viernes, 17 de enero de 2025

Brevedades

Adiós, se cumple mi destino: ningún deleite juvenil me acompaña en la edad senil sino el fuego, el lecho y el vino, escribe Ronsard cuando siente que envejece.
 
Los medios informativos no informan de lo que sucede. Su objetivo es otro: la puesta en forma y horma de una opinión pública conforme con el poder establecido.
 
Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor, verdadera, según Manuel Machado, poesía popular.
 
Para que vivas con la tranquilidad de tenerlo todo previsto. Lema de un seguro de vida, en realidad de muerte, camuflada como deceso, 'partida' originariamente.
Los defensores del Estado de derecho creen ingenuamente que sirve, como si fuera un Dios bondadoso, de dique de contención contra el ánimo de lucro del mercado.
 
La política que hacen los políticos profesionales en el gobierno consiste en convencer al electorado de que no hay más ni mejor alternativa que lo que hay.
 
El Ingreso Mínimo Vital mantiene una bolsa suficientemente amplia de consumidores básicos para que puedan pagar sus facturas, conteniendo así su descontento.
 
 Más control que nunca, gracias a la tecnología, con resultados inmejorables desde que llevamos el chip del móvil encima como apéndice o prótesis incorporada.
 
Hay un turismo necrófilo que visita Auschwitz, la Zona Cero, Chernóbil, Fukushima... y frecuenta cementerios; sus clientes pueden sentirse vivos entre muertos.
 
La Nochebuena se vino, la Nochebuena se fue, y nosotros nos iremos un día y no volveremos más, pero seguirán yendo y viniendo, año tras año, las Nochebuenas.
 
Cuando alguien cuestiona la fe de alguien, sea religiosa o sea científica, que es su moderna epifanía, este último se siente atacado en lo más hondo de su ser.
 
La culpabilización del varón, feminicida en potencia, enfrenta a ambos sexos, cuando el conflicto surge entre explotadores y explotados, sean hombres o mujeres.
 
La mitad del tráfico que fluye por la Red Informática Universal no es de personas sino de robots, y la otra mitad son personas, usuarios, que obran cual robots.

jueves, 16 de enero de 2025

Del ejército en general y del romano en particular

Un libro de texto de Latín decía hace unos años a propósito del ejército romano algo que se revela enseguida como mentira a poco que se analice: El ejército romano nació como una milicia campesina necesaria para hacer frente a los ataques de los pueblos limítrofes.

 Columna de Trajano, Roma

Según eso, la creación del ejército romano fue un hecho meramente defensivo. Se da a entender con ello que los campesinos romanos se unieron y ejercitaron por motivos exclusivos de defensa, argumento que recuerda a la pretensión moderna de los Estados del carácter defensivo y aun pacificador de sus ejércitos mercenarios y profesionales. De hecho los antiguos Ministerios de la Guerra, que así se llamaban cuando a las cosas se las denominaba por su nombre, y al pan se le decía pan y al vino vino,  se rebautizaron enseguida en la neolengua orgüeliana como Ministerios de Defensa, que es como se les dice todavía. 

Tan engañosa como la pretensión pacifista de los ejércitos, y del propio dios Marte pacificador y la llamada "pax Romana", hoy actualizada como "pax Americana", es la contraposición de armas "defensivas" y "ofensivas", dado que las armas son esencialmente ofensivas siempre, por lo que no hay ningún ejército que defienda honestamente la paz.

¿Acaso, me pregunto yo, los campesinos romanos no atacaron nunca a los pueblos limítrofes? La historia de Roma revela que sí. De hecho el ejército romano fue el instrumento de dominación que sirvió para someter a los pueblos vecinos, y no para defenderse de ellos, dado que su carácter ofensivo, más que defensivo, resulta consustancial con él. También fue un agente de romanización dado que uno de sus alicientes, además de la adquisición de la ciudadanía romana, era el reparto de las tierras conquistadas. Los veteranos, como se sabe, una vez licenciados, recibían tierras como recompensa por su dedicación a las armas, lo que unido a la soldada o stipendium y a los donativos que ofrecían los generales como fruto del botín de las ciudades conquistadas para mantener contenta a la tropa constituía uno de sus mayores incentivos.

El propio Tito Livio en su monumental historia de Roma, le atribuye a Rómulo, su primer rey, divinizado y resucitado las siguientes palabras dirigidas a sus conciudadanos (Ab urbe condita I, 16, 7): Vete, y anuncia a los romanos que los que habitan el cielo desean ('Abi, nuntia,' inquit 'Romanis caelestes ita uelle)  que mi Roma sea la dueña y señora de todo el mundo;  (ut mea Roma caput orbis terrarum sit) por ello, que se dediquen al arte militar, (proinde rem militarem colant) y que sepan, y así lo hagan saber a sus descendientes (sciantque et ita posteris tradant) que ningún poder humano podrá resistir a las armas romanas (nullas opes humanas armis Romanis resistere posse.')

 

miércoles, 15 de enero de 2025

Del triunfo

Vivimos en una sociedad competitiva en la que se valora sobremanera la figura del triunfador según el ideal norteamericano del self made man u hombre que se ha hecho a sí mismo y que ha tenido éxito en la vida superando todos los obstáculos que se le han interpuesto.  

