viernes, 8 de diciembre de 2023

Mensajes a la contra (II)

El Rey Charles III, dando ejemplo, vuela en su jet privado a la Cumbre del Clima y allí predica que estamos contaminando el planeta con nuestro coche de gasoil.

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Contra el 'conócete a ti mismo' del oráculo de Delfos, la greguería de don Ramón Gómez de la Serna: “Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte”.


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Otra contra el 'conócete a ti mismo' del oráculo de Delfos, atribuida a Groucho Marx: “Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo”.

 

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Que nos salve quien pueda, si es que acaso puede alguien salvarnos, que no seamos nosotros mismos, de los salvapatrias, salvaplanetas, salvavidas, salvadores...

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 La Organización Mundial de la Salud anuncia al mundo que el año que viene saldrá en cuidadosa edición exclusiva y versión mejorada una nueva Pandemia Universal.

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 El periodista-terrorista titula: "La crisis climática provocará una reacción en cadena de desequilibrios y daños incontrolados sin retorno a escala planetaria".
 
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jueves, 7 de diciembre de 2023

2020, el año en que la Tierra dejó de girar

    Circula por la red un vídeo inquietante que se titula: “2020, el año en que el planeta se paró”. Ese año la tierra dejó de moverse, como creía Galileo, y se detuvo en efecto como por arte de magia durante un período que visto tres años después parece muy lejano, sacado de una película de ciencia-ficción, la pesadilla de una distopía. Uno tiene la sensación, viendo esas imágenes de grandes ciudades del mundo deshabitadas, de que es algo tan lejano en el tiempo y olvidado, que parece que han pasado décadas desde entonces, y no es así...

    Los más ecologistas pueden creer, incluso, que este período pandémico, que marca un antes -prepandemia- y un después -pospandemia-, fue bueno para el planeta en lo concerniente a la recuperación de la naturaleza, a la que le dimos una breve tregua dejando de explotarla, lo que, de paso, nos hizo recluirnos en el retrete de nuestra intimidad y vida privada de vida bajo arresto domiciliario y cambiar nuestras rutinas revisando algunos de nuestros hábitos, pero esa visión romántica e idealista no deja de ser falsa cuando se analiza la razón de ese parón, de esa guerra inexplicable que se desencadenó contra un virus invisible, es decir, contra la naturaleza precisamente. 


     Encerrar como se hizo a cientos de millones de personas por la fuerza definitivamente so pretexto de “salvar vidas” y de no colapsar los hospitales no es algo que pueda considerarse positivo ni para el planeta ni para ninguna humanidad que se precie de habitarlo.

    Es lo que trajo la coronación del virus, que reinó entre nosotros, entronizado por los gobiernos y los medios de (in)formación de masas a su servicio, supeditados a la solución de la industria farmacéutica, que ha resultado un fracaso estrepitoso, hasta tal punto que son más los muertos posteriores a la inoculación generalizada que los anteriores, que serían las víctimas directas del virus susodicho.

     Se trata, en efecto, de una situación sin precedentes en la historia de la humanidad cuya importancia no podemos minimizar, que algunos idealizan y que la mayoría quiere olvidar pasando página, que alcanzó su punto álgido en abril de 2020 con la prohibición de salir de casa que se impuso globalmente a cerca de 3.600 millones de personas en 90 países del planeta, lo que ocasionó muchos problemas a muchas personas tanto psicológicos como económicos por la amenaza de un virus falso pero real.

    Los que recuerdan y añoran el año en que los animales salvajes salían de los bosques e invadían el centro de las ciudades y pueblos, descuidados ante la ausencia humana, no quieren ver que nunca hemos estado más cerca de un estado policial y una dictadura totalitaria so pretexto de procurar nuestra salud y la de los demás. 

    No fue un año de muerte y dolor provocado por un virus asesino, sino por las medidas autoritarias que se tomaron contra él, tanto farmacológicas como no farmacológicas, cuyas secuelas siguen todavía vivas, perviven.

    Muchos, que se vieron afectados significativamente, no quieren revivir esos momentos dolorosos. Muchos también sufrieron los efectos postraumáticos después de los confinamientos, especialmente los más jóvenes, aquejados de depresiones y de instintos suicidas.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Mensajes a la contra (I)

Siempre hay algún fetiche abstracto que salvar: el Alma de su eterna condenación, la Vida de la muerte, o el Planeta, a costa de nuestro concreto sacrificio.
 
 
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¿No es sorprendente encontrar en esta sociedad tan agnóstica el mismo espíritu de sacrifico que exigía antaño la Iglesia bajo capa ahora científica ecológica?

