viernes, 17 de enero de 2025
Brevedades
jueves, 16 de enero de 2025
Del ejército en general y del romano en particular
Tan engañosa como la pretensión pacifista de los ejércitos, y del propio dios Marte pacificador y la llamada "pax Romana", hoy actualizada como "pax Americana", es la contraposición de armas "defensivas" y "ofensivas", dado que las armas son esencialmente ofensivas siempre, por lo que no hay ningún ejército que defienda honestamente la paz.
miércoles, 15 de enero de 2025
Del triunfo
Según dicha interpretación, triumpe se traduciría por "brinca o salta tres veces", y sería el colofón de la danza guerrera ejecutada por la cofradía de los hermanos arvales que formaría parte del desfile de la victoria de los generales romanos. Es cierto que no tenemos en latín el verbo *triumpere, y sin embargo sí que tenemos triumpare, que habría venido a sustituirlo a la vez que se incluyó en el vocabulario el sustantivo triumpus: el paso de /p/ a /ph/, es decir la aspiración de la oclusiva labial sorda y posterior conversión en fricativa /f/, es bastante trivial, como demuestra el caso de sulpur/sulphur/sulfur, que es el viejo nombre del azufre. El griego κόλπος “seno de una persona”, pasó al latín colpus, y de ahí se aspiró a colphus, y de ahí al latín vulgar colfus, de donde nuestro golfo, para referirnos a una gran ensenada marina que se adentra en la tierra entre dos cabos y a la anchura del mar.
He aquí el texto original del Cántico según la interpetación de Agustín García Calvo, cuya letra cantó Chicho Sánchez Ferlosio a ritmo de rocanrol en su disco A contratiempo: E NOS, LASES, IOVATE / NE VELVE! RVE, MARMAR! SIN, SIN CVRRERE! INPLE ORIS! / SATVR FV! FER, E MARS! LIMEN SALI! STA, BERBER! / SE MVNI SAL! STERNE! I, ADVOCA! PET CONCTOS! / E NOS, MARMOR, IOVATO! / TRIVNPE! TRIVNPE! TRIVNPE! TRIVNPE! TRIVNPE!
martes, 14 de enero de 2025
Varia uariorum

lunes, 13 de enero de 2025
Coplas variegadas
Esperando un tren / que no acaba de llegar/ nunca a la estación, / donde se paró el reloj / pero sigue andando el tiempo.
domingo, 12 de enero de 2025
La tentación de Cristo
sábado, 11 de enero de 2025
Pareceres LXV

viernes, 10 de enero de 2025
El franquismo del antifranquismo

jueves, 9 de enero de 2025
Mensajería efímera
Si un atracador a punta de navaja o pistola nos exige entregarle la bolsa o la vida, aunque nos aferremos a ambas y dudemos, lo razonable es darle la cartera.

El éxito de público de películas de zombis o muertos vivientes se debe a que son espejo perfecto que nos retrata fidedignamente sin querer a los espectadores.
¿Quién nos asegura que los virus, que son tan diminutos que no podemos verlos a simple vista, no pueden atravesar la más sofisticada retícula de una mascarilla?
Dijeron que la libertad era... vacunarse. Tras la primera y segunda dosis había que recibir un tercer jeringuillazo, porque no hay dos sin tres, y jeringarse.
miércoles, 8 de enero de 2025
Como perro sin dueño

