jueves, 23 de diciembre de 2021

El niño aquel: Sólo un niño.

    Me viene hoy al recuerdo el niño que era yo, sin querer, con todo el ímpetu de su insolente inocencia, el niño que era lo que era y no lo que iba a ser después, lo que me he visto yo obligado a ser a fin de entrar en sociedad. 

    No era una promesa de futuro, era un presente escandaloso que había salido del claustro materno al mundo para decir que no. Sólo era un niño. Ni más ni menos. Enseguida quisieron hacer algo más de él. No les bastaba con que fuera un niño. Quisieron modelarlo a su imagen y semejanza, educarlo, llevarlo por un camino establecido, por el buen camino, para que fuera uno de los suyos. Lo obligaron a ser algo, a ser alguien, un Hombre como Dios Manda, un hombre hecho y derecho. Lo inmolaron en el altar del Día de Mañana. Para eso tuvo que dejar de ser un niño, tuvo que dejar de ser lo que era. Exiliado del paraíso de la infancia, la única patria, fue desterrado a la tierra prometida del futuro que, por definición, no llega nunca. 

     Sólo era un niño. Ni más ni menos. Antes de que lo castigaran por decir la verdad. Antes de que le enseñaran un camino sesgado en busca de la máscara de la personalidad tras la que había de ocultarse para no ser más nunca el niño que era. Antes de que le enseñaran a decir mentiras piadosas porque, le aseguraron, la verdad hacía daño por lo que a veces era preferible mentir para no herir a los demás. Pero las verdades escuecen y son para lo que son, para hacer daño como los cuchillos y las armas de fuego. 



      Hoy recuerdas a aquel niño al que bautizaron con un nombre y dos apellidos para amarrarlo toda su vida a su nombre propio. Así, el día de mañana no yacería en la fosa común del olvido, sino en una tumba propia, su propia tumba. So pretexto de educarlo, pusieron ante él ilustres ejemplos para que los imitara. Le dijeron que se labrara un porvenir: que se hiciera a sí mismo, que siguiera su propio camino, lo que quería decir que hiciera suyo el camino que ellos le ponían por delante. Cuanto más se aproximaba a esos modelos impuestos, más se le aplaudía y recompensaba. Cuanto más se alejaba del niño que era, más galardones recibía. Aquel niño que recuerdas creía, porque se lo habían inculcado, que tenía que crecer cuanto antes. Lo más sensato era asimilarse a la horda de los adultos, los mayores, los que, antes que él, habían dejado de ser lo que eran... Y temió ser rechazado por los demás si no crecía cuanto antes, si no se convertía en uno de ellos. Y temió ser ridiculizado… 

     Aquel niño al que amaestraron como a un animal salvaje y libre, para que compitiese en una rivalidad no deseada, para que fuese más que los demás, a los que había que dejar atrás, porque, le inculcaron, si no pisas, te pisan a ti. Había que mirar siempre adelante, sin preocuparse de los que quedaban atrás, vencidos pero quizá más dichosos. Había que ir con la vista siempre al frente. Tenías que ser el mejor. Tenías que ganar. Igual que un caballo de carrera. Te habían espoleado para competir en el hipódromo. Te habían falsificado. 

 


     Hoy recuerdas a aquel niño al que entre todos violaron y condenaron a morir en la cruz; al que entre todos forzaron no a vivir, que era para lo que él había venido al mundo, sino a sobrevivir: a codiciar la admiración y el reconocimiento de los adultos, los adulterados.

    Hoy recuerdas a aquel niño, tu antepasado ya difunto. Enterrado por adultos biempensantes, por la propia familia, y, en último y no menos importante lugar, también por ti mismo. Asesinado por quienes más lo amaban, por quienes él amaba más que a nadie en el mundo. Hoy recuerdas a aquel niño y te dejas embargar por la nostalgia. Pero ni siquiera sabes cómo puedes recordarlo, si él ya no existe, si quizá no ha existido nunca. ¿Será, acaso, te preguntas, porque aunque no exista sigue vivo todavía de alguna forma, latiendo y palpitando dentro de ti y tal vez en contra de ti mismo, tu niño antiguo, el niño aquel, aquel niño, todavía, ese niño redivivo y renaciente que siempre resucita en navidad?

miércoles, 22 de diciembre de 2021

La obediencia como heroísmo

    En El sacrificio de Isaac, escribía yo a propósito de la vacunación adolescente, y citaba a la anterior e impresentable Ministra de Educación del reino de las Españas que decía orgullosa en junio pasado que 'los niños se sentían héroes que salvaban vidas llevando la mascarilla'. Era una manera de presentar el sacrificio de asistir a clase embozados como una heroicidad, es decir es una forma más de engañar a los niños. La táctica pedagógica consiste en enseñar que lo malo es bueno. Y lo malo, como saben los niños y lo sabe cualquiera, es llevar el bozal en la boca, asfixiarse y pillar ahora a punto de entrar en el invierno toda clase de catarros y resfriados y aun pulmonías con las ventanas abiertas de par en par y la calefacción a tope en las aulas escolares (lo que se traduce en incremento de tests inespecíficos positivos). 
 