 

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John Kerry, el zar del clima, dijo que diez mil millones de humanos al ritmo que vamos en el año 2050 no son sostenibles para el planeta. A buen entendedor...

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Los pedagogos rara vez amplían el acervo mundial de conocimientos; mucho más a menudo se oponen a su aumento de manera violenta e implacable.” (H.L. Mencken)

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La cuestión de la existencia de Dios (o del virus, que viene a ser lo mismo) no puede negarse realmente: existen, pero su realidad -ideal- no implica su verdad.

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La industria de fabricación de armamento no da abasto contribuyendo a la creación de empleo, falta de mano de obra que cubra la creciente demanda del producto.

Satanás despertando a sus legiones, Estella Canziani (1913)
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martes, 5 de diciembre de 2023

Música contra los horrores de la guerra

         Alma Sufí Ensamble interpretan en una mezquita bonaerense la canción clásica de León Gieco "Sólo le pido a Dios", que han cantado y versionado Mercedes Sosa, Ana Belén y tantos otros, con el propio León Gieco a la guitarra y voz, y las voces acompañantes de Gastón Saied, de la comunidad judía, que canta en hebreo, y la vocalista del conjunto Nuri Nardelli, que canta en árabe. Los tres al unísono interpretan la misma canción en castellano, hebreo y árabe, haciendo así una petición por la paz en Oriente Medio.

Alma Sufí Ensamble y León Gieco

        La letra de la canción tiene muy buenas intenciones, pero yerra el tiro porque a Dios, a ninguno de los tres, Yavé, Dios propiamente dicho o Alá, que son uno y forman una sagrada trinidad, no se le puede pedir la paz, porque él es el que ha bendecido las guerras a lo largo de la historia, el que las ha declarado y justificado, considerándolas guerras santas, cruzadas, y, en esta época tan agnóstica, guerras justas, guerras de legitima defensa, querras humanitarias, guerras que justifican, por ejemplo, el derecho de Israel, que es el pueblo elegido de Dios a declarar la guerra a los infieles, o los musulmanes la yihad, que es la guerra islámica. 

    La canción le hace, es verdad, una súplica bienintencionada a ese dios monoteísta de las tres religiones para que la guerra no nos sea indiferente. De la guerra se dice, y es verdad, que es un "monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente", pero resulta un tanto engañosa porque es como si dijéramos solo le pido a Dios, que es la guerra, que no haya guerras en el mundo. 

    

     Pero la letra, no poco ingenua pero bienintecionada de la canción, se salva por la melodía, por la introducción musical que hace el grupo y por la improvisación que hacen al final los cantantes Gastón y Nuri, él en hebreo y ella en árabe, que es lo más auténtico, lo que nos pone los vellos de punta como escarpias al escucharla. No es la letra, sino el quejido, el lamento de dos pueblos: Gastón canta en hebreo una frase que se pronuncia en el día judío del arrepentimiento o de la expiación, el Yom Kippur, considerado el día más sagrado y solemne de todo el año, cuando se cree que se abren las puertas del cielo, y dice en su lengua: "Dios nuestro, perdónanos por nuestros pecados, absuélvenos y concédenos el perdón". Nuri, por su parte, canta en árabe algo parecido: "Dios (Alá), te pedimos perdón, que baje tu bendición sobre nosotros y nos envuelva a todos".  Aquí puede verse el vídeo completo con unas declaraciones de los cantantes.

 

lunes, 4 de diciembre de 2023

La palabra más buscada

    ¿Qué significa que la palabra más buscada durante el año que está a punto de concluir por los norteamericanos en la versión digital del diccionario de inglés Merriam-Webster, el más antiguo de los Estados Unidos, haya sido “authentic”? ¿No refleja este hecho su preocupación acaso por la falsedad de la realidad que impera en el mundo, por las fake news, bulos o falsas nuevas, por la inteligencia artificial, por la identidad, siempre falsa pero real, por las redes sociales, y por la búsqueda de algo que tenga algún asomo de verdadero o que, por lo menos, no sea tan falso? 
 
