domingo, 16 de octubre de 2022

¡Es la bomba! (La mujer explosiva)

    Estados Unidos lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945. Su explosión fue para muchos norteamericanos una hermosa sesión de fuegos artificiales que traía la paz al mundo.

       La narrativa oficial dominante en torno a la energía atómica en los primeros años era que esta fuerza endemoniada, si se contenía adecuadamente y se sometía a la autoridad del tío Sam, podía ponerse al servicio de la humanidad y construir una América más fuerte. Aprovechada positivamente para el combustible, el transporte y la atención sanitaria, la tecnología atómica podría sentar las bases de un nuevo orden mundial resplandeciente... 

      Resulta fascinante, vista desde hoy, la ingenuidad con la que los norteamericanos se enfrentaban al peligro atómico, una mezcla de atracción y de pánico a la vez, que se proyectó enseguida, como no podía ser menos, sobre el cuerpo femenino. 

    Ya antes de la Gran Explosión las mujeres atractivas, en efecto, eran descritas como "explosivas", “pura dinamita”, “bombas”, “radiactivas”... Durante la Segunda Guerra Mundial las imágenes de las chicas pin-up, que decoraban calendarios y pósteres con pose provocativa, adornaban los morros de algunos aviones de bombardeo relacionando la sexualidad y la muerte, Eros y Thánatos. 

 

     (Detalle de la bomba "Able", apodada Gilda y decorada con una foto de Rita Hayworth, utilizada en la Operación Crossroads, 1946)

    De hecho, la primera detonación durante la serie de pruebas atómicas de 1946 recibió el nombre de "Gilda", en honor del personaje que encarnó Rita Hayworth en la clásica película en la que Glenn Ford le da a la actriz una memorable bofetada. Una imagen de la seductora pelirroja, prototipo de femme fatale, fue incluso estampada en la propia bomba. Una mujer sexualmente provocativa e incluso promiscua, liberada del hogar y las tareas domésticas era una auténtica bomba de relojería, capaz de seducir y destruir al incauto que caía en la red bajo su hechizo. 

    La conexión entre la feminidad y la destrucción nuclear encontró quizás su expresión más evidente en la forma del moderno traje de baño femenino de dos piezas, que no es tan moderno sin embargo como parece porque lo hallamos ya en la antigua Roma, como muestran los mosaicos de la villa siciliana del Casale de Piazza Armerina. 

Mosaicos romanos del Casale de Piazza Armerina (Sicilia)
 

    En 1946 un diseñador francés descubría América y el Mediterráneo a la vez sacando al mercado un bañador femenino de dos piezas, cuyo poderío sexual era tan explosivo que bautizó la prenda con el nombre de "el bikini", porque Bikini era el nombre de un atolón del pacífico, hoy deshabitado, en las islas Marshall, donde Estados Unidos había detonado potentes explosiones atómicas unos días antes. 

    El término “biquini” -que en principio era un nombre propio sin significado alguno- se reinterpretó enseguida como nombre común que contenía el prefijo bi(s)-, que significa como bien se sabe dos en latín, igual que bivalente -como la famosa 'vacuna'-, o bisexual, y se crearon a su amparo nuevos términos como monoquini, para el top-less -si se admite este anglicismo que evita la expresión y la imagen de “con las tetas al aire”- o incluso triquini, que no se sabe muy bien cómo es. 

       La bomba era el símbolo del poderío yanqui, pero cuatro años después de Hiroshima y Nagasaki la Unión Soviética, que no se quedaba manca, fabricó y detonó su propio artefacto nuclear, lo que hizo que cundiera el pánico ante una confrontación que podía poner fin no solo a los dos bloques en pugna sino a todo el mundo conocido. 

   Atómico se había convertido en un adjetivo que podía ser sinónimo de “excepcional”, “grandioso”, “extraordinario”, capaz de destruir, pero también de suministrar una energía barata y poderosa, como queda dicho. El cuerpo femenino era el lugar del deseo y la destrucción, la metáfora perfecta; podía dar placer y prosperidad, como la energía nuclear, pero sin control, su potencial explosivo era mortal.

 

       Lee Merlin, Miss Bomba Atómica 1957

    Hay algo, por ejemplo, en la imagen de Lee Merlin, miss bomba atómica 1957, que relaciona la recién descubierta bomba atómica con la feminidad destructiva. No solo la nube en forma de hongo de la legendaria foto, que sube de su entrepierna y se expande con forma de hongo al llegar a sus pechos. La emblemática Lee Merlin irradiaba belleza en lugar de partículas atómicas, y era la chica que todos querían que sobreviviera a un ataque nuclear.

    La ciudad de Las Vegas, que ya era un destino obligado para los amantes del placer y del dinero donde se arruinaban y enriquecían los jugadores empedernidos, se convirtió en una atracción turística más por su proximidad a los campos de pruebas nucleares. A comienzos de la década de los años 50, los turistas se agolpaban en los balcones de algunos hoteles para ver embelesados a lo lejos cómo las explosiones iluminaban el cielo y creaban una inmensa nube de algodón con forma de hongo espectacular.

    La amenaza de la bomba atómica que emerge del sótano convertido en refugio antinuclear está de moda otra vez en el siglo XXI. Hasta la Unión Europea ha calificado la energía atómica obtenida de las centrales nucleares como energía natural, ecológica o verde, siempre y cuando se eliminen los residuos radiactivos, claro. La llamada guerra de Ucrania dispara todas las alarmas. Estamos a la expectativa, atentos a nuestras pantallas, de ver quién se tira antes el pedo atómico más descomunal. 


