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sábado, 2 de marzo de 2024

Noticias del mundo y Cita con Adorno

Noticias del mundo
 

La Tierra, aunque achatada por los polos, no es plana sino redonda según la evidencia científica, pero el mundo es cada vez más plano, y plano su encefalograma. 

 En el Ministerio de Defensa no se habla del concepto obsoleto de “guerra” sino del eufemismo “resolución de conflictos”, como si no fuera lo mismo de lo mismo. 

Sancho Panza, antes de hacerse cargo del gobierno de la ínsula, le escribía a su mujer que iba, como todo gobernador, a hacer dineros “con grandísimo deseo”. 

La Vonder, como ya hizo durante la pandemia con la industria farmacéutica, garantiza ahora a la militar dinero de los contribuyentes y un negocio “sostenible”. 

La guerra se detiene, como todo el mundo sin duda sabe, fabricando armamento y enviándolo al frente, igual que se apaga un incendio echándole al fuego gasolina. 

 Caen las mascarillas: Si había alguna duda, ya sabemos cuál era la verdadera razón de obligarnos a llevar bozal pese a su ineficacia demostradísima: el negocio. 

El ejército protege la paz y la industria farmacopólica la salud, sosteniendo ambos guerras y enfermedades respectivamente como justificación de su existencia.

 

 ÚLTIMA HORA: Israel dispara a una multitud que asalta camiones de comida en Gaza “en un incidente (literal) con decenas de muertos”, según el Periódico Global.

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Cita con Theodor W. Adorno
 
Freiheit wäre, nicht zwischen schwarz und weiß zu wählen, sondern aus solcher vorgeschriebenen Wahl herauszutreten. (Theodor W. Adorno, Minima moralia 85). 
 
"La libertad consiste no en elegir entre blanco y negro, sino en escapar de toda alternativa preestablecida." 

 
 
 
 

jueves, 13 de octubre de 2022

El terraplanismo de la vacunación

    Dice en una entrevista concedida a raíz de la publicación de su libro “El año de la pandemia”, subtitulado “Del estado de alarma al inicio de la vacunación”, el que fuera ministro de Sanidad de las Españas durante el primer mandato pandémico, cuyo nombre propio omito por la delicadeza de no hacer ningún chiste fácil con él, que su mayor preocupación en aquel entonces fueron “los terraplanistas de la vacunación”.
 
 
 
    La pregunta capciosa que le hacía el periodista era: “¿Qué bulo difundido por la derecha recuerda con especial preocupación?” A lo que el señor exministro responde literalmente: "Lo que más nos preocupaba, aunque teníamos datos históricos positivos, era durante la campaña de vacunación todo lo relativo a los terraplanistas de la vacunación; eso sí que nos preocupó. Nuestros índices de vacunación siempre han sido muy altos y creo que se debe a la credibilidad del sistema, pero tuvimos que combatirlo y salir con claridad al respecto".  
 
  Se daba a entender que negar la seguridad y eficacia de los fármacos era “un bulo difundido por la derecha”. Y no sólo la negación sino la simple puesta en tela de juicio: dudar de su seguridad, habida cuenta de su aprobación por vía de urgencia y su carácter experimental, era algo propio de la derecha y, además, un bulo, porque las vacunas -todas, incluidas hasta las que no son vacunas en el sentido tradicional- son seguras y efectivas.
 
    "Los medios de comunicación tuvieron un papel relevante y entendieron lo que había. Nos esforzamos por comunicar y por reconocer qué no sabíamos. Cuando cambiábamos de posición lo explicábamos y creo que la labor de los medios fue muy profesional." 
 
  
 

      Resulta conmovedor, si no fuera patético, el agradecimiento que hace el que regentó el Ministerio de Sanidad a la labor de complicidad y al papel relevante de los medios de comunicación "que entendieron lo que había." 
 
    Daba a entender, en resumidas cuentas, el exministro con el término de “terraplanismo” que los que se oponían a la inoculación de fármacos experimentales eran defensores de que la superficie de la Tierra era, contra toda evidencia científica, plana en lugar de esférica, según la observación desde el espacio y la experiencia de los que como Magallanes y Elcano circunnavegaron los mares del planeta haciendo redondo el mundo "como manda Ptolomeo".
 

        Pero con el término de "vacunación" no estamos hablando de la vacunación en general, ni de todas las tradicionalmente llamadas vacunas, sino solo de las inoculaciones experimentales de ARN mensajero y de vectores virales aprobadas por razones de una emergencia que se declaró adrede para dar salida a dichos tratamientos que no eran otra cosa sino productos comerciales. El león no era tan fiero como nos lo pintaban, pero nos lo pintaron así de fiero para que, amedrentados, nos sometiéramos al experimento voluntariamente.  
 
    Pero lo que nos ha demostrado la experiencia, pasado el tiempo, es que la duda era bastante razonable, y lo que resulta a estas alturas irracional es la pretensión propia de encefalogramas planos de que los sueros inyectados hayan salvado vidas. 
 