 
    Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, auténtico, que es la traducción de 'authentic' quiere decir: “Acreditado como cierto y verdadero por los caracteres o requisitos que en ello concurren.” Hagamos un poco de investigación etimológica. El término nos llega a través del latín authenticus procedente del griego αὐθεντικός (authentikós, adjetivo correspondiente al sustantivo αὐθέντης (authéntes el que obra por sí mismo y de ahí puede llegar a significar el que tiene poder absoluto porque no está sujeto a ningún otro poder), por lo que el adjetivo significa “que tiene poder” compuesto como está de αὐτóς (autós mismo) y de *ἕντης (*héntes), cuya primera sílaba procedería de una raíz protoindoeuropea *sen- que según Pokorny significaría "llevar a cabo, realizar, preparar, elaborar"), más el sufijo griego de agente masculino -της (-tes), de manera que auténtico significaría etimológicamente algo así como “realizado por su propia mano”.
 
    Subrayan algunas celebridades con mucha exposición y proyección internacional, como la cantante Tailor Swift, la importancia de ser auténticos. Otro que tal baila, el magnate Elon Musk, que también frecuenta los medios de exposición de masas pidió a todos los usuarios de las redes sociales que se expresen “de forma auténtica”. Y no hay que olvidar la insistencia de la publicidad en lo auténtico, el placer de lo auténtico, el auténtico sabor por ejemplo del cigarrillo rubio americano y cosas por el estilo, y, en general la insistencia del márquetin en la autenticidad de los productos que nos venden, idea que sirve para engañar al público. 
 
 
    Una de las razones por las que muchas personas buscan la palabra es porque entre sus notas semánticas figuran las negativas de 'no falso' y 'no imitación' y también 'fiel a la propia personalidad, espíritu o carácter', siendo una cualidad comúnmente deseable, aunque su auténtico significado sea difícil de establecer positivamente, por lo que está sujeto a debate y  quizá sólo pueda definirse negativamente. 
 
    En todo caso, lo que demuestra el dato que suministra la casa Merriam-Webster es que la línea sutil que divide lo verdadero y lo falso está cada vez más difuminada. El auge, por otra parte, de la Inteligencia Artificial posterior al de la Inteligencia Emocional, que son contradicciones en sus términos, han aumentado la ceremonia de la confusión, porque la inteligencia no puede ser emocional ni artificial si pretende ser inteligente. Está claro que la gente se preocupa por la autenticidad de textos, imágenes y vídeos porque lo que tanto pulula en las redes sociales y medios de (in)formación de masas son sus falsificaciones. 
  
    Curiosamente el año pasado, la palabra anual más buscada fue "gaslighting", luz de gas, un término coloquial que designa la manipulación de alguien que hace que cuestione sus propias realidades o creencias llegando a pensar que son equivocadas. Y es que la autenticidad no existe, porque lo que existe es todo lo contrario: la luz de gas que desdibuja los perfiles de las cosas y nos enceguece, pero la búsqueda sigue: buscamos lo auténtico desesperadamente en un mundo esencialmente falso.

domingo, 3 de diciembre de 2023

¡Nacionalistas!

    Caín es un pseudónimo tras el que se esconden el guionista Felipe Hernández Cava y el dibujante Federico del Barrio, quienes bajo esta firma hacen la viñeta diaria de opinión del periódico La Razón. Aunque, acosados por la actualidad y la realidad del momento así como por la ideología política de derechas del periódico en el que publican, incurren a veces en torpes caricaturas ideológicas, pero otras veces aciertan plenamente a expresar lo que es de sentido común, como por ejemplo una de las últimas viñetas, la publicada el 29 de noviembre del presente año, dedicada a Borges, en la que, haciendo un guiño a la teoría de la evolución de las especies de Darwin, un chimpancé le pregunta a otro: -Según el proceso evolutivo ¿qué nos corresponde ser ahora como primates? Y el otro le responde categórico: -Nacionalistas. 
 
 
    Si entendemos que la respuesta que da el mono de “nacionalistas” se entiende en su sentido más amplio, no refiriéndose solo al nacionalismo emergente o periférico -vasco y catalán principalmente en el caso español-, sino a cualquier nacionalismo en general, tanto a los establecidos como a los que pugnan por establecerse, estaríamos también atacando indirectamente el nacionalismo centralista o español que defiende el periódico por aquello de España “Una, Grande, Libre”.
 
    La sugerente dedicatoria a Jorge Luis Borges (1899-1986) nos pone sobre esa pista intelectual. El escritor argentino -uno no nace argentino, sino que se hace argentino, pero Borges se hizo universal desde Argentina- que nunca recibió el Premio Nobel de Literatura, según él, que era conservador, por razones políticas, se rebeló en efecto muchas veces contra la identidad en general, y contra la nacional en particular, sin olvidar nunca la rebelión primordial contra la identidad de la persona. Dijo, por ejemplo alguna vez, que el nacionalismo sólo permitía afirmaciones y "toda doctrina que descarte duda, negación, es una forma de fanatismo y estupidez". Y también se le atribuye el dicho que supongo que inspira la viñeta de Caín: "El vicio más incorregible de los argentinos es el nacionalismo, la manía de los primates". 
 
