domingo, 12 de junio de 2022

Varia variorum (Espectáculo de variedades I)

¿Qué revelan los lapsus linguae? Lo que uno verdadera-,  aunque no real- y superficialmente, piensa en el fondo de su fuero interno y considera.

 
Nos toman por idiotas, que es, mal que nos pese, lo que somos etimológicamente hablando;  individuos particulares, personas del común privadas del común razonamiento, meros ciudadanos. 
 
 
Sale la vacuna nacional española -y olé- contra el coronavirus, que es la panacea universal que, según la prensa del régimen, protege contra la viruela del mono, el sida, el cáncer, el ébola y, atención a lo que viene, contra virus que aún no han sido descubiertos. Vamos que protege de todos los males habidos e incluso, no contentos con eso, que ya era bastante, nos protegen -¿nos están tomando el pelo?-  de todos los males por haber. 
 
 
 Colorean, defensores de la fe, los mapas meteorológicos de rojo fuego para que creamos en la pos(va-a-ser)verdad del cambio climático y el recalentamiento global del planeta con las más altas temperaturas 'desde que hay registros'. 
 
 
 España -¿quién es esa señora tan adinerada y desvegonzada que no sabe en qué invertir mejor sus milmillonarios ahorros? -se comprometió con la OTAN -de entrada no pero a fin de cuentas resultó que sí- a llegar al 2% del PIB en gasto militar, lo que supondría duplicar la partida de cerca de 10.000 millones que actualmente se destinan a esos objetivos.  La Ministra de la Guerra, por su parte, no descartó el envío de carros de combate Leopard y misiles antiaéreos a Ucrania y aseguró que “dentro de las capacidades” de España y “siempre” en coordinación con otros países, nosotros no vamos a ser menos, se va a seguir “apoyando la heroicidad” de los soldados ucranianos. 
 
 

1 comentario:

  1. «No vamos a ser menos» y el progreso exige que seamos bastante más, al fin y al cabo con las dosis individuales de 'recuerdo' podremos olvidar mejor nuestra condena y, por exceso de focalización, aquello que ya sabemos que pasó.

    A Ucrania entidad administrativa de las más corruptas que concebirse puedan, y donde no faltan políticos y militares de veleidades nazis, se le están proporcionando armas sofisticadas, misiles y lanzaderas que harán las delicias del mercado (negro o blanco lo importante es que circulen y maten) entre las identidades reclutadas para la ocasión y después, tras la gran ofensiva que denominan 'inflacionaria', con la bolsa de la compra disparada, les permitirá complementar el tratamiento inoculante individual con la reactivación postvacacional de su apagado terrorismo que buena falta les hará.

    Para la idiotez institucionalizada solo se tratará de la mala suerte de una crisis tras otra y no del encabalgamiento de una inflación desmesurada con una política (pandémica) totalitaria y belicista de lejanos recuerdos para los pocos nonagenarios vivos.

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