viernes, 8 de agosto de 2025

España está que arde (y II)

    Si nos apartamos del dogma climático  e incurrimos en el pecado de la desinformación y del negacionismo y sus promesas de redención y no nos sacrificamos reduciendo nuestras emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, que son nuestro pecado original, la Iglesia de la Climatología nos excomulga. Los Sumos Sacerdotes, que divulgan los conocimientos de los estudios y modelos climáticos que realizan las predicciones acerca del futuro, dicen que si no hemos notado el aumento de 1,5 grados Celsius en la temperatura del planeta, ya  lo notaremos, porque va a seguir aumentando pavorosamente.

    La nueva religión tiene sus herejes, que confunden a los fieles creyentes. Ellos, entre los que me temo que me incluyo, dicen, decimos que no hay un cambio climático, sino dos: el calentamiento global o verano en el hemisferio norte y el simultáneo enfriamiento global o invierno en el hemisferio sur del planeta ahora mismo, y viceversa, porque ambos cambios climáticos son, como se sabe, alternativos. El nombre que se nos aplica es negacionistas de la evidencia científica, como denominan ellos a la fe 'verdadera' que nosotros negamos con nuestras palabras y argumentos.

    Afortunadamente hay una red mundial de verificadores de hechos, los fact checkers, que forman el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición que combate la herejía a fin de mantener la ortodoxia climática que se dedica a denunciarnos y perseguirnos a los herejes y a exigir que se nos destierre de todo medio de comunicación y red social, acusados de desviación de la fe y ultranegacionistas.

    No estamos minimizando aquí el peligro de los incendios forestales, Dios nos libre, sino ridiculizando el discurso de miedo que los medios de formación de masas constantemente nos inculcan para sembrar el 'climate panic' o 'climate anxiety' a fin de controlarnos. Como no les basta con el riesgo incendiario, que es la actualización de la amenaza del infierno aquí y ahora, que les parece poca cosa y de sobra conocida, nos amenazan, además, con trastornos mentales y conductuales derivados del impacto de las altas temperaturas. 

    La AEMET lanza un comunicado urgente advirtiéndonos de la ola de calor "para la que no estamos preparados". Y resulta que lo que viene no es solo la canícula habitual sino otro episodio más de propagación del miedo. Han pasado de difundir el miedo al virus y propagar el miedo a la guerra a difundir ahora el miedo a las olas de calor. Eso es lo que viene y lo que toca de ahora en adelante: el miedo por doquier.

    ¿Es grave el calor? Puede serlo, claro, tan grave como puede ser el frío. ¿Es algo nuevo en las Españas en el mes de agosto? No, en absoluto, como cantaba Labordeta: Arremójate la tripa, / que ya viene la calor; / que luego en el mes de agosto, /  no suelta el agua ni Dios. Lo que sí es nuevo es el uso y abuso sistemático del comodín del cambio climático como justificación de restricciones de movilidad, cierre de jardines y parques públicos, limitaciones energéticas y demás mandangas y pejigueras gubernamentales que pretenden que nos resignemos a vivir en estado de excepción permanente, emergencia y crisis bajo la protección paternalista del Estado y sus varias agencias estatales. No les bastaba con la meteorológica (AEMET) que ya acaban de crear otra en el reino: la de Salud Pública (AESAP).

   

  Lo que hace unos años, cuando yo era mucho más joven que ahora, era una buena noticia meteorológica del afable hombre del tiempo ("se espera para mañana un día espléndido y soleado en toda la península") es ahora una amenaza apocalíptica de muerte, porque, ante todo, según cacarea el Ministerio de Sanidad, haciéndose eco del sistema MoMo del Instituto de Salud Carlos III, el Calentamiento Global, que demuestra su existencia enviándonos olas de calor mortíferas, ha causado un total de 1.180 fallecimientos atribuidos al calor abrasivo en el período comprendido entre el 16 de mayo y el 13 de julio del año del Señor de 2025El Cambio Climático mata a través de las periódicas olas de calor, que son las plagas climatológicas del castigo divino por nuestro impenitente pecado original, lo que viene acompañado de minucias como incendios forestales varios, trastornos mentales y déficits de inteligencia natural para entender las cosas que nos pasan.

jueves, 7 de agosto de 2025

España está que arde (I)

    España está que arde, pero no se quema todavía pese al riesgo extremo (sic) de inflamación que lanza apocalíptica la Dirección General de Tráfico e ilustra con la cerilla encendida de un fósforo que amenaza a un árbol que representa al bosque que se abrasa-, y lo dice también en la lengua del Imperio para que lo entiendan los turistas extranjeros que nos visitan: extreme fire hazard

 

      La Iglesia de la Climatología nos amenaza ahora, a través de sus supremos sacerdotes y los expertos de la Agencia Estatal de Meteorología y la DGT, con los incendios forestales, es decir, con el infierno aquí y ahora, sin esperar a la hora de nuestra muerte.

