martes, 16 de abril de 2024

La guerra de la razón contra la razón de la guerra

   Como dijo Cicerón, belli neruus pecunia: "el dinero es el motor -el nervio, literalmente- de la guerra", y es lo que a uno se le ocurre cuando se entera de cómo la guerra, a la que  nos llevan de cabeza, está reactivando la economía europea en lo que toca a la industria armamentista, y hace que esta incluso supere a la competencia norteamericana, como puede leerse en La Información, donde se da cuenta cumplida de la subida del gasto en defensa, es decir, en material de guerra. Algunos datos sacados de allí:   

    La guerra en Ucrania, que acaba de cumplir su segundo año en todas las pantallas, ha puesto en órbita a todo el sector aeroespacial y de defensa en Europa. Basta con mirar a Rheinmetall. El principal fabricante mundial de municiones de artillería y fabricante del famoso tanque Leopard, dijo recientemente que espera que sus ventas en 2024 crezcan un 40% hasta un récord de 10.000 millones de euros, lo que no es moco de pavo. Sus acciones llevan una subida del 69% en 2024 y del 85% en un año. 

    Otras empresas que se suman a esta fuerte tendencia del sector en 2024 incluyen a Kongsberg Gruppen (53%), Saab (51%), Leonardo (48%), Safran (29%), BAE Systems (21%), Airbus (20%) y Thales (15%). Todas ellas se benefician de la expansión de los presupuestos militares europeos.

      

    La española Indra se beneficia por partida doble. A su favor cuenta su presencia en los dos segmentos más alcistas en bolsa este año: la tecnología y el negocio de defensa. La compañía, que acaba de aprobar la segregación de su unidad de negocio espacial, acumula una subida del 51% en doce meses. Indra, que también lidera las subidas del Ibex este año con un alza entorno al 30%, tiene más margen para seguir subiendo, lo que supone todo un orgullo para esta sucursal nuestra del ofensivo patrioterismo europeo.

    

 Tras las fuertes ganancias acumuladas, las acciones europeas de defensa -en realidad, de la guerra- superan claramente a sus competidoras estadounidenses como Lockhedd Martin, Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, RTX y Leidos Holdings, después de más de dos décadas de ir siempre por detrás de los americanos. La relación causa-efecto entre guerra y beneficios no admite discusión. El índice europeo que agrupa a las principales empresas aeroespaciales y armamentísticas STOXX Europe Total Market Aerospace sube un 50,3% en un año.

lunes, 15 de abril de 2024

"Fumar es un placer genial, sensual"

    El incombustible Fernando Savater, después de su despido fulminante de El Periódico Global, alias El País, publica en The Objective el artículo “Fumando espero”, su particular panegírico del tabaco y confiesa que: Fumar es un placer y a mi edad ya no me quedan tantos como para menospreciarlo con el pretexto de «cuidar» mi salud. ¿Para qué quiero salud sino para seguir fumando? 
 
      Y allí escribe que "los prebostes" -es decir aquellos que hemos puesto (-pósiti)  democráticamente al frente (prae-) haciéndonos la ilusión de que somos libres porque hemos elegido a nuestros rabadanes, aclaro yo etimológicamente- "que nos pastorean" intentan prohibir todo lo que pueden desde el día que toman posesión de su cargo, erigiéndose en guardianes de las buenas costumbres y de nuestra salud, porque lo hacen por nuestro propio bien, como si no supiéramos procurarnos nosotros mismos nuestro bienestar. Y formula el siguiente y acertado aforismo de raigambre ácrata, debido seguramente a su pasado libertario: el poder se demuestra -y se ejerce- prohibiendo, permitir está al alcance de cualquiera. Pero como no pueden cumplir su ideal totalitario, que sería prohibirlo absolutamente todo, se dedican a hacerlo parcial- y paulatinamente, tratando de convencernos de que lo hagamos por nuestra propia voluntad, sin tener que llegar a obligarnos, como sucedió con la vacunación contra el virus coronado, por ejemplo. Prohibir, a fin de cuentas, no está muy bien visto, y algunos seguimos todavía defendiendo el viejo eslogan de aquella primavera parisina de 1968: prohibido prohibir. Como no pueden prohibirlo todo, quieren que hagamos lo que pretenden o que dejemos de hacerlo por nuestra propia voluntad, esgrimiendo la "evidencia científica" como hacía el otro día la ministra sanitaria apelando a la "calidad de vida" en su lucha quijotesca contra el tabaquismo para demonizar cosas tan variopintas como el consumo de bebidas azucaradas, las grasas saturadas, el alcohol, la carne roja o cualquier cosa que se les ocurra.
 
    Ahora le toca el turno al vicio de fumar, cuyo uso ha sido bastante restringido ya en nombre de nuestra salud y de la del planeta que se quiere libre de humos, pero, como razona Savater en el citado artículo: Si fumar no fuese aún negocio para grandes multinacionales, habríamos perdido el vicio hace bastante. Y negocio también para el Estado, añado yo, que se lucra de ello, dándose la paradoja de que pese a haber menos fumadores en el Reino de las Españas, el precio de las cajetillas sube tanto que los ingresos son ahora mayores que antes, cuando fumaba mucha más gente.
 

 
    Cuenta Savater que empezó a fumar en pipa a los dieciséis años. De ahí, tras su estancia en la cárcel de Carabanchel, que nos recuerda su pasado antifranquista, se pasó a los cigarrillos negros, aquellos Habanos, que yo también he fumado, fabricados con tabaco cubano de Vuelta Abajo "según se leía en la cajetilla, entonces aún libre de calaveras y amenazas de muerte". Pero reconoce que nunca se acostumbró a los pitillos,  por lo que no renunció a la pipa y finalmente pasó a los puros -ejemplo eximio del adjetivo que acaba suplantando al sustantivo "cigarros", en este caso-, y con ellos, confiesa, descubrió el auténtico deleite de fumar. 
 
