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sábado, 5 de agosto de 2023

Variaciones Mencken

Henry Louis Mencken (1880-1956)

-¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? -Sí, lo juro, pero la verdad se desdice en el acto de decirse y sin querer se vuelve  mentirosa. 
 
El empresario, que hoy suele llamarse emprendedor, es un ser socialmente despreciable, capaz a veces de admitirlo pero quejoso siempre de su pésima reputación. 
 
El empresario, cual verdugo de Berlanga, suele disculparse por su trabajo. Cuando logra su objetivo, trata de hacernos creer que el dinero no era su objetivo.
 
 Una de las opiniones más extendidas y aceptadas por la mayoría democrática de nuestra época es la de que todas las opiniones religiosas son dignas de respeto.
 
Nada hay en las opiniones religiosas, a poco que se ahonde en ellas, que las autorice a ser más respetables y menos cretinas que cualesquiera otras opiniones.
 
Los modernos teólogos o funcionarios de la fe en su modalidad de crédito que son los economistas avasallan impunemente a las poblaciones sin apenas resistencia.
 
Pocos teólogos, además de ser poco honestos, saben algo que valga la pena saber, ni siquiera de teología, que es lo suyo y en su moderna versión es la economía.
 
El mejor gobierno es el que deja en paz a sus súbditos, votantes y contribuyentes, esto es, aquel que pasa prácticamente desapercibido y brilla por su ausencia.
 
Rara vez un nuevo gobierno es mejor que el anterior, según apuntan casi todos los testimonios históricos. Otro vendrá que bueno me hará, como dice el refranero.
 
¿Qué diría, si volviera a nacer, Mencken, que constataba no lo difícil sino lo absolutamente imposible que era hace un siglo ya imaginar un mundo sin teléfonos?
 
En mi niñez el teléfono era raro y como mucho había uno por unidad familiar, hoy cada individuo tiene su aparato y número como prolongación de su personalidad. 
 
La democracia, la más lograda de las formas de gobierno hasta la fecha, siempre mata lo que ama,  afirma proteger y justifica su existencia: el pueblo soberano. 
 
No son hombres los que nos gobiernan sino unas leyes, dicen, iguales para todos, pero son hombres los que a fin de cuentas deciden lo que es ley y lo que no. 
 
Para la inmensa mayoría de la gente, lo que no es real, la ficción, como todo el mundo sabe, ejerce infinitamente una mayor fascinación y atracción que lo real. 
 
El capitalismo no está dando sus últimos estertores, como podría creerse a simple vista, sino sufriendo reajustes que, aun pareciendo debilitarlo, lo refuerzan. 
 
La principal enseñanza que se saca de la lectura de los muchos libros que se leen a lo largo de la vida es que muy pocos, poquísimos, merecen la pena de leerse.. 
 
Si la enfermedad es el pecado y la salud la virtud, el fin de la medicina debería ser redimir de los pecados contraídos, no evitar que incurramos en el vicio.

  Lo que llamamos progreso, según Havelock Ellis*, es la sustitución de una nuisance, o sea molestia, fastidio, perjuicio, inconveniente, por otro inconveniente.

*What we call progress is the exchange of one nuisance for another nuisance (Havelock Ellis).

martes, 1 de agosto de 2023

Marginalia (Comentarios breves al margen)

Lo que escribió Cicerón a propósito de la memoria, que disminuye si no se ejercita, (memoria minuitur nisi eam exerceas) puede aplicarse al cerebro en general.
 
 La paulatina desaparición del dinero material aterra a quienes creen que van a sustraerles el efectivo que manejan, al que se aferran como el avaro de Molière.
 
 Vivimos en estado crítico marcado por la falta de sentido crítico y la omnipresencia del pensamiento único, equivalente gastronómico del plato único obligado.
 
 La conexión digital tecnológica reduce nuestra libertad más aún de lo que ya está y modifica profundamente nuestras decisiones, relaciones y forma de pensar.

Hay que reinstalar, dice un tecnólogo arrepentido, el botón OFF, que ha desaparecido de nuestros dispositivos electrónicos, eternamente conectados y encendidos.


 "Hemos frenado la ola reaccionaria de la extrema derecha" declara a bombo y platillo el líder progresista, empleando un discurso simplón y de lo más bobalicón.


  Los banqueros nos quieren hipotecados; la gran industria farmacopólica, pacientes crónicos; los traficantes de armas, que fabriquemos artefactos para la guerra.


 Los medios de (in)formación masivos ocultan sistemáticamente la verdad y muestran a cambio la actualidad como si fuera la realidad, esa invención decimonónica.

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Frente al mantra védico de “un cuarto se aprende del maestro, otro de uno mismo, otro de los demás, y el cuarto del paso del tiempo”, aprender es desaprender.

आचार्यात् पादमादत्ते पादम् शिष्यः स्वमेधया
पादम् सब्रह्मचारिभ्यः, पादम् कालक्रमेण च 

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Durante la pandemia disminuyó considerablemente gracias al arresto domiciliario la emisión de dióxido de carbono, que salvó, según algunos, vidas y el planeta.

 

 Algunos ecologistas que añoran los pasados encierros coquetean con la idea del confinamiento climático so pretexto de luchar contra las calenturas de la Tierra.

 

 Ningún partido en la pasada campaña electoral sacó a relucir la pésima gestión de la coronada pandemia viral porque entre todos la mataron y ella sola se murió.  

 

 La propuesta ecológica de la ciudad del cuarto de hora es una vuelta de tuerca al gueto de Varsovia, un confinamiento que reducirá la movilidad de las personas. 

 

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Glosas de H.L. Mencken* sobre el mesianismo: El poder y no la salvación de la humanidad es lo que buscan real- e indefectiblemente todos los mesías redentores.

La urgencia apremiante por la salvación de la humanidad es casi siempre la excusa de la máscara falsa que oculta la más que apremiante necesidad de gobernarla.

*Power is what all messiahs really seek. The urge to save humanity is almost always only a false-face for the urge to rule it.  (Minority Report, H. L. Mencken's Notebooks,  1956)