     Ese conflicto, que alimentó la Guerra Fría, ha resucitado ahora, en esta Paz Caliente en la que nos dicen que vayamos preparándonos para la Tercera y Definitiva Guerra Mundial, que según Su Santidad el Papa estamos ya viviendo, que pondrá fin a todas las guerras habidas y por haber. Los expertos aconsejan que vayamos adquiriendo en las farmacias, y haciendo acopio, pastillas de yodo, en concreto de yoduro potásico -la nueva 'vacuna' salvavidas-  contra la radiación nuclear, el nuevo enemigo que se hace viral, yodo que ya produce en las fábricas de Vulcano nuestro Ministerio de Defensa de la Guerra (así llamado porque pretende defendernos de una guerra que él mismo provoca para justificar su existencia enviando armas al frente). Según la Ministra del ramo que regenta dicho contubernio estamos ante la “amenaza real” de un ataque nuclear por parte del malvado Zar de todas las Rusias herederas de la Unión Soviética, que quiere destruir el mundo como el mítico Fu Manchú, que odia la civilización occidental.

sábado, 15 de octubre de 2022

¡Alto (iba ya a decir 'stop') a los anglicismos! (II)

    No soy enemigo yo de extranjerismos que siempre enriquecerán las lenguas nacionales, lo mismo que los extranjeros vienen a curarnos de nuestros nacionalismos, pero muchos de los anglicismos son superfluos e innecesarios, y sólo responden al postureo de presunción de modernidad. Seguimos enumerando algunos.

    ¡Mándame un e-mail (pronunciado i-meil) cuando me podías mandar un 'correo-electrónico', o si queremos abreviar lo de electrónico, que es lo que hacen los ingleses porque es un palabro muy largo, un 'correo-e'!

    Lo de fitness no sé muy bien lo que es, pero creo que se usa como 'ejercicio físico' para estar en forma, algo propio del engendro de la educación física que tanto horrorizaba a Marinea, que se definía a sí mismo como “profesor de gimnasia”, con palabra de más rancio abolengo, por lo que un centro de fitness supongo que es un gimnasio.

    Si hay un deporte rey, ese es el football, que entre nosotros se escribió 'fútbol', pero bien se pudo traducir y haber quedado como 'balompié', que es traducción de “ball” y “foot”, respectivamente. De ese ámbito deportivo nos vino 'chutar', que es anglicismo ya muy arraigado entre nosotros, adaptación del verbo to shoot, con el doble sentido de disparar un arma o un balón, pero también inyectarse una sustancia, ya sea una droga o un experimento genético. Del balompié nos vino también el “gol”, que es la adaptación de “goal” que es 'meta, objetivo', tan cacareado por nuestros locutores deportivos: “hemos metido un goooooool”. 

                                                    Recientemente el presidente del Gobierno de las Españas intervino en la conferencia organizada por la Fundación Bill y Melinda Gates llamada “Goalkeepers”, que en el deporte rey es el nombre de los guardametas, pero aquí se refiere a los conseguidores de los objetivos, en este caso de la agenda 2030, que ya ni siquiera leemos "dos mil treinta", sino Britannico more "veinte treinta". Estos goalkeepers son los que nos meten los goles, nunca mejor dicho, que otros, como la fundación susodicha, determinan.

    Dices que eres gay, cuando toda la vida se dijo en román paladino 'marica' o 'maricón', pero como parece que son insultos prefieres el anglicismo que está de moda. Entre nosotros siempre se dijo gayo, con el sentido de 'alegre y vistoso' y así se hablaba de la 'gaya ciencia', que era la ciencia alegre de la poesía, o como dijo Machado “gay trinar”, para decir que no era un ave de esas que cantan alegremente.

    ¡Dame un like (pronunciado laik), cuando podríamos decir tranquilamente “me gusta”! Vivimos, por cierto, en una dictadura virtual de los likes, buscando la aprobación constante de los demás, y resucitando los signos obsoletos del pulgar hacia arriba y el pulgar hacia abajo para los dis-likes!

    ¿Por qué dices que practicas mountain bike   cuando puedes decir 'bici de montaña'? ¿Hay acaso alguna diferencia entre lo uno y lo otro?

    ¿Te mola hacerte un selfie, narciso impenitente, cuando toda la vida se dijo 'autofoto' o, a lo culto, 'autorretrato', si no fuera tan ridículo eso de posar para uno mismo, sacarse una foto a ti mismo? 


    
¿Por qué le decimos a alguien que no nos haga spoil cuando toda la vida hemos dicho 'no me cuentes la película, que entonces pierdo el interés por ella y ya no la veo porque ¿para qué voy a verla si ya sé de qué va??

    No hay nada peor que formar parte de un think tank o 'laboratorio de ideas', o, traducido más literalmente, 'tanque de pensamiento', expresión que sugiere la existencia de un pensamiento estancado, propio de una mentalidad esclerótica, cuando lo propio de la razón es desembarazarse de ideas y dejar que el pensamiento fluya y no se estanque como los ríos.

    ¿Por qué hablamos de moda vintage cuando tenemos un viejo y precioso prefijo latino que es 'retro', que nos retrotrae y hace retroceder a épocas pasadas? 

(continuará, porque es el cuento de nunca acabar). 

viernes, 14 de octubre de 2022

La hidra de Lerna

     La Hidra, hija de Tifón y Equidna, vivía en las ciénagas pantanosas de Lerna, no lejos de Argos en el Peloponeso. Era un enorme dragón policéfalo, cuyo solo aliento mataba a todo ser viviente que se le acercara. Según la mayor parte de las leyendas tenía nueve cabezas, siendo ocho de ellas mortales, e inmortal la central. Se diría que este monstruo estaba destinado a la eternidad, como escribió Borges en su Libro de los Seres Imaginarios. Si se le cortaba una cabeza, enseguida le brotaban dos en el mismo lugar, duplicándose su número.