    Todavía no se dispone de un test que diferencie una gripe o un catarro común del covid-19, porque todos son virus coronados. A mayor número de tests, mayor número de resultados positivos que engordan la cifra terrorífica de 'casos', que no de enfermos, y justifican así las medidas restrictivas y la propia vacunación infantil. Para colmo del sarcasmo, por si esto fuera poco, nos vienen ahora con que vacunar a los niños de primaria con una sustancia experimental que no impide la transmisión y la contaminación es un acto heroico que los pequeños hacen por la sociedad.
 

   
     Y claro está, algún sinvergüenza tenía que apuntarse la ocurrencia de acompañar a los peques con los superhéroes de las películas infantiles, tales como el Capitán América, Spiderman, el Hombre Araña, o Batman, el Hombre Murciélago. 
 
    Al parecer, según leo en la prensa gallega de provincias, voluntarios disfrazados de superhéroes acompañarán a los niños que se vacunen en Orense . “El objetivo -dicen los organizadores del evento- es hacerles pasar un momento lo más agradable posible”. Los enfermeros que se presten a semejante sarcasmo portarán adornos navideños y un brazalete de superhéroe. Pero antes del pinchazo los desinteresados voluntarios, profesionales de enfermería,  se encargarán de animar a las tiernas criaturas informándoles a ellas y a sus padres de lo que están haciendo, como si lo supieran ellos. 
 

     
    Cada niño se llevará a su casa como recordatorio de regalo, además, un carné de superhéroe. En él aparecerá su nombre y la fecha del primer y del segundo pinchazo. En el citado carnet, pone en gallego: “O/a enfermeiro/a de vacinación certifica que superou a proba”. El niño puede considerarse un héroe porque ha superado heroicamente la prueba que el rey Herodes le ha impuesto.
 
    Sería interesante que en dicho carné, se me ocurre a mí, figurara también el nombre y los apellidos del enfermero o enfermera que le puso al niño la inyección así como el nombre y apellidos del o de la pediatra que prescribió dicha vacuna, por si hubiera que depurar, seamos serios -no estamos jugando con los niños-, responsabilidades en el futuro.
 
    Lo más sangrante del caso es cómo las autoridades sanitarias  gallegas en este caso disfrazan de heroísmo  la sumisión y la obediencia infantil.

martes, 21 de diciembre de 2021

Del fanatismo vacunatorio

    La vacunación avanza, rauda y veloz, como un tiro, según expresión cacareada por nuestro presidente del gobierno, hacia una cobertura del 100% de la población general, incluidas las tiernas criaturas, no sólo las que tenemos, sino también las venideras, dado que el proceso incluye a las madres embarazadas. La salvación merced a la inoculación general de la mesiánica vacuna, sin embargo, es una falacia que salta enseguida a la vista de cualquiera que lo quiera ver -pero no hay peor ciego que el que no quiere ver. 

 

    Como la virtud salvífica del agua bendita de Lourdes, que no depende de la composición química del líquido elemento (H2O), sino de la fe que depositan en ella los que la beben, porque es esta y no el agua la que obra los milagros. Todas las religiones se fundamentan en la fe de sus fieles feligreses, y el fanatismo vacunatorio no iba a ser menos. Pero la verdad es muy otra: la vacunación no hace nada para detener la propagación de la epidemia, porque no evita ni la contaminación ni la transmisión del virus. 
 
    Todas las ideologías religiosas o laicas como esta de la vacunación integral son sordas a la mera constatación de cualquier efecto perverso y sordas a cualquier cuestionamiento crítico que se haga desde la razón. En este caso, es tabú hablar de los graves efectos indeseables relacionados con la inoculación de los jóvenes. Pero la realidad está ahí, y no se puede esconder como el polvo bajo la alfombra indefinidamente. Los seguidores del nuevo credo basado en la ciencia  niegan la importancia de las muertes: es un caso entre un millón, dicen. Pero si te toca, te tocó. Pero no es una lotería, es la lógica del sacrificio: para que los demás vivan alguien tiene que morir. 
 
