viernes, 30 de agosto de 2024

De cómo la modificación de la percepción no cambia la realidad (y II)

3º.- El virus coronado. Antes que nada, si alguien se pregunta por qué hay que seguir hablando todavía a estas alturas de la pasada pandemia, hay varias razones: 1ª Porque ha sido el mayor escándalo sanitario conocido hasta la fecha del que sus responsables no han rendido cuentas;  2ª, porque hay que entender que era un medio y no un fin para conseguir normalizar unas medidas abusivas de restricción de libertades y un control draconiano de la gente basados en una realidad impostada; y 3ª, porque vuelve la burra al trigo y ahora nos vienen con el virus del Nilo occidental y con el de la viruela símica o del mono, renombrada MPOX, el mismo perro con distinto collar, porque daba más risa que miedo el nombre original. 

    La mayoría, casi tres cuartas partes de la población se tragó el bulo. No eran capaces de distanciarse críticamente de la narrativa oficial que estaba apoderándose de la sociedad. El relato exageraba dramáticamente, hasta diez veces más de lo que era, la peligrosidad del virus, que era su supuesta mortandad. Y al mismo tiempo esa misma gente crédula o creyente parecía estar ciega y no querer ver los efectos desastrosos o daños colaterales de las medidas que se estaban implementando a su alrededor. Lo que estaba ocurriendo era la formación colectiva de una psicosis de masas y la emergencia de un totalitarismo sanitario. La gente se volvía colectivamente ciega y esgrimía su intolerancia con los pocos que se atrevían a pensar de un modo diferente.

    El discurso dominante, por su parte, decía luchar contra los bulos y los delitos de odio, criminalizándolos, cuando los "bulos" eran informaciones alternativas que ponían en peligro el monopolio gubernamental del discurso dominante de la información, y los delitos de odio se cebaban en aquellos que criticaban el aborrecible papel de las instituciones, no de las personas que identificándose con sus cargos porque no sabían lo que hacían se hacían cargo de ellas. 

4º.- Los muertos por las olas de calor: Igual que escandalosas eran las cifras de los muertos por el virus asesino multiplicadas por diez son ahora las víctimas de las olas de calor que nos invaden y achicharran. 

    En un verano que no ha destacado precisamente por su insoportable calor, al que se le ha aplicado sin embargo el epíteto de 'extremo', se multiplicaban sin embargo las noticias que afirmaban que se habían batido todos los récords habidos y por haber de calentamiento planetario y de muertes por olas de calor. Y así, por ejemplo, un titular de un periódico dice: El verano de 2024 es ya el segundo con más muertes de la década pese a las "suaves" temperaturas Curioso el entrecomillado del adjetivo “suaves”, que podría ponernos sobre la pista de que no es tan fiero el león como lo pintan, pero, sin embargo, se le atribuyen al calor extremo muchas muertes que podrían explicarse a) por las patologías previas de los fallecidos y b) por lo que se llamaba “muerte natural”.

    Podemos preguntarnos, sin embargo, cómo puede ser natural eso de que alguien, es decir, cualquiera que esté vivo se muera, como hacía el filósofo Tauro, según cuenta Aulo Gelio en sus Noches áticas (VII, 13): ¿Cuándo muere el que muere, cuando ya ha fallecido o cuando todavía está con vida? Y comenta Gelio que cualquier repuesta que queramos darle a esa pregunta es absurda y poco menos que ridícula, y mucho más todavía si damos ambas respuestas a la vez o ninguna de ellas, tratándose de un cuatrilema o tetralema al fin irresoluble. Platón, para 'resolverlo', inventó el instante o lo instantáneo como algo diferente del "ahora": Esa extraña naturaleza del instante (ἡ ἐξαίφνης φύσις) se acomoda entre el movimiento y el reposo, no estando en ningún tiempo; pero hacia él y desde él lo que se mueve cambia para pasar a estar en reposo, y lo que está en reposo cambia para moverse (Platón, Parménides, 156 d).

    Hoy en día, pese a que la muerte no puede ser nunca natural, se sigue usando el término de 'muerte natural' o de 'muerte por causas naturales' para indicar que alguien ha muerto por una falla multiorgánica. sin que influyan enfermedades que deterioren mucho antes el estado de salud del paciente, como el cáncer, una enfermedad cardíaca o la diabetes. Se entiende como 'muerte natural'  el fallecimiento de una persona que ha llegado a la vejez al haber alcanzado determinada edad, cuando su cuerpo ya ha cumplido el ciclo fisiológico, y diferentes factores internos conllevan el deceso. La esperanza de vida o, más propiamente, de muerte 'natural' ronda los 82,2 años en las Españas (85 en mujeres y 79,5 en varones) y  deja de ser muerte 'natural' cuando entran en juego factores externos, en efecto, como pueden ser los accidentes de tráfico, los homicidios y los suicidios. 

oOo

    El venerable Carlos Marx escribió en 1845, en sus Tesis sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. La frase se ha hecho proverbial, pero lo que quieren nuestros gobernantes no es que transformemos la realidad, nada más lejos de su intención, sino que more philosophico nos tomemos la realidad del mundo con filosofía, es decir, con resignación o resiliencia, que es palabra mágica más a la moda, y, si no podemos cambiar las cosas, cambiemos al menos nuestra percepción.

jueves, 29 de agosto de 2024

De cómo la modificación de la percepción no cambia la realidad (I)

    Los medios informativos, la prensa tradicional con internet a la cabeza y sus poderosos motores de búsqueda como Gúguel sabelotodo o Chat Gepeté a la cabeza crean y formatean a las masas al informarlas con sus noticias de la realidad, dándoles forma y conformándolas. 

