martes, 26 de marzo de 2024

Mucha locura

    Traigo aquí otro poema de la estadounidense Emily Dickinson (1830 – 1886) que trata de dar razón a la locura, contra lo que piensa la mayoría de la gente. En esto, como en todo, manda la mayoría, que es la ley de la democracia. Si uno asiente, es considerado cuerdo. Si disiente, es sin embargo un loco peligroso que acabará encerrado en un frenopático. Viene el poema a decirnos que muchas de las cosas que la gente considera normales son, de hecho, una locura total, y lo que la mayoría por el contrario considera una locura es en este mundo de locos hacer uso de razón. 
 
 
    Emily Dickinson lo dice en ocho versos (trímetros y tetrámetros yámbicos), con rima asonante o parcial entre el segundo y el cuarto, y consonante o total entre el sexto y el octavo. 
 
      El poema fue escrito en torno a 1862, pero publicado, como la mayoría de la obra de Dickinson, después de su muerte.
 
  Much Madness is divinest Sense 
 to a discerning Eye.
 Much Sense, the starkest Madness.
’Tis the Majority 
in this, as all, prevail.
Assent - and you are sane;
Demur - you’re straightway dangerous 
 and handled with a Chain.
     En mi libérrima versión prolongo los versos en medio pie átono de una sílaba. 
 
Si bien se mira, el loco tiene
  razón, divina gracia,
 y chaladura el cuerdo. 
Aquí la democracia,
 igual que en todo, manda. 
Di sí, y serás sensato;
oponte, y te atan, peligroso,
por loco y desacato.

lunes, 25 de marzo de 2024

Vientos de guerra (Diego Fusaro)

Diego Fusaro (1983-...) es un filósofo italiano que se considera alumno independiente de Hegel y Marx y que políticamente se sitúa más allá de las categorías tradicionales de 'izquierda' y 'derecha', por lo que ha sido tildado despectivamente de 'rojipardo'. Al margen de la etiqueta con la que queramos definir al autor, el análisis que hace sobre la situación política europea 'Europa, prepárese para la guerra', publicado en Il giornale d'Italia el 22 de marzo pasado, que se ofrece aquí traducido, es incontrovertible. 

 


La paloma de la paz, Pawel Kuczynski (2014)


    Vientos de guerra comienzan a soplar también en nuestra Europa. Y ahora la Unión Europea apoya la necesidad de preparar a los civiles para la eventualidad de una guerra. Nos habían garantizado que la Unión Europea nos protegería de las guerras: era uno de los mantras favoritos de los euroinómanos de las brumas de Bruselas. Se trataba de una fake news entre las muchas en las que se basó el discurso de celebración de la Unión Europea: una fake news como aquella según la cual -Prodi dixit- gracias al euro trabajaríamos un día menos, ganando como si trabajásemos un día más. 

    ¿Por qué debería Europa prepararse para la guerra? Y luego, ¿para qué guerra? ¿Quizá la OTAN se esté preparando para atacar a Rusia con una guerra preventiva pretendiendo que la propia Rusia quiere atacar a la OTAN? La verdad es que Europa debería haber asumido inmediatamente una postura de neutralidad, es decir, desde que comenzó la horrenda guerra en Ucrania, fomentando las negociaciones y la diplomacia, los pactos y el diálogo. Y, en cambio, lamentablemente eligió el camino de enviar armas a Kiev: como incluso un niño podría comprender fácilmente, enviar armas a una de las dos partes involucradas en el conflicto equivale a participar en el conflicto. Nos dijeron con insistencia que enviar armas a Kiev significaba promover la paz: una mentira igual a la del médico que dijese que quería combatir la diabetes suministrándoles azúcar. 

Diego Fusaro, ante la estatua de Giordano Bruno en el Mercato dei Fiori en Roma.
 

    Desgraciadamente, Europa ha elegido el camino de la guerra, obedeciendo a los imperativos del gran jefe de las barras y las estrellas: ese gran jefe que ha ocupado impunemente Europa desde 1945 con bases militares que a priori niegan cualquier independencia de la propia Europa, convirtiéndola de facto en una colonia de Guásinton. Y ahora sabemos que Guásinton necesariamente quiere la guerra con la Rusia de Putin, culpable de no arrodillarse ante su dominación imperialista que aspira a someter al mundo entero al consenso de Guásinton. 

