jueves, 23 de junio de 2022

Mensajes breves

¡Atención a la amenaza de la nueva y por ahora última variante de la variante Ómicron, la subvariante BA-5, del virus pandémico que puede arruinarnos el verano! 
 
Dicen que necesitamos dosis de recuerdos para olvidarnos -oximoro genial- de la pandemia y la pandémica fatiga de soportar las restricciones que hemos padecido.
 
 
La visión compulsiva de series y películas sirve para pasar las horas muertas, es decir, para matar las vivas a fin de que no nos enteremos del crimen cometido. 
 
Series y películas sustituyen la realidad por la ficción y no nos dejan ver, absortos en su contemplación pasiva, que la realidad misma es quimérica ficción. 
 
Hacer turismo para engañarse uno a sí mismo, que, vaya a donde vaya, cambiando de paisaje y paisanaje, si abre bien los ojos, verá siempre lo mismo por doquier. 
   
 La luz al final del túnel que dicen algunos que ven es la de un tren en marcha que viene hacia nosotros resuelto y decidido a atropellarnos a gran velocidad. 
 
 El poder al que vivimos sometidos hoy es el más tóxico que puede haber, un virus incrustado como está en todas y cada una de nuestras más recónditas neuronas. 
 
 
Hay que ser idiota rematado para soportar la existencia, que no la vida, que llevamos a diario, y a Leviatán, la peor divinidad de la mitología que nos venden. 
 
Uno tiene la necesidad de matar a los demás, es decir, de certificar que los demás se mueren, para sentirse vivo, de ahí el éxito de las esquelas necrológicas. 

La rebelión contra el dinero está mal pagada desde el momento en que el dinero, huelga decir, es la moneda con que el mundo nos paga, nos apacigua y nos apaga.


 

 

miércoles, 22 de junio de 2022

Money

 


     Presento en la página aneja de Lecturas una versión rítmica y rimada de In terra summus (Carmina Burana 11), presentación que acompaño aquí con el tema musical Money de Pink Floyd, que compuso Roger Waters, incluido en su mítico album "The dark side of the Moon",  La cara oculta de la luna, de 1973.

 

    La mayor influencia de este poema latino compuesto por cincuenta versos leoninos que conozco en nuestra literatura castellana recae en el «Enxienplo de la propiedat qu'el dinero ha», estrofas 490-514 del "Libro de buen amor" de Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, obra del siglo XIV, cuya lectura se puede acompañar escuchando la versión musicada que hizo Paco Ibáñez de esos versos, que tituló "Lo que puede el dinero".


martes, 21 de junio de 2022

Versos leoninos

    Preparando la traducción del poema In terra summus... incluido en el cancionero de los Carmina Burana (CB 11) sobre el poder del dinero, me he encontrado con algunos otros versos marginales de los manuscritos. Son versos leoninos como los cincuenta que componen este poema, caracterizados formalmente por su hechura clásica cuantitativa, hexámetros dactílicos como los de Homero o Virgilio, que contienen ya la invención moderna de la rima, desconocida por la poesía griega y latina antiguas, que parte el verso en dos hemistiquios, subrayando la cesura medial. Todos ellos contienen la palabra "nummus", que significa moneda, dinero, de donde a través de su derivado numisma procede nuestra numismática o estudio de monedas. La etimología, por cierto, de 'moneda' nos retrotrae más de dos mil años al templo de la diosa Iuno Moneta, o Juno Consejera o Monitora (del verbo monere 'aconsejar'), junto al cual templo se acuñaba lo que pasaría a denominarse "moneda", o simplemente "money" en la lengua del Imperio.   
 
    El dinero, precisamente, es el tema sobre el que versan estos versos, que pueden leerse como si fuesen aforismos, dado que cada uno configura por sí solo un micropoema, por así decirlo, monóstico o compuesto de un solo verso que se parte en dos por la rima interna.
         

    Nummus erit princeps / et erit rex, papa deinceps. (Príncipe, rey y vicario / de Cristo será don Denario)
    Literalmente dice "el dinero será príncipe, y será rey, y finalmente  papa". (He recurrido en mi versión a la invención etimológica de don Denario a imagen del Don Dinero de la letrilla satírica quevediana para traducir el latín 'nummus' en este caso. El término 'dinero', por cierto, es un derivado del 'denarius' que se conserva en castellano como cultismo, 'denario', nombre de la moneda romana de plata que equivalía a diez ases, y que ha dado origen al mismo tiempo a nuestro término patrimonial 'dinero', que pasó a ser el nombre común del vil metal en general. En realidad denarius era un adjetivo que significaba 'de diez' y que acompañaba habitualmente al sustantivo nummus 'moneda': la fórmula denarius nummus acabó simplificándose al desaparecer y sobreentenderse el sustantivo nummus, como sucede tantas veces en las lenguas, como en los ejemplos castellanos : un (cigarro) puro, un (vino) blanco en los que el adjetivo ha acabado sustantivándose y haciendo las veces del nombre. 
 
