domingo, 3 de abril de 2022

No es saludable ser muy feliz

    Según fuentes bien informadas, hay recientes estudios que demuestran que no sólo las penas, que son tan abundantes como las arenitas de la mar, sino también las alegrías, que tanto escasean sin embargo, sobre todo si son muy grandes, pueden generar un síndrome cuyos síntomas no tienen nada que envidiar a los de un infarto de miocardio o a una miocarditis: dolor en el pecho y falta de aire. Las arterias, según parece, funcionan pero lo que les pasa es que una parte del ventrículo no se contrae, se dilata, y adquiere la forma abultada de una vasija de barro como la que se utiliza para pescar pulpos en el Japón, que se denomina tako-tsubo, de ahí el nombre del síndrome del Takotsubo, que también se conoce como síndrome del corazón roto.
 

         Los científicos afirman que el desencadenante del síndrome de Takotsubo puede ser más variado de lo que previamente se pensaba. No sólo un gran disgusto o desgarro sentimental puede desencadenar el clásico 'corazón roto', sino que también las intensas emociones positivas pueden conducirnos al otro barrio. Los médicos deberían ser conscientes de esto y también considerar que los pacientes que llegan a unas urgencias con síntomas de un infarto, como dolor en el pecho o dificultad para respirar, pero después de haber vivido una situación feliz o emotiva, podrían estar sufriendo este síndrome. 
 

 
    Esto no significa, advierten los científicos, que haya que preocuparse demasiado ni tratar de evitar momentos felices o divertidos o controlar las emociones, pero sí recomiendan que ante unos síntomas claros de dolor en el pecho y dificultad para respirar tras una situación intensa, independientemente de su sesgo negativo o positivo, se llame al 112, porque el problema puede solventarse con el adecuado tratamiento en un par de semanas, pero si el paciente no ingresa en una clínica corre peligro de sufrir una parada cardíaca e incluso de morir. 
 

 

sábado, 2 de abril de 2022

¿Quién necesita naves espaciales?

    Un grupo feminista alemán denominado WBF 'Wer braucht Feminismus?' (¿Quién necesita feminismo?) ha propuesto el diseño de un cohete espacial con forma de vulva que compita con los diseños tradicionales de cohetes fálicos y androcéntricos de la ingenieria aeroespacial. Pretenden con esta iniciativa llevar la «igualdad de género» al espacio.

    En lugar de denunciar la política de la NASA de colonización del espacio y los vuelos al espacio de los multimillonarios como el señor Elon Musk, los feministas proponen que se haga en cohetes con formas vulvares en lugar de fálicas. 

 Nave espacial con forma de vulva

    La directora del proyecto afirma en el vídeo promocional de su campaña: «Estamos viviendo en una época de pandemia mundial, los precios del petróleo y la electricidad están disparados y la crisis climática amenaza nuestra propia existencia. Mientras tanto, los multimillonarios vuelan al espacio en cohetes con forma de genitales masculinos. Para nosotros esto planteó algunas preguntas muy importantes. ¿No debería ser el espacio para todos? ¿Y es un cohete con forma fálica realmente la mejor manera de llegar allí? Queremos restaurar la igualdad de género en el cosmos, por lo que hemos decidido revolucionar los viajes espaciales para siempre».

    Su prototipo con forma de vulva es, según ellos, más aerodinámico que el diseño con «forma de pene», por lo que su menor resistencia al aire hará que consuma menos combustible a la hora de salir de la atmósfera, así que será más ecológico. Este diseño ‘feminista y ecologista’, es más seguro para los viajeros espaciales. Pero ¿quién necesita naves espaciales?

 


     Buceando un poco en el subconsciente colectivo, deberíamos reconocer que, así como el simbolismo masculino e itifálico del cohete es indudable, el simbolismo femenino, sin embargo, no se representa tanto por la vulva, constituida propiamente por las partes que rodean la abertura externa de la vagina, como por la vagina misma. El simbolismo femenino, por lo tanto, viene representado por los pozos, las grutas, los agujeros y orificios, que son metáforas de la vagina. Y en ese sentido quizá lo más parecido a la propia vagina sería el hondo pozo sin fondo de la bóveda celeste, y no el artilugio que propone WBF que se parece más a un supositorio, por lo que no deja de ser un símbolo también fálico a su modo.