    En este conflicto entre potencias mundiales, Europa desempeña el papel del jarrón de terracota de Manzoni entre jarrones de hierro. No hay duda: Europa está actualmente administrada por locos sin escrúpulos, dispuestos a sacrificar a los pueblos europeos en aras del imperialismo de Guásinton y de sus continuas atrocidades perpetradas en nombre de la libido dominandi. Evidentemente los locos que quieren la guerra son los que no irán al frente de combate y los que enviarán al frente a los que en su mayor parte no quieren la guerra.

oOo

     Un vídeo de Spanish Revolution, por otra parte, sobre el mismo tema, dedicado a nuestro entrañable gobierno progre(sista) y en concreto al presidente y a la ministra de la Guerra: Id vosotros a la guerra.

  


domingo, 24 de marzo de 2024

Covid(iocia) persistente

    Hace cuatro años, que por marzo era por marzo, en un año también bisiesto como este, en 2020, el planeta fue invadido por un bicho que soltaron los medios masivos de (in)formación y nos lo metieron en todos y cada uno de los hogares, obligándonos, gracias a la mala gestión gubernamental, a permanecer confinados, decían finamente, para no decir encerrados bajo arresto domiciliario tragando informaciones del virus por un tubo día y noche y cumpliendo ridículos protocolos y ordenanzas.

    ¿Eran necesarias tantas medidas y tantas restricciones como nos obligaron a tomar? Para nosotros desde luego que no. Sí para los que organizaron la pantomima enmascarada. Fueron unos días de terror distópico y de calma espeluznante y preciosa que vivimos acojonados. ¿Y qué nos queda de todo esto? ¿De verdad hemos salido mejores como cacareban algunos que íbamos a salir y que todo iba a ir bien? ¿Cambió todo o nada en absoluto? ¿No hemos participado sin querer en un proceso de hipnosis colectiva que nadie ahora quiere recordar?

 

  Cuatro años después, esos días parecen lejanos y débiles como una pesadilla medio olvidada y brumosa, y sólo unos pocos los recordamos como lo que fueron: la aplicación de un programa de encarcelamiento forzoso, de exclusión de los que no nos sometimos al proceso de vacunación y de control social general. El gobierno de las Españas, por su parte, alardea de que el día que se decretó el Estado de Alarma fue el día "que aprendimos a vencer". 

    Aquí y allá se ve gente todavía paseando con mascarillas sanitarias pero su uso no se ha generalizado tanto como muchos vaticinaban. No era tan fiero el león como nos lo pintaban. Nunca, de hecho, el león es como nos lo pintan y como nos lo imaginamos en nuestro deseo o temor. Pero algo sí ha sucedido: La homogeneización es más intensa, las colas más largas, los establecimientos de comida y entretenimiento más llenos, los prejuicios, la paranoia y la incomprensión que ya entonces caracterizaban la comunicación de las personas en las redes sociales han aumentado considerablemente.

      Las multitudes han vuelto pero, extrañamente, la multitud parece más minoritaria.Y también más ansiosa y más cansada, pero esto puede deberse en parte al efecto que ha tenido en millones de personas el llamado long convid o covid persistente o de larga duración que hace por ejemplo a una asturiana de cuarenta años, relativamente joven, que salía en la prensa decir que sufre persistentemente desde hace cuatro años esta extraña enfermedad: "El Covid cambió mi vida. A veces me quedo totalmente paralizada. No puedo ni hablar". No puede trabajar pero la Administración no reconoce su enfermedad, una enfermedad que a fecha de hoy nadie sabe muy bien exactamente en qué consiste, pero que ha dejado una huella indeleble a esta mujer a la que le ha destrozado (o “jodido” como dice ella misma) la vida, que afirma que no puede llevar una existencia normal ni siquiera para el día a día en casa. 