    Se cuenta que Hera, la acérrima enemiga del héroe que lleva sin embargo su nombre,  Heraclés, que significa paradójicamente "Gloria de Hera",  la crió para que el hijo que ella tanto hubiera deseado y que no tuvo de su marido se midiera con la monstruosa criatura. De hecho, fue el objeto del segundo de los doce hercúleos trabajos. 



Hidra de Lerna, The Greek Monsters,  Beetroot (2014)

    El semidiós, hijo como era de Zeus y de una mortal, Alcmena, logró vencerla no sin la ayuda de su sobrino Yolao. El héroe cortaba las cabezas y su ayudante le quemaba los muñones con una antorcha, evitando así al cauterizarlas que se reprodujesen. Heraclés enterró la última cabeza bajo una enorme losa a modo de lápida fúnebre impidiendo que se multiplicara, sepultando al monstruo. El héroe untó victorioso sus flechas en la hiel de la hidra, razón por la que las heridas de sus dardos serían incurables y mortales de necesidad.

    A pesar de que Heraclés acabó con el monstruo, este renace y sobrevive en la mitología medieval sin embargo como dragón de múltiples cabezas y llega así hasta nosotros en la actualidad, que no somos semidioses precisamente ni héroes, sino simples mortales que queremos emular a los ídolos de nuestra infancia creando endriagos con los que enfrentarnos.

  
    La imagen de esta hidra de múltiples cabezas se ha convertido en nuestro imaginario actual colectivo en el símbolo de un problema polifacético y sin solución. Este monstruo encarna como ningún otro los muchos problemas que cuando se intentan resolver se multiplican hasta el infinito con numerosas complicaciones, por lo que resultan así irresolubles. La perspectiva de un monstruo policéfalo que se replica a perpetuidad parece el fruto de una horrible pesadilla. La imposibilidad de destruir por completo al endriago hace que corramos el riesgo de provocar nuestra propia destrucción en el intento. Lo mejor sería aceptarlo como tal, porque es imposible destruirlo sin que acabe él con nosotros en ese empeño. A fin de cuentas, nosotros no somos Heraclés.
 
    Examinemos por un instante la etimología de la palabra "problema", que es griega como la propia hidra de Lerna y es lo que ella representa con sus múltiples ramificaciones: está formado por el prefijo pro- que quiere decir “hacia delante”, la raíz verbal -ble- que significa "lanzar" y que comparte con otras palabras como bala, balón y discóbolo, y el sufijo -ma, que indica "resultado de la acción". Un problema es aquello inalcanzable que se proyecta y pone por delante como la zanahoria atada al palo del borrico, para que ande y sólo vea eso en el reducido campo visual que delimitan sus orejeras

 Hércules lucha contra la hidra de Lerna, Zurbarán (1634)


    Cuando queremos resolver los problemas que nos plantean los demás y que nos planteamos nosotros mismos, sólo con pensar en ellos se acrecientan, y se van añadiendo a la madeja, que se enreda fatalmente y se hace cada vez más gruesa y complicada. Los problemas no existen: no hay problemas: los crea nuestra mente. Nuestra obsesión por resolverlos los acrecienta, los alimenta, los multiplica.

    Desde pequeños nos enseñan en la escuela a plantear y a resolver problemas que no tienen solución. Sin ellos no sabríamos vivir ni qué hacer, estaríamos perdidos. Si no los tenemos, los inventamos, los creamos. Al resolver uno, ya hay dos: uno menos y otro más.

jueves, 13 de octubre de 2022

El terraplanismo de la vacunación

    Dice en una entrevista concedida a raíz de la publicación de su libro “El año de la pandemia”, subtitulado “Del estado de alarma al inicio de la vacunación”, el que fuera ministro de Sanidad de las Españas durante el primer mandato pandémico, cuyo nombre propio omito por la delicadeza de no hacer ningún chiste fácil con él, que su mayor preocupación en aquel entonces fueron “los terraplanistas de la vacunación”.
 
 
 
    La pregunta capciosa que le hacía el periodista era: “¿Qué bulo difundido por la derecha recuerda con especial preocupación?” A lo que el señor exministro responde literalmente: "Lo que más nos preocupaba, aunque teníamos datos históricos positivos, era durante la campaña de vacunación todo lo relativo a los terraplanistas de la vacunación; eso sí que nos preocupó. Nuestros índices de vacunación siempre han sido muy altos y creo que se debe a la credibilidad del sistema, pero tuvimos que combatirlo y salir con claridad al respecto".  
 
  Se daba a entender que negar la seguridad y eficacia de los fármacos era “un bulo difundido por la derecha”. Y no sólo la negación sino la simple puesta en tela de juicio: dudar de su seguridad, habida cuenta de su aprobación por vía de urgencia y su carácter experimental, era algo propio de la derecha y, además, un bulo, porque las vacunas -todas, incluidas hasta las que no son vacunas en el sentido tradicional- son seguras y efectivas.
 
    "Los medios de comunicación tuvieron un papel relevante y entendieron lo que había. Nos esforzamos por comunicar y por reconocer qué no sabíamos. Cuando cambiábamos de posición lo explicábamos y creo que la labor de los medios fue muy profesional." 
 
  
 

      Resulta conmovedor, si no fuera patético, el agradecimiento que hace el que regentó el Ministerio de Sanidad a la labor de complicidad y al papel relevante de los medios de comunicación "que entendieron lo que había." 
 