Suele considerarse que la victoria es siempre superior moralmente a la derrota, que los que triunfan en los negocios, en la política, en el mundo artístico o en cualquier otro ámbito es porque son superiores, en detrimento de los vencidos, que fracasan porque se lo merecen. 

Ya lo dice la copla, cuyo remate final le parecía a don Juan Eugenio Hartzenbusch "un blasfemo disparate": Y vinieron los sarracenos, y nos molieron a palos; que Dios ayuda a los malos cuando son más que los buenos. Frente a esta lógica que podríamos llamar deportiva de que los triunfadores son los mejores, hemos hecho en este arcón alguna vez la apología del valor de la derrota y de las causas perdidas, más nobles que las triunfadoras.

Vamos a centrarnos ahora en la etimología de la palabra latina “triumphus”, que ha triunfado, nunca mejor dicho, sobreviviendo en las lenguas romances a la ruina del latín, que a pesar de ser una lengua “muerta”, como maliciosamente recuerdan los defensores a ultranza de las lenguas “vivas”, es una lengua que sobrevive en la mayoría de las actuales. Los siguientes términos son algunos vestigios que atestigan la supervivencia del “triumphus” latino (en latín arcaico triumpus sin aspiración): castellano, gallego y portugués triunfo, catalán triomf, francés triomphe, italiano trionfo y rumano triumf; así como inglés triumph, y alemán por partida doble Triumph y Trumpf (en el juego). 

En Roma había una ceremonia del triunfo, que consistía en un desfile solemne que se le concedía a un general victorioso que, coronado de laurel, símbolo de la victoria, y vestido con la tunica palmata y la toga picta, subía al Capitolio en un carro tirado por cuatro caballos blancos, mientras la multitud prorrumpía en gritos jubilosos de io triumphe!, y los soldados que tomaban parte en el desfile entonaban cantos elogiosos o satíricos sobre su general. Probablemente, la misteriosa palabra que gritaban "triumphe" dio nombre a la propia ceremonia. De este significado concreto de “desfile militar solemne” se pasa a los genéricos abstractos de “triunfo” y “victoria”. 

Arco de triunfo de Tito (Roma)

Tradicionalmente se ha interpretado el triumphus latino, a falta de mejor genealogía, como un préstamo del θρíαμβος (thríambos) griego, pero fonéticamente es harto difícil demostrarlo si no es a través de un intermedio etrusco, y aun así no está muy clara la relación. En griego antiguo, θρίαμβος era un “himno que se cantaba en las bacanales en honor del dios Baco”, por lo que no resulta muy explicable cómo un término dionisíaco como éste habría llegado a ser un grito militar de exaltación triunfal de Marte, dios de la guerra. Es cierto que en griego moderno θρίαμβος signficia “triunfo”, “éxito”, y que en griego clásico se traducía el triumphus latino por θρίαμβος, pero esa equivalencia antigua que se dio pronto entre las dos palabras, no conllevaba una relación etimológica.   

Por todo ello, cabe la posibilidad de que el triumpus mejor que el triumphus no sea un préstamo griego adaptado malamente a la fonética latina, como se ha creído, sino el imperativo de un verbo *iumpere que significaría “saltar” precedido del prefijo numeral “tri”, tres veces, como propuso Richter. Tal verbo no está documentado por escrito en latín, pero sería hermano del ingles jump “saltar”, o de una variante suya *umpere, como propone García Calvo en su “Nueva interpretación del carmen arval”, que se publicó en la revista Emérita, vo. XXV (1957), páginas 387-448, y que no ha tenido mucha repercusión internacional por aquello de “Hispanicum est, non legitur”, que sería un desarrollo de la conocida raíz indoeuropea *up con infijo nasal, como en inglés up “arriba” con sus correlatos latino SVPER y griego ὑπέρ, y que podría relacionarse también con las formas expresivas castellanas (a)úpa, y aupar

Fragmento de la inscripción donde aparece el Carmen.


Según dicha interpretación, triumpe se traduciría por "brinca o salta tres veces", y sería el colofón de la danza guerrera ejecutada por la cofradía de los hermanos arvales que formaría parte del desfile de la victoria de los generales romanos. Es cierto que no tenemos en latín el verbo *triumpere, y sin embargo sí que tenemos triumpare, que habría venido a sustituirlo a la vez que se incluyó en el vocabulario el sustantivo triumpus: el paso de /p/ a /ph/, es decir la aspiración de la oclusiva labial sorda y posterior conversión en fricativa /f/, es bastante trivial, como demuestra el caso de sulpur/sulphur/sulfur, que es el viejo nombre del azufre. El griego κόλπος “seno de una persona”, pasó al latín colpus, y de ahí se aspiró a colphus, y de ahí al latín vulgar colfus, de donde nuestro golfo, para referirnos a una gran ensenada marina que se adentra en la tierra entre dos cabos y a la anchura del mar.



El Carmen Aruale o Cántico de los hermanos arvales es el documento escrito más antiguo de la lengua latina. Sus versos se repiten siempre tres veces, y tenemos la noticia de que su ejecución  se acompañaba de una danza de la cofradía: el tripudio que consistiría en tres pasos de baile. 