 

   

sábado, 23 de marzo de 2024

Pareceres XLIII

211.- La Sagrada Familia. Al parecer el propio Jesús de Nazaré, inseminado artificialmente por el Espíritu Santo, no era hijo único, como se nos ha hecho creer torticeramente a lo largo de los siglos, sino que tenía varios hermanos, hecho que se desprende de la atenta lectura de los evangelios canónicos: Leemos en Marcos, 6, 3, y en Mateo 13, 55, entre otras menciones que pueden rastrearse en el Nuevo Testamento: ¿No es éste acaso el carpintero, hijo de María y hermano de Santiago y José, Judas y Simón?). Así que nada de familias con un único pensamiento o hijo único, o a lo sumo con una parejita heterosexual, no, nada de eso: la Sagrada Familia era una familia numerosa, como las que había antaño, y no como las unipersonales que hay ahora, que no son familia ni nada parecido.

La Virgen María azotando al Niño Jesús ante tres testigos, Max Ernst (1926)   

212.- ¡Símbolo franquista, fuera de la vista! Algún poetastro venido a menos se ha sacado de la manga este ripio de doce sílabas, compuesto de dos hemistiquios hexasilábicos de ritmo trocaico, con rima total o consonante en -ista (sin haberlo procurado, he compuesto un pareado), para corearlo en alguna manifestación autorizada, desfile militar o procesión religiosa o laica, que todo es lo mismo. Su carácter reivindicativo salta a la vista. Se trata de exigir al gobierno de turno que desmantele los símbolos de la España del caudillo F.F.: algún que otro busto, alguna que otra estatua ecuestre, algún que otro letrero de alguna que otra calle, por ejemplo la del 18 de Julio, que recuerda con su ominosa fecha el alzamiento nacionalista, que quedan por ahí. Pues no, mejor que no nos los quiten, que los dejen donde están por el bien de nuestra (des-)memoria histórica: a ver si así caemos en la cuenta de que en realidad nada ha cambiado, si se exceptúa la simbología y nomenclatura. ¿Qué más da que en las monedas aparezca la faz del caudillo que la de su sucedáneo el monarca borbónico? ¿Qué más da incluso que a la vieja moneda, la peseta aquella, se le haya cambiado el nombre, si lo fundamental es que sigue habiendo monedas y que el dinero sigue contando y sonando? 

 213.-Sociedad tripartita.- La sociedad neoliberal, al igual que la medieval o feudal, es tripartita. Hay laboratores, que son los que se dedican a la producción de inutilidades. Hay bellatores, que son los cuerpos y fuerzas armadas de seguridad del Estado, ejército y policía básicamente. Y hay oratores, que son los políticos e intelectuales encargados de gobernar, es decir, de mentir. Estos últimos son la clase sacerdotal, el antiguo clero, en el que se incluyen los periodistas que reconstruyen periódicamente el establecimiento. Su función es justificar el capitalismo, y que los laboratores cumplan su función subordinándose al mercado, convirtiéndose en mercancías, y que los bellatores sostengan la guerra que es la paz, es decir el (des-)orden establecido. 

214.- No somos nadie. Tenemos un nombre propio y unos apellidos, títulos académicos, un empleo, un “curriculum uitae”, es decir una historia, o una biografía detrás, una propiedad o una cuenta bancaria (o, si no lo tenemos, aspiramos a ello porque nos han metido en la cabeza que eso es importante, cifrando en ello el status de nuestro grado de felicidad), pero, a pesar de todo eso y por debajo de esa máscara, sentimos lo que late en lo más hondo (y el pueblo a veces lo reconoce y lo dice cuando se muere alguien), ay, que no somos nada, no somos nadie.

 215.- Ruido de tanques: Uno que fuera mandatario del régimen actual carpetovetónico que conocemos y padecemos en esta sufrida y curtida piel de toro ibérico -conocer es sufrir, la ciencia acarrea sufrimiento, escrito está-, pronunció en su momento la siguiente y muy significativa perla cultivada: “El ruido de los tanques es ahora el ruido del Estado democrático”. Era una declaración de un ahora ex-ministro del régimen. En ella se le escapaba algo más que una opinión personal: le salía un vislumbre de algo muy cercano a la verdad, por decirlo de un modo solemne, o, por lo menos, de algo muy próximo a la denuncia de la mentira: el Estado democrático es el estado autoritario, militarista, patriarcal, violento, dictatorial, totalitario de toda la vida -en fin, todo lo que nos sugiere el paso pesado de los tanques- legitimado tras la segunda guerra mundial y la caída del muro de Berlín por el pueblo en los comicios electorales. Ruido de tanques que, por otra parte, no deja de oírse en películas de hazañas bélicas y en los noticiarios de actualidad, como algo inminente, ahora que la Unión Europea decide -resuenan tambores que llaman a las armas cada vez más cercanos- rearmarse porque no hay paz sin guerra.

