La
diferencia entre izquierdas y derechas se ha difuminado: votar es un
ejercicio conformista y trivial de expresión de gustos y preferencias
personales.
El
acrónimo TINA (there is no alternative, no hay alternativa), esgrimido como
eslogan por Margaret Thatcher, justificaba lo injustificable: la realidad.
Tengo
que trabajar no pocas horas diarias, me pagan un salario de miseria,
pero tengo que estar contento y agradecido porque tengo
un trabajo por lo menos.
¿Cuántos
Imperios que se creían eternos e inamovibles no han caído uno tras otro a lo
largo de la Historia? ¿No sucederá lo mismo con el que ahora padecemos?
Lo
cantaba Radio Futura en los ochenta: Nunca se puede saber / lo que va a
ocurrir mañana, / salvo que al fin de semana / sigue el lunes otra vez.
Una
palabra: mortinato. Procede del latín mortuus 'muerto' y natus 'nacido'.
Significa "ser vivo que nace muerto". Todos, de algún modo, somos
mortinatos.
¿Cómo
se entiende que unas mismas acciones, dependiendo del punto de vista que
adoptemos, sean hazañas heroicas para unos y para otros actos terroristas?
Sobre la procrastinación. Dos
hendecasílabos finales de un soneto de Lope de Vega: "Mañana, le
abriremos", respondía, / para lo mismo responder mañana.
La
función fundamental de las Fuerzas de Seguridad del Estado es crear
inseguridad: que cunda el pánico para que la gente, acojonada, demande
protección.
Previsión meteorológica.
Siempre en estado de alerta permanente ante el temporal que se avecina: alerta
amarilla, naranja, roja. Lo peor está por venir.
MEA
MAXIMA CVLPA. En la Edad Media, en los tiempos de la vieja religión, todos
éramos pecadores; ahora en la férrea Edad Contemporánea todos somos culpables.
¿Estado
del Bienestar o bienestar del Estado? ¿Quién quiere estar bien? Nadie: Lo que
cualquiera quiere no es bien estar, sino vivir bien, que no es lo mismo.
ALIVS
ET IDEM: Otro y el mismo. Esta expresión indica que un individuo cambia y sigue
siendo el mismo. Cualquiera. Yo mismo, por ejemplo: cambio y soy el mismo.
La
antítesis de la víctima y el verdugo halla su síntesis perfecta y más cumplida
en el heautontimorúmeno: víctima y al mismo tiempo verdugo de sí mismo.
Los
cristianos en el siglo IV pasaron de perseguidos a perseguidores, de víctimas a
verdugos de los que no eran cristianos, y también de sí mismos.
Tenemos
demasiadas ideas. O mejor dicho: nos tienen a nosotros. Si no se materializan
por las buenas, lo hacen por las malas, llegando incluso a matar.
Pregunta
y respuesta redundante de Charles Darwin: ¿Quiénes sobreviven? Los que mejor se
adaptan. ¿Quiénes son los que mejor se adaptan? Los que sobreviven.
Otra
pregunta y respuesta redundante: ¿Quiénes ganan? Los mejores. Pero ¿quiénes son
los mejores? Los ganadores. ¿Son los perdedores, acaso, los peores?
Al pan, pan; y al vino, vino. Nuestra actual Ministra de Defensa oculta que el Ministerio que regenta es el de la Guerra y el de Marte, el dios beligerante.
A
los políticos a veces se les escapa la verdad por la boca y hablan entonces de
la dictadura de los mercados, de las leyes mercantiles que nos gobiernan.
En las instituciones académicas no fluye el diálogo sino el monólogo de la letra escrita, y lo proclamo ex cáthedra desde mi execrable condición de profesor.
La
palabra Estado está emparentada etimológicamente con establo y estabulación, lo
que nos reduce a votantes y contribuyentes a la condición de reses de ganado.
Si
hay algo que nos es común a todos, es el lenguaje oral, la lengua materna y
analfabeta, y no la letra escrita de la escuela que sólo con sangre entra.
Las
palabras dicen a veces más de lo que parece a simple vista: partidos políticos,
por ejemplo, porque parten al pueblo y lo tienen repartido y dividido.
A
cambio de nuestro voto y de la contribución con nuestro diezmo a la
Hacienda Pública, papá Estado nos ofrece una vida estable y llena... de
aburrimiento.
Todo
cambia para no variar, o todo varía para no cambiar. Es la suma paradójica del
tópico del OMNIA MVTANTVR con el NE VARIENTVR de la edición definitiva.
La
razón no es patrimonio de algunos, de los que creen tenerla, sino de todos,
porque es diálogo y no monólogo, discusión que fluye a través de las palabras.
Puede
que la razón sea un río que fluye. Si quieres tenerlo, tienes que detenerlo y
contenerlo, y entonces ya no es un río: es un embalse o un pantano.
Los
paladines defensores del realismo vociferan: ¡Así es la realidad! ¡Así son las
cosas! Pero siempre caben la duda y la pregunta: ¿Cómo son las cosas?
Lenguaje
corriente y moliente, que fluye como el agua y corre de boca en boca, y, al
molerse con el uso, se va puliendo como los cantos rodados de los ríos.
Si
necesita que creamos en ella para poder mantenerse en pie, es que sin nuestra
fe su credibilidad no se sostiene y se viene abajo el edificio de la realidad.
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