    Las elevadas temperaturas, que más que altas alcanzan ya el calificativo hiperbólico de extremas y de excesivas, tienen cada vez una mayor incidencia negativa en nuestras vidas cotidianas. 

    Pero no solo eso. Según publica, valga la redundancia, Público, el periódico digital afín a la Moncloa, en su sección de Ciencia vulgarizada: Con el calor extremo pensamos peor, que ya es lo que nos faltaba. Y no solo porque, según ha demostrado un estudio de la Universidad de Pensilvania, el calor afecta al rendimiento académico y porque cuanto más calurosos hayan sido los días previos a los exámenes finales, peores son las calificaciones, sino porque, según indican otros más recientes estudios revisados por pares, el calor excesivo impacta directamente en el rendimiento del cerebro por lo que podría llegar a lo que nos faltaba, agilipollarnos, dicho vulgarmente, y freírnos literalmente la sesera.

   El calor extremo que se cierne sobre nosotros pone a toda la península en grave peligro de incendio forestal. Parece que Portugal, según el mapa adjunto, se libra de la quema. El detalle les ha pasado desapercibido a los ilustradores.

  

    ¿Qué vienen a decirnos los predicadores evangélicos de la Iglesia de la Climatología  que es la Agencia Estatal de Meteorología con sus sombrías predicciones de futuro? Que la ola de calor genera las condiciones meteorológicas 'ideales' -idóneas más bien- para la propagación de las llamas, un fenómeno cada vez más frecuente y que cada vez va a ir a peor debido al calentamiento global fruto del efecto invernadero que genera el cambio climático que produce la actividad humana irresponsable. 

    Los sumos sacerdotes, que son los expertos, nos exigen creer ciegamente, so pena de excomulgarnos en caso contrario, en el dogma de fe del cambio climático antropogénico que nos amenaza ahora mismo con el infierno aquí en la Tierra de los incendios forestales. Dicho dogma, que no puede ponerse en duda a pesar de no haber pruebas fehacientes de él, es que nuestras emisiones de dióxido de carbono provocan el cambio climático.

    Ya el Secretario General de la ONU pontificó en su día que habíamos pasado de la era del Calentamiento Global a la Ebullición Global, por lo que ya estábamos hirviendo en las calderas de Pedro Botero, es decir, en el mismísimo infierno. Solo si abandonamos la pecaminosa senda de la incredulidad y abrazamos la virtuosa de dejar de emitir emisiones de CO2 a la atmósfera podemos hacer algo acaso para redimirnos nosotros y salvar el planeta. 

    Además, como decía un tertuliano de la emisora progresista SER en un alarde sociológico del problema, todavía hay clases sociales en esto del cambio climático, y las olas de calor no golpean lo mismo a los ricos que a los desfavorecidos de la fortuna, porque las clases pudientes, como el término indica, pueden combatirlas con aire acondicionado, mientras que las bajas no pueden permitírselo económicamente o solo pueden acondicionar el aire, como suele decirse, a condición de menear compulsivamente a uno y otro lado el abanico. ¡Vaya descubrimiento de las Américas! Lo mismo sucede, claro está, con las olas de frío polar del invierno: Quien se lo puede permitir económicamente pone el termostato de la calefacción bien alto, y quien no, pues se calienta, si puede, como puede a falta de calefacción y termostato.  