viernes, 22 de marzo de 2024

Verde, que te quiero verde

   La Unión Europea aspira al objetivo ideal y por lo tanto inalcanzable de "net zero emissions",  “cero emisiones” o “cero neto o absoluto de emisiones”, o sea, ningunas emisiones (de CO2). Por ejemplo, entre otras medidas, que no se fume no ya en los bares y restaurantes, que eso ya está prohibido desde hace tiempo, sino en las terrazas de dichos establecimientos públicos... Se acabará prohibiendo fumar en todos los espacios públicos y hasta privados, por lo que el tabaco quedará reservado a la clandestinidad de los retretes. El siguiente paso será pedirnos que dejemos de respirar por el bien del planeta. A fin de cuentas, cuando respiramos, según lo que nos enseñaban en la escuela, inhalábamos oxígeno y exhalábamos lo que entonces se llamaba anhídrido carbónico y ahora dióxido de carbono o CO2, que es lo mismo pero con otro nombre.

    La Unión Europea quiere, además, que actualicemos nuestras viviendas según los parámetros que ella establezca para hacerlas sostenibles o dignas de sostén(imiento).

    La Unión Europea, en resumidas cuentas, apuesta por la green economy por decirlo así en inglés, que es la lengua del Imperio y queda mucho más elegante que en castellano 'economía verde', aunque nosotros podríamos añadir el hemistiquio lorquiano “que te quiero verde”, para que resuene más lírico y poético. 


    Uno sospecha, porque uno tiene ya sus años y desengaños, que la cosa de la green economy va de verde por el color de los billetes. Recuerdo que era ese el color de los billetes de mil pesetas de mi juventud, que eran verdes, como aquel que representaba a don Benito Pérez Galdós... (Más tarde saldrían otros del Banco de España  con otras tonalidades de 2.000, 5.000 y hasta 10.000 pesetas... antes de abandonar la vieja moneda y entrar en el Euro que hizo que se subieran automáticamente los precios). 

 

    La ecuación dinero=verde, pensaba yo, ingenuo de mí, que sería por lo que decían de que era el verde el color de la esperanza... y que podía uno esperar conseguir con él toda clase de bienes y servicios. Pero no, la cosa parece que fue al revés: el verde empezó a utilizarse por sus cualidades físicas, y de ahí derivaron luego las metafísicas.

    Parece que la equiparación física del verde con el dinero nos vino del otro lado del Océano Atlántico, del Nuevo Mundo, cuando a finales del siglo XIX los billetes de dólar se tiñeron de ese color para evitar las falsificaciones, hasta el punto de que en la actualidad casi la cuarta parte del papel moneda o billetes de banco que circulan por el universo mundo está tintado de color verdoso entre otras tonalidades como el amarillo, el gris y el azul. 

    Pero la pervivencia de la ecuación a lo largo de los años tiene también mucho que ver con la equiparación metafísica de lo que los expertos denominan el simbolismo emotivo del color que identifica el color verde con el inmenso poder del dinero, y también con la tranquilidad y la calma, asociadas al verde quirófano. 

    El rojo y el verde son en principio colores vivos, relacionado el primero con la sangre del reino animal y el segundo con la clorofila del reino vegetal. Pero además el color verde tiene otras connotaciones lingüísticas relacionadas con la juventud o no madurez, así como con la lujuria. Pensemos por ejemplo en expresiones como 'chiste verde' o 'viejo verde' en español. Pero ambos colores se oponen en el simbolismo del semáforo, donde la luz roja indica prohibición y la verde vía libre, simbología que se ha incorporado a la red informática universal: los do's y don'ts: las cosas que se deben hacer y las que no.  

    En otras palabras, la economía verde, so pretexto de proteger el medio ambiente (tanto el reino animal como el vegetal), capitaliza las tragedias ambientales producidas por la explotación del propio sistema capitalista, generando "fuentes renovables" de negocios energéticos para la clase dominante transnacional. Y, al mismo tiempo, cumple una función apotropaica, ya que desvía la mirada del verdadero ambientalismo, que coincide con el anticapitalismo. Pintar el capitalismo de verde es una operación de maquillaje. No se resuelve el problema que la propia existencia del capitalismo crea, sino que se justifica usando la ecología como coartada.  

