Suscribo lo que dice Rubén Bonifaz Nuño, uno de los traductores de Píndaro al castellano: Es ya lugar común, y constituye verdad innegable, la afirmación de que la poesía de Píndaro es intraducible. En efecto, si se leen las versiones que de tal poesía se han intentado en diferentes lenguas, incluso la latina, y se comparan con su original, se echará de ver al punto que no son otra cosa que algo como sombra suya desfigurada. Una afirmación que podría generalizarse, añado yo, a cualquier otro poeta, y a la poesía en general que es intraducible de una lengua a otra si no se recrea y canta en verso y ritmo, pero centrémonos en Píndaro.
Sirva como ejemplo de lo que dice Bonifaz Nuño, una pequeña muestra de los conocidísimos versos 95, 96 y 97 de la octava Pítica de Píndaro, un epinicio dedicado a cantar la victoria de un tal Aristómenes de Egina, que logró la corona en la especialidad del pugilato en los juegos píticos celebrados en Delfos, epinicio compuesto en el año 446 a. de C.
ἐπάμεροι· τί δέ τις; τί δ᾿ οὔ τις; σκιᾶς ὄναρ / ἄνθρωπος. ἀλλ᾿ ὅταν αἴγλα διόσδοτος ἔλθῃ, / λαμπρὸν φέγγος ἔπεστιν ἀνδρῶν καὶ μείλιχος αἰών.
August Boeckh los tradujo al latín así: Diem unum viventes! quid tandem est quis? quid non quis? Umbrae somnium homo. Sed quando splendor ab Iove datus venit, fulgens lumen adest hominibus et suavis vita.
Traducción literal de Rubén Bonifaz Nuño en prosa -o verso libre de la tiranía del verso- , publicada por la UNAM: ¡Efímeros! ¿Qué es alguien? ¿Y qué no es alguien? De una sombra es el sueño / la gente. Pero cuando el fulgor dado de Zeus es venido / deslumbrante luz de los hombres adviene, y como miel una edad.
Píndaro exalta a un vencedor en los Juegos Olímpicos, Giuseppe Sciuti (1872)
Traducción literal en prosa -o verso libre de la tiranía del verso- de
Alfonso Ortega, atenta al contenido, publicada por Gredos: ¡Seres de un día! ¿Qué es uno? ¿Qué no es? ¡Sueño de una sombra / es el hombre! Pero si llega la gloria, regalo de los dioses, / hay luz brillante entre lo shombres y amable existencia. /
Traducción de Ignacio Montes de Oca publicada en Madrid en 1833 en heptasílabos y hendecasílabos castellanos, con rimas consonantes: El hombre es flor de un día / ¿qué soy? o ¿qué no soy? ¿quién me diría? / Sombras somos: ¿qué digo? / de sombra fugitiva sueño vano; / mas si Jove al abrigo / nos presta de su manto soberano, / aureola esplendente / dorará nuestra vida eternamente.
Los luchadores (Galería de los Ufizi, Florencia)
No me resisto a incluir esta versión al francés que hace Marguerite Yourcenar en su preciosa antología particular de la poesía grecolatina La Couronne et la Lyre de los susodichos versos de Píndaro, que ella titula: LE SORTE DE L'HOMME: ...Éphémeres! / Qu'est l'homme? Que n'est pas l'homme? L'homme est le rêve / d'une ombre... Mais quelques fois, comme / un rayon descendu d'en haut, la lueur brève / d'une joie embellit sa vie, et il connaît / quelque douceur... ("LA SUERTE DEL HOMBRE: ...¡Efímeros! / ¿Qué es el hombre? ¿Qué no es el hombre? El hombre es el sueño / de una sombra... Pero a veces, como / un rayo caído de lo alto, el resplandor breve / de un gozo embellece su vida, y conoce / alguna dulzura...")
Resulta curioso, por lo que al contenido se refiere, cómo han vertido al castellano la primera palabra del fragmento de Píndaro: ἐπάμεροι: efímeros, seres de un día, (el hombre es) flor de un día. El helenismo griego 'efímeros' significa, en efecto, "que dura un día", o como lo traduce al latín August Boeckh unum diem viventes "que viven un solo día". El diccionario de la Academia recoge el término cuya etimología remonta al griego bizantino ἐφήμερος ephḗmeros 'de un día' para explicar el iotacismo o pronunciación de la "e" larga como "i", con el significado en primer lugar de "pasajero, de corta duración" y en segundo lugar su significado etimológico de "que tiene la duración de un solo día".
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