   

Mujer abanicándose durante una ola de calor 

     El caso es que España está que arde, como todos los veranos, pero no se quema todavía, como decíamos al principio, porque España es una idea, y como todas las ideas -de ideas se trata cuando hablamos de cosas como esta de España- es incombustible, es decir, muy difícil que se queme por mucho que arda. 

miércoles, 6 de agosto de 2025

Contra reloj y calendario

 

Os traigo aquí un texto en verso de hace más de dos mil años, escrito en latín, y transmitido por Aulo Gelio (Noches Áticas, III, 3, 5), formado por nueve senarios yámbicos pertenecientes a una comedia hoy perdida titulada, al parecer, La mujer beocia, atribuida a Aquilio. Comenta Aulo Gelio que el gramático Varrón consideraba, sin embargo, que estos versos eran de Plauto, aunque no se encuentran en ninguna de sus veintiuna comedias conservadas. Añadía también que si los versos no eran plautinos en sentido estricto, eran plautinísimos, es decir, muy del estilo de los de Plauto. Sólo él supo dar voz a tantos esclavos y mujeres, es decir, a tantas voces del pueblo que se reían de la seriedad austera del orden establecido, y del hecho de que hubiera esclavos para que los patricios o plebeyos creyeran que eran libres. 
  
Dos versos contra el reloj que,  si no son de Plauto mismo porque suelen atribuírsele a Aquilio, son plautinísimos sin embargo nos sirven para rebelarnos contra el cambio de hora y contra el cómputo del tiempo cronometrado en general: ut illum di perdant, primus qui horas repperit, / quique adeo primus statuit hic solarium! (¡Maldito sea / ¡Confunda el cielo a / ¡Pierdan los dioses a  /   el primero que inventó las horas / y el primero que implantó además aquí el reloj!).

El monólogo es un grito de protesta que tiene la particularidad de ser una de las primeras quejas contra la imposición del reloj (en forma de cuadrante solar en este caso) sobre la vida humana, puesto en boca de alguien que se muere de hambre porque "no es hora de comer". En Roma, sobre el Foro, se cernía ya, amenazador, un reloj solar que marcaba las horas. Era un lugar público habitual de reunión como revela la expresión ad solarium uersari que quiere decir merodear por los alrededores del reloj de sol. Así dice el texto en versión original en latín:

Ut illum di perdant, primus qui horas repperit,
quique adeo primus statuit hic solarium!
Qui mihi comminuit misero articulatim diem.
Nam me puero uenter erat solarium
multo omnium istorum optumum et uerissumum:
Ubiuis monebat esse, nisi quom nil erat.
Nunc etiam quod est non estur, nisi soli lubet;
itaque adeo iam oppletum oppidum est solariis,
maior pars populi aridi reptant fame.


¡Confunda el cielo al primero que inventó las horas
y  que además  primero aquí  plantó un reloj!
Me ha roto el día, triste de mí,  en pedazos mil.
Pues de pequeño  yo, era el  vientre mi reloj
mucho mejor que todos estos y más  de fiar:
comer quería, a menos que nada hubiera, siempre.
Ahora que hay, si el sol no quiere,  no se come;
Y además ya está de relojes llena la ciudad;
casi todo el pueblo, flacos, ya se mueren de hambre.

    El reloj determina las horas de forma que la hora de comer no es la hora en la que el estómago reclama su satisfacción, sino la hora que el reloj  determina a ese fin. Se ha producido una inversión: es el reloj, y no el estómago, el que impone la hora de comer, el que manda, debido a lo cual el vientre, enjuto, se muere de hambre al estar sometido al rígido dictamen del reloj.  Frente a lo que sucede ahora, cuando la ciudad se ha llenado de relojes -y más ahora mismo, en nuestros propios tiempos, diríamos nosotros, cuando no es preciso llevar un reloj porque los relojes han entrado en el ámbito más íntimo de la vida privada, y el reloj somos nosotros mismos-, el vientre recuerda tiempos mejores. Cualquier tiempo pasado fue mejor, porque en el pasado no había relojes, esos grandes dictadores, que marcaran los ritmos biológicos. Todavía el reloj (y el calendario) no habían invadido el ámbito de la subjetividad, pero ya había comenzado sin duda un largo período que aún no ha concluido.

La persistencia de la memoria o Los relojes blandos (1931) de Salvador Dalí.