    Deberían los feministas de Wer braucht Feminismus?, siguiendo la lógica que los empuja a denunciar el simbolismo de la falocracia,  cuestionar también las formas fálicas (propiamente itifálicas) de las jeringuillas que hemos sufrido durante los años de la pandemia para inoculación de las sustancias experimentales y de los misiles igualmente fálicos y las bombas que lanzan los países en guerra, que no son solo Rusia y Ucrania, por cierto. Quizá encuentren la forma perfecta de llevar la “igualdad de género” que proponen para el espacio, que a nadie en su sano juicio le interesa demasiado, al campo de la sanidad y de la guerra.

viernes, 1 de abril de 2022

Pon un gestor personal en tu vida

    Parece que la palabra 'gestionar', formada a partir de 'gestión', se ha impuesto en nuestra lengua por influencia de políticos, economistas, empresarios (o emprendedores con término más políticamente correcto) y periodistas, es decir, por la jerga culterana, llegando a entrar en el lenguaje común y corriente de muchas personas. Es un término que, evidentemente, proviene de la esfera política y económica, que se ha instalado en todos los ámbitos de nuestras vidas, de tal manera que ya forma parte fundamental de nuestro acervo lingüístico y de nuestro quehacer diario, hasta el punto de que hay gente que siente la necesidad y así lo expresa de “gestionar” su tiempo libre, sus relaciones y hasta sus emociones. A mí, la verdad sea dicha, se me indigesta bastante la palabreja, pero no así a mucha gente que la utiliza con desparpajo y sin empacho.

    Hay entidades bancarias que nos ofrecen un gestor personalizado digital, por supuesto, que va a estar a nuestro lado en la getión de nuestro patrimonio a cualquier hora del día y de la noche, durante las 24 horas, gratuito y hasta multilingüe, y on line por supuestísimo.

    La palabra 'gestión' es un nombre de acción que nos lleva al participio latino gestus, -a, -um, sustantivado en castellano en “gesta” y también en “gesto” y “gesticular”, y, por supuesto, en el verbo “gestar” y en los sustantivos “gestor” y “gestoría”, que son los que realizan las gestiones susodichas. El verbo original era 'gerere', cuya raíz conservamos en gerente, gerencia y hasta en el gerundio de nuestras gramáticas que significaba hacer, llevar a cabo, que como tal verbo simple no ha subsistido en castellano, pero sí lo vemos en sus compuestos como digerir, ingerir y sugerir.

    Todas las cosas y personas, como productos que somos y hasta mercancías, somos susceptibles de ser gestionadas, e incluso de autogestionarnos. Los seres humanos somos considerados recursos humanos por el departamento de gestión de personal correspondiente. Nada logra escapar del poderoso influjo de la mercantilización. Los gurús, además, nos alientan a que seamos buenos gestores de nosotros mismos. 

Seres humanos convertidos en recursos humanos
 

    Ya no se afrontan, o se enfrentan, como prefieren algunos, retos ni problemas, se gestionan. Los gobiernos son los gestores de las crisis a las que se ve abocado el sistema, crisis que crean los propios gobiernos y que procuran que permanezcan para que su gestión se vea como imprescindible.

    Hemos adoptado el vocabulario del enemigo y lo hemos interiorizado hasta hacerlo nuestro. Con ello, hemos aceptado su marco conceptual, su lógica de razonamiento, la del beneficio económico, y la imperiosa necesidad que tenemos de ser gobernados.

jueves, 31 de marzo de 2022

El discurso maniqueo de la Guerra de Ucrania

    La guerra es horrible, desde luego, pero no solo esta guerra que nos sirven ahora en bandeja las pantallas, sino todas las guerras. Y ahora mismo hay más de una en el mundo. Todas las guerras, además, son guerras civiles en las que no hay ningún bando vencedor: vencedores y vencidos representan el fracaso de nuestra humanidad. No hay victoria posible. Las imágenes que nos ofrecen, en las que es difícil diferenciar la realidad y la ficción, son la representación del horror con toda su banalidad y su crudeza. Los fotogramas de las películas de guerra sirven para que aceptemos las imágenes de los telediarios: la realidad y la ficción se retroalimentan mutuamente, hasta el punto de que los espectadores somos incapaces de diferenciar donde empieza una y donde acaba la otra.