He aquí el texto original del Cántico según la interpetación de Agustín García Calvo, cuya letra cantó Chicho Sánchez Ferlosio a ritmo de rocanrol en su disco A contratiempo: E NOS, LASES, IOVATE / NE VELVE! RVE, MARMAR! SIN, SIN CVRRERE! INPLE ORIS! / SATVR FV! FER, E MARS! LIMEN SALI! STA, BERBER! / SE MVNI SAL! STERNE! I, ADVOCA! PET CONCTOS! / E NOS, MARMOR, IOVATO! / TRIVNPE! TRIVNPE! TRIVNPE! TRIVNPE! TRIVNPE! 

Su traducción sería aproximadamente algo como esto: ¡Eh, ayudadnos, dioses Lares! ¡No des más vueltas! ¡Arrójate, Mármar! ¡Deja, déjanos correr! ¡Llena los oídos! ¡Vé y hártate! ¡Adelante, eh, Marte! ¡Salta el umbral! ¡En pie, Voceador! ¡Salta la muralla! ¡Derriba y arrasa! ¡Ea, llama a tu lado! ¡Lánzate a por todos juntos! ¡Eh, ayúdanos por siempre, Mármor! ¡Tres veces brinca, brinca, brinca, brinca, brinca!

martes, 14 de enero de 2025

Varia uariorum

Totalitarismo. -Phillip Allot, un exdiplomático británico y profesor de la Universidad de Cambridge, ha dejado dicho algo que es importante partiendo de alguien que forma parte, como él, del tinglado del status quo: La democracia y el capitalismo son sistemas más totalitarios que el nazismo o el estalinismo. Explica el profesor que tanto la democracia como el capitalismo son sistemas que contienen en sí mismos sus propios valores que pretenden imponerse a la totalidad de la población. Esto obliga a que se acepten sin la menor resistencia crítica, sin rechistar. La opinión de la mayoría no admite discusión, se impone a todos. Si lo cree la mayoría es verdad; todos debemos aceptarlo. De lo contrario, no somos demócratas. Según el exdiplomático “el totalitarismo tradicional” se caracterizaba por controlar a las personas por la fuerza y la violencia -así el nazismo y demás regímenes fascistas, así el estalinismo-, pero la gente podía pensar lo que le viniera en gana en su fuero interno, mientras que bajo el sistema democrático y capitalista de dominación vigente no tenemos libertad de pensamiento ni de actuación porque tememos ser tachados de terroristas, antidemócratas, incorrectos políticamente, fascistas de la extrema derecha, anarquistas... Se trata de un autocontrol impuesto y asumido total, totalitario, que acaba con el libre pensamiento. No hay un dictador externo: el dictador está dentro. Si no pienso como la mayoría, no soy demócrata, no soy del bando de los buenos... Hasta nuestros deseos más íntimos están determinados y condicionados por el sistema interiorizado de dominio; sólo somos capaces de desear lo que la mayoría -manipulada como está- desea que deseemos, y eso es algo increíble que no había sucedido nunca hasta ahora en la historia de la humanidad. 
 
 
Ideoclasta/Iconoclasta. -Decía don Miguel de Unamuno que de todas las tiranías, la más odiosa era la de las ideas, y que no había cracia más aborrecible, por lo tanto, que la ideocracia. Decía que uno tenía que ser dueño de sus ideas, no su esclavo. Quizá, decía, era inevitable tener ideas, como ojos y manos, pero había que conseguir no ser tenido por ellas, liberarse de la esclavitud de las ideas fijas, estereotipadas, dogmáticas. Pensar es desembarazarse y abortar las ideas que tenemos. Unamuno declara aborrecer toda etiqueta, pero acepta la de ideoclasta, la de rompedor de ideas. "¿Que cómo quiero romperlas? Como las botas, haciéndolas mías y usándolas". Hoy en pleno siglo XXI, quedan muy pocas ideas, aunque sigue habiéndolas. En lugar de ellas nos venden e imponen imágenes que atrofian la imaginación y aumentan nuestra fe en la realidad. Por eso se impone la iconoclastia. Ideoclasta, de hecho, es un neologismo creado a partir de iconoclasta: rompedor de imágenes, es decir, de íconos. Iconoclasta: El que destruye los ídolos que producen en nosotros una admiración religiosa que supone sometimiento, que nos imponen cánones, modelos de conducta, pautas. Los ídolos son estrellas de la música, políticos, actores, top-models de alto standing, o santones revolucionarios. En nuestra época todas las imágenes, hasta las más inofensivas, han alcanzado la categoría de íconos reverentes, de imágenes sagradas, de "santos" como decía una abuela mía, a las que se rinde culto y veneración. Iconoclasta o ideoclasta. Es lo mismo. Destructor de todas las imágenes o ideas recibidas, impuestas, inculcadas, reales dentro de su esencial falsedad. 
 

 
Democracia: Democracia no ha habido nunca en Occidente, pese a ser el nombre del régimen de dominio político existente, ni siquiera en la antigua Grecia, donde se inventó la contradictoria palabra: se llama democracia a una forma sofisticada de gobierno por la cual la oligarquía, es decir la minoría poderosa, impone sus deseos al pueblo que, bajo este régimen, obedece voluntariamente mejor que bajo cualquier otro yugo impuesto, porque, engañado por el trampantojo de la palabra, se considera soberano y cree que es libre y dueño de su destino. 

