miércoles, 25 de junio de 2025

El poder de la cultura contra la cultura del Poder

El término “cultura” procede del sustantivo latino “cultus”,  que quiere decir cultivado y cultivo. La raíz de la palabra la encontramos en culto, cultor, cultivo, cultismo, inculto, culterano, cultalatiniparla, cultiparlar, cultura y contracultura.  En latín "cultus" era es el participio del verbo “colo” (*col-tus>cul-tus),  que, entre otros significados, tenía el de "cultivar la tierra", por lo que una palabra como agricultura,  que significa literalmente cultivo agrario o del campo,  es una redundancia etimológica.  

El verbo “colo” deriva de la raíz indoeuropea *kwel- que en su acepción originaria y material significaba voltear, es decir, remover la tierra, lo que hace el labrador cuando trabaja con la azada y el arado. Pero este verbo, además, ya en latín quería decir también habitar, vivir, por el sedentarismo que implica la agricultura frente al nomadismo, valor del que derivan los términos colonia, colono, colonizar, sin perder de vista domicilio, compuesto de 'domus' “casa” y la raíz que nos ocupa con vocalismo -i- modificado; valor que se subraya con el prefijo in-, de donde tenemos el sustantivo “íncola”, habitante, y también el moderno “inquilino”.


Pero “colo” tiene también el significado antiguo de cuidar, tratar, y el de honrar y venerar a los dioses y, por lo tanto, rendirles culto religioso, de donde los modernos nos hemos sacado la libertad de cultos que se nos reconoce a las personas como uno de los derechos humanos fundamentales. La diversidad de confesiones religiosas hace que a veces olvidemos que hay una elección previa, la de si es necesario elegir un culto u otro, y en función de qué criterio lo elegimos, si decidimos hacerlo: las religiones, en efecto, no son más verdaderas o válidas según el número de creyentes o practicantes que tengan. Obviamente podemos elegir la que nos venga en gana, pero también no elegir ninguna y quedarnos en el prudente agnosticismo. 

Del significado de "rendir culto a los dioses", por un proceso semántico muy común de autismo, se pasó al sentido de rendir culto al cultor, es decir a sí mismo, no ya a la divinidad o a la tierra y sus cultivos. Y como el hombre según la dicotomía habitual es cuerpo y alma, hay dos culturas: una cultura referida a la mente y al espíritu que habitualmente se entiende como acumulación de conocimientos científicos y humanísticos, y una cultura física relativa al cuerpo, de ahí la palabra culturismo, que la academia define como “práctica de ejercicios gimnásticos encaminada al excesivo desarrollo de los músculos”, y que probablemente se trate de una imitación del término alemán Körperkultur, cultura corporal o física, de donde nuestra  moderna “educación (sic) física” que ha sustituido a la vieja y desnuda gimnasia y que tanto irritaba a aquel profesor de gimnasia que era el Mairena de Machado. A esta preocupación por el cuerpo habría que añadir el culto moderno de la propia imagen.

 
Viñeta de Andrés Rábago, el Roto

Cicerón en sus Conversaciones en Túsculo II, 5, dice que así como ningún campo puede ser fructífero si no se lo cultiva, (ut ager quamuis fertilis sine cultura fructuosus esse non potest), otro tanto ocurre con el alma sin instrucción (sic sine doctrina animus). Cualquiera de estos dos factores, sin su complemento, carece de vigor (ita est utraque res sine altera debilis). La filosofía es el cultivo del alma (cultura autem animi philosophia est); arranca de raíz los vicios (haec extrahit uitia radicitus) y prepara los espíritus para recibir la simiente (et praeparat animos ad satus accipiendos),  se la entrega a estos, y, por así decirlo, siembra lo que, cuandro crezca, producirá ubérrimos frutos (eaque mandat iis et, ut ita dicam, serit, quae adulta fructus uberrimos ferant). [La traducción de Marciano Villanueva Salas, modificada, está tomada de Conversaciones en Túsculo, Asociación Española de Neuropsiquiatría, Madrid 2005].

No hay que confundir la cultura con la lengua, como repetía incansablemente el más joven de los viejos profesores, Agustín García Calvo: la lengua es un don gratuito que se le da a todo el mundo. Sobre ella no manda nadie, pese a todos los pesares y Academias que, so pretexto de ser descriptivas, acaban siendo preceptivas al convertirse su descripción del lenguaje hablado en escritura y norma escrita, en prescripción y ley que se impone a través del Diccionario donde se almacenan los nombres comunes, mientras que la cultura es una creación de Arriba, una imposición de las altas instancias. Nace ya escrita y se ocupa de los Nombres Propios (antropónimos o de persona, topónimos o de lugar y cronónimos o relativos a la medición que hacemos del tiempo), que realmente no tienen significado como los comunes, por lo que se almacena en una enciclopedia tradicional o, si se prefiere, virtual del estilo de la inevitable Güiquipedia. 

