domingo, 20 de abril de 2025

Domingo de Resurrección

    Algunos cristianos y católicos, apostólicos y romanos, que saben de lo que hablan cuando hablan de la fe, porque la viven en sus ardientes y férvidas entrañas, que cantan en navidades aleluyas porque va a nacer el niñodiós, echan las campanas ahora al vuelo  porque aseguran que el niño hecho hombre y como tal ejecutado y muerto resucita este Domingo de Pascua como la primavera que ha venido todos los años por estas fechas y nadie sabe cómo ha sido.

     Celebran, en efecto, los creyentes su nacimiento en navidades, y en Semana Santa rememoran su pasión, muerte, descenso a los infiernos, y la resurrección que no se produce nunca en la realidad más que en sus corazones repletos de fantasías animadas de ayer y de hoy.

    No puede negarse la existencia de Cristo, pero Jesús está más muerto que vivo desde hace dos mil años en que partimos la historia en un antes y un después.  Puede incluso afirmarse que es un personaje histórico, como Alejandro Magno o Napoleón. Y como todo personaje histórico está más muerto que vivo, pero no por ello deja de existir, existe y mucho, porque se habla constantemente de él. Lo que no puede, desde luego, afirmarse cabalmente es que renazca después de muerto. 

    Los griegos ortodoxos se saludan el domingo de Pascua diciéndose “Cristo ha resucitado”, y contestándose “En verdad ha resucitado”. No dicen "Jesús ha resucitado" refiriéndose a Jesús de Nazaret, personaje histórico, sino "Cristo", que es un nombre que se le superpone y pertenece al ámbito de la mitología, porque hay que distinguir lo que habitualmente está confundido en el nombre propio de Jesucristo: el Jesús, por un lado, de la historia y el Cristo, por el otro, de la fe. 


    La frase inicial “Cristo ha resucitado” no es real: no expresa un hecho constatable y empírico, por lo que es mentira, pero se hace verdad a fuerza de repetirse hasta la saciedad. ¿En qué sentido es verdad? No por que sea un hecho objetivo, algo que ha sucedido, sino por que se repite una y otra vez su nombre propio, se habla de él, y por lo tanto se hace real. Ya lo dijo, creo, Göbbels, el jerarca nazi y máximo responsable de la propaganda, que de eso sabía mucho: "Una mentira repetida mil veces se hace verdad". 

     He ahí la trampa de los creyentes: dan por hecho algo que no ha sucedido repitiéndolo una y otra vez y celebrando su suceso, y no se desengañan ni dejan de ser tan tontos como las vírgenes necias esperando a su príncipe azul celestial que no viene nunca a redimirlas.

    Lo único, de hecho, que resurge, por no decir resucita este Domingo de Resurrección es la negación de la evidencia del fracaso y muerte en la cruz sin redención posible del Nazareno, por mucho que los fieles feligreses quieran enjugarse las lágrimas de sus mejillas con jirones de la sábana santa de su sudario o el paño sacrosanto en el que envolvieron el prepucio de su circuncisión. 

   


    La Cofradía del Cristo del Poco Poder y la Poca Monta reivindica la figura de un hombre como tantos otros que quiso cambiar el mundo, que fracasó estrepitosamente, y al que se le hizo la pascua, torturándolo y condenándolo a muerte, cuya agonía celebran las hermandades lentamente, en todos los pasos de su vía crucis, paso a paso, durante la Santa Semana, que es la santificación de la semana, y cuya muerte definitiva no quieren aceptar por lo que imaginan que el sagrado corazón de su espíritu resucita no sólo el Domingo de Resurrección entre nosotros, sino ahora mismo, cuando sea, y siempre que decimos que no a la realidad del mundo, incluida nuestra propia muerte, esa espada de Damoclés siempre futura.

sábado, 19 de abril de 2025

Sábado sabadete, sabático y santo

    Durante el Sábado Santo la Santa Madre Iglesia vela junto al santo sepulcro en silencio -nótese la sibilante aliteración inicial de las tres últimas palabras-, por lo que se conoce también como Sábado de Silencio a este luctuoso día, a la espera de la futura e improbable Resurrección del Domingo que cierre el Triduo Pascual. Los restos mortales de Jesús de Nazaret, bajado del madero, reposan en el sepulcro. 

    Jesús de Nazaret, ejecutado y muerto, resucitará como Cristo de la fe, cuyo recuerdo pervive entre nosotros. Él fue, no lo olvidemos una víctima de este mismo sistema que celebra su muerte al mismo tiempo que proclama a los cuatro vientos su resurrección de entre los muertos. Jesús no fue paseado por las calles de Jerusalén bajo un palio de oro y brocados, con flores y luces, en procesión de solemne desfile triunfal, al son de trompetas y bandas de música, sino como un miserable reo condenado a muerte, despreciado por los poderes terrenales de este mundo y dejado de la mano de Dios, nuestro Señor, que, como bien se sabe, no es otro en estos nuestros tiempos que el Becerro de Oro. 

Descendimiento de la Cruz, Rogier van der Weyden (c. 1435)

      La iglesia cristiana que se dice fundada por él, cuando el cristianismo -Jesús no era cristiano, sino judío- y la invención de Cristo es más bien obra de Pablo de Tarso después de su caída del caballo, quien universalizó su mensaje, ha metido a Jesús, convertido en Cristo, en el Templo, lo han santificado y han colocado su cruz en el sagrario del altar. Y así, la cruz, que era motivo de muerte y execración, se ha convertido en objeto de culto, de devoción y de piedad. Ante un crucifijo juran todavía su cargo hombres y mujeres asimiladas a los hombres y se revisten de oro y de púrpura, de mitras y bastones democráticos de mando, que con su poder político, militar o religioso causan enormes estragos a los demás.   

