sábado, 30 de agosto de 2025
Las alas del Querubín
lunes, 2 de diciembre de 2024
Cabaré de variedades (II)
¿Dónde estaba Dios en todo esto? Dios, cuya existencia no puede negarse en realidad, se transformaba, ajeno a las numerosas plegarias y maldiciones que recaían sobre Él, sufría una metamorfosis, como ha quedado claro a lo largo de estos dos milenios de historia cristiana, no era otra cosa ya sino el viejo ídolo veterotestamentario, el propio Becerro de Oro idolatrado.
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martes, 9 de abril de 2024
Cristo, espada en ristre
Un fresco, único, en el mundo representa a Jesucristo enarbolando una espada. No es una blasfemia. La imagen está inspirada en las palabras del Cristo, que según Mateo X, 34,35 dijo literalmente: “No vine a traer la paz, sino la espada” (οὐκ ἦλθον βαλεῖν εἰρήνην, ἀλλὰ μάχαιραν). El fresco se halla en Kósovo, en el Monasterio cristiano y ortodoxo de Visoki Dechani, con una inscripción eslava que dice que la espada desenvainada que empuña el Cristo espadachín es cortadora de los pecados de los hombres, como si quisiera justificar la persecución de los pecados, pero no de los pecadores.
Que los seguidores de Cristo iban armados es una evidencia que surge de la atenta lectura de los evangelios: en Lucas 22.49-50, tras el beso de Judas, viendo los que estaban con él lo que iba a suceder, la detención y prisión, le preguntan al Maestro si debían usar ya las armas pasando a la acción: “¿Herimos con la espada?” Y de hecho, uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le rebanó la oreja derecha; en Juan 18.3,12 también se narra el hecho de que para detener a Jesús envían una cohorte romana, o, lo que es lo mismo, entre cuatrocientos y seiscientos legionarios al mando de un tribuno, despliegue militar que no se explica si los seguidores de Jesús fueran una banda desarmada y no estuvieran, algunos al menos, armados y constituyeran un peligro.
En el evangelio más antiguo, que es el de Marcos, no aparece ninguna condena de la violencia que sí se encuentra en los evangelios más tardíos de Mateo y de Lucas. Centrémonos en el de Mateo, que nos narra la misma anécdota de Lucas y el incidente de la oreja, con una condena explícita del hecho. Dice así: (Mateo 26.51-52): Uno de los que estaban con Jesús extendió la mano, y sacando la espada, hirió a un siervo del pontífice, cortándole una oreja. Jesús entonces le dijo: Vuelve tu espada a su lugar, pues quien toma la espada, a espada morirá. Evidentemente hay aquí una condena explícita de la violencia: el que a hierro mata, a hierro muere, pero es tardía, fruto de una época en que el cristianismo se había acomodado ya a la pax Romana e integrado en ella. Pero, además, en el mismo pasaje se lee a continuación: ¿O crees que no puedo rogar a mi Padre, quien pondría a mi disposición al punto más de doce legiones de ángeles? En el relato de Lucas, sin embargo, no está presente la condena de la violencia, sino un intento de arreglo de la situación curando Jesús la oreja del servidor del Sumo Sacerdote, y diciendo: Dejadles, no haya más.
Pero, para más inri, nunca mejor dicho, el título de lo alto de la cruz (INRI Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum) expresa a las claras que Jesús fue condenado a muerte acusado de sedición como cabecilla que era de un movimiento independetista mesiánico y visionario de fuerte raigambre religiosa, que prometía la pronta instauración del Reino de Dios, pretendiéndose Rey de los Judíos, cuando Judea era una provincia sometida al imperio romano.
sábado, 11 de noviembre de 2023
Capitalismo y anticapitalismo evangélicos
lunes, 30 de mayo de 2022
Vidas ejemplares: Martín de Tours desenmascara al diablo (y II)
sábado, 28 de mayo de 2022
Vidas ejemplares: Martín de Tours (I)
Escribe Sulpicio Severo entre los siglos IV y V de la era cristiana una biografía de Martín de Tours, o más propiamente hagiografía, es decir una crónica literaria de la vida... de un santo: una santificación de una vida, la de san Martín.
Martín era un soldado romano de caballería que sirvió bajo las órdenes del emperador Juliano, el que sería luego conocido como el Apóstata. Cuenta Sulpicio Severo que el padre de Martín, que llegó a ser tribuno militar de una legión romana, dado su ardor guerrero y fervor marcial, deseó para su hijo una brillante carrera de armas. Así pues, cuando nació le puso el nombre al niño de Martín, derivado del nombre del dios de la guerra, Marte.
domingo, 12 de septiembre de 2021
Nuestra Señora de las Golondrinas
"Nuestra Señora de las Golondrinas" es un relato breve de la escritora Marguerite Yourcenar, incluido en su colección "Cuentos Orientales" de 1938. El argumento nació de la propia imaginación de la escritora y de su deseo de explicar el nombre fascinante de una pequeña capilla de la región de Atenas.
sábado, 10 de julio de 2021
La cruz de san Andrés
viernes, 3 de julio de 2020
Volverse y hacerse como niños
No perdamos de vista el contexto en el que se enmarca el versículo. Los discípulos le han preguntado al maestro quién será el más grande en el reino de los cielos (quis, putas, maior est in regno caelorum?), y él, llamando a sí a un niño y poniéndolo en medio de ellos, les responde que hasta que uno no se haga muy pequeño (paruulus) como ese niño no será el más grande, es decir, que para ser maior, el más grande, hay que hacerse paruulus, muy pequeño, por muy contradictorio que parezca, como un niño chico de pequeño.
Jesús, que no era cristiano todavía, contradecía así al Cristo futuro de la fe creado e inventado por el que sería su fiel seguidor y el verdadero fundador de la religión que acabó llamándose cristianismo y la iglesia católica, Pablo de Tarso; en rigor, el primer cristiano.
Pablo, en efecto, escribe en la primera carta a los corintios (13:11) “Cuando yo era niño hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser hombre, me despojé de las niñerías”.
Hay, por otra parte, otra contradicción entre lo que predicaba Jesús, el advenimiento futuro del Reino de Dios o de los Cielos que debía producirse en aquella misma generación, y la predicación de la Iglesia paulina, que tras la muerte de Jesús y ante el retraso del fin del mundo, afirma que ese Reino ya está presente en la Tierra, porque de esta manera soluciona el problema de la fallida parusía, es decir, de la definitiva venida de Jesús que pondría punto final a la historia humana.
























