miércoles, 1 de junio de 2022

"Como la hoja seca..."

    La Vagantenstrophe o Vagantenzeile, como se llama en alemán, la estrofa goliárdica, propia de la lírica medieval latina tanto religiosa como laica, está compuesta por cuatro versos largos de trece sílabas, formados cada uno de ellos por dos hemisquios: uno de siete sílabas ( + - + - + - +) y otro de seis (+ - + - + -) , donde el signo “ +” representa el golpe de la marca rítmica y el signo “-” la sílaba no marcada. Cuando se dice sílaba marcada rítmicamente se quiere decir en principio que lleva el acento de palabra como marca rítmica, aunque pudiera no llevarlo eventualmente y sentirse como tal, arrastrada por el ritmo general. Asimismo, cuando se dice no marcada se dice sílaba átona o carente de acento de palabra en principio, aunque podría llevarlo eventualmente y no percibirse como tal marca rítmica, cayendo a contratiempo, lo que podría dar un énfasis especial a la palabra dentro del verso. 


     Un ejemplo conocido es el célebre himno tabernario de la Confesión del Archipoeta (siglo XII): Meum est propositum / in taberna mori, // ut sint vina proxima / morientis ori. // Tunc cantabunt letius / angelorum chori: // "Deus sit propitius / huic potatori." Como puede comprobarse hay rima consonante en -ori: mori, ori, chori, potatori. Una traducción aproximada que mantiene el ritmo y rima podría ser: Mi propósito es morir / en una taberna // donde el vino cerca esté / de mi calaverna. // Cantarán los ángeles / con su voz muy tierna: // “Tenga de este bebedor / Dios clemencia eterna”. La estrofa tiene algún parecido lejano con la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo de nuestro mester de clerecía: cuatro versos alejandrinos -catorce sílabas- con rima consonante entre ellos, partidos en dos versos heptasílabos. Sirva como ejemplo esta estrofa (784) del Libro de buen amor del Arcipreste de Hita: “¡Ay viejas pitofleras, malapresas seades! / El mundo revolviendo, a todos engañades: / mintiendo, aponiendo, deziendo vanidades, / a los nesçios fazedes las mentiras verdades”.

    Del Archipoeta, precisamente, me apropio de un verso: folio sum similis de quo ludunt uenti, que traduzco: igual que hoja seca soy / con que juega el viento, que me recuerda a las feuilles mortes de Prévert, y me lanzo a la carrera.

Soy como hojarasca yo

con que juega el viento,
siempre a la ventura voy
y es que no escarmiento,
culo inquieto, aquí y allá, 
soy de mal asiento,
dando tumbos por ahí
sin conocimiento.

Como arenas de la mar,

mis penas sin cuento.
Triste, pero alguna vez
loco de contento.
Húndase por mí, ojalá,
todo el firmamento;
yo a toda velocidad
marcho a paso lento.

4 comentarios:

  1. Pero hombre, si vive usted
    en hermosa tierra,
    no me movería yo,
    por si acaso yerra
    y acaba en peor lugar;
    de modo que entierra
    la azarosa pretensión
    que tu alma encierra.

    ResponderEliminar
  2. Mi padre, que es hombre de campo, la primera vez que fue a Santander se desorientó al ver salir el sol por el lado contrario a su natural, hasta que comprendió que las bahías a veces mienten.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por la aportación. ¿Las bahías mienten?

    ResponderEliminar
  4. Sí, pero sólo a urbanitas adulterados por el estudio

    ResponderEliminar