    Me he entretenido y divertido, por mi parte, componiendo la que podría ser la continuación de este monólogo de queja de un hombre del siglo XXI, consciente de la gravedad cada vez mayor del peso (y no del paso) del tiempo, cuyo cómputo se impone a todos y cada uno de los rincones del planeta, ajeno a los ritmos naturales y vitales, y de lo funesto que es para el disfrute de nuestra vida que nuestras actividades se acomoden a unos horarios y calendarios preestablecidos, y a un futuro, por lo tanto, y no al revés. Es decir, parece que se ha cumplido aquello de que el hombre ha sido hecho para el sábado, o sea, para obedecer al calendario que establece días de ocios y de negocios,  y no el sábado, esto es, el calendario, para el hombre, y que, debido a esa imposición, nosotros no tenemos tiempo, sino que es el tiempo el que, de hecho, nos tiene (y bien cogidos) a nosotros: 

¡Maldito sea el inventor de la semana
que nos impuso su triste contabilidad,
retorno eterno de lo mismo y no lo mismo!
¡Con toda mi alma lo maldigo y aborrezco!
Me ha destrozado a mí la vida el impostor
con ese invento, porque no es verdad, porque es
mentira y gorda!   ¡No hay un ciclo natural
de siete días, como el sol y la luna, el mes,
las estaciones o año! Sin embargo, siempre
tras el domingo vuelve el lunes, y vuelve así
la misma rueda de la historia a comenzar
como si fuera lo más normal del mundo. Y no,
no debería ser así. Si no es verdad
como el otoño o la primavera o el verano
o el invierno, como el Sol que trae y lleva el día,
o la Luna ya menguante o nueva o ya creciente
o llena allá en el firmamento, ¿cómo es que hay
semanas en el calendario y días negros
y otros rojos? Dicen que su origen se halla
en el cuento veterotestamentario aquél
del Génesis que abre la sacrosanta Biblia
de que Dios creó el tinglado de este mundo en seis
jornadas, y al séptimo día descansó el Señor
y estableció, sabático, el Sabat, cayendo
en flagrante contradicción y en un contrasentido,
pues ¿cómo es que había números y días
antes de que Él creara el mundo? ¿Es la semana
anterior al mundo? ¿A quiénes engañar pretenden
con el viejo cuento hebreo? ¿Quien habrá que no haya
sufrido en carne propia la rutina atroz
de un lunes?¿Quién no ha deseado que llegue el fin
de la semana toda y de todas las semanas
absolutamente, y no ha sentido la alegría
y la tristeza, ambas caras de una misma
moneda, de una larga tarde de domingo,
que anuncia el fin de fiesta y la reiteración
del  mismo ciclo  y círculo vicioso que
 convierte nuestra vida en un futuro y muerte?
 ¡Sea, pues, maldito, y que los dioses lo confundan,
el  que por decreto la semana estableció
en el trescientos veinte y uno, triste año,
después de Cristo! ¡Sea Constantino el Grande,
aquel emperador romano que recibió
las aguas del bautismo antes de su muerte,
execrado, pues, y el calendario laboral
de días negros y días rojos, que él impuso
consagrando el día del Sol o del domingo al ocio,
maldito sea y condenado al ostracismo!
Lo que más deseo ahora yo, es el verdadero
y auténtico week-end que ponga fin al ciclo
eterno y pare el curso de nuestra historia, el fin
definitivo de la semana y las semanas.
¡Que no haya más relojes ni haya calendarios
que cronometren nuestro tiempo y nuestras vidas!
  
 

martes, 5 de agosto de 2025

Avances tecnológicos modernos y contemporáneos

a) La guillotina:

La guillotina es la piadosa máquina inventada en Francia por J. I. Guillotin (1738-1814), médico francés y diputado en la Asamblea Nacional, que en 1789, el año de la gloriosa revolución, propuso su empleo porque era un procedimiento seguro, rápido y eficaz para evitarles sufrimientos innecesarios a los reos condenados a la pena capital.  

 b) El Urobot

Es un inodoro inteligente chino, un nuevo fenómeno tecnológico, similar a un androide que cuando vas a orinar no solo te da la bienvenida levantando la tapa al acercarte sino que mientras te alivias te hace un chequeo sanitario al instante. Esto es lo que el engendro puede hacer en el seno de tu hogar mientras te descuidas vaciando la vejiga: -mide el volumen y el flujo de la orina; -realiza un análisis de orina exprés; -te muestra los resultados directamente en la pantalla integrada en el momento. Ir a mear se convierte con esto no en una necesidad, sino en un procedimiento médico. China muestra una vez más quién es el puto amo en asuntos de innovación en tecnología sanitaria. 


