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martes, 13 de agosto de 2024

Pareceres LV

266.- Lumpemproletariado. Los proletarios eran en la antigua Roma aquellos ciudadanos que no tenían ninguna riqueza más que su prole, es decir, sus hijos. Prolíficos proletarios, creadores de la única riqueza de su prole.  El reverendo Carlos Marx trajo a cuento lo que llamó el Lumpenproletariat, es decir el proletariado harapiento, eso es lo que quiere decir la palabra alemana “Lumpen” no poco despectiva, porque los andrajosos no tienen finos y caros paños cortados por sastres burgueses a la medida con los que revestir la desnudez primigenia de sus carnes obreras ni tampoco, lo que más les reprochaba Marx, conciencia de clase.  A Marx no le gustaba nada ese proletariado mal vestido y precario, incapaz siquiera de hacer algo tan inútil como una revolución seria, como el materialismo histórico manda, como la rusa, la china o la cubana, para que todo cambie a fin de seguir exactamente igual que antes del cambio. Carlos Marx, ese marxista que no era tan marxista como han sido después de él algunos de sus muchos seguidores y secuaces, sólo tenía buenos ojos para el proletariado concienciado y no para los parásitos de los lumpen. Sólo veía bien al proletariado "comm´il faut", que guiado por el Partido Comunista haría girar la rueda de la historia universal para que el mundo siguiera rulando, para que todo cambiara a fin de poder seguir igual. 
 
267.- Dinero físico y dinero digital. Al Fondo Monetario Internacional (en la lengua del Imperio al revés International Monetary Fund) le interesa por alguna razón acelerar la desaparición del dinero físico y la creación de una moneda digital emitida por un Banco Central por sus numerosas ventajas: mayor control de los gobiernos sobre en qué gasta su dinero la gente común y corriente, mayor 'resiliencia' de las economías desarrolladas, banca transfronteriza más conveniente. Esto está lejos todavía de ser un hecho consumado, aunque la mayoría de los países están contemplando esa posibilidad. Hay quien esgrime el argumento de que si se elimina el dinero físico estaremos en manos de bancos y del gobierno, como si no lo estuviéramos ya, que podrán quitarnos nuestro dinero y bloquear nuestras cuentas cuando quieran, aparte de cobrarnos las comisiones que quieran por cada operación, cosas que ya hacen de hecho, por lo que defender el dinero físico frente a su conversión en número no es una cuestión de libertad. Podrán conocer y vigilar todas nuestras operaciones y elecciones, así como expropiarnos a gusto a través de impuestos, cosas que ya hacen. Los defensores del dinero físico dicen que con la digitalización el dinero dejará de ser lo que nunca ha sido: un medio de libertad.  No ven que oponerse a la digitalización del dinero es absurdo porque el dinero físico ya es numérico o digital de por sí desde el momento en que no necesita un soporte físico para su existencia. La oposición al dinero digital pasa por la oposición primaria al dinero físico y al dinero en general, cochino y podrido dinero en cualquiera de sus formas, tanto materiales como inmateriales y más sofisticadas.
 
268.- Poesía hodierna. Escribía el inmenso poeta italiano Giacomo Leopardi (1798-1837), que perdonaba al poeta moderno que escribe a la antigua usanza, adoptando el lenguaje y el estilo de los antiguos, imprimiendo a su poesía un carácter de otro siglo. Perdonaba que el poeta y la poesía modernos no se muestren contemporáneos con su siglo, porque ser contemporáneo en este siglo -él se refería al XIX, que era el suyo, pero nosotros podemos hacerlo extensivo al XXI, que es el nuestro, por aquello de Machado de que “hoy es siempre todavía”-, ser contemporáneo en nuestro siglo es, o supone esencialmente, no ser poeta, no ser poesía. Una reflexión que podríamos hacer extensiva también al arte en general y a todas las artes particulares como la música o la pintura contemporáneas. 
 
Leopardi en su lecho de muerte.
 