 
    Esta ideología industrial y científica de la vacunación integral funciona como las religiones en tiempos de crisis en el pasado. Tiene sus sumos sacerdotes, los expertos -antiguos péritos, con acento esdrújulo ridiculizador de su pericia- y sus devotos, que acaparan más que nunca la palabra en los púlpitos televisivos. Tiene su Santa Inquisición mediática, que excomulga a los pensadores desviados que difunden 'desinformación médica o científica' -ellos se arrogan el monopolio de la Información-  y quisiera quemarlos vivos como a las brujas en el pasado. Y produce masivamente chivos expiatorios (los que no se han sometido a la inoculación) que son tratados como las víctimas de la peste o los leprosos medievales, o más recientemente como las víctimas del SIDA. Esta situación es tanto más absurda cuanto que cada persona vacunada es una futura persona no vacunada que no lo sabe, ya que todo se pondrá en cuestión para los que no tomen su tercera dosis, antes de la cuarta, la quinta, la sexta, etc. 
 
    Puede que el principio mismo del "salvoconducto sanitario" se base en una mentira descarada, pero su lógica discriminatoria se viene desarrollando de forma drástica desde hace varios meses. Y por si la pérdida de puestos de trabajo, la falta de acceso a restaurantes, locales culturales, etc., no fueran suficientes, los gobiernos europeos compiten ahora entre sí en su carrera contra el nuevo enemigo público número uno en que se han convertido los no vacunados. Algunos países ya no se limitan a excluir, ahora quieren multar, castigar y encarcelar. Esta mórbida lógica discriminatoria, que viola los derechos humanos que se creían "inalienables", enfrenta a los ciudadanos entre sí y seguramente será descrita algún día por los historiadores del futuro como una especie de locura colectiva que nos invadió en esta Edad Media de la que no hemos acabado todavía de salir.

lunes, 20 de diciembre de 2021

Dos metáforas del virus

    La palabra 'virus', tomada directamente del latín, entró en nuestra lengua en 1817 según Corominas.  Sin embargo, su derivado el adjetivo 'virulento', tomado también del latín 'uirulentus' entró mucho antes, hacia 1435. Virus, el sustantivo, entró más tarde que el adjetivo porque es un tecnicismo de la Ciencia, la nueva teología, hoy muy difundida gracias al proceso de vulgarización debida a la propagación de millones de noticias que la viralizan, haciéndola viral.  

    Virus en latín significaba 'jugo', 'zumo'. La palabra servía para referirse tanto a la baba de los caracoles (así la usa Plinio) como al semen de los animales, como en el pasaje de Virgilio donde habla de la creencia 'científica' antigua de que las yeguas eran fecundadas por el viento sin ayuntamiento carnal con ningún caballo, destilando de sus ingles un veneno viscoso que los pastores llamaban 'hipómanes': "lentum destillat ab inguine uirus" (destila espesa / de sus partes la lúbrica ponzoña, en la traducción de A. Espinosa Pólit). También significaba 'veneno' 'ponzoña', y 'mal olor'.

    El caso es que el virus invisible y ubicuo como Dios que nos invade es por un lado, como dice una anónima pintada en un muro en la lengua del Imperio, el capitalismo: capitalism is the virus. El capitalismo es en efecto el sistema económico y político -ambas palabras son prácticamente sinónimas ya- basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado. Pero el capitalismo es también la ideología y el conjunto de entidades e instituciones, como dice la docta Academia, que defienden los intereses. Mejor diríamos, en lenguaje popular, que el virus es el Dinero, con la mayúsucla honorífica que le corresponde a Dios.

    Pero también, como nos llega en esta otra imagen, el virus es una metáfora de la información, en concreto de las noticias que difunde en el Reino Unido la British Broadcasting Corporation, como reza la pancarta londinense. BBC NEWS IS THE VIRUS (representado por su ícono de pelota erizada): 


     Nosotros diríamos que el virus es Radio Televisión Española, la emisora estatal, pero también sus sucursales autonómicas, y las emisoras privadas (Antena 3, Telecinco, La Cuatro, la Sexta, y la Trigésimo Quinta, si la hay). Virus es el bombardeo informativo que provoca el miedo en la gente que lo recibe a todas horas, día y noche, por todos los medios.  Virus es, en definitiva, la información. Esto explica la lucha de los gobiernos contra la desinformación (misinformation en la lengua del Imperio). Distinguen ellos entre una información buena, la suya, que informa a las masas, es decir, ahorma como la horma de un zapato, y otra mala, la que desinforma, pero en realidad no hay ninguna buena.

     

domingo, 19 de diciembre de 2021

Mensajería breve antiviral

No hay sexta ola, como no ha habido tampoco quinta, ni cuarta, ni tercera, ni segunda, ni primera: en verdad no ha habido nunca ninguna 'pandemia' en absoluto.