    Para los principales medios de comunicación occidentales la crisis sanitaria está ya muy lejos, apenas informan de ella en primera plana o en las páginas interiores de los diarios. Han decidido que se acabó, que hay que pasar a otra cosa, mariposa, que la gente ya está harta de virólogos y epidemiólogos, y ahora ha llegado el momento de los geoestrategas y polemólogos. Lo que ha quedado, sin embargo como herencia de la pandemia en los medios oficiales de información, es la elección del tratamiento binario, simplista e infantiloide de la noticia. 

  

      Durante la crisis sanitaria, en efecto, había que ponerse del lado de la Ciencia de las vacunas experimentales que iban a salvar nuestras vidas, había que militar en el campo del bien contra los antivacunas y negacionistas conspiradores de toda la vida, que configuraban el campo del mal, y había que denunciar los bulos que difundían. Muy pocos medios de comunicación, se pueden contar con los dedos de una mano y sobran dedos, daneses y alemanes sobre todo, han entonado un mea culpa público por la penosa gestión alarmista y terrorista que hicieron de la crisis sanitaria y por haberle hecho la cama a la co(vi)diciosa industria farmacéutica.

    Durante los dos años que ha durado la pandemia fomentada por la OMS, los medios oficiales gestionaron así la actualidad a través del prisma maniqueo del bien y del mal, inventando una opinión ortodoxa moralizante más cercana a la ideología y a la fe que a la objetiva información.

    ¿Por qué iban a cambiar de óptica ahora? Han decidido seguir por el mismo camino: El mismo tratamiento binario están empleando para servirnos la crisis ucraniana que nos presenta, por un lado, al ucraniano bueno, el héroe, y por el otro al ruso malvado, el villano. Sin matices, sin términos medios, sin preguntas complicadas que enfaden el simplismo de los análisis habituales, acostumbrados como estamos a las películas americanas de buenos y malos, generalmente pérfidos nazis los segundos.


    Alguien puede poner en tela de juicio el estatus privilegiado que se da a los ucranianos como refugiados políticos comparado con el tratamiento que se da a los sirios, afganos, libios... Tal vez se deba a que los ucranianos se consideran de los nuestros, europeos, mientras que los otros se catalogan de bárbaros.

    También se puede cuestionar uno el fondo europeo de millones de euros para la Paz destinados a comprar armas para Ucrania, lo mismo que el fondo que se dedicó a la adquisición de las vacunas experimentales que han salvado, al parecer, nuestras vidas, y han redundado en el beneficio económico de la industria farmacéutica pronta a enfermarnos para vivir de nuestros males, y muchas otras cuestiones sobre este conflicto que merecerían ser abordadas con matices.


     Pero no, los medios de masas alimentan la visión maniquea: Putin es el mismísimo demonio que rige el Imperio del Mal, por lo que Europa emprende una cruzada a favor del Bien con su apoyo incondicional a Ucrania, hasta el punto de generar una auténtica fobia a todo lo que venga de la Madre Rusia, forzándonos a tomar partido y a denunciar la invasión de Ucrania.

miércoles, 30 de marzo de 2022

Changái, castigados sin salir de casa.

    Los habitantes de media ciudad de Changái, en concreto de la zona este, están confinados, o sea obligados a permanecer entre las cuatro paredes de su domicilio hasta las cinco de la mañana del 1 de abril. A partir de esta fecha le tocará el turno a la zona oeste. La capital económica china, que cuenta con la friolera escandalosa de 25 millones de habitantes, afronta su peor crisis sanitaria de Covid-19 desde hace dos años.

    Se trata de un arresto domiciliario en dos fases con el que las autoridades sanitarias pretenden poner coto a la epidemia. Hasta ahora habían tomado medidas más ligeras como confinamientos de 24 horas en determinados edificios o complejos residenciales, pero ahora se trata, como se ha dicho, de confinar media ciudad, una medida drástica que considera enfermos potenciales a millones de ciudadanos sanos.

Línea del cielo de la ciudad de Changái.