   No le recomienda fumar a nadie pero, como acertadamente escribe, no hay que hacer como "quien vive como si estuviera gravemente enfermo por miedo a llegar a estarlo". Y como buen liberal que es ahora después de haber sido libertario en su mocedad, dice que lo que no quiere es que le impongan lo bueno porque cuando lo bueno se impone deja de ser bueno.
 
    Concluye su artículo irónicamente constatando que ahora fuman más las mujeres que los hombres: A pesar de las prohibiciones y de la subida de precio del tabaco, hay un rasgo social que nos hace concebir esperanzas a los amigos del vicio. Por la calle se ve a seis o siete mujeres fumando por cada hombre humeante. Cualquier cosa apoyada por el sexo antes irónicamente llamado «débil» creo que tiene el futuro asegurado…

domingo, 14 de abril de 2024

Espectáculo de variedades

Yo también soy idiota. Hecha esta confesión personal, debo decir que el escritor catalán Quim Monzó publica ‘Ments preclares’, subtitulado “El llibre dels idio­tes”, un libro, que no he leído, de artículos periodísticos sobre los idiotas, y declara: “No encuentro tan grave llamar idiota a alguien; yo mismo soy idiota”. Y me hago la siguiente reflexión: etimológicamente idiotas, en efecto, somos todos y cada uno en el sentido original del término griego: persona privada o particular, simple ciudadano, hombre del común, plebeyo, también soldado raso; ignorante, rudo, vulgar, inexperto, profano. Ya lo decía el Bachiller Carrasco en El Quijote, atribuyéndoselo al Eclesiastés y citando la Vulgata latina, para ponderar el gran número de necios que había en todos los tiempos y lugares: stultorum infinitus est numerus: "el número de imbéciles es infinito". Así que yo mismo soy idiota ἰδιώτης, etimológicamente hablando, lo reconozco. ¿Qué le vamos a hacer? Y una de las características de mi persona que tengo como idiota que soy es además de hablar, leer y escribir, que para eso me enseñaron en la escuela, un idioma ἰδίωμα, que es lo mismo que una patria, una nacionalidad, o sea, una propiedad privada, una jaula, pero también un instrumento con el que, sin embargo, puedo, denunciarlo. 

Inteligencia Artificial: IA no son solo las siglas de “inteligencia artificial” sino también, y más propiamente hablando, de la expresión “invasión algorítmica”, que es de lo que se trata lo primero. 

La mentira política.  “En política no se puede mentir. Si uno miente tiene que dimitir”. Lo ha dicho una ministra del gobierno español, da igual su nombre propio y apellidos y su ministerio. Lo ha dicho y ha dicho la verdad olvidando que ella, como miembro de ese gobierno que es, es forzosamente una mentirosa, por el axioma de que gobernar es mentir, o, como escribió Maquiavelo, gobernare è far credere: "gobernar es hacer creer", que viene a ser lo mismo que mentir, porque la creencia es un acto de fe y la fe se fundamenta en la mentira. Gobernar es, en efecto, mentir, sin que pueda decirse lo contrario, que mentir sea gobernar, pero sí que parece que para gobernar es preciso ejercer el arte del engaño, y para engañar hay que mentir, porque el Poder se basa en dos pilares fundamentales que vienen a ser uno solo en definitiva y el mismo: el miedo y la mentira. 

 

La guerra es un crimen de lesa humanidad. No penséis que la guerra no es un crimen: Lo dijo Ernest Jéminguay en 1946 y debería repetirlo cualquier biennacido ahora mismo como si se tratara de un mantra religioso: Never think that war, no matter how necessary, nor how justified, is not a crime: “Nunca penséis que la guerra, por necesaria o justificada que sea, no es un crimen”. No a la guerra por lo tanto. 

Abolición del mos meretricius. Bienintencionada sin duda la querencia de abolir la prostitución que les ha entrado a algunos progresistas, si no fuera porque no se dan cuenta de que no se puede erradicar el puterío sin abolir el sistema capitalista de producción que fundamenta su propia esencia teológica. Nada más lejos de su intención porque dichos progresistas no pretenden abolir el trabajo asalariado. Escribe Paul Lafargue en El Sermón de la Cortesana, incluido en su Religión del Capital (1886): La cortesana trafica con lo que no se puede ni pesar ni medir, con la cosa inmaterial que escapa a las sagradas leyes del intercambio: vende el amor, como el tendero suministra el jabón y la candela, como el poeta detalla el ideal. Pero la cortesana vendiendo el amor se vende; da al sexo de la mujer un valor, su sexo participa entonces de las cualidades de nuestro Dios, se convierte en una parcela de Dios, es Capital. La cortesana encarna a Dios.

