le rêve / d'une ombre... Mais quelques fois, comme / un rayon descendu d'en haut, la lueur brève / d'une joie embellit sa vie, et il connaît / quelque douceur... ("LA SUERTE DEL HOMBRE: ...¡Efímeros! / ¿Qué es el hombre? ¿Qué no es el hombre? El hombre es el sueño / de una sombra... Pero a veces, como / un rayo caído de lo alto, el resplandor breve / de un gozo embellece su vida, y conoce / alguna dulzura...") 
 
Resulta curioso, por lo que al contenido se refiere, cómo han vertido al castellano la primera palabra del fragmento de Píndaro:  ἐπάμεροι: efímeros, seres de un día, (el hombre es) flor de un día. El helenismo griego 'efímeros' significa, en efecto, "que dura un día", o como lo traduce al latín August Boeckh unum diem viventes "que viven un solo día". El diccionario de la Academia recoge el término cuya etimología remonta al griego bizantino ἐφήμερος ephḗmeros 'de un día' para explicar el iotacismo o pronunciación de la "e" larga como "i", con el significado en primer lugar de "pasajero, de corta duración" y en segundo lugar su significado etimológico de "que tiene la duración de un solo día".