domingo, 29 de mayo de 2022

Más mensajitos

 Hay una viruela del mono asintomática y potencialmente grave que no presenta erupciones cutáneas ni síntomas característicos, pero que es altamente contagiosa. 

 

 Los influyentes influencers captan como pescadores a sus followers en sus redes sociales diciéndoles como Jesús sígueme (follow me en la lengua del Imperio). 

Perpetuamos nuestra condición de espectador y opinador pasivo dentro de la caverna de Platón colaborando en la reproducción en sesión continua del espectáculo.  

Si hay algo en lo que tanto la izquierda como la derecha políticas se ponen de acuerdo es en que el trabajo es bueno, adictas como son a la maldición de Jehová. 

"No me importa que me controlen, no tengo nada que ocultar". El problema no somos los controlados, sino los controladores. ¿Quién controla a los controladores?

 La mayor parte del trabajo que hay o es totalmente inútil o es solo útil para absorber como esponja una proporción cada vez mayor de nuestro tiempo y energía. 

La única razón principal de la existencia de la mayoría de las industrias que hay es convencernos de que hay alguna razón principal que justifica su existencia. 

Lo importante es la plena ocupación, que no haya desempleo y todo el mundo tenga un trabajo a ser posible inútil como, por ejemplo, el caso de Ícaro y su roca. 

 

Tu televoto puede ser decisivo en el eurofestival a la hora de elegir la canción ganadora, que nunca será la mejor porque no hay ninguna buena en ese palmarés. 

El trabajo de cualquier profesor se complica con la exigencia administrativa burocrática cada vez mayor de papeleo de programaciones y redacción de memorandos. 

No son nuestros placeres los que están destruyendo el planeta, sino el sentimiento culpable de que tenemos que sufrir para merecer nuestros efímeros placeres. 

La obsolescencia programada es la razón principal de la superproducción industrial que hay, diseñado como está todo para no durar y dejar pronto de servirnos. 

Los fabricantes son perfectamente muy capaces de fabricar teléfonos, lavadoras, bombillas... que no se averíen; pero si lo hacen se acaban pronto sus negocios. 

El virus coronado pandémico que arruina la vida de la gente, esencial para el sostenimiento del sistema político y económico, es, adivina, adivínalo, el dinero. 

Siguen interesados en la gestión a largo plazo de la vacunación, dada la nula protección con el paso del tiempo y la persistencia de la enfermedad coronavírica 

El Gobierno de la U.E. prepara el lanzamiento de su campaña de la temporada otoño-invierno de (re)vacunación de Covid-19 y la extensión del Certificado Digital.

Era “segura y eficaz” según sus propias palabras, pero no para combatir la enfermedad, sino para progagarla, haciendo dependiente nuestro sistema inmunitario. 

El jefe del laboratorio farmacéutico se comprometió en el Foro de Davos a vender sus vacunas a precio de coste a los países pobres, un favor flaco que les hace. 

El dinero apareció cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso y condenados a reproducirse y ganarse con el sudor de su frente la vida, echándola a perder. 

Dinero es Dios padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, fundamento ontológico de todas las cosas, incluidas, claro está entre ellas, las personas. 

 

“Mienten siempre. Están mintiendo ahora mismo. Saben que están mintiendo. Saben que sabemos que están mintiendo. Pero siguen haciéndolo y no dejan de mentir”. 

 En lo que se vende como poesía (se vende poco y se lee menos, pero se vende) importa más la prosa que el verso, el fondo que la forma, la letra que la música.

sábado, 28 de mayo de 2022

Vidas ejemplares: Martín de Tours (I)

     Escribe Sulpicio Severo entre los siglos IV y V de la era cristiana una biografía de Martín de Tours,  o más propiamente hagiografía, es decir una crónica literaria de la vida... de un santo: una santificación de una vida, la de san Martín. 

     Martín era un soldado romano de caballería que sirvió bajo las órdenes del emperador Juliano, el que sería luego conocido como el Apóstata. Cuenta  Sulpicio Severo que el padre de Martín, que llegó a ser tribuno militar de una legión romana, dado su ardor guerrero y fervor marcial, deseó para su hijo una brillante carrera de armas. Así pues, cuando nació le puso el nombre al niño de Martín, derivado del nombre del dios de la guerra, Marte.