    Stat resupina solo / pro nummo femina solo. (Podría ser una aproximación la traducción: Sólo la hembra se acuesta / a cambio del precio que cuesta). El latín juega con una 'falsa' rima, dado que el primer sŏlō (suelo) con o breve no es idéntico al segundo sōlō (solo) con o larga. Revela este hexámetro no tanto la misoginia en general de sus autores, sino la aversión particular a las mujeres que venden sus favores prostituyéndose.  La mujer sólo se mete en el lecho, literalmente sólo se tumba de espaldas en el suelo, si media el dinero.
 
 
     Pro Nummo plorat,  / pro Nummo clericus orat. (Por don Dinero llora,  / por Él el clérigo ora). 
    Se hace eco este verso del anticlericalismo de sus autores, aquellos golfos goliardos medievales aficionados al vino de las tabernas y a cantarles las cuarenta, amantes también del juego, a los clérigos que deploran el poder que tiene el dinero sobre los hombres y que a la vez pasan el cepillo o cepo, o sea la caja que servía para recoger las limosnas en la iglesia. 

   Nummus emit villas, / struit urbes, destruit illas. (Compra fincas, costruye / ciudades Mammón y destruye).
    Traduzco aquí Nummus por Mammón, con el nombre bíblico del personaje del demonio de la avaricia y la codicia que encarna el poder costructor y a la vez destructor del dinero. 
 
    Cuius bursa sonat, / hunc totus mundus honorat. (Al que le suena la bolsa, / el mundo entero le gloria). 
    Este hexámetro tiene la peculiaridad de la rima asonante o parcial, reducida solo al eco de las vocales, y presenta la novedad de referirse al dinero con "bursa", la bolsa, faltriquera, cartera o monedero en el que se guardan las monedas. La expresión "bursa sonat"  recuerda  al dicho catalán que popularizaron los comerciantes italianos Barcelona es bona si la bossa sona. 
 
 
    Dum mea bursa sonat, / hospes mihi fercula donat. (Si mi bolsa resuena, / me da el mesonero la cena. Otra versión posible, respetando más la música que la letra, podría ser Mientras la bolsa me suena, no falta en la mesa la cena).
      
    Lex datur a summo / quod nemo bibat sine nummo. Ley de lo alto no aprueba / que haya sin plata quien beba
    A imagen y semejanza de este verso tabernario, se me ocurría a mí este otro hexámetro dactílico perfectamente clásico y leonino, que indica no sólo como decía el goliardo medieval que sin dinero no se podía beber en la taberna, sino que ahora no se "puede" simplemente vivir ya sin dinero, al menos eso es lo que se nos dice desde las altas esferas para hacer que lo creamos: Lex datur a summo / ne quis uiuat sine nummo: Ley se nos da de arriba / que no haya sin pasta quien viva.
 

lunes, 20 de junio de 2022

Más neolengua orgüeliana

  1.- Otro ejemplo de neolengua orgüeliana, además de la conocida tríada de los tres eslóganes del Partido que exhibía el Ministerio de la Verdad, guerra es paz, libertad es esclavitud e ignorancia es fuerza
 
-a los que había que añadir un cuarto que aprendimos durante el bienio pandémico de que salud es enfermedad y de que había enfermos asintomáticos, es decir sin síntomas aparentes de malestar, es decir, pacientes imaginarios o molierescos, (algo de lo que ya nos había advertido el doctor Knock cuando afirmó que 'los que gozan de buena salud son enfermos que no lo saben') es a propósito de las inoculaciones vacunales el beneficio maléfico, es decir, que algo que supuestamente tenía que hacernos bien como una vacuna nos causa sin embargo mal, 
 
(al revés del dicho popular de que no hay mal que para bien no venga, nos encontramos aquí con 'no hay bien que para mal no venga').
 
