jueves, 29 de agosto de 2024

De cómo la modificación de la percepción no cambia la realidad (I)

    Los medios informativos, la prensa tradicional con internet a la cabeza y sus poderosos motores de búsqueda como Gúguel sabelotodo o Chat Gepeté a la cabeza crean y formatean a las masas al informarlas con sus noticias de la realidad, dándoles forma y conformándolas. 

    Al seleccionar y determinar lo que es verdad y lo que es bulo, originan la corriente principal de la opinión mayoritaria que, por estadística democrática, se convierte en el monstruo de la Opinión Pública, como si fuera el sentir general de todo quisqui, es decir, de todos y cada uno, cuando es en realidad la opinión privada de unos pocos, los promotores de dichos medios, la cual se presenta oracularmente como la verdad apocalíptica y absoluta, la piedra de molino u hostia consagrada con la que nos hacen comulgar.

       Veamos algunos ejemplos:

1º.- Clases sociales: alta, media y baja. Quedémonos con estas tres categorías básicas, sin subdividirlas a su vez como hacen algunos en otras tres subcategorías cada una, y busquemos en los medios la definición de cada una de las clases de acuerdo con el criterio de sueldo ciñéndonos a España, dado que el concepto depende de cada país. Resulta que según la Secsta TV, muchos españoles que se creían precarios, como se dice con vocablo culterano para no decir 'pobres', tienen solucionada la vida y no tendrán problemas económicos porque resulta que les cambian la definición y les convencen de que son 'ricos' sin haberse percatado. 

     ¿Como no se le había ocurrido antes a ningún gobierno esta forma tan sencilla de acabar con la pobreza y las diferencias de clase? Resulta que la población española no deja de empobrecerse, rozando ya el millón los que se pluriemplean para acrecentar su salario y llegar con él a fin de mes, pero los gobernantes a través de los medios, que son la voz de su amo, consuelan a la gente diciéndole que es más rica de lo que cree y parece, para que no se queje, por lo tanto, porque hay quienes están muchísimo peor. 

    A comienzos del milenio, un mileurista, cuando se inventó el palabro para el que cobraba mil euros al mes, era un currito mal pagado, pero ahora, veinte años después, nos dicen que es el sueldo normal de la clase media española, por lo que uno no se puede explicar cómo dentro de esa categoría no le llega el sueldo ni para pagar el alquiler. 

    La función de los medios de formación de la opinión pública es cambiar nuestra percepción redefiniendo las palabras, para que nos vayamos preparando, una vez mentalizados, para, por ejemplo, la inminente subida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, dado que los ricos tienen que solidarizarse con los pobres, ya se sabe, las clases altas con las medias y las bajas.  

 

    Según los cálculos de la OCDE de 2019 las clases sociales españolas quedarían definidas de la siguiente forma en función del salario anual, dado el empobrecimiento general del país: Clase baja: hasta 11.395 euros anuales, Clase media: desde 11.395 a 30.386 euros al año y Clase alta: a partir de 30.386 euros al año.Se supone que estas cifras son ingresos brutos, lo que significa que son los ingresos totales o netos antes de aplicar de aplicar el dichoso IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social y otras deducciones.

2º.- Identidad sexual: Si un mileurista, que antes se consideraba precario, no se autopercibe como tal, sino como clase media española, habida cuenta del formateo de sus entendederas, y pasa por arte de magia a formar parte de la clase media y no de la baja, ese mismo mileurista, vamos a suponerlo varón porque se le ha asignado ese sexo al nacer por la presencia de los testes que lo atestiguaban, puede convertirse en mujer a todos los efectos legales simplemente autopercibiéndose como tal mujer. 

    Según la legislación española vigente, Ley 4/2023 de 28 de febrero para la igualdad real y efectiva (sic) de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, artículo 3, se define así la identidad sexual, palabras textuales: "La vivencia interna o individual del sexo tal y como cada persona la siente y autodefine, pudiendo o no corresponder con el sexo asignado al nacer". Esto significa que nadie es nadie para decirle a cualquiera lo que es o no es. La ley dice que si un tío dice que es una tía o una tía un tío, porque así lo siente y se autodefine, es lo que dice que es, independientemente de su "sexo asignado al nacer", es decir, de su sexo biológico. 

    Viene así a hacerse realidad aquella estrofa del Himno de la Legión que invitaba a los legionarios a luchar y a morir: "Somos héroes incógnitos todos, / Nadie aspire a saber quién soy yo, / Mil tragedias, de diversos modos, / El correr de la vida forjó. / Cada uno será lo que quiera, / Nada importa su vida anterior, / Pero juntos formamos Bandera, / Que da a La Legión / El más alto honor".  Tal es la importancia que ha adquirido la autopercepción que nos han convencido de que para cambiar la realidad objetiva basta con cambiar nuestra percepción subjetiva. Cada uno será lo que quiera, como en la legión española, basta con que se autodefina como lo que quiera ser, sin importar lo que haya sido considerado o le consideren los demás.

1 comentario:

  1. Con el progresismo legislativo ya podemos decir: somos 'novios de la muerte' y Podemos renacer sintiendonos cualquier otro ser. En esa continuidad de genero y de clase, si nos atenemos a los criterios de la OCDE aunque, eso sí, esta última más condicionada por las 'circunstancias', se asienta la flexibilidad sistémica que, como si de un chicle se tratara, consigue inflar las pompas democráticas, esas que los medios de formación explotan en el pantallaje y cuyos residuos tóxicos autopercibidos vienen exigidos como parámetros de sostenibilidad para conformar el paisanaje.

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