    La metrópolis asiática se ha convertido en el epicentro de una nueva ola de contagios relacionados con la variante Ómicron del virus coronado, que ha puesto en jaque la estrategia china de reducir el número de casos a cero absoluto, un ideal imposible de alcanzar. La guerra contra el bicho emprendida no pretende paliar sus efectos aplicando medicina curativa, sino eliminar el virus, matándolo como si se tratase de un ser vivo, de la faz de la Tierra para siempre.  Esta medida se aplica porque según el ministerio de Sanidad el lunes se produjeron 3.500 nuevos casos positivos en Changái, lo que supone un 3,5 por ciento de casos. Estos casos no son casos clínicos, es decir, enfermos que necesiten cuidados hospitalarios leves o intensivos, sino que la mayoría son falsos positivos, es decir, casos asintomáticos.

    A pesar de todas las aplicaciones móviles y los rastreos de los que llegaban al país y de las cuarentenas y confinamientos impuestos, la variante Ómicron pone en jaque la política ridícula de cero Cóvid emprendida por las autoridades sanitarias del país.

    Cuando parecía que se había acabado la pesadilla vírica, resulta que despierta el dragón chino, le hacen una PCR y sale positiva. ¿Qué le vamos a hacer? Pues lo que está mandado: arrestar a la gente, castigarla cuatro días sin salir de casa por su mal comportamiento.

martes, 29 de marzo de 2022

La cultura de la cancelación y la cancelación de la cultura.

    Esa cosa tan moderna de la “cancel culture” no es tan hodierna como parece, sino que viene ya de muy atrás. En la antigua Roma se hablaba de la “damnatio memoriae” o condena de la memoria (y por lo tanto de la Historia), que consistía en borrar del relato oficial del registro histórico, de la memoria histórica, diríamos hoy, un personaje o un suceso particularmente aborrecible. 
 
El saqueo de Roma en 410 por los bárbaros, J.N. Sylvestre (1890)
 
     Los cristianos iconoclastas de la antigüedad tardía y de la baja Edad Media destruían las imágenes paganas justificándolo como que eran demonios. Ahí tenemos, por ejemplo, a Apolonia de Alejandría, santa Apolonia, encaramándose por una escalera resuelta y decidida con martillo en ristre dispuesta a destruir una imagen de un ídolo pagano que, para más colmo, está desnudo por completo. La desnudez del diabólico ídolo pagano contrasta con la larga vestimenta de la santa.
 
Santa Apolonia iconoclasta

     El islam ha sido especiamente iconoclasta, es decir, enemigo de las imágenes, argumentando que la representación de la divinidad era imposible por lo que estaba prohibida toda tentativa. Los talibanes en 2001 hicieron explotar enormes estatuas de Buda en el centro de Afganistán para eliminar cualquier representación de Alá, o sea de Dios, que no fuera islámica, mostrando así su decisión autoritaria. 
 
 
    Esta cultura de la cancelación, de hacer borrón y cuenta nueva, que se ha puesto ahora de moda, consiste en imponer un relato único políticamente correcto frente a los demás y aplicar una censura a la historia de todo aquello que se opone a ese relato como si no hubiera existido.  Ahora se ha puesto de moda destruir estatuas de dictadores, colonizadores, racistas, esclavistas y un largo etcétera, considerados en su momento Grandes Hombres dignos de admiración y de respeto, como si nunca hubieran existido, pretendiendo hacer que desaparezcan sus vestigios. No deja de ser una necedad. Como dijo Umberto Eco en una ocasión: "Sabiduría no es destruir los ídolos sino no crearlos".
 
 
    De muy poco nos sirve destruir unos ídolos para sustituirlos enseguida por otros que nos parecen más adecuados a nuestras circunstancias. De muy poco o de nada nos sirven esos actos vandálicos si no acabamos con la idolatría.

lunes, 28 de marzo de 2022

Stop talking, start acting

    La fotografía ha dado la vuelta al mundo. La FEMEN-ista de la izquierda con las tetas al aire y los colores pintados de moda de esta temporada azul y amarillo de la bandera ucraniana que ondea por todas partes exige a la Unión Europea, la vieja Europa raptada y violada por Zeus todopoderoso, y al tío Sam que dejen de hablar (stop talking) y que empiecen a actuar (start acting), contraponiendo las palabras y las obras, como si las primeras no fueran obras y las segundas no constituyeran un lenguaje. 
 

     Cuando se dice que “aquí va a haber algo más que palabras” se suele entender que se va a pasar a la acción, y por acción se entiende violencia; en lenguaje tabernario ese plus de palabras suelen ser hostias y no precisamente consagradas. 
 