    Al igual que en julio y agosto todo el mundo está de vacaciones por estas fechas, hasta el punto de que el Señor podría llegar a preguntarse, como en la anónima pintada mural que apareció en Sevilla "¿Habré muerto para salvar el turismo?", no sé si inspirada en la viñeta de El Roto que publicó El Periódico Global(ista) con un vocativo inicial (¡Dios mío!), o viceversa.

    ¿Todo el mundo está de vacaciones? Sí, cada cual con su cruz a cuestas, como los nazarenos de la Cofradía del Cristo del Poco Poder, la Poca Monta y la Mucha Fe. El hecho de que la Semana Santa sea en las Españas de Dios una semana sabática, es decir de descanso vacacional, en la que se producen centenares de miles de desplazamientos de la ceca a la meca y viceversa con su correspondiente Operación Especial de salida y de retorno dirigidas por la Dirección General de Tráfico, no sirve para librarnos de la institución social hebdomadaria, sino para amarrarnos más a ella porque una vez concluida resucitan todas las demás fatídicas semanas del año. Es lo mismo que la institución del Fin de Semana o güiquén inglés, que nunca supone el fin de la semana de verdad, sino un volver a comenzar.

 

"Somos un país lleno de vida como para perderla en la carretera". 

     Se decía antaño a menudo que uno vivía, cuando pasaba hambre y penurias, como puta en cuaresma. El hambre no se debía tanto al ayuno intermitente que imponía la Santa Madre Iglesia y a la abstinencia de la carne, que se sustituía por el pescado, especialmente el bacalao durante estas fechas de vigilia, como por la abstinencia de las otras carnes, y ¡santas pascuas!, por lo que las putas se tiraban más de cuarenta días en el paro, recluidas en las Casas de la Mancebía al otro lado del Tormes en la capital salmantina, sin poder trabajar y por tanto sin cobrar, esperando que acabara la cuaresma para poder volver a la dorada Salamanca.


viernes, 18 de abril de 2025

¡Viernes Santo, Viernes Santo!

    Henos al fin llegados hoy al meollo mismo del Triduo Pascual, el Viernes Santo, quizá la mayor conmemoración y la más representativa y profunda del cristianismo, en la que se recuerda la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret en el monte Calvario o Gólgota, que constituyó un auténtico fracaso para todos sus seguidores que vieron en él la figura de un salvador, y que, con el paso del tiempo, se reinterpretó, sublimando la estrepitosa derrota, como un sacrificio voluntariamente aceptado para la redención de la humanidad, convirtiéndolo en un éxito y proclamando una resurrección o victoria sobre la muerte que no es, desde luego, un hecho histórico.  El Viernes Santo es la inmolación del Cordero de Dios "que quita los pecados del mundo" y que hace que la cruz, que era un suplicio atroz y un símbolo de muerte, se convierta paradójicamente en un símbolo de vida... eterna.
 
Fotomontaje de Gabriel Pérez-Juana sobre Cristo crucificado de Velázquez (2025)
 
    No hay razón para dudar de la ejecución del Nazareno, pero hay que tener en cuenta que no fue el único crucificado, sino que participó en una ejecución grupal mediante el suplicio en la cruz. Al menos dos ladrones, Dimas, el buen ladrón, y Gestas, el malo, según la tradición, acompañaban a Jesús. Los evangelios, aun proporcionando la noticia del carácter colectivo de la crucifixión, convierten a Jesús en el único foco de atención, minimizando lo relativo a los otros hombres y convirtiéndolos, por así decirlo, solo en actores de relleno o de reparto. 
 
    Esta singularización de Jesús, paso previo a su divinización, se prosigue hasta el día de hoy en la literatura hagiográfica al uso, como si los otros hombres carecieran de interés. El problema de estos dos bandidos que fueron crucificados junto a Jesús es que no hay constancia de que en la Judea sometida al Imperio romano se empleara la crucifixión con delincuentes comunes, dado que se aplicaba solo a los insurgentes, como se aplicó, por ejemplo, contra Espártaco y sus secuaces, crucificados a lo largo de la Vía Apia, entre los años 73 y 71 antes de Cristo por haber promovido la guerra servil o rebelión de los esclavos. 
Alexámeno adora a (su) dios. Grafito del Palatino escrito en griego.
 
    Como señala Fernando Bermejo en "La invención de Jesús de Nazaret" (pág. 153): "La crucifixión en el ámbito provincial del Imperio romano fue una pena reservada a delitos de sedición y 'laesa maiestas', y durante el periodo de control romano al menos hasta la Guerra Judía (66-74 e.c.), los testimonios disponibles indican que la crucifixión en Judea se aplicó a rebeldes políticos y sus secuaces".
 
    Resulta elocuente que incluso en fuentes que buscan desplazar la responsabilidad hacia las autoridades judías la decisión de la crucifixión se atribuya al prefecto romano, y que quienes ejecutan la sentencia sean soldados al servicio de Roma, no judíos. Pero se entiende bien que en el período en que las comunidades cristianas se extendían por todo el Imperio romano apareciese una tradición apócrifa que culpabilizara a los judíos, minimizando la responsabilidad de los romanos. 
 

La crucifixión, Lucas Cranack (1532)

    Concluye Bermejo: "Todos estos indicios convergentes permiten conjeturar la existencia de un relato original –oral o escrito– según el cual el curso de los acontecimientos fue sensiblemente diferente al dibujado en los evangelios canónicos. En esa historia, los romanos habrían desempeñado el papel único o principal en el arresto de Jesús. Puesto que es apenas creíble que una historia así hubiese sido inventada por los cristianos, su fiabilidad es extremadamente probable".  


