domingo, 3 de abril de 2022
No es saludable ser muy feliz
sábado, 2 de abril de 2022
¿Quién necesita naves espaciales?
Un grupo feminista alemán denominado WBF 'Wer braucht Feminismus?' (¿Quién necesita feminismo?) ha propuesto el diseño de un cohete espacial con forma de vulva que compita con los diseños tradicionales de cohetes fálicos y androcéntricos de la ingenieria aeroespacial. Pretenden con esta iniciativa llevar la «igualdad de género» al espacio.
En lugar de denunciar la política de la NASA de colonización del espacio y los vuelos al espacio de los multimillonarios como el señor Elon Musk, los feministas proponen que se haga en cohetes con formas vulvares en lugar de fálicas.
Nave espacial con forma de vulva
La directora del proyecto afirma en el vídeo promocional de su campaña: «Estamos viviendo en una época de pandemia mundial, los precios del petróleo y la electricidad están disparados y la crisis climática amenaza nuestra propia existencia. Mientras tanto, los multimillonarios vuelan al espacio en cohetes con forma de genitales masculinos. Para nosotros esto planteó algunas preguntas muy importantes. ¿No debería ser el espacio para todos? ¿Y es un cohete con forma fálica realmente la mejor manera de llegar allí? Queremos restaurar la igualdad de género en el cosmos, por lo que hemos decidido revolucionar los viajes espaciales para siempre».
Su prototipo con forma de vulva es, según ellos, más aerodinámico que el diseño con «forma de pene», por lo que su menor resistencia al aire hará que consuma menos combustible a la hora de salir de la atmósfera, así que será más ecológico. Este diseño ‘feminista y ecologista’, es más seguro para los viajeros espaciales. Pero ¿quién necesita naves espaciales?
Buceando un poco en el subconsciente colectivo, deberíamos reconocer que, así como el simbolismo masculino e itifálico del cohete es indudable, el simbolismo femenino, sin embargo, no se representa tanto por la vulva, constituida propiamente por las partes que rodean la abertura externa de la vagina, como por la vagina misma. El simbolismo femenino, por lo tanto, viene representado por los pozos, las grutas, los agujeros y orificios, que son metáforas de la vagina. Y en ese sentido quizá lo más parecido a la propia vagina sería el hondo pozo sin fondo de la bóveda celeste, y no el artilugio que propone WBF que se parece más a un supositorio, por lo que no deja de ser un símbolo también fálico a su modo.
Deberían los feministas de Wer braucht Feminismus?, siguiendo la lógica que los empuja a denunciar el simbolismo de la falocracia, cuestionar también las formas fálicas (propiamente itifálicas) de las jeringuillas que hemos sufrido durante los años de la pandemia para inoculación de las sustancias experimentales y de los misiles igualmente fálicos y las bombas que lanzan los países en guerra, que no son solo Rusia y Ucrania, por cierto. Quizá encuentren la forma perfecta de llevar la “igualdad de género” que proponen para el espacio, que a nadie en su sano juicio le interesa demasiado, al campo de la sanidad y de la guerra.
viernes, 1 de abril de 2022
Pon un gestor personal en tu vida
Parece que la palabra 'gestionar', formada a partir de 'gestión', se ha impuesto en nuestra lengua por influencia de políticos, economistas, empresarios (o emprendedores con término más políticamente correcto) y periodistas, es decir, por la jerga culterana, llegando a entrar en el lenguaje común y corriente de muchas personas. Es un término que, evidentemente, proviene de la esfera política y económica, que se ha instalado en todos los ámbitos de nuestras vidas, de tal manera que ya forma parte fundamental de nuestro acervo lingüístico y de nuestro quehacer diario, hasta el punto de que hay gente que siente la necesidad y así lo expresa de “gestionar” su tiempo libre, sus relaciones y hasta sus emociones. A mí, la verdad sea dicha, se me indigesta bastante la palabreja, pero no así a mucha gente que la utiliza con desparpajo y sin empacho.
Hay entidades bancarias que nos ofrecen un gestor personalizado digital, por supuesto, que va a estar a nuestro lado en la getión de nuestro patrimonio a cualquier hora del día y de la noche, durante las 24 horas, gratuito y hasta multilingüe, y on line por supuestísimo.