 
   Borges mostró la seriedad de sus convicciones antinacionalistas, cuando, escribe Mario Vargas LLosa en Borges Político,  burlándose de la guerra de las Malvinas entre el Reino Unido y la Argentina, la definió como “la pelea de dos calvos por un peine”. Se opuso a la dictadura nacionalista de Perón, denominando a los doce años que duró “años de oprobio y soberbia”, pero apoyó a dos de las dictaduras militares argentinas más sangrientas, la que derrocó a Perón y la de Videla, e incluso llegó a elogiar a Pinochet, el dictador chileno, lo que no congenia mucho con la opinión que dio de los regímenes dictatoriales: “Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomentan la idiotez.
     
    El dogmatismo identitario es una de las principales herramientas de dominio no sólo político, sino también personal, que ha ido variando según el momento y contexto histórico y centrándose en el aspecto religioso, racial, sexual o nacional. El nacionalismo, por cierto, no deja de ser una ideología de sustitución que heredó muchos de sus elementos cuando la religión empezó a perder fuerza como generador de identidad colectiva. La identidad es una mentira necesaria que mana del hecho de que aunque consideremos que es una ficción, es decir que es siempre falsa porque no hay identidad verdadera que podamos conocer, su existencia es real y fundamental para el sostenimiento de la realidad. 


 
   Si intentamos sistematizar los rasgos, señas o ingredientes identitarios que configuran nuestra identidad individual o colectiva, nos encontramos enseguida con que atendemos solo a unas pocas categorías como, por ejemplo, raza, nación, religión, lengua o clase social, que cambian con el transcurso de los tiempos, y descuidamos otros ingredientes que pueden llegar a ser tanto o más significativos, como, por ejemplo, la generación a la que pertenecemos, hijos que somos de nuestro tiempo casi más que de nuestros padres, nuestro estado de salud, la profesión que ejercemos, los amores y los odios que conforman nuestros gustos, las opiniones que más que tenerlas nos tienen a nosotros, y las preferencias personales que profesamos o que no profesamos, porque los ingredientes identitarios no son solo importantes por su presencia, sino también cuando brillan por su ausencia; estar en paro, por ejemplo, o no ser partidario de ningún equipo de balompié ni interesarse siquiera por el deporte rey pueden suponer, en ciertos contextos, una parte esencial de la identidad de una persona. A Borges, por cierto, se le atribuye el dicho de que el fútbol era popular porque la estupidez era popular.

    Los nacionalismos, que Borges definía como “espectros colectivos”, son ideologías falsas -no vamos a decir irreales porque desgraciadamente son demasiado reales- en tanto en cuanto defienden, en palabras borgianas, “el prejuicio del que adolecen todos los hombres: la certidumbre de la superioridad de su patria, de su idioma, de su religión, de su sangre”. Cuando estos espectros colectivos o ficciones políticas e ideológicas alcanzan el poder institucional terminan contaminado la realidad y la vida de quienes quedan presos de sus delirios. Es absurdo, escribió, idolatrar a un adefesio porque es autóctono. 

 
    En «Historia de los ecos de un nombre», recogido en Otras inquisiciones, Borges evoca cómo, en sus últimos años de vida, Jonathan Swift «empezó a perder la memoria» y un día, loco y moribundo, le oyeron repetir la tautología divina «soy lo que soy, soy lo que soy».

sábado, 2 de diciembre de 2023

La Historia se repite

    Los que peinamos canas recordamos que “Así se las ponían... al Caudillo", cuando desde el balcón de la plaza de Oriente lanzaba a España y al resto del mundo sus proclamas de exaltación patriótica, como reflejaba por ejemplo el diario ABC, noticia que hay que leer con la voz en off del NODO: Franco fue aclamado por una multitud incalculable (sic por el adjetivo) en la Plaza de Oriente y sus inmediaciones. En el balcón del Palacio Real se hallaban junto a Su Excelencia el Generalísimo su esposa y los Príncipes don Juan Carlos y doña Sofía. Decía el Dictador a la muchedumbre: Mientras Dios me dé vida y claridad de juicio seguiré empuñando el timón del Estado
     Igualmente, nuestro recién investido presidente, que acaba de publicar un libro de autobombo y platillo titulado Tierra firme, se daba un baño de masas en olor de multitudes en el IFEMA de Madrid, a donde habían acudido decenas de autobuses gratuitos que se habían fletado desde las distintas Españas para participar en el acto de exaltación patriótica del Gran Líder que no se andaba por las nubes, sino que pisaba tierra firme. Era un acto de propaganda para demostrar a Europa y al resto del mundo que el presidente no había perdido el rumbo de la calle ni el timón del gobierno. 
 