    Recordamos, desde una óptica laica, el Romance del hijo muerto o Romance del Viernes Santo.

jueves, 17 de abril de 2025

Nada del otro jueves

    Reza el refrán popular cristiano en verso: Tres jueves hay en el año / que relumbran más que el Sol: / Jueves Santo, Corpus Christi / y el Día de la Ascensión. Hay obviamente muchos otros jueves el resto del año, pero no son tan significativos como este trío desde el punto de la doctrina de la fe cristiana.

    El Jueves Santo conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos, el lavatorio de los pies y la institución de la eucaristía, iniciándose con él el núcleo duro de la Santa Semana: el Triduo Pascual, los tres días más importantes de la Semana Santa: Jueves, Viernes y Sábado. 

 

 La Última Cena, Leonardo da Vinci (1495)

    La institución del sacramento de la Eucaristía o acción de gracias en la Última Cena parece una innovación paulina. Ya se ha dicho que Pablo de Tarso es probablemente el inventor del cristianismo y el primer cristiano, y el creador del catolicismo, en el sentido etimológico de la palabra: católico quiere decir universal. El toma una religión, el judaísmo, que era propia y específica del pueblo judío, y la universaliza, para lo que rompe con algunos preceptos judaicos como la circuncisión. Pablo de Tarso sustituye la circuncisión del prepucio por el bautismo. Gracias a él la religión cristiana abolió el mandato mosaico que era un obstáculo para la difusión del evangelio entre los gentiles que querían convertirse y rechazaban esa práctica dolorosa en un varón adulto. 

La circuncisión de Jesús, Parmigiano (c.1523) 

     Tal y como presentan Pablo y los evangelios la eucaristía no cuadra con el judaísmo que practicaba Jesús, una religión en la que no hay nada parecido a un sacramento. La eucaristía cristiana con la ingestión del pan y el vino como cuerpo y sangre de Cristo no cabe en el judaísmo, que no contemplaba ninguna teofagia o ingestión del dios. Al Jesús histórico no se le ocurrió fundar ninguna nueva religión distinta de la que él profesaba.

    Cedo la palabra a Antonio Piñero, que escribe: "¿Cómo se iba a presentar Jesús como prototipo de un mesías judío, un "domingo de ramos", para poco más tarde, al día siguiente, purificar el Templo, con lo que afirmaba su validez absoluta, y en la noche del jueves instituir un rito que rompía con todo el sistema expiatorio y sacrificial del judaísmo y que, por si esto fuera poco, estaba construido sobre y contra un tabú firme de los judíos, el tabú de no ingerir sangre?".  

  

miércoles, 16 de abril de 2025

Miércoles de la Traición

Hoy, Miércoles Santo, en medio de la Semana Santa de Dios, se celebra el Día de la Traición. En este día se recuerda la figura del traidor por excelencia, Judas de Simón Iscariote, nada menos que uno de los doce, que delató al Maestro en el Huerto de Gestsemaní, después de la Última Cena, a cambio de treinta monedas de plata, dándole un beso en la cara, lo que condujo directamente al arresto de Jesús según unos por los judíos y según el evangelio de Juan, por los romanos, que parece lo más verosímil. 
 
¿Cuál fue el motivo de la traición? No lo sabemos a ciencia cierta. Los evangelistas apuntan que la causa de la traición fue la codicia materialista, en realidad idealista, que es la codicia idealizada del dinero materializado en las treinta monedas de plata, pero hay quien ha supuesto que era porque deseaba, decepcionado con Jesús, una rebelión armada que trajera la liberación política y militar de Israel del imperialismo romano, y veía que Jesús no era el mesías que el pueblo esperaba, habida cuenta de su postura algo tibia, por lo que él, Judas Iscariote, habría querido ocupar su puesto. No está mal pensado, pero es improbable con los textos de los que disponemos.
 
Palm Sunday, Bob Moran (2025)
 
En el episodio de la Última Cena, los cuatro evangelistas indican al unísono que Jesús señaló públicamente a uno de los discípulos como traidor. Dos de ellos, Mateo y Juan, apuntan expresamente a Judas Iscariote, lo cual resulta inverosímil históricamente, dado que los demás no habrían hecho nada por impedirlo. Por otra parte, la profecía de su muerte no deja de ser un vaticinio atribuido a Jesús una vez sucedidos los hechos. Pudo haber barruntado su muerte, dado su enfrentamiento con las autoridades, conociendo como conocía, además, la muerte violenta de muchos otros profetas, como por ejemplo Juan el Bautista.
 
Jesús podía barruntar que alguno podía traicionarle, pero no saberlo a ciencia cierta. En el evangelio de Juan, además, se da a entender que el propio Jesús habría incitado al traidor a traicionarle: “Uno de sus discípulos... reclinándose entonces sobre el pecho de Jesús, le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Jesús contestó: “Es aquel para quien yo voy a mojar el trozo y a quien se lo voy a dar”. Mojando, pues, el trozo se lo dio a Judas de Simón Iscariote. Y en cuanto recibió el trozo, entró en él Satanás. Por eso le dijo Jesús: “Lo que vas a hacer, hazlo pronto”. (Juan 13, 24-17). 
 
 
 
Fernando Bermejo Rubio, en su libro La invención de Jesús de Nazaret” Madrid, Siglo XXI de España Editores (2018), señala que estos relatos de la predicción de la traición adolecen de una incongruencia interna: "Judas es identificado por Jesús ante el resto de los discípulos sin que estos hagan nada contra él, le dirijan el menor reproche o intenten detenerlo; la inconsecuencia se aprecia asimismo en que, tras ser desenmascarado, Judas participa en la cena con los demás. Solo el autor del Cuarto Evangelio hace a Judas abandonar la reunión".
 