    Se cuenta que Martín, mozo ya, disponía de un caballo y de un esclavo, que lejos de hacerse servir por él, era él quien le servía cuando comían juntos, y hasta le limpiaba las sandalias, lo que no dejaba de alimentar las bromas de sus camaradas, pues Martín, en lugar de comportarse con su escudero como con un esclavo, se comportaba con él como si fuera un hermano. Por otra parte, no se le conocían amoríos mujeriles.
    En el capítulo tercero nos cuenta la anécdota que ha hecho universalmente famoso a este personaje: En mitad de un invierno (media hieme) más riguroso de lo habitual, se encontró Martín, a la sazón joven soldado romano, en las puertas de la ciudad de Amiens en el norte de Francia, a un mendigo desnudo (pauperem nudum). que tiritaba de frío y pedía limosna. Martín no tenía ropa que ofrecerle para cubrir sus vergüenzas así que decidió compartir la capa militar con la que estaba revestido con aquel indigente: no tenía ninguna otra propiedad encima (nihil praeter clamydem, qua indutus erat, habebat). Desenvainada la espada (arrepto ferro), partió el manto por la mitad (mediam dividit), y le dio una parte al pobre (partemque eius pauperi tribuit), quedándose él con la otra mitad, de forma que protegiera sus cueros del crudo invierno, lo que provocó las risas de no pocos al ver al militar romano  entrar con media capa de esa guisa después en la ciudad.   La mitad de la capa le pertenecía a él –y él pertenecía al Imperio Romano- pero la otra mitad se la cedía al joven mendigo. 
San Martín y el mendigo, El Greco (1597-1599) 
    El Greco ha inmortalizado la escena: Martín, vestido como un anacrónico caballero medieval, con una armadura damasquinada típicamente toledana, cabalgando sobre un elegante caballo blanco, comparte la mitad de su capa con el mendigo desnudo. Son dos hombres jóvenes, bellos: contrasta la desnudez del limosnero que está de pie, a la izquierda de la composición, con la uniformidad de Martín, figura armoniosa y proporcionada, que monta a caballo, y que ha partido su capa verde con su espada desenvainada. Al fondo aparece el inevitable paisaje toledano, un cielo envuelto en tormentosas nubes.
    Una curiosidad filológica: el lugar donde se conservaba en Tours la capa de san Martín se hizo tan popular –de hecho en la Edad Media, junto a Roma, Santiago o Jerusalén– era el cuarto lugar de peregrinación, que la capella o capilla, esto es, la pequeña capa, por alusión al pedazo de su manto que San Martín había dado al pordiosero y al oratorio donde se conservaba dicha reliquia, ha dado lugar al término capilla para designar un edificio pequeño destinado al culto. 
 
 
  San Martín y el mendigo, Gustave Moreau (1882)
 

     De cappella deriva además de capilla, capellán. Y de cappa nos vienen también: capear, capeo, caperuza, capirote, capote, y, por lo que parece, también el verbo escapar, que procede, según el maestro Corominas, del latín vulgar *excappare, con el significado de salirse de un estorbo, derivado de cappa "capa", porque la capa, además de protegernos del frío,  embaraza el movimiento. En vano tratará Martín de escapar, nunca mejor dicho, de los honores que le aguardaban.
    Cuenta el hagiógrafo, que habiendo muerto el obispo de Tours y habiéndose divulgado la hazaña de Martín, los habitantes de la ciudad francesa pensaron en él para nombrarlo obispo, pero él, que era un hombre humilde que rechazaba esos honores, decidió esconderse. Quería, de alguna forma, pasar desapercibido por sus conciudadanos. No se sentía llamado a la carrera de los honores eclesiásticos, ni en rigor tampoco a la de las armas, como luego se constatará. Por eso se escondió en la ciudad en un corral. Los habitantes de Tours lo buscaron en la noche con sus farolillos encendidos, pero no lo encontraban, hasta que el griterío indiscreto de los gansos lo delató: una vez descubierto por la delación de las ocas, fue nombrado obispo de Tours.

 "Por traidor va el ganso al asador"
    Existe la tradición, sobre todo en Alemania y en Austria, por lo que se nos alcanza, de sacrificar un ganso el día de San Martín, que es el 11 de noviembre según el santoral cristiano. También ese día los niños construyen farolillos y los encienden por la noche para buscar al santo… Son pervivencias populares de una leyenda que se hunde en la noche medieval de los tiempos: el pueblo reconoce la valía del hombre que se niega a los honores y al ejercicio del Poder, el pueblo valora su humildad, y, de alguna forma, castiga a los gansos por su delación sacrificándolos y comiéndolos ese día. En efecto, por su cacareo delator el santo fue descubierto y no pudo pasar desapercibido como quería
    Alrededor de diez millones de gansos acaban sus días en el asador el 11 de noviembre. Una leyenda en torno al obispo de Tours, el buen San Martín, lo explica: “Sie haben Sankt Martin verraten, drum musen sie jetzt braten” lo que significa que traicionaron a San Martín y por eso deben ser asados.  Por traidor va el ganso al asador.
    En España la fecha del 11 de noviembre coincide con la tradicional matanza del cerdo, por lo que se populariza el dicho de que “a cada cerdo le llega su San Martín”. 