c) Vacuna contra el Cambio Climático:

Aunque hay vacunas milagrosas que han salvado millones de vidas que sin ellas también se habrían salvado con la ventaja de no haber sufrido sus efectos adversos perniciosos secundarios, los científicos están investigando ahora vacunas para hacer frente al cambio climático que, como el virus coronado, también dicen que mata, y salvarnos así de su amenaza. Los rumiantes, especialmente las vacas, liberan grandes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero, a la atmósfera con sus excrementos al descomponerse, sus eructos y sus pedos. Se estima que alrededor del 32% del metano generado por actividades humanas proviene del ganado. Estas vacunas para el ganado vacuno, que aún se hallan en fase de prueba, podrían llegar a reducir en un 15% la emisiones de metano de las vacas. Se habían intentado reducir las emisiones incluyendo aditivos en la dieta del ganado o aprovechando el estiércol para la producción controlada de biogás, pero los aditivos complicaron la salud de los animales, con su repercusión en el consumo humano. Las vacunas que ahora se ensayan podrían bloquear las bacterias metanógenas de las vacas inhibiendo su proliferación. Hay que tener en cuenta que el metano tiene un potencial de calentamiento ochenta veces mayor que el CO2 a corto plazo. 

d) Inteligencia Artificial y Salud Mental:

La portada del periódico mallorquín Última Hora correspondiente al 7 de agosto del año pasado me ha hecho preguntar a la IA si era verdad y, en ese caso, si se ha cumplido al cabo de un año eso que allí se leía de que cerca de la mitad de la población tiene un trastorno de salud mental. Y me ha sorprendido la respuesta de la IA, que en principio me tranquiliza: No, cerca de la mitad de la población no tiene un trastorno de salud mental. Pero finalmente me deja pensando que lo que acaba de negar podría ser verdad: Si bien es cierto que la mitad de la población puede experimentar un trastorno mental a lo largo de su vida, no todos lo padecen al mismo tiempo y la prevalencia varía según el tipo de trastorno y la población. En resumidas cuentas, aunque la afirmación del periódico es engañosa, podría ser cierta, con la salvedad de que no todos padecerían el trastorno al mismo tiempo ni el mismo trastorno. La IA nos sorprende pudiendo decir al mismo tiempo una cosa y su contraria, lo que genera, como dicen ahora, disonancia cognitiva, que probablemente es lo que pretende.
 

lunes, 4 de agosto de 2025

El propietario es el ladrón

    La lectura de Cantos de sirena, de Charmian Clift, una mujer que en 1954 decide con su marido y sus dos hijos, enamorada como estaba de Grecia, abandonar Londres y partir al mar Egeo estableciéndose en la isla de Cálimno -una de las doce del Dodecaneso, en la costa turca, no lejos de Rodas- por una estancia que iba a durar en principio un año y al final se extendió a una década, me depara esta sorprendente y preciosa historia: 


     Existe una entrañable ley tácita según la cual cualquier persona, hombre, mujer o niño, puede saciar su hambre cogiendo toda la fruta que pueda comer de la propiedad de cualquiera, siempre que la consuma allí mismo, junto al árbol o la viña. Solo es culpable de robo si se lleva la fruta en una cesta o la guarda en un bolsillo para comérsela más tarde. ('Cantos de Sirena', Charmian Clift, Gatopardo ediciones, Barcelona 2022, traducción de Patricia Antón, pág. 90).

    No se consideraba robo coger la fruta del árbol siempre que se comiera allí mismo para saciar el hambre o el apetito de ella. Cualquiera podía hacerlo porque de alguna manera la viña y el árbol daban su fruto a todo el mundo que quisiera tomarlo para disfrutarlo, nunca mejor dicho, en el momento, sin ninguna restricción. Ni siquiera el dueño de la propiedad podía impedírselo porque no era un robo. Se consideraba robo acaparar el fruto para comérselo en el futuro.

Ícono bizantino, Cristo hambriento maldice una higuera que no da fruto.
  
      Ignoro si casi setenta años después de escrita esta autobiografía y clásico de la literatura de viajes que es Cantos de sirena, y después de la invasión turística masiva que ha convertido a Grecia en un objetivo codiciado de las agencias que han matado el viaje convirtiéndolo en destino turístico, persiste esta costumbre, pero hace que nos replanteemos el concepto de propiedad y, ligado a ella, el de usufructo y el de robo. 

