domingo, 30 de marzo de 2025

Horario estival

Horario estival:
Hay una hora menos hoy: 
¿Dónde podrá estar?
¿Quién nos la devolverá
si se la comió el reloj?
 

    El horario de verano que adoptará, si Dios no lo remedia, nuestro país entre otros con la intención de mejorar la eficiencia energética y el ahorro habrá entrado en vigor, se quiera o no se quiera, hoy 30 de marzo del año del Señor de 2025, que es el último domingo del mes, cuando a las dos de la madrugada sean por Real Decreto del Boletín Oficial del Estado las tres, robándonos una hora de las veinticuatro que debería tener el día, hora que, dicen, nos devolverán, Dios mediante, el último domingo de octubre, que tendrá veinticinco horas en lugar de las veinticuatro reglamentarias, cuando nos impongan el horario de invierno. 
 
    A la inminente llegada de la primavera, que es un fenómeno natural recurrente aunque difícil de precisar por el cambio climático, le acompaña el ritual artificial del cambio de hora que muchos de nuestros dispositivos electrónicos habrán efectuado automáticamente a estas alturas, aunque nuestros alicaídos ritmos vitales tarden algo más en ajustarse a esta imposición cronometrada. 
 
 
    El cambio de hora coincide con la llegada del florecimiento, una estación en la que muchas personas experimentan la llamada "astenia primaveral", un conjunto de síntomas que incluye cansancio vital, dificultad para concentrarse por obra y gracia de los numerosos medios de distracción masiva, alteraciones del sueño y cambios en el estado de ánimo. 
 
    Hay voces autorizadas que piden la abolición del horario de verano, ya que creen que perder una hora de sueño en primavera puede provocar cansancio en gran parte de la población, lo que podría incrementar los accidentes de tráfico in itinere que podrían llegar a ser mortales. Al mismo tiempo, existe evidencia de un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, conductas suicidas y un incremento general de la mortalidad. 
 

    Y hay otras voces no tan autorizadas pero que surgen de lo más hondo que lo que piden es la abolición del tiempo cronometrado, tanto del reloj como del calendario, haciendo especial hincapié en la supresión de la jornada laboral (y del trabajo asalariado que es la moderna forma del viejo ejercicio de la prostitución, el oficio más viejo del mundo), que no basta con reducirla media hora para reforzarla y que siga existiendo como tal aligerándola treinta minutos y cobrando el mismo sueldo que si se hubiera computado como hora integral, como pretenden los sindicatos y el gobierno progresista, y en la supresión de la semana, esa pescadilla de enroscar que se muerde la cola y que nunca termina por mucho que celebremos el fin de la semana que nunca finaliza.

sábado, 29 de marzo de 2025

Chistes en serio

En El chiste y su relación con el inconsciente (1905) Sigmund Freud hace un estudio psicoanalítico sobre el chiste y su conexión con los procesos inconscientes de la mente, argumentando que el chiste, al igual que los sueños y los actos fallidos, es un medio de expresión del inconsciente.  Además, distingue entre el chiste inocente (que es un mero juego de palabras) y el chiste tendencioso (con contenido sexual, agresivo o socialmente transgresor), destacando que este último sirve para liberar tensiones reprimidas. Así, el placer que produce el chiste radica en la descarga de energía psíquica reprimida, que ha transgredido la censura moral del superyó.
 
Un ejemplo de chiste inocente sería el siguiente, por ejemplo: 
 
Un empleo ideal
Juan está más contento que un pez en el agua con el trabajo que ha encontrado. 
-¿Qué hace? 
-Nada. 
(Lo malo de este chiste es su carácter idiomático que hace muy difícil si no imposible su traducción a otras lenguas, porque en castellano la respuesta “nada” es polisémica: por un lado puede significar que practica la natación pero por otro es la negación de que no hace ninguna cosa, con lo cual su empleo ideal sería el trabajo cero).
 
Algunos ejemplos de chistes más tendenciosos
 
Maestra en escuela. 
Una maestra progresista y comprometida con la mejora de la educación le pregunta a un alumno en clase.
-A ver, Jaimito, ¿cómo te imaginas tú la escuela ideal y perfecta? 
-¡Cerrada a cal y canto, señorita! 
 

Una plegaria.
Un creyente se arrodilla y le pide a Dios misericordioso (o a Jehová o a Alá; cada creyente puede poner aquí el nombre propio de su Dios correspondiente, igual da uno que otro) con lágrimas en los ojos y mucho fervor religioso: 
-Señor, ¡haz que desparezca de la faz de la tierra todo lo malo que hay en mí y me hace ser tan desgraciado!
El Señor oyó y escuchó su plegaria desde lo alto, e hizo que el creyente... ¡desapareciera! 
 
El paraíso de las vírgenes.
-Érase una vez una mujer que se muere. Llega a las puertas del Purgatorio y San Pedro la recibe amablemente y le pregunta: 
-¿En qué lugar te gustaría vivir la vida eterna? 
-¡En el Paraíso de las Vírgenes!, -responde la mujer con gran convencimiento. 
-Pero, mujer, si has estado casada cuatro veces... -Protesta San Pedro rezongando. 
-Ya, pero mira: mi primer marido era funcionario, y ya sabes cómo son los funcionarios, que lo dejan todo para mañana. El segundo era ingeniero, y todo eran proyectos. El tercero era policía, y ya te imaginas cómo se las gastaba: me jodía, con perdón, mucho, pero no me follaba nada. Y mi último marido fue un sindicalista. Todo el mundo conoce a algún sindicalista: no hacen nada más que dar por culo a la clase obrera predicando la resignación y la aceptación del trabajo asalariado, así que todavía conservo el virgo intacto como Santa Teresa, por lo que creo que me merezco el Paraíso de las Vírgenes.
 