San Martín, con aureola de santo y cruz, renuncia a las armas  
 
    Cuenta Sulpicio también, que cuando los bárbaros se disponían a invadir las Galias, el emperador Juliano solicitó los servicios de Martín, que le contestó: Christi ego miles sum: pugnare mihi non licet. Soy soldado de Cristo: no me está permitido luchar. El emperador, la víspera de la batalla, lo acusó de cobardía y de que rechazaba el ejército no por escrúpulos religiosos de objeción de conciencia, sino por miedo a la muerte y amilanamiento, reprochándole también el mal ejemplo que daba a la tropa. Martín entonces dijo que no era un pusilánime y como prueba de ello afirmó que acudiría al día siguiente a la primera línea de combate completamente desarmado, iría al encuentro del enemigo sin armas ofensivas pero defensivas tampoco. Al día siguiente los bárbaros enviaron emisarios a pedir la paz: se entregaban ellos mismos y todas sus posesiones al emperador romano porque no les cabía la menor duda de que la victoria sería para aquellos que se atrevían a luchar sin armas, así que se rendían.

viernes, 27 de mayo de 2022

Ergo bibamus

    Corvus corax (que es el nombre latino del cuervo común) es un grupo alemán de música neomedieval que ha puesto música  en su disco "Cantus Buranus" a las canciones de los clérigos, estudiantes y goliardos alemanes encontradas en el cancionero del monasterio de Beuern (como también hiciera Karl Orff en su cantata Carmina Burana), queriendo rescatar, para devolvérnosla, la música pagana de la Edad Media, con sus danzas de la muerte y sus cánticos tabernarios. Como muestra de su trabajo, un botón: el Ergo bibamus:  "Por lo tanto bebamos". Así dice la letra en latín: 

 


Ergo bibamus, / ne sitiamus, / vas repleamus! /
Quisque suorum / posteriorum / sive priorum /
sit sine cura! / Morte futura, / re peritura. /
Ergo bibamus!


Una traducción rítmica, conservando algunas rimas consonantes o totales,  y aproximada en todo caso, como son todas las traducciones, podría ser la siguiente:

¡Conque bebamos, / sed no tengamos, / y repitamos! /
¡Nadie cuidado / de su futuro / tenga ni apuro /
por su pasado! / ¡Muerte que llega, / todo lo anega! /
¡Conque bebamos!
 
oOOo
 Otra versión de la letra:

Ergo bibamus, ne sitiamus, vas repleamus,
vas vacuemus, dilapidemus, quidquid habemus.
Morte gravabimur,
expoliabimur.

Conque bebamos, sed no tengamos, y repitamos,
vaso vaciemos, dilapidemos lo que tenemos.
Muerte nos va a aplastar,
nos arrebatará.

jueves, 26 de mayo de 2022

Jean-Luc Godard, sin miedo

    Jean-Luc Godard ya no tiene miedo de nada. Dicen que es la ventaja de una edad avanzada, noventayún años,  en la que uno puede decir lo que piensa y decirlo bien alto sin arrepentirse de ello ni tener que rendirle cuentas a nadie. Por eso este director de cine, a diferencia de sus colegas, es uno de los pocos que se ha atrevido a alzar la voz en contra del discurso monolítico imperante, sobre la intervención vergonzosa del ubicuo Zelenski, el presidente de Ucrania, ese pésimo actor e histriónico hipócrita, en la ceremonia de apertura del festival cinematográfico de Cannes.
 
    Quizá Jean-Luc Godard tenga problemas por lo que ha dicho a la hora de financiar su próxima película, pero es libre y la libertad de expresión es mejor que la genuflexión ante la mano del que paga. 
 
Jean-Luc Godard
 
     El cineasta francés se ha pronunciado contra el veto a la cultura rusa en general y al cine de ese país en particular: Ser ucraniano no debería permitirle a nadie negar la cultura rusa. Nos ha sorprendido la intolerancia sectaria de los representantes del cine ucraniano que exigen la exclusión de todas las personalidades rusas del festival de Cannes y se oponen a la presencia del director ruso Kirill Serebrennikov en la competición.
 