sábado, 13 de abril de 2024

Pareceres XLV

221.- El virus de la guerra. No tiene desperdicio este párrafo editorial de El Periódico Global, alias El País (25/03/2024), propagando e inoculando el virus de la guerra en la Unión Europea en general y en los veintisiete gobiernos vasallos en particular, incluido el nuestro, cuya política de beligerancia defensiva y gasto militar justifica el diario con un lenguaje tan culto que roza el delirio y no se sabe muy bien de qué demonios está hablando: Desde sus inicios con la coordinación de la producción del acero y el carbón hasta hoy, la UE ha sido un proyecto de paz. Para seguir siéndolo, para garantizar a sus ciudadanos seguridad, hoy es necesario que cambie. ¿Qué quiere decir eso? Que la UE se convierta en un proyecto de guerra, es decir: que se vacune contra el virus de la guerra inoculándosela. No lo dice así, tan claro, pero a buen entendedor... Atención a la verborrea diarreica de este párrafo: Resulta más inteligente trabajar para convertirse en un factor de disuasión en escenarios violentos y para reducir los efectos perversos en caso de ruptura o alteración de cadenas comerciales. Está hablando del rearme o reforzamiento artificial de nuestro sistema inmunitario. Hay que armarse hasta los dientes “para convertirse en un factor de disuasión en escenarios violentos”. Si estamos armados, sinónimo de 'inoculados', disuadiremos a nuestros enemigos de usar sus armas contra nosotros. Pero no se habla de armas, ni de enemigos -¿quiénes son nuestros enemigos?- porque resultaría obsceno. Se habla de “disuasión” y de “escenarios violentos” sin olvidar los efectos perversos de la rotura o alteración "de las cadenas comerciales", expresiones que no tienen desperdicio. 


222.- De la buena voluntad. ¿Hay acaso una "mala" voluntad humana que pueda contraponerse a la buena?; ¿o se trata de la redundancia de un epíteto totalmente innecesario que da a entender que la voluntad sería siempre esencialmente buena?; ¿qué será, si la hay, eso de la mala voluntad, si no es la voluntad de hacer el mal, cosa, como sabemos desde Sócrates, radicalmente imposible, ya que nadie hace el mal a sabiendas, conscientemente, sino por ignorancia?

 

 223.- Con diez cañones por banda... Una de las primeras siderurgias destinadas a la industria armamentística que tuvo la monarquía hispánica, si no fue la primera, fue la Real Fábrica de Artillería de La Cavada (Cantabria) que a partir del siglo XVII produjo gran cantidad de munición y piezas de artillería, lo que supuso, como contrapartida, además de la creación de puestos de trabajo y de su uso destructivo de personas y de cosas en campañas militares,  la deforestación de las montañas orientales de Cantabria y de Burgos con las consiguientes quejas, molestias y revueltas de los campesinos de los alrededores que necesitaban la leña y la madera para su subsistencia. Pero la fabricación de cañones era fundamental para sostener el poderío del Imperio. Ya sabíamos que el cañón era la ultima ratio regum: la última razón, es decir, la primera del poder de los monarcas. En dos siglos sólo en esta factoría se construyeron tres mil cañones que -se dice pronto- se fundieron gracias a la madera que suministraron, se calcula, unos diez millones de árboles, lo que vino a suponer, según esos cálculos, cincuenta mil hectáreas arrasadas. 

Puerta de entrada a la Fábrica que ya no existe de Artillería de la Cavada (Cantabria)
 

224.- Génesis: No se puede decir que Dios, hablando en pasado, creó el mundo. Eso pertenece a la vieja religión. Hemos de actualizarnos y, siguiendo a Paul Lafargue, hablar de la religión del Capital, que es la que padecemos en la actualidad. Dios, es decir, Don Dinero, no ha creado el mundo de una vez por todas: lo crea en cada acto de compraventa, en cada transacción económica, en cada momento, lo está creando aquí y ahora mismo. Las cosas no tienen entidad propia hasta que no se convierten en mercadurías que son objetos de consumo, hasta que no las intercambiamos por dinero, Dios mediante, y las consumimos, y el propio proceso de producción y consumo en el que estamos inmersos nos consume a nosotros, los consumidores.

 225.- ¡Cámbialo! El funcionario, muy amable, no dudó en facilitarme un impreso para que formulara mi reclamación, y me aconsejó que hiciera mi denuncia por el mal funcionamiento del sistema señalando al propio sistema como responsable, que, reconoció y me dio la razón en ello, no funciona como debería o, lo que es lo mismo, no funciona bien, funciona mal, no a los funcionarios que colaboran en su mal funcionamiento ya que a fin de cuentas son personas de carne y hueso, como usted y como yo, con sus problemas y humanos defectos, como todo el mundo. Me parecía razonable la sugerencia, pero enseguida me surgía la pregunta: ¿Qué sentido tiene formularle al sistema una queja contra sí mismo, una reclamación que el propio sistema agradece como sugerencia para mejorar su funcionamiento? Ya lo dice el propio formulario: “Con esta reclamación o sugerencia está usted colaborando con nosotros, ya que nos permite identificar problemas y efectuar propuestas de mejora para nuestros servicios”. El sistema no funciona bien o funciona mal. Y no es un error del sistema, sino que el error es el propio sistema, que no tiene empacho en reconocerlo, y que añade: ¡Cámbialo! Haz tu propuesta. Danos tu opinión, que agradecemos. Lo dice como si nosotros no formáramos parte de él, como si estuviéramos al margen y fuera del sistema y no fuésemos su soporte esencial.

 

viernes, 12 de abril de 2024

Apostillas y glosas a unos párrafos de Byung-Chul Han

Viendo lo que se divulga por la red del filósofo coreano Byung-Chul Han y sobremanera en el texto ¿Queremos ser realmente libres?, tal parece que su discurso se va reduciendo cada vez más a una marca de verborrea mortecina que ayuda a la confusión reinante, a partir de frases impactantes e incluso en ocasiones párrafos provocativos, pero no ayuda a clarificar lo que nos pasa; por ello se me ocurrió ilustrarlo con un ejemplo introduciendo otras expresiones con algo de sentido como elemento de comparación. Entre comillas aparecen los párrafos de Han y entre corchetes las apostillas y glosas oportunas.

 
《Los residentes del panóptico digital se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad. Participan de forma activa en la construcción del panóptico digital. La sociedad del control digital hace un uso intensivo [y contraproducente de la contraposición y sustituto] de la libertad. Es posible solo gracias a que, [movilizando la voluntad], tienen lugar una [identificación] y desnudamiento propios. El Big Brother digital traspasa su trabajo a los reclusos. Así, la entrega de datos [se lleva a cabo] por una necesidad [de ser 'Yo, me, mi, conmigo']. Ahí reside la eficiencia del panóptico》.

