jueves, 27 de octubre de 2022

Me parece a mí (VII)

31.- Un político mediocre de esta inveterada España, donde en apariencia no pasa nada, donde no parece haber mucha inquietud tampoco ni rebeldía contra el estado actual de cosas, un político resentido porque no alcanzó en el último momento la presidencia del gobierno que le auspiciaban todas las encuestas y pronósticos lanzó, sin querer, el ataque teórico más virulento contra la democracia que podría imaginarse proviniendo de un demócrata: Se pueden decidir muchas cosas por mayoría, pero una cosa es que algo se decida por mayoría, y otra que sea verdad. Y tiene razón. Ya había sugerido algo parecido Coluche, el bufón francés que contaba chistes y decía cosas muy serias: No por ser numerosos los que se equivocan van a tener razón.

 32.- Hoy no se estudia Historia Sagrada, como se hacía antes en las vetustas Enciclopedias de mi niñez. Es una lástima porque es una pérdida irreparable. Sin embargo, la desaparición de la Historia Sagrada de los planes de estudio ha conllevado, o tempora o mores, no tanto la profanación de dicha historia cuanto la sacralización de la historia profana y en rigor de toda la Historia Universal. La musa de la Historia, Clío -Clío, cantando hazañas, devuelve al pasado su tiempo- se encarga de engañarnos haciéndonos creer que hay otras épocas, y que la nuestra, que es en verdad la única que hay aquí y ahora, comparada con las pasadas es mejor que aquellas porque ahora se vive mejor, porque hemos progresado, porque ya no hay esclavitud, por ejemplo, porque la esperanza de vida... Se nos oculta el hecho fundacional que inaugura la Historia Universal que es nuestra expulsión del paraíso, y que toda la historia desde entonces no es más que historia de la Dominación, que es lo único que ha progresado. Siempre habrá gente que esté más dominada y peor que nosotros, nos dicen, en otras épocas y en otros mundos, como ahora mismo en el "tercer mundo", lo que se dice para consolarnos de nuestro desconsuelo irremediable.

Clío, musa de la Historia

33.- La Muerte nos llama a todos y cada uno de nosotros no por nuestro nombre común o de pila, corriente y moliente, sino por nuestro nombre propio, con dos apellidos, para que entremos en la Historia, Dios nos libre, o en la fosa común y anónima, bendita sea, del más definitivo de los olvidos.

 34.- Ni monarquía ni república: todo hombre es un rey. Toda mujer una reina. Este aserto restituye la dignidad del cetro y la corona a todos y cada uno de nosotros, a cualquier ser humano, príncipe y princesa, que tras ser condenados al destierro del paraíso están gritando a voces y clamando por el retorno del exilio y la restitución en el trono de la legítima dinastía de su reino.


35.- Un cura católico a una pareja de recién casados: -No os envosmisméis, no os enmisméis en vosotros mismos, no os cerréis a los demás, no convirtáis vuestra unión en un búnker. El mundo no se reduce a vuestro lecho nupcial por muy placentero que sea. El sacerdote no les está incitando a la infidelidad conyugal, nada más lejos de su intención, por supuesto, pero les está sugiriendo que la fidelidad ciega, exclusiva y excluyente, hacia una persona conlleva infidelidad imperdonable hacia las demás. Ya Proust escribió algo así, si no recuerdo mal, sentenciando que cuando uno está enamorado ya no quiere a nadie, ni siquiera a la persona de la que uno está enamorado.

 

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