Una verdad como una casa
 

    Volviendo a la Unión Europea,  no quiere ninguna emisión de CO2, y por otro lado fabrica bombas que siembran la muerte tanto del reino animal como vegetal y que están muy lejos de lograr la reducción de los gases de efecto invernadero que dicen que persiguen, y nos va mentalizando de que la guerra es inevitable. Entre nosotros ya lo ha vomitado la impresentable ministra del gremio de la Guerra, la llamada Hormiga Atómica: "La amenaza de guerra es absoluta". 

    Lo mejor habría sido no haber entrado nunca en dicha Unión, pero una vez dentro, lo mejor que podemos hacer es salir cuanto antes de la Unión Europea, que es la unión en realidad no de los europeos sino de las clases dominantes europeas contra las clases trabajadoras, o si se prefiere, los pueblos de Europa, como se demuestra examinando las pocas medidas en beneficio de la gente y las muchas en interés de los bancos y del gran capital tanto farmacopólico como bélico que toman.

jueves, 21 de marzo de 2024

Oyendo una canción con los ojos cerrados

    Una de las más bellas canciones, de las muchas que nos dejó el llorado Luis Eduardo Aute, es Queda la música, cuya letra, ante la contemplación de una vieja fotografía de juventud, acierta a decir lo siguiente: 
 
 
Miro el instante que ha fijado la fotografía / (...) /
 Nada queda en ese trozo de papel, todo es alquimia. / Veo que es la prueba más veraz de que todo es mentira. / Esos rostros ya no llevan nuestros nombres. / Son dos máscaras perdidas en la noche. 
 
     Pero frente a esa constatación, el estribillo viene a consolarnos con su alegre melodía y su “queda la música” asociado a ella. 
 
    La fotografía que inmortalizó aquel instante para la eternidad lo mató para siempre. La cámara fotográfica es una metáfora de la pistola: disparó una bala. Ahora que está mal vista como cosa paleolítica la caza de animales salvajes, la fotografía viene a sustituir a la escopeta en los safaris fotográficos. La fotografía ha inmortalizado el instante, lo ha matado. Por eso, como escribe Susan Sontag, todas las fotografías son un memento mori. Pero frente al imperio de la imagen que no refleja la realidad sino que, al contrario, aspira, invirtiendo el proceso, a que la realidad se acomode a ella, nos queda el sonido, la palabra y su música, que nos entra por el oído, y nos hace cerrar los ojos y soñar, y sugerir no una sino mil imágenes.
 
    Hay una escena, precisamente, en la película Cerrar los ojos de Víctor Erice (2023) que resulta muy significativa. Un célebre actor español, Julio Arenas, interpretado magistralmente por José Coronado, desaparecido misteriosamente, es dado por muerto pese a que nunca se encontró su cadáver. Años después, su íntimo amigo, el director Miguel Garay, interpretado por Manolo Soto, se reencuentra casualmente con él, y descubre que ha perdido la memoria y no sabe quién es. 
 

    Miguel le pregunta si no le conoce, y él le responde que no, que no sabe, que cree que no. Miguel empieza entonces a hacer nudos marineros y descubre cómo Julio los hace y deshace inconscientemente. Como música de fondo se oye durante toda la escena el vaivén de las olas del mar.
 
 
    -¿Dónde has aprendido a hacer esos nudos? -Le pregunta. 
    -Me salen solos. 
  -¿Sabes cómo se llaman?... Nudos marineros. Tú y yo los aprendimos en el mismo sitio. (Le muestra entonces  una fotografía en blanco y negro y le dice).
 
 
    -¡Mira! Marineros de primera. En El Rayo, nuestro barco. Es el nombre que hay en la cinta de los lepantos. 
    -¿Lepantos? 
    -Sí, eso que llevamos en la cabeza. ¿Qué dice ahí? “Destructor Rayo”. Este es Miguel Garay, que soy yo. Este es Julio Arenas, que eres tú. 
    -Ese no soy yo, no. (Mira entonces a su amigo y le dice): Y este otro tampoco eres tú... No soy yo.
 
