Bendito aburrimiento.
- Dice el anuncio de una agencia de viajes o mejor dicho, de destinos turísticos, dado que ya no hay viajes: “Quedarse en casa no es
divertido. Escápate”. Y yo me pregunto: ¿Quién nos
manda divertirnos? ¿Por qué tenemos que divertirnos? ¿Qué hay de
malo no ya en aburrirse sino en no divertirse? ¿Acaso el que vaya a
escaparse va a evadirse de sí mismo y de sus problemas? ¿No se
escapará sólo de su casa? Está claro que la aludida agencia mercantil quiere que nos escapemos so pretexto de divertirnos porque, si
nos quedamos en casa, ella no hace negocio a costa de nuestro
aburrimiento, bendito sea. Bergamín nos ha regalado este precioso aforismo: "El aburrimiento de la ostra produce perlas".
jueves, 31 de agosto de 2023
¡Volved por donde habéis venido!
miércoles, 30 de agosto de 2023
Honor y gloria al desertor desconocido
El dibujante Clifford Harper publicó en 1989 nueve grabados con el título "The unknown deserter" El desertor desconocido, y la historia de un soldado adolescente judío que se alistó voluntariamente en el ejército inglés para luchar en la Primera Guerra Mundial, la llamada Gran Guerra, fue acusado de deserción, se le formó un consejo de guerra, fue condenado a muerte, y murió fusilado al amanecer cuando todavía tenía diecisiete años.
Abraham Bevistein estaba entre el cuarto de millón de británicos aproximadamente que empuñaron las armas pese a ser menores de edad en la Primera Guerra Mundial. Lo hicieron voluntariamente, si se puede decir así cuando uno ha sido impulsado por la fiebre y la presión social del patriotismo, y por la necesidad de dar un sentido a su vida demostrando su valor. Estos soldados adolescentes eludieron la edad mínima establecida por la ley para alistarse, diciendo a sus reclutadores que tenían dieciocho años cumplidos, requisito para el que bastaba su palabra.
Abraham Bevistein, Aby para los amigos, cuya familia había emigrado a Londres desde Varsovia cuando él era pequeño, se sentía lo suficientemente británico y patriota de principio a fin como para incorporarse al ejército con la primera oleada de voluntarios en septiembre de 1914. Tenía 16 años y probablemente contaba con estar de vuelta pronto en casa, y volver como un héroe nacional. Mintió sobre su edad, y también mintió sobre su nacionalidad, ya que se reclutó como Aby Harris, con un apellido británico.
Pasó la mayor parte de 1915 metido en las trincheras en Francia y sufriendo todos los horrores de los bombardeos alemanes. Fue herido en diciembre de ese año, pero pronto se recuperó y volvió a ser declarado apto para el servicio, volviendo a las trincheras. En febrero de 1916, volvió a requerir ayuda médica malherido y conmocionado por la explosión de una granada, pero el oficial médico le ordenó volver a la línea de combate inmediatamente.
Sin embargo, Aby Bevistein desobedeció la orden recibida, se alejó de las trincheras hacia la retaguardia y se refugió en una granja francesa, donde fue sorprendido por un oficial y acusado de deserción.
“Estábamos en las trincheras y yo estaba enfermo, así que salí de allí”, le escribió a su madre a modo de explicación. “Me han metido en el calabozo y ahora estoy en un pequeño problema”.
Aby no era consciente de que ese pequeño problema iba a ser la causa de que se le formara un consejo de guerra, fuera juzgado sumariamente, condenado a muerte sin clemencia y fusilado al amanecer.
Hay quien ha dicho que Aby, que no había cumplido los dieciocho años cuando fue ejecutado, no era responsable de sus actos, dado que no era mayor de edad, por lo que el gobierno británico le aplicó un castigo, la pena de muerte, que no le correspondía ya que había sido reclutado ilegalmente, y por lo tanto ejecutado ilegalmente.