 
La lengua de arriba y la de abajo. La lengua no es de los que mandan, porque gratuita como es es de todos y no es de nadie, pero los que mandan, que son por otro lado los más mandados, a través de escuelas y academias, leyes y decretos, ministerios y medios de comunicación a su servicio, básicamente a través de la escritura y la cultura, se apropian de ella dictando decretos y normas ortográficas, unificando las diversas hablas, el lenguaje corriente y moliente, regulándolo e imponiéndoselo a la gente. En todos los idiomas se da esta lucha entre la lengua de arriba, que es la de la administración, y la lengua de abajo, que es el habla vernácula, materna, la lengua de verdad que habla la gente de la calle. La lengua de arriba, la lengua impuesta a través de la escritura, no deja de ser un dialecto, una jerga culta -política, económica, jurídica, burocrática, científica, filosófica, literaria- que está fabricada para subyugar a la gente y justificar a través de maestros y profesores desde la escuela primaria hasta la universidad la necesidad de la imposición y del gobierno, y está en perpetua guerra en todos los idiomas de Babel contra la lengua vulgar, la que no es necesario que nos enseñe nadie, la que se aprende sola, la que sólo sabe decir ¡no! una y otra vez, todas las que haga falta, a lo que está mandado.
 
La torre de Babel, Pieter Brueghel el Viejo (1563)

lunes, 13 de enero de 2025

Coplas variegadas

Tancas 


Esperando un tren / que no acaba de llegar/ nunca a la estación, / donde se paró el reloj / pero sigue andando el tiempo.

 oOo
Torpe, con los dedos / cuento sílabas, los pasos / con los que anda el verso. / Y hallo rimas al albur / que despiertan nuevos ecos. 
oOo
 Ha vuelto a brotar / la fuente que se secó / gloria verla da. / ¡Cuánto alegra el corazón / su agua viva y manantial! 
oOo
 Entro en el invierno / y entra así el invierno en mí, / ya señor mayor. / Mas prímulas otra vez / vuelven de oro a florecer. 
oOo
 Triste, triste está / la princesa de Rubén / sin razón de ser. / ¿Presiente que nunca va / su cabeza a coronar?
 oOo
 Propone el gobierno / incremento salarial: / más dinero al mes / que asegure un porvenir / de futuro al por mayor.
oOo
Niño, oía yo: / "Cuando seas tú mayor, / vas a ver, verás". / Pero yo ya soy mayor, / muy mayor, y apenas veo.
 

 
Coplas goliardescas
Invierno,  Leo Piron, (1940)
 
  Son “Estado” / y “mercado” / una rima consonante, / que se acopla / en la copla / goliardesca y resonante. 
 
 El mercado / y el Estado / son dos caras de lo mismo, / ordinarios / funcionarios / ambos del capitalismo. 
 
Don dinero, / lo primero, / crea el mundo y hace al hombre. / Bien contante / y sonante, / pone a todo precio y nombre.
 
 Jaicus o jaicús 
 
Érase una vez / que jamás pasó, si mal / no recuerdo yo. 
 
No dejes entrar / al futuro acosador / que va en pos de ti. 
 
El pasado vuelve / porque no ha pasado aún, / acechando está.
 
 He perdido al fin / personal mi identidad: / cabra sin crotal.
 
 No me deja en paz, / me persigue el niño aquel / que era y ya no soy.
 
 Qué gozo me dio / lo que no esperaba ya / que iba a suceder.
 
 ¡Cuántas ilusiones! / Vanas pompas de jabón. / ¡Qué desilusión!
 
 Ver para creer / como el buen santo Tomás, / que creyó que vio.
 
 ¿Qué ha pasado? ¿Qué? / ¿Qué ha pasado y ya pasó? / ¿Ha pasado algo?
 
 ¿España avanza?/ ¿Hacia dónde esa señora / se cree que va?
 

 No sabe volar, / pájaro de jaula que es / y enjaulado está. 
 
Yo, pobre de mí, / no he visto el rostro de Dios, / pordiosero soy.
 
  Sobre el valle aún / una densa niebla que / no disipa el sol. 
 
Se ha helado el agua, / todo cubierto de escarcha, / congelada el alma.
 
Ha salido ya / la luna llena de enero, / gélida, invernal. 
 
Un incendio atroz: / arde en llamas el hogar, / dulciamargo hogar.

domingo, 12 de enero de 2025

La tentación de Cristo

Andaba un poco errático el otro día el Papa Francisco dando consejos un tanto paternalistas a un grupo de monjas dominicas de la Unión de Santa Catalina de Siena de los Misioneros, instándolas a no ser chismosas, evitar caras avinagradas,  ser amables y a hablar con todo el mundo, excepto, insistió mucho en esto... con el Diablo, argumentando que el Señor nunca había hablado con el Diablo. 
 
No mostraba Su Santidad mucho conocimiento de las sagradas escrituras, pues ignoraba o no recordaba, víctima del diagnóstico del doctor Alzheimer, aquel pasaje evangélico (Mateo, 4: 1-10) en el que el Diablo tentó con seductoras promesas a Jesús, que había ayunado durante cuarenta días y cuarenta noches diciéndole que convirtiera aquellas piedras en pan, y Él entonces le dijo aquellas célebres palabras que todavía sirven para contrarrestar a aquellos que dicen que hay que ganarse el pan con el sudor de la frente o como sea, subordinándose a don Dinero, el más poderoso de todos los caballeros: "No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". Acto seguido, le ofreció a Jesús llevándolo a un monte muy elevado la irresistible tentación de ser el dueño y señor del mundo, el poder absoluto sobre todos los reinos de esta Tierra que desde aquellas alturas se divisaban. Y le dijo: “Te daré todo esto, si postrándote ante mí me adoras”, cosa que Jesús rechazó diciéndole dos palabras muy bien pronunciadas: “Vete, Satanás”. No se negaba, pues, el Verbo divino a hablar con Satanas, que es el nombre del Diablo, sino que le decía lo que tenía que decirle, que era que no.