 
Viñeta de Miguel Brieva

La cultura del Poder está, pues, configurada por la acumulación de Nombres Propios, pero no solo por eso, también por las jergas especializadas y básicamente escritas y sometidas a absurdas reglas de ortografía de políticos, científicos, filósofos, economistas y todos aquellos que defienden el edificio insostenible sin la fe que depositan a diario en ella de la cruda (o puta, como cantaba Mónica Naranjo)  realidad. Contra ella se alza el lenguaje normal y corriente, la lengua que hablamos y la razón subyacente y común a todos, que se rebela contra todas las imposiciones que vienen de Arriba, de donde la gente sabe que no puede caerle nada bueno. Esa lengua es la única arma, la única cultura verdaderamente popular y contracultural que puede alzarse contra la cultura del Poder y todos los Nombres Propios y denunciar que la realidad que se nos impone es falsa: la lengua común y corriente que denuncia el empleo de todos los lenguajes especializados, sean de la índole que sean, y que se pregunta incansablemente, contra la jerga de los políticos y/o economistas y la ideología dominante, qué es “Constitución”, “España” “Catalunya”, “Democracia”, “Gobierno”, “Estado del Bienestar”, “Europa”, “La Transición“, y demás retahíla y política monserga. Así y sólo así la lengua hablada se rebela contra las ideas establecidas. Ni la cultura ni la contracultura pueden hacer nada contra la cultura del Poder; sólo acaso la lengua común y corriente.

martes, 24 de junio de 2025

Hase caló, musha caló

    Hemos entrado en el verano, y resulta que empezamos no con alegría sino con preocupante alerta sanitaria por las altas temperaturas que se alcanzan en España, el país del sol. Las autoridades sanitarias nos advierten de lo peligroso que es el astro rey. Y en algunos lugares como en la villa y la corte cierran el Parque del Retiro, que es un lugar agradable para pasear a la sombra de los árboles o para sentarse a leer o a charlar con alguien. ¿Cierran parques en medio de una ola de calor? ¿Dónde se está mejor que a la sombra cuando aprieta la calor? A este paso van a acabar cerrando los bosques, la naturaleza y las playas por las condiciones climatológicas adversas, y poniendo puertas al campo por nuestro bienestar, no por otra cosa, por supuesto.  

 
    Las ciudades son cada vez más inhóspitas: apenas hay bancos para sentarse la gente, y apenas quedan árboles, para ponerse a su sombra: los han arrancado de cuajo, así que muchos optan por confinarse en su domicilio, siguiendo una vieja costumbre cada vez más habitual. Los medios divulgan mensajes apocalípticos: termómetros que se abrasan marcando más de cuarenta grados centígrados a la sombra, mapas meteorológicos con colores rojos ígneos que recuerdan los fuegos del infierno de Pero Botero, noticias y más noticias climáticas... consiguen así que el calor sea el tema de conversación de la masa televidente, que es, por aquello de si no lo veo no lo creo, la masa también telecreyente. 
 

     Se impone el cuento climático. El calentamiento global se cobra sus víctimas de las que nos rinden puntual cómputo cumplido. Aparecen titulares como este en los pocos periódicos de papel que quedan y en la prensa virtual de las pantallas: Al menos 75 personas han muerto sofocadas de calor en lo que va de junio, según el Instituto Carlos III, siendo este mes el más mortal de la última década (y eso que todavía no se ha finiquitado). Pero, atención, añaden por si había algún incrédulo todavía que desconfiase del dato del prestigioso instituto: otros sistemas de medición de mortalidad por altas temperaturas elevan las cifras hasta los 1.486 fallecidos, que no son moco de pavo. 
 
    Seguimos, como en la superchería de la pandemia, contando los muertos cotidianos, que son los que dan veracidad al relato. Si la gente se muere de eso, no puede ser que eso no exista. Las culpas de todos los males las tiene el cambio climático, y la culpa de este -siempre hay que buscar la culpa, que es la causa- la tiene el homínido sapiente.
 
    Por supuesto que hace calor, el mismo que hace todos los veranos más o menos por estas mismas fechas. No hemos nacido ayer. Algunos ya peinamos canas, y podemos decir que el calor no es ninguna novedad. 
 
    Ya lo cantaban hace dieciocho años Mojinos escozíos, y proponían combatir la ola de calor con la correspondiente ola de cerveza: pájaros muertos por las calles, termómetros derretidos, aceras que echan humo, ríos que se evaporan, y la gente metida en sus casas por el miedo a las altas temperaturas... 
 
    Además,  ahora que tenemos vacaciones y podemos follar sin muchas prisas, las autoridades sanitarias, que están para aguarnos la fiesta, nos dicen que tengamos muchísimo cuidadito con las ITS, que son, por si no lo sabíamos, las infecciones de transmisión -como la vida misma- sexual. Además, hay que tener cuidado si se chinga sin precaución, no vaya uno a reproducirse, que tal y como están las cosas no es económicamente muy recomendable. Así que muchas parejas recurren a tener un perrihijo, y si no se lo pueden llevar de vacaciones, se lo encaloman enseguida a sus abuelos, que lo convierten enseguida en su perrinieto y lo malcrían. 
 