Parece que no hay motivos para negar la existencia de Judas Iscariote ni su pertenencia al círculo de los doce apóstoles. Sin embargo, la dramatización que hacen los evangelios es de dudosa historicidad. El hecho de que fuera prendido por una cohorte romana (que estaba formada por tres manípulos, y cada manípulo por dos centurias de hombres) al mando de un tribuno, lo que suponía entre cuatrocientos y seiscientos hombres al menos, según el evangelio en este punto más fiable, que es el de Juan, implica que para los romanos Jesús y sus seguidores eran un problema que revela el carácter subversivo de su predicación y seguidores. 
 
¿Es congruente, se pregunta Gonzalo Puente Ojea, destacar tanta fuerza para detener a un hombre rodeado de una banda desarmada? Recordemos la violencia del episodio de la “purificación” del Templo, la incitación a la rebelión popular y la condena del pago del tributo, la instrucción que hace a cada discípulo de que “compre una espada” (Lucas 22.36) o la pregunta que le hacen los seguidores al Maestro sobre si debían usar ya las armas: “Señor, ¿herimos con la espada?”. Ante estos hechos se impone la impresión de que Jesús y los suyos iban armados para una contienda y no excluían la posibilidad de la violencia. Recordemos, además, una frase que tiene todos los visos de ser histórica y que contradice el irenismo atribuido a la figura de Jesús y a su predicación:  Μὴ νομίσητε ὅτι ἦλθον βαλεῖν εἰρήνην ἐπὶ τὴν γῆν· οὐκ ἦλθον βαλεῖν εἰρήνην ἀλλὰ μάχαιραν: No creáis que he venido a traer la paz a la tierra: no he venido a traer la paz sino la espada (Mateo X, 34); espada, que es obviamente, metáfora de la guerra.
 
 
El suicidio de Judas Iscariote, que habría vendido a Jesús por treinta monedas de plata, ahorcándose se incardina en una tradición, según observa Antonio Piñero, totalmente judía y no romana, porque entre los romanos el suicidio era una “muerte noble” que rehabilita de alguna manera al personaje moralmente por el mal que había infligido, mientras que en el mundo clásico el hecho de autoinfligirse la muerte rehabilita al personaje. No quita importancia al delito conocido, pero de alguna manera restaura al suicida, mientras que en la tradición judía y luego cristiana la muerte voluntaria añade culpa sobre culpa.  

martes, 15 de abril de 2025

Martes controvertido

El Martes Santo es el tercero de los días de la Semana Santa que nos aproxima al Triduo Pascual o núcleo propiamente dicho de la santificación de la semana (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo). Se conoce también como Martes de la Controversia por el suceso probablemente histórico del enfrentamiento de Jesús con los fariseos y herodianos que le plantean la peliaguda cuestión sobre si es lícito pagar el tributo a Roma. Conviene tener en cuenta que durante el siglo I Israel era una nación ocupada por los romanos y, como provincia, se gobernaba desde Roma, por lo que los judíos y demás habitantes tenían que pagar sus impuestos a Roma como buenos contribuyentes a la hacienda del Imperio. 
 
El caso del tributo al César está bien documentado en los evangelios. Los fariseos y los herodianos le tienden una trampa dialéctica al predicador que era Jesús. Le preguntan si es lícito pagar el tributo al César o no. ¿Lo pagamos o no lo pagamos? Jesús consciente de esa trampa les dice: ¿Por qué queréis tentarme? Traedme una moneda que yo la vea. Se la llevaron y el les preguntó: ¿De quién son esta efigie y esta leyenda? Le contestaron: Del César de Roma. Jesús les dijo lo que es del César dádselo al César y lo que es de Dios a Dios. Y quedaron maravillados por su astucia. 
 
El dinero del tributo, Jean Valentin de Boulogne (1591-1632)
 
La interpretación tradicional es que Jesús era partidario del pago del tributo, en la línea que estableció posteriormente el auténtico fundador del cristianismo, Pablo de Tarso, que escribió en su epístola a los romanos precisamente: “Es preciso someterse a las autoridades temporales no solo por temor al castigo, sino por conciencia. Por tanto, pagadles los tributos, pues son ministros de Dios ocupados en eso”
 
Pero la exégesis tradicional se contradice con lo que dice el evangelio de Lucas. Las autoridades judías le dicen a Pilatos al acusar a Jesús: “Hemos encontrado a este pervirtiendo a nuestro pueblo: prohíbe pagar el tributo al César y dice ser el mesías”. 
 
La controversia está servida. Será Gonzalo Puente Ojea, quien en El Evangelio de Marcos. Del Cristo de la fe al Jesús de la historia, Siglo Veintiuno, Madrid, 1992, mejor explique, a mi modo de ver, la sibilina respuesta de Jesús: Fariseos y herodianos no quieren informarse de algo que no sepan, porque saben de antemano que Jesús predica que no hay que pagar el tributo, pero quieren obtener de sus labios una declaración pública y solemne de su rechazo para poder acusarlo. 
 
La pregunta es, pues, una trampa: Si Jesús respondía que había que pagar, contradecía toda su predicación, pero si decía que no, se hacía reo de un delito de sedición contra el Imperio. Lo que le estaban preguntando es si era lícito religiosamente, porque políticamente ya sabían la respuesta: había que pagar so pena de cárcel o de  muerte.
 