 La tentación de Cristo, Vasili Surikov (1872)

    El argumento que esgrime Jesús para declinar la generosa oferta del demonio es que sólo hay que adorar a Dios y servirle a Él. Lo que no sabía era que, con el correr del tiempo, el Diablo se había convertido en realidad en el alter ego de Dios, y que era lo mismo, por lo tanto, adorar al uno que al otro, pero eso no le impedía hablar amablemente con él, oponiéndose así al consejo que, ahora, dos mil años después Bergoglio les daba a las hermanas dominicas. 

 La tentación de Cristo, Ary Scheffer (1854)

    En todo caso, nuestros políticos, poco cristianos ellos, menos cristianos que Jesús, no sólo no rehúsan el poder que les ofrece el Diablo (consistente en 'omnia regna mundi et gloriam eorum', como decía el evangelista: todos los reinos del mundo y su esplendor), sino que lo persiguen infatigablemente, dejándose tentar y sobornar por el Diablo, es decir, por Dios, o, más claramente, por el Dinero, que es lo mismo, al que adoran e idolatran arrodillándose ante los designios del mercado como vulgares teólogos economistas.

sábado, 11 de enero de 2025

Pareceres LXV

316.- Neopuritanismo feminista. La película El último tango en París (1972), dirigida por Bernardo Bertolucci, ha vuelto a ser objeto de polémica cincuenta y dos años después de su estreno, como si fuera una película maldita. La filmoteca francesa iba a proyectarla en París el pasado 15 de diciembre de 2024 dentro de una retrospectiva dedicada al actor norteamericano Marlon Brando, pero finalmente fue suspendida tras las protestas de varias asociaciones feministas, justificando la cancelación como “una manera de calmar los ánimos y ante los riesgos de seguridad". En España no se permitió su exhibición hasta varios años después de la muerte del dictador, en 1977. Muchos españoles, antes de su estreno en nuestro país, cruzaban la frontera para ir a ver la película a Perpignan. En Italia generó un escándalo monumental. Poco después de su estreno en 1972, fue llevada a juicio y considerada "obscena". La justicia ordenó la destrucción de todas las copias existentes, aunque afortunadamente algunas sobrevivieron. La película narra la relación ocasional y anónima que establece un estadounidense recién enviudado con una joven parisina, a la que viola analmente en una polémica escena utilizando mantequilla como lubricante. Durante el rodaje de la escena de sodomía no hay penetración, simplemente se simula, pero la actriz María Schneider, que contaba a la sazón 19 años, afirmó haberse sentido maltratada emocionalmente por el director de la película y por el astro de la gran pantalla Marlon Brando, de 48 años edad. La película la lanzó a una fama que quizá no supo digerir. 
 
 
317.- Fe, esperanza y caridad. Si algo hay que agradecer a los antiguos griegos, entre muchísimas otras cosas, es que ignoraran dos de las tres virtudes teologales cristianas: la fe y la esperanza, no así la caridad, entendida en su sentido etimológico de amor, y no en el cristiano de limosna. Los griegos, en efecto, no consideraron que la fe fuera una virtud, al menos desde los escépticos que lucharon contra todos los dogmas. Y la esperanza, por su parte, era uno de los males que quedó en la tinaja de Pandora, lo último que se pierde, pero que tiene una utilidad considerable, sirve para mantener el status quo, establishment o establecimiento.
 
 
318.- El precio de la vivienda. Leyendo la sátira tercera del poeta Juvenal, que relata los males de la gran ciudad, que era la Roma de su tiempo, la Urbe por excelencia, me encuentro con esta expresión que compruebo enseguida que es de rabiosa actualidad: magno hospitium miserabile y que puede traducirse a bote pronto como 'mísero alojamiento a precio de oro' o 'un hospedaje de miseria cuesta caro', como en la traducción de Bartolomé Segura Ramos que manejo, o en la de Manuel Balasch que consulto ahora mismo: 'Aquí un tugurio misérrimo cuesta un ojo de la cara'. Es una de las razones que empujan al amigo de Juvenal a huir de Roma, cuya decisión aprueba el poeta, aunque lamenta la pérdida de su amigo, y que puede resumirse en tres palabras: omnia Romae cum pretio: En Roma todo tiene un precio. Lo mismo sucede, no nos engañemos, en todos los rincones ya de nuestro mundo globalizado. Y es que, como dice el poeta en un hexámetro y medio: “Cuanto parné cada cual conserva en arcón de caudales, / crédito tanto posee”. Lo que traducimos por “crédito” se dice en latín “fides”, que es el origen etimológico de nuestra fe, entendida como confianza que uno tiene y que a la vez inspira a los demás.
 