《Hoy nos ponemos al desnudo [por imperativo de la identidad y pertenencia a esa 'mayoría social']. Subimos a la red todo tipo de datos e informaciones sin saber quién, ni qué, ni cuándo, ni en qué lugar se sabe de nosotros. Esta [exposición alimenta la ilusión, compensatoria del aislamiento infligido, de pertenencia e integración en una comunidad de destino]. En vista de la cantidad y el tipo de información que [con la movilización de la voluntad] se lanza a la red indiscriminadamente, el concepto de protección de datos [es señal inequívoca de la estupidez que se ha logrado》. 



《El secreto, la extrañeza o la otredad representan obstáculos para una comunicación ilimitada. De ahí que sean desarticulados en nombre de la transparencia. La comunicación se acelera cuando se allana, esto es, cuando se eliminan todas las barreras, muros y abismos. [A las personas se las vacía], porque la interioridad obstaculiza y ralentiza,  [para reconstruirlas y proporcionarles funcionalidad] . [Este vaciamiento, que en un primer momento alivia de la soledad constitutiva], tiene lugar en pos de la [aparente] diferencia o diversidad comunicable o consumible. El dispositivo de la transparencia obliga a una exterioridad total con el fin de acelerar la circulación de la información y la comunicación. La apertura sirve en última instancia para la comunicación ilimitada, ya que el cierre, el hermetismo y la interioridad bloquean la comunicación》.

《La sociedad de la transparencia, [con sus enredamientos asociales no tiene otro fin que mantener y exacerbar las dos condiciones complementarias de todo individuo bien conformado, es decir, la de] espectador y consumidor, [ahora enriquecidas con la ilusión de sentirse actor al verse reflejado en el pantallaje de los dispositivos, lo que  permite integrar todo en uno, es decir, contemplar, consumir y participar activamente en el espectáculo administrado con todos los honores mediáticos, facilitando que] la persona misma se positivice en cosa, que es cuantificable, mensurable y controlable, [es lo que tiene la acumulación de datos y su retroalimentación algorítmica] 》.


《Todo dispositivo, toda técnica de dominación, genera objetos de devoción que se introducen con el fin de someter. ... El smartphone es un objeto digital de devoción, incluso un objeto de devoción de lo digital en general, [como otros lo fueron con anterioridad, prensa, radio, cine y TV , aprovechados también ahora por lo digital]》.

    [Los sustitutos  y compensaciones sirven ante todo para ganar tiempo, entretenimiento y productividad, factores que el Dinero necesita para mover el capital y con él a todos nosotros para mayor gloria y encarnación del Estado y el Capital en sus excelsas figuras y en cada uno de nosotros que somos sus devotas criaturas].

jueves, 11 de abril de 2024

Secretos de confesionario

    Me envió un amigo un soneto de Giuseppe-Gioachino Belli que no conocía, titulado La gratella der confessionario, o sea La rejilla del confesionario (o confesonario, que de ambas formas puede decirse en castellano), escrito en dialecto italiano romanesco como todos los suyos, y fechado el 11 de abril de 1834, que me resultó enseguida gracioso y entrañable por el personaje que presenta, el padre Semmolella o Semolilla: un viejo confesor y mascador empedernido de tabaco  que se las ha ingeniado para hacer que la rejilla de la cabina se abra sigilosamente y se cierre a voluntad suya cuando acude alguna penitente hermosa a confesar sus pecados. 
 
    Este personaje hoy resultaría políticamente muy poco correcto y de conducta más que reprobable, pero humana, demasiado humana, habida cuenta de que, abusando del poder 'espiritual' que tiene, se aprovechaba de las bellas feligresas que acuden a confesar sus pecados, aunque no se dice muy bien cómo lo hace, esa es la gracia del soneto, porque nadie ha visto nunca lo que allí sucede cuando se abre la rejilla.
 
    Antes de la generalización de la costumbre de fumar el tabaco traído de las Américas, se extendió por Europa la de mascarlo y de inhalarlo, el famoso rapé que sirvió para acuñar la expresión, al parecer, de "echar un polvo". A eso alude  el término "ttabaccone" que emplea Belli. Era el padre Semolilla mascador y no tanto fumador empedernido de tabaco. 
 
 
 
     En cuanto a los confesionarios, cabe decir que los modernos son unisex por lo que no suelen hacer distinción de sexos de los confesantes, y se presentan cerrados y con puertas, dotados de compartimentos individuales para confesor y penitente, con buen acomodo, intimidad y reserva; pero los tradicionales, que yo recuerdo de mi niñez en las iglesias, disponían de un asiento interior para el confesor y una ventanilla con celosía a cada lado para oír la confesión de las mujeres, que se arrodillaban por fuera a un costado del confesionario. Las mujeres iban de lado, mientras que los varones solían, por su parte, confesarse de frente, por la parte delantera cuando quedaba diáfana -en la mayoría de los casos-, usando la portezuela del confesionario como reclinatorio. La gracia del confesionario del padre Semolilla, es que la rejilla lateral podía abrirse y cerrarse... 
 