Movimiento Sísmico.  
En el cuartel de la Guardia Civil de Zarcillos del Montejo -pueblecito de la geografía de la España profunda, no muy alejado de Lepe (1)-, se recibe un telegrama del Centro Sismológico Nacional que dice textualmente: ATENCIÓN. Stop. Posible movimiento sísmico en la zona en dos días. Stop. Muy peligroso, superior Ritchter 7. Stop. Epicentro a 3Km de la población. Stop. Tomen medidas. Stop. Informen resultados con urgencia. Stop. Pasan dos días, una semana, un mes, dos meses... Y, al cabo de tres meses, se recibe el siguiente telegrama en el Centro Sismológico Nacional: Aquí Cuartel Guardia Civil Zarcillos del Montejo. Stop. Movimiento sísmico totalmente desarticulado. Stop. El superior de Ritchter 7 intentó huir y fue abatido a tiros. Stop. Epicentro y tres compinches detenidos. Stop. No hemos contestado antes porque hubo un terremoto que te cagas, con perdón por la expresión. Stop. 
 
(1) NOTA.- Lepe es un pueblo de la provincia de Huelva (Andalucía), no lejos de la frontera portuguesa, muy frecuente en los chistes españoles, cuyos habitantes serían en el imaginario colectivo el prototipo de la idiotez personal más oligofrénica, autista y consumada. La fama, no hace falta decirlo, no está, que yo sepa, justificada en modo alguno. Es simplemente un locus communis, un tópico, un nombre propio que se ha convertido en nombre común que representa a cualquier comunidad de vecinos, no necesariamente rural, española y, por lo tanto, universal. En una de las versiones de este chiste, es el cuartel de Lepe el que recibe el telegrama. Hemos preferido usar otra denominación de origen para el cuartel de la benemérita institución, descargando al de Lepe de su ominosa fama.
 
Dos amigas del instituto. 
Dos amigas que hacía tiempo que no se veían se encuentran un día por la calle, se dan un par de besos al aire de las mejillas y se saludan:
-¡Hola!. 
-¡Hola! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo te va? 
-Bien. 
-¿Cómo va tu romance con aquel chico con el que salías? 
-Bueno, eso se acabó ya hace tiempo. 
-¿Rompísteis? 
-No, nos casamos...
 

La maestra a toda la clase: 
-Hoy vamos a dar clase de Educación Sexual
Una niña alza la mano y pregunta: 
-¿Podemos salir al patio de recreo, señorita, las que ya follamos? 
(Las formas arcaicas de represión sexual prohibían que se hablara de ello: era pecado, tabú, estaba vedado. Las más modernas y vigentes hablan de ello, por el contrario, desvergonzadamente, lo han domesticado y convertido en una disciplina educativa (“educación sexual”). Antes nos prohibían el sexo, que era pecado, ahora nos lo recomiendan con las medidas profilácticas convenientes, por supuesto, de ahí la impertinencia de la niña desmandada “que ya folla” por su cuenta y riesgo, o que tiene más información de esta temática que de conocimiento general como en el siguiente y último chiste). 
 
 Un chiste “verde”. 
Una niña pequeña le cuenta a su íntima amiga: 
-¿Sabes? ...Ayer encontré un preservativo en el bosque
-¿Qué es un bosque? -Le pregunta, curiosísima, la amiga.

viernes, 28 de marzo de 2025

Poeta en Sunio (El canto del cisne)

 


En el cabo de Sunio, a tiro de piedra de Atenas en autobús, se alza todavía el templo de Posidón, construido hace 2500 años sobre un promontorio abierto a la inmensidad del mar. Aún se alzan 18 columnas dóricas de mármol de las 42 originales del santuario.



Al atardecer muchos turistas, cámara fotográfica en ristre, y no pocas parejas de enamorados se sientan a contemplar en silencio la que puede que sea una de las puestas de sol más espectaculares del mundo.


El nombre propio del poeta romántico inglés Lord Byron, tan enamorado de la idea de Grecia que murió luchando por su independencia contra los turcos,  aparece grabado en uno de los mármoles del templo como  recuerdo, aunque no se sepa a ciencia cierta si fue él mismo el autor de la inscripción.


Lo que sí es seguro que escribió el propio Byron, fascinado por el encanto y la magia del lugar, fueron estos versos de su largo y celebrado poema satírico Don Juan

Place me on Sunium's marbled steep,

 Where nothing save the waves and I

May hear our mutual murmurs sweep;

There, swan-like, let me sing and die.
 Lord Byron, Don Juan


Ponedme en  mármol de una grada en Sunio,   
En donde, solos yo y  las olas, pueda 
Oír el son de nuestro mutuo arrullo:
Dejad que allí, cual cisne,  cante y muera.

El último verso evoca el "canto del cisne", expresión incorporada a nuestro acervo cultural, con la que se alude a la última actuación de una persona o, más en concreto, a la  obra postrera de un artista, en la que da lo mejor de sí mismo al haber llegado al punto culminante de su carrera. Desde antiguo se creía sin mucho fundamento que los cisnes tenían la curiosa costumbre de entonar un armonioso y melódico cántico cuando presentían que llegaba el momento de su muerte. Así Cicerón, por ejemplo, nos dice en un pasaje de sus Conversaciones en la villa de Túsculo (Libro I, 30): "...los cisnes que fueron consagrados a Apolo no sin razón sino porque parece que de él reciben el don de la adivinación, en virtud de la cual mueren con un canto placentero al presentir el bien que hay en la muerte...". 

La historia del patito feo que se convierte en un bellísimo cisne resplandeciente al alcanzar la edad adulta, porque aunque había nacido en el corral de los patos había salido del huevo de un cisne,  nos viene a la mente a nosotros, los modernos, siempre que se menciona al cygnus olor, que es su nombre científico, desde que Hans Christian Andersen publicara su cuento en 1843 llamado a alcanzar tanta popularidad.  El patito más torpe, desgarbado, grande y menos agraciado que sus hermanos resultó, al fin y a la postre, que no era un pato tan patoso como parecía, sino un cisne de una belleza majestuosa y deslumbrante. Lo mismo sucedería con su voz, según los antiguos:  el graznido del supuesto pato resultaría un melódico y único canto en la plenitud de la vida.