 
319.- Amanuense. Se está olvidando el placer de escribir a mano y la caligrafía que lleva su tiempo, porque vivimos en una época en que todo se hace deprisa y mal. Escribir a mano lleva su tiempo y requiere un cierto esmero. Con un teclado todo se puede borrar sin dejar rastro del error, sin máculas y, en definitiva, sin huella humana. Poco espacio le queda ya a la grafología, aquella ciencia o pseudociencia que pretendía entender la personalidad del escribiente según la letra que tuviera, determinando las características generales de su carácter. Primero vino el desprecio de la caligrafía, de aquellos cuadernos que pretendían que nuestra escritura fuera legible, pero enseguida se produjo una rebelión contra la dictadura caligráfíca uniformadora, y se dijo que cada cual debía escribir como quisiera. Finalmente hemos llegado a la imposición uniforme de los teclados, y al hecho de que ya nadie prácticamente escriba con un bolígrafo y a mano una carta, un diario, una frase, ni siquiera, si nos descuidamos, la propia firma, que esa sí que tiene valor como expresión singular de la personalidad. 
 
320.- La certeza y la duda. La duda nace de abajo, es lo que brota en nosotros a poco que nos dejemos llevar mientras que la certeza, las creencias, vienen de arriba, se nos imponen desde las Altas Instancias: nos son impuestas. No venimos al mundo con creencias, sino inmersos en un mar de dudas. Sin embargo, necesitamos aferrarnos a las creencias: da igual a cuáles de ellas: los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez, cuando somos niños, unas creencias que nos imponen nuestros mayores. Necesitamos hacernos la ilusión, pero sabemos que nos están engañando y aun así nos dejamos engañar. Cuando entramos en la sociedad adulta y crecemos, creemos en la democracia, o en la astrología o en lo que sea.Y, en el peor de los casos, creemos que no creemos.
 

viernes, 10 de enero de 2025

El franquismo del antifranquismo

Exhumar un cadáver para resucitar un fantasma del pasado y enfrentarse heroicamente a él no deja de ser un acto, a decir verdad, más bien poco heroico del que no hay mucho que enorgullecerse, por mucho que enarbolemos el "¡No pasarán!, porque de hecho pasaron. 
 
El pasado miércoles 8 de enero el presidente del Ejecutivo central de las Españas puso en en marcha el primero del centenar de actos destinados a conmemorar los cincuenta años de la muerte de Francisco Franco en noviembre de 1975. El objetivo de estos actos es celebrar los cincuenta años de libertad, poniendo en valor, como dice el Periódico Global, que es la voz de su amo, “la trascendencia de nuestra democracia y la desgraciada condición histórica previa”.
 
Se trata al parecer con estos actos de hacer pedagogía entre los jóvenes que a menudo suelen quejarse de la situación democrática actual, que es la que mejor conocen porque es la que padecen, porque desconocen “la desgraciada condición histórica previa”. 
 
Según los datos del CIS, los jóvenes españoles muestran una creciente tolerancia a regímenes autoritarios, como la dictadura que sufrimos aquí el pasado siglo, lo que les lleva a banalizar el mal, o sea, el franquismo, como si ese fuera el único de nuestros males. 
 
El problema según el editorial de El Periódico Global es “la corriente autoritaria que vuelve a recorrer el mundo occidental usando las reglas de la democracia para dinamitarla desde dentro” y la solución de ese problema sería “la explicación veraz de las condiciones de existencia bajo la dictadura franquista”. Por eso insiste en que la democracia actual, el régimen que ahora padecemos, "no solo tiene el derecho sino la obligación de explicar a los jóvenes qué fue el franquismo". 
 

No vamos a hacer aquí, nada más lejos de nuestra intención, Dios nos libre, ninguna apología del franquismo ni nada por el estilo,  ni a recurrir a la lágrima fácil de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Que los demócratas celebren la democracia es comprensible, pero que no nos hagan comulgar con ruedas de molino a los que no tenemos nada que conmemorar y que, por supuesto, no somos demócratas porque estamos en contra de todas las dictaduras, y sobre todo, principalmente, de la que nos ha tocado padecer ahora mismo, que es la dictadura democrática.
 
La estrategia del Ejecutivo es comprensible: explicándoles a los jóvenes que cualquier tiempo pasado fue peor se pretende conseguir la aceptación acrítica de lo que tenemos ahora, como si la única alternativa o remedio que hay a lo presente fuera la vuelta atrás. 
 
Declararse a estas alturas antifranquista (o, más en general, antifascista), como hemos dicho muchas veces, en ausencia de franquismo y fascismo históricos, resulta paradójicamente franquista y fascista, porque enfrentándonos a trampantojos del pasado que se proyectan como amenazas sobre el futuro estamos abortando la crítica de los males presentes y sembrando entre las nuevas generaciones el conformismo con lo establecido al inculcarles que no hay mejor alternativa que esto que hay, que no es sino la continuidad de aquello otro que quedó, como dejó dicho el dictador, "atado y bien atado". 

Por eso condenamos el franquismo y condenamos la transición -en realidad transacción, en el sentido económico del término- a la democracia, y los cincuenta años de falsa libertad bajo el caudillaje democrático: España es un pájaro en una jaula que no ha aprendido a volar porque, como escribió el poeta, "salir quiere, y no puede: su jaula es él mismo". No reivindicamos aquel régimen despótico, pero tampoco este que padecemos ahora, no menos autoritario y dictatorial que aquel otro.

jueves, 9 de enero de 2025

Mensajería efímera

Si un atracador a punta de navaja o pistola nos exige entregarle la bolsa o la vida, aunque nos aferremos a ambas y dudemos, lo razonable es darle la cartera.