    El soneto presenta el esquema tradicional de rimas ABBA ABBA CDC DCD.  La historia,  sencilla e ingeniosa, se presenta en los dos cuartetos: un viejo confesor ha inventado un mecanismo que le resulta muy útil. El viejo fraile, que hemos de imaginar desdentado y con picadura de tabaco siempre en la lengua y los pocos dientes que le quedan, se codea en el confesionario con jóvenes y bellas penitentes, que se prestan a otorgarle sus favores en la intimidad de la cabina a cambio de la absolución de sus pecados. La imagen del viejo confesor abriendo sigilosamente la rejilla es espléndida, hecho que coincide con el acto de arrepentimiento de la dama. En el primer terceto hay una elipsis que deja a la imaginación lo que pueda suceder una vez abierta la celosía. En el último, las mujeres, confesadas, van al altar con los labios y las mejillas manchados de trazas de tabaco a recibir la hostia consagrada.
 
 Un confessore vecchio e ttabbaccone,
Che sse chiamava er padre Semmolella,
Aveva fatto fà la su’ gratella
Da oprì e chiude siconno l’intenzione.
 
E quanno capitava in confessione
‘Na pinitente giuvenotta e bella,
L’upriva adaciadacio, e intanto quella
Faceva l’atto suo de contrizzione. 
 
Quer ch’imbrojassi co ste donne er tristo
E ste donne imbrojassino cor frate, 
Pe dì la verità nun z’è mai visto.
 
Se sa ssolo che doppo confessate
Annaveno a l’artare a ppijà Cristo
Co le labbra e le guance stabaccate.
 
He aquí, modestamente, la versión que ofrezco:
 
 
Un confesor viejo y muy tabacón,
que se llamaba padre Fray Colilla,
había hecho que su ventanilla
se abriera y se cerrara a petición.
 
Y cuando le tocaba en confesión
la penitente bella y jovencilla,
 abría sigiloso la rejilla
al hacer ella acto de contrición.
 
Lo que con estas damas haga el listo
y con el fraile hicieran las mentadas 
jamás nadie a decir verdad lo ha visto.
 
Se sabe solo ya que, confesadas,
iban a comulgar el santo Cristo,
la boca y las mejillas tabacadas.

miércoles, 10 de abril de 2024

El filósofo esperanzado

    Lasciate ogni speranza voi che entrate, escribió el Dante en el canto III del Infierno: Dejad toda esperanza los que entrades en este infierno dantesco que es este mundo, no "el otro", del que no tenemos ninguna certidumbre, y no hagáis caso de los cánticos de sirena que os invitan a la resignación diciéndoos que no perdáis la esperanza, que es lo último que se pierde. Antes al contrario, hay que perderla pronto, porque de ella y sólo de ella depende nuestra desesperación, por aquello de que quien vive de esperanza muere desesperado, o el que espera desespera.
 
    La esperanza no es buena, pese a la doctrina católica que la califica como una de las tres virtudes teologales junto con sus hermanas la fe, que tampoco es buena, y la caridad, que es la cara santurrona y beata del amor. La esperanza no es una virtud, sino un vicio, uno de los peores que hay. 
 
      Un refrán griego antiguo dice así en un trímetro yámbico: αἱ δ᾽ ἐλπίδες βόσκουσι τοὺς κενοὺς βροτῶν las esperanzas nutren al vano ser mortal, es decir que los que tienen la mente vana, los casquivanos o ligeros de cascos de entre los seres humanos, la mayoría democrática estadísticamente hablando por lo tanto, suelen no sólo alimentarse sino cebarse del pienso de la esperanza. 
 
    Y es que la esperanza para los antiguos griegos no tenía la connotación positiva que tiene para el mundo moderno occidental y cristiano, sino que es algo esencialmente negativo, porque fue el poso que quedó en la jarra o tinaja de Pandora cuando esta dejó escapar sin querer todos los males que había dentro menos uno: la esperanza, que, por algo, según nuestro refrán, es lo último que se pierde, el poso amargo que siempre nos queda en los adentros. 
 
    Para ellos y para nosotros la esperanza no deja de ser un engañoso trampantojo y una ilusión: el bálsamo que nos ayuda a soportar lo insoportable refugiándonos en el fantasma de un futuro esencialmente inexistente. Nutrirse de esperanzas es alimentarse de ilusiones falsas que se lleva el viento y engañarse.
 
Byung-Chul Han (1959-...)
 
    Ella nos hace aguantar lo inaguantable, y por eso un filósofo tan agudo y perspicaz como Byung-Chul Han, el filósofo superstar y superventas que ha destacado por su crítica incisiva y mordaz de la sociedad del cansancio, se alinea ahora, como ya hizo durante la pandemia, con el establishment que tantas veces ha denunciado, y dice que "sin esperanza sólo corremos hacia la muerte". 
 
    Dicen que el filósofo del desencanto sale por fin del túnel de la desesperación en su último libro, esperanzado... A través de nuestras pantallas, nos encontramos constantemente expuestos a narrativas apocalípticas de toda clase: el miedo a las pandemias, al colapso climático o a una próxima guerra mundial es omnipresente. Lo apocalíptico (se) vende muy bien, pero nos llena de temor, resentimiento y odio que erosionan la solidaridad y la empatía, y, en última instancia, ponen en riesgo la democracia que con tanto celo defiende Han. El coreano se aleja del patrón crítico que hasta ahora había defendido predicando la esperanza que, según él, es revolucionaria.

martes, 9 de abril de 2024

Cristo, espada en ristre

    Un fresco, único, en el mundo representa a Jesucristo enarbolando una espada. No es una blasfemia. La imagen está inspirada en las palabras del Cristo, que según Mateo X, 34,35 dijo literalmente: “No vine a traer la paz, sino la espada” (οὐκ ἦλθον βαλεῖν εἰρήνην, ἀλλὰ μάχαιραν). El fresco se halla en Kósovo, en el Monasterio cristiano y ortodoxo de Visoki Dechani, con una inscripción eslava que dice que la espada desenvainada que empuña el Cristo espadachín es cortadora de los pecados de los hombres, como si quisiera justificar la persecución de los pecados, pero no de los pecadores. 