Pero el cisne, por lo que se sabe de él, no canta nunca, sino que vozna, (del latín bucinare), que es emitir una voz bronca,  es decir,  una especie de gruñido sordo, similar a un ronquido, bastante desagradable, por cierto,  y disonante. Se creía sin embargo que el cisne tenía la habilidad, concedida por Apolo, como cuenta Cicerón, de predecir su propia muerte, y, cuando sentía que había llegado su hora, entonaba el canto más bello que jamás había proferido, porque comprendía que la muerte no era un mal en sí, sino todo lo contrario: un bien, el mejor bien de hecho que podíamos recibir en la vida.

Lord Byron,  a través de su alter ego don Juan, un donjuán que no seduce a las mujeres sino que, víctima del sexo femenino, es seducido por ellas, de ahí el carácter satírico que apuntábamos arriba de su poema, entona su canto de cisne en el cabo de Sunio, frente al mar.

jueves, 27 de marzo de 2025

Economía para los más peques

Recuerdo que cuando era pequeño tuve por lo menos dos huchas: una con forma de casita, que era de plástico y podía vaciarse fácilmente sin romperla y volver a utilizarse, y otra, más típica, que me viene a la cabeza ahora, que era un cerdito de barro con una rendija en el lomo para insertar las monedas y que había que romper para poder disfrutar de la riqueza acumulada. Era el cerdo símbolo de prosperidad, y una garantía de abundancia para el futuro, ya que su sacrificio ofrecía a la familia una fuente de proteína animal de jamones, chorizos, morcillas y embutidos varios que podían durar en la despensa hasta un año después de la matanza. 


Mi padre me daba semanalmente la paga: un duro, o sea, cinco pesetas. Yo sabía que, si en lugar de gastar esa paga en chucherías, la guardaba en su totalidad o en parte en la hucha, ahorraría al cabo de mucho tiempo un dineral -todavía no entendía yo muy bien la palabra "capital"-, y juntando mis ahorros, una vez rota la alcancía, podría comprar algo que ahora deseaba... el día de mañana. La ilusión por ese algo indefinido alimentaba mi deseo de ahorrar, pero enseguida comprendía que ese algo era como la zanahoria que se le pone al burro para que camine hacia delante sin distracción, algo siempre futuro y, por lo tanto, inalcanzable por esencia, condenándome a mí mismo al suplicio de Tántalo: se ve en la imaginación del deseo pero no se toca. Yo lo deseaba  aquí y ahora pero no tenía el dinero para comprarlo todavía. El problema era que cuando hubiera alcanzado la suma necesaria quizá ya no lo desearía... Aprendía así yo el valor del dinero, del futuro y del ahorro o sacrificio a tumba abierta del presente.


Me ha sorprendido ahora, bastante entrado ya en años, al hilo de estos recuerdos, la publicación y la polémica de un libro de economía para niños, escrito por María Jesús Soto Barragán, y titulado “Mi primer libro de economía, ahorro e inversión (Educación Financiera Básica)”, porque es un libro de texto que se imparte en los colegios de primaria de Castilla y León.



En la portada vemos a los jóvenes protagonistas Carol y Nico con un simpático perrito. Nico señala una planta que crece sobremanera y cuyas hojas llevan inscritos los símbolos pecuniarios de la libra, el dólar, el euro, el yen... La planta parece que es abonada con monedas y regada por Carol, que exclama entusiasmada: “Un libro para enseñar a jóvenes y... ¡no tan jóvenes!”· Detrás de ellos un monstruo cornudo, que representa la inflación. Y junto a una hucha el lema: ¡Aprende a ser un inversor responsable, descifrando los enigmas de las finanzas!


La propaganda del libro dice lo siguiente: Con ellos, se refiere a Carol y Nico, aprenderás cómo nacieron los primeros billetes y monedas, pues el dinero no cae del cielo y ganarlo o perderlo tiene sus riesgos y no siempre la misma rentabilidad. Te enseñarán qué es ahorrar e invertir, cómo se elabora un presupuesto y qué profesionales nos ayudan a invertir bien y evitar que el monstruo de la inflación (sic) se coma (resic) nuestros ahorros. Mediante explicaciones sencillas, ejemplos, curiosidades, tiras cómicas y unas magníficas ilustraciones, comprenderás palabras que escuchas a tus padres o en la radio, que lees en prensa, libros e internet, y que ahora no sabes qué significan.


Las últimas líneas del párrafo transcrito tienen un indudable cariz pedagógico: se trata de enseñar a los más pequeños a comprender palabras que oyen a todas horas y cuyo significado desconocen, benditas criaturas: sabia ignorancia la suya, que diría Nicolás de Cusa. Supongo que se refieren a déficit, superávit, inflación, microeconomía... y demás monsergas propias de un adoctrinamiento capitalista bastante perverso. 




La diputada de Podemos en Castilla y León Lorena González Guerrero ha denunciado con gran acierto y valentía desde mi punto de vista la imposición de este libro en los colegios de su Comunidad en un vídeo titulado “Escalofriante”, publicado en el muro de Podemos en Feisbuq, donde lamenta, entre otras cosas, que los libros de texto de primaria fomenten la usura.

Han arreciado las críticas desde los sectores más conservadores y ultramontanos contra las declaraciones de la diputada. Dicen que la formación morada “ha vuelto a hacer muestra de su ideología comunista y anticapitalista: se ha quejado de que un libro explique a los niños cómo ahorrar para el futuro.”