 
 
El pasaporte sanitario, nueva deriva autoritaria del capitalismo, no garantiza la salud, sino que intensifica el control social mediante la vigilancia digital. 
 

Un lapsus linguae significativo de mujer de ochenta y cinco años que, preguntada sobre su estado de vacunación, dijo sin ironía que ella ya estaba “bautizada”.

 
 

 La política sanitaria es una aberración médica que traiciona a la medicina con su tratamiento colectivo prescindiendo del examen y reconocimiento del paciente.
 
 
La vacuna sólo funciona si se inocula el cien por cien de la población; igualmente, el embuste sólo funciona si todo el mundo lo cree a pie juntillas verdadero. 
 
 
 
Si no vacunamos a todo el mundo no conseguimos nada, grazna el gerifalte cántabro. ¿De qué nos vale la vacuna si no nos protege de los que no se han inoculado? 
 

 
La viróloga del gobierno: “Nos infectaremos todos, así que mejor que nos pille vacunados”. O sea: Moriremos todos, así que mejor que Dios nos coja confesados. 
 
 
Las empresas farmacéuticas están tan interesadas en que la gente goce de buena salud como los traficantes de armas en que haya convivencia pacífica en el mundo.
 
 

Suspendida de empleo y sueldo una profesora navarra, que está sana, por dar clase sin mascarilla, la cosa más natural del mundo cuando uno no está contaminado.

 
-Salta, que no pasa nada. Lo ha dicho la tele.
 
Titular periodístico: “España llega a Navidad con el triple de contagios de hace un año.” (Tras un año de vacunación, iniciada el día de los Santos Inocentes). 
 
 
La pandemia es como el célebre cuchillo sin hoja de Lichtenberg al que le falta el mango: quimera inexistente que solamente existe como un espejismo colectivo.

sábado, 18 de diciembre de 2021

Soltando lastre (espectáculo de variedades) (y II)

-1- 
Al modo de Demócrito, que ríe siempre. Riamos, riamos y pensemos de dónde procede y a dónde va nuestra risa incontrolable y contagiosa. Hablamos de la risa de verdad, de la que sale de lo hondo del alma, la que se contagia. El humor desenfadado no es inofensivo. Antes bien, suele ser un hachazo a lo políticamente correcto. La risa es liberadora, pone en tela de juicio todos los valores compartidos y asumidos, todas las certezas y convicciones, y lo hace sin moral ni ética ni propuesta alternativa que valga. El verdadero humor es como la crítica destructiva: derriba, no construye ni propone nada. El auténtico humor desestabiliza la seriedad reinante, reduciéndola a escombros y a cenizas, pulverizándola. En el fondo, choca y molesta de verdad porque no es edificante. Baja a todo el mundo, incluido uno mismo del ridículo pedestal, y no contiene moralina. 
 
-2- 
Y ahora al modo de Heraclito, que llora siempre. Dejémonos invadir por la tristeza. Y lloremos, ahoguémonos en un mar de lágrimas. No se trata de embargarse de pesimismo, que no deja de ser un -ismo como su correlato contrario, el optimismo, porque no hay razones ni para lo uno ni para lo otro. Se trata de dar rienda suelta al llanto, de entregarnos a la catarsis trágica para desahogarnos. Y en el fondo de lo que se trata, como aconsejaba el sofista Gorgias, es de desarmar la seriedad del adversario (o de uno mismo, que suele ser el mejor y mayor adversario) con la risa, y la risa con la seriedad, a Demócrito con Heraclito y a Heraclito con Demócrito. 
 
Demócrito que ríe  y Heraclito que llora, P. P. Rubens (1636-1638)
 
  -3-
Después de haberse enseñoreado Alejandro de este mundo, suspiraba por los imaginarios que le oyó quimerear a un filósofo, su maestro Aristóteles, no por nada, no porque fuera Alejandro o porque fuera especialmente necio, sino porque el que la sigue la consigue, como dice el refrán, y él había conseguido realizar su sueño. Pero, recién cobrada la presa, descubre Alejandro y nos damos cuenta nosotros como él y como Apolo de que ya no era la Dafne que perseguíamos y que nos había enamorado, por lo que nos invade una gran congoja. ¡Oh maldita hacienda, si no la tienes, la deseas porque te falta; si la tienes te da preocupaciones y cuidados, y la aborreces porque te sobra! Alejandro debió de decirse a sí mismo algo como lo que dijo Gracián, que parafraseamos aquí: Al que deseé distante ya lo tengo cercano, y ahora que lo tengo al alcance de la mano, ya lo deseo distante.
 