    Habida cuenta de ello, los auténticos terraplanistas de la vacunación que deberían preocuparnos son los que, como el señor exministro y los medios de comunicación "que entendieron lo que había", defienden a capa y espada que la susodicha inoculación ha sido la panacea que nos ha librado de la pandemia y ha salvado millones de vidas humanas de la muerte. Que se lo pregunten a las víctimas del experimento que yacen en los cementerios, y a las que, vivas, sufren sus secuelas quizás irreparables.

martes, 27 de septiembre de 2022

¿Eso es lo que te enseñan en la escuela?

    En un libro de texto de tercero de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) destinado a alumnos preadolescentes que cumplen los catorce años durante el curso, se les explica el negacionismo del siguiente modo: Negacionismo: A pesar de los avances humanos, algunas personas niegan los datos, las evidencias y los hechos demostrados. Aunque nos parezca increíble, hay quienes creen que la Tierra es plana, que el ser humano no ha llegado a pisar la Luna o que las vacunas son ineficaces y peligrosas. A estas ideas se las denomina negacionistas
 
 
    Ni siquiera se les explica el origen del término según la docta Academia: Actitud que consiste en la negación de determinadas realidades y hechos históricos o naturales relevantes, especialmente el holocausto. La voz “negacionismo”, efectivamente, se hizo conocida en los años cincuenta del siglo pasado por los nazis, pronazis o neonazis que negaban el holocausto. Derivado de 'negación' (latín negationem), con el sufijo grecolatino -ismo. La explicación adecuada sería 'interpretación deformada de la historia, que contradice la realidad y las pruebas del exterminio de la población judía de Europa por los nazis, y que niega más particularmente la existencia de las cámaras de gas en los campos de exterminio, mal llamados de concentración'. 
 
    El término puede emplearse por extensión a propósito de otras masacres a gran escala, como el genocidio armenio de 1915, pero nació específicamente para aplicarse a la shoá, que es palabra hebrea que significa 'catástrofe' o 'devastación' y es la denominación que utilizan los judíos para referirse al holocausto. 
 
    Se incluye a veces también, por extensión, entre los negacionistas a los revisionistas, que son aquellos que, si bien no niegan directamente el hecho histórico de la shoá, minimizan la amplitud de su alcance. Pero en este último caso es preferible el término 'revisionismo'). 
 
Los inútiles para el trabajo, David Olère, 1952
 
     Los terraplanistas y los que niegan el alunizaje de la NASA no se pueden comparar con los que creen que las vacunas son ineficaces y peligrosas. En primer lugar, porque no se puede generalizar, y porque habría qué especificar antes qué es una vacuna, a qué llamamos “vacuna”, y de qué vacunas estamos hablando. Porque si metemos en el saco de las vacunas las inoculaciones de adenovirus y de ARN mensajero contra la enfermedad del virus coronado del 2019, yo también creo que son ineficaces y que son peligrosas, y no me considero por ello yo negacionista, porque no niego el alunizaje de la NASA ni la redondez de la Tierra, aunque redonda como una pelota no es exactamente, sino achatada por los polos, como me enseñaron en la escuela. 
 
    En cuanto a la llegada del Apolo XI y de Neil Amstrong a la Luna, siempre recordaré que lo vi por televisión, en blanco y negro y en directo. ¿Cómo no iba a creer lo que veía con mis propios ojos y echaban por la tele?
 
 
    Yo tenía 9 años, y mi padre me despertó para ver aquel acontecimiento histórico a las cuatro de la mañana, diciéndome que no lo olvidaría nunca, como así ha sido. 
 
    Muchos profesionales de la medicina, que no tienen conflicto de intereses con los laboratorios farmacéuticos, consideran que tanto la vacuna contra el covid-19 como la de la gripe son vacunas fallidas. 
 
    Hay algunos que consideran que todos los medicamentos tienen efectos secundarios adversos, y probablemente es verdad, y hay quien llega a decir que muchas personas han muerto por tomar una simple aspirina. Pero quien considere que las vacunas de adenovirus y de ARN mensajero son medicamentos, se equivoca porque no curan ninguna enfermedad ni previenen el contagio. Quien diga que son medicamentos está justificando los efectos adversos en el proceso de inoculación, que, por cierto, en nuestro país no ha sido obligatorio. 
 
    
     Es cierto que no nos han obligado por la fuerza, poniéndonos la pistola en el pecho, a que nos vacunásemos, pero sí nos han constreñido y estigmatizado de mil maneras, desde considerarnos insolidarios (hazlo por ti y por los demás, para protegerte tú y proteger a tus seres queridos, nos decían), egoístas, magufos -magos que creen en los UFOS u OVNIS- que no creíamos en la Iglesia de la Santa Ciencia hasta criminales que queríamos matar a nuestra abuela, nos han exigido el carné de vacunación para entrar a los restaurantes y bares y para viajar, y a muchos hasta para trabajar so pena de despido. 
 
    Eso no es, desde luego,  ponerte una pistola en el pecho, cosa que hoy está muy mal vista, pero poco falta. Hoy no se estila obligar a nadie por la fuerza: se prefiere que sea uno mismo quien, voluntariamente, cumpla con las obligaciones que le mandan.