    El propietario de una higuera (no estamos hablando de una higuera silvestre que no tiene dueño) nunca podrá impedir que cualquiera disfrute de sus higos, uno de los sabores más dulces del verano, porque los frutos no son de su propietario, aunque sí la higuera, sino de los que tiendan la mano a ellos para degustarlos allí mismo en el momento.


    Ladrón de higos solo podría llamarse a aquel que arramblara con los higos de la higuera, los metiera en un cesto y se los llevara para venderlos en el mercado cual vulgar zarracatín -aquel que compra barato para vender caro-, cosa que suele hacer las más de las veces el propio propietario cuando no se resigna a que la higuera dé sus frutos para todo el que los apetezca, incluido él mismo, su dueño y su señor. Si es el propietario el que acapara los higos para llevarlos al mercado, este, en buena lógica, se convierte en el principal ladrón de higos, porque está privando a los demás y privándose a sí mismo de los melifluos frutos de la higuera, que convierte en una mercancía que se vende a cambio de dinero. 

Viñeta de El Roto

    Es así como según esta vieja lógica rural griega el propietario se convierte en el ladrón que priva a los demás de un bien común. No en vano Pierre Joseph Proudhon se preguntaba en el año del Señor de 1840 ¿qué es la propiedad? Y daba esta respuesta lapidaria, contundente y precisa: “La propiedad es un robo”. El propietario, pues, es el ladrón; y, a la inversa, el ladrón es el propietario. Toda propiedad es una expropiación. Y la propiedad privada, como su nombre indica, es una privación. Si yo poseo algo estoy expropiando, desposeyendo o privando de ello a los demás.

    Pero no podríamos llamar ladrón al propietario de la higuera cuando permitiera a cualquiera, como sucedía en Cálimno en los años cincuenta del siglo pasado, según contaba Charmian Clift, disfrutar de los frutos del árbol o de la viña como en el edén del paraíso, independientemente de que la higuera, la parra o la chumbera lindaran con el camino y, por lo tanto, cayeran fuera de su hacienda.

domingo, 3 de agosto de 2025

Teletipos y telegramas

El jefe del Mossad voló a Guásinton para presentar el plan de limpieza étnica de Gaza: matarlos de hambre, enjaularlos y luego deportar a los supervivientes.
La historia se repite
 
Una masa de aire polar se nos echa encima en la vieja Europa mientras los medios nos dicen que se disparan los muertos en lo que va de verano por ola de calor.
 
Si no fuera por obra y gracia de las noticias siempre interesadas de los medios informacionales ¿cómo sabríamos que hay pandemias, cambios climáticos o guerras?
 
Últimos eufemismos y hallazgos terminológicos progres: contrato fijo-discontinuo, jubilación compatible con trabajo y baja laboral flexible o alta progresiva.
 
Pensamiento de Pascal: "Nunca se hace el mal tan plenamente y tan alegremente como cuando se lo hace por conciencia". O mejor: … por convicciones religiosas
 
“Chat GPT es una maravilla. Escribe y habla con sintaxis, algo que el noventa y ocho por ciento de la población no sabe hacer”. Juan José Millás, no sin ironía.
 
La Unión Europea otorga a Ucrania más ayuda para sostener la guerra de resistencia a la invasión, arrojando más leña, millones de euros, al fuego para que arda.
 
La digitalización es la aldea global panóptica donde los aldeanos contribuimos voluntariamente con nuestro diezmo de datos al sistema cual súbditos felices.
 
Se crea en el Reino de las Españas la Agencia Estatal de Salud Pública a fin de afrontar futuras pandemias y emergencias sanitarias que como tales se declaren. 
 

Vendrán, por lo tanto, en el futuro más pandemias, más emergencias y crisis sanitarias a justificar la existencia de la Agencia Estatal de Salud Pública creada.

 
La culpa, pese al laicismo, se articula como siempre: haciéndonos creer que somos responsables de lo que no somos y provocándonos remordimientos de conciencia.
 
Epigrama satírico de don Jacinto Labaila y González: Yace en esta fosa un médico, / médico tan matador, / que no hallando a quien matar, / a sí mismo se mató.
 