    Julio le dice que esos no son ellos: ni él ni su amigo. Y lo que está diciendo es verdad. Pero ambos tienen razón: son ellos y no son ellos. Son, porque lo fueron y eso constituye su identidad, y no lo son porque su identidad no es verdadera. Lo que viene a decirle Julio a su amigo es, como cantaba Aute:
 
  Creo, que tú y yo no somos más que dos desconocidos, / Otros, dos extraños que en el tiempo se han hecho asesinos / De esos dos niños de la fotografía / Que, abrazados, van bailando por la vida.

miércoles, 20 de marzo de 2024

Quieren guerra

    Consideran los que mandan en Europa que hay que preparar a la población para que aguante con resiliencia, que es como llaman ahora a la resignación, lo que nos están echando encima: más guerras y más pandemias en pro de la industria armamentista y de la farmacopólica respectivamente. Así como los gobiernos democráticos europeos gastaron cantidades ingentes de dinero en vacunas experimentales contra el bicho coronado, mascarillas, guantes, pruebas diagnósticas y demás parafernalia enriqueciendo al farmacopolio y a la corruptela política que enseguida sacó tajada del negocio y fomentando de paso las nuevas tecnologías de la (in)formación e incomunicación (telemedicina, tele-educación, tele-entretenimiento, telegestión... ) ahora destinan enormes partidas de dinero a los juguetes bélicos y a la tecnología militar por aquello de reactivar la economía.

    "Preparémonos para la guerra": han sido las palabras pronunciadas en los últimos días por el presidente galo, más peligroso que un mono con dos pistolas, que ya jugó un papel estelar durante la pandemia insistiendo en vacunar a todo Cristo viviente, y que no quiere perder protagonismo ahora. Por eso propuso enviar tropas europeas a Ucrania. La locura se ha apoderado del viejo continente de la mano de sus presidentes de gobierno, de la diplomacia europea y del engendro de la Comisión Europea. Quieren llevarnos a la guerra como sea. Los principales mandatarios europeos, víctimas de una locura colectiva, se han puesto de acuerdo mediante señales de humo en tañer los tambores de guerra. Hasta los Verdes en Alemania, esos ecologistas que querían salvar el planeta, han revelado la auténtica tonalidad del color político que los define, que es el caqui de los uniformes militares

    La ministra de Defensa española, la Hormiga Atómica, nos dice que la amenaza de guerra "es total y absoluta". Hay que justificar el sacrificio económico que supone la inversión que están llevando a cabo.  La amenaza no es abstracta, sino muy concreta y real. Ha dicho que Putin está dispuesto a atacarnos con armas nucleares, y tenemos que ser conscientes del riesgo en que vivimos. Llama especialmente la atención cómo la izquierda progresista española de salón, que está gobernando para que no gobierne la extrema derecha, ha pasado del “No a la guerra” y del “No es no”, al sí incondicional sin paliativos. 

 

    Esa guerra es contra Rusia, que nunca ha hecho nada contra Europa. De hecho, si somos rigurosos con la memoria histórica, es Europa la que atacó varias veces a Rusia, aunque con resultados desafortunados, y  es Rusia la que liberó a Europa del nazismo en su momento. Pero en el viejo continente prefiere seguir la grotesca narrativa de Jólivuz que nos presenta a los estadounidenses como únicos liberadores.

    Sin embargo, la nueva narrativa que nos imponen presenta a Putin como si fuera el mismísimo Hitler, y la nueva Rusia como el nazismo 2.0, mientras que Zelenski y el batallón Azov ucraniano serían hermanitas de la caridad campeonas de la democracia y los derechos. 

    De hecho resulta significativo cómo se oculta que la guerra es contra Rusia diciendo que es en defensa de Ucrania. El presidente del Gobierno de las 17 Españas, en su cuenta de la Red Social, agradece a la industria armamentística su "compromiso con el apoyo a Ucrania" y que genere empleo de alta cualificación. Está meridianamente claro que quieren guerra.