 El dinero del tributo, Tiziano (1516)

Jesús, astuto como una serpiente, va a responder que “no” hay que pagar sin decirlo expresamente: los judíos no deben pagar porque Israel es solo propiedad de Dios, no de un emperador extranjero que, en el colmo de los colmos, se pretendía divino. Devolver al César lo que es del César significa: devolved al extranjero su moneda, lo que implica: no la aceptéis, e incluso no la uséis. Y devolved a Dios lo que es de Dios, el auténtico tributo que le debéis a vuestro señor: el pueblo y la tierra de Israel, así como los frutos de esa tierra. 
 
El tributo no es la moneda, que es un simple medio de pago, sino el esfuerzo, el trabajo, los frutos de la tierra de Israel. Había, de hecho, otras monedas, griegas o fenicias, que podían utilizarse como modo de pago frecuente de tributo al Templo. Jesús lo que vino a decir es que los denarios podían dárselos al César, pues eran suyos, pero el tributo propiamente dicho de Israel era solo de Dios, por lo que no debía, a buen entendedor..., pagársele al César el tributo. 
  
Una pintada anónima y popular ataca a la institución de la Semana Santa  
 

lunes, 14 de abril de 2025

Lunes Santo, santo lunes

Hoy Lunes Santo no es el primer día de la Semana Santa, sino el segundo, dado que esta comenzó ayer Domingo de Ramos, día en que se celebra la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, y concluirá el Domingo de Resurrección. Durante toda esta Semana Santa tienen lugar procesiones en numerosos pueblos y ciudades de la curtida piel de toro de las Españas que pretenden recordarnos el sufrimiento de Cristo hasta su muerte y presunta resurrección. 
 
 
Las cofradías sacan sus vírgenes dolorosas, cristos crucificados y santos a procesionar en un acto que tiene mucho de folclore barato, que olvida el trasfondo del asunto, que es que la pasión de Cristo es también la de todo cristo, con minúscula, es decir la de cualquiera de nosotros, cristos de poca monta y mucha fe, que padecemos secularmente esta condena de imposición de la institución de la semana, subordinados al calendario y al cómputo hebdomadario del tiempo como si fuera una división “natural” -que no lo es- como podrían ser los días o soles, los meses o lunas, las estaciones o los años.
 
Según la DGT durante la Operación Especial del año pasado por estas sacrosantas fechas se produjeron, huyendo trabajosa- y masivamente en pos del ocio vacacional,  quince millones y pico de desplazamientos de largo recorrido de la ceca a la meca por esas carreteras y autopistas o autovías de Dios en los que fallecieron 28 personas en 25 siniestros mortales de tráfico rodado.
 
 
Los evangelios relatan algunos hechos memorables que conviene recordar en la celebración de la Semana Santa como el episodio de la purificación del templo de Jerusalén consistente en la expulsión de los mercaderes a latigazo limpio. Leamos el evangelio de Marcos 11, 15-17: “Y llegan a Jerusalén. Y cuando entró en el Templo empezó a expulsar a los que vendían y a los que compraban en el Templo, y volcó las mesas de los cambistas y los taburetes de los que vendían las palomas; y no permitía que alguien trasladase cosas atravesando por el Templo; y enseñaba y les decía: “¿No está escrito: Mi casa se llamará casa de oración para todas las naciones? Pero vosotros la habéis hecho cueva de bandidos”. 
 
Lunes Santo, El Greco (1600)  

Hemos de imaginar, remontándonos veinte siglos atrás, que durante la pascua judía, una marea humana inundaba Jerusalén y alrededores. El templo era el objetivo de la peregrinación, ese templo sobre el que Jesús profetizó que no quedaría piedra sobre piedra que no fuera derribada. 

De las palabras que a Jesús le atribuye el evangelista se deduce que los avispados mercaderes aprovechaban la masiva afluencia de gentes para montar sus chiringuitos y tenderetes en los que se vendía y se compraba (palomas para sacrificios por ejemplo) y se cambiaba dinero, para poder sacar beneficio económico de la celebración de la pascua. 

Los cambistas de los que habla el texto desempeñaban una función esencial. Eran una herramienta financiera que funcionaba como oficina de cambio de divisas, pero también podía ser prestamista y depósito, es decir, un mal ¿necesario?, no vamos calificarlo de 'necesario' porque al hacerlo así estaríamos corroborando la necesidad del mal-, igual que los bancos actuales, por lo que Jesús los considera impuros. Para él, sin duda, el templo debe ser, ante todo, un lugar de oración, consagrado a Dios, Nuestro Señor, por lo que el comercio desvirtuaba su razón de ser.  
 
Expulsión de los mercaderes del templo, G. P. Panini (1724)
 
En conclusión, al “limpiar” el Templo, Jesús denunció el hecho de que el lugar más sagrado de la religión que practicaba, que era el judaísmo, pues él, huelga decirlo, no era cristiano sino judío, se utilizaba incorrectamente, lo que no significaba el rechazo del templo como tal, sino su consagración a Mammón, es decir, al Dinero. Recordemos que según él no se podía servir a la vez a dos amos. Hace veinte siglos todavía era posible quizá diferenciar a estos dos amos: a Dios, por un lado, y a Mammón por el otro, cosa que hoy día sería imposible porque se ha revelado que eran al fin y a la postre el mismo déspota y Señor. 

La "limpieza" del templo, convertido en una cueva de bandidos, cuya destrucción profetizó Jesús, como queda dicho, desató sin duda la ira de las autoridades judías y fue el detonante que condujo en último término a su tortura y ejecución, dado que había atacado, como revolucionario religioso, como escribe Antonio Piñero en La verdadera historia de la Pasión según la Investigación y el Estudio Histórico (EDAF 2008) "el centro más sólido del poder político y económico de la aristocracia sacerdotal judía".  

domingo, 13 de abril de 2025

Otra canción de Anacreonte

La poesía lírica, como indica su nombre, nació para ser cantada con el acompañamiento musical de la lira, cuyo descubrimiento según la leyenda le debemos a Hermes/Mercurio, quien con el caparazón de una tortuga y unas cuerdas fabricadas con los intestinos de unos bueyes que había sacrificado construyó la primera lira, un instrumento que a diferencia de los de viento le permite al músico cantar a la vez que interpreta la melodía.
 