    Los cristianos contraponían “(f)acta non uerba”: obras, no palabras. Las palabras, si no están escritas, se las lleva y las borra el viento y las obras "son amores y no buenas razones". En cuestión de amoríos, conviene dar pruebas a la persona amada del afecto que se siente por ella, y no centrarse en declaraciones románticas y solemnes y hasta sacramentales y empalagosas como “Te quiero”, que con su formulación matan los sentimientos que latían por lo bajo y en los adentrros que se pretendían expresar.
 
    Los hechos hablan y son locuaces (facta loquuntur), y como dice el proverbio inglés hablan mucho más que las palabras (actions speak louder than words). Dándole la vuelta a este aserto podemos decir con igual razón: Las palabras hacen más que los hechos. Piénsese, por ejemplo, en el poder de unas palabras como las siguientes pronunciadas ante un pelotón de fusilamiento: “Preparados, apunten: ¡fuego!”. 
 
 
 
      Volviendo a la primera FEMEN-ista,  sobre su pecho y su vientre se lee en ucraniano: Слава Україні! (¡Gloria a Ucrania!). Un lema nacionalista, que se usa a menudo como saludo y que se reponde: ¡Gloria a los héroes!
 
    La segunda cosaca, de izquierda a derecha, por su parte lleva, plantada en jarras,  sobre sus pechos escrito en ruso ИДИ НА ХУЙ  y sobre su vientre el nombre del tirano: Путин (Putin). Lo que puede traducirse como: Que se joda Putin, que le den (por el culo) a Putin, que se vaya a la mierda Putin.
 
    La tercera FEMEN-ista exhibe un cartel amarillo que reza en la lengua del Imperio, a fin de cuentas está en Times Square, Nueva York: Fuck Putin's occupation (que se joda, o a la mierda, la ocupación de Putin). Y sobre su pecho desnudo se lee: fuck sobre fondo azul, y sobre su viente en fondo amarillo: Putin, el nombre del zar ruso que ha invadido Ucrania, iniciando una guerra, que él denomina cínicamente 'operación militar especial' y que estas mujeres denuncian con razón y con pasión. 
 
 
 
      La cuarta de ellas pretende desgarrar una bandera tricolor (roja, azul y blanca), que es la nacional rusa, y de hecho la desgarra como se ve en otra instantánea, lo que es un gesto simbólico que merecería desde luego extenderse a todas las banderas, incluida esa que ahora está tan de moda, azul y amarilla, que es la de Ucrania, e incluida la nuestra o las nuestras -municipales, autonómicas, nacionales, internacionales...-, por supuesto, que cada vez son más los pendones que nos llaman a las guerras.

domingo, 27 de marzo de 2022

El jardín y la jungla

    El jefe de la diplomacia europea, el señor Borrell, aplaudido por su discurso(*) pronunciado el 1 de marzo en el parlamento europeo, declaraba tres días después en una entrevista al periódico El Mundo que no proporcionar a Ucrania los elementos básicos para la defensa (quería decir “armas y munición”) hubiera sido una inmensa hipocresía y un fallo histórico. Que nadie se llame a engaño: Europa no predica la resolución pacífica de los conflictos. No es una fuerza de paz que vuela cual paloma picassiana con una rama de olivo y da ejemplo no traficando con las armas. De hecho la Unión, del mismo modo que financió las vacunas experimentales destinadas a garantizar la salud de sus ciudadanos, ha concedido ahora 6.000 millones de euros, que se dice pronto, para suministrar a Ucrania “los elementos básicos” que garanticen la defensa de la Paz.

    Y afirmaba, además, el alto representante en la entrevista: "Los europeos hemos construido la Unión como un jardín a la francesa, ordenadito, bonito, cuidado, pero el resto del mundo es una jungla. Y si no queremos que la jungla se coma nuestro jardín tenemos que espabilar". Empleaba dos símiles que han tenido una larga resonancia, en los que conviene detenerse un poco a fin de analizarlos: la Unión Europea era como un pulcro y modesto jardín francés, 'ordenadito, bonito, cuidado'. Uno puede pensar inmediatamente en el parterre de una maison de campagne.  Pero habida cuenta de la grandeur del país vecino y de la Unión Europea, que comprende 27 estados miembros, uno puede imaginar mejor un grotesco y barroco jardín versallesco con sus estanques y palacetes, sus fuentes luminosas y sus esculturas grandilocuentes repartidas por doquier... 