    Así que, qué va a hacer uno en su casa si no se puede salir a la calle porque no hay árboles que valgan como refugios climáticos, pues ponerse a ver la tele y a enchufarse a interné que se encargan de distraernos con infinidad de noticias: guerras al otro lado del mundo, como si no tuviéramos suficiente con la camuflada que tenemos aquí. Y, además, ¿para qué se hacen las guerras? Las guerras no se hacen para ganarse, no, sino para perpetuarse.
 
  
    También las pantallas nos dan buenos y saludables consejos: Gracias a los presuntos avances de la Ciencia y de su legión de expertos, que son los listos de la clase que saben de todo, nos dan unas pautas generales y vagas de salud que no sabemos muy bien de dónde salen y que nadie cuestiona, y nos dicen que nos hagamos una serie de pruebas, análisis y chequeos cada cierto tiempo por si acaso estamos enfermos y no nos habíamos percatado de ello, no vayamos a ser asintomáticos e inconscientes. Que les den a sus guerras, a su cambio climático y a las autoridades sanitarias que son, no hace falta decirlo, lo que más perjudica a nuestra salucita.

lunes, 23 de junio de 2025

'Sed tu uera puta'

En la sátira segunda del poeta latino Juvenal, conocida como “Los hipócritas”, se hallan unos hexámetros (149-153) que hacen referencia a la incredulidad que los relatos mitológicos sobre el mundo de ultratumba, tal y como lo describían, por ejemplo, poetas como Virgilio,  provocaban en sus contemporáneos
 
Traduzco esos hexámetros en su ritmo dactílico, que consta de seis pies compuestos de un tiempo marcado generalmente con acento de palabra seguido de uno o dos no marcados y en principio átonos: Que ánimas haya de muertos y reino de rey soterraño, / Río de Llanto y ranas en charca estigia negruzcas / y aguas que crucen en una barcaza tantos a miles / solo lo creen los niños que aún no pagan el baño. / Mas tú tenlo por cierto* (...) Se alude al final a los niños pequeños que entraban gratis a los baños públicos sin pagar dinero como los adultos, y en la actualidad en el trasporte público, diríamos. 
 
  La barca de Caronte, José Benlliure Gil (1896)

Doy la versión en tercetos encadenados con rima consonante y versos hendecasílabos castellanos de don Francisco Díaz Carmona (1892): Nadie a no ser el niño que se baña / de balde, cree ya en manes, en infierno, / en Carón, en la Estigia, con su extraña // turba de negras ranas y su eterno / vórtice, y en la barca que allí espera / almas que conducir al hondo averno. // Mas tú júzgalo cosa verdadera. Y la traducción más antigua de don Luis Folgueras Sion, en hendecasílabos blancos (1817): ¿Son Manes? ¿Hay infierno? ¿Existe el reino / de Carón, y en el hórrido Aqueronte / ranas disformes, y pasando a miles / ánimas tristes en la barca sola? / Este dogma tremendo por creyentes / no mas tiene que a niños, y eso aquellos / que de balde se bañan. Descreído / no le deseches tú (…) 
 
Es interesante la imagen que propone el poeta de los niños que no pagan, es decir, que no conocen aún el valor del dinero. Estos niños ingenuos y libres de los manejos del dinero creen cualquier cosa que se les cuente, por ejemplo las fábulas de ultratumba y del inframundo en las que no creemos, necios de nosotros, los adultos: las historias del can Cérbero de tres cabezas, que podría ser una imagen del monstruo del tiempo con su pasado, presente y futuro, y los suplicios eternos en el seno de los infiernos de las hijas de Dánao o de Sísifo, o de Tántalo, del que la lengua inglesa guarda, por cierto, recuerdo en el verbo 'tantalize' que suele traducirse al román paladino, cuando no se calca directamente como 'tantalizar', como atormentar con algo que se desea pero no se puede alcanzar. Se refiere a la acción de despertar el interés o la curiosidad de alguien con algo que resulta atractivo, como las inalcanzables manzanas del hambriento Tántalo, pero que no está disponible porque su realidad, diríamos hoy, es meramente virtual.
 
 
 
Mostraba así el poeta Juvenal en esos versos el general escepticismo que dominaba en la sociedad romana, pues solo los niños muy pequeños daban crédito a las antiguas tradiciones y habladurías mitológicas acerca de la laguna Estigia que había que atravesar en la barca de Caronte para llegar a la otra orilla, al reino de Plutón (o a la mansión de Hades, su homólogo griego), para lo que había que pagar un óbolo al barquero, de donde, por cierto, la costumbre de enterrar a los muertos en la antigua Grecia con la moneda en la boca para que pudieran costear el pasaje de la postrera travesía. 
 
Tan grande era el valor que había alcanzado ya el dinero en la antigüedad que hasta para salir de este mundo y entrar en el otro había que pagar el pasaje, so pena de quedar las almas errantes durante toda la eternidad en la otra orilla como si no hubieran recibido sepultura. 