El prototipo mitológico, sin embargo, del músico/poeta, aparte de Apolo, claro está, no será Hermes/Mercurio, sino Orfeo, que conseguirá con su música no sólo amansar a las fieras del bosque y hechizar a toda la naturaleza, incluso a los seres inertes, sino también hacer revivir a los muertos, pues con su melódica lira aplacará a Hades/Plutón en su descenso a los infiernos en pos de su amada Eurídice. Esta leyenda nos habla del inmenso poder de la música entendida como conjunción de voz que canta y melodía que acompaña a esa voz, capaz de resucitar a los muertos. 

Pero ¿qué es lo que cantan los poetas? Ya lo dijo Machado: "Y te enviaré mi canción: / Se canta lo que se pierde,  / con un papagayo verde / que la diga en tu balcón". El poeta canta siempre lo que ha perdido, es decir, el amor, la vida, el tiempo, todo aquello en suma que no volverá, y que, al cantarlo, de alguna manera recupera y nos lo regala.

La letra de la canción entra dentro de lo que se ha dado en llamar la musa pederástica, un tema frecuente en la lírica griega que hoy repugna a la moral y a la mentalidad modernas pero que en la antigüedad constituía un tópico literario: es un poema dedicado a un jovencito, un niño o efebo -que está en la hebe o flor de la edad, literalmente-, del que el poeta está enamorado, pero que no le corresponde porque ni siquiera es consciente del amor que despierta en un adulto de su mismo sexo.


Anacreonte nació en Teos y vivió en entre los siglos VI y V antes de Cristo. Polícrates, el tirano de Samos, lo llamó a su corte, y se convirtió allí en un poeta áulico que celebraba el vino, las heteras y los bellos muchachos, dando alegría a los banquetes con canciones un tanto frívolas de vino y amor.

 Anacreonte, Eugène Guillaume (1885), Museo de Orsay (París)

Séneca, el filósofo de origen cordobés, nos ha transmitido dos adjetivos referidos a Anacreonte, que han configurado su leyenda: libidinosus y ebriosus, es decir, amigo de los placeres de la carne y de la bebida. Cierto es que, a juzgar por los pocos versos que nos han quedado de él, Anacreonte celebra a Dioniso, el dios del vino, pero el suyo es un vino amable, rebajado con agua y bebido con compostura y moderación, no como los bárbaros que lo trasegaban sin mezcla y sin mesura. También es el poeta de Eros, es decir, del Amor, un amor no menos amable,  que unas veces se dirige a efebos generalmente afeminados o andróginos  y otras a mujeres, como el célebre poema dedicado a una muchacha tracia a la que denomina "potrilla" y a la que le dice, no sin cierta petulancia, como comenta el maestro Adrados, que "él, aunque viejo, sabrá domarla y cabalgarla, con alusión sexual bien clara".

Platón pone en boca de Sócrates en el Cármides: "Pues a mí más o menos los que están en la flor de la edad se me antojan hermosos todos". No sabemos en el caso de Sócrates si se refiere a una hermosura física o, no menos probable, a una belleza espiritual motivada porque al ser jóvenes todavía no han entrado por el aro de la sociedad adulta, o, lo más probable en su caso, a ambas cosas a la vez.

Este tema de la musa pederástica, frecuente en la lírica griega antigua, ha sido abordado rara pero alguna vez por la literatura posterior.  La atracción de tipo homosexual que siente un hombre maduro y entrado en años por un efebo, sobre todo cuando resulta un tanto ambiguo o hermafrodita, ha sido tratada -se me ocurre ahora a bote pronto- en la novela de Thomas Mann  Muerte en Venecia, que fue llevada a la gran pantalla magistralmente por el director de cine italiano Lucchino Visconti.

 Fotograma de la película Muerte en Venecia de Visconti

He aquí la canción de Anacreonte en versión original:
ὦ παῖ παρθένιον βλέπων, 
δίζημαί σε, σὺ δ᾿ οὐ κλύεις,  
οὐκ εἰδὼς ὅτι τῆς ἐμῆς  
ψυχῆς ἡνιοχεύεις.
 
La traducción en prosa de Rodríguez Adrados del original griego de  dice lo siguiente: Oh muchacho que miras igual que una doncella, te estoy buscando y tú no me haces caso porque no sabes que eres el auriga de mi alma. 

El poema comienza con una apelación "o pai"; "pai" es, en efecto, el vocativo de la raíz "paid", que ha perdido la consonante dental en posición final de palabra y que significa "niño", y que hemos heredado en castellano vía latín "paed" -el diptongo griego "ai" evoluciona a "ae" cuando pasa al latín, y del latín al castellano a "e"- en la forma ped- que encontramos en el nombre del médico de los niños (ped-iatra),  en el nombre del que siente atracción sexual por los niños (ped-erasta, ped-ó-filo), en el nombre de la propia educación, que los griegos denominaban "paideia", y que nosotros conservamos en la palabra que significa educación en círculo o global (en-ciclo-pedia), y en la corrección de las malformaciones del cuerpo humano (orto-pedia),  en  la enseñanza que nos prepara para una disciplina (pro-pedéutica), en el nombre del guía o conductor de los niños, que en su origen era un esclavo encargado de llevarlos literalmente al colegio (ped-agogo), de donde ha salido también el préstamo italiano "pedante", nombre en principio del soldado de a pie, y después del acompañante del niño al colegio. Resulta curioso, a propósito de esta última palabra pedagogo, si la comparamos con demagogo, cómo el nombre del guía o conductor del pueblo, "demo" en griego, que es dem-agogo se ha cargado de connotación negativa, frente a la carga positiva que tiene entre nosotros el pedagogo (a pesar del dicho de Mairena de que sólo hubo un pedagogo en el mundo y se llamaba Herodes).