 
El señor Borrell con los colores de moda en la solapa.

     Nótese que la comparación no se ha establecido con un English garden, que hubiera sido muy poco afortunada porque el Reino Unido se desmarcó de la Unión, como se sabe. 

    Un error de base es equiparar Europa con Unión Europea, y decir, como hace el señor Borrell, que “los europeos hemos construido la Unión”, como si esta fuera obra de todos los europeos y no de algunos, pues hay países dentro del viejo continente arrebatado y violado por Zeus omnipotente en el célebre rapto de Europa, como el Reino Unido, Noruega o Suiza, que no forman parte de la Unión, por no hablar de Rusia, ubicada entre dos continentes, tan asiática y tan europea sin embargo.

    Lo que no mencionó el señor Borrell es que, como ha señalado alguno, para mantener y adecentar ese privilegiado parterre donde él y otros potentados política- y económicamente como él viven muy confortablemente, hace falta mucha mano de obra barata de muchos jardineros -nuevos esclavos que deben ganarse la vida con el sudor malpagado de su frente-, procedentes de la “jungla” exterior, es decir, del resto del planeta.

    Pero entendamos lo que entendamos por “jardín a la francesa”, el resto del mundo -atención a la metáfora que viene ahora, que no es una comparación introducida por un 'como' -es una jungla donde entendemos automáticamente que “impera la ley de la selva”, y una jungla que “si no espabilamos”, como dice el susodicho, va a comerse la tajada de nuestro modesto jardincillo.  El resto del mundo es la jungla que va a devorar a la Unión Europea poco espabilada.

La Jungla, Wilfredo Lam (1943)
 
     Obviamente, ni la Unión Europea es un jardín à la française ni el resto del mundo es una jungla que va a devorarnos. Quien dice 'jungla', además, podría haber dicho también 'desierto', o quizá más propiamente 'taiga', que es la selva característica del norte de Rusia y de Siberia, que limita por arriba con la tundra y por abajo con el erial de las estepas.

    Las metáforas que utilizamos nos utilizan en realidad a nosotros incrustándose en nuestro lenguaje y en nuestra visión del mundo. Las metáforas empleadas por el señor Borrell no son ingenuas, pecan de eurocentrismo y de racismo por lo tanto: Europa no es el Jardín del Edén donde se respetan los derechos humanos y las libertades democráticas, y el resto del mundo no es la jungla. La barbarie, lo salvaje, la ley de la jungla, también impera dentro de la Unión Europea disfrazada de paloma de la Paz. 

Jardines de Versalles
 

(*) Del aplaudido discurso del señor Josep Borrell me quedo con el epílogo final, donde se ensalzan las virtudes (sí, las virtudes) de la pandemia que ya se da por concluida como por arte de encantamiento al haber dado paso a este, como dicen ahora, nuevo escenario de película de guerra: La pandemia abrió la puerta a acciones innovadoras. La pandemia nos ha impulsado por el camino de unirnos más para hacer frente a los virus. Este momento trágico debe impulsarnos a unirnos más para hacer frente a aquellas acciones humanas que amenazan también la vida, la seguridad y la prosperidad de todos.

sábado, 26 de marzo de 2022

El Parque de la Libertad

    Una viñeta del inigualable Joaquín Salvador Lavado, alias Quino (1932-2020), que podría titularse El Parque de la Libertad simboliza mejor que ninguna otra nuestra sociedad actual: un niño y su hermano pequeño contemplan un grupo escultórico que representa, bajo una alegoría femenina, la Libertad. 

 

 

    Algunos de sus símbolos son indiscutibles: por ejemplo el gorro frigio de los revolucionarios franceses y de los libertos romanos que reflejaban con dicha prenda su estatuto de libertad recientemente adquirida, las cadenas rotas de sus manos, y la antorcha que ilumina el mundo y sostiene en la diestra, como la célebre estatua neoyorquina. La libertad va acompañada de tres personajes de menor estatura: un hombre con una palma que representa la victoria, otro con un apero de labranza que recibe muchos nombres (pala de ganchos, horca, horquilla)... y una mujer con la cabeza cubierta por un pañuelo y una criatura en sus brazos: representan, sin duda, el pueblo llano que es guiado por la Libertad, cuyo tamaño duplica el del pueblo. Recuerda este grupo escultórico, salvando las distancias, al célebre cuadro de Delacroix: La libertad guiando al pueblo. La libertad de Delacroix enarbola un arma y la bandera tricolor. El pueblo también está armado. La visión de Quino es más amable: no hay banderas que simbolicen la nación y el nacionalismo ni armas. La libertad de Quino tampoco va a pecho descubierto, pero su actitud de guía del pueblo es inconfundible.