 -4-
Un dístico elegíaco de hexámetro y pentámetro dactílicos: De un soldado en el casco anidó una blanca paloma: /  véase qué intimidad entre la guerra y la paz. 
 
 -5-
Lo que veo me enceguece, lo que oigo me ensordece, lo que sé me hace ser necio e ignoro aquello que sé.
 
 -6-
¡Que se callen todos! Que el silencio acalle las lenguas de las palabras infinitas de los charlatanes, los políticos y los intelectuales del Régimen, que no dicen nada nuevo, que no hacen sino repetir las mismas cosas, erre que erre.
 
-7-
 “La propiedad es el robo”, sentenció Proudhon, el anarquista, de una vez por todas. La propiedad privada es una abstracción, y como tal una mentira que necesita imperiosamente para sostenerse y hacerse valer la legislación y la fuerza represiva, que son las armas que le brinda el Estado, garante de la desigualdad social que a mí me concede algo a costar de privar a los demás de su disfrute: de ahí el nombre de propiedad privada.
 
-8-
No soltera, sino solterona se quedó la tía Hortensia esperando al Príncipe Azul, compuesta y sin novio, sentada en el banco de la sala de espera del parque durante toda su vida. La diferencia entre soltera y solterona es muy sencilla: soltera es la que no está casada, mientras que solterona es la que tiene vocación de casada y no lo está, la que siente que su vida no tiene sentido sin la sujeción del yugo del matrimonio, pero no encuentra pareja con quien casarse porque el hombre ideal no existe y porque si ponemos el carro del matrimonio por delante de los bueyes el carro no marcha.
 
-9-

 
Contra los ateos: Una prueba gráfica irrefutable de la existencia de Dios, el Ser Supremo: "¡Ves cómo sí existe un ser superior que está por encima de nosotros!" 
 
-10-
 
¿Por qué la taza –dijo Diógenes al ir a beber agua a la fuente-, cuando hay mano con que beber? Y bebió, después de arrojar la taza, el agua fresca de la fuente en el cuenco de la palma de su mano, que le supo a gloria bendita, a lo que sabe el agua precisamente porque no sabe a nada. ¿Por qué la mano –decimos nosotros al ir a beber agua a la fuente-, donde hay boca con que beber? Y metemos la cabeza en la fuente. Y bebemos la fuente, igual que Narciso que se ahogó en ella víctima de su propia sed.

viernes, 17 de diciembre de 2021

Guarda las distancias

 

Aprende utilizando las nuevas tecnologías. 
Navega, aunque nunca llegues a buen puerto, ni a puerto siquiera. 
Fórmate online. 
Lee e-books y olvídate de las bibliotecas y los polvorientos libros de papel, 
auténticas antiguallas. 
Escolariza a tus retoños en una guardería nada más nacer. 
La educación comienza a los cero años y no acaba nunca. 
Edúcalos en el bilingüismo de la lengua del imperio, please, y en valores.
 Interna a tus viejos en un geriátrico para que se mueran de asco. Ahora que no se nace en casa como antaño, tampoco conviene morirse en casa, sino en un hospital o residencia, que es mucho más aséptico.
Sé aséptico tú también.. 
Ponte mascarilla.
Usa preservativos.
Esterilízate.
No toques a nadie de pasada por la calle. 
Denuncia a quien te toque.
Denuncia a quien toque a tu hijo o hija. 
Guerra a muerte a los pedófilos y a la pedofilia. 
No juegues con esto ni con aquello. No te la juegues.
Sé creativo y original, que ya te diré yo en qué consiste.
No pienses, limítate a repetir lo que te dictan y a consumir lo que te imponen. 
El consumo compulsivo es el mejor antidepresivo que hay. 
Vete de compras, y adiós depresión.
Preocúpate por el futuro. 
Haz un plan de pensiones. 
Paga tus impuestos y deudas.
 Declara(te) a Hacienda. 
 Haz, en definitiva suma, lo que Dios manda.
Sé un hombre como Dios manda,
aunque no sepas si hay Dios
ni qué es lo que Dios manda.
Cuídate. No te descuides por nada del mundo. 
Ve al gimnasio. 
Haz pesas.
 Ve a la piscina. 
No fumes. 
No bebas.
 Si bebes, no conduzcas. 
Ponte el cinturón de seguridad. 
Cuida el colesterol y el azúcar y la tensión arterial.
Hazte un chequeo periódico general. 
Preocúpate por tu salud. 
La salud es profilaxis. 
Controla tu próstata.
Hazte el test del SIDA ahora que lo venden en farmacias.
Hazte el test del COVID.
No salgas de casa sin tu móvil, tu portátil, tu pen drive, tu MP4, tu tableta, tu último modelo de automóvil, tu documento nacional de identidad, tu pasaporte sanitario.
En cuanto a mí: Noli me tangere.
 No me toques. 
No me beses.
 No me des la mano.
Dime hola. 
Pero no me lo digas al oído: hay gérmenes y virus. 
Mantén las distancias. 
No me contagies.
Dímelo por el móvil o mándame un mensaje o un e-mail diciéndome: ¡Hola!
Ya sabes: hay que guardar enormes distancias, 
 para que tanto tú como yo,
lejos el uno del otro
 nos muramos no sólo virtual sino verdaderamente de asco y soledad.

jueves, 16 de diciembre de 2021

¡Vaya futuro!