El adjetivo "parthenion", que significa "virginal, relativo a una virgen", nos lleva enseguida al nombre del templo de la Virgen Atenea en la acrópolis de Atenas, el Partenón, y a la partenogénesis (modo de reproducción de algunos animales y plantas, que consiste en la formación de un nuevo ser por división reiterada de células sexuales femeninas que no se han unido previamente con gametos masculinos, según el libro gordo de la Real Academia Española de la Lengua).
 
 
En el verso segundo tenemos la aparición del pronombre de segunda persona (se, en acusativo y sy, en nominativo, que corresponden a nuestro resto de declinación latina te/tú) y la negación griega "ou", que se pronuncia "u", y que la tenemos en la palabra u-topía, que es el nombre de lo que no tiene lugar, pero que no por ello es imposible, como creen algunos, sino precisamente por eso mismo muy posible.

En el verso tercero aparece el participio "eidós", que significa "sabiendo" y que nos lleva a una raíz muy fructífera en castellano y demás lenguas modernas "idea", que es el aspecto o apariencia, la visión y de ahí el conocimiento que tenemos  de las cosas.

Finalmente en el último verso tenemos la palabra "psyché", que conservamos en castellano bajo la forma "psico-" y "psíquico": de ahí los psicólogos, o expertos en la mente y alma humanos, y los psiquiatras, que son los médicos, y todos los derivados, tales como: psicotecnia, psicopatía, psicología, psicoanálisis, psicosomático, neuropsiquiatría, y psicopedagogía, por ejemplo.   

Doy aquí, además,  varias versiones rítmicas diferentes del mismo poema que tratan de reproducir en castellano, no sé si con buena o mala fortuna, la gracia de la música del original griego, como si se tratara de ocho variaciones sobre un mismo tema musical.

Niño de angelical visión, / te persigo y ni cuenta das, / sin ver tú de mi corazón /que manejas las riendas.

Doncel de ojos de virgen, voy / tras ti y no haces ni caso tú, /que no ves que de mi alma vas /gobernando las bridas.

Oh muchacho de ambigua faz, / te amo y sordo a mis ruegos vas /sin pensar que de mi pasión /tú conduces el carro.

Mozo tú de adamado ver, / te amo pero insensible tú /no comprendes que el rumbo vas /de mis pasos marcando.

Chico de virginal mirar, / yo te busco mas no lo ves, / porque ignoras que el timonel / eres tú de mi vida.

Niño dulce que miras, ay, / yo te sigo y me ignoras tú, / no sabiendo que de mi ser / llevas el gobernalle.

Zagal de ojos de niña, estoy / yo por ti, y ni te enteras tú, / que no sabes que de mi amor / eres único auriga.

Chaval de remirar gentil, / te amo y no me respondes tú / ignorando que sobre mí / eres tú el que cabalga.

Y esta es la versión en hendecasílabos blancos o sin rima que hace el poeta Víctor Botas en su poemario "Segunda mano" (1982), donde omite el vocativo "niño" o "muchacho" y, consiguientemente, la alusión homosexual explícita en Anacreonte:
 
Tú no sabes que llevas en las manos / las riendas de mi alma. De otro modo / nunca más volverías a mirarme / con esos ojos llenos de inocencia.

sábado, 12 de abril de 2025

'La espada se anuncia con vivo reflejo' (Rubén Darío)

Corría el año del Señor de 2010, y en el parlamento español el presidente del Partido ¿Popular? le había exigido al Presidente del Ejecutivo y del Partido ¿Socialista? ¿Obrero? Español que no se anduviera con medias tintas y que reconociera abiertamente y sin tapujos el carácter bélico de la misión de Afganistán a donde se habían enviado tropas españolas después de haberlas retirado pacíficamente de Iraq.
 
Un diputado que se sentaba en el banco azul de las cortes españolas, o sea, en el del gobierno, y que era además el portavoz parlamentario del ejecutivo pontificó que la palabra inglesa “war” no significaba “guerra”. Supongo que constará así en el libro de actas de las cortes españolas: «en la lógica del uso de la lengua inglesa la palabra guerra, 'war', se utiliza de manera polisémica», de lo que escribimos en su día en Llaman paz a la guerra.
 
 
Era su manera no poco hipócrita de explicar lo que sucedía entonces en Afganistán, que no era una guerra ni un conflicto bélico, ni siquiera un campo de batalla, sino algo distinto y relacionado con la política supuestamente pacifista de su jefe de Gobierno, que había sacado las tropas españolas de Iraq y las había llevado a Afganistán, como nos recuerdan aquellos versos que compusimos: El Ministro de Defensa /  o, en honor de la verdad, / propiamente, de la Guerra, / que es la realidad, / del reyno de las Españas, / retira tropas de Iraq / que, acto seguido, destina / al frente de Afganistán. 
 
La rebuscada explicación que daba aquel mastuerzo era que la palabra anglosajona «war» era polisémica Argumentaba que un inglés podía decir tranquilamente guerra contra el crimen o guerra contra el cáncer o contra el terrorismo o contra el narcotráfico o contra el cambio climático, por ponernos a la última, porque ellos tenían la suerte de tener una palabra polisémica, como si nuestra «guerra» no lo fuera en los mismos casos. 
 