    Al seleccionar y determinar lo que es verdad y lo que es bulo, originan la corriente principal de la opinión mayoritaria que, por estadística democrática, se convierte en el monstruo de la Opinión Pública, como si fuera el sentir general de todo quisqui, es decir, de todos y cada uno, cuando es en realidad la opinión privada de unos pocos, los promotores de dichos medios, la cual se presenta oracularmente como la verdad apocalíptica y absoluta, la piedra de molino u hostia consagrada con la que nos hacen comulgar.

       Veamos algunos ejemplos:

1º.- Clases sociales: alta, media y baja. Quedémonos con estas tres categorías básicas, sin subdividirlas a su vez como hacen algunos en otras tres subcategorías cada una, y busquemos en los medios la definición de cada una de las clases de acuerdo con el criterio de sueldo ciñéndonos a España, dado que el concepto depende de cada país. Resulta que según la Secsta TV, muchos españoles que se creían precarios, como se dice con vocablo culterano para no decir 'pobres', tienen solucionada la vida y no tendrán problemas económicos porque resulta que les cambian la definición y les convencen de que son 'ricos' sin haberse percatado. 

     ¿Como no se le había ocurrido antes a ningún gobierno esta forma tan sencilla de acabar con la pobreza y las diferencias de clase? Resulta que la población española no deja de empobrecerse, rozando ya el millón los que se pluriemplean para acrecentar su salario y llegar con él a fin de mes, pero los gobernantes a través de los medios, que son la voz de su amo, consuelan a la gente diciéndole que es más rica de lo que cree y parece, para que no se queje, por lo tanto, porque hay quienes están muchísimo peor. 

    A comienzos del milenio, un mileurista, cuando se inventó el palabro para el que cobraba mil euros al mes, era un currito mal pagado, pero ahora, veinte años después, nos dicen que es el sueldo normal de la clase media española, por lo que uno no se puede explicar cómo dentro de esa categoría no le llega el sueldo ni para pagar el alquiler. 

    La función de los medios de formación de la opinión pública es cambiar nuestra percepción redefiniendo las palabras, para que nos vayamos preparando, una vez mentalizados, para, por ejemplo, la inminente subida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, dado que los ricos tienen que solidarizarse con los pobres, ya se sabe, las clases altas con las medias y las bajas.  

 

    Según los cálculos de la OCDE de 2019 las clases sociales españolas quedarían definidas de la siguiente forma en función del salario anual, dado el empobrecimiento general del país: Clase baja: hasta 11.395 euros anuales, Clase media: desde 11.395 a 30.386 euros al año y Clase alta: a partir de 30.386 euros al año.Se supone que estas cifras son ingresos brutos, lo que significa que son los ingresos totales o netos antes de aplicar de aplicar el dichoso IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social y otras deducciones.

2º.- Identidad sexual: Si un mileurista, que antes se consideraba precario, no se autopercibe como tal, sino como clase media española, habida cuenta del formateo de sus entendederas, y pasa por arte de magia a formar parte de la clase media y no de la baja, ese mismo mileurista, vamos a suponerlo varón porque se le ha asignado ese sexo al nacer por la presencia de los testes que lo atestiguaban, puede convertirse en mujer a todos los efectos legales simplemente autopercibiéndose como tal mujer. 

    Según la legislación española vigente, Ley 4/2023 de 28 de febrero para la igualdad real y efectiva (sic) de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, artículo 3, se define así la identidad sexual, palabras textuales: "La vivencia interna o individual del sexo tal y como cada persona la siente y autodefine, pudiendo o no corresponder con el sexo asignado al nacer". Esto significa que nadie es nadie para decirle a cualquiera lo que es o no es. La ley dice que si un tío dice que es una tía o una tía un tío, porque así lo siente y se autodefine, es lo que dice que es, independientemente de su "sexo asignado al nacer", es decir, de su sexo biológico. 

    Viene así a hacerse realidad aquella estrofa del Himno de la Legión que invitaba a los legionarios a luchar y a morir: "Somos héroes incógnitos todos, / Nadie aspire a saber quién soy yo, / Mil tragedias, de diversos modos, / El correr de la vida forjó. / Cada uno será lo que quiera, / Nada importa su vida anterior, / Pero juntos formamos Bandera, / Que da a La Legión / El más alto honor".  Tal es la importancia que ha adquirido la autopercepción que nos han convencido de que para cambiar la realidad objetiva basta con cambiar nuestra percepción subjetiva. Cada uno será lo que quiera, como en la legión española, basta con que se autodefina como lo que quiera ser, sin importar lo que haya sido considerado o le consideren los demás.

miércoles, 28 de agosto de 2024

Homo urbanus vs. homo ruralis

    El poeta Horacio en una de sus Sátiras, la séptima del libro segundo, se reprocha a sí mismo a través de su alter ego, el esclavo Davo, que hace uso de la libertad de diciembre, es decir, de la parrsía o licencia de decir lo que piensa que le brindan las fiestas saturnales: "Romae rus optas; absentem rusticus urbem / tollis ad astra leuis."

 Foro de Roma visto desde los jardines Farnesios,  J-B. Camille Corot (1826)
 
    Lo que viene a decir algo así como: Quieres en Roma el campo; ya rústico, la urbe lejana, / frívolo, subes al cielo. Es decir que Horacio cuando está en Roma (Romae es lo que las gramáticas llaman un locativo) desea o echa de menos (optas de donde deriva nuestro verbo optar,  y nuestras opciones y numerosísimas optativas del sistema educativo) el campo (rus ruris con rotacismo en latín de la ese intervocálica y silbante que se convierte en vibrante como en el adjetivo rural, y que conservamos en rústico).