Pero tiene razón Lorena González Guerrero, por mucho que les pese a los conservadores: Que se enseñen en los colegios de primaria conceptos como el ahorro, la inversión, la inflación o el trabajo para ganar dinero y poder pagar una buena universidad (se sobreentiende que con lo de buena se refieren a “privada”) son adoctrinamiento capitalista que prepara a los estudiantes de primaria para que cuando lleguen al instituto de secundaria se decanten por la economía de la empresa, por ejemplo, en detrimento de otros saberes y estudios humanísticos.

Lo paradójico del caso es que la crítica que ha hecho la diputada  ha conseguido despertar el interés por el libro, convirtiéndolo en un superventas. Hay quien considera que es un libro magnífico, muy pedagógico e interesante y muy adaptado a las capacidades limitadas de los niños. Sin duda la mejor educación que se les puede dar a los pequeños para no ser analfabetos... financieros. Así nos luce el pelo.

miércoles, 26 de marzo de 2025

Actualidad del mito de Europa

No sólo los antiguos creían en los mitos. También los modernos creemos en ellos, otros mitos pero mitos al fin y a la postre. El problema es que muchas veces nos pasa desapercibido el carácter mítico de nuestras creencias; tan nuestras que son y tan firmes y arraigadas como las tenemos, no somos capaces de verlas como tales en primer lugar y de cuestionarlas mínimamente con sentido crítico en última y no menos importante instancia.  


Un buen ejemplo puede ser el mito de Europa, de la que tanto se oye hablar últimamente porque se siente amenazada e indefensa. Para los antiguos, Europa era una princesa fenicia de la que se enamoró Zeus o Júpiter, que le decían los romanos,  cuando la vio jugando con sus amigas en la playa de Sidón, o de Tiro, según otras fuentes. El dios, enardecido de amor por la belleza de la muchacha,  se transformó en un toro de resplandeciente blancura y cuernos en forma de luna creciente -"media Luna los cuernos de su frente", que cantó Góngora-; y se tumbó  mansamente a los pies de la doncella. Ella, asustada al principio, cobró ánimo y acabó confiándose, acariciando al toro y sentándose sobre su lomo, momento en el que la bestia aprovechó para lanzarse al mar y llevársela consigo. La travesía, rumbo a Occidente, a través de las olas acabó en la isla de Creta, donde el "mentido robador de Europa",  según el verso gongorino que evoca al falso toro que la raptó, se une carnalmente a la virgen, y, como recompensa, otorga el nombre propio de la princesa a esa parte del mundo donde se había producido la unión de la que nacerá el legendario rey Minos. Había nacido Europa. 

El toro, cuya forma había adoptado Zeus se convirtió, posteriormente, según la leyenda, en una constelación que fue colocada entre los signos del zodíaco y que conserva, como cultismo, su antiguo nombre: tauro.

Europa, fotografía de Madame Yevonde,  (1935)

El simbolismo de esta princesa fenicia, por otra parte, está abierto a toda clase de sugerencias e interpretaciones: "ex Oriente lux" dice el proverbio latino, que significa que de Oriente nos viene la luz del sol, como vienen de Oriente los Reyes Magos, en la tradición cristiana, a adorar al recién nacido... Y de Fenicia, en concreto, tomaron los griegos algo tan importante y crucial para nuestra cultura como el alfabeto, que es el origen del abecedario latino que empleamos hoy casi universalmente.  Así que de Oriente nos vino, al menos, la escritura alfabética, y con ella el comienzo de la historia humana propiamente dicha y de nuestra cultura.

  Europa, Valentin Serov (1910)

Los mitos modernos, tales como el Progreso, Europa, la Democracia, los Mercados... y un larguísimo etcétera son mucho más prosaicos que los antiguos, como podéis comprobar, pero no menos poderosos y más dogmáticos, por lo que no es mal ejercicio desmitificarlos, es decir, analizarlos, disolverlos como si de un análisis químico se tratara. Nos exigen no sólo la fe ciega de que creamos en ellos sin ponerlos nunca en tela de juicio,  sino también  que hagamos algún sacrificio que otro en sus altares.

 Rapto de Europa, Botero (1995)

"Somos conscientes de los sacrificios exigidos para fortalecer Europa", ha dicho recientemente un prohombre del Estado y político de las finanzas elegido democráticamente. Lo ha dicho en pleno siglo XXI de la era moderna. Ha querido decir que hay que fortalecer un dogma de fe, un mito ("Europa"), que hay que darle credibilidad -ahora no dicen "fe", que suena a religión, sino "credibilidad", que es lo mismo pero parece más moderno y distinto porque,  frente a la monosilábica "fe",  la "credibilidad" tiene nada más y nada menos que cinco sílabas, lo que le da mucha más enjundia y empaque a la palabra. Hay que fortalecer a Europa, ha dicho, y rearmarla porque su seguridad está en peligro, aunque exija en sus aras y a tumba abierta  el sacrificio de todos los europeos.


En la moneda griega de dos euros figura hoy, qué paradoja, el rapto de Europa, dando a entender mucho más de lo que parece que representa. ¿No será acaso el toro bravo hoy en día una metamorfosis no ya del obsoleto Júpiter o del no menos rancio Zeus, sino del propio Euro, la "moneda única" que está a punto de digitalizarse y es la última epifanía del poderoso caballero Don Dinero (Quevedo dixit), o Das Kapital, que diría don Carlos Marx, el nuevo, único y moderno dios verdadero que rige los destinos no sólo de la llamada comunidad o unión europea,  que necesita estar constantemente fundándose y refundándose y defendiéndose de los euroescépticos sino también del mundo entero? 

