domingo, 24 de agosto de 2025

Clásico

    Puede que resulte provechoso recurrir a la etimología de la palabra “clásico”, que se aplica, por ejemplo, como adjetivo que califica al sustantivo Cultura en la denominación "Cultura Clásica", nombre de una asignatura o materia del segundo ciclo de la Educación Secundaria Obligatoria del sistema educativo español. En algunas comunidades autónomas como en Castilla y León, según tengo entendido, es una materia obligatoria para todo el alumnado en 3º de ESO. En Cantabria, sin embargo, es una asignatura optativa que en algunos institutos como por ejemplo en el que yo trabajaba no se impartía porque los alumnos no la elegían, o lo hacían tan pocos que no se consideraba oportuno 'ofertarla' y se les invitaba a optar por otra materia. 


    Se emplea también en expresiones como filología clásica, música clásica, estilo clásico... donde parece que se opone al adjetivo moderno, al modo hodierno, contraponiéndose de alguna manera, además, con ello lo nuevo a lo viejo, lo vivo a lo muerto. Recordemos que la palabra clásico procede de clase y aparece en expresiones como primera clase y también en es la primera de la clase; se dice asimismo tener o no tener clase, donde el término es sinónimo de prestigio, categoría, y en este sentido se habla también de clase obrera, clase media o clases pasivas por ejemplo, como división de la sociedad, pareciendo este significado el más antiguo.

    Conviene pues tener en cuenta que clase procede a su vez del latín classem, que es como llamaban los romanos a la ciudadanía susceptible de ser llamada a incorporarse a filas para servir a las armas en general, como si dijéramos la clase de tropa, y a la armada, flota o infantería de marina en particular cuando la palabras exercitus se especializó en ejército de tierra, por lo que el término en su primera acepción hace referencia a la organización, esto es, a la clasificación de los niños en escuadras, batallones o cohortes para recibir la instrucción. 

 Cariátide vista por detrás, Museo de la Acrópolis (Atenas)

    Algunos pedagogos modernos, por cierto, han resucitado este ominoso término militar de la legión romana de "cohortes" para referirse a los estudiantes con una metáfora que sugiere la militarización difusa, pero real, del sistema educativo, ese nuevo servicio militar obligatorio para ambos sexos, basado en la jerarquía y en la homogeneidad, en el adoctrinamiento y uniformidad cultural que impone la transmisión vertical de unos saberes programados y, sobre todo, la imposición del tiempo, horario y calendario escolar, como programa.

    En relación con esta clasificación de los niños como conjunto de los que reciben un mismo grado de enseñanza o cursan una misma asignatura se explican los usos de clase como lección o asignatura e incluso como aula donde se imparte. 

    Clásicos eran en Roma los ciudadanos de la primera clase que poseían una renta al menos de 120000 ases y en ese sentido la expresión de scriptores classici designará a los clásicos de la literatura, es decir, a los escritores de primera fila, como se dice a veces, para cuyo reconocimiento es preciso, entre otras cosas, el requisito imprescindible de que estén muertos y bien enterrados. 

    Esto mismo les sucede a las llamadas lenguas clásicas, al latín y al griego antiguo, a las que a veces se llama descaradamente lenguas muertas, pues parece que una de las condiciones del prestigio de lo clásico es la necrofilia, el amor por lo que no está vivo: que sean lenguas que no se hablan o escritores consagrados que no se leen.

    ¡Qué triste que para la inmensa mayoría de los jóvenes y no tan jóvenes españoles lo más clásico que hay, el Clásico español por excelencia, conocido entre los medios de formación de masas y los fanáticos aficionados sea el partido de balompié que enfrenta al Real Madrid Club de Fútbol y al Fútbol Club Barcelona!   Panem et ποδόσφαιρο (podósfero), o lo que es lo mismo: pan y fúzbol con zeta de rebuzno para el pueblo. 

2 comentarios:

  1. Contemplando los movimientos tras el balón de su equipo y el rival se emocionan con la tensíón y la esperanza de poder llegar a gritar gooool, y regresan del templo a sus tareas cargando con la ilusión de la victoria o la absurda amargura de la derrota que refleje el marcador, tal es la única hazaña que permite el espectáculo, escenificando y representando esa guerra tribal y boba que compense de alguna manera la socialización y explotación homogénea o equivalente con que cada individuo se constituye y por lo tanto se somete.

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