La orquesta de la RAI acompaña al
inolvidable Angelo Branduardi, del que hemos hablando en Yo soy la Muerte y llevo corona y en De mañana no hay certeza, con sus músicos interpretando a la
guitarra La serie dei numeri en una versión increíble grabada en directo en 1977 y retransmitida por la televisión italiana. En blanco y negro. ¡Qué tiempos aquellos, finales de los años setenta en que podían verse y oírse cosas como esta en la caja tonta y hoy definitivamente estupefaciente!
El cuervo y la muerte, Gustave Doré (1879)
Entre otras enumeraciones en esta
Serie de los Números, Branduardi canta: Y
han venido diez navíos / trayéndonos la guerra desde lejos. / Once
los guerreros han regresado / cuando eran trescientos al partir. /
Única es la muerte, / no otra cosa, nada más.
(«E dieci vascelli sono venuti / portandoci la guerra da
lontano./ Undici guerrieri sono tornati / quand'erano trecento a
partire... / Unica è la morte, / niente altro, niente di più...»
Lorenzo de' Medici
(1444-1492) escribió estos versos
renacentistas en “El triunfo de Baco y Ariadna”, un poema de
temática mitológica de exaltación del amor, donde recrea a su modo
el tópico literario horaciano del carpe diem,
constatando la belleza de la fugitiva y escurridiza juventud.
Quant’è bella
giovinezza che si fugge tuttavia! Chi vuole esser lieto, sia,
di doman non c’è certezza.
Vienen a decirnos sus
versos que no nos alimentemos del pan del mañana, que no vivamos del
futuro, porque ese empeño nos impide disfrutar no vamos a decir del
ahora, sino, mucho más sencillo, de ahora (sin el artículo determinado
que intenta atrapar vanamente este momento presente, que es el único que
tenemos). No se trata de gozar del presente, que es una abstracción y
una entelequia como el futuro, sino de gozar ahora, que no es lo mismo.
Carpe diem
(disfruta del momento) significa que no te pre-ocupes del futuro,
es
decir, que no te ocupes de lo que vaya a ser, sea lo que sea, que ya
se verá, y que, por lo tanto, no te anti-cipes, es decir, no intentes
coger el fruto antes de que se haya cosechado.
El hecho de que no haya
ninguna certidumbre del futuro, en
lugar de entristecernos, debe alegrarnos sobremanera, porque eso
significa que el porvenir no está escrito, que el panorama no es tan
sombrío, que de la muerte que nos tienen a todos sin excepción
democráticamente prometida desde que nacemos (memento mori),
no tenemos ninguna constancia ni certidumbre, como demuestra el hecho
empírico de que no tengamos ninguna experiencia propia de ella, por lo
que, igual que el futuro, brilla por su ausencia, no existe.
¡Juventud, cuánta
belleza,
que huye sin embargo
fuera!
Que se alegre quien lo
quiera:
Del mañana no hay
certeza.
¡Damas y chicos amantes,
viva Baco y viva Amor!
¡Que haya sones, bailes,
cantes!
¡Que arda el corazón en
flor!
¡Sin fatiga, sin dolor!
Que sea lo que ser quiera:
Que se alegre quien lo
quiera:
de mañana no hay certeza.
Angelo Branduardi nos trae esta versión más moderna, también en la lengua de Dante, de los versos de Lorenzo de' Medici.
En 1977 el cantautor italiano Angelo Branduardi publicó el álbum "La pulce d'acqua", que se abría con un tema titulado "Ballo in fa diesis minore", es decir, "Baile en fa menor", una recreación de una Danza de la Muerte de la Edad Media.
Muerte coronada a caballo, A. Düreer (1505) Leyenda: Me(m)ento mei (Acuérdate de mí)
La letra es de Luisa Zappa Branduardi, y la música, inspirada en frescos medievales dedicados a la danza macabra, del propio Angelo.
En 1993 se publicó en castellano su álbum "Confesiones de un malandrín", que pasó sin mucha pena ni gloria y que incluye algunas versiones en castellano de los temas más relevantes de Branduardi hasta la fecha.
Allí se encuentra la versión castellana del Ballo..., que a fecha de hoy resulta profética por la globalización de la enfermedad del virus coronado (EVICO-19) que padecemos. He aquí el "Baile en fa menor", cuya letra dice en castellano:
Yo soy la Muerte
y llevo corona,
y yo de todos soy
señora y patrona.
Soy la Muerte tan cruel,
tan impávida y tan dura
que no tengo compasión
ninguna.
Yo soy la Muerte
y llevo corona,
y yo de todos soy
señora y patrona.
Y delante de mi sombra
todos bajan la cabeza
y marchan a mi paso
y por mi senda.
Tú eres la invitada
de honor del baile que bailamos,
deja la hoz y gira vuelta a vuelta.
Danzando con nosotros te espera la derrota.
La Muerte morirá con una nota.
Como se puede ver por la letra, la canción consta de dos partes diferenciadas: una primera parte en que la Muerte se presenta como señora y patrona de todos, invitando a todo el mundo a bailar su danza macabra en las dos primeras estrofas; y una segunda parte en que la Muerte es invitada a entrar por el juglar en su propia danza, dejando su guadaña, y bailando con los demás. La Muerte, es pues denostada y derrotada gracias a la unión de la poesía, la música y el baile de la danza a la que ella misma nos invitaba.