La campiña romana en invierno, J-B. Camille Corot

    Según este primer hemistiquio nos hallamos ante el tópico literario del menosprecio de corte y alabanza de aldea: el poeta, que se encuentra en la villa y la corte, la urbe por excelencia, añora el campo. En otro lugar (Epístolas I, 7, vv. 44-45) confiesa: "paruum parua decent: mihi iam nōn rēgia Rōma / sēd uacuum Tībur placet aut imbelle Tarentum": Cuadra al humilde lo humilde: grandiosa ya no me gusta / Roma, sino el tiburtino refugio y la paz de Tarento. Sin embargo, cuando ya está en el campo como buen campesino (rusticus), y Horacio disfrutaba, gracias a la generosidad de su amigo Mecenas, de una finca en la campiña en las afueras de Roma, en Tíbur, actual Tívoli,  pone por las nubes (tollis ad astra) la ciudad ausente, que echa de menos (absentem urbem, palabras de las que conservamos restos cultos como absentismo y urbanismo).  Nos encontraríamos ahora ante el tópico del revés: menosprecio de aldea y añoranza, si no alabanza, de corte.

     Y todo eso se resume en un adjetivo que Horacio se dedica a sí mismo: leuis, que es lo contrario de grauis. Es decir que hace lo que hace porque es una persona ligera, frívola, voluble, que no sabe disfrutar de lo que tiene, por eso cuando está en la ciudad añora el campo y cuando está en la campiña echa de menos el bullicio de la gran ciudad. Se anticipaba así el poeta al hombre moderno y su dilema irresoluble, que no sabe estar a gusto consigo mismo en ningún sitio sin echar de menos el otro, lo que justifica la creación del viaje y del turismo.

  La campiña romana, J-B. Camille Corot (1826)

    Sin embargo, dos mil años después de Horacio no tiene mucho sentido contraponer lo urbano y lo rural, porque la oposición ha quedado obsoleta. Lo que tenemos hoy a nuestro alrededor es un batiburrillo y conglomerado metropolitano único, sin orden ni concierto en torno a las grandes ciudades, que no es ni lo uno ni lo otro, sino una mezcolanza indescriptible y residual, por lo que ya no tiene mucho sentido hablar de la ciudad propiamente dicha, que los constructores han destruido (a lo sumo han dejado como recuerdo el centro histórico o casco viejo reservado al turismo y a la gentrificación de los pisos turísticos), ni hablar tampoco del campo y del pueblo, que ya no existen estrictamente hablando después del éxodo rural y el arrasamiento del territorio por autopistas, parques eólicos, campos inmensos de placas fotovoltaicas y urbanizaciones residenciales. 
 
    Pero la insoportable levedad de nuestro ser nos hace añorar, urbanitas empedernidos que somos, la vida rústica y de vez en cuando necesitamos un respiro y hacer "turismo rural", porque el campo, a punto como está de consumarse el éxodo rural si no se ha consumado ya, se ha convertido en un mero destino turístico -casa rural con encanto- y en un parque de la naturaleza más de las agencias de viaje a ninguna parte.
 
El viajero inmóvil, Roland Topor (1968)   

martes, 27 de agosto de 2024

¡Celebremos la nueva normativa!

    ¿No os habéis dado cuenta de que los nuevos tapones de las botellas de plástico y de los brix* que vienen de un tiempo a esta parte adheridos a sus envases respectivos son maravillosos? No es un capricho de los fabricantes, sino algo que hay que agradecer al insigne Parlamento de Bruselas. Se trata, en efecto, de una directiva de la Unión Europea de la que nos congratulamos, haciendo extensivo nuestro agradecimiento también al Foro Económico -y por ende Político- de Davos que seguramente está detrás de tal iniciativa.

    Desde el pasado 3 de julio, en efecto, entró en vigor la Directiva de la UE 2019/904, de 5 de junio de 2019, cuya finalidad es prevenir y reducir el impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente, en particular en el acuático, y en la salud humana, así como fomentar la transición a una economía circular con productos y materiales innovadores, no tóxicos y sostenibles.

    El principal objetivo de esta nueva normativa europea es conseguir que los envases de un solo uso se reciclen lo máximo posible y que no se pierdan los tapones en la cadena de reciclaje.

    El nuevo formato de las botellas y brix  llevan ya algún tiempo en el mercado. Muchos consumidores comentan en sus círculos íntimos y redes sociales que el nuevo mecanismo de cierre les resulta incómodo a la hora de beber a morro los líquidos que contienen, y algunos lamentan que se ponga fin así a la recogida de tapones que las almas piadosas y solidarias practicaban hasta ahora con fines benéficos y caritativos para obtener fondos destinados a causas humanitarias que afectaban a pacientes con enfermedades degenerativas poco comunes.

        ¿Qué haríamos nosotros sin estos polticastros y astros de la política elegidos democráticamente que velan por la salvación del Planeta, por nuestra salud y por eso que llaman nuestra “calidad de vida” proclamando esta nueva normativa? Pero resulta que los tapones adheridos, como dicen ahora, a las botellas no son ninguna novedad ni tan recientes como parecen. Creen nuestros parlamentarios europeos que han inventado algo nuevo, y no es así.  Yo recuerdo ahora mismo, haciendo uso de mi particular memoria histórica, la botella de cristal -y no de plástico- de La Casera -no así la actual, maldita sea, que es de plástico y con tapón adherido-, el refresco de agua gaseosa que, mezclado con el vino, hacía el delicioso tinto de verano. Era completamente reciclable, como todos los vidrios. Además, si devolvías el envase, te reembolsaban el dinero que costaba. Eso sí que era un buen invento, y no estas botellas de plástico y estos tetrabrix con los tapones incorporados que sacan ahora y que son tan incómodos y complican tanto la abertura del envase que a veces uno los arranca no sin cierto placer y algo de furia contenida. 