    Ondeaban banderas rojigualdas como en la plaza de Oriente, y no pocas, en este primer mitin de Pedro Sánchez, el Gran Líder que hace, según ha repetido hasta la saciedad, de la necesidad virtud, y lo que viene a ser lo mismo, de tripas corazón para justificar las in inmensas tragaderas de los pactos que le llevan al gobierno, investido ya presidente, que gritaba entusiasmado que iba a haber ¡cuatro años de gobierno progresista!, y  que no iba a haber (porque él no era como ellos) "ni Trump, ni Milei, ni Bolsonaro, ni el holandés Wilders, ni tampoco Feijoo ni Abascal..." Se justificaba así, como aquel fariseo evangélico que rezaba en el templo, diciendo que él no era como los malos ejemplos que citaba, que él era progresista, y no era como el publicano que también había ido a rezar al templo como él, o, en este caso, como los dos últimos personajillos que cita, que se habían presentado a las mismas elecciones que él.
 
 
    Transcribo una parte de su alocución a las masas bajo el eslogan progresista de "España avanza" por la vía del progreso a no se sabe dónde: Porque esta es España, esta es la España que nosotros reivindicamos con todo el respeto al resto de sentimientos que pueda haber sobre qué significa ser español o española. A mí me encanta ver banderas de España aquí porque nosotros también somos España... Nosotros reivindicamos... la España abierta, la España tolerante, la España amante de la paz, de la justicia social, la España feminista, la España ecologista. Y efectivamente por eso no va a haber ni Trump, ni Milei, ni Bolsonaro, ni el holandés Wilders, ni Feijoo ni Abascal, ¡va a haber cuatro años de gobierno progresista!, de avances... sociales, de convivencia … y de estabilidad... institucional en España. 
 
     Conviene de vez en cuando desempolvar y leer las sagradas escrituras para comprobar cómo la Historia se repite. Leamos por ejemplo la parábola del fariseo que cuenta el evangelio de Lucas (18,11) muy apropiada para aquellos que confían mucho en sí mismos, se tienen por justos y desprecian a los demás, que cito como es habitual por la traducción de Nácar-Colunga que manejo. “El fariseo, en pie, oraba para sí de esta manera: ¡Oh Dios! Te doy gracias de que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni como este publicano”. Obviamente, en este caso el fariseo es el presidente, o mejor dicho, por no personalizar tanto en la cabeza visible, el fariseo sería el gobierno progresista que nos promete para los próximos cuatro años,  y los publicanos son los nombres propios de los gobernantes o aspirantes a serlo que cita. 
  


    Lo que parece que está claro ya a estas alturas no es que vaya a haber gobierno progresista, que ya lo hay, que no ha dejado de haberlo hasta ahora, porque había el mismo de antes pero en funciones, y que ya hay nombrados nuevos ministros (y nuevas ministras), sino que ese gobierno vaya a ser mejor que los demás porque eso es algo indemostrable, e incluso puede decirse sin ningún empacho que es una flagrante mentira, porque no hay, no ha habido ni habrá nunca ningún gobierno bueno de ningún signo político ni en España ni en el mundo.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Pareceres (XXXIV)

166.- Bendita neumonía: Al médico canadiense William Osler (1849-1919), considerado uno de los padres fundadores de la medicina moderna, uno de esos médicos de los de antes que ya no quedan, le debemos el aforismo que decía, tirando piedras contra su propio tejado médico farmacéutico bajo el que se cobijaba, que uno de los primeros deberes del médico era educar a las masas para que no tomaran medicamentos. Efectivamente, hay muy pocos médicos que cumplan con ese deber, la mayoría de los así llamados hacen todo lo contrario porque son comerciales farmacéuticos. A Willima Osler le debemos también el haber acuñado la descripción de la neumonía como "la amiga de los viejos", ya que esta les ofrecía a los ancianos una muerte rápida y prácticamente indolora, librándoles de las frías gradaciones de la decadencia (‘cold gradations of decay’) tan angustiosas para ellos mismos como para sus familiares y amigos. Casualmente, el propio Osler murió de neumonía, bendita sea.
 