Una muestra del humor genial del llorado Forges abunda sobre el mismo tema, muestra el moderno "rapto" de Europa.

martes, 25 de marzo de 2025

"Inuidia penis"

    Hay un chiste popular y anónimo, como suelen ser casi todos los chistes, y que expresa el sentir común, sobre la ausencia de falo en las mujeres y el complejo de castración en los varones, o sea, el temor a ser privado de él, que dice así: 
 
Un policía reprende a un niño que estaba meando en la calle: 
-¡Como te vuelva a ver orinando en la vía pública, te corto el pito, chaval! 
Al cabo de un rato, el niño ve a una niña meando agachada, y dice: 
-¡Ya ha pasado por aquí el polizonte! 
 
     Freud constata, en 1937, que existe un callejón sin salida donde van a encallar todos los análisis psíquicos o psicoanálisis: envidia del pene en las mujeres, sentida como falta, y angustia de castración en los hombres, vivida como posibilidad de ser privado del aparato del poder. En el caso masculino, se trata de lo que él mismo llama la “roca viva de la castración”. 
 
    Escribe el doctor de Viena en 1917: “Si se investiga con la suficiente profundidad la neurosis de una mujer, no es raro toparse con el deseo reprimido de poseer un pene como el varón”. 
 
    Podría decirse, desde luego sin mucha autoridad en la materia, pero por si acaso que en los varones también hay "inuidia penis" porque siempre late el deseo de tener un falo mayor que el que se tiene, y aun un deseo de priapismo itifálico, es decir, de que el falo  esté en estado de erección permanente, lanza en ristre a punto para el combate. 
Fresco de Príapo en la casa de los Vettii pesando el miembro en una balanza (Pompeya)
 
     Y quizá también podría decirse que en las mujeres también hay angustia ante la posibilidad de castración, porque ya nadie puede negar que algunas de ellas, que han roto el techo de cristal, también poseen aparato de poder, se ponen pantalones y son iguales que los hombres, luego la mayoría de las empoderadas, en un plano simbólico al menos, son falócratas, es decir machistas, y falóforas o portadoras de falo y por lo tanto tienen miedo, como nosotros, sus congéneres masculinos, de la castración ¿no?

lunes, 24 de marzo de 2025

Pareceres LXXI

346.- El Ser Supremo. Cumple dos características negativas que son, a saber, que no puede ser nacional, sino la negación de todas y cada una de las nacionalidades, y que tampoco puede ser material, sino espíritu puro, la negación de toda materia, por lo que el culto al Ser Supremo se basa en dos necesidades: 1ª) Una realización global por encima de las particularidades raciales e idiomáticas que configuran nuestras identidades nacionales y personales, que sin embargo no niega, sino que las potencia, y 2ª) Una desenvoltura muy avanzada de las ideas metafísicas para espiritualizar al Jehová tan grosero de los judíos, el viejo patriarca del Sinaí. El Ser Supremo en la actualidad es el Estado, pero no los diversos estados del mundo, sino el platónico: el Estado de verdad que subyace a todos, lo que quizá han querido expresar algunos con la fórmula de Estado Profundo (Deep State), y por otra parte el Ser Supremo es también el Capital, pero no las diversas monedas materiales existentes, sino el Dinero inmaterial, ese que necesita buscar constantemente nichos de mercado (ahora quiere asentarse en la industria armamentística) creando puestos de trabajo a su paso para procurarse su expansión a todo el globo y ganarse el pan del porvenir. 
 
347.- Insatisfacción. Parece que los jóvenes actuales se sienten insatisfechos y no pueden conseguir satisfacción, (como cantaba Mike Jagger hace sesenta años en aquel himno generacional I cant' get no satisfaction, con aquella doble negación estilística y enfática propia del inglés coloquial y dialectal y alejada del gramatical I cant'get any satisfaction ) por lo que padecen un malestar profundo que empeora cada vez más, caracterizado por ansiedad, aislamiento, crisis de sentido… entre otros síntomas que se ven agravados por el auge de las redes sociales. ¿Se han convertido los jóvenes occidentales incluidos en la franja de los dieciocho a los treinta años en la generación más infeliz de las últimas décadas? Probablemente. A medida que las primeras generaciones digitalizadas llegan a la edad adulta, sienten un profundo malestar que parece agravarse especialmente entre las mujeres. Aunque la cosa comenzó mucho antes de la crisis de la covidiocia, esta última ha agravado las consecuencias: El aislamiento social, amplificado por el auge de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, parece contribuir a este desajuste generacional y deterioro del bienestar, lo que no solo afecta a las perspectivas económicas y sociales, sino también a la salud mental. El aislamiento social que impuso la pandemia, agravado por la virtualidad de la digitalización, corre el riesgo de paralizar aún más las capacidades sociales de las generaciones más jóvenes que se ven obligados a ser ellos mismos, bajo el imperativo ontológico de 'sé tu mismo', y a autoexplotarse exitosamente para conseguir su parcela en la nube. 
 
348.- Varium et mutabile semper femina. Hablemos de la mujer (no de las mujeres, ojo, de La Mujer de verdad, o sea, de la platónica), y preguntémonos qué es una mujer: Sólo se me ocurre una respuesta a esta pregunta que trae de cabeza a tantos cráneos privilegiados del espectro político de la izquierda, el virgiliano: uarium et mutabile semper femina, que no es un reproche moral sobre la volubilidad femenina, como generalmente se ha interpretado, sino una definición que subraya precisamente lo proteico e imposible de su definición porque siempre está cambiando, porque no se deja atrapar bajo la lápida de ninguna definición. 
349.-Crítica destructiva. ¿Por qué hay que dar una alternativa? ¿Por qué hay que intentar mejorar lo que tenemos y no romper con ello? ¿Por qué hay que hacer, en vez de una crítica de-structiva, una crítica con-structiva, que supondría que nada cambiara o que todo cambiara aparentemente para poder seguir en el fondo igual? Cui bono prosit? ¿A quién le beneficia? ¿A quién le aprovecha el crimen? Suele recriminarse a los que se declaran enemigos del sistema la falta de proyecto alternativo, la carencia de un plan alternativo para un futuro inmediato, a lo que se resisten ellos, y hacen bien, a fin de no ser engullidos e integrados por el sistema que denigran. Afirman algunos sabios que cualquier forma de rechazo tiene que tener también algo positivo, algún elemento constructivo, porque, si no, sería pura negación. ¿Y qué hay de malo o de negativo, pregunto yo, en la pura negación y en el negacionismo? 
 