            Lo que pretenden nuestras autoridades -¿qué haríamos nosotros sin ellas?- es que el tapón se recicle junto con el envase. Con esta medida el Ministerio de Transición Ecológica** intenta conseguir una economía más sostenible y menos contaminante, una solución que -creen, porque son creyentes- puede facilitar el reciclaje.

    Según estadísticas del Ministerio de dicho tránsito, España genera alrededor de 1,6 millones de toneladas de residuos plásticos, de los que un 6% son tapones y un 1,4% botellas y garrafas. Hemos resuelto así un gran problema que antaño no existía.

    Celebremos esta nueva directiva europea que nos hace la vida menos complicada y, por lo tanto, más sencilla: Ya no tenemos que reciclar el envase por un lado y el tapón por otro, dado que lo que eran dos objetos,  ahora pasan a ser uno solo como por el arte de la magia, y podemos reciclarlos a la vez.

  *Abreviación de tetrabrix: Me permito escribir así en español el plural de brik (adaptación de brick 'ladrillo' en la lengua del Imperio, como en el another brick in the wall de Pink Floyd), pese a lo que dicta la docta academia, que le añade la ese de rigor a la ka final de la palabra, y prescribe briks.

**¡Cómo les gustan estas dos palabras: transición porque empiezan por el prefijo trans- que está tan de moda, y ecológica porque no es más que un disfraz de económica, otro helenismo, para que, enharinada, no se le vea la patita negra al fiero lobo del capitalismo.

lunes, 26 de agosto de 2024

La perseverancia del jardinero

    Una manera de acercarse a la realidad, y de conocer la historia, es a través de la ficción, cuyo parecido con la realidad no es 'mera coincidencia'. Es lo que hizo el novelista John Le Carré (1931-2020) en su novela The Constant Gardener, 'El jardinero constante” publicada en 2001, que se tradujo entre nosotros como “El jardinero fiel”. Los amantes del séptimo arte pueden ver su puesta en escena cinematográfica con el mismo título, dirigida por Fernando Meirelles en 2005 y protagonizada por Ralph Fiennes y Rachel Weisz, que se presentó ante el gran público como una historia romántica de amor (love at any cost, 'amor, a cualquier precio') pero que era, afortunadamente, muchísimo más que eso.

      La joven y hermosa protagonista Tessa Quayle, encarnada por Rachel Weisz, es asesinada cerca del lago Turkana, en el norte de Kenia. Su supuesto amante africano y compañero de viaje, un médico al servicio de una ONG, ha desaparecido de la escena del crimen y es el principal sospechoso. Justin, el marido de Tessa, aficionado a la jardinería y diplomático en la embajada británica de Nairobi, emprende su particular pesquisa en busca de los asesinos de su mujer y sus motivos, y descubre que su presunto amante, que también aparecerá muerto poco después en extrañas circunstancias,  era homosexual. Sus perseverantes indagaciones le llevan por todo el mundo desde el Foreign Office londinense a distintos países de Europa, a Canadá, de nuevo a África, a lo más profundo de Sudán del Sur, y, finalmente, al mismo lugar donde Tessa murió, descubriendo el extraordinario coraje de la mujer a la que apenas tuvo tiempo de amar. Descubrirá mucho más de lo que esperaba toda una trama urdida para que no salgan a la luz los experimentos ilegales de un nuevo medicamento que ha matado a muchos niños, encontrando su muerte en el lago Turkana donde fue asesinada su mujer.

    El argumento de la novela está inspirado libremente, al parecer, en un caso sucedido en la vida real en Kano, Nigeria, que involucra a la farmacéutica Pfizer en unos ensayos clínicos ilegales con niños africanos en la década de los noventa. Ni sus padres ni el gobierno de Nigeria sabían que el fármaco para combatir presuntamente la epidemia de meningitis que les suministraron se encontraba en fase experimental. Según el Washington Post, Pfizer aplicó su fármaco a un centenar de niños que habían contraído una cepa muy letal de la enfermedad. La prensa local reportó en su momento que el experimento causó muertes y malformaciones a aproximadamente doscientos niños de la región que ignoraban que estaban siendo utilizados como “conejillos de indias”.

    El gobierno nigeriano demandó a la farmacéutica y le pidió dos mil millones de dólares, pero Pfizer negó los cargos e incluso llegó a asegurar, en el colmo del cinismo, que gracias al controvertido fármaco se habían salvado las vidas de muchos niños aquejados de meningitis.

    Luego de que esta terrible historia saliera a la luz, Pfizer fue llevada a juicio por sus acciones. Originalmente el gobierno de Nigeria demandó a la farmacéutica por dos mil millones de dólares, pero la empresa negó todos los cargos. Incluso llegó a asegurar que Trovan, el nombre del controvertido fármaco, salvó las vidas de muchos niños que estaban luchando contra la meningitis, como queda dicho, pero finalmente se llegó  a un acuerdo entre la farmacéutica y el gobierno por 75 millones de dólares para indemnizar a las familias de los fallecidos, según informa The Guardian o El Mundo, en español. 