 
    2.- El beneficio maléfico explicaría el caso de que haya pacientes supuestamente inmunizados con la pauta completa de vacunación -si tiene algún sentido lo de 'completa' cuando se precisan refuerzos o dosis de recuerdo una y otra vez para revitalizar su salvífico efecto-  que requieren hospitalización y cuidados intensivos porque al parecer presentan auto-anticuerpos que impiden el buen funcionamiento de su sistema inmunitario, los cuales neutralizan la acción de las proteínas que constituyen la primera barrera inmunológica del virus. 
 
Suelen explicarnos los biólogos  y bioquímicos la complejidad del sistema inmunitario recalcando su fragilidad; si su equilibrio se altera, el sistema puede volverse contra el anfitrión y hacer que su salud se resienta. Lo que pretendía fortalecer artificialmente el sistema inmunitario acaba así por debilitarlo y romper su equilibrio natural. Ahí es donde tenemos que los elementos inmunes 'beneficiosos' pueden convertirse en armas maléficas que arrojan piedras contra su propio tejado... 
     

     3.- Que este fenómeno de la neolengua que describió Órgüel no es propio sólo de los siglos XX y XXI nos dan cuenta también los testimonios de los antiguos, de los que recojo por curiosidad un par de ellos al azar:
 
-entre los historiadores griegos, este de Tucídides a propósito de las consecuencias morales de la guerra civil, tomado del libro III de la Historia de la Guerra del Peloponeso, capítulo 82, parágrafo 4, que en la traducción de J.J. Torres Esbarranch dice así: Cambiaron incluso el significado normal de las palabras en relación con los hechos, para adecuarlas a su interpretacion de los mismos; (y en la de Rodríguez Adrados: Cambiaron incluso, para justificarse, el ordinario valor de las palabras) La audacia irreflexiva pasó a ser considerada valor fundado en la lealtad al partido, la vacilación prudente se consideró cobardía disfrazada, la moderación, máscara para encubrir la falta de hombría, y la inteligencia capaz de entenderlo todo incapacidad total para la acción... 
 
-y entre los romanos, este de la Conjuración de Catilina (52.11) de Salustio, que así traduce Bartolomé Segura Ramos: « Verdad es que hace mucho que hemos perdido el nombre verdadero de las cosas. Como despilfarrar los bienes ajenos se llama liberalidad y atreverse a malas acciones, gallardía, el Estado está en el extremo en que está. » 
 
    4.- Algo beneficioso como una presunta vacuna, que en principio debería protegernos de una enfermedad, presenta el riesgo de volverse desfavorable induciendo procesos ADE (Antibody-Dependent Enhancement en la lengua del Imperio, o sea amplificación de la infección dependiente de anticuerpos, en la nuestra), lo que sucede cuando como en la actualidad las variantes proteicas del virus se alejan de la cepa original utilizada para la creación de los sueros, por lo que en lugar de protegernos, terminamos con una 'infección celular facilitada', lo que explica que los reportes de los efectos secundarios de la vacunación sean cada vez más numerosos y que los vacunados continúen contagiándose. 
 
En todo caso estamos de enhorabuena: ¡Acaban de inventar otro oximoro o agudo sinsentido que enriquece el diccionario de la Academia de la Lengua donde la mentira del Ministerio de la Verdad es la verdad verdadera, el beneficio maléfico o beneficio negativo, la inmunidad artificial que pretendía reforzar la natural y acaba destruyéndola, lo que no deja de guardar algún parecido con el hecho de que el desarrollo de la inteligencia artificial acabe por destruir la natural.

domingo, 19 de junio de 2022

El Síndrome de la Muerte Súbita

    Ahora resulta que el SMAR, Síndrome de Muerte de Adulto Repentina, (SADS, Sudden Adult Death Syndrome, en la lengua del Imperio), o sea cuando alguien fallece de repente tras una parada cardíaca, y no puede hallarse la causa aparente de esa muerte, desconcierta a los médicos, que no se explican este fenómeno que afecta sobre todo a  adultos en aparente buen estado de salud, la mayoría jóvenes todavía y deportistas, que no tenían problemas clínicos previos ni antecedentes familiares y que, súbitamente, fallecen sin previo aviso de muerte repentina.

    Si de algo podemos estar seguros es de que moriremos, morir hemos, hemos de morir: estamos condenados todos a muerte no desde que nacemos sino desde que adquirimos conciencia de ello. Ahora bien, según la estadística de las probabilidades y si tenemos suerte, podemos alcanzar entre los 72 y los 85 años de vida o un poco más si no estamos muy averiados, es decir, la esperanza de vida promedio del ser humano en el Siglo XXI. Sin embargo, lo que no es normal, por mucho que se empeñen en repetírnoslo, es que los adultos sanos caigan repentinamente muertos como moscas. 