En página adjunta (Homenaje al desertor desconocido), se publican el texto y los grabados de Clifford Harper sobre Aby, el desertor "desconocido'. Sirva como tributo no al soldado desconocido muerto en el frente de combate y tantas veces homenajeado por el patriotismo, sino al desertor de todos los ejércitos en una Europa que, como en 1914 se ve hoy precipitada otra vez a la guerra de cabeza.
martes, 29 de agosto de 2023
Pareceres (XXVII)
131.- Modos de integración. Los modos de integración de los movimientos contestatarios o rebeldes en los engranajes del sistema por la vía de la participación (participar es, etimológicamente, tomar uno su parte) son más efectivos y eficaces, al fin y a la postre, que la marginación y la represión de antaño, a la que sólo recurren los regímenes democráticos actuales en última instancia, porque está asociada a regímenes autoritarios muy mal vistos, y por lo contraproducente que resulta prohibir y reprimir algo sin levantar la liebre del deseo.
132.- Pensamiento crítico. La educación que se imparte en los centros de enseñanza no tiene mucho que ver con el desarrollo de la inteligencia natural, sino todo lo contrario. Se fomenta allí el llamado “espíritu o pensamiento crítico” que consiste en aceptar unos postulados biempensantes que no pueden ser cuestionados ni precisamente criticados. Buena paradoja. Se encuentran, sin embargo, algunas personas, cada vez menos, dada la imposición de la educación primaria y secundaria obligatorias sobre toda la población, que no han recibido instrucción alguna o muy poca y que gozan de una inteligencia natural envidiable, que, sin tener nociones específicas de una rama del conocimiento, llegan a conclusiones sorprendentemente acertadas acerca de las cosas. Y al revés, encontramos muchas personas instruidas que son palmariamente ignorantes y que, si no carecen de inteligencia, se dejan engañar fácilmente sin ningún problema. Son precisamente las personas más educadas, las que han recibido más instrucción las que más fácilmente pueden ser manipuladas. El hombre del pueblo, escéptico por naturaleza y radicalmente incrédulo, si es que queda alguno, no lee nunca un periódico ni se interesa por la política o la economía, porque sabe a su manera y da por sentado que todo lo que traen los papeles es mentira. Ese hombre del pueblo, o el pueblo, sin más, es el principal problema del sistema, que siente la necesidad de educarlo, de reacondicionarlo, pero la mayoría de la gente no necesita reacondicionamiento. Creerán fácilmente cualquier cosa que les digan, y harán cualquier cosa que les manden.
133.- La verdad y la Verdad. Una copla de Antonio Machado dice así: ¿Tu verdad? No: la Verdad, / y ven conmigo a buscarla. / La tuya, guárdatela. Me llama la atención el uso que hace de la mayúscula, que le sirve para contraponer la verdad y la Verdad, es decir, la opinión o creencia que tenemos cada uno y que hace que creamos que poseemos la verdad, y la Verdad con mayúscula que es la verdad de la buena, la verdad verdadera, la que no puede ser ni mía ni tuya, porque no puede conjugarse con los pronombres posesivos. Por eso hay que ir a buscarla, porque no la tenemos en privada posesión nadie, porque no puede ser patrimonio de ninguno en particular. Sin embargo el deseo de ir a buscarla juntos se debe a que es lo único común que tenemos: su necesidad, que es notable por su ausencia, porque en lugar de dejarla que se exprese por nuestra boca nos llenamos de ideas, opiniones, creencias que no son razonables, que no se sostienen, que se derrumban a poco que se las confronte. Puede relacionarse la soledad de Machado con aquel fragmento de Heraclito que dice que siendo la razón común -la Verdad, con mayúsculas del poeta- la mayoría de los hombres tiene un pensamiento privado propio -una verdad, con minúsculas, una verdad de mentirijillas que se revela enseguida como propiedad privada. Y también puede relacionarse con aquel otro terceto de Machado: En mi soledad / he visto cosas muy claras / que no son verdad, que no deja de ser una invitación a dejar de ver las cosas bajo nuestro prisma particular e individual y a comenzar a verlas en comunidad.