    Se hacía verdad así una vez más aquello de que fue peor el remedio, el fármaco experimental, que la enfermedad que pretendía combatir.

domingo, 25 de agosto de 2024

Public Health Emergency of International Concern

    El pasado 14 de agosto, el señor Tedros Adhanon, director de la OMS, declaró la Emergencia Sanitaria Internacional por la viruela del mono -ahora renombrada como MPOX, un nombre que no da tanta risa y que asusta un poco más que el otro- basándose en unos cuantos miles de casos que se han traducido en 1.456 muertes  por esta causa desde 2022 en varios países africanos, y pidió a los gobiernos del mundo que se proveyeran de la vacuna correspondiente para hacer frente a esta nueva plaga. 
 
    No parece que sea una enfermedad grave a juzgar por sus síntomas: malestar general, fiebre, cefaleas y la molesta erupción de pequeñas vesículas en la piel, por lo que no vamos a morir de estas viruelas, sino en todo caso de otras complicaciones subyacentes o, como suele decirse, de patologías previas.
 
    El dicho entre nosotros de "¡A la vejez, viruelas", se usa para ridiculizar a los viejos verdes, es decir, enamoradizos y alocados, a los que se les diagnostica una enfermedad más propia de las edades juveniles que de su provecta edad. Es viruela o veruela, en castellano viejo, un término derivado del latín vulgar variola, diminutivo del adjetivo varius -a -um 'variado, diverso, variopinto', que se usaba para aludir a la variedad del color de la piel del varioloso, virolento o veruliento. Etimológicamente no guarda relación con virus -i
 
 
    Pero preguntémonos: ¿Son muchas 1.456 muertes en dos años en un continente como el africano donde se estima que malviven cerca de mil quinientos millones de personas en la actualidad y donde mueren cada año millones de niños por desnutrición y millares al día por enfermedades infecciosas derivadas de la falta de agua potable? ¿Cómo es posible que la Organización que regenta el susodicho gerifalte declare una Emergencia Sanitaria Internacional por una enfermedad con una mortalidad tan baja, circunscrita a un continente como el africano donde hay otras emergencias mucho más importantes de salud pública? ¿Teme acaso que nos llegue al primer mundo? 
 
    Conviene recordar que el neumólogo alemán Wolfgang Wodarg, denunció en enero de 2010, en su calidad de presidente de la Asamblea Parlamentaria del Comité de Salud del Consejo de Europa, que el Comité de Expertos de la OMS para la pandemia por gripe H1N1, declarada un año antes, había sido sobornado por las multinacionales farmaceúticas que comercializaron las vacunas. 
 
 
    Pero la historia se repite una y otra vez. Dice la viñeta de Tom Toro, haciéndose eco de un dicho del filósofo George Santayana, que los que no conocen la historia -o no pueden recordar el pasado- están condenados a repetirla, pero añade el dibujante que los que la conocen están condenados a sufrir que los demás -en este caso la industria de la Gran Farmacopea- la repita una y otra vez.
 
    Precisamente hace cuatro años volvió a repetirse la jugada, con más éxito esta vez, la declaración de pandemia internacional y el pánico desatado en los medios de comunicación hizo que los gobiernos compraran millones de dosis asegurando a las farmacéuticas pingües beneficios.
 
 
   Como es bien sabido pero poco publicado, desde la década de los 80 la OMS fue dejando de ser financiada mayoritariamente por los Estados miembros, para pasar a estarlo en un 80% por grandes multinacionales farmacéuticas y por fundaciones privadas supuestamente filantrópicas con intereses económicos en la fabricación de vacunas.

sábado, 24 de agosto de 2024

Pareceres LVI

271.- Ganapanes: Somos, desde que se acuñó el término en el Siglo de Oro, unos ganapanes. Se decía así en castellano por la maldición bíblica de que hay que ganarse el pan con el sudor de la frente, es decir, con el trabajo, como el mozo de cuerda, que se ofrecía en los lugares públicos con un cordel al hombro para acarrear sudoroso cargas o hacer algún recado a cambio de dos, tres o cuatro reales. Cuando la gente dice que hay que “ganarse la vida”, utiliza una expresión muy significativa en la que la vida se presenta como una ganancia, al impregnarse del significado del verbo “ganar”, equiparándose “vida” a “dinero”, que es la última epifanía del Dios monoteísta que es el Capital y de la religión capitalista que carece de ateos. Cuando la gente dice que hay que ganarse la vida se refiere siempre a la futura porque la presente no hace falta ganarla, y la futura se realiza en el día de mañana, es decir, nunca. Da a entender la expresión que la vida tiene un precio que hay que pagar,  lo que repugna a la razón, pero es el engaño que hace que funcione la realidad. Si tengo hambre ahora, no necesito dinero sino un bocadillo. La limosna 'para poder comer' que mendigan algunos pordioseros en lugar del bocadillo es un medio para alcanzar un fin que es asegurarse el pan de mañana, el pan de cada día, un porvenir siempre futuro. Sé que si tengo dinero puedo, por el arte de magia del mercado, matar el hambre futura, a la que me anticipo comprando el pan en la panadería para comerlo, pero no es el dinero lo que mata el hambre, sino el bocadillo. Hemos sustituido el pan por el dinero que vale. Sin embargo tenemos hambre -algunos lo llaman codicia- de dinero, y esa hambre crea el futuro, aunque algo nos dice en el fondo que ese futuro que ganamos es la muerte, y que por ganarse uno la vida, la pierde inexorablemente.