    Vaya futuro que les espera a las jóvenes generaciones. Escribía uno hace siete años y pico de esto, el 21 de marzo de 2014. Vaya futuro que nos espera a todos, porque resulta que el futuro, siempre por venir, ya está aquí. Ha llegado ya, señoras y señores. El futuro que soñaron, temieron y desearon nuestros antepasados ya habita entre nosotros: 

    Hay más libertad que nunca pero no podemos, paradójicamente, disfrutar de ella precisamente, porque la hay, porque la tenemos. 

    Y ya se sabe lo que dijo el mujeriego, refiriéndose a la mujer: "O la tienes o la gozas". Pero se puede ampliar a todo, también a la libertad. Si la tienes, si la posees, no puedes disfrutar de ella. Preocupado por su posesión, descuidas su usufructo y su disfrute. Antes, cuando no había libertad, cuando no la teníamos como dicen que la tenemos ahora, disfrutábamos más de las pocas migajas que conquistábamos y que conseguíamos llevarnos a la boca. 
 
  
    Las nuevas generaciones no pueden retozar a pelo porque corren el riesgo de pillar el SIDA, y según la pancarta del Colegio Oficial de Médicos de Madrid, no deberían  tampoco morrearse ni hacer manitas. Advierten las autoridades sanitarias a la población: “No beses, no des la mano, di hola”. 

    ¿A cuento de qué nos aconsejaban esto hace siete años? La propia pancarta lo decía: "en prevención de la gripe A". Pero podría ser en prevención del AIDS o de XCW23P2, o de COVID-19 en su última aparición estelar como variante ÓMICRON que han sacado ahora, siete años después. Vete tú a saber, que yo sólo sé que no sé nada y me llaman ignorante. 

    En realidad, hemos vuelto a la Edad Media, si habíamos salido alguna vez de ella y no estábamos metidos de lleno en ella hasta las mismísimas trancas y cachas, y rebozados hasta los tuétanos en su lodo de fanatismo e ignorancia, temor de Dios y credulidad en la Ciencia, su última reencarnación. 

    Y aquí está, renovando sus transmigraciones bajo el avatar de virosis porcina, la vieja Peste Negra. Y junto a ella, la otra peste más mortífera todavía, si cabe, la profilaxis, la prevención hija del miedo que como espada de Damoclés envenena los gozos del presente. 

    ¿Quién en su sano juicio puede gozar del presente pensando en el futuro? ¡Vaya futuro que nos estaba esperando! ¿Quién puede vivir pensando que la vida son "dos días", es decir, tiempo cronometrado por el calendario y el reloj?

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Un poco de política

EL ciudadano, ese Don Nadie que somos todos y cada uno de nosotros, escucha a esos que dicen que hablan en su nombre y no reconoce ninguna de sus palabras como propias. ¿Cómo pueden ellos representar mis angustias, mis deseos, mi miedo, mis esperanzas y mi desesperación? ¿Qué poder divino se han arrogado para pretender tal cosa? Los que mandan son también unos mandados. ¿O no lo sabían? Sí, sí lo sabían, lo que no saben es cuál es el verdadero rostro del amo al que están sirviendo. 

oOo

Donde hay patrón no manda marinero; para eso los marineritos eligen democráticamente a bordo al capitán o patrón del barco que se arroga así su representación convirtiéndose en el legítimo delegado de la voluntad popular, para poder ejercer su poder sobre la marinería dictatorialmente con el total consentimiento de aquella, que ya no considera que el poder del que está revestido el patrón sea despótico, sino democrático, siendo así la democracia actual la peor de todas las dictaduras habidas y por haber.

oOo
Viñeta de Ramón, Hermano Lobo (1975) 

El caos y la anarquía. -Un dirigente político habla a las masas desde un estrado y les pregunta: "¿Qué preferís? ¿El caos y la anarquía o yo?". Las masas responden al unísono: "¡El caos y la anarquía!". El dirigente les replica visiblemente irritado: "Pues os jodéis, porque el caos y la anarquía… soy yo". Y tiene razón porque el caos y la anarquía son las notas definitorias del sistema u orden (más bien des-orden) establecido.