    Y ha declarado más aún: La intervención de Zelensky en el festival de Cannes salta a la vista si se mira desde el ángulo de lo que se llama "puesta en escena": un actor malo, un comediante profesional, bajo la mirada de otros profesionales de su propia profesión. ...Así que ha hecho falta la escenificación de otra guerra mundial y la amenaza de otra catástrofe para que la gente sepa que Cannes es un instrumento de propaganda como otro cualquiera...  Darse cuenta no es gran cosa, pero es algo. La verdad de las imágenes avanza lentamente. Ahora imagine usted que la guerra misma es esta estética desplegada en un festival mundial, cuyos actores son Estados en conflicto, o más bien "en interés", emitiendo representaciones de las que todos somos espectadores... usted y yo. Oigo utilizar mucho el término "conflicto de intereses", que es una tautología. Sólo hay conflicto, pequeño o grande, si hay interés. Bruto, Nerón, Biden o Putin, Constantinopla, Irak o Ucrania, no ha cambiado mucho, salvo la masificación del asesinato.
 
 
    Jean-Luc Godard ha roto la uniformidad del discurso que reina actualmente en Europa, donde nadie cuestiona la responsabilidad de la OTAN/NATO en la invasión de Rusia a Ucrania, y donde todo el mundo, como hizo en su momento el parlamento español poniéndose en pie para ovacionarle, le rinde pleitesía.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Más mensajería breve

Tras la viruela del simio vendrán más pestes: paperas del erizo, sarampión del sapo, escarlatina del camello... Se frotan las manos Úrsula y los laboratorios.
 
Si la cárcel es el espacio dentro del que uno permanece recluido privado de libertad a lo largo tiempo, yo soy el presidiario y soy, a la vez, el carcelero.
 
 
 El culto a la personalidad es característico de nuestra sociedad capitalista e individualista, que diviniza a al hombre que se ha hecho a sí mismo y realizado. 
 
Lograr los laureles del éxito y la victoria no deja de ser un fracaso cuando debajo de la máscara personal late un corazón amordazado que aspira a la libertad.
 
 En los versos de Luzán “de la pálida muerte / el bárbaro cuchillo” se dejan intercambiar fácilmente los adjetivos: “de la bárbara muerte / el pálido cuchillo”. 
 
Luzán evoca, con guiño a Horacio, la pálida Muerte que llama de una patada con el mismo pie a las puertas de los palacios reales y a las chabolas de los pobres. 
 
Bárbaro el cuchillo porque sólo sabe clavarse en la carne y dar rienda suelta a la sangre con un farfullar de barbaridad y barbarie en su lenguaje sin palabras. 
 

 
La farmacopea capitalista nos convierte en drogadictos que precisan fármacos para todo: tranquilizantes, excitantes, antidepresivos, somníferos, afrodisíacos...
 
Igual que hay comida basura también hay poesía basura, fast poetry, poesía light, de compromiso, de usar y tirar, de quita y pon, “prêt à porter” y de ocasión. 
 
La anestesia del capitalismo narcótico sumerge a sus pacientes en un sueño inducido a fin de liberarlos de todo lo que les impide funcionar, o sea trabajar.
 
 Un chef rebautiza la ensaladilla, ya no es rusa sino ucraniana; al aceite de colza lo renombran ahora de nabina: idéntico perro con otro collar y denominación. 

En Alicia en el País de las Maravillas una benévola Morsa invita a unas ostras a un banquete del que serán comensales y pitanza: el plato principal del festín.

 
 
 
Ucraniofilia y rusofobia son dos caras complementarias de la misma moneda, un delirio de histeria colectiva aguda muy similar a la paranoia del virus coronado.
 
Una campaña del Ministerio de Interioridades nos espetaba antaño: “Identifícate”, tuteándonos, ya ni siquiera tratándonos de usted con el respeto que se debe. 
 
Nos marearon con la guerra al belcebú viral, y ahora nos sermonean con el espíritu sacrificial contra el lucifer ruso. Dos eventos diversos y una única visión. 
 
MVTAVR NE VARIEVR : Cambia para no variar. Se produce la mudanza para no cambiar, un cambio de gobierno para que siga habiendo dominio, gobernantes, gobernados. 
 