Solo los niños creían esas chácharas de viejas, mientras que los mayores no les prestaban crédito ninguno. Bendita sea la inocencia que es ignorancia de los niños que aún no han pasado por el aro y entrado en la sociedad adulta, y que no saben lo que es el dinero, y sin embargo viven. Pero nosotros, que ya no vivimos, sino que en el mejor de los casos existimos, que no es lo mismo, deberíamos creerlo también, por eso el poeta satírico nos dice a continuación: sed tu uera puta: 'Mas tú tenlo por cierto'. No seamos descreídos y preguntémonos: ¿Dónde está el infierno? Es muy fácil decir que no existe, pero es más que posible que exista y no poco, sino mucho. 

Ya Lucrecio había interpretado todas esas historias como metáforas o trasposiciones de la realidad (Todo aquello sin duda que en el Aqueronte profundo / han contado que hay, lo tenemos en vida nosotros): ni Tántalo, ni Sísifo ni las hijas de Dánao son personajes de ultratumba, sino proyecciones de nosotros mismos y de nuestros sufrimientos, porque el infierno no es que no exista, existe, y mucho, pero no está en el inframundo de ultratumba que forjamos a nuestra imagen y semejanza, sino aquí y ahora mismo, bajo el reinado del Estado y el Capital: es la dura realidad que padecemos.
  
*Doy los versos en latín: esse aliquos manes et subterranea regna, / Cocytum et Stygio ranas in gurgite nigras / atque una transire uadum tot milia cumba / nec pueri credunt, nisi qui nondum aere lauantur. / sed tu uera puta (...) (Juv. II, vv. 149-153).

domingo, 22 de junio de 2025

Dicen que no hablan

    Debía de estar cursando yo quinto o sexto del bachillerato antiguo de letras, en aquel Instituto de Enseñanza Media Mixto, después Instituto Nacional de Bachillerato, y finalmente hoy, creo, Instituto de Educación Secundaria. ¡Cómo se ha devaluado la Enseñanza y convertido en Educación, madre mía! ¡Cómo cambian los tiempos para no mejorar, empeorando! 

     Me viene ahora el recuerdo de una profesora de Literatura que cojeaba al andar, ya algo entrada en años, que hace ya más de cincuenta primaveras, nos recitó unos versos que no he olvidado todavía. Sigo viéndola a ella y oyéndole recitarlos en medio de un silencio sepulcral y pedagógico en el aula donde resuena su voz emocionada, que daba vida a aquellas palabras rimadas: "Ahí va la loca soñando". Eran versos de Rosalía de Castro. Me dejaron una huella muy profunda. La poesía surgía en medio de una aburrida clase de literatura.
  
    No recuerdo mucho ahora de la autora, del movimiento literario, creo que era el romanticismo, de su vida y su obra. El programa que estudiábamos era Historia de la Literatura Española o Universal, no recuerdo bien. En todo caso era un programa que como el de Historia nunca llegaba a completarse ni llegaba a lo de hoy, inabarcable pero eso era lo de menos. La Historia de la Literatura que estudiábamos y de la que nos examinábamos y se nos evaluaba era el Programa que había que cursar para conseguir el título, pero de aquello no me ha quedado prácticamente nada, al menos nada comparable a la impresión que me causaron aquellos versos que hoy vuelven a resonar y escucho recitados por Aitana Sánchez Gijón en el vídeo adjunto. 
 

     Son versos populares porque son octosílabos pareados que forman según  los críticos literarios un verso más largo, hexadecasílabos podría decirse con cesura intermedia que los convierte en dos hemistiquios de ocho sílabas cada uno, con rimas asonantes que configuran tres estrofas: la primera de siete versos, con asonancia en -áo, la segunda de cinco en -áa, y la tercera y última de dos con rima en -éo, que nos recuerdan a los romances medievales. También es popular la contracción de 'ahí' -dos sílabas-, en 'áhi' -una sola- en la producción del verso. 
 
    Pero lo más popular es que da voz a las cosas, a las plantas, a las fuentes, a los pájaros, a las aguas, voces que le reprochan a la autora que sueñe “con la eterna primavera de la vida y los campos”, ella, que, como aquella profesora de literatura, ya peinaba canas, y era una “incurable sonámbula”. Sus sueños se rebelan -y eso es lo popular- contra la realidad de las cosas que se agostan y se abrasan, es decir, mueren, sin embargo no se puede vivir sin ellos. 
 
    Me recuerdan a Virgilio y su “sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt”: Lágrimas hay en las cosas y toca el alma lo humano, o, quizá mejor, la muerte, lo mortal. Lo propio de los hombres es lo que nos llega al alma.  Y lo propio de los mortales es rebelarse soñando contra la muerte a la que se nos condena, contra el futuro al que nos condenamos. Los sueños se rebelan contra la tierra prometida de la muerte: no quieren morir, realizarse.  
 