350.- Siglas. La UE, Unión Europea, no refleja la opinión pública: la construye desde cero, porque la Opinión Pública es una imposición desde arriba: el pueblo no tiene opinión, ni pública ni privada, lo que tiene es razón cuando se le deja hablar y denunciar la impostura de la que es objeto. En este sentido puede decirse que es igual que nuestro CIS o Centro de Investigaciones Sociológicas, que se dedica a hacer encuestas no para saber lo que la gente opina, sino para que la gente sepa lo que tiene que opinar. Uno puede consultar allí las últimas encuestas sobre previsiones electorales, preocupación de los españoles y opinión sobre temas de actualidad entre la población. Se crea una sociedad civil artificial con una opinión pública igualmente artificial, utilizada para proporcionar legitimidad democrática artificial y demandas artificiales de las políticas que la Comisión o el Gobierno en nuestro caso quiere implementar. La UE lo hace a través de ONG financidas con fondos públicos que sirven para promover las ideologías progresistas -generismo, climatismo, multiculturalismo... y sobre todo europeísmo, glorificando así el engendro de la UE cuando exigen una integración más profunda. Estas ONG generosamente subvencionadas elogian “los beneficios de la UE” al mismo tiempo que abogan por una integración total. Estas ONG En lugar de transmitir las aspiraciones de la gente común a los gobiernos, canalizan las ideologías y los objetivos políticos de los gobiernos hacia la sociedad civil. Esto supone una inversión total de lo que deberían hacer las organizaciones de la sociedad civil". Es difícil ser un contrapeso al poder del gobierno cuando tu cuenta corriente depende de ese mismo gobierno.

domingo, 23 de marzo de 2025

"Otros países, otras costas"

Artículo de Orhan Pamuk, Premio Nobel de Literatura en 2006,  dedicado a Cavafis, el poeta alejandrino, publicado en inglés en el suplemento literario de The New York Times el 19 de diciembre de 2013.  

 
Otros países, otras costas
(Orhan Pamuk)

Amamos a los poetas por las cosas que sus poemas nos hacen imaginar; pero igualmente, los amamos por cómo imaginamos que son sus vidas. Confundir las vidas de los poetas con su obra es una ilusión tan vieja como la costumbre de confundir las palabras con las cosas. Pero de hecho es  por obra de esa ilusión por lo que sentimos una imperiosa necesidad de poesía, de novelas, de literatura.  Hay algunos poetas cuya obra leemos teniendo en mente sus vidas, y lo que sabemos  de esas vidas confirma que su poesía nos deja una impresión más duradera. C.P. Cavafis es, para mí, uno de esos poetas. Como Edgar Allan Poe, como Franz Kafka, Cavafis no hace una referencia explícita a sí mismo en su obra mejor y más conmovedora; y aun así, a cada poema suyo que leemos, no podemos evitar pensar en él.

Lo imagino como una anciano que pasea por las calles familiares de una vieja ciudad. Lo imagino como un amante de los libros que vive dentro de una comunidad minoritaria dentro de otra. Lo imagino como un solitario, un provinciano que es consciente de su provincianismo, y que convierte ese conocimiento en una suerte de sabiduría.

Cavafis nació en Alejandría,  Egipto, en 1863, en el seno de una familia griega de prósperos mercaderes de paños y textiles. (La palabra kavaf, ya olvidada incluso por los propios turcos, significa en turco otomano "zapatero remendón"). Los Cavafis eran originarios del barrio del Fener de Estambul, donde vivían las familias griegas adineradas y políticamente influyentes de la ciudad. Más tarde se trasladaron a Samatya, un barrio de pescadores, y finalmente emigraron a Alejandría, donde vivieron como miembros de la minoría cristiana ortodoxa dentro de la mayoría musulmana. Al principio, la marcha de sus negocios en Alejandría resultó  próspera, y vivieron en una gran mansión atendida por niñeras inglesas, cocineros y criados. En la década de 1870, tras la muerte del padre de Cavafis, se trasladaron a Inglaterra, pero finalmente regresaron a Alejandría como consecuencia del colapso de los negocios de la familia. Después de  los levantamientos nacionalistas árabes  de 1882, abandonaron de nuevo Alejandría, rumbo esta vez a Estambul, y fue en esta ciudad donde pasó los tres años siguientes, donde Cavafis escribió sus primeros poemas significativos y sintió los primeras pulsiones del deseo homoerótico. En 1885 la familia, ahora empobrecida, regresó a Alejandría una vez más, a la verdadera ciudad que él quiso dejar atrás.   

El regreso: Es la parte más triste. Es esta la fuente de la pesadumbre que impregna su inolvidable poema “La ciudad”, que yo he leído una y otra vez en turco y en traducción inglesa.   No hay otra ciudad a la que ir: la ciudad que nos conforma es la única que llevamos dentro. La lectura de “La Ciudad” de Cavafis ha cambiado mi punto de vista sobre mi propia Estambul.

Para aquellos que llevan una vida provinciana, la vida y la felicidad están siempre por descubrir en otra parte, en otra ciudad, en otro país. Pero para nosotros provincianos, ese otro lugar está constantemente lejos de nuestro alcance. La sabiduría de Cavafis reside en la dignidad y sensibilidad introspectiva con la que se aproxima a esta triste verdad. Y finalmente, con la misma limitación lingüística y simplicidad filológica, concluye revelándonos que hemos desperdiciado nuestras vidas en esa ciudad. Acabamos dándonos cuenta de que todos hemos malgastado nuestras vidas, y el problema reside no en ser provinciano, sino en la verdadera naturaleza de la propia vida. Los grandes poetas pueden contarnos sus propias historias sin decir una sola vez “yo”, y al hacer eso, prestan su voz a toda la humanidad.