Según Ambrose Bierce, el conservador es el político enamorado de males existentes, diferente del político liberal, que desea reemplazarlos por males novedosos.
 

martes, 24 de mayo de 2022

Dos expropiaciones

    1.- La frase de Milton Friedman “La solución gubernamental a un problema suele ser tan mala como el problema y muy a menudo empeora el problema” puede entenderse, en un sentido más general, sin desmerecerse en absoluto sino todo lo contrario, pues lo que dice es verdad, prescindiendo del adjetivo “gubernamental” que Friedman le ha añadido al sustantivo 'solución': La solución a un problema suele ser tan mala como el problema y muy a menudo empeora el problema. En la mitología clásica tenemos el ejemplo de uno de los trabajos de Heraclés: la hidra de Lerna, el monstruo de múltiples cabezas al que se enfrentó el héroe para liberarnos de su amenaza. Cada vez que el hijo de Zeus le cortaba una, surgían dos del tajo que le había propiciado.

 
    2.- Recojo una cita de Noam Chomsky, de su libro de 1998, The Common Good (El Bien Común), donde describe estupendamente el importante papel que desempeñan los desacuerdos gestionados en la política moderna...  La forma inteligente de mantener a la gente pasiva y obediente es limitar estrictamente el espectro de opiniones aceptables, pero permitir un debate muy animado dentro de ese espectro, incluso alentar las opiniones más críticas y disidentes. Eso le da a la gente la sensación de que hay un pensamiento libre, a la vez que se refuerzan los presupuestos del sistema todo el tiempo por los límites impuestos al alcance del debate…” Lo que es cierto, pese al hecho cada vez más evidente de que el propio Noam Chomsky forma parte de esa función de disidencia controlada dentro del sistema que describe. 
 
    El ejemplo que me viene enseguida a la mente es la contraposición política de izquierdas y derechas, o en versión estadounidense, el sistema bipartidista etiquetado como democracia. Si lees los medios de comunicación de la oligarquía, todos son parte de los partidos democráticos o republicanos. Recordemos que la contraposición izquierdas/derechas tiene su origen en la revolución francesa: la izquierda fue el lado de la cámara que aquellos que se oponían al poder absoluto del Rey eligieron para sentarse o ponerse de pie. Esencialmente fue solo una protesta, un movimiento para detener la tiranía. El bipartidismo hoy en día, sin embargo, es el alimento del sistema de dominación democrática vigente. 
 
      Eugene V. Debs, desde su óptica marxista, dijo hace más de 100 años que en realidad los dos partidos son el mismo partido: las dos caras de la misma moneda. Él se presentaba en 1904 por un partido minoritario, el Socialist Party, a la presidencia de los Estados Unidos, y lo que no podía imaginar entonces era que los partidos socialistas y comunistas acabarían integrándose en el sistema y creando, en el mejor de los casos, un capitalismo de Estado. Repúblicanos y demócratas en los Estados Unidos, o en España lo que llamamos mezclando las siglas de los populares (PP) y los socialistas (PSOE) el PPSOE: lo mismo da es igual que da lo mismo. Según Debs ambos representan a la clase capitalista en la lucha de clases. Son las dos alas políticas del sistema capitalista o del águila calva imperial norteamericana, por seguir con la metáfora aviar, y las diferencias que hay entre ellos conciernen al botín más que a los principios. 
 
 
     Se presentan sólo dos puntos de vista: el de la narrativa oficial aprobada y su antítesis, excluyéndose los restantes puntos de vista. El hecho oculto a simple vista es que tanto el punto de vista oficial como el punto de vista contrario en realidad refuerzan la narrativa general que se vende y ambos conducen al mismo lugar, por lo que presentar una falsa dicotomía es una herramienta de gestión increíblemente eficaz, merced al que se puede manipular no sólo a los que están conformes y obedecen automáticamente a lo que está mandado, sino también a los que se consideran antisitemas, inconformistas o rebeldes. 

lunes, 23 de mayo de 2022

¡Ni caso!

    Durante mucho tiempo la información era un bien que escaseaba y era más difícil de conseguir que el oro, pero hoy día hay una apabullante inflación y superávit informativo: sobra por doquier. En la Red que se proyecta en las micro- y macropantallas de la caverna mediática es lo que más abunda, desde luego: información, de hecho es casi lo único que hay: noticias que son publicidad, propaganda para masas.
 
    La función de la prensa subvencionada por el Estado y por el Capital privado, tanto monta, consiste en suministrar cantidades ingentes de información para crear con ellas interpretaciones, o sea opiniones, favorables o desfavorables, utilizando estrategias de manipulación de la percepción, creando el fantasma de la Opinión Pública, que no es la opinión que tiene la gente, sino la que debería profesar.
 