    Desde hace semanas la narrativa oficial está tratando de mentalizarnos y de justificar la guerra preventiva contra una Rusia ávida de invadir Europa y de lanzar su potencial atómico contra nosotros. Guásinton incluso ha hecho saber que si Ucrania se rinde, la guerra con Rusia sería inevitable, cosa que no se entiende, porque de hecho Ucrania no es miembro de la Alianza Atlántica ni del engendro de la Unión Europea. Realmente no debería sorprendernos que Occidente, liderado por los atlantistas, entrara realmente en guerra con Rusia, porque de lo que se trata es de mantener la hegemonía imperial anglosajona y norteamericana del dólar, para lo que Rusia y China son un obstáculo. 

Guernica, Pablo Picasso (1881-1973) 

    Se ha olvidado el valor de la diplomacia y la negociación. La paz no cotiza en bolsa, como demuestra la que le ha caído al Papa por sugerir que Ucrania debía enarbolar la bandera blanca y negociar la paz.... El gobierno ucraniano ha dicho que ellos sólo tienen una bandera, que es la suya, y que él se meta en sus asuntos. 

    Mientras tanto, el Guernica de Picasso sigue siendo la imagen perfecta del bombardeo informativo al que nos someten a todas horas nuestros mandatarios desde los medios a su alcance: quieren guerra, nos la están echando encima a todas horas como nos echaron el bicho coronado. Es su política, es decir, cuestión de economía.

martes, 19 de marzo de 2024

El día que empezamos a perder (la razón)

    Espléndido artículo de Ana Iris Simón publicado en El Periódico Global, alias El País, el 16 de marzo, a propósito del cuarto aniversario del 14-M , "el día en que empezamos a vencer", según la retórica de la propaganda de La Moncloa, y que Ana Iris Simón contratitula El día que empezamos a perder (sin la innecesaria y pedantesca preposición y cambiando la victoria del gobierno por la derrota del pueblo y de la gente), día en que perdimos la razón y empezamos a aplaudir a las ocho al Estado terapéutico que decía protegernos y al gobierno que se jacta ahora de la 'lección de patriotismo cívico' que dio la sociedad española sometiéndose a la dictadura sanitaria. 

 

    "Se cumplen cuatro años del contagio de la covid en España y el Gobierno lo conmemoró el pasado jueves 14-M porque el 8 ya estaba pillado. Lo que comenzó el 14 de hace cuatro años (y duró meses, incluso años) fue la cascada de "medidas anticovid: encierros de dudosa legalidad (niños casi dos meses sin salir y ancianos con enfermedades vasculares que no pudieron moverse), absurdos toques de queda nocturnos de dudosa efectividad, caos territorial que imponía cierres por municipios y comunidades autónomas con niveles de contagio similares, tomaduras de pelo como desrecomendar la mascarilla al principio (porque no había) para después hacerla obligatoria hasta en un bosque solitario, despliegues masivos para fumigar con lejía desde calles hasta playas contra un virus que no se transmitía por las superficies, la grotesca danza legislativa (ahora solo pueden salir a la calle los del perro, ahora los convivientes pero de uno en uno, ahora los niños hasta 12, ahora hasta 14, ahora los viejos, pero solo en tal franja horaria). Todo ello culminado por las presiones para inyectarnos una vacuna experimental a cambio de no ser condenados al ostracismo o a no perder el derecho al movimiento, en mitad de una campaña de desinformación que cada vez exigía más vacunados para alcanzar la "inmunidad colectiva" mientras reconocía menos efectividad a la vacuna.

     Aquellos días vivimos la larga espera de una nueva normalidad sufriendo cada día una nueva anormalidad nacional o internacional, pública o privada: nuevas tasas y pasaportes, prohibido quedarse parado en la calle, prohibido hablar en un autobús, prohibido circular en ambos sentidos en este pasillo, prohibido pasar por caja con el carrito de la compra en la orientación indebida. Al entrar a un bar tiene que ponerse la mascarilla, dar dos pasos hasta la mesa y volver a quitársela. En el coche tiene que conducir con su pareja (con la que convive) sentada en el asiento diagonalmente opuesto. Esperando el metro no pueden sentarse juntos, han de mantener distancia de seguridad hasta que puedan entrar a hacinarse en el vagón. Multas de 500 euros por no hacer la compra en el supermercado más cercano al domicilio, mientras las mismas élites que han pasado años arrasando el comercio local se dedicaban a firmar contratos millonarios en China o Turquía para obtener mascarillas, respiradores y todo aquello a lo que pudiesen pegarle una mordida los satélites de Ayuso o Ábalos.
 