  
Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros, 
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros, 
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso, 
De mí murmuran y exclaman: 
-Ahí va la loca soñando 
Con la eterna primavera de la vida y los campos, 
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos, 
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado. 
 
Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha, 
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula, 
Con la eterna primavera de la vida que se apaga 
Y la perenne frescura de los campos y las almas, 
Aunque los unos se agostan, y aunque las otras se abrasan. 
 
Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños, 
Sin ellos, ¿Cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?

sábado, 21 de junio de 2025

¿Cultura de Paz, Seguridad y Defensa?

    El Ministerio de Defensa del Gobierno de las Españas lanza un programa piloto que se va a experimentar inicialmente en la Comunidad Valenciana, que probablemente se termine extendiendo al conjunto del país, dirigido a profesores de secundaria, bachillerato y formación profesional. 
 

    La Consejería de Educación de la Generalidad valenciana está ‘animando’ a los docentes a asistir a un curso de ‘Cultura de Paz, Seguridad y Defensa’ que cuenta con el caramelo de la homologación y que sumará puntos en su currículum profesional educativo; se impartirá del 1 al 4 de julio y contará con la presencia de miembros y miembras, suponemos que vaya alguna, de las Fuerzas Armadas. El curso de tipo presencial será de una duración total de 20 horas. A juzgar por el título, que conjuga las palabras Cultura con Paz, Seguridad y Defensa, sin rastro visible de la ominosa Guerra por ningún lado, que es sin embargo, lo que está detrás y por debajo de esos cuatro términos, se trata de propaganda militar(ista), que habla de ‘riesgos y amenazas en un mundo globalizado’, recurriendo (sin citarlo explícitamente) al fantasma del peligro que supone la existencia de Rusia, y plantea la necesidad de una ‘defensa compartida con nuestros aliados’ en referencia clara a la Unión Europea y la Alianza Atlántica. 
 
    El curso también brinda información sobre la posibilidad de desarrollar una carrera profesional en las Fuerzas Armadas con el objetivo de fomentar el reclutamiento de adolescentes de ambos sexos en futuras charlas con el alumnado para que quieran convertirse voluntariamente en carne de cañón. 
 
    Llama la atención que el remite del correo recibido por los docentes sea directamente de las Fuerzas Armadas. Tanto en el propio correo usado como en el ‘asunto’ se aprecia la significativa palabra ‘reclutamiento’, y en el cuerpo del mensaje se habla de ‘exponer las diversas ofertas de desarrollo profesional que ofrecen las Fuerzas Armadas dirigido fundamentalmente a los alumnos de bachiller y FP’. 
 

     La intención es formar primero a los profesores para que se familiaricen con el ámbito militar y que posteriormente  se lo vendan como algo atractivo a los estudiantes, hasta el punto de que lo vean como una salida laboral. 
 
    Este no es un experimento pedagógico más, sino una maniobra de propaganda para el reclutamiento en el contexto de militarización sin precedentes que estamos padeciendo impulsado por la Unión Europea y la OTAN y que el gobierno progresista de España asume con entusiasmo. Entretanto nuestra ministra de la Guerra confirma la llegada de al menos treinta (30) bombarderos estadounidenses a las bases yanquis de Morón y Rota para garantizar, ante la escalada bélica en Oriente próximo, se supone, la cultura de la Paz, la Seguridad y la Defensa.

viernes, 20 de junio de 2025

Zona de Bajas Emisiones (II)

“Érase (o había) una vez... “ solían comenzar tradicionalmente los cuentos, ahora, sin embargo, empiezan “Según recientes estudios científicos de expertos...”
 
Al Estado moderno no le importan ni la raza ni la religión de sus súbditos, sino el control totalitario de ellos independientemente de su color o de su credo.
 
Es proverbial y tópica la imagen del tiempo que vuela fugaz, el tempus fugit de los relojes, pero ¿de qué va a huir el tiempo si no es de su cómputo e ideación?
 
Científicos crean «proactivamente» una vacuna antes incluso de que el próximo posible agente patógeno causante de una pandemia se convierta en empírica amenaza.
 
En el nombre de 'Dios' se anula la oposición entre nombre común y propio, porque ya no hay dioses, sino un solo Dios, el individuo absoluto único en su especie.
 
A diferencia de los dioses inmortales, nosotros, los mortales, morideros que somos, tenemos todo el futuro, o, lo que es lo mismo, toda la muerte por delante.
 

El sistema educativo no ha fracasado, ha triunfado y obtenido un éxito clamoroso destruyendo, tal era su objetivo, la curiosidad y el razonamiento de los niños.
 
Ni pesimismo ni optimismo, dos cultismos fraguados sobre 'pésimo' y 'óptimo', que nos convierten en profetas superlativos de lo que desconocemos, el futuro.
 
El Estado no combate el crimen, lo administra, como administra la vida y la muerte del ciudadano; la biopolítica fucoltiana se convierte así en tanatopolítica.
 