    Los medios de comunicación tratan de normalizar este fenómeno de 'repentinitis' que le dicen algunos, y de tranquilizarnos diciéndonos que esto ha ocurrido siempre, que siempre han muerto muchos adultos jóvenes -¿muchos? Bueno, muchos no, no tantos como muchos, pero sí alguno que otro- que aparentemente estaban sanos y practicaban deporte (de lo que algunos deducen que no es muy sano lo de practicar tanto deporte), y que lo que pasa es que hay muchas personas con problemas cardíacos que ignoran dichos problemas porque no tienen síntomas, porque son enfermos asintomáticos, diríamos con término de éxito reciente entre los bobalicones que somos la mayoría de nosotros caracterizados por nuestras enormes tragaderas.

        Pero, ¿este síndrome era realmente algo que se veía antes? Decididamente, no con tanta frecuencia como se está viendo durante estos dos últimos años. ¿Por qué será? Adivina adivinanza: ¿Qué tiene el rey en la panza igual que cualquier mendigo?

sábado, 18 de junio de 2022

La Barbie

    Recuerdo a una profesora de instituto de Lengua y Literatura Españolas, que fue compañera de trabajo mía durante ocho o nueve cursos consecutivos, a la que sus alumnos apodaban “La Barbie”. Nunca mejor puesto un mote como aquel, pensé. La profesora era una auténtica muñeca barbie: rubia, delgada, facciones amables, ojos claros... Siempre iba perfectamente arreglada, maquillada y vestía además con elegancia. Se jubiló hace varios años, y, cuando he vuelto a verla casualmente, el otro día, pude comprobar que los años no habían pasado por ella: seguía siendo el prototipo de aquella muñeca menuda a la que sus alumnos llamaban cariñosamente “la Barbie”.

    Eran los tiempos en que la icónica muñeca de Mattel, la muñeca sin duda más demandada en todo el mundo, presentaba un prototipo prácticamente único, y las niñas la adoptaban como modelo de belleza femenina que les gustaría imitar.

Muñeca barbie clásica original

    La estrategia de Mattel, la casa comercializadora, sin embargo, ha cambiado con los tiempos que, como cantaba Bob Dylan estaban cambiando -aunque sólo superficialmente, porque mudaban para seguir igual en el fondo-, según comprobaba la caída de las ventas, obsesioanda como está ahora con la cacareada diversidad, por lo que ha intentado adecuar la muñeca a la mujer real. Ha sido tan criticada por exportar a todo el mundo un ideal estereotipado de belleza femenina que oprimía a las mujeres proyectando un físico muy difícil, si no imposible de conseguir, que ha decidido ahora cambiar de estrategia y ofrecer una nueva línea con muy diferentes modelos y numerosos tonos de piel, colores de ojos, de pelo, variados cuerpos y hasta con discapacidades. Si la compañía quería sobrevivir, tenía que reinventarse, y hacer lo que hace ahora presentando barbies más inclusivas y no tan excluyentes.

    En su mayor actualización, que se produjo en 2016, la muñeca dejó de lado la constitución esquelética apostando por cuerpos reales, que reflejan una “visión más amplia de la belleza”. Mattel se aplicó el cuento y decidió que sus muñecas reflejen la diversidad de las niñas que juegan con ellas, no el modelo prototípico al que debían aspirar. 

Muñeca con órganos sexuales masculinos
 

    Pero el fenómeno de adaptación a los nuevos tiempos no es tan nuevo como parece: ya en 1968, Mattel presentó su primera muñeca negra, una amiga de Barbie llamada Christie y en 1980 lanzó la primera Barbie negra, lo que le abría un nuevo nicho de mercado entre las niñas negras. Además, en 2014 empezó a comercializar a Ella, una amiga de Barbie que estaba calva, que fue regalada a decenas de niñas que habían perdido su cabello por haberse sometido al tratamiento de quimioterapia.

    Los tres cuerpos que se suman al original ahora son la Barbie Tall, más alta que la original, la Barbie Petite, más bajita y menuda, y la Barbie Curvy, que luce caderas, trasero, muslos, brazos y gemelos más anchos y una cintura que poco tiene que ver con la de avispa original.

    Sea como sea, Mattel ofrece hoy muñecas Barbie más reales, diversas y representativas de la sociedad en la que vivimos, como la barbie transexual que acaba de sacar a imagen y semejanza de la modelo Laverne Cox, que no pudo jugar con una muñeca en su infancia masculina, y ahora con su propia Barbie reivindica el derecho de expresión de los niños: “Espero que niños de todas las identidades de género vean esta Barbie y puedan soñar.” 

