jueves, 25 de septiembre de 2025
¡Por güebos!
sábado, 2 de abril de 2022
¿Quién necesita naves espaciales?
Un grupo feminista alemán denominado WBF 'Wer braucht Feminismus?' (¿Quién necesita feminismo?) ha propuesto el diseño de un cohete espacial con forma de vulva que compita con los diseños tradicionales de cohetes fálicos y androcéntricos de la ingenieria aeroespacial. Pretenden con esta iniciativa llevar la «igualdad de género» al espacio.
En lugar de denunciar la política de la NASA de colonización del espacio y los vuelos al espacio de los multimillonarios como el señor Elon Musk, los feministas proponen que se haga en cohetes con formas vulvares en lugar de fálicas.
Nave espacial con forma de vulva
La directora del proyecto afirma en el vídeo promocional de su campaña: «Estamos viviendo en una época de pandemia mundial, los precios del petróleo y la electricidad están disparados y la crisis climática amenaza nuestra propia existencia. Mientras tanto, los multimillonarios vuelan al espacio en cohetes con forma de genitales masculinos. Para nosotros esto planteó algunas preguntas muy importantes. ¿No debería ser el espacio para todos? ¿Y es un cohete con forma fálica realmente la mejor manera de llegar allí? Queremos restaurar la igualdad de género en el cosmos, por lo que hemos decidido revolucionar los viajes espaciales para siempre».
Su prototipo con forma de vulva es, según ellos, más aerodinámico que el diseño con «forma de pene», por lo que su menor resistencia al aire hará que consuma menos combustible a la hora de salir de la atmósfera, así que será más ecológico. Este diseño ‘feminista y ecologista’, es más seguro para los viajeros espaciales. Pero ¿quién necesita naves espaciales?
Buceando un poco en el subconsciente colectivo, deberíamos reconocer que, así como el simbolismo masculino e itifálico del cohete es indudable, el simbolismo femenino, sin embargo, no se representa tanto por la vulva, constituida propiamente por las partes que rodean la abertura externa de la vagina, como por la vagina misma. El simbolismo femenino, por lo tanto, viene representado por los pozos, las grutas, los agujeros y orificios, que son metáforas de la vagina. Y en ese sentido quizá lo más parecido a la propia vagina sería el hondo pozo sin fondo de la bóveda celeste, y no el artilugio que propone WBF que se parece más a un supositorio, por lo que no deja de ser un símbolo también fálico a su modo.
Deberían los feministas de Wer braucht Feminismus?, siguiendo la lógica que los empuja a denunciar el simbolismo de la falocracia, cuestionar también las formas fálicas (propiamente itifálicas) de las jeringuillas que hemos sufrido durante los años de la pandemia para inoculación de las sustancias experimentales y de los misiles igualmente fálicos y las bombas que lanzan los países en guerra, que no son solo Rusia y Ucrania, por cierto. Quizá encuentren la forma perfecta de llevar la “igualdad de género” que proponen para el espacio, que a nadie en su sano juicio le interesa demasiado, al campo de la sanidad y de la guerra.
viernes, 16 de julio de 2021
Humanismo, machismo, racismo, especismo
ἔφασκε γάρ, φασί, τριῶν τούτων ἕνεκα χάριν ἔχειν τῇ Τύχῃ: πρῶτον μὲν ὅτι ἄνθρωπος ἐγενόμην καὶ οὐ θηρίον, εἶτα ὅτι ἀνὴρ καὶ οὐ γυνή, τρίτον ὅτι Ἕλλην καὶ οὐ βάρβαρος.
El humanismo del que solemos hacer gala no es más que el último reducto del patriotismo y del nacionalismo más cerril, que nos ha hecho tanto daño a los propios seres humanos como al resto de las criaturas, plantas y seres del reino inerte. El nacionalismo y el patriotismo nos hacen creen que nuestra nación y nuestra patria son las mejores. El racismo nos hace creer que nuestra raza es superior. El sexismo nos hace creer que nuestro sexo es superior, el mejor. El especismo nos hace creer que la especie humana es superior a todas las demás, como culminación de la creación divina, ya que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, según la Biblia. El humanismo es la culminación y justificación de todos estos -ismos. Hasta hay un Partido Político Humanista que se presenta a las elecciones, colmo ya de los colmos.
El humanismo, como culminación de todos los -ismos, se basa en la creencia, falsa como todas, de que nosotros somos el fin de la creación: nuestra nación, nuestra patria, nuestra especie, nuestro sexo... sólo porque es lo nuestro, pero el hecho de que sean nuestros o ajenos no los hace ni mejores ni peores que los demás. Es lo que acertó a denominar genialmente Rafael Sánchez Ferlosio como "la moral del pedo": a ninguno nos molestan nuestras propias ventosidades, que pueden llegar a complacernos, mientras que las de los demás, por el contrario, nos ofenden, sin que objetivamente haya razones aromáticas para ello.









