jueves, 15 de agosto de 2024
Por un golpe de calor
martes, 13 de agosto de 2024
Pareceres LV
sábado, 20 de julio de 2024
¡Ponte a la sombra, no te dé una insolación!
martes, 18 de julio de 2023
El baile de las olas (y II)
-La ola de calor que nos invade. El caso es que, una vez normalizado el destape y 'gripalizado', Sánchez dixit, el coronavirus, tocaba hablar del tiempo atmosférico y del clima y la consiguiente crisis climática producida por el (re)calentamiento global del planeta, ese socorrido tópico o lugar común al que se recurre como tema de conversación en los ascensores cuando uno no sabe de qué hablar con los extraños que coinciden en tan reducido y claustrofóbico recinto montacargas.
Y llegan así las olas de frío polar en el invierno, y las de calor extremo en el verano. Y a estas oleadas también se les pone nombre
propio, para lo que se echa mano del acervo mitológico grecorromano. Por
ejemplo:
El anticiclón Cérbero -nombre mítico del cancerbero, el perro
guardián del averno, el mostro tricefálico que aparecía en el
infierno de la Divina Comedia de Dante- no es nada en comparación con lo que vendrá después. Él es el portero, detrás de él, la mansión infernal de Hades, o, en el imaginario popular, las calderas de Pedro Botero.
Se esperan, están pronosticados, 48 grados en algunos puntos de Italia. Olas terroríficas de calor extremo asolarán, están asolando ya, el sur de Europa y el noroeste de África. Está a la vuelta de la esquina que las temperaturas batan récords superiores a los 40 grados. España ha sido y será azotada durante días con temperaturas de hasta 45°C y durante la noche en gran parte del país no bajará de los 25°C, por lo que no se podrá dormir.
Y llegando al colmo de los colmos, una imagen de satélite captada por la misión Copernicus Sentinel reveló que la temperatura terrestre en la región de Extremadura había alcanzado los 60 grados.
Las previsiones meteorológicas son infernales. Se intensifican las temperaturas... Los mapas meteorológicos se pintan de rojo fuego, se rompen los termómetros: Los meteorólogos/futurólogos italianos advierten que la próxima ola o tsunami de calor, llamada Caronte, en honor al barquero que traslada las ánimas de los difuntos a través de la laguna estigia al averno donde no vuelan los pájaros, elevará las temperaturas a 43 grados en Roma y 47 grados en la isla de Cerdeña. Las calderas infernales están preparadas. Los meteorólogos han sustituido a los virólogos en su papel de sembradores de pánico.
La barca de Caronte, José Benlliure (1909)
Noticia terrorista: 'El anticiclón Caronte podría subir el termómetro a 48C/118F a medida que se intensifica la ola de calor en el Mediterráneo' (The Guardian). (16 de julio 2013) Más titulares frescos de otros medios: De España a Texas: cientos de millones de personas 'abrasadas' por el calor extremo; El calor y la contaminación vuelven al polen más agresivo y provocan un repunte de alergias; España es un horno: 15 grados por encima de lo 'normal'...
Y, claro, gobiernos, agencias meteorológicas y
periodistas terroristas nos informan de las alertas de salud emitidas
mientras el calor abrasador abrasa, valga la redundancia, el sur de Europa, sobre todo a los
países PIGS -cerdos en la lengua del Imperio- Portugal, Italia, Grecia y
Spaña, que son por otra parte los preferidos por los turistas nórdicos
que buscan el sol para salir de su largo y gélido invierno contumaz, como sugirió
Bob Moran en plena pandemia, cuando iban buscando con su mascareta y su pasaporte sanitario de haberse inoculado el Sur.
domingo, 24 de julio de 2022
En algún lugar de la Mancha...
En cuanto alguien ha publicado en las redes y se ha viralizado esta vieja portada de la revista El Español, el sedicente 'semanario de los españoles para todos los españoles', ya desaparecido, correspondiente a la semana del 11 al 17 de agosto de 1957 bajo el título “El verano más caluroso del siglo”, refiriéndose, claro está, al pasado siglo XX, con una foto en blanco y negro de chicos y chicas de la época refrescando sus pies en una fuente, los fact-checkers del Ministerio de la Verdad carpetovetónicos (Maldita.es y demás prensa orgánica) han corrido a sentenciar que es un bulo. La portada de El Español afirma “Temperaturas de 50 grados en algún lugar de la Mancha”. No parece un titular muy serio, sino algo sensacionalista y, desde luego, literario que enseguida evoca en nosotros el comienzo de El Quijote con su impreciso lugar de la Mancha de cuyo nombre no queremos acordarnos.
La prensa orgánica dice que “La Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) desmiente a los negacionistas que no se creen el cambio climático”. ¿Qué dice la Aemet? Que lo más seguro es que ese termómetro no fuera muy fiable. Pero ¿de quién vamos a fiarnos más, de la revista de hace sesenta y tantos años o de la Aemet de ahora? La propia Aemet afirma que la temperatura más alta registrada en agosto en España ese año fue de 44 grados en Jaén, según los datos de los servicios meteorológicos de la época.
Sin entrar en la cuestión de fondo que se debate, que es la existencia del Cambio Climático, que es una cuestión de fe, y allá cada cual con sus sacrosantas creencias, lo que sí resulta curioso es que están tratando de alarmarnos con las altas e infernales temperaturas y con los muertos que caen víctimas de ellas.
Un solo ejemplo gráfico: comparemos al ya veterano en las pantallas Hombre del Tiempo
ante dos mapa de temperaturas estivales de dos veranos distintos, uno de antes y otro de ahora: en
el primero, cuya coloración recuerda al semáforo automovilístico, se presentan como temperaturas normales o sin riesgo, coloreadas de verde, las iguales o inferiores a la temperatura del cuerpo humano, que se sitúa en los 36,7 grados, como se sabe, y se colorean de amarillo y de marrón, como el ámbar de los semáforos, que indica precaución, las de riesgo de cierta importancia, y en rojo las de riesgo extremo, vamos las de peligro de muerte; en el mapa de abajo, que es el actual, no hay ningún color verde: todo es ámbar y rosa fucsia o rojo. Son temperaturas alarmantes, peligrosas, infernales... ¿A qué se
debe ese cambio de perspectiva? ¿No estarán tratando los gobiernos del mundo -pregunta retórica- con la complicidad de los periodistas, esos terroristas, de convertir la crisis climática en otro asunto de salud pública, para generalizar los poderes extraordinarios adquiridos gracias a la reciente crisis sanitaria que fue la pandemia que decretó la OMS?