Hoy he vuelto al parque de mi infancia al que iba a jugar, pero no había ningún niño jugando, solo viejos -y yo uno de ellos, ya me doy cuenta, por supuesto.
 
El tiempo es Cérbero, el portero del infierno, es decir, de nuestro mundo, el cancerbero monstruoso de las tres cabezas: el pasado, el presente, y el futuro.
 
 
 Señoras y señores, he de informarles de que lo único 'verde' que hay en la llamada green economy y la transición ecológica es el color de los billetes verdes.
 
En un mundo donde la información viaja a la velocidad de la luz, la verdad entre el tumulto de las opiniones personales se desvanece brillando por su ausencia. 
 
Cada día el ojo sin párpado de Dios instala más cámaras de vigilancia en las calles de las ciudades engulléndonos a fin de controlarnos por nuestra seguridad.
 

jueves, 19 de junio de 2025

¡Viva Cherán, cabrones!

    Cherán, un pueblo indígena purépecha ubicado en el estado de Michoacán, México, con unos veinte mil habitantes, rodeado de extensos pinares, donde los cheranenses echaron a los políticos profesionales. “En Cherán no hay partidos políticos… y estamos mejor sin ellos”. 
 
    Pero no solo eso, también prohibieron las elecciones y toda la propaganda, erradicando la política y, con ella, el crimen organizado. Antes del levantamiento de los cheranenses, grupos del crimen organizado, en complicidad con las autoridades locales, talaban ilegalmente hasta doscientas hectáreas por año de dichos bosques, sin que nadie hiciera nada para evitarlo. Además de destruir el entorno, estos grupos extorsionaban, secuestraban y asesinaban a los habitantes del pueblo. 
 
  
    La defensa del bosque fue la chispa de un cambio profundo: “Primero fue el bosque, luego la seguridad y después la política”, como suelen decir los propios cheranenses. En el año del Señor de 2011 los habitantes de Cherán se levantaron contra el crimen organizado y la tala ilegal de sus bosques, muchas veces protegida o ignorada por autoridades locales y policías, dando las mujeres el primer paso: bloquearon el avance de los taladores y pidieron apoyo a la comunidad. Ya no podíamos confiar en las autoridades ni en la policía, dijo una abuela que fue una de las mujeres que inició el levantamiento. No sentíamos que nos protegieran ni nos ayudaran. Los vimos como cómplices de los criminales”.
 
    De ahí nació la revuelta popular que expulsó a los partidos políticos, la policía municipal y al alcalde. Cherán se rige desde entonces por un sistema de usos y costumbres tradicionales, reconocido por la Constitución mexicana y el Convenio 169 de la OIT sobre derechos de los pueblos indígenas. No hay partidos políticos. No hay alcalde o presidente municipal.  En su lugar, existe un Consejo Mayor, elegido en asambleas comunitarias. Las decisiones se toman en asambleas barriales, con una fuerte participación ciudadana. La organización de Cherán se estructura en torno a los cuatro fogones o barrios tradicionales del pueblo. Cada barrio tiene su fogón, una especie de núcleo organizativo y simbólico donde se discuten y toman decisiones colectivas. 
 

    Tampoco hay policía municipal, en su lugar hay una Ronda Comunitaria, que es su cuerpo de seguridad, formada por miembros de la comunidad, vecinos que patrullan el territorio. No tienen armas largas como el ejército, pero sí respaldo comunitario y legitimidad moral. Su labor es más preventiva y de resolución de conflictos internos. 
 
    En el año del Señor de 2014, tres años después del alzamiento,  el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación reconoció oficialmente el derecho de Cherán a autogobernarse. Desde entonces, participan en el sistema electoral nacional sin partidos políticos ni candidatos partidistas, eligiendo a sus representantes mediante usos y costumbres, haciendo honor al viejo lema ácrata de 'el pueblo unido funciona sin partidos".  De ahí surgen los representantes que integran el Consejo de K’eris o Consejo Mayor, como autoridad ejecutiva. Este sistema de base horizontal y rotativo busca evitar el poder concentrado y la corrupción. 
 
     Uno de los logros menos conocidos es que han impulsado una educación donde los niños aprenden purépecha junto con el español, y se promueve el conocimiento ancestral, el respeto por la tierra y la historia y las tradiciones de su pueblo. 
 
    Cherán sigue siendo parte del estado de Michoacán y del país, pero su autogobierno está reconocido oficialmente. En Cherán, que no se rinde, el monte se defiende, no se vende. Quisieron talar sus árboles, pero los cheranenses salvaguardaron sus raíces.  Cherán vive, ¡viva Cherán, carajo! 

miércoles, 18 de junio de 2025

De la caída del pelo

    SI PIERDES EL CABELLO, NO PIERDAS EL TIEMPO. Reza el eslogan publicitario de una clínica que previene la caída del cabello. Como si lo peor que le pudiera pasar a uno fuera quedarse calvo. Como si fuera equiparable perder “cabello” y “dinero”, que es la epifanía del tiempo: perder el tiempo, perder el dinero en tratamientos y emplastos que no pueden evitar la caída inevitable de las hojas de los árboles caducos en otoño... 
 
