martes, 28 de junio de 2022

Cajón de sastre (y II)

-¿Crees en Dios? 
 -No. Yo soy de la vieja escuela de la iglesia racionalista. 
Creo en la Ciencia. 
 -Entonces eres creyente. Da igual que creas en una cosa que en otra mientras creas en algo. Es lo mismo. Tanto Dios como la Ciencia o el Calentamiento Global son artículos de fe, verdades irrebatibles porque creemos en ellas y en ellas hemos depositado nuestra fe. 
 
oOo 

Dicen que hace falta creer en algo, tener fe o confiar fidedignamente siempre en algo: en Dios, en el Hombre, en uno mismo, en la Ciencia... Sólo así se puede evitar, creyendo, dicen, la barbarie. Yo no lo creo. Me parece a mí que la fe es la verdadera barbarie. 
 
 oOo
 ¿Qué es una mujer? ¿En qué consiste ser mujer? Parece una pregunta sencilla y no lo es. Cualquiera, hasta un varón puede ser una mujer, y sin embargo nadie sabe definir qué es eso: Varium et mutabile semper femina. 
 
 
El aseo de Venus, Bouguereau (1873) 
 
Una jueza norteamericana respondió a esa pregunta diciendo que no podía definir qué es ser mujer porque no era bióloga. Es como si alguien dijera que no sabe qué es un gato porque no es zoólogo. Lo paradójico del asunto es que los mismos que no saben qué es una mujer tienen clarísimo que cualquier varón que declare serlo lo es, como reconoce la ley de algunos países, entre ellos el nuestro.
 

 El aseo, Toulouse Lautrec (1896) 
 
La realidad objetiva es sólo una molestia de la que se puede prescindir si uno lo desea. Basta con quererlo. Basta con querer ser mujer para serlo. Lástima que no baste con querer ser rico, dijo el pobre, pobrecito, para serlo.

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