 272.- Oído por ahí: Hablan dos mujeres de las virtudes del agua mineral embotellada, que, dicen, es más potable que la del grifo. Una de ellas dice que ella bebe una marca determinada. Y la otra le comenta: -Esa es buenísima, es la más cara que hay. Y yo me pregunto si es buenísima porque es la más cara que hay o es la más cara que hay porque es buenísima. O en otras palabras: si es la más apreciada y preciosa por el precio que tiene en el mercado, o tiene el precio que tiene por lo óptima que es. Y me detengo durante un instante, en el significado del adjetivo “caro -a”: que tiene un precio alto o más alto de lo normal que encarece a las cosas haciéndolas careras y encarece por lo tanto el precio de la vida, atención a la expresión que revela que la vida tiene un precio, y el secundario y más culto de “amado o querido”, procedente del latín carus -a -um, cuya primera acepción era también “costoso, de alto precio, precioso” y la segunda “apreciado, querido, predilecto, deseado” de donde derivan nuestro cariño y nuestra caridad, que en latín cáritas era en principio carestía, antes de convertirse en el amor y en la virtud cristiana de la solidaridad y amor al prójimo. Acaban las mujeres hablando inevitablemente de la carestía de la vida, 'lo cara que está la vida, cada vez más',  y el encarecimiento de las cosas.


273.- Mayoría absoluta. Han investido al candidato a la presidencia del ente autonómico por un solo voto más a su favor, que ha sido, obviamente, el suyo. ¿Para qué se celebran las elecciones si ya se conocía de antemano su resultado? Se sabía que por un voto iba a ser investido el candidato. ¿Qué mayoría absoluta es esa de la mitad de los votos más uno? Para que una mayoría se convierta en absoluta, es decir, para que obtenga más de la mitad de los votos basta que obtenga uno más, como en el caso de la Generalitat de Cataluña en la investidura del señor Illa. ¿Qué dice la mayoría silenciosa formada por la generalidad de la ciudadanía que no expresa públicamente su opinión? El término mayoría absoluta tiene la siguiente definición en el Diccionario panhispánico del español jurídico de la Real Academia Española (RAE): "Sistema de votación mediante el cual se requiere, para aprobar una decisión, más votos a favor que en contra de los socios/accionistas asistentes o representados". En otras palabras, para obtener la mayoría absoluta es necesario contar con el voto favorable de la mitad más una de la totalidad de personas que forman un órgano con independencia de que estén presentes o no. 

274.- Cambio semántico: Desde hace cuatro años, venimos asistiendo al cambio de significado de algunas palabras relacionadas con la salud y la enfermedad tales como vacuna, pandemia, inmunizar, inmunidad natural, inmunidad colectiva, distanciamiento social, trabajadores esenciales, pandemia, enfermo asintomático, etc. No se trata de un simple cambio retórico, sino de un truco. Pero también en otros ámbitos: por ejemplo, en el campo energético se ha redefinido la energía nuclear como energía verde. Y quizá uno de los cambios más significativos, en el ámbito sociológico, ha sido la definición de "mujer", que ya no es la persona o ser humano de sexo femenino, sino la persona que se siente como mujer, independientemente del sexo asignado al nacer. El cambio de la definición de "mujer" ha conllevado también la redefinición de "hombre" en el mismo sentido. No perdamos de vista, tampoco, el uso de algunos adjetivos tan de moda como "humanitario", para "ayuda, misión" que revelan, como los anteriores, el poder manipulador del lenguaje. Curiosas también resultan las connotaciones que se dan a términos en principio neutros, como "populismo", al que ahora se da un valor negativo como reacción contra el uso que la Alemania nazi hizo del término Volks 'pueblo': todo debía ser popular entonces, desde el propio partido nazi, que se definía como Volksfreund ('amigo del pueblo') hasta el coche popular, que era el Volkswagen: amaban al pueblo y todo era popular, del pueblo (y no de su gobierno),  demos y no kratos. Por no hablar ya del eufemismo de llamar "traslado" a la deportación o "solución final" al extermino de los judíos. Todo ello nos recuerda lo que decía Humpty Dumpty en "Alicia a través del espejo", de Lewis Carrol: - Cuando yo digo una palabra -afirma Humpty Dumpty- significa aquello que yo quiero que signifique; ni más ni menos. - La cuestión es -contesta Alicia- si uno puede hacer que las palabras signifiquen cosas distintas. -La cuestión es -replica Humpty Dumpty- quién es el que manda, y se acabó.

 275.- A palo seco (por peteneras y un fandango).  Las peteneras son un palo flamenco que se basa en una estrofa de cuatro versos octosílabos que se convierten en seis o más por repetición de algunos de ellos y el añadido de otro a modo de ripio que suele ser «madre de mi corazón», cuyas letras suelen estar embargadas de melancolía, y se interpretan de forma lenta y desgarrada, como corresponde al quejido del dolor de descubrir cómo son en realidad las cosas de verdad. Voy a “salirme por peteneras” y a traer aquí una muestra preciosa de este palo del cante flamenco de tono grave y melodramático, que cantaba la Niña de los Peines, cuya voz desgarrada nos pone los vellos como escarpias. Es una denuncia de la realidad y falsedad simultánea del mundo: “Quisiera yo renegar / de este mundo por entero; / volver de nuevo a habitar, / madre de mi corazón, / volver de nuevo a habitar, / por ver si en un mundo nuevo, / por ver si en un mundo nuevo, / encontraba más verdad”.  Y, relacionado con la petenera de la Niña de la Puebla, este fandango de Paco Toronjo,  a palo seco, es decir, sin acompañamiento musical ninguno de guitarra, para decir por enésima vez lo mismo: Yo creía que en la vi(d)a / to(d)ito era verda(d)/ ¡Qué equivocación la mía! / Tan solo veo malda(d) / y to(d)o es hipocresía.