 

Laverne Cox ya tiene su muñeca Barbie.

    Y es que, ya se sabe, hay que adaptarse o morir. Y un negocio como el de la casa Mattel no iba a morir tan pronto, por lo que su producto más elaborado, la Barbie, ha dejado de ser esa chica rubia y única que era para convertirse en un ícono de la diversidad: Barbie por fin ya es real y podría esconder hasta un tímido pito. Ya tiene caderas, brazos y piernas normales como el resto de las mortales. Cuando la realidad no se adapta al modelo, el modelo debe adaptarse a la realidad o, para ser más inclusivos, a las realidades.

viernes, 17 de junio de 2022

No le deseo una identidad a nadie

    Amin Maalouf en Les identités meurtrières (1998) señalaba el peligro de que la identidad mate la vida que hay por debajo de ella, calificando la identidad de 'asesina' (meurtrière, en francés), un concepto que moviliza a muchos individuos y colectividades que la reivindican sin embargo.
 
 
 
     Una máxima anarquista popular muy celebrada, a semejanza de “No le deseo un mal a nadie” reza, “No le deseo un Estado a nadie”. Sirvió como título del libro colectivo sobre el conflicto catalán que publicó la editorial Pepitas de calabaza en 2018, firmado por Tomás Ibáñez, Santiago López Petit y Miquel Amorós entre otros. La frase ácrata contra el Estado puede perfectamente reescribirse de un modo más general como “No le deseo una identidad a nadie”, como ha hecho recientemente el artista Esteban Urenda en su exposición titulada 'Ser / Yo / La muerte" creando retratos pictóricos a modo de collages, que recuerdan a veces la técnica cubista, donde no se tienen en cuenta el sexo ni fisonomía individual del rostro retratado, sino sólo diversos y contrapuestos rasgos fragmentarios. 
  
Esteban Urenda (2021)

    Pero en la lucha contra las identidades asesinas -y todas lo son a su modo- topamos con la resistencia de muchas identidades tanto personales como sociales que quieren poner de relieve su condición marginada o poco visibilizada, reivindicando sus señas de identidad o idiosincrasia, es decir, el conjunto de rasgos particulares distintivos y propios que caracterizan a un individuo personal o a una colectividad como diferentes de los demás, para armar y justificar de ese modo su existencia. 
 
    Alguien dijo alguna vez, no recuerdo quién ni dónde lo leí, que la identidad era una conversación siempre inacabada e interminable, una conversación que no tenía conclusión. La palabra identidad, hoy tan en boga no solo por la exigencia española de la posesión de un Documento Nacional de Identidad, para los mayores de 14 años (las tiernas criaturas, afortunadas ellas, están exentas de él todavía, aunque si son menores de esa edad pueden solicitarlo voluntariamente), sino también por las reivindicaciones identitarias tanto individuales como colectivas, es, sin embargo, una palabra relativamente reciente. No está atestiguada en castellano hasta el siglo XV. Es de origen latino, pero ni siquiera es latín clásico, sino eclesiástico y tardío. 
 
Esteban Urenda (2021)
 
    El término identitas identitatis, en efecto, es un neologismo formado a partir de idem, que significa 'el mismo', formado a su vez a partir is + dem ('este precisamente', siendo -dem una partícula de insistencia, enfática o redundante, que significa 'precisamente') sobre el modelo de entitas entitatis (que significa 'entidad', y es palabro mucho más reciente en castellano, formado en latín sobre ens entis,  el participio de presente tardío e inexistente en latín clásico del verbo ser, a imagen del griego ὤν ὄντος) para traducir el griego ταὐτότης cuya invención hay que atribuirle probablemente a Aristóteles, término que emplea tanto en su Metafísica  como en Ética a Nicómaco, y que nos lleva a la formulación tautológica del principio de identidad de que una cosa es igual a sí misma. El origen del término, es por lo tanto, bastante académico, culto y restringido.
 
    Sin embargo el término se ha popularizado. Se decía en 1951, cuando se estrenó el DNI, el popular carné de identidad, reencarnación de la antigua 'cédula personal', que te daban un “número que te valía para toda la vida”. El número 1 fue a parar al entonces dictador y Jefe del Estado Francisco Franco. Y recientemente se ha llegado hasta el DNI electrónico. El caso es que el término «identidad» ha experimentado en nuestros días, al margen del mundo académico en que surgió, un asombroso incremento. Podemos oír, en el plano personal, que uno debe ser uno mismo y ser fiel a sí mismo no traicionándose, que uno tiene que luchar por mantener su propia identidad personal contra viento y marea, pero también es muy frecuente oír, en el terreno político, que hay que defender la identidad cultural cántabra, por ejemplo, en estas tierras montañesas, o ucraniana, o paquistaní, o la que sea,  frente a quienes intentan ningunearla o destruirla. 
 
