miércoles, 29 de noviembre de 2023
Expertos virólogos
martes, 28 de noviembre de 2023
Unos versos elegíacos de Teógnide de Mégara
oOo
lunes, 27 de noviembre de 2023
Educar en la desobediencia
La enseñanza en nuestro país comenzó siendo obligatoria hasta los diez años, luego hasta los catorce, ahora lo es hasta los dieciséis. Algunos illuminati quieren imponerla hasta la mayoría de edad de los dieciocho; obligatoria, por imperativo legal, desde los seis años, pero en la práctica ya hay parvulario –lo llaman "educación infantil" o "preescolar"- desde los tres años; y quieren lograr la escolarización por abajo desde los “cero” años, con lo cual se convierten la escuela y su hermano mayor, el instituto, si no lo son ya, que ya lo son, en Kindergärten o guarderías tuteladas de menores donde los padres, trabajadores ambos en el mejor de los casos con un salario mileurista y precario de miseria, es decir, esclavos mercenarios, acuartelan, estabulan o depositan a sus hijos bajo custodia del Estado o de instituciones penitenciarias afines privadas o concertadas y sostenidas con fondos públicos, porque no pueden ocuparse de ellos, para que les proporcione la educación que la familia no puede darles.
¿Y qué hemos sacado en limpio? Aumento cuantitativo de los estudiantes, descenso cualitativo de las enseñanzas, grandes rebajas de los programas y las exigencias mínimas, con lo que la incultura y la práctica analfabetización tanto en ciencias como en letras de las nuevas generaciones españolas es, salvo rarísimas excepciones y pese al propio sistema que las genera, mayúscula. Querían conseguir, y lo están consiguiendo, unos ciudadanos acríticos, sumisos, visceralmente incultos, fieles contribuyentes a Hacienda, que dicen que somos todos, unos demócratas que pueden votar a los unos o a los otros, a diestro y siniestro, da igual, o sea, unos idiotas de tomo y lomo en el sentido etimológico de la palabra, que creen que saben lo que quieren y lo que hacen cuando lo único que hacen es lo que está mandado.
domingo, 26 de noviembre de 2023
La endogamia de la sologamia
sábado, 25 de noviembre de 2023
¿Qué opina del 7 de octubre?
Un periodista de los que van siempre a la caza de opiniones personales de la gente y no de razonamientos generales le hace una pregunta tendenciosa y estúpida a un manifestante sobre el conflicto entre Israel y Palestina, y éste le da una respuesta perfecta devolviéndole la pregunta en sus narices. El periodista le pregunta What about October 7th? ("¿Qué opinión le merece el 7 de octubre?") señalando esa fecha del calendario como si fuera un hito que marca un antes y un después.
El manifestante le responde haciéndose eco de su pregunta y entrando en un bucle vertiginoso: ¿Qué hay del 7 de octubre? ¿Qué hay del 8 de octubre? ¿Qué hay del 9 de octubre? ¿Qué hay del 10, del 11, del 12, del 13... de octubre, y así sucesivamente? Cuando llega al 22 de octubre, el periodista parece haber comprendido ya que la pregunta que le había formulado estaba fuera de lugar y le dice Sí, sí..., dándole a entender que le basta con eso, pero el manifestante continúa: Déjeme acabar de responderle, y sigue con la sucesión de las fechas: ¿Qué hay del 23 de octubre? ¿Qué hay del 24 de octubre?... El periodista sonríe entre incómodo y amable dándole a entender que le basta como respuesta, pero el manifestante sigue con el cómputo entrando en el mes de noviembre... ¿Qué hay del 1 de noviembre? ¿Qué hay del 2 de noviembre? ¿Qué hay...?
Finalmente, el reportero, que fue a por lana y vuelve trasquilado como suele decirse, le agradece su respuesta y el tiempo que le ha dedicado y se va no poco amilanado sin ningún comentario al respecto.
La pregunta estaba fuera de lugar a todas luces en una manifestación contra la ocupación israelí, pero la respuesta no deja de ser oportuna, y podría retrotraerse a muchos años atrás, hasta el establecimiento mismo del Estado sionista -Sion es el nombre bíblico de Jerusalén y en general del pueblo elegido de Dios- de Israel, que ha sido una constante agresión contra la gente que vivía en Palestina desde 1948, es decir desde hace la friolera de tres cuartos de siglo, o, lo que es lo mismo, desde hace setenta y cinco años.