viernes, 23 de agosto de 2024

El Imperio contraataca

    Al parecer fue un fraile, un tal Francisco de Ugalde, el que patentó la frase “el imperio en el que nunca se pone el sol” para referirse a los vastos dominios de Carlos I de España y V de Alemania, que incluían los territorios de España y de Portugal -islas en el Atlántico y el Mediterráneo, ciudades en el norte de África y vastas posesiones en América-, así como los territorios del centro de Europa y de Flandes. La frase ya consagrada por el clérigo aludía a que cuando en algunos puntos del Imperio se ponía el astro rey en otros ya estaba saliendo, por lo que propiamente no se ponía nunca el sol en sus dominios. Se aplicó a su hijo Felipe II, que anexionó a la corona española las islas Filipinas y los archipiélagos de la Micronesia en el Pacífico. 
 
    Los Nikis compusieron esta divertida, satírica y alegre canción, El Imperio contraataca, hace ya treinta y ocho años para reírse un poco de nuestro pasado, nuestro presente y de nuestro futuro, un futuro que poco después, en 1992, celebraría a bombo y platillo y con alharacas el quinto centenario del descubrimiento y colonización de las Américas. El título estaba tomado del V Episodio de la película La Guerra de las Galaxias, que se denominó en la lengua del Imperio The empire strikes back, estrenada en 1980. 
 
 
 
    Pero el título de la canción no remonta a la guerra de las galaxias, sino al viejo imperio español. Preconiza la letra nuestras esencias nacionales haciendo una sátira de ellas: la tortilla de patatas, con cebolla, obviamente, y  la restauración del hispánico poderío, basado no ya en nuestras conquistas militares, sino en los éxitos deportivos de nuestros equipos a lo largo y ancho de todo el mundo. Años después, en 2020, España ganaría el mundial de fútbol, gracias al celebérrimo goooool de Iniesta.
 
    El imperio vuelve a la carga una y otra vez desde entonces. Y en la actualidad la Corona se regodea con los recientes éxitos deportivos olímpicos que se traducen en dieciocho (18) medallas: cinco de oro, 4 de plata y 9 de bronce, que se celebran como auténticas victorias nacionales de nuestras huestes y mesnadas. Los Borbones no pierden ripio, pese a que, como dice la canción, “con los Austrias y con los Borbones perdimos nuestras posesiones”.
 
 
    Don Felipe VI, la princesa doña Leonor y la infanta doña Sofía celebran los triunfos de los deportistas nacionales como si fueran victorias de nuestros ejércitos, sin olvidar a la Reina, doña Letizia, que vende la marca España en todas las pasarelas, y a la que vemos animando también a nuestras huestes como si sus éxitos individuales fueran colectivos. 
 
La Reina animando a un conocido tenista español.
 
     Los Nikis se cachondeaban así de nuestras ínfulas imperiales, que en la oprobiosa dictadura habían querido lanzarnos Por el Imperio hacia Dios, cantando al final “Seremos de nuevo un imperio”.

jueves, 22 de agosto de 2024

El virus de la guerra

    Hay un virus -veneno ponzoñoso en latín- mucho más peligroso que el coronado y que el de la viruela del simio con el que la OMS decreta ahora, otra vez, la Emergencia Sanitaria Internacional, un virus más viejo que el catarro de Matusalén, que es a la vez extremadamente contagioso, virulento y asesino: el virus de la guerra [ho toû polémou -polémios, polemikós- iós (ὁ τοῦ πολέμου -πολέμιος, πολεμικός- ἰός), que de las tres formas podría decirse en griego clásico], el virus (o también la flecha, que ambas cosas significa el término) de la guerra; flecha que, cuando está en el disparadero del arco, tiene que partir forzosamente, según el refrán chino que recordaba Rafael Sánchez Ferlosio. 

    Sólo hace falta comparar algunos datos para ver la letalidad de ambos virus: la viruela símica, ahora renombrada como MPOX, contabiliza unos pocos cientos de muertos desde enero de este año, mientras que el virus guerrero de Israel en Palestina, mucho más localizado, suma muchos miles, demasiados. 
 
 
    Como se vio en el siglo pasado, la epidemia de este virus bélico se convierte enseguida en pandemia, de modo que la guerra es ya un virus endémico, que está etimológicamente "en el pueblo", pero no por otra razón más que porque se le ha impuesto desde arriba. Es lo que sucedió en 1914-1918, en la llamada Primera Guerra Mundial, y en 1939-1945 en la Segunda: dos guerras que se propagaron rápidamente por todo el planeta, convirtiéndose en dos pandemias mundiales o, como se prefiere decir ahora, globales, globalizadas, y que causaron decenas de millones de muertos. 

    El virus de la guerra es consustancial y esencial al Estado, cuya función es administrar la muerte en todos los ámbitos: militar, económico, sanitario, social, cultural e identitario. Ya lo expresó Randolph Bourne: la guerra es la salud del Estado, es decir, su quintaesencia. Y antes que él, Heraclito de Éfeso, que consideraba que Pólemos -guerra en griego- era el Padre y Rey y señor de todas las cosas y personas, títulos que le correspondían a Zeus, padre de hombres y de dioses.