269.- Llega la cuarta ola de calor. ¿Por qué hay tantas olas de calor en las Españas este verano? Es muy sencilla la respuesta. No se trata, como podría parecer a primera vista, de que haya aumentado su número porque esté recalentándose el planeta por efecto del calentamiento global producido por el cambio climático de origen antropogénico y demás chácharas, sino de algo mucho más sencillo todavía. Han cambiado nuestros parámetros para definir lo que es una ola de calor. La definición tradicional que hace suya la Organización Meteorológica Mundial (WMO) era “cuando durante más de cinco días consecutivos la temperatura máxima diaria excede en 5ºC de la temperatura máxima media”. La Agencia Estatal de Meteorología española, por su parte, ha redefinido la ola de calor como “un episodio de al menos tres días consecutivos en el que al menos el 10% de las estaciones meteorológicas registran valores por encima de la temperatura umbral”. Observamos que el criterio de duración se ha reducido de cinco a tres días, por lo que ahora hay más olas de calor que antes. ¿Qué decir del éxito de esta metáfora que tanto se aplicaba durante la pandemia a las olas de virus coronado como se ha aplicado también al feminismo, de cuya tercera oleada parece ser artífice Judith Butler, como a esta cuarta ola de calor terrorífica que hará, según la prensa más encanallada y alarmante, que la subida de la temperatura desborde los límites humanos y haga inhabitables amplias regiones del planeta achicharrándonos vivos?
 
 
270.- Día de las instituciones. Cantabria celebra el Día de las Instituciones Cántabras con llamadas a la unidad y la igualdad. La presidenta de la taifa (=Comunidad Autónoma con parlamento propio aunque todavía carece, por ahora, de Academia de la Lengua Cántabra, porque quién habla cántabru hoy en Cantabria a parte de los cantabristas que quieren resucitarlo y reinventarlo), de cuyo nombre propio no quiero acordarme, hizo un llamamiento al "patriotismo regional", interesante concepto que viene a resucitar aquel otro de la "patria chica", que no por pequeña deja de ser patria, y la unidad durante el acto del Día de las Instituciones celebrado el 28 de julio en Puente San Miguel, festividad que celebran las instituciones, es decir los organismos y establecimientos oficiales y las personas que los regentan ocupando cargos públicos, santificada en el calendario desde su declaración de forma unánime por parte de la Asamblea Regional de Cantabria —actual Parlamento de Cantabria— en octubre de 1993. Aparte de eso, el domingo 11 de agosto, cuando Cantabria registraba la temperatura más alta de España superando los 43 grados, se celebró en Cabezón de la Sal el quincuagésimo octavo Día de Cantabria, un festejo folclórico "típicamente cántabro" que tuvo lugar por primera vez en 1967 y que nació como un homenaje a las tradiciones populares y a la entidad histórica de la región, que comenzó llamándose "Día de la Montaña", ya que así se conocía popularmente a la que por entonces era la provincia de Santander, que formaba parte de Castilla la Vieja, como nos enseñaron en la escuela (Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila, todavía recuerda uno la retahíla), por lo que se decía que Santander era "el puerto de Castilla", es decir, su salida al mar... La presidenta de la hoy Comunidad Autónoma de Cantabria ha declarado: "Estamos orgullosos de ser cántabros". Estamos orgullosos de nuestra identidad autonómica, como si hubiéramos hecho algo para merecer esa identidad y ese orgullo.

miércoles, 10 de enero de 2024

Pareceres XXXVIII

186.- Billetes de cero euros. El BCE Banco Central Europeo, que pretende la digitalización o evaporación numérica del dinero físico en efectivo, que no su liquidación,  pasando así, sin desaparecer de nuestras vidas ni muchísimo menos, al estado gaseoso, se ríe de nosotros a la puta cara, como suele decirse, dando el visto bueno a un billete de cero (0) euros, carente de valor comercial y emitido como suvenir turístico por el ayuntamiento de Kiel (Alemania). El coste de producción de este billete, que incorpora medidas de seguridad similares a las de los convencionales todavía de uso corriente, como la presencia de marca de agua, hilo de cobre y un sello holográfico, estimado en 2,5 euros, es obviamente superior a su valor, que es cero patatero. Presenta dos caras distintas: en el anverso, se exhibe un buque de la marina de guerra alemana, para que coleccionemos cromos bélicos en estos tiempos de pacíficas guerras o paces beligerantes, mientras que en el reverso aparecen algunos de los monumentos más emblemáticos e icónicos de la Unión Europea. Además, el billete es de color morado como los de quinientos (500) euros, conocidos popularmente como “binladens”, que como Dios y el presunto terrorista existen en la realidad pero nadie del pueblo ve que los haya por ninguna parte, que la mentada entidad bancaria está retirando y no emitiendo más, aunque siguen siendo de curso legal entodavía.
 