  ¡Denuncia a tu vecino si incumple la ley! ¡Si yo me jodo, él no va a ser menos! ¡Aquí o todos moros o todos cristianos! ¡O jugamos todos o se rompe la baraja!
 
En un mundo globalizado como el actual en que vivimos, el viaje al territorio desconocido, no tiene sentido. La terra incognita ha desaparecido del planeta.
 
Una de las mayores lacras de nuestra sociedad es el culto de idolatría que se rinde al ganador en la vida: si ha ganado es porque el mejor es el triunfador.
 
 

Escribía Unamuno en sus Recuerdos de niñez y mocedad “Yo no me acuerdo de haber nacido”, lo que le hacía esperar en lo porvenir no tener noticia de su muerte.
 
En plena edad media las prostitutas gozaban de mejor consideración que los prestamistas usureros, ya que obtenían una ganancia ejerciendo un trabajo corporal.
 
 La identidad es como la roca pesada de Sísifo que, cuando logramos elevarla cuesta arriba hasta la cima, cae por la otra pendiente y hay que volver a reiniciar.
 
No hay que preocuparse de lo que ha pasado, dijo Aristipo, ni de lo que va a pasar, que es incierto, ya que solo el presente, si acaso de verdad, nos pertenece.
 
¿Tiene la policía licencia para matar a unos presuntos terroristas que presumiblemente portaban una bomba consigo con sospechosas intenciones de explotarla?
   Las murallas antaño y las fronteras hoy intentan hacernos ver y creer que hay un adentro y un afuera, y que los Estados nos protegen de lo exterior amenazante.
 
 Una religión cuyo séptimo mandamiento es “No robarás”, no solo está condenando el robo de los bienes ajenos, sino justificando además la privada propiedad.
 
La invención de un comité de sabios o expertos -doctores tiene la Santa Madre Iglesia de la Ciencia- es la coartada perfecta para gobernar a los contribuyentes.
 
Los medios de masas propagan un clima constante de miedo e inseguridad, del que se sirven los gobiernos para afianzar la totalitaria pretensión de su dominio.
 

El éxito de público de películas de zombis o muertos vivientes se debe a que son espejo perfecto que nos retrata fidedignamente sin querer a los espectadores.

 ¿Quién nos asegura que los virus, que son tan diminutos que no podemos verlos a simple vista, no pueden atravesar la más sofisticada retícula de una mascarilla?

 


La mascarilla es además de un amuleto un símbolo de la máscara social que todos portamos, que revela a las claras lo que escondemos, nuestra falsa identidad.
 
 ¿Decir de alguien que es gordo o que está gordo, o bien obeso mórbido o que es una persona con sobrepeso, si se prefieren los eufemismos, es acaso gordofobia?
 
 Tendríamos que usar una coraza totalmente impermeable para protegernos de los virus respiratorios, lo que haría que, al no poder respirar, nos asfixiáramos.
 
 ¿Por qué cuando alguien muere se dice de él que ha pasado a “mejor vida”? ¿Hay, acaso, una vida post mortem mejor que la presente? ¿Hay vida antes de la muerte?
 

Dijeron que la libertad era... vacunarse. Tras la primera y segunda dosis había que recibir un tercer jeringuillazo, porque no hay dos sin tres, y jeringarse.

 

Las medidas de distanciamiento social a fin de evitar el contagio nos alejan del prójimo deshumanizándonos a los seres humanos mucho más de lo que estamos.
 
 La medicina moderna, según Iván Illich, es una negación de la salud, que no nos cura sino que nos somete, encarnada en la enfermedad nosocomial u hospitalaria.
 
Diógenes busca en pleno día a la luz de la linterna la verdad que no encuentra en la realidad, busca vanamente un hombre verdadero, solo halla falsificaciones.
 
 
 
Las luces intermitentes y multicolores del alumbrado navideño que adorna ciudades y casas que rivalizan entre sí impiden ver el firmamento en todo su esplendor.
 
Un verso de una vieja comedia de Plauto: “Ego tu sum, tu es ego” (Yo soy tú, tú eres yo) ¿Quién, como en aquella cantilena infantil, es más tonto de los dos?
 
 Machismo se dice en griego moderno “fallocratía”, falocracia, que es 'gobierno del falo', mas para ser machista el miembro viril no es requisito imprescindible.
 
Las redes sociales, en las que caemos pescados como peces que nadaban libres, nos incomunican a fin de comunicarnos, y el móvil pese a su nombre nos inmoviliza.
 
No hay 'hechos futuros': si son hechos, están realizados; si son futuros. no están, como diría un niño pequeño que está aprendiendo a hablar, 'hacidos 'todavía.

miércoles, 8 de enero de 2025

Como perro sin dueño

Diógenes, Jean-Léon Gerôme (1860)

 - 1 -

En la red de los siglos ciegos como el diamante, / antes de que arrojara Cristo sobre el planeta / su vastísima y larga sombra de luz radiante / proyectando su cruz, triste y anacoreta,

vino un día, según crónicas, ya lejano / otro hombre de carne y hueso a la luz del mundo, / en Sinope, ciudad de Asia Menor, no en vano / griega: griego será Diógenes vagabundo.

