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jueves, 26 de mayo de 2022

Jean-Luc Godard, sin miedo

    Jean-Luc Godard ya no tiene miedo de nada. Dicen que es la ventaja de una edad avanzada, noventayún años,  en la que uno puede decir lo que piensa y decirlo bien alto sin arrepentirse de ello ni tener que rendirle cuentas a nadie. Por eso este director de cine, a diferencia de sus colegas, es uno de los pocos que se ha atrevido a alzar la voz en contra del discurso monolítico imperante, sobre la intervención vergonzosa del ubicuo Zelenski, el presidente de Ucrania, ese pésimo actor e histriónico hipócrita, en la ceremonia de apertura del festival cinematográfico de Cannes.
 
    Quizá Jean-Luc Godard tenga problemas por lo que ha dicho a la hora de financiar su próxima película, pero es libre y la libertad de expresión es mejor que la genuflexión ante la mano del que paga. 
 
Jean-Luc Godard
 
     El cineasta francés se ha pronunciado contra el veto a la cultura rusa en general y al cine de ese país en particular: Ser ucraniano no debería permitirle a nadie negar la cultura rusa. Nos ha sorprendido la intolerancia sectaria de los representantes del cine ucraniano que exigen la exclusión de todas las personalidades rusas del festival de Cannes y se oponen a la presencia del director ruso Kirill Serebrennikov en la competición.
 
    Y ha declarado más aún: La intervención de Zelensky en el festival de Cannes salta a la vista si se mira desde el ángulo de lo que se llama "puesta en escena": un actor malo, un comediante profesional, bajo la mirada de otros profesionales de su propia profesión. ...Así que ha hecho falta la escenificación de otra guerra mundial y la amenaza de otra catástrofe para que la gente sepa que Cannes es un instrumento de propaganda como otro cualquiera...  Darse cuenta no es gran cosa, pero es algo. La verdad de las imágenes avanza lentamente. Ahora imagine usted que la guerra misma es esta estética desplegada en un festival mundial, cuyos actores son Estados en conflicto, o más bien "en interés", emitiendo representaciones de las que todos somos espectadores... usted y yo. Oigo utilizar mucho el término "conflicto de intereses", que es una tautología. Sólo hay conflicto, pequeño o grande, si hay interés. Bruto, Nerón, Biden o Putin, Constantinopla, Irak o Ucrania, no ha cambiado mucho, salvo la masificación del asesinato.
 
 
    Jean-Luc Godard ha roto la uniformidad del discurso que reina actualmente en Europa, donde nadie cuestiona la responsabilidad de la OTAN/NATO en la invasión de Rusia a Ucrania, y donde todo el mundo, como hizo en su momento el parlamento español poniéndose en pie para ovacionarle, le rinde pleitesía.

jueves, 19 de mayo de 2022

Zelenski hasta en la sopa

    El presidente ucraniano, marioneta de la sociedad del espectáculo  y el circo máximo mediático del pensamiento único, parece que está como Dios ubicuo en todas partes. El comediante convertido en héroe nacional e internacional de la resistencia al bárbaro invasor apareció el otro día como por arte de magia en la pantalla del Gran Teatro Lumière donde se celebraba la gala de la ceremonia de apertura de la 75ª edición del festival cinematográfico de Cannes. 

Zelenski en el Festival de Cannes 2022
 

    Después de todo es un actor, y su último papel protagonista es el de presidente en la película ucraniana de hazañas bélicas, la “guerra más terrible desde la Segunda Guerra Mundial”, que se presenta en todas las macro y micropantallas y que aspira, cómo no, a llevarse la palma de oro: una victoria más para la derrotada Ucrania.  

    En alusión al primer festival de Cannes, que se celebró en 1946, poco después de acabada la Segunda Guerra Mundial, declaró ante un auditorio repleto de estrellas del cine: “Podríamos haber pensado que no iba a haber más guerras, pero tanto entonces como ahora había un dictador, una guerra contra la libertad, y ahora y antes el cine no debe quedarse mudo”.

  En una alocución cargada de referencias cinematográficas, el presidente ucraniano ha mencionado a Charles Chaplin y su película genial "El gran dictador", una sátira contra el nazismo y Adolf Hitler, y contra todas las dictaduras venideras, estableciendo el paralelismo con la situación actual en Ucrania: "¿Permanecerá el cine callado o alzará la voz? ¿Puede el cine quedarse al margen de esto?", ha añadido. 

    "El odio acabará desapareciendo, los dictadores morirán", ha pronosticado con un mensaje simplista y optimista que olvida algo fundamental, que él está al servicio del Gran Dictador como tantos otros pequeños dictadorzuelos con su discurso beligerante de odio y de defensa de la guerra como única política. 

    El público como era de esperar se puso en pie y le dedicó una larguísima ovación. Ucrania cosecha así después del reciente triunfo en el eurofestival más éxitos internacionales. Gane o pierda la guerra en el campo de batalla, la guerra mediática, que es hoy por hoy el auténtico frente de combate, la tiene bien ganada y reganada.


     Sirva como contrapunto del discurso maniqueo y grandilocuente de Zelenski el testimonio honesto de este desertor ucraniano perteneciente a la Guadia Nacional de ese país: Ahora entiendo que mi patriotismo está basado en una mentira, pues todo lo que pensaba, todo lo que nos decían resultó ser falso. Aquí llegué a ver que todo es al revés, que los agresores somos nosotros. Ya no quiero combatir y nunca volveré a tomar las armas.