La caverna de Platón
 
    Frente a las creencias que se nos imponen desde arriba, hay algo que surge de abajo, de lo más profundo de nuestros bajos fondos, que es la duda, lo único que nos permite salir de la opinión o de la creencia para tener acceso no al conocimiento de la verdad, que nunca poseeremos, sino al reconocimiento de la mentira.  Cualquier enfoque crítico pasa por la desmitificación y el desengaño de las creencias gracias a la duda.
 
    Como se ha podido ver a lo largo y ancho de la crisis de la pandemia del virus coronado, la mayoría de la gente ha preferido la opinión a la razón, la narrativa a la verdad. La doctrina de la pandemia podría resumirse del siguiente modo: Una epidemia de un terrible virus nuevo se cierne sobre toda la humanidad. No hay ningún tratamiento. Hay que confinar a la totalidad de la población, no sólo a los enfermos, sino también a los sanos. La superación de la pandemia provendrá únicamente de la vacuna. Estos cuatro puntos citados son, desde un punto de vista científico, bastante discutibles, y no solo eso: falsos. Y de hecho hay científicos que los han discutido, aunque han sido enseguida censurados, silenciados y tachados de negacionistas. El síntoma de esta pandemia fue la covidiarrea que hizo que se acabaran en un primer momento todas las existencias de papel higiénico en supermercados.
 
    Un problema que no data de ayer. Como decía Voltaire en su Diccionario filosófico bajo el epígrafe de Opinión: Se la considera la reina del mundo; lo es tanto que cuando la razón quiere combatirla, la razón es condenada a muerte. Es preciso que renazca veinte veces de sus cenizas para ahuyentar a la usurpadora. 
 
 

    Opinión es sinónimo de creencia que es una elección personal y subjetiva, como los gustos personales, opuesta al carácter universal de la razón. Y si la opinión es irracional, ¿qué diremos de la Opinión Pública, que dirige el mundo?
 
    Hay un término griego para la opinión que es doxa que aunque no está recogido todavía en el Diccionario de la docta Academia de la lengua española se usa mucho en ciencias sociales, y no nos resulta muy extraño, porque lo tenemos en adjetivos como ortodoxo y heterodoxo, y convertida la equis en jota en paradoja.
 
    Hay quien dice que la información, junto con el aire y con el agua, es lo que más abunda en el planeta: información, informaciones. El aire y el agua son necesarios para vivir. La información ¿para qué es necesaria? Algunos dirán que para saber lo que pasa. Pero es mentira. Las informaciones son necesarias para meternos el miedo en el cuerpo contándonos mentirijillas y para distraernos de lo que pasa de verdad. Lo mismo que el aire y que el agua, que están cada vez más contaminados en el planeta azul, la información también está polucionada, manipulada, sesgada; por lo que su abundancia se convierte en asfixiante: no es una riqueza de la que podamos enorgullecernos, sino un motivo de gran preocupación.
 
Caminante sobre mar de nubes, C. D. Friedrich (1818)
 
       La información es un tumor cancerígeno que pretende aniquilarnos, anestesiar nos  insensibilizándonos ante lo que pasa, porque la información logra que nos desentendamos precisamente de “lo que pasa” y nos preocupemos por cosas que no nos interesan, que ni nos van ni nos vienen, para que así seamos incapaces de ver lo que tenemos delante de nuestras propias narices -eso y no otra cosa es "lo que pasa"-, pues vemos, en su lugar, las pantallas que nos ponen a modo de aquellas orejeras que les plantaban a los asnos para que caminaran siempre adelante en la misma y prefijada dirección.
 
    ¿Es bueno, pues, estar informado? Para nada. No sólo no es bueno, es perjudicial para la salud física y mental. Nuestra tarea, por lo tanto, es librarnos de la información, desinformarnos, no hacer caso de lo mucho que nos cuentan.

domingo, 22 de mayo de 2022

Tantalizándonos

    El verbo 'tantalizar' es un calco del inglés tantalize (pronunciado tantaláis), atestiguado en la lengua de Chéspir desde 1597 como 'someter [a alguien] a un tormento consistente en ofrecer, a través de la vista o de promesas, algo deseado que no se puede conseguir''. En francés está registrado desde al menos 1755 tantaliser (pronunciado tantalisé) con el mismo significado. En castellano no está incluido todavía en el diccionario de la docta Academia, pero se usa con la acepción anglosajona y francesa como sinónimo de atormentar a alguien mostrándole placeres que no puede alcanzar.

