jueves, 22 de octubre de 2020

Breve mensajería antisistémica

Nos embarga a veces la ilusión y afán de poseer algo que nos falta, cuando la mayor satisfacción a nuestro alcance sería librarnos de lo mucho que nos sobra.

La psicosis sin precedente desencadenada por el virus de Dios ha llegado hasta el último rincón del planeta enmascarado, y nunca mejor dicho: se ha viralizado.

La medicina, enemiga como es de la salud pública, es,  más que una epidemia,  una pandemia que se cierne sobre toda la población, de la que no se libra ni Dios. 

Creemos que somos dueños y señores de “nuestras” ideas cuando, en realidad, son ellas las que se apoderan de nosotros avasallándonos: no las usamos, nos usan.

Frente a la pareja, algunas personas optan por la sologamia, y se casan consigo mismas: mal matrimonio. Ser fiel a uno mismo es traicionar a los demás.

Si te quieres mucho a ti mismo acabarás como Narciso, traicionando a la ninfa Eco y a todos los demás, y ahogado en la ciénaga autocomplaciente de los selfis.
 
Los psicagogos (psicólogos y psiquiatras, popularmente loqueros) quieren volvernos locos para encerrarnos en un manicomio y ponernos una camisa de fuerza. 

Ningún creyente -y lo somos todos, con independencia de nuestro credo- se sustrae a la llamada del almuédano a la oración no cinco sino muchas más veces al día.

La única noticia verdadera de la que no informan los medios de comunicación, la única unfake new de verdad, es que la realidad, siendo real como es, es falsa.

Almas cándidas, creían que reencontrarían en la Red viejos amigos perdidos, sin darse cuenta de que si los habían perdido era porque no apreciaban su amistad. 

DOCTA IGNORANTIA: (Nicolás de Cusa): “Así, pues, a ningún hombre le sobrevendrá nada más perfecto en la doctrina que saberse doctísimo en la ignorancia misma.” 

El objetivo de psicólogos y psiquiatras es que aceptes la realidad, que tragues: si no lo haces, te estigmatizan enseguida con el diagnóstico de enfermo mental.

Propagan ideas sin discutirlas, expresan opiniones personales sin ninguna continencia, idiotismos y majaderías, inflación de información siempre falsa. 

Einmal ist keinmal. Una vez no es ninguna vez. Para que una vez pueda considerarse una entre varias y no única tiene que haber, por lo menos, dos veces.

El niño vacío y el niño lleno. Frente a la pedagogía que considera que el niño viene al mundo vacío y hay que llenarlo, la antipedagogía propone lo contrario.

La "buena educación" enseña que para conseguir algo bueno hay que tolerar un sufrimiento directa- y perversamente proporcional a la bondad que perseguimos. 

Mal necesario: La mayor, más dañina y nefasta mentira que sostiene al Régimen es la aceptación del "mal" como necesario: no hay ninguna necesidad del mal. 

La pérdida de la fe en el premio al trabajo remunerado, al sufrimiento lucrativo y retributivo sería, paradójicamente, nuestra mejor y mayor ganancia. 

No se desconecten, permanezcan atentos a sus micropantallas a fin de que puedan realizar mejor su función abotargadora de la poca sensibilidad que les queda.

Estamos acostumbrados ya sin duda alguna a la zafiedad irrespetuosa y a la estupidez más chabacana y ordinaria como la cosa más natural y normal del mundo.

Mientras nos entretenemos mirando y pasando pantallas, no vemos lo que tenemos delante y resulta que es evidente: seguimos inmersos en la caverna de Platón.

¿No es extraño que proliferen tantos libros de autoayuda, auténtica bazofia pedopsicagógica, y tantísimos manuales de espiritualidad y misticismo tibetano? 
 
Los libros de autoayuda exhortan a ser fiel a uno mismo, fomentando el amor propio solipsista de la sologamia: casarse con uno mismo, el peor enlace conyugal.

Se fomenta que el individuo soporte estoicamente el peso del mundo, como el gigante Atlas, gozándose en la exaltación narcisista de sí mismo y de sus selfis. 

La estrategia de la dominación hegemónica es la idiotización de toda la sociedad, el arma más poderosa de destrucción masiva que jamás se haya esgrimido.

Nos aborregan retransmitiendo el entretenimiento pasivo y espectacular del balompié que para más sarcasmo se llama foot-ball con innecesario anglicismo.

Nos inculcan desde pequeños en la escuela que la realidad es la verdad. Si así fuera, saltaría a la vista la evidencia y no sería necesario el adoctrinamiento.
 
El arte de volverlo a uno loco consiste en decirle hoy una cosa y mañana la contraria, creando una verdad que se desmiente a sí misma y que es esquizofrénica.


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