 
  Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1948, se creó el Estado de Israel en Oriente Medio, uno de los más modernos, implantándose genéticamente en él el virus esencial y saludable para él, pernicioso para los demás, de la guerra, imprescindible para su sustento, que ha ido propagándose ininterrumpidamente desde entonces hasta bien entrado el siglo XXI en la actualidad. La justificación de la creación de este Estado moderno a cargo de David Ben-Gurión, el primer primer ministro de Israel, era el trágico genocidio que los judíos de Europa occidental habían padecido bajo el nazismo.
 
    El Estado hebreo justifica la guerra so pretexto de legítima defensa de sus intereses y de su población debido a su política de expansión, pero Israel solo no podría aplicar esta política sin el apoyo de Estados Unidos y del Reino Unido, dos democracias consolidadas donde no gobierna el pueblo, contra lo que dice la palabra, sino el dinero que poseen los Rothschild y los Rockefeller. 
 

    Los Estados Unidos de América, desde su creación, han estado en perpetuo conflicto también, abierto o encubierto, contra los indígenas en primer lugar y contra todo el resto del mundo, buscando siempre imponer su voluntad, por las buenas o por las malas, por lo civil o por lo militar, como decía un reyezuelo de la taifa cántabra, porque para ellos América, un nombre propio como otro cualquiera y, por lo tanto, un pseudónimo de Dios, es lo primerísimo. El virus de la guerra le permite al Estado subyugar a su población bajo su dominio permanente. Declarar la guerra -que es la  paz, según Órgüel-  es, en el fondo, el sueño absoluto de todo dictador, más aún cuando se oculta bajo la apariencia de un demócrata que actúa para garantizar el bien, que es la seguridad, de la población. 
 
    Estamos pues ante una Tercera Guerra Mundial (o Cuarta, mejor dicho, si consideramos la Guerra Fría encubierta librada contra los pueblos durante los últimos setenta años de Historia), que llevarán a cabo los países de la OTAN capitaneados por el Imperio del tío Sam contra los BRICS -acrónimo inventado para meter a los estados 'emergentes' de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica en el mismo paquete-, especialmente contra Rusia y China, una guerra que ya están librando los ucranianos, que han tomado la iniciativa, pasando a la ofensiva, e invadido a la madre Rusia, por lo que es más que previsible que el virus bélico acabe propagándose y contagiándonos a todos.

miércoles, 21 de agosto de 2024

Disiecta membra (y II)

Sobre la felicidad: Teógnide de Mégara y Slavoj Zizek.
 
a) Un dístico elegíaco de Teógnide de Mégara (Elegías I, vv.-167-168):
 
 Ἄλλ᾽ ἄλλῳ κακόν ἐστι, τὸ δ᾽ ἀτρεκὲς ὄλβιος οὐδεὶς 
ἀνθρώπων ὁπόσους     ἠέλιος καθορᾷ. 
 
Tiene su mal cada cual, y, sin duda, nadie que sea 
 entre los hombres feliz      hay bajo el Sol que los ve.
 
b) Declaraciones de Slavoj Zizek al periódico The Guardian sobre la felicidad:
  "La felicidad nunca fue importante. 
El problema radica en que nosotros no sabemos qué es lo que realmente queremos. 
Lo que nos hace felices no es alcanzar lo que deseamos, sino soñarlo.
 La felicidad es para oportunistas. 
Entonces pienso que la única vida de profunda satisfacción es una vida de una eterna lucha, especialmente, la lucha contra uno mismo.
 Si quieres mantenerte feliz, solo sigue siendo estúpido.
 Los auténticos eruditos nunca fueron felices; 
la felicidad es una categoría de esclavos."
 
oOo 
 
 

    El sabio chino Sun Tzu, presunto autor de “El arte de la Guerra”, dejó escrito que no hay mejor defensa que un buen ataque. Parece que el presidente de Ucrania, el títere de Guásinton, ha hecho suya esta máxima del sabio chino, y ha decidido invadir Rusia, haciendo uso de las armas supuestamente defensivas que le había suministrado gratuitamente Occidente -vamos a decirlo así para referirnos a la OTAN y a la UE, en las que está incluido del Reino de las Españas. Es decir que con nuestras pacíficas armas defensivas que eran para defenderse de una agresión injusta que violaba el derecho internacional ha decidido “tomar la iniciativa”, como dice la prensa del Régimen, es decir, pasar a la ofensiva, que, según la milenaria sabiduría china, sería la mejor defensa. Esto es lo que viene a decir este anuncio publicitario de la OTAN/NATO: que ese nombre significa ayudar en tiempos de necesidad a nuestros amigos ucranianos (¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!), que ese nombre significa 'nuestro futuro', y pese a que significa muchas cosas diferentes para diferentes personas, básicamente significa una cosa para todos y cada uno: la protección de nuestra libertad, de nuestra democracia y de nuestro modo de vida. 

  oOo

 

    En casi todos los ámbitos quieren hacer que veamos las cosas como nos dicen que son negando incluso lo que vemos con nuestros propios ojos, como suele decirse, y así nos hacen ver a las personas sanas como enfermos asintomáticos, ya sea de hecho o en potencia aristotélica, a los varones como mujeres y viceversa, lo blanco como negro y lo negro como blanco, como hacían los sofistas griegos, y en definitiva lo que es malo como si fuera bueno, y, no sé qué es peor, lo que es bueno como malo. Pero frente a eso, la voz del niño que hay acaso dentro de cada uno de nosotros nos dice que, pese a todos los pesares, no vemos el traje nuevo del que presume el emperador, que, como en el cuento de Andersen está desnudo por mucho que nos digan que está revestido con la más fina y extraordinaria púrpura imperial.