Podríamos, en efecto, haciendo la cuenta atrás preguntarnos: ¿Qué opina del 6 de octubre? ¿Qué opina del 5 de octubre? Y así hasta llegar hasta qué opina de 14 de mayo de 1948, la fecha en que David Ben-Gurión declaró la fundación del estado de Israel, con la oposición de muchos países y el apoyo y la complicidad de muchos otros, entre ellos los Estados Unidos de América.
viernes, 24 de noviembre de 2023
Pareceres (XXXIII)
161.-Niños muertos. El espectáculo de los niños despedazados nos conmueve especialmente, nos hiere en el alma, levanta ampollas, pone el dedo en nuestra llaga: porque nosotros, adultos, nos estamos contemplando a nosotros mismos: somos niños muertos aquí y ahora: ellos son el espejo más sangriento y más sangrante de nuestra propia intimidad, y de nuestra impotencia. Esos niños rotos gazatíes son el símbolo de la devastación de la infancia mundial, víctima de la sociedad adulta, víctima de los de arriba y de lo de siempre así en la paz como en la guerra. Si queremos ver sus imágenes, no tenemos más que asomarnos a un espejo ahora mismo y mirarnos y abismarnos en él. Esta barbarie, perpetrada por los que se creen dueños del monopolio de la verdad, impuesta por el armamento de destrucción masiva y expuesta por los medios terroristas de distracción para las masas, no ha sido posible sin la complicidad y el silencio de muchas personas en nombre de Dios, es decir, del Dinero, y de la libertad y la democracia, que son los regímenes políticos que lo avalan.
162.- ¿Qué es el amor? Un niño llamado Eros, hijo de Afrodita, o Cupido, hijo de Venus: ese mozalbete travieso, venéreo, loco de atar, hideputa y cegato -ciego es el amor verdadero y eterno, que dura un par de años- que nos hiere con sus flechas del amor (Dios nos libre del amor y no sólo del amor de Dios) mucho más que Apolo el que hiere de lejos con sus punzantes dardos. Y es que no hay peor herida que la del amor, porque es la única que no tiene ni cura ni mucho remedio, como bien sienten y padecen en sus propias carnes todos los enamorados que en el mundo han sido. Bien fuerte era Sansón, y lo venció el amor -pues más tira coño que soga. Y el amor es siempre loco: yo estoy por vos y vos, como reza el refrán, siempre por otro.
163.- Centros de reclusión de menores. Las modernas y monstruosas concentraciones escolares donde se imparten las enseñanzas obligatorias, ese nuevo servicio militar, son el fruto del desmantelamiento progresivo, al que hemos asistido impasibles, de las pequeñas escuelas nacionales, convertidas hoy en aulas de cultura o pinturerías por el estilo cuando no cerradas a cal y canto, de los pueblos de la curtida piel de toro. Dichos colegios se cerraron con el pretexto del éxodo rural y de que cada vez había menos niños en los pueblos, pero entre las razones, y no las últimas, que contribuyeron a que dejara de haber niños en las zonas rurales figura precisamente el cierre de las escuelas.
164.- Poesía eres tú. Dice Borges en algún sitio como consuelo para todos los poetas que no hay poeta por malo que sea que no haya escrito alguno de los mejores y más sublimes versos del mundo. Eso mismo lo dijo muchos años antes Sócrates (lo cuenta Platón): no son los poetas los que hacen los poemas, sino los dioses o las musas que los inspiran. Los poetas no serían más que intérpretes en el sentido que damos ordinariamente a “medium” de los dioses. Así un dios puede servirse de un poeta insignificante para componer el más hermoso poema lírico. Sócrates hablaba de un poetastro de segunda o tercera fila, llamado Tínico de Cálcide, que jamás había compuesto ningún poema memorable, salvo una copla que estaba a la sazón en boca de todo el mundo y que era, quizá, el más hermoso de todos los poemas líricos. Según reconocía el propio autor, su copla era “un hallazgo de las Musas”, es decir, de las hijas de la Memoria, o sea, de la vida que uno, y uno es cualquiera, ha vivido.