oOo

Medios de (in)comunicación (glosa a Chesterton): Aparte de servir para incomunicarnos, lo contrario de lo que sugiere su nombre, los medios de comunicación sirven también para ocultarnos la realidad al informarnos de ella, porque cuando nos informan nos conforman, nos deforman, nos meten en la horma de su zapato: dan forma a lo informe, es decir, a la realidad, falsa como es por definición y real, sin embargo, como ella sola: los medios masificadores crean la realidad ocultándonos la verdad, porque la realidad que crean es esencialmente falsa y mentirosa.  Una persona muy informada es, pues, por definición, una persona muy deformada por los medios. ¿Sucede lo que nos cuentan o lo único que sucede es  que nos cuentan lo que nos cuentan? Desengañémonos, no existen los hechos, sólo las interpretaciones.

oOo

Terrorismo de Estado.-  Decir que el Estado de Israel es un estado terrorista es un pleonasmo, es decir, algo que podría resultar redundante, si no fuera porque da vigor a la expresión, como cuando decimos que hemos visto algo con nuestros propios ojos. Sin riesgo de hipérbole, puede generalizarse que todos los estados son terroristas, porque todos son administradores de muerte, todos cuentan a sus súbditos y los condenan a la pena de una muerte siempre futura pero real. El Estado en general y el de Israel o el de España en particular basan su existencia en el miedo de la gente, que fomentan, y en el caso extremo en el terror: todos y cada uno de los Estados que en el mundo hay son terroristas sin ninguna excepción de esta regla general., encarnaciones abstractas que son de la misma realidad, el viejo dios monoteísta.  El boicot, por lo tanto, que proponen algunas almas caritativas y bondadosas a los productos israelíes en el mercado no debería distraernos mucho. Todos los Estados son totalitarios, incluso los democráticos que pretenden no serlo. Quizá estos últimos sean los más totalitarios de todos, porque son los que más camuflan su afán de totalidad global,  imponiendo al conjunto de la población la voluntad de una mayoría conformista previamente adocenada y conformada por el adoctrinamiento político y audiovisual.

martes, 14 de diciembre de 2021

Panfleto contra la vacunación infantil contra Covid-19

NO SACRIFIQUEN A SUS HIJOS
 

 
       LOS NIÑOS NO MUEREN DE ESTA NUEVA ENFERMEDAD. Tampoco enferman de ella, al menos no de gravedad. Y tampoco tiene ningún sentido dejar que los vacunen a ellos para, supuestamente, proteger a los adultos. ¿Acaso no están prácticamente todos los adultos vacunados?     
 
    LOS NIÑOS NO SON UN PELIGRO PARA LA SALUD DE LOS DEMÁS. Durante todo este curso las escuelas han estado funcionando y no ha pasado nada. Son los medios junto con el gobierno los que afirman que el virus ataca más a los niños. Si aumentan los casos entre los niños es sólo porque les están haciendo más pruebas con el objeto de asustar a los padres para convencerlos de que tienen que dejar que a sus hijos les pongan la vacuna.     
 
    LO QUE SÍ ES UN PELIGRO SON ESTAS LLAMADAS VACUNAS que se quiere inyectar a los niños, unas vacunas que se han fabricado a toda prisa, sin los controles de seguridad habituales. Entre niños y adolescentes como consecuencia de ellas se dan muchos casos de inflamación del corazón (pericarditis y miocarditis) que pueden dar lugar a la muerte o a una lesión cardíaca permanente. Hay también casos de enfermedades autoinmunes y otros muchos daños graves, y es muy posible que cause problemas de esterilidad. Parece que los niños pueden tener más reacciones adversas precisamente porque su cuerpo puede reaccionar con más fuerza contra el veneno que es la vacuna.     
 
    Dicen que los beneficios de vacunar a los niños superan a los riesgos. Beneficios ¿para quién? porque el riesgo es para los niños. ¿SACRIFICARÍA USTED A SU HIJO POR EL BIEN DE LA POBLACIÓN?     
 
    Por eso hay tantos médicos y científicos pidiendo que no se vacune a los niños, aunque la televisión y los medios no lo digan. Es cierto que hay también muchos médicos que no se han dado cuenta de todo esto y dirán que vacunar a los niños es bueno y necesario. Pero pídales usted a esos médicos que le pongan esa recomendación por escrito y se la firmen (como hacen con las recetas de los medicamentos normales) y ya verá como ninguno quiere hacerlo.
 