134- Guoquismo: En los Estados Unidos, toda la vida intelectual está amenazada de muerte a causa de puntos de vista 'no convencionales'. Y quien dice en los Estados Unidos dice también en la vieja Europa, aquí entre nosotros. Editores, periodistas, investigadores, profesores son despedidos por sus declaraciones o por sus preferencias racistas, sexistas, machistas... Los autores y sus artículos académicos dejan de publicarse si se apartan de la doxa u opinión reinante políticamente correcta o, mejor dicho, corregida. Un ejemplo de este guoquismo (del inglés woke, 'despierto') made in USA pero enseguida importado es la eliminación del derecho a la libertad de expresión en los campus universitarios. Bajo este nuevo tipo de censura, la cultura ya no será esta apertura emocionante, impresionante y, diríase, inquietante a mundos desconocidos, sino un encierro del ego en muros impenetrables y protectores.
135.- De cómo leer del revés la prensa del derechas que enrevesa la realidad. Como muestra, un ejemplo de hace veinte años -veinte años no es nada, como cantaba el tango de Gardel- sacado del periódico francés “Libération” del 15 de septiembre de 2003, para que no se diga que uno oculta las fuentes de las que bebe: “Au Libéria, pendant la paix, la guerre continue”, cuya traducción es: “En Liberia, durante la paz, continúa la guerra.” Liberia, nombre propio de un estado del África occidental, puede sustituirse por cualquier otro nombre propio de cualquier otro estado, a gusto del lector, por ejemplo, sin ir muy lejos, el de nuestro país: “En España, durante la paz, continúa la guerra”. Obtenemos así no una noticia superficial sacada de la realidad propiamente dicha de los periódicos, es decir, una mentira, que es lo que nos brindan los medios de formación de masas ordinariamente para distraernos, sino una revelación, vislumbre o constatación mucho más profunda de verdad de que la paz es una forma “pacífica” y sutil de guerra soterrada, camuflada y, por lo tanto, más difícil de denunciar que la guerra propiamente dicha porque es una guerra que ni siquiera se declara para poder así pasar desapercibida.
lunes, 28 de agosto de 2023
Tres documentos contra la amnesia histórica reciente
Pero esto mismo sucedía allende nuestras fronteras, como demuestra esta fotografía publicada por el semanario alemán Der Spiegel el 5 de septiembre de 2020, pronto hará tres años, tomada en Melbourne (Australia). Una imagen como esta vale más que mil palabras para que las generaciones venideras tengan un testimonio de lo que consentimos que pasara en aquellos días oprobiosos. Cinco agentes detienen a un hombre y le ponen a la fuerza el bozal reglamentario que ellos llevan y que él había decidido no llevar.
De nada servía que se razonara que la mascarilla, esa des-medida político-sanitaria, nunca ha servido para frenar a un virus respiratorio (?), ya que lo que hace es dificultar nuestra respiración haciendo que volvamos a inhalar, en lugar de oxígeno, el anhídrido carbónico, ahora llamado CO2 con más propiedad, que hemos exhalado, como demostraba la sensación de ahogo (sobre todo con las mascarillas más 'eficaces' y recomendadas), y los dolores de cabeza producidos por la hipoxia, que es el término médico para la deficiente oxigenación. La mascareta, si acaso, puede ser útil frente a la penetración de las bacterias, como las de la tuberculosis, pero nunca de los virus respiratorios que entran y salen por sus poros sin ninguna dificultad. Sin embargo había que imponerla, porque era el signo visible de la obediencia sumisa, y había que hacerlo por las buenas o por las malas, por lo civil o por lo militar, como dijo un presidente de una taifa hispánica a propósito de la inoculación. Nos hicieron creer que si no lo hacíamos íbamos a matar a alguien, como si nosotros mismos fuésemos el virus asesino al que habían declarado la guerra, lo que vuelve a repetirse con el dióxido de carbono, anhídrido carbónico o simplemente carbono, que ahora también somos nosotros, pobres de nosotros, que quieren reducir.
Pero uno de los responsables de este desaguisado mundial, el doctor Anthony Fauci, ese burócrata gubernamental recientemente retirado, acaba de salir de sus catacumbas y participar en un evento virtual titulado “Lecciones sobre una pandemia y papel de los profesores en la preparación de una pandemia”.
