En dos tuites del 3 de octubre, Edgar Morin (1921-...), el sociólogo francés, activo en las redes sociales, escribe lo siguiente:
Por la mañana quiero quedarme en la cama donde se está calentito, tan bien como allí donde estaba yo antes de nacer hace 101 años y de donde fui expulsado por una fuerza exterior. Y cada mañana vuelve la fuerza exterior, que arranca la manta y me catapulta al frío mundo.
Estamos entre dos fuerzas: la exterior que nos catapulta al mundo, y la interior, que nos empuja a volver al claustro materno. Una fuerza nos obliga a levantarnos y ponernos en funcionamiento por la mañana, y otra, por la noche, a volver a la nada primigenia.
("La noche, el amor y el vino no aconsejan nada moderado")
oOo
La batalla de las palabras es esencial en política porque es con palabras con lo que se conquistan territorios ideológicos.
Solo un ejemplo: Cuando a unos tratamientos farmacológicos nuevos como las inyecciones de adenovirus y de ARN mensajero contra el COVID-19, nunca antes experimentados y por lo tanto experimentales, se los denomina "vacunas" y no "quimioterapia", por ejemplo, se está favoreciendo una aceptación mayoritaria, casi totalitaria, aunque afortunadamente la mayoría no somos todos, que de otro modo no habrían conseguido.
oOo
En el brevísimo preámbulo de su último
libro “Lecciones de un siglo de vida” (2021), Edgar Morin, que
actualmente cuenta 101 años de edad, escribe: Entiéndase que no doy
lecciones a nadie. Intento sacar lecciones de una experiencia secular y
seglar de vida, y deseo que sean útiles a alguien, no solo para
interrogarse por su propia vida, sino también para encontrar su propia
Vía.
Entre sus muchas breves e incisivas reflexiones de este libro, que puede considerarse su testamento, destaco estos dos "mementos", como él los denomina:
Para envejecer bien, uno tiene que guardar en sí las curiosidades de la infancia, las aspiraciones de la adolescencia, las responsabilidades del adulto, y en la vejez intentar extraer la experiencia de las edades precedentes.
Deberíamos buscar una vacuna contra la rabia específicamente humana, pues estamos en plena epidemia.
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