- 2 -

Como todos los hombres, una vez en su vida / siendo niño sintió que era ser hombre, triste, / su destino fatal. Pronto se abrió la herida. / Muerto el niño, es el hombre lo único ya que existe.

 De Sinope su patria fue desterrado en nombre / de unos altos principios. Poco se sabe a ciencia / cierta, pero al exilio tuve que irse el hombre. / No hay constancia de culpa suya ni de inocencia.

Sentenció él a los jueces, sin que pararan mientes, / a pudrirse en Sinope: los condenó a quedarse. / Y partió, como el héroe trágico en pos de fuentes / que saciaran su sed, aunque lloró al marcharse.

  - 3 -

Acuñó una palabra nueva como respuesta / a una vieja pregunta:  Patria? Sin duda alguna, / ciudadano del mundo. Esta será su apuesta. / ¿Nación? Cosmopolita. Quiso decir: ninguna.

- 4 -

Con el manto raído y sucio, la alforja al hombro / y el bastón, ese báculo fiel de los peregrinos / anda por infrecuentes sendas y causa asombro / en las gentes vagando solo por los caminos.

Ciudadano del mundo, sin esperanza vaga. / Toma cuanto la vida, pródiga, le regala: / el ocaso, la aurora y ese licor que embriaga / de aguardiente, y la flor, cuya fragancia inhala,

 los olivos, el mirto donde la luz derrama / sus racimos, las múltiples islas diseminadas / en el mar y la línea del horizonte. Y ama / todo cuanto a su paso sale: las ensenadas,

 la marisma, las cabras, la soledad de un barco, / los albatros, la noche densa, el laurel, el vino, / la sonrisa fugaz de una muchacha, el charco / donde el cielo se mira, limpio, junto al camino.

Desterrado y en todas partes al fin meteco, / busca el rastro invisible y huella del hombre en vano. / Se dirigen sus pasos rumbo a la luz y el eco, / hacia Atenas espléndida, ávidos de algo humano.

Lo verán a menudo con un candil en mano / por el día: buscaba hombres y no la máscara, / la verdad, no la sombra vana del ser humano. / Si algo halló, sólo fue sola la mera cáscara.

- 5 -

Mucha gente le arroja piedras desaprensivas / y lo insultan: Meteco, chucho de mal pellejo. / A pedradas las carnes le abren, heridas vivas. / Les responde ladrando, ya malherido y viejo.

Asumió él el insulto, befa vulgar e hiriente, / chucho, sí, escarnecido siempre e incomprendido, / pero perro sin dueño, libre absolutamente, / como nadie será, como ninguno ha sido.

Rico en medio de tanta, tanta pobreza, ha dado / su metáfora al mundo, imprescindible tanto / como auténtica. Ahora, se echa al sol, al lado / de un arroyo y se duerme sobre el gastado manto.

 Corazón palpitante, Diógenes rememora, / joven, a una mujer. Se le ofreció desnuda / una noche de luna llena conmovedora. / Nunca supo que viva era Afrodita muda.

 - 6 -

Ya el sabiondo Aristóteles forja sus silogismos, / herraduras de lógica pura, para Alejandro, / su discípulo. El príncipe sueña con espejismos / de batallas: las aguas rojas del Escamandro,

el fulgor de su espada regia que empuña y blande / contra el rey enemigo. Sueña combates, gloria / duradera, conquistas donde el valor se expande, / gestas propias que un día recordará la historia.

Ve que rompe el gordiano nudo que le abrirá /Asia, sierva a sus pies, como caída hoja, / toda bajo su férula. Sueña. Recorrerá / cabalgando a Bucéfalo, viento, la estepa roja.

 Le deslumbran sus sueños. Siente que es inmortal. / Pero ignora que escrita toda la historia estaba, / que sería el actor de una función trivial, / títere de tragedia que en su papel soñaba.

Una vez que Alejandro, ya amo del mundo todo, / quiso oír la palabra del peregrino griego / perro viejo, que halló sobre el inmundo lodo / dormitando desnudo bajo el ardor del fuego,

conmovido el monarca, como sin duda estaba, / bajo el sol veraniego de oro y de luz tejido, / Pídeme lo que quieras dijo, y su voz temblaba. / No me quites el sol, rey, nada más te pido.

Eso, cuentan, ladró grave la voz del perro. / Alejandro se aparta y, avergonzado, huye, / teme que las palabras, más que el agudo hierro, / lo traspasen. Y el quieto río del tiempo fluye.   

- 7 -

En la crónica léese, si hemos de darle crédito, / que compuso tratados: uno contra el Estado / y otro contra la Muerte misma en un libro inédito. / Fue su vida su única obra que se ha salvado.

No fue un hombre de letras él. Despreció la gloria. / Como contrapartida, ésta no lo ha querido / en su nómina. El perro, náufrago en la memoria, / no será sin embargo pasto jamás de olvido

 aunque nada nos haya suyo legado escrito / (si escribió fue en el viento). Otro dejó su ejemplo, / monumento erigido contra la ley, maldito, / en un libro, y quedó, como perenne templo,

como erecta columna, desvergonzadamente / alta, impúdico símbolo, mármol desde el pasado / condenado a durar siempre y eternamente, / itifálico Príapo contra el futuro alzado.