167.- “You'll own nothing and you'll be happy”. La frase de la que se hizo eco el Foro Económico Mundial (FEM) de “No poseerás nada y serás feliz”, inserta en su video titulado 8 predicciones para el año 2030 tiene mucho de razón en tanto en cuanto no hace falta ser propietario de algo para disfrutarlo. Es más, puede incluso decirse que la propiedad de una cosa mata el disfrute de esa cosa. Tiene algo de razón: no hace falta ser propietario para ser usuario, o, dicho popularmente, “o la tienes o la gozas” dado que habitualmente son cosas incompatibles posesión y usufructo. Lo que quiere decir el FEM no es que vaya a desaparecer la propiedad privada, nada más alejado de sus intenciones, sino sólo los pequeños propietarios. La propiedad privada quedará concentrada en muy pocas y selectas manos. No se podrá pagar por ella, cuyo precio será exorbitante. Podremos gozar temporalmente de las cosas a precios más cómodos y asequibles: no hace falta poseer para gozar, desde luego, pero para gozar habrá que pagar a los que sí poseen, quizá a los señores de dicho Foro o a otros grandes propietarios del mundo. Ha cambiado, pues, el paradigma educativo: ahora no es el vendedor o mejor alquilador de servicios el que busca al comprador, sino este último el que busca al primero. Ya no es la idea de posesión el espejismo que mueve a las masas, sino la idea del efímero disfrute y de que para gozar no hace falta poseer, pero sí que, en ambos casos, habrá que cotizar.
 
 
168.- Mentiras, en tiempos de guerra, por aire, por mar y por tierra. Los titulares periodísticos tienen la capacidad de trastocar las cosas enrevesándolas y ocultando así la realidad que pretenden reflejar. Un ejemplo del montón, sacado del diario independiente -¿de quién, de qué?- de la mañana: "La guerra reduce Gaza a escombros". La guerra es un sujeto impersonal, una palabra abstracta, que sirve para ocultar la realidad de la cosa que subyace. Habría que decir honestamente que el ejército israelí -y no la guerra- reduce Gaza a escombros (ocultándosenos así, de paso, los cadáveres gazatíes bajo los escombros). No deja de ser una manera de disculpar al ejército sionista y su sed de venganza bíblica. Ya que Sión fue atacada, es lícito que el pueblo elegido de Dios lleve la guerra a los terroristas, que, en último término serían los responsables de su propia matanza, dado que han osado provocar la sacrosanta cólera de Dios. La culpa no la tiene la guerra, que es el padre de todas las cosas, según el viejo y oscurecido, más que oscuro, Heraclito, sino los que la provocaron, que se ven ahora según el diario global reducidos a escombros. 
 
 
169.- La luna y el dedo que la señala. A veces, cuando alguien como Teresa Forcades presenta el libro Tortugas hacia abajo (Turtles all the way down), donde se analiza el mito moderno de que las vacunas salvan vidas, hay quien no pudiendo atacar los argumentos que presentan sus anónimos autores, hace un ataque ad hominem (o ad mulierem, más propiamente en este caso) contra la presentadora, teológa, médico y monja que es Teresa Forcades, aduciendo que esta mujer cree que la salvación que no está en las vacunas está en Dios... Es una crítica que, en lugar de fijarse en lo que ella señala, le hace una crítica a ella por señalarlo. Muchos cristianos -pienso por ejemplo en el poeta francés Marcel Pagnol- afirman que creer en Dios les ha salvado de creer en otros dioses y otras religiones que pasan desapercibidas en muchos que se consideran ateos porque no creen en el Dios de la vieja religión y sí, por ejemplo, en la democracia, o en el progreso, en la Ciencia, en el anarquismo, o, en este caso, en el mito de las vacunas, que son las formas laicas de la nueva teología... 
 
170.- Guerra infinita. -La tregua de la guerra de cuatro días, ampliada ahora a dos más, resulta obscena e inmoral, porque lo que hace es detener la guerra momentáneamente para así, de alguna manera, justificarla, como si quisiera de un modo hipócrita, hacerla así infinita. Es la guerra, la guerra infinita del Estado contra el pueblo. Se puede ver que matar no es crimen ni pecado, cuando el que mata, el asesino, es el Estado.  
 

jueves, 30 de noviembre de 2023

Mercado de esclavos

    Según san Pablo, los esclavos no tenían por qué preocuparse de su condición porque todos los hombres somos esclavos (serui) de Dios, que es nuestro Señor (Dominus). Por eso, no debe sorprendernos que la Iglesia no abogase por la abolición de la esclavitud cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano. Al revés, la Iglesia poseía esclavos, particularmente en las tierras de los monasterios, y amenazaba con la excomunión a quien los incitara a rebelarse contra sus dueños. El cristianismo primitivo intentó mejorar las condiciones de vida de los esclavos, pero nunca propugnó la abolición de la esclavitud. 