    Daba a entender, en resumidas cuentas, el exministro con el término de “terraplanismo” que los que se oponían a la inoculación de fármacos experimentales eran defensores de que la superficie de la Tierra era, contra toda evidencia científica, plana en lugar de esférica, según la observación desde el espacio y la experiencia de los que como Magallanes y Elcano circunnavegaron los mares del planeta haciendo redondo el mundo "como manda Ptolomeo".
 

        Pero con el término de "vacunación" no estamos hablando de la vacunación en general, ni de todas las tradicionalmente llamadas vacunas, sino solo de las inoculaciones experimentales de ARN mensajero y de vectores virales aprobadas por razones de una emergencia que se declaró adrede para dar salida a dichos tratamientos que no eran otra cosa sino productos comerciales. El león no era tan fiero como nos lo pintaban, pero nos lo pintaron así de fiero para que, amedrentados, nos sometiéramos al experimento voluntariamente.  
 
    Pero lo que nos ha demostrado la experiencia, pasado el tiempo, es que la duda era bastante razonable, y lo que resulta a estas alturas irracional es la pretensión propia de encefalogramas planos de que los sueros inyectados hayan salvado vidas. 
 
    Habida cuenta de ello, los auténticos terraplanistas de la vacunación que deberían preocuparnos son los que, como el señor exministro y los medios de comunicación "que entendieron lo que había", defienden a capa y espada que la susodicha inoculación ha sido la panacea que nos ha librado de la pandemia y ha salvado millones de vidas humanas de la muerte. Que se lo pregunten a las víctimas del experimento que yacen en los cementerios, y a las que, vivas, sufren sus secuelas quizás irreparables.

miércoles, 12 de octubre de 2022

"Carabelas de Colón, todavía estáis a tiempo".

    Agustín García Calvo es el autor de la letra de la canción "Atrás, a contratiempo", que compuso basándose en una ocurrencia de su amigo el escritor Rafael Sánchez Ferlosio, que le ofreció los dos primeros versos (Carabelas de Colón, / todavía estáis a tiempo) y que canta Chicho Sánchez Ferlosio,  animando a las carabelas de Cristóbal Colón a que como monjitas arrepentidas den marcha atrás y vuelvan al puerto del que partieron sin descubrir América, un alegato contra la Historia, y contra lo que se pretende celebrar el día 12 de octubre, que se ha convertido entre nosotros en el Día de la Hispanidad (o de la españolez, como decía don Rafael) y en la Fiesta Nacional.

       

       He aquí la letra de la canción que interpreta Chicho: Carabelas de Colón, / todavía estáis a tiempo. / Antes que el día os coja, / virad en redondo presto, / presto. / Tirad de escotas y velas, / pegadle al timón un vuelco, / y de cara a la mañana / desandad el derrotero. / Atrás, ¡a contratiempo! / Mirad que ya os lo aviso, / mirad que os lo prevengo: / que vais a dar con un mundo / que se llama el Mundo Nuevo, / nuevo; / que va a hacer redondo el mundo, / como manda Tolomeo, / para que girando siga / desde lo mismo a lo mesmo. / Atrás, ¡a contratiempo! / Por delante de la costa / cuelga un muro de silencio; / si lo rompéis, chocaréis / con terremotos de hierro, / hierro. / Agua irisada de grasas / y rompeolas de huesos, / de fruta, de cabecitas / veréis los árboles llenos. / Atrás, ¡a contratiempo! / ¡A orza, a orza, palomas!, / huid a vela y a remo. / El mundo que vais a hacer, / más os valiera no verlo, / verlo. / Hay montes de cartón-piedra, / ríos calientes de sebo, / arañas de veinte codos, / sierpes que vomitan fuego. / Atrás, ¡a contratiempo! / Llueve azufre y llueve tinta, / sobre selvas de cemento, / chillan colgadas en jaulas / crías de monos sin pelo, / pelo. / 

                                            Los indios pata-de-goma, / acorazados de acero, / por caminos de betún / ruedan rápidos y serios. / Atrás, ¡a contratiempo! / Por las calles trepidantes / ruge el león del desierto. / Por bóvedas de luz blanca / revuelan pájaros ciegos, / ciegos. / Hay un plátano gigante / en medio del cementerio / que echa por hojas papeles / marcados de cifra y sello. / Atrás, ¡a contratiempo! / Sobre pirámides rotas / alzan altares de hielo / y adoran a un dios de plomo / con dientes de oro negros, / negros. / Con sacrificios humanos / aplacan al dios del miedo, / corazoncitos azules / sacan vivos de los pechos. / Atrás, ¡a contratiempo! / Trazan a tiros los barrios, / a escuadra parten los pueblos. / Se juntan para estar solos, / se mueven para estar quietos, / quietos. / Al avanzar a la muerte / allí lo llaman progreso. / Por túneles y cañones / sopla enloquecido el Tiempo. / Atrás, ¡a contratiempo! /


                                                                            Por eso, carabelitas, / oíd, si podéis, consejo: / No hagáis historia, que sólo / lo que está escrito está hecho, / hecho. / Con rumbo al sol que os nace, / id el mapa recogiendo, / por el Mar de los Sargazos / tornad a Palos, el puerto. / Atrás, ¡a contratiempo! / Monjitas arrepentidas, / entrad en el astillero. / Os desguacen armadores, / os coman salitre y muergos, / muergos. / Dormid de velas caídas / al son de los salineros / y un día de peregrinas, / id a la sierra subiendo. / Atrás, ¡a contratiempo! / Volved en Sierra de Gata / a crecer pinos y abetos,  / criar hojas y resina / y hacerles burla a los vientos, vientos. / Allí el aire huele a vida, / se siente rodar el cielo, / y en las noches de verano / cantan grillos y jilgueros. /
Atrás, ¡a contratiempo!