Apolo y las Musas, John Singer Sargent (1921)
165.- Las putas al poder. Reivindiquemos la ascensión de las meretrices al gobierno, o dicho con un lenguaje más llano y castellano, que las putas ocupen los escaños del Poder. ¿Cuál es la razón? Que, según la sabiduría castiza y popular, sus hijos y sus hijas ya ocupan altos cargos democráticamente electos, sin mayor discriminación sexual, en las poltronas de los ministerios. Como dice una pintada, que es expresión desgarrada de la voz popular en una pared: Las putas al poder, que sus hijos y sus hijas ya lo están. Recordemos aquello de “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando” de los Católicos Reyes, que se ha hecho realidad en esta España posmoderna y que viene a decir que igual da ya el timbre masculino o femenino de la voz de mando. Lo que parece que nadie cuestiona es que haya voz de mando, y donde hay capitán o capitana, ya se sabe, no manda la marinería. Ahora bien, en esta putañera España, debe entenderse por puta lo que es menester: no aquella persona que hace lo que hace por gusto, que no suele además ser el caso, sino la que hace lo que hace, sea lo que sea, única y exclusivamente por el vil metal, poderoso caballero, don Dinero, como cantó Quevedo. Ay, maldita España jornalera y putañera que se gana el pan de cada día como Dios manda, o sea, con el sudor de su frente prostituida, y que ignora que, como dijo el divino verbo, no sólo de pan vive el hombre.
jueves, 23 de noviembre de 2023
El viento del norte y la doncella
El mito del viento que persigue enamorado a la doncella fue tratado por Ovidio en sus Metamorfosis VI, 675-721: Bóreas, que era el nombre del viento del norte, frío y tormentoso heraldo del invierno, se enamoró perdidamente de la princesa Oritía, hija de los reyes de Atenas, en la que no podía dejar de pensar a todas las horas del día y de la noche desde que la vio. Bóreas se presentó en palacio y fue a pedirle amablemente con buenas maneras y palabras la mano de su hija al monarca ateniense. El rey Erecteo, sin embargo, rechazó al pretendiente, pese a las nobles intenciones del apuesto y afable galán, porque no quería perder a su hija. Sabía que si se iba con el viento, nunca más volvería a verla. La negativa, lejos de hacer que Bóreas desistiera, avivó más aún la llama del deseo del audaz pretendiente. El viento, que ese día había soplado suavemente sobre el Ática conteniendo su natural impulso, se enfureció en vista de que no había conseguido lo que quería, y recurrió a la fuerza que lo caracteriza y el vendaval arrebató en una de sus poderosas ráfagas a la que era el objeto de su inequívoco deseo sin su consentimiento ni tampoco el de su padre.
Diferentes autores clásicos, por su parte, nos transmiten el mito de las yeguas lusitanas de Olisipo, que eran preñadas por el viento Céfiro o Favonio y engendraban unos potros muy veloces como el propio vendaval pero de corta vida.
En el folclore infantil encontramos también un tratamiento de este tema con tinte escatológico resaltado por la rima consonante en la conocida retahíla de Este es el cuento de María Sarmiento, que fue a cagar y se la llevó el viento. En efecto, el nombre parlante “Sarmiento”, que rima con "cuento" y con “viento”, nos sugiere la delgadez de María, que era el nombre propio de todas las mujeres. Esta doncella tan delgada fue arrebatada por el viento, que se la llevó por los aires... cuando se agachó para hacer sus necesidades fisiológicas.
Entre los muchos tratamientos pictóricos, de los que puede ser el canónico el de Rubens (un anciano pero robusto Bóreas abduce entre varios Erotes o Cupidos que simbolizan el amor a Oritía, cuya blanca desnudez contrasta con el rojo manto), destaca la versión desmitificadora de J. W. Waterhouse donde Bóreas no aparece personificado ni como un joven galán ni como un viejo canoso entrado en años, sino como la fuerza de la naturaleza que es: el viento arrebatador que sopla de espaldas empuja a la joven a la naturaleza.
miércoles, 22 de noviembre de 2023
De mañana no hay certeza
che si fugge tuttavia!
Chi vuole esser lieto, sia,
di doman non c’è certezza.
martes, 21 de noviembre de 2023
Mensajes en una botella arrojada al mar (y II)
Lo que dijo Victor Hugo de la policía, que estaba por todas partes, y de la justicia, que no estaba en ninguna, puede muy bien aplicarse y decirse de las leyes.