Los medicamentos crónicos 'para toda la vida' contra el colesterol, la hipertensión y el azúcar en sangre son los que más interesan a la industria farmacéutica.
 
La Gran Farmacopea inventa enfermedades cuando y donde no las hay, ampliando los criterios que definen las enfermedades y problematizando el concepto de salud.
 
Los autobuses londinenses de dos pisos portaban anuncios de “Subhan Allah”, gloria a Alá, o alabado sea Alá, que es lo mismo que decir Dios, durante el Ramadán.
 
 
La secularizada, tolerante y nunca del todo descreída vieja Europa recibe con los brazos abiertos a los musulmanes que traen su religión al viejo continente. 

La psicoterapia o terapia a secas trata las vicisitudes de la vida como si fueran una enfermedad, lo que muestra cuán faltos están de clientela los psicólogos.

  Los refugios climáticos urbanos más que una moda son una necesidad sanitaria que se administra según protocolo, habida cuenta del cambio meteorológico que mata.

Cierran los jardines de El Retiro ante eventuales rachas de viento y altas temperaturas a fin de proteger a los vecinos que busquen en ellos climático refugio.

sábado, 2 de agosto de 2025

Los tres monos sabios

    Los tres monos sabios tradicionales japoneses de la talla de madera del siglo XVII de Hidari Jingoro, situada sobre los establos sagrados del santuario de Toshogu en Nikko, al norte de Tokio forman una especie de Santísima Trinidad. 
 
Los tres monos sabios de Nikko Toshogu, Hindari Jingoro (s. XVII)
 
      En realidad no son tres monos, sino uno solo, tres en uno o uno en tres: Uno que no oye, que no habla, que no ve. Pero no lo hace porque sea sordo, mudo y ciego, sino porque teniendo oídos no quiere oír, teniendo boca no quiere decir ni mu y teniendo ojos no quiere ver, por lo que cierra oídos, boca y ojos. 
 
    El mono no quiere ver ni oír ni decir lo que resulta inconveniente, siguiendo la doctrina moral confuciana, que aconseja una pauta de comportamiento muy similar a la paremia que dice en la lengua de Chéspir: «See no evil, hear no evil, speak no evil», que viene a significar no veas maldades, no oigas maldades, no digas maldades.
 
     Y es algo parecido a nuestro refrán «oír, ver y callar (recias cosas son de obrar)» que aconseja discreción sobre todo a la hora de hablar y de contar lo que, por otro lado, nuestra paremia no nos prohíbe oír ni ver, pero sí divulgar, como norma de conducta. 
 
    Pero cabe otra lectura de la simbología de la célebre talla de madera japonesa: el mono, nuestro común antepasado, se niega a ver, oír y decir en general, independientemente de la valoración moral que hagamos de las cosas en los términos de buenas y malas, por lo que cierra ojos, oídos y boca y se vuelve ciego, sordo y mudo... ante lo bueno y lo malo, ante todo, es decir, ante la falsedad de la realidad del mundo que nos rodea.
 
    Si nos remontamos a la Biblia, tenemos en el Nuevo Testamento (Marcos 8, 18) las palabras de Jesús a sus incrédulos discípulos: ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? Y en el Viejo Testamento (Jeremías 5, 21): Oíd esto, pueblo necio e insensato, que tiene ojos y no ve, tiene oídos y no oye. Lo que nos lleva indirectamente a uno de nuestros refranes castellanos más repetidos: No hay peor ciego que el que no quiere ver; y su variante, que cambia la ceguera por la sordera: No hay peor sordo que el que no quiere oír.
     
 
 
    Pero, instalados ya en el tercer milenio, hay una imagen que por sí sola puede resumir las otras tres de los monos sabios añadiendo un detalle no poco significativo: el chimpancé actual que es el ser humano, que somos todos y cada uno de nosotros, deja de hacer esas tres cosas -oír, ver y hablar- cuando utiliza su esmarfon o teléfono supuestamente inteligente, pero en realidad es utilizado por la inteligencia artificial del cachivache, un móvil conectado a la Red al que se aferra, al que nos aferramos, como si fuera un chaleco salvavidas, nuestra salvación, que nos abstrae de la realidad creando un simulacro virtual de ella y que, por lo tanto, nos ensordece, nos enmudece y enceguece. 
 