  
    La fotografía muestra, en primer plano, la cabeza y el torso velludo de un hombre relativamente joven, ni guapo ni feo, sino todo lo contrario, mirándose al espejo como Narciso. Se lo ve, no obstante, preocupado y ensombrecido; se supone que por la entrada en la frente de una incipiente alopecia, que, a juzgar por la imagen, no se ve por ninguna parte: si el pavo este, que se le ve dotado de una generosa pelambrera, se preocupa ya tan pronto por la caída de su cuero cabelludo ¿qué deberíamos hacer nosotros, pobres de nosotros? 
 
    La propaganda insiste: VEN ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE. Añade: “Aquí sabemos tratar tu cabello, sabemos lo que necesita para mantenerse fuerte, sano y brillante”. Insisten en que son profesionales especializados “en detectar cualquier disfunción capilar -ojo al palabro 'disfunción', que recuerda a la eréctil, como si el cabello fuera un símbolo fálico- a tiempo y en poner las soluciones más eficaces.” 
 

     Parece que los clientes o destinatarios del mensaje publicitario son hombres jóvenes, como el mozo de generosa cabellera de la foto, pero no precisamente los que ya se están quedando calvos, sino los que quieren prevenir la calvicie. Por eso dicen: “Si encuentras cabellos en la ducha o en la almohada cada mañana -cosa bien trivial que le pasa a cualquiera-, si notas caspa, grasa o picores... ven. Estos pueden ser los primeros síntomas que te conduzcan a una calvicie parcial o total”. 
 
    Se trata, como siempre, de prevenir, de profilaxis. Ven si no quieres quedarte calvo, pero no nos dicen: ven si ya te estás quedando calvo parcial- o totalmente, porque en ese caso no hay más remedio que el implante capilar, que es otro cantar, -en realidad trasplante capilar, ya que el cirujano extrae los folículos pilosos de la parte posterior de la cabeza y los implanta en la zona receptora que se ha quedado calva, consiguiendo un aspecto muy natural y estético. Las clínica capilares nos ofrecen, dicen, en todo caso, un tratamiento personalizado, cómo no, “bajo supervisión médica”, es decir, bajo el ojo clínico de Dios que cuida de todas las personitas de sus clientes. 


    Los autodenominados “líderes mundiales en soluciones capilares” están al servicio de nuestro cabello: es decir, pretenden tomarnos, como vulgarmente se dice, el pelo, “saneando, oxigenando y reactivando el folículo”, es decir, encima con recochineo.

martes, 17 de junio de 2025

¡Esto es la guerra!

    Publicaba el pasado 14 de junio el filósofo italiano Giorgio Agamben un billete breve titulado “El estado y la guerra” en su página habitual, que reproduzco traducido aquí por el interés de hacernos ver cómo las guerras que se llevan a cabo en el mundo en la actualidad no son más que el resultado de la puesta en funcionamiento de las maquinarias de guerra que llamamos Estados:  
 
    "Lo que llamamos Estado es, en última instancia, una máquina de hacer la guerra y, tarde o temprano, esta vocación constitutiva termina por emerger más allá de todos los propósitos más o menos edificantes que pueda darse a sí mismo para justificar su existencia. Esto es hoy particularmente evidente. Netanyahu, Zelenski, los gobiernos europeos persiguen a toda costa una política de guerra para la que sin duda pueden identificarse propósitos y justificaciones, pero cuyo motivo último es inconsciente y descansa en la naturaleza misma del Estado como máquina de guerra. Esto explica por qué la guerra, como es evidente en Zelenski y en Europa, pero como también es cierto en el caso de Israel, se persigue aun a costa de la posible autodestrucción propia. Y es vano esperar que una máquina de guerra pueda detenerse ante este riesgo. Proseguirá hasta el final, sea cual sea el precio que tenga que pagar".
 
  
    Mucho antes que Agamben, Randolph Bourne (1886-1918), escribió un lúcido ensayo contra la guerra cuyo título en forma de aforismo lo decía todo: War is the Health of the State. Fue redactado en 1918, encontrado entre sus papeles y publicado a título póstumo en 1919. Es un texto inacabado, concebido como la primera parte de un libro más amplio titulado: The State:   La guerra es la salud del Estado. 
 
    Antes que Bourne lo había dicho Heraclito de Éfeso: la guerra es el padre de todo (o si se prefiere 'la madre', porque pólemos, que es el nombre de la guerra en su lengua, tiene género gramatical masculino mientras que en la nuestra es femenino), y el rey o régimen de todo, que a unos hizo libres y a otros esclavos, estableciendo la principal diferencia de clases sociales en la antigüedad, pero también hombres y mujeres, niños y adultos, jóvenes y viejos, para que nos enfrentemos los unos con los otros.
 