    Igualmente el Islam, en el siglo VII, reconoció la esclavitud. El profeta Mahoma exhortaba a sus seguidores a que tuvieran un trato correcto con los esclavos, pero no ponía en cuestión la propia existencia de la esclavitud. 
Mercado romano de esclavos, Jean-Léon Gerôme (1884)

    En la Edad Media europea la esclavitud evoluciona hacia la servidumbre por la decadencia del comercio a gran escala. Los esclavos eran mano de obra no rentable. El propio lenguaje también evolucionó a medida que se reconocía la nueva realidad social. La palabra latina que significa ESCLAVO es SERVVS, que evolucionó a siervo. Pero el siervo medieval dista mucho del seruus romano, porque este último era un esclavo, mientras que el siervo medieval  era otra cosa, como veremos enseguida.

    A principios del siglo XII, se acuñó una nueva palabra para denominar a los auténticos esclavos que seguían existiendo desde la antigüedad, derivada del grupo étnico más numeroso en la trata medieval: los eslavos, víctimas del comercio esclavista en Bizancio. La palabra tiene equivalencias en todas las lenguas occidentales:

castellano
francés
portugués
italiano
rumano
alemán
inglés
esclavo
esclave
escravo
schiavo
sclav
Sklave
slave

    Otra palabra española del mismo origen es ESLABÓN, que en castellano viejo se decía esclavón, y que designaba a las anillas, a las que comparaba con los esclavos por su incapacidad para separarse de la cadena, de la que formaban parte como eslabones.

    En la misma época en que aparece la palabra esclavo, la palabra siervo, procedente del latín seruus, que significaba esclavo, pasó a querer decir campesino dependiente. 
 
 
El mercado de esclavos en Roma, Jean-Léon Gérôme, 1884
 

    La servidumbre es la situación o estado de determinadas personas, llamadas siervos. Los siervos constituían una clase de trabajadores agrícolas, y estaban legalmente vinculados a un lugar de residencia y de trabajo, y obligados a cultivar y cosechar la tierra de su señor, que podía ser un noble, un eclesiástico o un monasterio. A cambio, se les permitía labrar parcelas de esas tierras para su propio sustento y el de su familia, pagando a su señor una parte de sus ganancias (el famoso diezmo o décima parte de la cosecha) en especie y en metálico, entre otras obligaciones. Puesto que su residencia y su trabajo estaban legalmente unidos a la tierra, se les llamaba siervos de la gleba (en latín glaeba es terruño, tierra de cultivoy estaban incluidos en cualquier transferencia de la propiedad agrícola. El señor, a cambio, estaba obligado a darles protección. 

    La servidumbre era jurídicamente un estado de no libertad que implicaba una dependencia personal con respecto a un señor y que limitaba enormemente la residencia y el sustento, además de someter al siervo a unas obligaciones propias. Aunque muchos siervos eran descendientes de esclavos, la servidumbre no era idéntica a la esclavitud. Los siervos tenían ciertos derechos legales, determinada protección y no podían ser vendidos, tenían derecho a heredar y legar propiedades, mientras que los esclavos no. Seguían siendo, como los definió Varrón, “instrumentum uocale”: una cosa que habla.
 
Una esclava en venta, José Jiménez Aranda (c. 1897)
 

    En la antigüedad existieron situaciones sociales muy afines a la servidumbre (aparte de la esclavitud): la de los campesinos que trabajaban las tierras en la antigua Roma era semejante a la de los siervos medievales. Esos campesinos romanos, llamados coloni (‘colonos’) constituyen uno de los posibles precursores de los siervos medievales.

    A veces imaginamos que la esclavitud es historia y un fenómeno propio del pasado, agua pasada,  pero su derogación es bastante reciente. En España, por ejemplo, no fue abolida hasta 1872, tras la proclamación de la primera república española. En la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada en 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el artículo 4º establece que: Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidos en todas sus formas.
    Teóricamente, la esclavitud ha sido abolida de la faz de la Tierra, pero en la práctica, sustituida por el trabajo asalariado. Preguntémonos, si no lo vemos:  nosotros ¿somos libres? Os dejo con esta pregunta, con este billete con cita de Tolstoi para reflexionar...