    Un ejemplo de su uso en la prosa de Ernesto Sábato: Las palabras de la mesa, incluso las discusiones o los enojos, parecen ya reemplazadas por la visión hipnótica. La televisión nos tantaliza, quedamos como prendados de ella. Este efecto entre mágico y maléfico es obra, creo, del exceso de la luz que con su intensidad nos toma.

    ¿Cuál es el origen de este vocablo? Se basa en el nombre propio de Tántalo, uno de los míticos pobladores del Hades o infierno de los antiguos, castigado por los dioses a sufrir un hambre y sed eternas.

 

Tántalo con el agua al cuello intentando tomar las manzanas


    Tántalo es célebre en la mitología por el castigo que tuvo que sufrir en los Infiernos. Sin embargo no hay acuerdo entre los autores sobre cuál fue el motivo. De la descripción de su tormento hay también dos versiones: se hallaba en los Infiernos colocado debajo de una enorme roca que amenazaba siempre con caer, a modo de espada de Damoclés; pero que se mantenía en eterno equilibrio; o que, sumergido en agua hasta el cuello, no podía beber y calmar su sed porque el líquido elemento retrocedía cada vez que trataba de introducirlo en su boca (... a su barba llegábale el agua, / y, extenuado de sed, no podía llegar a catarla); y una rama cargada de manzanas pendía sobre su cabeza, pero si levantaba el brazo e intentaba tomar la fruta para saciar su hambre, la rama se levantaba bruscamente y quedaba fuera de su alcance. Es este último tormento el que más han reflejado las artes gráficas.
 
    La figura de Tántalo aparece quizá por primera vez en la historia de la literatura en la Odisea de Homero, concretamente en el descenso a los infiernos de Odiseo, o sea Ulises, donde nos lo presenta en estos hexámetros: Luego a Tántalo vi padeciendo penas amargas / puesto de pie en un lago que hasta el mentón le llegaba; / muerto de sed se veía, mas no conseguía saciarla; / pues cada vez que el viejo ganoso a beber se agachaba, / iba menguando el agua que huía, y entre sus patas / negra brotaba la tierra, que un genio divino secaba. / Y árboles de altas copas su fruto por cima le daban: / abarrotados perales, granados, pomar de manzanas, / dulces higueras de miel y olivos de olivas que cuajan. / Cuando el viejo quería alcanzar con su mano a tomarlas, / un vendaval las subía a las nubes encapotadas.
 

     Tántalo, Justin McElroy (diseñador gráfico)
 
     Lucrecio en su De rerum natura libro III, versos 980 y 981 se hace eco del castigo de la roca amenazante: "nec miser inpendens magnum timet aëre saxum / Tantalus, ut famast, cassa formidine torpens": ni Tántalo, el pobre, está -colgada en el aire- temiendo / la enorme roca que caiga, en vano helado de miedo. Reflexiona en ese texto Lucrecio sobre cómo los tormentos infernales, que de por sí son imaginaciones absurdas, trasladan las penas y miserias de esta vida al reino de los muertos. Por eso dice: "Y aquello, sin duda, todo que en los profundos infiernos / contado nos han que lo hay, todo en vida aquí lo tenemos".
 
    Viene a decirnos Lucrecio que el suplicio de Tántalo es nuestro propio suplicio. Sólo hay que cambiar el nombre de Tántalo por el nuestro propio, como nos advirtió Horacio en unos hexámetros de la primera de sus sátiras: Tantalus a labris sitiens fugientia captat / flumina – quid rides? mutato nomine de te / fabula narratur. El poeta lo dice bien claro: Tántalo quiere sediento beber de sus labios el agua / que huye. ¿Por qué sonríes? Cambiándole el nombre, de ti habla / esta historia.
 
 
 Tántalo, Giambattista Langetti (1625-1676)
 
    Eduardo Galeano escribió en "Lecciones de la sociedad de consumo" una reflexión penetrante sobre cómo la publicidad, o sea, la televisión, nos tantaliza: El suplicio de Tántalo atormenta a los pobres. Condenados a la sed y al hambre, están también condenados a contemplar los manjares que la publicidad ofrece. Cuando acercan la boca o estiran la mano, esas maravillas se alejan. Y si alguna atrapan, lanzándose al asalto, van a parar a la cárcel o al cementerio. Manjares de plástico, sueños de plástico. Es de plástico el paraíso que la televisión promete a todos y a pocos otorga. A su servicio estamos. En esta civilización, donde las cosas importan cada vez más y las personas cada vez menos, los fines han sido secuestrados por los medios: las cosas te compran, el automóvil te maneja, la computadora te programa, la TV te ve.
 