La palabra 'gestión' es un nombre de acción que nos lleva al participio latino gestus, -a, -um, sustantivado en castellano en “gesta” y también en “gesto” y “gesticular”, y, por supuesto, en el verbo “gestar” y en los sustantivos “gestor” y “gestoría”, que son los que realizan las gestiones susodichas. El verbo original era 'gerere', cuya raíz conservamos en gerente, gerencia y hasta en el gerundio de nuestras gramáticas que significaba hacer, llevar a cabo, que como tal verbo simple no ha subsistido en castellano, pero sí lo vemos en sus compuestos como digerir, ingerir y sugerir.
Todas las cosas y personas, como productos que somos y hasta mercancías, somos susceptibles de ser gestionadas, e incluso de autogestionarnos. Los seres humanos somos considerados recursos humanos por el departamento de gestión de personal correspondiente. Nada logra escapar del poderoso influjo de la mercantilización. Los gurús, además, nos alientan a que seamos buenos gestores de nosotros mismos.
Ya no se afrontan, o se enfrentan, como prefieren algunos, retos ni problemas, se gestionan. Los gobiernos son los gestores de las crisis a las que se ve abocado el sistema, crisis que crean los propios gobiernos y que procuran que permanezcan para que su gestión se vea como imprescindible.
Hemos adoptado el vocabulario del enemigo y lo hemos interiorizado hasta hacerlo nuestro. Con ello, hemos aceptado su marco conceptual, su lógica de razonamiento, la del beneficio económico, y la imperiosa necesidad que tenemos de ser gobernados.
jueves, 31 de marzo de 2022
El discurso maniqueo de la Guerra de Ucrania
Para los principales medios de comunicación occidentales la crisis sanitaria está ya muy lejos, apenas informan de ella en primera plana o en las páginas interiores de los diarios. Han decidido que se acabó, que hay que pasar a otra cosa, mariposa, que la gente ya está harta de virólogos y epidemiólogos, y ahora ha llegado el momento de los geoestrategas y polemólogos. Lo que ha quedado, sin embargo como herencia de la pandemia en los medios oficiales de información, es la elección del tratamiento binario, simplista e infantiloide de la noticia.
Durante la crisis sanitaria, en efecto, había que ponerse del lado de la Ciencia de las vacunas experimentales que iban a salvar nuestras vidas, había que militar en el campo del bien contra los antivacunas y negacionistas conspiradores de toda la vida, que configuraban el campo del mal, y había que denunciar los bulos que difundían. Muy pocos medios de comunicación, se pueden contar con los dedos de una mano y sobran dedos, daneses y alemanes sobre todo, han entonado un mea culpa público por la penosa gestión alarmista y terrorista que hicieron de la crisis sanitaria y por haberle hecho la cama a la co(vi)diciosa industria farmacéutica.
Durante los dos años que ha durado la pandemia fomentada por la OMS, los medios oficiales gestionaron así la actualidad a través del prisma maniqueo del bien y del mal, inventando una opinión ortodoxa moralizante más cercana a la ideología y a la fe que a la objetiva información.
¿Por qué iban a cambiar de óptica ahora? Han decidido seguir por el mismo camino: El mismo tratamiento binario están empleando para servirnos la crisis ucraniana que nos presenta, por un lado, al ucraniano bueno, el héroe, y por el otro al ruso malvado, el villano. Sin matices, sin términos medios, sin preguntas complicadas que enfaden el simplismo de los análisis habituales, acostumbrados como estamos a las películas americanas de buenos y malos, generalmente pérfidos nazis los segundos.
Alguien puede poner en tela de juicio el estatus privilegiado que se da a los ucranianos como refugiados políticos comparado con el tratamiento que se da a los sirios, afganos, libios... Tal vez se deba a que los ucranianos se consideran de los nuestros, europeos, mientras que los otros se catalogan de bárbaros.
También se puede cuestionar uno el fondo europeo de millones de euros para la Paz destinados a comprar armas para Ucrania, lo mismo que el fondo que se dedicó a la adquisición de las vacunas experimentales que han salvado, al parecer, nuestras vidas, y han redundado en el beneficio económico de la industria farmacéutica pronta a enfermarnos para vivir de nuestros males, y muchas otras cuestiones sobre este conflicto que merecerían ser abordadas con matices.