    Que los seguidores de Cristo iban armados es una evidencia que surge de la atenta lectura de los evangelios: en Lucas 22.49-50, tras el beso de Judas, viendo los que estaban con él lo que iba a suceder, la detención y prisión, le preguntan al Maestro si debían usar ya las armas pasando a la acción: “¿Herimos con la espada?” Y de hecho, uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le rebanó la oreja derecha; en Juan 18.3,12 también se narra el hecho de que para detener a Jesús envían una cohorte romana, o, lo que es lo mismo, entre cuatrocientos y seiscientos legionarios al mando de un tribuno, despliegue militar que no se explica si los seguidores de Jesús fueran una banda desarmada y no estuvieran, algunos al menos, armados y constituyeran un peligro. 

    En el evangelio más antiguo, que es el de Marcos, no aparece ninguna condena de la violencia que sí se encuentra en los evangelios más tardíos de Mateo y de Lucas. Centrémonos en el de Mateo, que nos narra la misma anécdota de Lucas y el incidente de la oreja, con una condena explícita del hecho. Dice así: (Mateo 26.51-52): Uno de los que estaban con Jesús extendió la mano, y sacando la espada, hirió a un siervo del pontífice, cortándole una oreja. Jesús entonces le dijo: Vuelve tu espada a su lugar, pues quien toma la espada, a espada morirá. Evidentemente hay aquí una condena explícita de la violencia: el que a hierro mata, a hierro muere, pero es tardía, fruto de una época en que el cristianismo se había acomodado ya a la pax Romana e integrado en ella. Pero, además, en el mismo pasaje se lee a continuación: ¿O crees que no puedo rogar a mi Padre, quien pondría a mi disposición al punto más de doce legiones de ángeles? En el relato de Lucas, sin embargo, no está presente la condena de la violencia, sino un intento de arreglo de la situación curando Jesús la oreja del servidor del Sumo Sacerdote, y diciendo: Dejadles, no haya más.

    Está claro, por lo demás, que el famoso Dad la César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, según la interpretación de Gonzalo Puente Ojea (Fe cristiana, Iglesia, poder, Siglo Veintiuno de España Editores, Madrid, 1992), Jesús rechazaba el pago del impuesto censal per capita al Emperador, que era el signo fiscal indudable del sojuzgamiento político al que estaba sometido el pueblo judío. Los que le preguntan a Jesús ya conocen de antemano su actitud antirromana, y si le preguntan si es lícito es para tomarle por la palabra. Es una pregunta capciosa, cuya respuesta se espera que sea un rechazo del tributo. Jesús ante esa pregunta se encuentra en una situación embarazosa. Él solo reconoce un soberano, que es Dios. Astutamente toma un denario romano y pregunta de quién es la imagen que hay en él. Le dicen que es del César, pues su respuesta es que le den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Es una respuesta ambigua que suele interpretarse como que hay que pagar el tributo, pero los seguidores de Jesús saben que los bienes que pueden comprarse con ese denario romano, tanto cosas como servicios personales en Israel, pertenecen a Dios, porque es el pueblo elegido por Él, y, por lo tanto, no hay que dárselos al César. El rechazo de Jesús al pago del tributo aflora sin ambages en Lucas 23.2, donde se dice que los testigos convocados comenzaron a acusarle diciendo: “Hemos averiguado que éste subvierte a nuestra nación y prohíbe pagar los impuestos al César, y se llama a sí mismo Mesías”.
 
Cristo crucificado, Diego Velázquez (1632)

    Pero, para más inri, nunca mejor dicho, el título de lo alto de la cruz (INRI Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum) expresa a las claras que Jesús fue condenado a muerte acusado de sedición como cabecilla que era de un movimiento independetista mesiánico y visionario de fuerte raigambre religiosa, que prometía la pronta instauración del Reino de Dios, pretendiéndose Rey de los Judíos, cuando Judea era una provincia sometida al imperio romano.

lunes, 8 de abril de 2024

"Hoy es un gran día"

    Así empezaba el discurso leído de la ministra: “Hoy es un gran día para la calidad de vida.” No resultaba convincente a pesar de su aparente entusiasmo. No resultaba creíble que la ministra de larga melena ondulada nos dijera que era un gran día porque se aprobaba el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo que llevaba sin actualizarse catorce años y que volvía a poner al reino de las Españas literalmente “en la vanguardia del mundo en la lucha contra el tabaco”. Y ella, que es médica a más de ministra, argumentaba agitando su cabellera “que es la principal causa de mortalidad evitable, como decía, que es la causa del 30% de los cánceres, de los tumores de nuestro país, y que es el causante también de más de 16 tipos de cánceres.”

         La ministra había decidido desempolvar este plan para dar más años de vida a nuestros ciudadanos y ciudadanas y más calidad de vida a esos años. Y decía que lo hacía con tres ingredientes: "con ambición, con orgullo, con coherencia". Y sin miedo. Esa era, al menos, la razón que ella esgrimía, y acto seguido pasaba a atacar a los que no querían adherirse a su tan salutífero plan respaldado por la evidencia científica, siguiendo aquella estrategia de que la mejor defensa era un buen ataque. 

     E insistía, buscando la confrontación con sus rivales políticos del arco parlamentario, en que la actitud negativa de algunos y de algunas que se han instalado en el negativismo en este país no iba a empañar “la espléndida y maravillosa noticia que tenemos hoy” y que -volvía a repetirlo por si no había quedado claro- iba a poner a nuestro país en la vanguardia de la lucha contra el tabaquismo. Por fin íbamos a ser los primeros y las primeras en algo, y añadía perversamente “y en la vanguardia de la lucha a favor de la salud de los ciudadanos”, olvidando en la cláusula final de su verborrea a las ciudadanas, algo imperdonable en una ministra progresista.

