martes, 3 de septiembre de 2024
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miércoles, 24 de enero de 2024
El dolor es el precio del aprendizaje
-Me ha llamado la atención una reseña literaria aparecida en un suplemento cultural de un periódico de esos que leo sobre la publicación de la traducción castellana de una novela de la escritora coreana Han Kang titulada La clase de griego.
-¡Qué raro que una coreana se interese por la lengua de Homero!
-Según dice allí es "una mezcla de la tradición oriental y occidental para especular sobre los límites del lenguaje y la posibilidad de un encuentro entre humanos más allá de las palabras”.
-Bueno, muy pretencioso parece: no deja de ser literatura sobre literatura, que es lo que hacen los críticos literarios.
-Me llamó especialmente la atención la pregunta ¿qué somos cuando perdemos el lenguaje?. Y me lo leí de cabo a rabo, hasta llegar al final, donde dice la frase que he subrayado y que me gustaría preguntarte como profesor que has sido de lenguas clásicas: "“Sufrir” y “aprender” solo se distinguen en griego por una grafía".
-Pues sí, efectivamente. Efectivamente, sufrir se dice en griego 'pathein' (de ahí patético y patología) y aprender 'mathein' (de donde 'matemático').
-Pero...como cercanía gráfica de palabras, supongo...como también las hay en español y otros idiomas (no sé... 'cabo' y 'nabo', 'susto' y 'busto'...)...o porque querían relacionar aprendizaje y sufrimiento?
-Eso me parecía a mí, pero también creo que quería decir lo segundo, y por eso te preguntaba si los griegos relacionaban aprendizaje y sufrimiento.
-Pues va a ser que sí, porque me quiere venir a la cabeza una cita de Aristóteles en la que recuerdo que decía que el aprendizaje conlleva siempre dolor, es decir, que no hay un aprendizaje lúdico como pretende ahora la moderna pedagogía.
-Ya, pero la cosa no llegaría a “La letra con sangre entra” ¿no?
-No en el sentido de que sea necesaria la sangre para que haya aprendizaje, pero sí que hay sufrimiento, porque el aprendizaje no es un juego de niños. Creo que en la 'Política' de Aristóteles, debía de ser, donde habla de la educación de los jóvenes y los niños, decía el estagirita que el fin de la educación no debía ser el juego, porque el aprendizaje no es un juego y los que están aprendiendo no están jugando.
-Me cuesta creerlo. Suena a tragedia griega.
-Deja que lo mire un poco... Pues sí, mira se le atribuye a Ésquilo, un autor de tragedias, la frase πάθει μάθος (páthei máthos), que significa que del sufrimiento viene el conocimiento(…) Y Aristóteles parece que se hace eco de ese dicho. Sí, en concreto en el libro VIII de la Política (1339a) dice lo siguiente: “Así pues, no hay duda de que el fin de la educación no debe ser el juego (pues lo que están aprendiendo no están jugando, ya que el aprendizaje va acompañado de dolor). En griego lo dice así: μετὰ λύπης γὰρ ἡ μάθησις. Pues los que están aprendiendo no juegan.
-¿No sería Aristótales un poco aristotalitario?
-Pues seguramente que sí, pero es posible que, como hemos experimentado todos, el dolor sea el precio que pagamos por la instrucción.
martes, 8 de marzo de 2022
La verdad, primera víctima de la guerra
¿Quién dijo la frase famosa de que la verdad era la primera víctima de la guerra? ¿Importa acaso quién la dijo o importa, más bien, qué es lo que dice? ¿La dijo Ésquilo? ¿Philip Snowden? ¿Ethel Annakin? ¿Samuel Johnson? ¿Anne MacVicar Grant? ¿E. D. Morel? ¿W. T. Foster? ¿Agnes Maude Royden? ¿Hiram Johnson? ¿Arthur Ponsonby? ¿Rudyard Kipling? ¿Es anónima?
Si la frase es famosa es porque, la dijera quien la dijese, mucha gente se apropia de ella porque siente que lleva la razón. La atribución más antigua de la autoría corresponde a Ésquilo, pero no la encontramos así formulada en ninguna de las tragedias del dramaturgo griego ni en los fragmentos conservados. Lo más parecido que hay, salvando las distancias, sería el fragmento 301 v.1 que dice De una mentira justa no se aleja el dios (ἀπάτης δικαίας οὐκ ἀποστατεῖ θεός). Según esta sentencia se estaría justificando el engaño porque los dioses no se oponen a él si está justificado. Claro está que si un político, hombre de estado o militar cree que su causa es justa o sagrada, dotándola de tintes religiosos, tiene la venia de las divinas instancias para mentir y engañar a sus subordinados. Hay otro fragmento de Ésquilo, el 302 v. 1, otro trímetro yámbico, en el que abunda en la misma idea: La ocasión a veces de mentir la aprueba el dios (ψευδῶν δὲ καιρὸν ἔσθ’ ὅπου τιμᾷ θεός).
Las dos citas de Ésquilo malamente pueden ser antecesoras de la frase que nos traemos entre manos. Lo que dice Ésquilo es que la mentira, en ocasiones, puede ser piadosa y aceptada por la divinidad, pero no menciona la guerra para nada. En conclusión la frase no está atestiguada en ninguna de las obras o fragmentos de Ésquilo que han llegado hasta nosotros.
Según la página Quoteinvestigator, que se dedica a investigar el origen de las citas más famosas, la frase Truth is the first casualty of war, o sea La verdad es la primera víctima de la guerra, remonta a 1915 y a Ethel Annakin, constituyendo el testimonio más antiguo conocido, pero ella no se arroga su autoría pues se la atribuye a alguien no identificado, por lo que permanece en el más riguroso anonimato. Cierto es que Philip Snowden, su marido, ayudó a popularizar la expresión que, pronunciada en inglés originalmente, se ha traducido y repetido en todas las lenguas porque refleja, sin duda alguna, un sentimiento común compartido.
La guerra necesita una justificación para ser aceptada y esta justificación es siempre una mentira, porque la guerra, sea cual sea la razón que quiera dársele, es injustificable.
La mentira que es la primera víctima o casualty de la guerra noe s la información sesgada de cada bando, sino la propia proclamación o declaración, si todavía se estila, de la guerra misma como lo contrario de la paz. La propia declaración, solemne o no, de una guerra es mentira, porque la guerra es consustancial con la organización social, el Estado, y el Estado está en guerra contra el pueblo. El sentido de la frase va más allá de la dificultad que tenemos de discernir dónde se halla la verdad y de aquello que ya decía Machado de que todo el mundo tiene su verdad particular pero hay que buscar la general, la común ("la tuya, guárdatela"), más allá de la manipulación informativa, que es como simplifican algunos la frase, por parte de los dos bandos enfrentados.
Desde Heraclito sabemos que la guerra es la madre de todas las cosas, él dijo que el padre, pero era porque en su lengua la guerra (ho pólemos) tenía género gramatical masculino. Desde Orwell sabemos que war is peace, que la guerra es la paz, o dicho de otra manera que la paz no deja de ser un estado de guerra no declarada, y desde Clausewitz que la guerra era la continuación de la política por otros medios, y, dándole la vuelta a la frase, la política, en tiempos de paz, la continuación de la guerra por medios más diplomáticos, pero no menos sangrientos porque la política es el arte de la dominación.
Merece la pena escuchar a Eduardo Galeano, cuando afirma que las guerras mienten.