- 1 -
En la red de los siglos ciegos como el diamante, / antes de que arrojara Cristo sobre el planeta / su vastísima y larga sombra de luz radiante / proyectando su cruz, triste y anacoreta,
vino un día, según crónicas, ya lejano / otro hombre de carne y hueso a la luz del mundo, / en Sinope, ciudad de Asia Menor, no en vano / griega: griego será Diógenes vagabundo.
- 2 -
Como todos los hombres, una vez en su vida / siendo niño sintió que era ser hombre, triste, / su destino fatal. Pronto se abrió la herida. / Muerto el niño, es el hombre lo único ya que existe.
De Sinope su patria fue desterrado en nombre / de unos altos principios. Poco se sabe a ciencia / cierta, pero al exilio tuve que irse el hombre. / No hay constancia de culpa suya ni de inocencia.
Sentenció él a los jueces, sin que pararan mientes, / a pudrirse en Sinope: los condenó a quedarse. / Y partió, como el héroe trágico en pos de fuentes / que saciaran su sed, aunque lloró al marcharse.
- 3 -
Acuñó una palabra nueva como respuesta / a una vieja pregunta: Patria? Sin duda alguna, / ciudadano del mundo. Esta será su apuesta. / ¿Nación? Cosmopolita. Quiso decir: ninguna.
- 4 -
Con el manto raído y sucio, la alforja al hombro / y el bastón, ese báculo fiel de los peregrinos / anda por infrecuentes sendas y causa asombro / en las gentes vagando solo por los caminos.
Ciudadano del mundo, sin esperanza vaga. / Toma cuanto la vida, pródiga, le regala: / el ocaso, la aurora y ese licor que embriaga / de aguardiente, y la flor, cuya fragancia inhala,
los olivos, el mirto donde la luz derrama / sus racimos, las múltiples islas diseminadas / en el mar y la línea del horizonte. Y ama / todo cuanto a su paso sale: las ensenadas,
la marisma, las cabras, la soledad de un barco, / los albatros, la noche densa, el laurel, el vino, / la sonrisa fugaz de una muchacha, el charco / donde el cielo se mira, limpio, junto al camino.
Desterrado y en todas partes al fin meteco, / busca el rastro invisible y huella del hombre en vano. / Se dirigen sus pasos rumbo a la luz y el eco, / hacia Atenas espléndida, ávidos de algo humano.
Lo verán a menudo con un candil en mano / por el día: buscaba hombres y no la máscara, / la verdad, no la sombra vana del ser humano. / Si algo halló, sólo fue sola la mera cáscara.

- 5 -
Mucha gente le arroja piedras desaprensivas / y lo insultan: Meteco, chucho de mal pellejo. / A pedradas las carnes le abren, heridas vivas. / Les responde ladrando, ya malherido y viejo.
Asumió él el insulto, befa vulgar e hiriente, / chucho, sí, escarnecido siempre e incomprendido, / pero perro sin dueño, libre absolutamente, / como nadie será, como ninguno ha sido.
Rico en medio de tanta, tanta pobreza, ha dado / su metáfora al mundo, imprescindible tanto / como auténtica. Ahora, se echa al sol, al lado / de un arroyo y se duerme sobre el gastado manto.
Corazón palpitante, Diógenes rememora, / joven, a una mujer. Se le ofreció desnuda / una noche de luna llena conmovedora. / Nunca supo que viva era Afrodita muda.
- 6 -
Ya el sabiondo Aristóteles forja sus silogismos, / herraduras de lógica pura, para Alejandro, / su discípulo. El príncipe sueña con espejismos / de batallas: las aguas rojas del Escamandro,
el fulgor de su espada regia que empuña y blande / contra el rey enemigo. Sueña combates, gloria / duradera, conquistas donde el valor se expande, / gestas propias que un día recordará la historia.
Ve que rompe el gordiano nudo que le abrirá /Asia, sierva a sus pies, como caída hoja, / toda bajo su férula. Sueña. Recorrerá / cabalgando a Bucéfalo, viento, la estepa roja.
Le deslumbran sus sueños. Siente que es inmortal. / Pero ignora que escrita toda la historia estaba, / que sería el actor de una función trivial, / títere de tragedia que en su papel soñaba.
Una vez que Alejandro, ya amo del mundo todo, / quiso oír la palabra del peregrino griego / perro viejo, que halló sobre el inmundo lodo / dormitando desnudo bajo el ardor del fuego,
conmovido el monarca, como sin duda estaba, / bajo el sol veraniego de oro y de luz tejido, / Pídeme lo que quieras dijo, y su voz temblaba. / No me quites el sol, rey, nada más te pido.
Eso, cuentan, ladró grave la voz del perro. / Alejandro se aparta y, avergonzado, huye, / teme que las palabras, más que el agudo hierro, / lo traspasen. Y el quieto río del tiempo fluye.
- 7 -
En la crónica léese, si hemos de darle crédito, / que compuso tratados: uno contra el Estado / y otro contra la Muerte misma en un libro inédito. / Fue su vida su única obra que se ha salvado.
No fue un hombre de letras él. Despreció la gloria. / Como contrapartida, ésta no lo ha querido / en su nómina. El perro, náufrago en la memoria, / no será sin embargo pasto jamás de olvido
aunque nada nos haya suyo legado escrito / (si escribió fue en el viento). Otro dejó su ejemplo, / monumento erigido contra la ley, maldito, / en un libro, y quedó, como perenne templo,
como erecta columna, desvergonzadamente / alta, impúdico símbolo, mármol desde el pasado / condenado a durar siempre y eternamente, / itifálico Príapo contra el futuro alzado.