     Hace cuatro años hubo un golpe de Estado neoliberal a gran escala que redujo los ingresos de la clase trabajadora a pesar del tímido escudo social para contenerlo. Pues eran los obreros quienes sufrían las obligaciones de las leyes covid, mientras que los empresarios recibían recomendaciones. Luego los esquilmaban mediante multas exageradas que se cebaban con los más pobres para los cuales era más difícil no transgredir ninguna "normativa covid" sin tener el lujo del teletrabajo, vivienda digna, transporte propio o poder de compra. Llegó a haber personas sin hogar multadas por saltarse el confinamiento.

    En el anuncio conmemorativo que ha lanzado el Gobierno estos días aparece una cuarentena divertida, familiar y nostálgica donde la gente vive en un pisazo con ventanales al exterior, o en amplias casas donde han instalado desde un gimnasio propio hasta un pequeño estudio de pintura. No fue el 14-M de 2020 "el día que empezamos a vencer". como reza la campaña, sino a perder. La cabeza, la dignidad y los derechos fundamentales."

lunes, 18 de marzo de 2024

Variaciones sobre tema presocrático

En el aire
la vida
sentenciada
de muerte.
Aire y fuego y agua y tierra

En el fuego
ardiente
del maldito
infierno.
Fuego y agua y tierra y aire.
 

 Con el agua
al cuello, 
y los labios
sedientos.
Agua y tierra y aire y fuego.

En la tierra
de nadie
que es la tierra
de todos.
Tierra y aire y fuego y agua.

domingo, 17 de marzo de 2024

Más trinos del demonio

El demonio me susurra al oído que Su Santidad el Papa también a veces en su fuero interno, como todo el mundo, se caga en Dios y en todo lo que hay alrededor.
 
 
 
Dice en algún sitio Freud que el derecho en su origen no era más que violencia bruta, por lo que no puede dejar de renunciar al apoyo esencial de la violencia.
 
Tucídides en La historia de la guerra del Peloponeso llama a la guerra “severa maestra” (o “maestro”, porque pólemos es masculino en griego): didáscalo brutal.
 
Un agencia de viajes oferta destinos cercanos y asequibles para no quedarse en casa en Semana Santa a quienes creen que yéndose se van a librar de sus cadenas.
 
El jefe del gobierno teutón instó a los países europeos a producir material militar masivamente a raíz de la amenaza duradera, según él, que Rusia representa.
 
Las relaciones digitales, que acercan a las personas que están lejos pero alejan a las que están cerca, aíslan a los individuos, si cabe, más de lo que están.
 
 
A la sociedad feudal tripartita de laboratores, bellatores y oratores se han sumado ahora, so pretexto de liberación, las laboratrices, bellatrices y oratrices.
 
 Toda decisión, etimológicamente, es tajante dado que decidere significaba en latín 'cortar de un hachazo, guillotinar hasta degollar a la víctima sacrificial'.
 
Alerta de la Agencia Estatal de Meteorología ante la previsible amenaza de una intensa ciclogénesis explosiva: confinamiento domiciliario: quédate en tu casa.
 
 La Unión Europea y la comunidad científica, según el Periódico Global, “trabajan en la prevención para el futuro”: prevenir el futuro es hacer que se presente.
 
 
Confesémonos, por lo que pueda acontecer, antes de cometer el pecado que vamos a ejecutar irremisiblemente a fin de que Dios, Nuestro Señor nos coja confesados.
 
 Memoria histórica: Planteémonos esta cuestión: ¿por qué nos obligaron a llevar mascarilla durante la pandemia si no había evidencia científica que lo avalara?

No es que os tomaran el pelo con el bozal pandémico, ni que la pandemia toda fuera la sarcástica tomadura de pelo que fue, sino que fue peor: os lo creísteis.

Un idiota es un idiota. Dos idiotas son dos idiotas. Diez mil idiotas son un partido político”. Aunque no lo escribió Kafka, no deja de ser cierto sin embargo.

 Net zero emissions. ¿Emisiones cero neto para un futuro sostenible? ¡Toma futuro que se sostenga! Dijo el demonio soltando un fétido pedo infernal insoportable.