        Pero no sólo es el día de la Fiesta Nacional, la Iglesia celebra el día de la Virgen del Pilar, en el que la virgen María se le apareció al apóstol Santiago a la orilluca del Ebro a su paso por Zaragoza.

    Y es también el día de las Fuerzas Armadas, "un día de orgullo, de satisfacción, de sentirnos más unidos que nunca, teniendo en cuenta que somos miembros de un gran país como es España", según la ministra de la Guerra, que en su alocución envía un recuerdo cariñoso "a las familias que han perdido a sus familiares este año. Siempre estarán en nuestros corazones. Su acto de servicio no lo olvidaremos nunca". Considera significativamente la señora ministra que la muerte es un acto de servicio. Y, más adelante, en su breve y atropellada alocución afirma que "es un día muy importante para España y es un día importante para las fuerzas armadas, esas fuerzas armadas generosas, esas fuerzas armadas que están siempre en todos los lugares más difíciles y más complicados en el extranjero y en España; (...) los hombres y mujeres de las fuerzas armadas están siempre presentes con voluntad de servicio y de amor a España".

"Su acto de servicio no lo olvidaremos nunca"
    
     La ministra, delante de la bandera rojigualda española, se encuentra flanqueada por la de la Unión Europea, azul con sus doce estrellas marianas, y la de la OTAN, aquella organización a la que de entrada le habíamos dicho que no y en la que acabamos entrando de cabeza con todas las consecuencias, de color también azul marino como el Océano Atlántico y con la rosa de los vientos que es la brújula que nos marca el Norte.   
 
    La ministra de la Guerra, en otras recientes declaraciones, afirmaba que había que "trabajar pensando en la industria de Defensa" porque esa industria creaba "puestos de trabajo".  Y citaba a modo de ejemplo las fragatas F-110, los submarinos S-80, los vehículos 8 por 8 y un largo etcétera que es clave para la modernidad de las Fuerzas Armadas y la modernización de la industria de Defensa "porque crea muchos puestos de trabajo".  Ese mismo argumento podría llevarnos a la defensa de la prostitución porque, al igual que la industria de Defensa, genera muchos puestos de trabajo. 

martes, 11 de octubre de 2022

El coño

    Se ha hecho viral recientemente un vídeo de 2019 titulado,  #AMATUCHOCHO, que alguien subió a las redes atribuyéndoselo falsamente al Ministerio de Igualdad del Gobierno de las Españas, cosa que las agencias de verificación progubernamentales han desmentido enseguida. En realidad se trata de un challenge (sic, por el anglicismo), es decir, un reto o desafío o quizá provocación de la cantante Mónica Naranjo, que presentaba un programa de divulgación sexual llamado "Mónica y el Sexo" en una cadena de televisión privada que se emitió durante 2019 y 2020.  

 

    Bajo el susodicho lema amoroso, aparecen dieciséis de los nombres vulgares del coño como este mismo de "chocho", incurriendo en el 'caca, culo, pedo, pis' escatológico e infantil, y dieciséis mujeres distintas abocinando su boca como si fuera su vulva. Finalmente la propia Mónica hace lo mismo sacando la lengua a modo de burla dentro de lo que parece una campaña dirigida al empoderamiento de las mujeres que se declaran amantes de su coño, del que se sienten dueñas y señoras, porque es esencialmente "suyo" y de nadie más. La voz de Mónica nos dice que hay muchas formas vulgares de llamarlo pero solo una de liberarlo, que es amarlo: un mensaje insulso e insustancial si no fuera, además, falso.  El amor a lo sometido, si no quiere convertirse en amor a la sumisión misma, debe conllevar la denuncia de aquello que lo somete.

    ¿Qué diríamos si saliera un tipo diciendo #AMATUPOLLA y haciendo un gesto fálico como levantar el dedo corazón o medio doblando los dedos de cada lado, o dándonos un corte de mangas? ¿No nos parecería, además de grosero y políticamente poco correcto, un mensaje intolerablemente machista?

    Me ha parecido, sinceramente, de pésimo gusto y bastante ordinario, pero me ha traído enseguida a la memoria el soneto con estrambote de Belli "La Madre de las Santas", mucho más inteligente y gracioso que el challenge de Mónica, donde se mezclan los nombres cultos y los vulgares, que traduje, o hice una versión, mejor dicho de él, porque la traducción en sentido estricto es en cualquier caso muy difícil, y en este imposible. En él aparecen cuarenta formas diferentes de referirse a lo mismo. Algunos de los términos del soneto han quedado obsoletos en el italiano actual, y se echa de menos uno moderno, que es la "gnocca". Fue escrito en dialecto italiano romanesco por Giuseppe-Gioachino Belli el 6 de diciembre de 1832 en Roma, y se lo dedicó al coño, como complemento del dedicado a la picha, "El padre de los Santos", . 

 
 Quien quiera mentar lo de Catalina
 para hacerse entender de docta gente 
tendrá que decir vulva o vagina 
o sexo femenino mismamente. 
 
Pero la chusma normal y corriente 
decimos coño, chocho o pesetina, 
 concha, hucha, hachazo, capilla ardiente, 
chirla, chirri, raja y almeja y mina,
 
 el chichi o el conejo o la raposa,
 la higa, el parrús, el toto y el michino, 
el potorro, el fandango, o bien la-cosa
 
 o asunto, breva, mondongo y chumino, 
felpudo, loncha, grieta cavernosa, 
castaña, bollo o jaula del pepino. 
 