Esteban Urenda (2021)  
 
    El término se explota, pues, desde el campo psicopedagógico hasta el político como una bandera que hay que enarbolar y que, como toda bandera, justifica la implantación de un Estado, de ahí la relación que establecíamos al principio entre la máxima ácrata de “no le deseo un Estado a nadie” con “no le deseo una identidad a nadie”, que no son ambas más que un reflejo de "ningún mal a nadie le deseo" .
 

jueves, 16 de junio de 2022

Más expropiaciones

Tomo las siguientes notas del poeta argentino Aldo Pellegrini (1903-1973), sacadas de su ensayo “Antonin Artaud, el enemigo de la sociedad”, que se publicó como prólogo de su traducción de "Van Gogh, el suicidado por la sociedad":

El nacimiento es una sorpresa terriblemente dolorosa de la que nunca llega el hombre a reponerse. Estamos marcados a perpetuidad por la sorpresa del nacimiento. Pero además el nacimiento es un proceso que no llega a completarse en el curso de la vida, por más prolongada que ésta sea. El hombre no acaba de nacer, y lo sorprende la muerte sin haber podido completar el nacimiento.
 
(Me sobrecoge la contundencia de la expresión, que contradice lo que escribió el bueno de Mario Benedetti en 'Bodas de perlas': si de algo estoy seguro es que he nacido. No puedo ni siquiera estar seguro de eso, según Aldo Pellegrini, porque el nacimiento es un acontecimiento que nunca llega o a completarse, porque nunca acabamos de nacer). 
 

Quien solo ve en el lenguaje un sistema de códigos nunca podrá explicarse el infinito poder creador de la palabra, y su capacidad de expresar lo inexpresable.

(Interesante paradoja: un lenguaje capaz de expresar lo inexpresable).

La fuerza de la palabra no reside para Artaud en sus virtudes semánticas. Las palabras no buscan comunicar significados, sino que están cargadas de intencionalidad. Las palabras de Artaud son llamaradas, latigazos, descargas eléctricas, furibundas sacudidas.

No se puede entender a Artaud si no se acepta su principio de que el lenguaje verbal es una forma de acción. La palabra como acto, he ahí el secreto de la verdadera comunicación...

(La palabra no debe contraponerse a la acción porque hablar es una forma de acción).

 OoO

De Marco Tulio Cicerón (106-43 a. de C.): El tiempo no cura todas las heridas. En una carta a su amgio Ático (III, 15, 29), escrita en Tesalónica, el 17 de agosto del año 58 antes de Cristo, escribe el arpinate: Pues el tiempo no sólo no calma mi tristeza sino que la aumenta (dies autem non modo non leuat luctum hunc sed etiam auget). Porque los demás sufrimientos pierden su fuerza según pasa el tiempo, pero éste no puede dejar de crecer día a día con el sentimiento de la desgracia presente y el recuerdo de la vida pasada. (nam ceteri dolores mitigantur uetustate, hic non potest non et sensu praesentis miseriae et recordatione praeteritae uitae cottidie augeri). No solamente echo de menos mis cosas y a los míos, sino incluso a mí mismo. (desidero enim non mea solum neque meos sed me ipsum).  ¿Qué soy ahora? (quid enim sum?

Triple autorretrato de Norman Rockwell (1960)

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Tanto va el cántaro a la fuente...

The broken pitcher, William Adolphe Bouguereau  (1891)
 

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se lo cree y se rompe.