 
 
    El homotontolculus es el último eslabón de la evolución del pithecanthropus erectus en la genial viñeta del llorado Forges, el último homínido de la era virtual y tecnológicamente emprendedora (que no aprendedora), que camina hacia atrás como el cangrejo, móvil en ristre como su único instrumento prensil. Dicen que en España hay ya más celulares que españoles, y es que «cada día que amanece, la grey de los tontos crece». 
 

viernes, 1 de agosto de 2025

Con mal PIE*

    Que la guerra empieza aquí mismo -y aquí puede ser en el sitio menos pensado, en Valga, por ejemplo, a la vera del río Ulla, en la Galicia pontevedresa, y que empiece con mal PIE*, porque la guerra no empieza nunca con buen pie, sino con el pie torcido, y no tenga visos de que vaya a acabarse pronto y sí de que vaya a hacerse interminable se debe a que ha dejado de ser el último recurso entre las naciones y los estados del mundo para resolver sus discrepancias cuando falla la diplomacia política para convertirse en un proyecto estratégico -etimológicamente quiere decir concerniente al arte de dirigir ejércitos (al frente de combate)- y un negocio redondo, mondo y lirondo, que crea puestos de trabajo -la prostitución callejera también lo hace y no por ello se fomenta desde las altas instancias, que quieren hasta prohibirla y abolirla-, lo que reporta suculentos beneficios económicos en forma de jugosos dividendos. 
 
Planta de montaje del URO VAMTAC en Galicia
 
    Esto explica el respaldo de la Xunta de Galicia, que no el respaldo de Galicia, como dicen el Ministerio de Defensa del Reino de las Españas y la prensa orgánica del Régimen, al proyecto de ampliación de la planta industrial de Valga (Pontevedra) de la empresa automovilística UROVESA,  contratista del Ministerio de la Guerra, especializada en la fabricación de vehículos de gran tonelaje y capacidad ubicada en Santiago de Compostela, triplicando sus instalaciones actuales de Valga  en cien mil metros cuadrados y duplicando su capacidad de producción de vehículos militares todoterreno para atender a la creciente demanda nacional e internacional. 
 
    El nombre propio de la empresa está tomado del común del bóvido salvaje similar al toro, pero de mayor envergadura, que habitó en la Europa central durante el cuaternario y se extinguió hace quinientos años. El morro de un uro con doble cornamenta, en efecto, le sirve de logo a la compañía de Vehículos Especiales S. A., consagrada a la industria fabril de la automoción defensivo-ofensiva, más lo segundo en realidad que lo primero. 
 
Logo de UROVESA, URO V(ehículos) "E(speciales)" S.A.
 
     Estas obras, que concluirán en 2029 si nada ni nadie lo remedia antes, supondrán una inversión de casi cincuenta y dos millones de euros y la creación de al menos un centenar de puestos de trabajo directos generando además unos seiscientos empleos en la industria auxiliar, especialmente en Galicia pero también en otras taifas autonómicas del Reino de las Españas. 
 
    La dirección de la empresa, por su parte, celebra la ampliación porque va a permitirle -echémonos a temblar-: acometer proyectos de mayor dimensión, poner las nuevas capacidades a disposición de nuestros clientes, generar empleo de calidad y contribuir así a impulsar las capacidades tecnológicas y fabriles del ecosistema industrial en Galicia y España
 
   
    La Xunta de Galicia le ha otorgado el título de Proyecto Industrial Estratégico (PIE*) alabando que la “compañía no trabaja bajo licencia ajena, sino que diseña su propio producto, lo que le otorga independencia en cuanto a propiedad intelectual, así como en los componentes más relevantes”. Asimismo, ha remarcado que UROVESA ha facturado ciento veintidós millones de euros gracias a su actividad a lo largo del año pasado, por lo que se trata de una empresa fundamental dentro de la estrategia de seguridad y de defensa. 
 
    El capitalismo que convirtió la guerra contra el virus en el virus de la guerra, que se hizo así viral, se muestra como lo que es: devorador carroñero de cadáveres que previamente ha matado: necrófago, y celebra ahora su expansión con alharacas generando puestos de trabajo directos e indirectos que son recibidos como si fueran una bendición del cielo cuando son todo lo contrario: una maldición.
 
 *PIE (acrónimo de Proyecto Industrial Estratégico).