Hay un vídeo en youtube, del que doy el enlace, donde se recogen las declaraciones de este impresentable, pero le ahorro al lector los cuarenta minutos que dura y le resumo los aspectos más destacados de la entrevista. La entrevistadora, en primer lugar, la doctora Teena Chopra, presenta al entrevistado como “one in the greatest minds in medicine”. Y dice que este es el rostro (la cara dura, más bien) de la salud pública y la política pública en el mundo:
Fauci declara durante la entrevista que los confinamientos estaban "absolutamente justificados" y sugiere que deberían utilizarse nuevamente para forzar la vacunación (suponemos que de cara a la temporada otoño-invierno que se avecina). Dice literalmente en la lengua del Imperio: lockdowns are a great tool to forcibly “vaccinate” people, ("los confinamientos son una gran herramienta para 'vacunar' a la gente por la fuerza"). E insiste en la defensa a ultranza de los encierros: "Había que tener algo para detener inmediatamente el tsunami de infección", afirma, y añade, "ese confinamiento estaba absolutamente justificado".domingo, 27 de agosto de 2023
Casarse consigo
De vez en cuando de un tiempo a esta parte se oye por ahí el caso de que alguien ha decidido casarse por todo lo alto consigo mismo. Se trata de personas que no quieren una pareja heterosexual ni homosexual, que no quieren una pareja, sin más, y que deciden, en el colmo del narcisismo, declarar su amor propio hacia sí mismos.
Así como la monogamia es el matrimonio con otra persona, la bigamia con dos, y la poligamia con varias, surge ahora el término sologamia para designar el automatrimonio. Hay quien dice incluso que las personas sológamas son más felices que las demás y pueden cumplir mejor sus propias aspiraciones y expectativas vitales sin subordinarse al yugo del matrimonio tradicional ni supeditar su éxito al de su pareja.
Sologamia y autogamia no son términos reconocidos todavía por la docta Academia, pero ya están operativos en la lengua del Imperio (sologamy, autogamy) y por lo tanto entre sus lenguas vasallas, como la nuestra, por lo que no tardarán en entrar en nuestro ilustre diccionario.
La autogamia o sologamia consiste, pues, en emparejarse de hecho y casarse uno consigo mismo, una boda de momento sin validez legal, pero matrimonio indisoluble y consistente, a prueba de divorcio. La sologamia no es una prolongación de la soltería, porque el soltero siente que le falta su media naranja que no ha encontrado todavía, pero el casado consigo mismo no siente esa carencia, y nunca se será infiel a sí mismo, hasta que la muerte disuelva el vínculo.
No sé cómo puede realizarse en términos jurídicos, pero es un síntoma esencial del espíritu de nuestro tiempo. Supongamos que llega a legislarse e institucionalizarse, lo que no es del todo descabellado. ¿Qué sentido tiene contraer nupcias con uno mismo? ¿Qué valor tiene esta institución? Algunos consideran que supone la disolución extrema del vínculo matrimonial, que se juzga obsoleto y patriarcal. pero, lejos de eso, parece todo lo contrario: es la consumación y consagración de la institución del matrimonio.
El baño de Narciso, Paul Dubois (1863)
El individuo no necesita encontrar su media naranja para completarse, sino que se declara completo y es ya, como el andrógino de Platón, una naranja entera que engloba los dos sexos, ni siquiera se ve obligado a identificarse con un sexo (cisgénero), ya que puede adoptar el sexo que elija a su antojo (transgénero), dado que se considera de 'género fluido' según la expresión consagrada por la moda.
No hace falta que haya dos para hacerse uno, pero sí que uno se vea, me atrevería a decir, a sí mismo como dos, como Narciso, que, despreciando todas las voces de los que requirieron su compañía y los ecos de la ninfa enamorada de él, se enamora de sí mismo cuando contempla fascinado su propia imagen en el espejo del agua, y allí mismo contrae nupcias uniéndose consigo mismo, es decir, con su propia imagen, ahogándose por ende en las aguas del estanque.