     ¿Va usted a poner en peligro la vida y la salud de su hijo dejando que le inyecten una sustancia que no es necesaria ni para proteger su salud ni la de los demás y que en cambio provoca multitud de daños?  Si no lo tiene claro, espere al menos hasta pensarlo mejor: su hijo no va a perder la oportunidad de vacunarse si no acude a la primera ocasión.
 
    (Este panfleto es un resumen extracto de este otro, que puede descargarse íntegro en este enlace. Se ruega su difusión por todos los medios. Puede imprimirse y repartirse a la puerta de los colegios o de los Centros de Salud).      

lunes, 13 de diciembre de 2021

Soltando lastre (espectáculo de variedades) (I)

En contra de la pena de muerte, y en contra de la pena de vida. En contra de la cadena perpetua, en contra de la cadena que te encadena sin más y en contra del candado encadenado, en contra siempre, o, lo que es lo mismo, a favor de la libertad  y de que la vida valga la pena, a favor de la vida que vale la pena. En contra de la violencia de género y, más que eso todavía, en contra de todo género de violencia, pero sobre todo de la que viene de arriba, de la violencia institucionalizada, de la violencia estructural, porque la violencia de abajo, estoy convencido de ello, no es más que una respuesta, pero respuesta al fin y al cabo, aunque quizá no la mejor que se pueda dar, contra la violencia previa  de arriba.

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¿Teoría de la conspiración o conspiración de la teoría? Hace siete años dejamos de hablar por un momento de la crisis visible y bien visible del sistema capitalista y todo el mundo se volvió virólogo y se puso a hablar sin saber de un virus invisible, que se transmitía por contacto humano por lo que los besos llegaron a prohibirse en México, a no ser, suponemos, que se dieran con mascarillas o con tapabocas como dicen allá. ¿Pero qué gusto puede haber en un beso así? Prohíben que la gente salga de casa, prohíben hasta que los niños compartan juguetes… El virus, al ser invisible, es un terror indeterminado, pavoroso. La invisibilidad es lo que otorga más poder a la amenaza, porque una amenaza visible puede ser racionalizada, pero una invisible no puede razonarse, es irracional,  y se propaga igual que la peste bubónica. Peor que el virus, el miedo: mucho peor que la peste.


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Ejercicio intelectual de antipedagogía: Es muy fácil caer en la crítica de las formas pasadas de dominio, de la escuela, por ejemplo, que todos hemos padecido: maestros autoritarios que hacían que la letra entrara con la sangre.  Pero esta crítica de las formas pasadas de dominio es una crítica estéril, no tiene más objeto que revolverse y rebelarse contra los fantasmas de un pasado que pasado está. La crítica de las formas arcaicas de dominación legitima de alguna manera las actuales. La crítica de la dictadura de Franco en España, por ejemplo, acaba, por contraposición, justificando la actual dictadura democrática.

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El precio del dinero. A veces hablan los economistas del precio del dinero. Yo no sé qué precio es ese, no puedo cuantificar esa cifra. Sólo sé lo caro que es el dinero, lo mucho que cuesta ganarlo, lo mucho  que hay que sacrificarse por unos euros en el bolsillo o en la cuenta corriente. Nosotros lo hemos convertido en el único dios verdadero, y le rezamos nuestro Credo particular, insuflándole crédito, habiendo contraído una gran deuda con él. Por eso no se puede decir alegremente que Dios no exista, existe. Es el becerro de oro.


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Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas, es decir, en este mundo nuestro: –Ahí lo tienes –dijo la Reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen no ha sido cometido todavía:  será cometido después del juicio. Está sentenciado antes de ser juzgado y antes incluso de haber cometido el delito está ya condenado a cometerlo.

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El interés morboso por el cotilleo de la vida privada de famosos revela la falta de interés de nuestra propia vida. Nos interesa de los famosos más que las obras por las que han alcanzado la fama sus biografías, el espectáculo indecente de su vida privada: el strip-tease de sus intimidades. No interesa lo que escribe un escritor sino su biografía, lo que se ha escrito sobre su vida privada. De hecho, interesa más la vida privada de Lorca, pongamos por caso, que su poesía.¿Quién lee hoy sus versos?
 
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Los no vacunados deberían vacunarse para proteger a los que están vacunados y supuestamente inmunizados, porque los vacunados y supuestamente inmunizados no están protegidos con la mesiánica vacuna que supuestamente iba a protegerles -algunos creen ingenuamente, la inmensa mayoría, que como se la han puesto y no se han muerto todavía ella les ha salvado la vida-  y que iba a otorgar a todos la inmunidad de rebaño (de inmunidad no estamos sobrados, pero de rebaño tenemos abundancia con creces), vacuna que no funciona si no se les pone a los no vacunados para proteger a los que han sido inoculados.