sábado, 19 de abril de 2025

Sábado sabadete, sabático y santo

    Durante el Sábado Santo la Santa Madre Iglesia vela junto al santo sepulcro en silencio -nótese la sibilante aliteración inicial de las tres últimas palabras-, por lo que se conoce también como Sábado de Silencio a este luctuoso día, a la espera de la futura e improbable Resurrección del Domingo que cierre el Triduo Pascual. Los restos mortales de Jesús de Nazaret, bajado del madero, reposan en el sepulcro. 

    Jesús de Nazaret, ejecutado y muerto, resucitará como Cristo de la fe, cuyo recuerdo pervive entre nosotros. Él fue, no lo olvidemos una víctima de este mismo sistema que celebra su muerte al mismo tiempo que proclama a los cuatro vientos su resurrección de entre los muertos. Jesús no fue paseado por las calles de Jerusalén bajo un palio de oro y brocados, con flores y luces, en procesión de solemne desfile triunfal, al son de trompetas y bandas de música, sino como un miserable reo condenado a muerte, despreciado por los poderes terrenales de este mundo y dejado de la mano de Dios, nuestro Señor, que, como bien se sabe, no es otro en estos nuestros tiempos que el Becerro de Oro. 

Descendimiento de la Cruz, Rogier van der Weyden (c. 1435)

      La iglesia cristiana que se dice fundada por él, cuando el cristianismo -Jesús no era cristiano, sino judío- y la invención de Cristo es más bien obra de Pablo de Tarso después de su caída del caballo, quien universalizó su mensaje, ha metido a Jesús, convertido en Cristo, en el Templo, lo han santificado y han colocado su cruz en el sagrario del altar. Y así, la cruz, que era motivo de muerte y execración, se ha convertido en objeto de culto, de devoción y de piedad. Ante un crucifijo juran todavía su cargo hombres y mujeres asimiladas a los hombres y se revisten de oro y de púrpura, de mitras y bastones democráticos de mando, que con su poder político, militar o religioso causan enormes estragos a los demás.   

    Al igual que en julio y agosto todo el mundo está de vacaciones por estas fechas, hasta el punto de que el Señor podría llegar a preguntarse, como en la anónima pintada mural que apareció en Sevilla "¿Habré muerto para salvar el turismo?", no sé si inspirada en la viñeta de El Roto que publicó El Periódico Global(ista) con un vocativo inicial (¡Dios mío!), o viceversa.

    ¿Todo el mundo está de vacaciones? Sí, cada cual con su cruz a cuestas, como los nazarenos de la Cofradía del Cristo del Poco Poder, la Poca Monta y la Mucha Fe. El hecho de que la Semana Santa sea en las Españas de Dios una semana sabática, es decir de descanso vacacional, en la que se producen centenares de miles de desplazamientos de la ceca a la meca y viceversa con su correspondiente Operación Especial de salida y de retorno dirigidas por la Dirección General de Tráfico, no sirve para librarnos de la institución social hebdomadaria, sino para amarrarnos más a ella porque una vez concluida resucitan todas las demás fatídicas semanas del año. Es lo mismo que la institución del Fin de Semana o güiquén inglés, que nunca supone el fin de la semana de verdad, sino un volver a comenzar.

 

"Somos un país lleno de vida como para perderla en la carretera". 

     Se decía antaño a menudo que uno vivía, cuando pasaba hambre y penurias, como puta en cuaresma. El hambre no se debía tanto al ayuno intermitente que imponía la Santa Madre Iglesia y a la abstinencia de la carne, que se sustituía por el pescado, especialmente el bacalao durante estas fechas de vigilia, como por la abstinencia de las otras carnes, y ¡santas pascuas!, por lo que las putas se tiraban más de cuarenta días en el paro, recluidas en las Casas de la Mancebía al otro lado del Tormes en la capital salmantina, sin poder trabajar y por tanto sin cobrar, esperando que acabara la cuaresma para poder volver a la dorada Salamanca.


3 comentarios:

  1. La finalidad de la Semana Santa y su folclore de cofradías, pasos, tamborradas, tronos, nazarenos, costaleros, palios, música sacra y militar al paso de la Legión y demás patrimonio inmaterial de la Humanidad (perdón por la mayúscula) es aumentar los ingresos del turismo, su gran pilar: crece el número de desplazamientos, que no de viajeros, y el desembolso, que es la tabla de salvación de la maltrecha economía nacional. (Raúl Ventoso)

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    1. 《En mi juventud bachillera no hubo nunca procesiones, ni cornetazos, ni mamporros al parche, ni floripondios desmedidos llevando la contraria a la muerte que se exalta, ni teatrillo doctrinero, ni santos de palo en bamboleo, ni lágrimas de esmeralda en rostros bruñidos de juveniles vírgenes doloridas, ni borrachera de platerías y coronas de oro y brocados y riquezas maldiciendo al Evangelio de los Pobres, ni disfraces penitentes, ni ostentosa fe carbonera echada a la calle del jolgorio, ni autoridades fariseas desfilando bajo la galería del voto, ni manolas curveando su delirio vanidoso, ni izquierdistas de la laicidad jajá con túnicas pujando para otros, ni derechones de tripa y cazo venidos del puterío magdaleno al que después volvían, ni armados militronchis de gala escoltando cada misterio y olvidando que quien a hierro mata a hierro morirá, ni sermones tridentinos de hueca retórica barroca y gagá, ni marchas de funerala guerrera para desfilar con marcialidad de cuartel y no de templo, ni saetas importadas que impostadas aquí salen, ni terciopelos y rasos de colorines en una pasión arcoiris de aceras diferenciadas, ni limonadas matanetanyahus, ni pecaos de olor bacalao, ni chapas al cielo del dios de la maldita suerte, ni despepitado gasto para el fasto desmedido... no.》
      https://www.diariodeleon.es/opinion/250413/1985587/nada-de-eso.html

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    2. Genial el texto de Trapiello.

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