Kierekegaard dijo una vez que la persona infeliz vive o en el pasado o en el futuro. Hay muchos ancianos en los poemas de Cavafis; la desconfianza en el futuro es, para él, otro tipo de sabiduría. Por eso él forja para sí mismo un nuevo pasado, basado en libros, historia y mitología griegos. Algunos de sus poemas narrativos que basó en mitos de la antigua Grecia son tan conmovedores y poderosos que su lectura resulta como la de una novela particularmente extraordinaria.

Estuve en Alejandría un año antes de los sucesos ahora conocidos como el brote de la primavera árabe. Fui a visitar la casa de Cavafis, que ha sido convertida en museo. La casa auténtica de su familia fue destruida por los cañones británicos. Se ha utilizado una casa distinta para el museo. Era viernes. Todo el mundo estaba en la mezquita rezando. Las calles estaban vacías. Las únicas personas que había en el museo eran turistas. Las tiendas cerradas, un puñado de viejos pinos, los edificios decadentes, las callejuelas estrechas, las plazoletas, todo me ayudaba a comprender que las versiones del Estambul de mi infancia aún sobrevivían en ciudades de la cuenca del Mediterráneo. Amo la poesía de Cavafis no precisamente como reflejo de su vida ejemplar, sino también por el paisaje que pinta, por sus edificios  que se desmoronan, y porque me identifico inmediatamente con la textura de la vida mediterránea.

De vez en cuando releo algunos poemas de Cavafis, todo lo que cabe cómodamente en un libro de bolsillo. Un viejo amigo publicó una vez una selección en turco, trabajando sobre las traducciones de Edmund Keeley, y tomó el título del poema “Esperando a los bárbaros”. Durante muchos años  después, donde quiera que nos encontráramos, nos saludábamos con la misma broma: “¿Cómo estás?” “Ah, ya sabes –esperando a los bárbaros”. Lo que queríamos decir era que –desde un punto de vista político- estábamos, como de costumbre, esperando días aún más negros por delante. Esos días más negros han llegado realmente, y tras los levantamientos nacionalistas en Egipto, la minoría griega de Alejandría abandonó la ciudad definitivamente. Pero el giro final de este poema brillante, narrativo sugiere un desenlace diferente por completo. Cavafis no deja nunca de sorprender y conmover a sus lectores.  


La Ciudad “ de C.P. Cavafis 
(Traducción  directa del griego de Pedro Bádenas de la Peña)
(Vista de Alejandría, Egipto)

 
Dijiste:"Iré a otra tierra, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de haber mejor que esta.
Cada esfuerzo mío es una condena dictada;
y mi corazón está -como un muerto- enterrado.
¿Hasta cuándo seguirá mi alma en este marasmo?
Adonde vuelva mis ojos, adonde quiera que mire
veo aquí las ruinas negras de mi vida,
donde pasé tantos años que arruiné y perdí".

No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá.
Vagarás por las mismas calles.
Y en los mismos barrios te harás viejo;
y entre las mismas paredes irás encaneciendo.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otra tierra -no lo esperes-
no tienes barco, no hay camino.
Como arruinaste aquí tu vida,
en este pequeño rincón,
así en toda la tierra la echaste a perder.

 He aquí el poema en versión original griega:  Η Πόλις

Εἶπες ˚ «Θὰ πάγω σ' ἄλλη γῆ, θὰ πάγω σ' ἄλλη θάλασσα.
Μιὰ πόλις ἄλλη θὰ βρεθεῖ καλλίτερη ἀπ' αὐτή.
Κάθε προσπάθειά μου μιὰ καταδίκη εἶναι γραφτῆ ˚
κ' εἲν' ἡ καρδιά μου -σὰν νεκρός- θαμένη.
Ὁ νοῦς μου ὡς πότε μὲς στὸν μαρασμὸν αὐτὸν θὰ μένει.
Ὅπου τὸ μάτι μου γυρίσω, ὅπου κι ἂν δῶ
ἐρείπια μαῦρα τῆς ζωῆς μου βλέπω ἐδῶ,
ποῦ τόσα χρόνια πέρασα καὶ ρήμαξα καὶ χάλασα.»

Καινούργιους τόπους δὲν θὰ βρεῖς, δὲν θάβρεις ἄλλες θάλασσες.
Ἡ πόλις θὰ σὲ ἀκολουθεῖ. Στοὺς δρόμους θὰ γυρνᾷς
τοὺς ἴδιους. Καὶ στὲς γειτονιὲς τὲς ἴδιες θὰ γερνᾷς ˚
καὶ μὲς στὰ ἴδια σπίτια αὐτὰ θ' ἀσπρίζεις.
Πάντα στὴν πόλι αὐτὴ θὰ φθάνεις. Γιὰ τὰ ἀλλοῦ -μὴ ἐλπίζεις-
δὲν ἔχει πλοῖο γιὰ σέ, δὲν ἔχει ὁδό.
Ἔτσι ποῦ τὴ ζωή σου ρήμαξες ἐδῶ
στὴν κώχη τούτη τὴν μικρή, σ' ὅλην τὴν γῆ τὴν χάλασες.

Escuchemos "La polis" recitado en su griego original con imágenes de la película "Cavafis" (1996) de Yannis Esmaragdis, sobre la vida del poeta,  y música de su banda sonora a cargo de Vangelis.