Me atrevo a decir que es la institución clave de
nuestra sociedad: una sociedad narcisista, de átomos que encuentran
en el autorretrato solipsista del selfi la expresión más acendrada de su individualismo llevado
a su grado más alto, la sociedad del individuo aislado que percibe
al otro como una amenaza que invade su privacidad.
sábado, 26 de agosto de 2023
¿Qué es ser progresista, papá?

En el Libro de los Seres Imaginarios o Manual de Zoología Fantástica de Jorge Luis Borges, encontramos esta sorprendente perla: "No olvidemos el Goofus Bird, pájaro que construye el nido al revés y vuela para atrás, porque no le importa adónde va, sino dónde estuvo."
viernes, 25 de agosto de 2023
Fabricando el consentimiento
jueves, 24 de agosto de 2023
Alegoría de la prudencia de Tiziano
Como si fuera un tricéfalo cancerbero, presenta Tiziano esta Alegoría de la prudencia o, más bien, Alegoría del tiempo gobernado por la prudencia, que viejo ya el artista habría pintado entre los años 1560 y 1570. Vemos tres cabezas humanas: el perfil de un viejo a la izquierda, quizá el propio Tiziano, la figura central y frontal de un hombre adulto, quizá su hijo Orazio, que mira directamente al espectador del lienzo, y el perfil de un joven a la derecha, su joven nieto o sobrino Marco, configurando así tres generaciones de una misma familia. Respresenta el cuadro las tres edades de la vida humana: vejez, madurez, juventud. Debajo de estos rostros, vemos una tríada de cabezas de animal asociadas a ellas: a la izquierda, el perfil de un lobo, en el centro la testa de un león, y a la derecha el perfil de un perro.
En la parte superior del lienzo, Tiziano ha escrito unos latines en los que llama la atención el uso de la conjunción NI, propia del latín arcaico, si no es un error, en lugar de NE, la conjunción final negativa: EX PRAETERITO A partir del pasado (sobre la cabeza del anciano y la figura del lobo) / PRAESENS PRVDENTER AGIT el presente actúa prudentemente (sobre la cabeza central) / NI FVTVRV(M) ACTIONE(M) DETVRPET para que el futuro no arruine la acción (sobre la cabeza del joven y del perro). El mensaje del cuadro es que la prudentia o pro-uidentia consiste en ver antes, prever, lo que puede pasar para evitar que pueda arruinar la acción del presente.
Resulta curiosa la conjunción de la palabra “pretérito” con el viejo y el lobo, “presente” con el adulto y el león, y “futuro” con el joven y el perro, asociándose las tres formas del tiempo con las tres edades de la vida: vejez/pasado, madurez/presente, juventud/futuro. Algunos críticos destacan cómo Tiziano resalta la apariencia de realidad casi palpable de las dos cabezas centrales que representan el presente: la del hombre en la madurez de su vida y la del león, mientras que desdibuja un poco los perfiles de los lados, contrastando lo que es, lo central, con lo que fue -y por lo tanto ya no es- y lo que todavía no ha llegado a ser -y por eso mismo tampoco es. Ahí radica la imposibilidad de reflejar el tiempo en el espacio atemporal del lienzo, y el éxito y fracaso de esta alegoría: el éxito en la plasmación gráfica y el fracaso en la imposibilidad de reflejar en el espacio de un lienzo el transcurso del tiempo.