Y hay en materia tan pecaminosa
 quien dice parte pudenda, hendidura,
 perdición del hombre y sepultura. 
 
El origen del mundo, Gustave Courbet (1866)
 
 

Chi vvò cchiede la monna a Ccaterina
Pe ffasse intenne da la ggente dotta
Je toccherebbe a ddì vvurva, vaccina,
E ddà ggiù co la cunna e cco la potta.

Ma nnoantri fijjacci de miggnotta
Dimo scella, patacca, passerina,
Fessa, spacco, fissura, bbuscia, grotta,
Freggna, fica, sciavatta, chitarrina,

Sorca, vaschetta, fodero, frittella,
Ciscia, sporta, perucca, varpelosa,
Chiavica, gattarola, finestrella,

Fischiarola, quer-fatto, quela-cosa,
Urinale, fracosscio, ciumachella,
La-gabbia-der-pipino, e la-bbrodosa.

E ssi vvòi la scimosa,
Chi la chiama vergoggna, e cchi nnatura,
Chi cciufèca, tajjola, e ssepportura.

Recitado del soneto de G.G. Belli.

lunes, 10 de octubre de 2022

Héroes sanitarios

    El infantilismo del norteamericano medio no tiene límite como demuestra el hecho de que Pfizer-BioNTech, el gigante farmacéutico estadounidense, se haya asociado con la factoría Marvel -¿cómo me las maravillaría yo?- para crear un cómic propagandístico destinado a retrasados mentales instando al público de los infames productos de esa casa a someterse a un pinchazo contra las últimas subvariantes de la última variante del virus coronado, un virus semper mutabile que evoluciona tanto que cuando pronunciamos su nombre ya ha adquirido otra identidad y otro nombre, y a convertirse de este modo en ‘héroes sanitarios de la vida cotidiana corriente y moliente’.

    El argumento, si puede llamarse así, de este despropósito e historia infantiloide, es que un abuelo y su familia, convenientemente enmascarados, aguardan en la sala de espera de una clínica yanqui contemplando como espectadores pasivos -hecho muy significativo este- la televisión. 

    Salta entonces la noticia de última hora en la pantalla de que se ha producido un ataque terrorista de Ultrón, el supervillano -ficticio, insisto en el adjetivo- de los cómix de la Marvel, un robot malísimo cuyo objetivo es destruir a la humanidad, y que evoluciona constantemente y se hace cada vez más fuerte, y muta cual Proteo como el terrible virus en nuevas cepas no dejándose atrapar. 


     El abuelo explica a sus hijos y nietos que el villano Ultrón es el virus coronado Omicrón, que “sigue cambiando”, por lo que los Vengadores -que son los héroes de la maravillosa Marvel y representan -maravíllate- las inoculaciones letales de Pfizer- “siguen adaptándose y reestructurando sus estrategias” para combatirlo, no sin pocas dificultades, porque sigue “evolucionando” como demuestran las últimas subvariantes adoptadas BA.4 y BA.5 .

    El Capitán América, por ejemplo, que está claro lo que representa, entra en escena y es empujado al borde de la derrota, pero entonces aparece el refuerzo de Ironmán que llega con una potente arma de destrucción masiva: un flamante cañón de energía ionizada que hará saltar a Ultrón por los aires expulsándolo al espacio exterior. 


     La lección del abuelo es que la actualización de los sueros de Pfizer pueden como Ironmán con el refuerzo de su potente cañón de iones neutralizar a Ultrón, o sea a Omicrón, que es el último nombre de la amenaza.

    Algo falla y mucho en este relato tan simplón del abuelete. Efectivamente, las inyecciones se adaptan a las nuevas formas que toma el enemigo, pero cuando ya se han adaptado a él, el enemigo, que no es tonto, como queda dicho, va y muta adoptando otra forma, por lo que no pueden destruirlo, entrando en un bucle que no tiene fin, y probando así su ineficacia. Pero no solo eso, porque tampoco son seguras, dado que han hecho enloquecer al sistema inmunitario defendiéndose quijotescamente de un enemigo fantasma sin ninguna necesidad. Por eso, cuando el abuelo le pregunta a Ironmán si los Vengadores se retirarán, el heroico hombre de acero le responde: “Solo estamos empezando”.

    Finalmente, el abuelo y toda su recua recibirán la inoculación, que a eso habían ido y no a otra cosa a la clínica, y nos mostrarán orgullosos y sonrientes la tirita en el deltoides de su brazo izquierdo o derecho como si fuera la cicatriz de guerra por donde ha recibido la proteína  de la espícula. 


     La guinda del pastel la ponen los albañiles, enfermeras, limpiadores de ventanas, estudiantes y una abuela con el lema: “¡Los héroes cotidianos no llevan capas!” Pero sí llevan todos y cada uno una tirita en el deltoides, la señal de que han recibido la última inoculación, porque los héroes de cada día se preocupan tanto por la causa sanitaria que dan su vida por ella heroicamente.

    Y así el abuelo ahora se ha convertido en Pfizer-bioNTechmán, un vengador más, como el Capitán América, como el mismísimo Ironmán, por el simple hecho de haberse sometido a una inoculación innecesaria. Pero no olvidemos una de las características definitivas del héroe: la muerte heroica. En efecto, todos los héroes, cotidianos o no, deben ofrecer su vida por una causa que le dé sentido y la ennoblezca. Esa causa por la que deben estar dispuestos a morir es la sanidad, el higienismo a ultranza, que no la salud. Son héroes sanitarios, lo que no beneficia a la salud de nadie, sino solo a los laboratorios de productos tóxicos con ánimo de lucro.

domingo, 9 de octubre de 2022

Apostillas a dos tuites de Edgar Morin

    En dos tuites del 3 de octubre, Edgar Morin (1921-...), el sociólogo francés, activo en las redes sociales, escribe lo siguiente: 
 
 
    Por la mañana quiero quedarme en la cama donde se está calentito, tan bien como allí donde estaba yo antes de nacer hace 101 años y de donde fui expulsado por una fuerza exterior. Y cada mañana vuelve la fuerza exterior, que arranca la manta y me catapulta al frío mundo. 
   