Viñetas de Claude Serre (1938-1998)
     
    Equiparaba así la lucha contra el tabaquismo con la lucha a favor de la salud individual y pública, cuando ese mismo Ministerio ha sido el responsable de la imposición de las mascarillas, que ella defendía corriendo y alardeando de su espléndida forma física, bozal en boca como una loca cuesta arriba, hasta ayer mismo durante cuatro largos años decretando la obligatoriedad de su uso a troche y moche sin ningún tipo de evidencia científica, la imposición de la telemedicina en detrimento de la visita médica tradicional y la desasistencia de la atención primaria que hace que muchos pacientes no tengan asignado ni siquiera un médico de cabecera, las largas listas de espera, el cierre de centros sanitarios rurales, el confinamiento de las personas sanas y la exhortación a que la población se inoculara unas vacunas experimentales que han resultado más tóxicas que benéficas al fin y a la postre, y que no han evitado ni contagios ni hospitalizaciones ni muertes, sino todo lo contrario, metiendo miedo a la población, y diciéndole que era por la salud y el bienestar de todos.

    Parece que el ministerio que regenta la señora ministra quiere hacerse un lavado de cara o mejor dicho un lifting distrayéndonos de los auténticos problemas del sistema sanitario español, que era, nos decían, uno de los mejores del mundo, para que nos centremos en lo pernicioso que resulta fumar o vapear en la terraza de un bar o de un restaurante, como si ese fuera el principal problema sanitario que tenemos, y en librarnos de los malos humos que tanto perjudican a nuestra salud precarizada. Se trata de una descarada maniobra de distracción. 

  

      Han destruido la salud de todo un país fomentando una vacunación experimental nefasta y ahora se preocupan de prohibir el tabaco en las terrazas al aire libre cuando la nicotina es uno de los pocos vicios que el Estado tolera que se distribuya de forma legal, pese a los graves daños que puede ocasionar a los consumidores, por lo que a veces nos advierte hipócritamente que "fumar mata" pero no deja de suministrarnos la mortífera droga, cada vez más cara, por otra parte. Curiosamente disminuye la venta de cajetillas, pero sube su precio, de modo que Hacienda, o sea el Estado, no deja de recibir cuantiosos ingresos milmillonarios de la venta del tabaco que tanto demoniza. 

    El Ministerio de Sanidad de las Españas pretende quijotescamente erradicar el tabaquismo, como si este fuera el principal problema de la salud de los españoles y las españolas. Bastante mal nos han hecho y nos hacen por nuestro bien, para que ahora nos digan que fumar mata y no es malo, sino malísimo, y que por eso suben el precio del tabaco, para sacar dineros de los vicios, que es que no deja de asombrarnos que se desplome el consumo de tabaco y, sin embargo, suban sus precios y, consiguientemente, los ingresos a cuenta del impuesto que lo grava. 

"Fumar mata"

     Preguntado Antonio Escohotado, gran conocedor de los efectos de las drogas, sobre las virtudes del tabaco, la droga sagrada de Alaska, la Tierra del Fuego, si es que tenía alguna, dijo que su éxito radicaba en que podía ser una droga estimulante y sedante: si se fumaba con intensidad y muy seguido estimulaba, si se hacía espaciando las caladas y haciendo que no fueran intensas, relajaba, por lo que llegó enseguida a ser la droga de difusión más rápida y de más éxito que se ha conocido. Quizá ahí radicaba el éxito del uso de esta droga, que era un buen tónico para el cerebro al ser un fármaco que hacía las dos funciones. Por otra parte reconocía que era de las más adictivas que había, más incluso que la cocaína, por ejemplo. Aparte de eso, afirmaba que la nicotina contribuía al buen funcionamiento del sistema nervioso y a evitar algunas enfermedades, pero reconocía que lo peor era la ingesta que se hacía de él mediante cigarrillos envueltos en papel, que producen mucho alquitrán. Y que si se pudiera ingerir la nicotina libre de alquitranes tendríamos las ventajas del fármaco  sin los inconvenientes que la hacen cancerígena.

domingo, 7 de abril de 2024

De límites, muros y fronteras

    En el prefacio del libro I de sus Naturales quaestiones, Séneca el Joven (o el Filósofo, o Séneca junior, como se prefiera llamarlo) se plantea lo poco naturales que son precisamente las fronteras que han trazado los seres humanos -los mortales, dice él-, y se muestra partidario de su supresión. Las barreras que nos parecen más naturales, impuestas por accidentes geográficos como cordilleras, ríos, mares o desiertos, no son obstáculos infranqueables, sino convencionales. 

 

    Como la naturaleza no bastaba por sí sola para separar a los seres humanos, incluyendo a la manada y excluyendo a los demás, estos acabaron por levantar muros y murallas a tal efecto. Ni siquiera el miedo a lo desconocido, representado por el HIC SVNT LEONES ("aquí están los leones") de la cartografía del África subsahariana, o por los monstruos marinos del Océano servían como muralla que no pudiera franquearse si se lograba vencer el miedo, que es el mayor de todos los muros. 

    Un biógrafo antiguo del emperador Adriano, Elio Esparciano, escribió en su Vida de Adriano (11.2) inserta en la Historia Augusta la razón por la que el emperador inició la construcción del muro que lleva su nombre y que todavía se conserva en muchos de sus tramos y constituía el limes Britannicus dividiendo el Reino Unido en dos: qui barbaros Romanosque diuideret: para separar a extranjeros y romanos.