Pero no, los medios de masas alimentan la visión maniquea: Putin es el mismísimo demonio que rige el Imperio del Mal, por lo que Europa emprende una cruzada a favor del Bien con su apoyo incondicional a Ucrania, hasta el punto de generar una auténtica fobia a todo lo que venga de la Madre Rusia, forzándonos a tomar partido y a denunciar la invasión de Ucrania.
miércoles, 30 de marzo de 2022
Changái, castigados sin salir de casa.
Los habitantes de media ciudad de Changái, en concreto de la zona este, están confinados, o sea obligados a permanecer entre las cuatro paredes de su domicilio hasta las cinco de la mañana del 1 de abril. A partir de esta fecha le tocará el turno a la zona oeste. La capital económica china, que cuenta con la friolera escandalosa de 25 millones de habitantes, afronta su peor crisis sanitaria de Covid-19 desde hace dos años.
Se trata de un arresto domiciliario en dos fases con el que las autoridades sanitarias pretenden poner coto a la epidemia. Hasta ahora habían tomado medidas más ligeras como confinamientos de 24 horas en determinados edificios o complejos residenciales, pero ahora se trata, como se ha dicho, de confinar media ciudad, una medida drástica que considera enfermos potenciales a millones de ciudadanos sanos.
La metrópolis asiática se ha convertido en el epicentro de una nueva ola de contagios relacionados con la variante Ómicron del virus coronado, que ha puesto en jaque la estrategia china de reducir el número de casos a cero absoluto, un ideal imposible de alcanzar. La guerra contra el bicho emprendida no pretende paliar sus efectos aplicando medicina curativa, sino eliminar el virus, matándolo como si se tratase de un ser vivo, de la faz de la Tierra para siempre. Esta medida se aplica porque según el ministerio de Sanidad el lunes se produjeron 3.500 nuevos casos positivos en Changái, lo que supone un 3,5 por ciento de casos. Estos casos no son casos clínicos, es decir, enfermos que necesiten cuidados hospitalarios leves o intensivos, sino que la mayoría son falsos positivos, es decir, casos asintomáticos.
A pesar de todas las aplicaciones móviles y los rastreos de los que llegaban al país y de las cuarentenas y confinamientos impuestos, la variante Ómicron pone en jaque la política ridícula de cero Cóvid emprendida por las autoridades sanitarias del país.
Cuando parecía que se había acabado la pesadilla vírica, resulta que despierta el dragón chino, le hacen una PCR y sale positiva. ¿Qué le vamos a hacer? Pues lo que está mandado: arrestar a la gente, castigarla cuatro días sin salir de casa por su mal comportamiento.
martes, 29 de marzo de 2022
La cultura de la cancelación y la cancelación de la cultura.
lunes, 28 de marzo de 2022
Stop talking, start acting
domingo, 27 de marzo de 2022
El jardín y la jungla
Y afirmaba, además, el alto representante en la entrevista: "Los europeos hemos construido la Unión como un jardín a la francesa, ordenadito, bonito, cuidado, pero el resto del mundo es una jungla. Y si no queremos que la jungla se coma nuestro jardín tenemos que espabilar". Empleaba dos símiles que han tenido una larga resonancia, en los que conviene detenerse un poco a fin de analizarlos: la Unión Europea era como un pulcro y modesto jardín francés, 'ordenadito, bonito, cuidado'. Uno puede pensar inmediatamente en el parterre de una maison de campagne. Pero habida cuenta de la grandeur del país vecino y de la Unión Europea, que comprende 27 estados miembros, uno puede imaginar mejor un grotesco y barroco jardín versallesco con sus estanques y palacetes, sus fuentes luminosas y sus esculturas grandilocuentes repartidas por doquier...

Nótese que la comparación no se ha establecido con un English garden, que hubiera sido muy poco afortunada porque el Reino Unido se desmarcó de la Unión, como se sabe.
Un error de base es equiparar Europa con Unión Europea, y decir, como hace el señor Borrell, que “los europeos hemos construido la Unión”, como si esta fuera obra de todos los europeos y no de algunos, pues hay países dentro del viejo continente arrebatado y violado por Zeus omnipotente en el célebre rapto de Europa, como el Reino Unido, Noruega o Suiza, que no forman parte de la Unión, por no hablar de Rusia, ubicada entre dos continentes, tan asiática y tan europea sin embargo.