 
Tántalo y Sísifo en el Hades, August Theodor Kaselowky (c.1850)

sábado, 21 de mayo de 2022

Nuevas coplas goliárdicas y una advertencia.

 La viruela / de la abuela / erradicada que fue, / resucita... / ¡Quita, quita! / ¿No adivinas para qué? 


 Poco a poco, / vuelve el coco, / la pandemia, otra vez, / ya está lista / y a la vista / con total desfachatez. 
 
  ¿No te amuela / la viruela / de los monos y el mandril / que han soltado / y ordenado / que nos meta en el redil? 
 
 
El Mercado / y el Estado / rinden culto al dios Mammón, /  siendo el clero / el banquero / de esa nueva religión. 
 
Rima ciencia / con creencia, / obediencia y sumisión: / su argumento / es un cuento / zanjador de la cuestión. 
 
Poca gracia, / qué desgracia, / tiene el sello individual / que se esconde / en rincón de / estilista personal. 
 
¿Qué es España? / No me extraña / que no sepa un español / qué es ser eso, / molde en yeso / que se cuece y seca al sol. 
 
La cantante, / rutilante, / en el eurofestival. /¡Y a lo chulo, / que es mi culo / monumento nacional!
 
 
Pavorosos, / peligrosos, / como te lo diga yo: / Terroristas, / los turistas, / la madre que los parió. 
 
Ay, mi gozo, / en un pozo / yendo en pos del ideal. / Corro en cerco / como un puerco / en un hondo lodazal. 
 
Es la rima / que se arrima / alimento espiritual, / eco se hace / que deshace / el pecado original. 
 
Todo el mundo, / furibundo, / tiene, propia, su opinión / defensiva / y ofensiva / y la saca en procesión. 
 
Te aconsejo, / zagalejo, / no faltarle a la vejez, / que los años / desengaños / dan y verde madurez.
 
oOo
Advertencia

  El sentido común advierte que las autoridades sanitarias y la Organización Mundial de la Salud no son saludables y perjudican seriamente por lo tanto la salud.
 

viernes, 20 de mayo de 2022

Más ocurrencias ajenas expropiadas

Andrés Rábago, alias El Roto, publica en la prensa diaria una serie de viñetas titulada Los desastres de la guerra, que nos recuerdan por su temática los grabados homónimos de Goya. 

 Presenta en blanco y negro, como es habitual en él, con unas manchas de rojo de sangre en este caso en pecho y mano, un soldado muerto con casco y rifle: El texto dice: Murió por una causa que nunca entendió. Murió sin entender por qué razón moría, como nos pasa casi siempre a todos y cada uno de nosotros. 

 

Al mismo tiempo, los periódicos del régimen cuentan que la guerra de Ucrania de la que nos informan puntualmente todos los días, como la orgüeliana guerra de Eurasia de la novela 1984, que es el año de la era cristiana en el que vivimos ahora, pese a que el calendario diga que estamos en 2022, se cronifica, es decir se hace crónica, como si se tratara de una enfermedad recurrente, como una rutina, como la propia paz, que es el reverso amable y políticamente correcto de la misma moneda de la guerra. 

 Podríamos, imitando a Andrés Rábago, alias el Roto, hablar de los desastres de la paz, y colocar en la lápida de cualquier tumba, a modo de epitafio, ese mismo texto: "Murió por una causa que nunca entendió". 

La imagen del soldado muerto de El Roto, por otra parte, me trae a la memoria el soneto de Arthur Rimbaud El durmiente del valle, el verso "Cada cual con su muerto carga a cuestas" que se nos ocurrió a propósito de él, y el lienzo de Courbet en el que un hombre herido, parece que sueña y duerme plácidamente.

 

El hombre herido, Gustave Courbet (1840) 

He aquí la recreación musical y la paráfrasis que hace del poema en español el cantante Pedro Guerra: 

 

oOo 

Un fragmento de Guerra y paz de Tolstoi 

 

 El príncipe se siente a un tiempo alegre y afligido por la contradicción que experimentaba entre su anhelo de algo infinitamente grande e indeterminado y la sensación de que él era un ser limitado y corpóreo, como también Natasha, a la que oía cantar acompañándose con el clavicordio: la contradicción de algo grande e indeterminado y la sensación de ser un ser limitado.