...y con el poema de Jacques Prévert (1900-1977) Pour toi, mon amour, relacionado con este tema, cuya letra es muy sencilla. Así dice en el idioma de Molière, con su traducción correspondiente:

Je suis allé au marché aux oiseaux 
Et j'ai acheté des oiseaux 
Pour toi 
mon amour 
Je suis allé au marché aux fleurs 
Et j'ai acheté des fleurs 
Pour toi 
mon amour 
Je suis allé au marché à la ferraille 
Et j'ai acheté des chaînes 
De lourdes chaînes 
Pour toi 
mon amour 
Et puis je suis allé au marché aux esclaves 
Et je t'ai cherchée 
Mais je ne t'ai pas trouvée 
mon amour
 

Una traducción: Para ti, amor mío:

Fui al mercado de pájaros / y compré pájaros /Para ti /amor mío / Fui al mercado de flores / y compré flores /Para ti /amor mío/ Fui al mercado de chatarra / y compré cadenas /Pesadas cadenas /Para ti /amor mío /Después fui al mercado de esclavos / Y te busqué /Pero no te encontré / amor mío. 

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Expertos virólogos

    La enfermedad que supuestamente trajo el virus coronado cosecha del 2019 ha sido la primera gran pandemia del siglo XXI pero no será la única según expertos virólogos, que ya saben o creen saber más bien cómo será la siguiente, que llegará antes de lo que imaginamos, y, aunque no esté bien hablar del futuro cuando no está presente, nos advierten de que puede aparecer en el momento menos pensado, ahora mismo por ejemplo, cuando más descuidados estamos, ya que el aumento de la movilidad viajera por el mundo -todo el mundo es un culo inquieto que quiere moverse para creer que el movimiento existe y se demuestra andando de la ceca a la meca frenéticamente- puede dar como resultado que una enfermedad se expanda rápidamente habida cuenta de la promiscuidad del género humano, poco amigo de la anacoresis. 
 
    Hemos visto cómo la enfermedad del dichoso virus entronizado que al principio tenía una letalidad alta en China fue perdiendo fuelle a medida que se extendía y ganándolo a medida que más se hablaba de él y era más real, pero los expertos creen que la próxima no será tan benigna como la vivida, sino todo lo contrario: será brutal, absolutamente letal, y no quedará vivo ni Dios sobre el planeta. 
 
 
 
   En vista de lo visto, los expertos calculan que China puede ser otra vez el escenario donde vuelva a hacer su aparición estelar el nuevo virus, dado que es una zona del mundo densamente poblada, en la que cualquier virus puede expandirse rápidamente y pasar cualquier cosa. 
 

    Los medios occidentales, de hecho, ya han propagado la noticia de que una nueva y misteriosa enfermedad, una neumonía desconocida, barría las escuelas chinas, y que los niños eran esta vez los más afectados. De hecho la OMS ya se frotaba las manos instando al país a restablecer la imposición de mascarillas y la distancia social ante lo que se pensaba que iba a ser la nueva versión de COVID-19, la 2.0. 
 
    El pobre Tedros, el taumaturgo que quiere dejar de ser nuestro consejero espiritual sanitario porque nos quiere gobernar a todos, ya se frotaba las manos ante la posibilidad de poder sacarse de la manga otra pandemia como aquella que vivimos peligrosamente, pero resulta que van los chinos y le dan en los morros diciéndole ahora que el aumento de enfermedades respiratorias que se está produciendo ahora mismo en ese gran país se debe a gérmenes estacionales y no a “patógenos inusuales o nuevos”, según quería el director general de dicha Organización. 
 
    ¡La cara de tonto que se le habrá quedado al pobre Tedros! Pero no nos preocupemos: las vacunas y los nuevos protocolos de seguridad que ya está diseñando la OMS y sus expertos nos salvarán, como salvaron tantas vidas... 
 
 

 
    Cuando alguien hace afirmaciones supuestamente científicas que no pueden comprobarse empíricamente como esta que acabamos de formular y las damos como verdades absolutas, reconocemos enseguida que es un político, es decir, un mentiroso: que está mintiendo, porque está gobernando y porque gobernar es mentir. Me refiero a afirmaciones como: "Las vacunas han salvado millones de vidas". Nunca sabremos qué hubiera pasado sin las presuntas vacunas, pues no ha ocurrido, por tanto no es comprobable, pero sí sabemos lo que está pasando: que la gente joven ¡y vacunada varias veces! que no tenía que morirse todavía porque las parcas no habían cortado el hilo de sus vidas, se muere, se sigue muriendo inexplicablemente de repente...