    Estamos entre dos fuerzas: la exterior que nos catapulta al mundo, y la interior, que nos empuja a volver al claustro materno. Una fuerza nos obliga a levantarnos y ponernos en funcionamiento por la mañana, y otra, por la noche, a volver a la nada primigenia.

Alegoría de la Noche, Hans Sebald Beham (1548) 
("La noche, el amor y el vino no aconsejan nada moderado")

  oOo
 
    La batalla de las palabras es esencial en política porque es con palabras con lo que se conquistan territorios ideológicos. 
 
    Solo un ejemplo: Cuando a unos tratamientos farmacológicos nuevos como las inyecciones de adenovirus y de ARN mensajero contra el COVID-19, nunca antes experimentados y por lo tanto experimentales, se los denomina "vacunas" y no "quimioterapia", por ejemplo, se está favoreciendo una aceptación  mayoritaria, casi totalitaria, aunque afortunadamente la mayoría no somos todos, que de otro modo no habrían conseguido.
 
oOo 
 

 
      En el brevísimo preámbulo de su último libro “Lecciones de un siglo de vida” (2021), Edgar Morin, que actualmente cuenta 101 años de edad, escribe: Entiéndase que no doy lecciones a nadie. Intento sacar lecciones de una experiencia secular y seglar de vida, y deseo que sean útiles a alguien, no solo para interrogarse por su propia vida, sino también para encontrar su propia Vía.

    Entre sus muchas breves e incisivas reflexiones de este libro, que puede considerarse su testamento, destaco estos dos "mementos", como él los denomina:
 

    Para envejecer bien, uno tiene que guardar en sí las curiosidades de la infancia, las aspiraciones de la adolescencia, las responsabilidades del adulto, y en la vejez intentar extraer la experiencia de las edades precedentes. 

    Deberíamos buscar una vacuna contra la rabia específicamente humana, pues estamos en plena epidemia.

     

sábado, 8 de octubre de 2022

¡Alto (iba ya a decir 'stop') a los anglicismos! (I)

    En vez de decir que tenemos un coach o coaching podemos decir un 'entrenador' o un 'entrenamiento', si la cosa va por lo físico, y si va por lo otro, por lo psíquico o espiritual, un 'mentor', resucitando el nombre propio de Méntor, personaje de la Odisea, consejero de Telémaco.

    ¿Qué necesidad hay de decir crowdfunding cuando disponemos de un precioso término grecolatino que es 'micromecenazgo', que utiliza el prefijo griego micro- 'pequeño' y el término mecenazgo, que deriva del nombre propio de Gayo Cilnio Mecenas, aquel consejero del emperador Augusto y patrocinador y protector de artes y artistas?

    ¡Que nos inundan de fake news a todas las horas del día y de la noche no es un secreto para nadie! No hace falta más que encender el televisor y sintonizar una cadena pública o privada, da igual para el caso, a la hora de un informativo. Sin embargo, siempre hemos dicho que todo lo que decían los medios eran 'patrañas', 'bulos', 'cuentos' y, en definitiva, 'cochinas mentiras'. No hace falta recurrir al inglés para  dárselas uno de enterao y para que no lo entienda el vulgo a la primera.

 

    Decir que tenemos un look tal o cual no nos ahorra más que alguna sílaba, habida cuenta del monosílabo de la lengua del Imperio británico que empleamos, cuando podemos decir como toda la vida se ha dicho 'aspecto' 'apariencia' y hasta 'cara' o 'tipo'.

    En vez de hablar de vuelos low cost podemos decir 'baratos' o 'tirados de precio', si son muy baratos. La mayoría de las veces son tan baratos que cuesta más el tren o autobús de cercanías del aeropuerto a nuestro destino que el vuelo propiamente dicho al destino aeroportuario.

    ¡Cómo se ha impuesto lo de hacer las cosas on line cuando podemos decir tranquilamente 'en línea', usando la vieja palabra latina linea, que era el nombre de la fibra o hilo del lino -la cuerda que nos amarra y que marca la raya- y, sin embargo, cómo no ha cuajado o coagulado off line, que sería lo contrario, o sea, sin conexión, qué bendición, a internet o a otra red de datos!

     ¿Qué diferencia hay entre hacer running y ser runner, cuando puedes decir simplemente que eres 'corredor' y que sueles 'salir a correr', o si te empeñas en profesionalizarte, que practicas 'atletismo' y eres 'atleta', resucitando estas nobles y olímpicas palabras griegas?

    ¿Hay alguna diferencia entre ser single,  como dicen algunos, derivado del latín singulus vía anglosajona, y estar 'soltero',como se ha dicho toda la vida, derivado de solitarius, que generó dos palabras distintas (soltero/solitario), además del plus de tener unos conocimientos elementales muy básicos de la lengua del Imperio de los que presumir?

    ¿Qué necesidad había de ningún sponsor cuando disponíamos del nombre propio convertido ya en común de 'mecenas', para hablar de un patrocinador, y no tener que recurrir al viejo nombre latino del padrino vía anglosajona (sponsor sponsoris 'fiador, garante', y coniugii sponsor 'el que da palabra de casamiento o de unión conyugal')?