La libertad guiando al pueblo, Eugène Delacroix (1830)

     Este monumento que decora el parque representa los valores democráticos y liberales que presiden nuestra convivencia, que contrastan con la realidad del propio parque, donde hay ocho señales gráficas de distintas prohibiciones desde la de pisar el césped hasta la de jugar a la pelota. Un gendarme, además, con una porra custodia el Parque de la Libertad. Mientras que el hermano mayor contempla el grupo escultórico, el pequeño, con el chupete en la boca, repara en el vigilante distraído

    ¿Qué nos sugiere Quino? Que la Libertad, uno de los valores más importantes, si no el que más, sobre los que dice asentarse nuestra sociedad, brilla paradójicamente por su ausencia.

    En otra viñeta más sarcástica con cierta dosis de humor negro aunque siempre amable, Quino sugiere lo mismo: Los agentes están poniendo multas a diestro y siniestro. Los ciudadanos, que están haciendo cosas que pudieran estar prohibidas, no saben si lo están o no. Un rótulo les pregunta burlón: ¿A que no saben prohibido qué?


    Vuelve Quino a presentarnos esta misma idea de la Libertad como valor de nuestra sociedad que, sin embargo, no se da de hecho en otra viñeta donde el Caballo de Troya, la fatalis machina que dijo Virgilio, que destruirá la bien amurallada ciudad,  es la imagen misma de la Liberty neoyorquina, es decir la alegoría de la Libertad. Los troyanos la introducirán alborozados en su ciudadela. Ignoran que está repleta, como las prohibiciones de la viñeta del parque, de enemigos que durante la noche saldrán de su vientre y saquearán la ciudad y le prenderán fuego, acabando con la vida de los varones y esclavizando a mujeres y niños. Inmejorable paradoja: en nombre de la libertad perderán vida y libertad.
   

viernes, 25 de marzo de 2022

Teletipos (2)

Cartel sobre la pila de agua bendita a la puerta de una iglesia: Se ha retirado el agua bendita para no aumentar los riesgos de propagación del virus coronado.
 
 
(oOo) 
 
Dejaba Lichtenberg en el aire esta pregunta sin respuesta: -¿No se podrá educar a los adultos regresivamente, así como se educa a los niños progresivamente
 
(oOo)
 
 Pregunta a un político que declara: “Los europeos saben que hay momentos en que deben dar la vida por una idea”: ¿no se cobran ya demasiadas vidas las ideas? 
 
(oOo)
 
 Rogamos a Dios Nuestro Señor que nos libre del Mal. RoguémosLe además que nos libre del Bien por el que se hace tanto mal: del Bien y del Mal líbranos, Señor.
 
 
(oOo)
 
 Glosa de Nagarjuna y nueva refutación del movimiento: El móvil que se ha movido no se mueve, ni se mueve el móvil que va a moverse. ¿Dónde, pues, el movimiento? 
 
(oOo)
 
 Distraen nuestra atención con la retransmisión en vivo y en directo de una guerra tradicional ocultando la guerra mundial verdadera del Poder contra la gente.
 
 
(oOo)
 
 La organización social y las cosas que pasan en el mundo están mediatizadas por una infraestructura digital y económica, cuya moneda única es la información. 
 
Pese a todo, primavera en flor, viñeta de Julien Couty
 
(oOo)
 
Teoría conspirativa: No es fruto de casualidad el auge de la psiquiatría ni el que la mayoría de la gente necesite fármacos para calmar su ansiedad y depresión.
 

(oOo) 


¿Crímenes de guerra? ¿No es un crimen la guerra misma de lesa humanidad? ¿Hay acaso alguna que, considerada santa o justa, no haya sido esencialmente criminal?

 
Guerra nuclear, cartel ruso de los años 80.
 
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Excusa no pedida: "No queremos crear un Ejército europeo". Crean una fuerza de despliegue rápido de 5.000 efectivos (hombres, no sería políticamente correcto).
 
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