Lo que no mencionó el señor Borrell es que, como ha señalado alguno, para mantener y adecentar ese privilegiado parterre donde él y otros potentados política- y económicamente como él viven muy confortablemente, hace falta mucha mano de obra barata de muchos jardineros -nuevos esclavos que deben ganarse la vida con el sudor malpagado de su frente-, procedentes de la “jungla” exterior, es decir, del resto del planeta.
Pero entendamos lo que entendamos por “jardín a la francesa”, el resto del mundo -atención a la metáfora que viene ahora, que no es una comparación introducida por un 'como' -es una jungla donde entendemos automáticamente que “impera la ley de la selva”, y una jungla que “si no espabilamos”, como dice el susodicho, va a comerse la tajada de nuestro modesto jardincillo. El resto del mundo es la jungla que va a devorar a la Unión Europea poco espabilada.
Las metáforas que utilizamos nos utilizan en realidad a nosotros incrustándose en nuestro lenguaje y en nuestra visión del mundo. Las metáforas empleadas por el señor Borrell no son ingenuas, pecan de eurocentrismo y de racismo por lo tanto: Europa no es el Jardín del Edén donde se respetan los derechos humanos y las libertades democráticas, y el resto del mundo no es la jungla. La barbarie, lo salvaje, la ley de la jungla, también impera dentro de la Unión Europea disfrazada de paloma de la Paz.
(*) Del aplaudido discurso del señor Josep Borrell me quedo con el epílogo final, donde se ensalzan las virtudes (sí, las virtudes) de la pandemia que ya se da por concluida como por arte de encantamiento al haber dado paso a este, como dicen ahora, nuevo escenario de película de guerra: La pandemia abrió la puerta a acciones innovadoras. La pandemia nos ha impulsado por el camino de unirnos más para hacer frente a los virus. Este momento trágico debe impulsarnos a unirnos más para hacer frente a aquellas acciones humanas que amenazan también la vida, la seguridad y la prosperidad de todos.
sábado, 26 de marzo de 2022
El Parque de la Libertad
Una viñeta del inigualable Joaquín Salvador Lavado, alias Quino (1932-2020), que podría titularse El Parque de la Libertad simboliza mejor que ninguna otra nuestra sociedad actual: un niño y su hermano pequeño contemplan un grupo escultórico que representa, bajo una alegoría femenina, la Libertad.
Algunos de sus símbolos son indiscutibles: por ejemplo el gorro frigio de los revolucionarios franceses y de los libertos romanos que reflejaban con dicha prenda su estatuto de libertad recientemente adquirida, las cadenas rotas de sus manos, y la antorcha que ilumina el mundo y sostiene en la diestra, como la célebre estatua neoyorquina. La libertad va acompañada de tres personajes de menor estatura: un hombre con una palma que representa la victoria, otro con un apero de labranza que recibe muchos nombres (pala de ganchos, horca, horquilla)... y una mujer con la cabeza cubierta por un pañuelo y una criatura en sus brazos: representan, sin duda, el pueblo llano que es guiado por la Libertad, cuyo tamaño duplica el del pueblo. Recuerda este grupo escultórico, salvando las distancias, al célebre cuadro de Delacroix: La libertad guiando al pueblo. La libertad de Delacroix enarbola un arma y la bandera tricolor. El pueblo también está armado. La visión de Quino es más amable: no hay banderas que simbolicen la nación y el nacionalismo ni armas. La libertad de Quino tampoco va a pecho descubierto, pero su actitud de guía del pueblo es inconfundible.
¿Qué nos sugiere Quino? Que la Libertad, uno de los valores más importantes, si no el que más, sobre los que dice asentarse nuestra sociedad, brilla paradójicamente por su ausencia.
En otra
viñeta más sarcástica con cierta dosis de
humor negro aunque siempre amable, Quino sugiere lo mismo: Los agentes están poniendo multas a diestro y siniestro. Los ciudadanos, que están haciendo cosas que pudieran estar prohibidas, no saben si lo están o no. Un rótulo les pregunta burlón: ¿A que no saben prohibido qué?