El compositor griego Miquis Teodoraquis puso música al poema La ciudad de Cavafis. Canta Vasilis Yisdaquis acompañado al piano por Todoros Cotepanos.


sábado, 22 de marzo de 2025

El rearme

Ya tuvimos un ensayo general de cómo utilizar el miedo para la manipulación de las almas hace cinco años con la crisis pandémica, que resultó enormemente exitosa a escala planetaria. Los gobiernos quieren ahora, siguiendo por la misma senda, que la población civil -eufemismo de 'el pueblo'- se prepare para responder con resiliencia, maldita sea, a una crisis indefinida. 
 
Podría adoptar la forma de un accidente industrial, una fuga radiactiva, por ejemplo, o de un evento climático grave como una inundación (de hecho el calentamiento global, afirman, ha elevado el mar al nivel más alto desde que hay registros históricos), o de una nueva actualización de la pandemia universal, que sería una reedición remasterizada de la gripe aviar de 2004, cepa H5N1,  sin olvidar un conflicto armado, que parece que va a ser la situación crítica más probable e inminente, por lo que ahora pretenden el rearme -perdón por tan obsoleto vocablo- de la vieja Europa abogando por “una nueva comunidad europea de defensa”. La Comisión Europea, en efecto, ha decidido recientemente en este sentido que la UE invertiría hasta 800.000 millones de euros en militarización, o en seguridad, como prefieren camuflarla.  
 
 

Como si dos guerras mundiales sufridas el siglo pasado no hubieran sido suficientes, una Europa cada vez más dividida, pese al nombre de European Union, busca la unidad a través de la designación de un enemigo común, que sería Rusia, y a través de la movilización y la guerra como vía para lograr el dominio, lo que, en su versión más reciente, se denomina «paz», y a través del miedo exacerbado a  la Federación Rusa, olvidando que Rusia es parte, y no poco importante, de este viejo continente, que tras la Segunda Guerra Mundial promovió la cooperación y la paz.
 
Para impedir una paz real, se silencian las voces críticas en los grandes medios de comunicación. En cambio, los estadistas europeos conducen al continente, a ciegas y con gran alboroto, hacia la guerra en defensa de sus valores. Este es el camino claramente seguido por los Halcones guerreros europeos, que afirman, sin ningún rebozo, que Rusia amenaza nuestra convivencia.
 
¡Que vienen los rusos!... Y Europa se prepara para la guerra aquejada de furor militaris. La histeria se ha apoderado del continente. 
 
En este sentido, según el barómetro carpetovetónico del CISco o (Centro de Investigaciones Sociológicas) el 75% es decir casi ocho de cada diez españoles y españolas, exactamente siete y medio o media, ve necesario el rearme europeo, y dos de cada tres verían con buenos ojos la creación de un ejército común para hacer frente a los desafíos (y blablablá...) que el continente va a tener que afrontar en los próximos años. 

El CISco no sondea la opinión pública, sino que la conforma con sus datos estadísticos, creándola. Sus encuestas no revelan lo que la gente piensa, sino lo que debería pensar para ser políticamente correcta y saber cada cual a qué atenerse.  Manipulan la opinión pública con preguntas capciosas del tipo "¿Cree usted que ante una inminente invasión alienígena extraterrestre deberíamos disponer los europeos de efectivos militares comunes que nos defiendan de sus armas de destrucción masiva lanzadas indiscriminadamente contra la población civil?" Y, claro, cualquiera ante una pregunta así, responde que sí, que por supuesto, que no faltaba más, porque la pregunta tiene un sesgo que determina la respuesta. 
 
En su momento, y a propósito de la intrínseca perversidad de las encuestas, escribimos lo siguiente: Si se hace una encuesta es porque se pretende interpretar la realidad según las respuestas que se obtengan de los encuestados. Pero las preguntas encierran una trampa: modifican la realidad que pretendían interpretar. Supongamos que alguien nos pregunta: ¿Es usted partidario de dar un trato humanitario a los esclavos? Imaginemos una casilla que pone SÍ y otra que pone NO. Marcaremos una cruz bienintencionada en la casilla que pone SÍ. Hemos votado como buenas personas que somos por un trato humanitario, lo que en sí es éticamente irreprochable, pero hemos legitimado con nuestro voto la existencia misma de la esclavitud, lo que es bastante inhumano e inmoral. El problema es que la pregunta daba por sentado que hay esclavitud, que existe, que es una realidad física -y es verdad que la hay-, frente a la cual se puede adoptar una actitud u otra. Encuestas como ésta, sin querer tal vez o tal vez queriendo, justifican la esclavitud e inflan el globo del autobombo; de nuestros buenos propósitos de buenos samaritanos.
 

En vez de la palabra "rearme", que es un término que no le gusta mucho y que, por lo tanto, no comparte mucho,  el presi del ejecutivo prefiere camuflarlo como “salto tecnológico para reforzar la autonomía estratégica y para mejorar las capacidades de defensa”. Ahí queda eso. El mismo perro viejo, sarnoso y pulgoso con reluciente nuevo collar retórico. Y lo justifica pedagógicamente recurriendo al infame eufemismo: sustituye una palabra que entiende todo el mundo -rearme- por una frase incomprensible:  "Tenemos que hablar de otra manera y dirigirnos a los ciudadanos (se le olvidaron 'las ciudadanas', error imperdonable en su pulcra corrección política)  de otra manera cuando hablamos de la necesidad de mejorar la seguridad y las capacidades de defensa". Semejante sandez me recordaba a mí a aquella otra cuando decidió llamar al "toque de queda" que impuso en las Españas "restricción de movilidad nocturna". 

Rearme no, nada de rearme, por favor, porque implica forzosamente gastar en armas, y eso, como da a entender la docta Academia (rearmar: equipar nuevamente con armamento militar o reforzar el que ya existía) implica dinero. Por eso nuestra clase política gobernante justifica el dispendio como gasto en seguridad so pretexto de defender el país, y lo hace con el dinero de las arcas públicas de todos los contribuyentes, unos dineros como los de aquellas mascarillas que nos poníamos velis nolis que acabarán dilapidados en burdeles y en farlopa.