Vista del Muro de Adriano

    El texto dice: "Así pues, acostumbradas las tropas a su monárquico mando (ergo conuersis regio more militibus), se dirigió a la Gran Bretaña (Britanniam petiit), en donde corrigió muchos abusos (in qua multa correxit) y levantó el primero un muro de ochenta millas de longitud (murumque per octoginta milia passuum primus duxit), que separase a bárbaros y romanos (qui barbaros Romanosque diuideret)".

Vista del muro de Adriano

    Por eso, por miedo, se levantaron y se siguen levantando todavía muros y murallas  como el citado muro de Adriano,  , o como el que mandó construir Julio César de diecinueve millas de longitud y dieciséis pies de altura con su correspondiente foso, del lado de acá del río Ródano, desde el lago Lemán hasta el monte Jura, para contener a los helvecios e impedir que atravesaran en su masiva fuga la provincia romana, la Provenza.

    Por miedo se levantó, por poner un ejemplo más famoso, la Gran Muralla china que delimitaba la frontera norte del imperio chino y lo protegía así de la invasión de los mongoles; o el limes Romanus, que se aprovechó de los caudalosos cauces del Rin y del Danubio; o el muro de más rabiosa actualidad de Gaza que se interpone entre Israel y Palestina; o el muro fronterizo de México y los Estados Unidos; o, por no ir tan lejos, la valla de Melilla entre nosotros. 

 
Ilustración de Michaela Hellmich, Ein Comic als Caesar-Lektüre

    He aquí lo que exclama Séneca cuando uno se halla ante uno de esos hitos: O quam ridiculi sunt mortalium termini! ¡Oh, qué ridículas son las fronteras de los mortales! [...] Danuvius Sarmatica ac Romana disterminet; que el Danubio separe las tierras de la Sarmacia del imperio romano; Rhenus Germaniae modum faciat; que el Rin ponga el límite a la Germania; Pyrenaeus medium inter Gallias et Hispanias iugum extollat; que la cordillera de los Pirineos se interponga entre las Galias y las Españas; inter Aegyptum et Aethiopas harenarum inculta vastitas iaceat. que un inmenso desierto de arenas se extienda entre el Egipto y las Etiopías!

    Si a Séneca le parecían ridículas las fronteras que él cita, a menudo formadas por ríos o por cordilleras u otros accidentes geográficos, ¿qué pensaría viendo un mapa actual no geográfico sino político de África, cuyas fronteras han sido trazadas con frecuencia con tiralíneas, escuadra y cartabón?

    La raíz de la palabra latina terminus, por cierto, parece que es *terH2-, la misma que aparece en el prefijo trans- tan de moda y en el verbo intrare. Tiene paralelos en las lenguas indoeuropeas, por ejemplo entre las itálicas en osco y umbro, pero también en griego, celta e hitita. La palabra terminus, relacionada con termen terminis, mojón significa linde, límite que se pone al territorio, y, ocasionalmente y en contexto cómico, miembro viril también. De la palabra terminus deriva el verbo terminar, sinónimo de acabar, de llegar hasta el final de algo, que indica que no hay nada más allá: non plus ultra, como la leyenda de las dos columnas de Hércules tras las que supuestamente se abría el anchuroso mar y ninguna tierra... Pero el mundo no terminaba ahí: había un más allá, siempre lo hay, porque lo que no hay nunca es un término, un límite, un lindero, un confín determinado o línea divisoria que no pueda traspasarse, pero los mortales, como decía Séneca, han trazado fronteras los mapas, límites terminantes y también, habida cuenta de que el verbo terminare admitió los prefijos de- y ex-,  determinantes del territorio y exterminantes. 

Dibujo del dios Término, Hans Holbein jr., con la inscripción "concedo nulli": no cedo ante nadie.

    Había en Roma al parecer un dios Término, divinidad que consagraba los límites y que demarcaba los campos con su señal ya fuera una piedra o una estaca, estableciendo hasta dónde llegaba la propiedad privada, y dónde comenzaba la ajena.

sábado, 6 de abril de 2024

Contra la OMS

La industria farmacopólica patenta enfermedades que no existen para convertir a las personas sanas en pacientes que toman medicamentos totalmente innecesarios. 
 
La serpiente ponzoñosa que simboliza la farmacia, enroscada en la copa de Higía, hija de Asclepio, dios de la medicina, va cobrando su verdadero significado. 

 
El consumo de fármacos ha aumentado tanto en los países ricos que nos encontramos ante una sociedad medicalizada innecesariamente y por lo tanto intoxicada. 
 
El objetivo del farmacopolio no es sanar a quienes están enfermos, sino enfermar a quienes gozan de buena salud para fidelizar clientes y beneficios económicos. 
 
 
Los médicos, aliados con la industria farmacéutica, recetan medicinas a personas sanas haciéndolas creer que están enfermas cuando no necesitan fármaco ninguno.
 
Los nuevos criterios diagnósticos psiquiátricos alentados por las compañías farmacéuticas hacen que una parte importante de la población necesite psicofármacos.
 
Saben que ampliando criterios diagnósticos, rebajando exigencias que definen enfermedades, aumenta considerablemente clientela, mercado y volumen de negocio.
 

 El médico antiguo intentaba restablecer la salud de los enfermos o aliviarlos, el moderno hace creer a personas sanas que están enfermas de hecho o en potencia.
 
El Ministerio de Educación quiere preparar a las tiernas criaturas infantiles para el futuro inmediato que les espera: los conflictos bélicos y las pandemias.
 
 
La medicina preventiva, al contrario de la curativa, que trataba males reales, trata males potenciales, convirtiendo a todos en enfermos imaginarios de Molière. 
 
Si todo diagnóstico es malo por lo que tiene de fatídica profecía que se autorrealiza, el peor de todos, el más tóxico, es el diagnóstico precoz o asintomático.