miércoles, 15 de junio de 2022

Varia variorum (Espectáculo de variedades II)

 Una pregunta como tantas otras sin respuesta


«Be a tourist in your own hometown»: la propaganda metropolitana puede vociferar el eslogan de invitarnos a hacer turismo sin engañarnos demasiado, solo un poco, a nosotros mismos en nuestra propia ciudad no incurriendo tampoco en exagerada contradicción porque todos y cada uno de nosotros encarnamos la condición simultánea de «anfitriones» y de «huéspedes».


 Parece que la Fundación Británica del Corazón está presionando para normalizar la idea de que los jóvenes pueden padecer problemas cardíacos y pide fondos de paso para investigación que permita 'salvar vidas'...  Cualquier persona a cualquier edad puede desarrollar problemas cardíacos, es cierto, pero la imagen de una futbolista adolescente que cae muerta de repente en el campo de fútbol es demasiado fuerte como para que pueda pasar como algo de lo más normal del mundo. Al final del vídeo se dice: "Dona ahora [dinero para investigación] para convertir la ciencia ficción en realidad".  Pero ¿no es la realidad misma la pesadilla de una científica ficción?

 

 El mercado laboral, dice un eslogan publicitario refiriéndose al Gobierno por aquello de que son los mercados los que mandan, necesita jóvenes formados y especializados como tú. Esto es lo que dicen en su jerga político-económica: Urgen medidas que reactiven el empleo joven, imprescindible para el tejido económico de un país y el estado del bienestar. 

 


¡Socorro, que viene la derecha! Decían antes para meternos el miedo en el cuerpo y mantenerse ellos en el Poder. Ahora nos amenazan con la irrupción de la Extrema Derecha parlamentaria. ¡Que viene el lobo! Gritó el pastor al rebaño, para dirigir a todas las ovejas al matadero...

Se encontraron un día el Cólera y la Viruela, y ésta le dijo a aquél que lo suponía muy cansado después de haber matado, según había visto anunciado, a veinte mil personas recientemente en cierto lugar; a lo que respondió el Cólera, 'Yo no maté sino a diez mil, los otros se murieron del susto de poder contraer la enfermedad', 'Cosa parecida me sucede a mí', respondió la Viruela; 'todos los que matan los médicos y los boticarios, que no son pocos, me los achacan a mí'.


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