       ¿Por qué nos empeñamos en decir y escribir week-end -yo sería más partidario, en todo caso, de escribir güiquén como se hizo con el güisqui- cuando toda la vida hemos esperado el 'fin de semana' (o 'finde', como lo abreviamos ahora) confiando ilusamente en que supusiera el definitivo fin de la semana laboral y no la vuelta a empezar de todos los lunes?

viernes, 7 de octubre de 2022

Fábula del hacha y el mango

“El bosque seguía muriéndose y los árboles seguían votando al hacha. Ella, mucho más astuta, los había convencido de que por tener el mango de madera era uno de ellos”.


    Celebro la ocurrencia de esta brevísima fábula del bosque que no cree que el hacha y los árboles estén hechos de la misma madera. No sé si será un proverbio turco, como a mí me ha llegado, o no. Sospecho que lo de “turco” solo sea para darle el prestigio del barniz de la sabiduría oriental, como si dijéramos “chino” o “árabe”, por aquella percepción que tenemos en Occidente de que la luz nos viene de Oriente: ex Oriente lux

    De cualquier modo, en la forma en que me ha llegado no creo que sea muy antiguo, porque se hace referencia a la moderna democracia representativa con la expresión “votando al hacha”. Hasta finales del siglo XVIII, en efecto, por 'democracia' se entendía “democracia directa” a la griega, como en la Atenas de Periclés, donde se tomaban las decisiones en asamblea. Sólo a partir de entonces, la democracia pasa a conllevar entre sus notas definitorias la noción moderna de representativa que supone votar a alguien para que tome el timón y nos gobierne. 

    Estoy convencido de que esta fábula del hacha y el mango, tal como se ha presentado, es una fábula moderna. Sin embargo, sí que creo que de alguna forma es un refrán popular porque refleja el sano escepticismo del pueblo y de la gente, que en seguida descubre la mentira con la que se pretende engañarla.

    Buen ejemplo de esto podría ser esta viñeta, que, a su modo, también es una microfábula: El lobo promete a las ovejas en un mitin electoral volverse vegetariano, y todas aclaman al líder que, como cabe esperar, incumplirá sus promesas devorándolas una tras otra, cosa que está en su naturaleza.

 

    Buscando hacia atrás un poco en la tradición clásica literaria grecolatina algún antecedente de la fábula del hacha y el mango, encuentro en el repertorio de fábulas griegas de Esopo una que podría ser el origen de la fábula moderna que he presentado. Se trata de la número 142 (Las encinas y Zeus), que dice así en la traducción de Pedro Bádenas de la Peña publicada por Gredos.

Las encinas y Zeus. Una vez las encinas, llegándose a presencia de Zeus, arriesgaron estas palabras de reproche: «Oh, Zeus, fundador de nuestra raza y padre de todas las plantas. Si íbamos a ser cortadas, ¿por qué nos creaste?» A esto Zeus, sonriendo, contestó así: «Vosotras mismas proporcionáis el instrumento que se vuelve contra vosotras. Si no hubierais engendrado todos los mangos, no habría hachas en casa de los campesinos.» 

El bosque y el leñador, Gustavo Doré (1832-1883)

    Encuentro en el fabulista francés Jean de La Fontaine, una fábula inspirada en la queja de las encinas a Zeus de Esopo, titulada El bosque y el leñador (libro XII, fábula 16, publicada originalmente en 1679), que ilustró el grabador francés G. Doré, como tantas otras suyas. En traducción castellana de don Bernardo María de Callada en octosílabos romanceados, dice así: 

Acababa un leñador / de perder de su hacha el mango. / No podía repararse / esta pérdida hasta tanto / que se dejase en el bosque / de cortar por unos años. / Suplicóle humildemente / el hombre que un solo palo / le prestase, a fin de hacer / para su hacha un nuevo mango. / Y ofreció que a emplear iría / en otra parte sus brazos / dejando en pie a las encinas / y demás árboles altos, / cuya antigüedad remota / veneraban los humanos. / Dióle el inocente bosque / otras armas (costóle harto). / Púsole el mango a su hierro, / y de él se sirvió el ingrato / para ir a su generoso / consolador despojando / de sus más bellos adornos. / Su propio don fue su estrago. / De esta manera obra el mundo, / y así lo hacen sus sectarios. / Se sirven del beneficio / los que están beneficiados / contra el mismo bienhechor. / Mas ¿de qué sirve afearlo? / ¡Quién no se lastimará / de que hasta los solitarios / dulces y sombríos bosques / experimenten tal pago! / ¡Ah! Por más que yo predique / y me haga incómodo, es llano / que la ingratitud y abusos / no serán menos usados!

    Rebuscando en el repertorio de fábulas literarias castellanas, encuentro esta de Samaniego, más breve, titulada “La hacha y el mango”, que es la número 12 de su libro IV, inspirada en La Fontaine y lejanamente en Esopo, compuesta por hendecasílabos (salvo un heptasílabo) con rimas pareadas. Está incluida en su Fábulas en verso castellano para el uso del Real Seminario Bascongado, publicado en 1784.

Un hombre que en el bosque se miraba / con una hacha sin mango suplicaba / a los árboles diesen la madera / que más sólida fuera / para hacerle uno fuerte y muy durable. / Al punto la arboleda innumerable / le cedió el acebuche; y él, contento, / perfeccionando luego su instrumento, / de rama en rama va cortando a gusto / del alto roble el brazo más robusto. / Ya los árboles todos recorría, / y mientras los mejores elegía / dijo la triste encina al fresno: “Amigo: / infeliz del que ayude a su enemigo”.