Al parecer fue un fraile, un tal Francisco de Ugalde, el que patentó la frase “el imperio en el que nunca se pone el sol” para referirse a los vastos dominios de Carlos I de España y V de Alemania, que incluían los territorios de España y de Portugal -islas en el Atlántico y el Mediterráneo, ciudades en el norte de África y vastas posesiones en América-, así como los territorios del centro de Europa y de Flandes. La frase ya consagrada por el clérigo aludía a que cuando en algunos puntos del Imperio se ponía el astro rey en otros ya estaba saliendo, por lo que propiamente no se ponía nunca el sol en sus dominios. Se aplicó a su hijo Felipe II, que anexionó a la corona española las islas Filipinas y los archipiélagos de la Micronesia en el Pacífico.
Los Nikis compusieron esta divertida, satírica y alegre canción, El Imperio contraataca, hace ya treinta y ocho años para reírse un poco de nuestro pasado, nuestro presente y de nuestro futuro, un futuro que poco después, en 1992, celebraría a bombo y platillo y con alharacas el quinto centenario del descubrimiento y colonización de las Américas. El título estaba tomado del V Episodio de la película La Guerra de las Galaxias, que se denominó en la lengua del Imperio The empire strikes back, estrenada en 1980.
Pero el título de la canción no remonta a la guerra de las galaxias, sino al viejo imperio español. Preconiza la letra nuestras esencias nacionales haciendo una sátira de ellas: la tortilla de patatas, con cebolla, obviamente, y la restauración del hispánico poderío, basado no ya en nuestras conquistas militares, sino en los éxitos deportivos de nuestros equipos a lo largo y ancho de todo el mundo. Años después, en 2020, España ganaría el mundial de fútbol, gracias al celebérrimo goooool de Iniesta.
El imperio vuelve a la carga una y otra vez desde entonces. Y en la actualidad la Corona se regodea con los recientes éxitos deportivos olímpicos que se traducen en dieciocho (18) medallas: cinco de oro, 4 de plata y 9 de bronce, que se celebran como auténticas victorias nacionales de nuestras huestes y mesnadas. Los Borbones no pierden ripio, pese a que, como dice la canción, “con los Austrias y con los Borbones perdimos nuestras posesiones”.
Don Felipe VI, la princesa doña Leonor y la infanta doña Sofía celebran los triunfos de los deportistas nacionales como si fueran victorias de nuestros ejércitos, sin olvidar a la Reina, doña Letizia, que vende la marca España en todas las pasarelas, y a la que vemos animando también a nuestras huestes como si sus éxitos individuales fueran colectivos.
Los Nikis se cachondeaban así de nuestras ínfulas imperiales, que en la oprobiosa dictadura habían querido lanzarnos Por el Imperio hacia Dios, cantando al final “Seremos de nuevo un imperio”.