Tiziano no inventó ni la teoría de las tres edades, ni la iconografía del lobo/león/perro, que vemos que tomó prestada de Macrobio, quien en Saturnales I, 20, dice lo siguiente: “La ciudad vecina de Egipto, que se ufana de haber sido fundada por Alejandro de Macedonia, honra a Sarapis (o Serapis) e Isis con una veneración rayana en delirio. Ahora bien, está demostrado que toda esta veneración, bajo el nombre de Sarapis, se consagra al sol, bien en tanto que colocan una cestilla sobre su cabeza, bien en tanto que añaden a su estatua la imagen de un animal de tres cabezas: la cabeza del centro, y también la más grande, reproduce la figura de un león; al lado derecho, surge la cabeza de un perro de aspecto dócil y afable; en cuanto a la parte izquierda del cuello, la remata la cabeza de un lobo voraz, y estas figuras de animales las entrelaza con su espiral una serpiente, que repliega su cabeza hasta la diestra del dios, el cual, con dicha mano, apacigua al monstruo. Pues bien, la cabeza del león simboliza el tiempo presente, porque su condición, entre el pasado y el futuro, es enérgica y fogosa en la acción inmediata. Por su parte, el tiempo pasado está representado con la cabeza del lobo, porque la memoria de las cosas pasadas se nos roba y quita. Asimismo, la imagen del perro afable representa el resultado del tiempo futuro, cuya esperanza, aunque incierta, nos seduce.” (Traduc. De Ferando Navarro Antolín, Saturnales, Macrobio, I, 20)
Según este texto, la imagen del monstruo tricéfalo conllevaba la presencia de una serpiente, que debía servir como nexo de unión de las tres cabezas y representar el carácter cíclico del tiempo.
El problema que plantea esta alegoría es que nos presenta el tiempo como una secuencia espacial: simultánea, donde precisamente no hay un tiempo que transcurra: nos presenta el tiempo en el espacio, y lo hace creando un Jano trifronte, diríamos, es decir, quiere presentarnos tres edades de un ser en una sola, para lo que se ve obligado a presentar las cabezas de tres seres como si fueran las de uno solo, un Jano, diríamos, trifronte, que no solo mira al pasado y al futuro, como el dios romano que da nombre al mes que abre el año, sino también al presente. Y eso es imposible porque nunca veremos esas tres cabezas juntas, esas tres edades de un mismo ser, a la vez, sino sucesivamente como cuando contemplamos ya viejos un álbum de fotos del joven o el niño y el adulto que hemos sido, nuestros que son antepasados.
miércoles, 23 de agosto de 2023
De cómo nos manipulan (apuntes pseudo-chomskyanos)
martes, 22 de agosto de 2023
Cultura vs. natura
El nuevo trending topic o tema de conversación superficial de moda es “¿Qué serie estás viendo tú?” “Y tú ¿por qué temporada vas ya?” La epidemia televisiva del siglo XXI ya tiene nombre en la lengua del Imperio: binge watching o, con alusión clásica a la larga carrera de Filípides de Maratón a Atenas para gritar el νενικήκαμεν o “hemos ganado”, marathon watching: atracón o atiborramiento maratoniano de varios capítulos de la misma serie de televisión de forma continua en formato digital, particularmente grave, pero no sólo, entre los mileniales que consumen hasta cinco horas seguidas al día de su tiempo en estos bodrios culturales estupefacientes gracias al fenómeno del streaming o retransmisión de un flujo de corriente continua que fluye sin interrupción difundiendo contenidos audiovisuales para la diversión del aburrimiento.
*Al dios Mitra se le aplicó el epíteto de tauróctono -matador de toros-, a imagen y semejanza de sauróctono -matador de lagartos-, epíteto aplicado a Apolo. La tauroctonía sería el nombre de ese rito, que acabó confundiéndose con el taurobolio y denominándose así, aunque el taurobolio era propiamente la caza del toro para el sacrificio ritual.
¡Qué razón tenía aquel personaje nacionalsocialista que dijo: “Cuando oigo “cultura”… le quito el seguro a mi Browning”! Unos dicen que lo patentó Göring, otros que Goebbels. Es dudosa la atribución a ambos. Sin embargo, la ocurrencia aparece en el drama teatral nazi 'Schlageter' de Hanns Johst: 'Wenn ich Kultur höre... entsichere ich meinen Browning'. Parafraseándolo: Cada vez que oigo la palabra cultura a alguien, desenfundo el revólver, le quito el seguro, aprieto el gatillo y: ¡pum! Lo malo, como decía el llorado Umberto Eco, es que los que sacan la pistola ignoran habitualmente el origen docto de la cita, porque no suelen leer, porque ya no lee ni Dios.