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The gossips, Norman Rockwell (1948)

La obra de Rockwell recoge como pocas todo el ambiente de una época. En Los chismes (The gossips), el sujeto del chisme, que es el señor del sombrero que aparece al final, acaba culpando a la chismosa filtradora de guantes negros.

oOo

Herodiano, un autor de segunda fila, escribió en griego en el siglo III una Historia del Imperio Romano después de Marco Aurelio en ocho libros que comprenden los años 180-230 de nuestra era. El manual de la Universidad de Cambridge de historia de la literatura griega destaca que “explotó plenamente las licencias retóricas para adornar y desarrollar un incidente, y que registra hechos que ha visto y que ha oído, es decir que es objetivo. Se ha criticado, sin embargo, que su obra adolece de autenticidad y objetividad histórica. Mientras los eruditos y estudiosos se ponen o no se ponen de acuerdo sobre ese particular, una frase suya, sacada de su contexto, nos brinda una observación que sirve tanto para contextualizar la época histórica que él describe como para la nuestra porque son al fin y al cabo la misma época por aquello que cantó Machado de que 'hoy es siempre todavía'. Aunque describa acontecimientos que han sucedido hace mil y pico años, casi dos mil, seguimos ahora mismo inmersos igual que entonces en la misma Historia universal. Escribe Herodiano: ἐν προσχήματι ἐλευθερίας ἀδείας τε εἰρηνικῆς ἔργα πολέμου ἐμφυλίου ἐγένετο: Bajo apariencia de libertad y de pacífica seguridad se produjeron hechos propios de una guerra civil.

miércoles, 15 de junio de 2022

Varia variorum (Espectáculo de variedades II)

 Una pregunta como tantas otras sin respuesta


«Be a tourist in your own hometown»: la propaganda metropolitana puede vociferar el eslogan de invitarnos a hacer turismo sin engañarnos demasiado, solo un poco, a nosotros mismos en nuestra propia ciudad no incurriendo tampoco en exagerada contradicción porque todos y cada uno de nosotros encarnamos la condición simultánea de «anfitriones» y de «huéspedes».


 Parece que la Fundación Británica del Corazón está presionando para normalizar la idea de que los jóvenes pueden padecer problemas cardíacos y pide fondos de paso para investigación que permita 'salvar vidas'...  Cualquier persona a cualquier edad puede desarrollar problemas cardíacos, es cierto, pero la imagen de una futbolista adolescente que cae muerta de repente en el campo de fútbol es demasiado fuerte como para que pueda pasar como algo de lo más normal del mundo. Al final del vídeo se dice: "Dona ahora [dinero para investigación] para convertir la ciencia ficción en realidad".  Pero ¿no es la realidad misma la pesadilla de una científica ficción?

 

 El mercado laboral, dice un eslogan publicitario refiriéndose al Gobierno por aquello de que son los mercados los que mandan, necesita jóvenes formados y especializados como tú. Esto es lo que dicen en su jerga político-económica: Urgen medidas que reactiven el empleo joven, imprescindible para el tejido económico de un país y el estado del bienestar. 

 


¡Socorro, que viene la derecha! Decían antes para meternos el miedo en el cuerpo y mantenerse ellos en el Poder. Ahora nos amenazan con la irrupción de la Extrema Derecha parlamentaria. ¡Que viene el lobo! Gritó el pastor al rebaño, para dirigir a todas las ovejas al matadero...

Se encontraron un día el Cólera y la Viruela, y ésta le dijo a aquél que lo suponía muy cansado después de haber matado, según había visto anunciado, a veinte mil personas recientemente en cierto lugar; a lo que respondió el Cólera, 'Yo no maté sino a diez mil, los otros se murieron del susto de poder contraer la enfermedad', 'Cosa parecida me sucede a mí', respondió la Viruela; 'todos los que matan los médicos y los boticarios, que no son pocos, me los achacan a mí'.


martes, 14 de junio de 2022

Los doctores Knock y Carrel y la iatrocracia (y II)

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pretendido legitimar de iure el golpe de Estado mundial que le permitiría concentrar todo el poder en sus manos con total impunidad en lo referente a la salud pública. Sus últimas propuestas, que han sido vetadas de momento por algunos países africanos miembros y por Brasil, relativas a su facultad de prescribir la conducta que deben seguir los Estados son claras


   
  La Organización, -si no existiese habría que inventarla, dicen sus defensores-, decidiría lo que hay que hacer y los Estados cumplirían religiosamente, algo que de facto ya ha sucedido con la declaración de la pandemia del virus coronado. Por lo tanto, el biopoder, por emplear el término fucoltiano, se afianzaría globalmente en nombre de la prevención sanitaria de epidemais y pandemias: confinando y poniendo en cuarentena, vacunando, imponiendo tratamientos preventivos, sometiendo a la gente a todo tipo de pruebas, dictando conductas, organizando campamentos de aislamiento, y un largo y penoso etcétera.