 
187.- Imágenes falsas. Leo que tres conocidas marcas de cámaras fotográficas, de las que obviamente no voy a hacer aquí mención publicitaria, “combatirán las imágenes falsas generadas por la inteligencia artificial”. Da a entender el enunciado entrecomillado que la inteligencia artificial genera imágenes falsas y que las imágenes falsas que hay generadas por la IA (AI en la lengua del Imperio) no se distinguen de las otras. Los fabricantes integrarán firmas digitales en las imágenes capturadas por los objetivos de sus cámaras con el fin de garantizar la veracidad del contenido. Sin dichas firmas digitales, debemos pensar que las capturas de luz no son dignas de crédito. Pero todas las imágenes, generadas o no por la IA,  siempre son falsas en el sentido de que, siendo reales como son, no son las cosas que representan y nos hacen imaginar. 
 
 
188.- Opinión pública. Los dinosaurios arrogantes que hoy acaparan el monopolio de la razón y el sentido común, esos predicadores radiofónicos, televisivos o influyentes en las redes sociales, formadores, conformadores e informadores del monstruo de la opinión pública, que es la opinión que se le impone al pueblo, que de por sí no tiene opinión alguna, y que no hacen más que emitir sus sonoras flatulencias por las ondas hertzianas a modo de ventosidades hediondas, se hundirán en los pantanos de su sequedad dogmática, de su esclerosis mental, repitiendo hasta la última burbuja de cieno conceptos muertos, palabras muertas, siglas muertas, ideologías muertas, ídolos muertos, dioses muertos. 
 
 
189- Del lugar de los demás: Todos tenemos ideologías diferentes y no vemos claramente por nosotros mismos, es decir, con nuestros propios ojos, la necedad que supone tener una ideología propia y privada, es decir, falta de sentido común: sólo vemos la necedad de las ideologías ajenas, pero no de la propia, porque la ideología es la mochila que llevamos a la espalda. Vemos las que llevan los demás cuando se dan la vuelta y los vemos por detrás, pero no vemos la nuestra, como en la vieja fábula que nos contaban de pequeños.  Si nos pusiéramos en lugar de los demás, veríamos quizá también la necedad de nuestra propia ideología. Sucede lo mismo con las religiones, las opiniones y las ideas en general.


 
190.- Ministerio de la Soledad. Dicen que hay una nueva epidemia en el mundo, si no es ya una pandemia universal, de soledad. Cada vez más personas se aíslan voluntariamente. No se trata exactamente de una soledad deseada, sino inducida e interiorizada. La contribución de las llamadas Redes Sociales y la declaración de la viriasis pandémica que hemos y seguimos padeciendo han contribuido a tal fin sobremanera. En una época en la que la (tele)comunicación es más fácil que nunca, la soledad es paradójicamente su consecuencia más directa dado que para que haya (tele)comunicación es preciso que haya distancia, tierra por medio, que uno esté lejos, que es lo que significa el prefijo griego tele-, produciéndose así el oximoro de tener que alejarse para acercarse. Hasta el Gobierno del Reino Unido de la Gran Bretaña nombró un Ministerio de la Soledad. Evitamos a los amigos y familiares que abrazamos hasta ayer, ya que los sentimos como un foco potencial de infección. Las redes sociales, que se presentaron como una cura para la soledad, no hicieron más que fomentarla. Su utilidad radica en transmitir información, pero, por eso mismo, son el medio ideal para engañar a la gente y así manipularla.