    Hay una fábula moderna y anónima por lo que a mí se me alcanza que cuenta que unas hormigas rojas y otras negras convivían en paz y armonía -todas eran hormigas- hasta que un día una mano negra agitó con un palo el hormiguero. Las hormigas rojas creyeron que habían sido las negras y las negras que habían sido las rojas las que habían provocado la conmoción, y se enfrentaron entre sí hasta destruir el hormiguero por completo y aniquilarse las unas a las otras. La mano negra había sembrado la división y creado un enemigo que antes no existía y había desatado la guerra dentro de una comunidad que había vivido en paz, cuando había sido ella la que había provocado la destrucción del hormiguero a la que habían colaborado las propias hormigas creyéndose enemigas las unas de las otras...  
 
    Alguien o algo más bien había hecho que las hormigas tomaran conciencia de que, a pesar de ser todas lo mismo, unas eran "rojas" y otras "negras", descubrimiento que hizo que surgiera el concepto de raza y agitó su convivencia haciendo que se enfrentaran las unas a las otras y se consideraran enemigas hasta el punto de declararse mutuamente la guerra y exterminarse. En realidad, el verdadero enemigo de unas y otras era la noción de raza que habían adquirido, que era lo que había sacudido el hormiguero y sus conciencias. La moraleja, innecesaria por otra parte, de esta fábula es que el conflicto no nace de una fuerza externa que  manipula a las hormigas haciéndolas enfrentarse, sino de la conciencia que tomaron. 
 
 
    El Estado, en efecto, se sirve de la guerra para extender su dominio sobre otros Estados y para, como escribirá Agamben, convertir en su seno el Estado de Excepción en la regla, y en hacer del campo de concentración su realización más cumplida.  De Bourne dábamos cuenta en La guerra saludable del Estado  y, sobre todo, en El Estado es la guerra (Bourneana), donde se recogían algunas de sus formulaciones más agudas. Conviene releerle en estos tiempos que son los mismos que los suyos por aquello de que hoy es siempre todavía.

lunes, 16 de junio de 2025

BU-V-8211

    Con motivo de la ejecución del Proyecto denominado “MEJORA Y REFUERZO DE LA CARRETERA BU-V-8211, el tramo entre Tolbaños de Abajo y Tolbaños de Arriba de dicha carretera vecinal burgalesa permanecerá cerrado al tráfico durante tres (3) meses, desde el día 9 de junio hasta el día 10 de septiembre. Solo faltaba el “Disculpen las molestias que pueda ocasionarles. Estamos trabajando por su futuro”. 
 
    Un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, Tolbaños de Abajo, situado en el Valle de Valdelaguna, perteneciente a la Sierra de la Demanda, que conserva una dehesa de robles centenarios y espectaculares, algunos con más de 700 años de antigüedad, multitud de acebos y algunos pinos albares y negrales, quiere salvar una decena de dichos robles ubicados en su localidad, que van a ser talados si nada ni nadie lo impide en ejecución de dicho proyecto. 
 
 "¡Cuídame!" dice la inscripción de la cruz.
 
    Los vecinos no están en contra de que se mejore la carretera que une Tolbaños de Abajo con Tolbaños de Arriba; de hecho, dicen algunos, es algo que vienen reclamando desde hace años, pero creen que habría que buscar la manera de proteger los árboles centenarios amenazados por dicho plan de mejora consistente en el ensanchamiento de la calzada.
 
    Recientemente la Diputación de Burgos ha aprobado el proyecto de ensanchamiento de la calzada entre los pueblos de Tolbaños de Abajo y Tolbaños de Arriba, que ha suscitado la preocupación de los vecinos, ya que el proyecto considera necesaria la tala de diez ejemplares de estos robles, además de varios pinos y acebos, lo que por otra parte -he ahí la contradicción- resultaría muy necesario para el funcionamiento óptimo de la red de carreteras y la comunicación entre ambos pueblos. 
 
 
 Vecinos del pueblo a la sombra de un roble
 
    Los vecinos consideran que hay que mejorar y ensanchar las carreteras para los habitantes de la zona pero les gustaría también proteger todos los árboles centenarios que se pueda. Por eso una de las pancartas que han exhibido en la manifestación realizada en la capital burgalesa decía: ¡NO A LA TALA! Y añadía: ¡Carretera sí, pero no así! Salvemos los robles centenarios de Tolbaños de Abajo. Escriben: “No podemos quedarnos impasibles ante la posibilidad de ver cómo estos observadores naturales de nuestro entorno son eliminados sin ni siquiera darle una vuelta al proyecto para buscar una viabilidad más adecuada”.
 
 

    Sin duda, los árboles constituyen una herencia, un regalo de la naturaleza que habría que cuidar y proteger, por lo que hay que oponerse a la ejecución de dicho proyecto de mejoría que lo que hace es so pretexto de hacer el bien empeorar las cosas, cuando resulta evidente a todas luces que es mejor, en este y en otros muchos casos como este, dejarse de planes, programas y proyectos futurizos, dejar estar las cosas, los árboles en este caso, tal y como estaban.