El entonces presidente de los Estados Unidos de América hablaba abiertamente de "war in Afganistan", pero eso no tenía la mínima importancia porque esa palabra, en boca de cualquier hablante anglosajón, no significaba lo mismo que nuestra "guerra". Muchos diputados y diputadas ponían cara de no dar crédito a lo que oían, pero guardaban silencio. El portavoz del gobierno español insistía en que aquello era "una misión de paz de la ONU", que podía tener muchísimos riesgos, a veces muchísimos más que una mera guerra de ocupación.  
 
 
En esto de las guerras hay siempre camuflaje (de guerra), por eso en Vietnam nunca hubo una guerra propiamente dicha, sino una intervención. ¿Cuántos eufemismos no habrá para enmascarar la palabra guerra? En la lengua del Imperio se han utilizado también “police action” y “conflict”, intencionadamente, con la finalidad de evitar el uso de “war” por razón de que es el Congreso el único órgano capaz de declarar estado de guerra bajo la Constitución estadounidense, y proclamando que es un conflicto evitamos la declaración de guerra parlamentaria.  
 
El a la sazón presidente estadounidense tenía que cumplir sus promesas electorales de terminar de "democratizar" –miedo daba esa palabra en sus labios- Afganistán, y continuar con el plan estratégico de dominación de anteriores administraciones yanquis, ya que él, que no deja de ser un mandado como cualquiera de nosotros, no puede hacer otra cosa que no sea lo que ya está hecho.  
 
Cuando se le anunció la concesión del Premio Nobel de la Paz, declaró que entendía la concesión de dicho galardón "como una llamada a la acción". Ya está claro a qué se refería con lo de la “acción”, a lo mismo que cuando se dice de una película que tiene "acción". He aquí pues la acción prometida: el envío de treinta mil soldados más -a morir y/o a matar- al frente de Afganistán.    
 
 
En su discurso con motivo de la aceptación del galardón, desenterró el fetiche dialéctico de la guerra "justa", que es el mismo que utilizan los terroristas enemigos del sistema y que denominan "guerra santa" porque la justificación de su guerra es religiosa, mientras que la del emperador democráticamente electo es una cruzada laica, y postmoderna, en nombre de la democracia, la libertad (de mercado), los valores occidentales y blablablá.   
 
Por lo menos, una cosa había que agradecerle al Premio Nobel de la Paz del año del Señor de 2009: que hubiera llamado a las cosas por su nombre y reconocido que su país estaba embarcado en dos guerras ("wars", en el idioma del Imperio), y no hubiera utilizado los eufemismos con los que nos maquillan la realidad aquí los políticos del Ruedo Ibérico, para que no nos enteremos de qué va la cosa, de "misiones humanitarias de paz" , "conflictos bélicos" y demás zarandajas y engañabobos.   
 
Digámoslo de una vez por todas: la yihad de los unos y la guerra "justa" de los otros es la misma cosa.

viernes, 11 de abril de 2025

Parada de postas

¡Piense en su futuro, la muerte, y hágase un buen seguro de decesos que alivie a sus deudos del estrés financiero y emocional que supone un servicio funerario!
 
 ¿Cómo puede ser que haya alguien o algo que sea siempre lo que es y que tenga una identidad definida e idéntica, si todo cambia en este mundo y nada permanece? 
 
 Una conocida marca de automóviles reconoce que el futuro no es el coche eléctrico, que deja de fabricar, sino el tanque, y se pone a producir carros de combate.
 
¡Trabajadores del mundo, no trabajéis más, dejad vuestros puestos de trabajo y de darle cuerda al reloj del orden establecido, y olvidad de paso el calendario! 
 
 ¡Viaje a Tecoluca (El Salvador) y visite su nueva atracción turística: el centro penitenciario de máxima seguridad, donde los presos no salen nunca al exterior!
 
 
 La Junta de Andalucía promueve que se arranquen olivares en Jaén para instalar en su lugar paneles solares, que se consideran más ecológicos que los olivos. 
 
 No le deseo a nadie nada malo, líbreme Dios, por lo que -gloso mi deseo- no le deseo a nadie una identidad personal real ni digital, ni desde luego nacional. 
 
No buscamos en los medios de comunicación que informen de lo que nos pasa, sino que confirmen lo que nosotros creemos que pasa. ¿Información? No: confirmación.
 
 Cuando yo era niño se decía que, si llegaban a gobernar las mujeres algún día, otro gallo cantaría bajo su matriarcado; llegado el día, se reveló como falso.

  El negocio de la vivienda asegura la vivienda del negocio: la bajada de alquileres no es el fin del alquiler ni de la propiedad y la especulación inmobiliaria.

  Cierto que el dinero metálico, físico o efectivo tiene un uso más libre que el digital, pero la libertad del uso del dinero no nos hace más libres a nosotros. 
 
 Adapto el verso “Pues libre no hay ninguno salvo el propio Zeus” del Prometeo Encadenado de Ésquilo así: “Pues libre no hay ni Dios”, en mi libérrima versión.
   
  La enseñanza pública, convertida en educación de buenos modales y adoctrinamiento en valores políticos, se ve por ese mismo procedimiento privada de calidad
 
Nefelíbatas o practicantes de acrobáticas nefelibacias somos todos en la realidad virtual, ajenos a la tierra, caminando por la nube en el reyno de los cielos. 
 
Nos hipnotizan, mesmerizados ante las pantallas, viendo vídeo tras vídeo, serie tras serie, a fin de entretenernos, de distraernos y, sobre todo, de abducirnos.