    El proyecto de biopoder es conocido desde al menos 1935, año en que se publicó el libro de Alexis Carrel, convertido enseguida en un superventas, donde se afirma que la medicina necesita instituciones que le permitan llevar a cabo su función: Hace falta, pues, una institución capaz de dirigir de manera ininterrumpida las investigaciones de las cuales depende el porvenir de nuestra civilización. Debemos procurar encontrar el medio de dar a la humanidad una especie de alma, de cerebro inmortal, que integrase sus esfuerzos y diese un fin a su marcha errante. La creación de tal institución constituiría un acontecimiento de gran importancia social. Este centro de ideas estaría compuesto, como la Corte Suprema de los Estados Unidos, de un número muy pequeño de hombres. Se perpetuaría indefinidamente, y sus ideas permanecerían siempre jóvenes. Los jefes democráticos, como los dictadores, podrían extraer de esta fuente de verdad científica las informaciones de las cuales necesitan para desarrollar una civilización realmente humana.

 

    Los políticos, que tienen el poder (la vieja potestas romana) no tienen sin embargo la competencia científica necesaria (la vieja auctoritas), por lo que Carrel propone empoderar a la casta médica haciendo que la política se subordine a sus designios. A estos sabios (dice él, pero expertos es la palabra hoy en boga) se les debe dar una posición tan elevada, tan libre de intrigas políticas y publicidad como la de los miembros de la Corte Suprema. En verdad, su importancia sería mucho mayor aún que la de los juristas encargados de velar por la Constitución. 

    Para Carrel la salud es mucho más que la ausencia de la enfermedad. Llega a decir que los hombres y las mujeres que parecen gozar de buena salud “tienen constantemente necesidad de pequeñas reparaciones”, lo que nos recuerda el célebre aforismo de Knock: Los que gozan de buena salud son enfermos que se ignoran. Escribe Carrel: No se hallan ni demasiado bien ni demasiado fuertes como para desempeñar con felicidad su papel de seres humanos.  

    El biopoder se está convirtiendo potencialmente en una dictadura que legitima la administración de vida (eugenesia) y de muerte (eutanasia). En este sentido escribe Carrel cosas tan preocupantes como: Las enfermedades del espíritu se tornan amenazantes. Son bastante más peligrosas que la tuberculosis, el cáncer, las afecciones del corazón y de los riñones, y aún que el tifus, la peste y el cólera. Su peligro no proviene sólo de que aumentan el número de criminales, sino y especialmente, de que deterioran más y más las razas blancas.

 

    Habla varias veces de la construcción de la élite, y de una aristocracia racial hereditaria: la oligarquía iluminada y poseedora de la verdad científica. La ideología científica se funde en él con la fe religiosa: La ciencia que ha transformado el mundo material, nos ha dado el poder de transformarnos a nosotros mismos. Nos ha revelado el secreto de los mecanismos de nuestra vida, y nos ha enseñado cómo provocar, artificialmente, su actividad; cómo modelarnos según la forma que deseemos. Gracias al conocimiento de sí misma, la humanidad, por primera vez desde el comienzo de su historia, ha llegado a ser árbitro de su destino. Pero ¿será, capaz de utilizar con provecho la fuerza ilimitada de la ciencia? Para crecer de nuevo se encuentra obligada a rehacerse y no puede rehacerse sin dolor, porque es a la vez el mármol y el escultor.

    Insiste varias veces a lo largo de su obra en el concepto de que la humanidad debe rehacerse, lo que nos recuerda a la teoría del Great Reset de ese otro peligroso visionario, el señor Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial que se reúne periódicamente en la estación suiza de esquí de Davos. Repite, en efecto, Carrel a menudo expresiones como “restauración del hombre”, “rehacer nuestro marco material y mental”, “renovación del individuo”, “seremos capaces de reconstruirnos”, “es preciso que el ser humano... recupere su personalidad”, “reconstruir la personalidad” o "ha llegado el momento de comenzar la obra de nuestra renovación".

    Para la perpetuación oligárquica de la élite que preconiza, el eugenismo -siempre voluntario en Carrel- es indispensable, “porque es evidente que una raza debe reproducir sus mejores elementos.” Reconoce que el eugenismo demanda el sacrificio de muchos individuos, y que el concepto de la necesidad absoluta del sacrificio “debe ser introducido en el espíritu del hombre moderno”. 

    Pero también defiende la pena de muerte, que él califica de eutanasia, en los siguientes y preocupantes términos para los “que han asesinado, que han robado a mano armada, que han raptado niños, despojado a los pobres, engañado gravemente la confianza del público”, para ellos propone:  “un establecimiento eutanásico, provisto de gases apropiados, permitiría disponer de ellos en forma humana y económica”.