sábado, 10 de agosto de 2024

Maldito vacacionismo (I)

    En este país en el mes de agosto no está en su sitio ni Dios: todo el mundo se va de vacaciones, hasta el gobierno -lo que no significa que estemos desgobernados, ¡qué más quisiéramos!, sino que el ejecutivo no es imprescindible a la hora de mantenernos estabulados. Todo el mundo se va de veraneo al mar, a la montaña, al pueblo, a donde sea, huyendo de sus obligaciones, sin darse cuenta de que huir es también una obligación. 
 
   No es una huida irresponsable, sino todo lo contrario, es un derecho profesional: es una fuga programada y favorecida desde arriba por el Estado y el Mercado -tanto monta- para someternos, como siempre, a los que andamos por aquí abajo y a veces nos dejamos engañar con el espejismo vacacional, ese perverso invento del gobierno, al igual que el trampantojo del fin de semana, mero pretexto para que la semana, que no se acaba nunca de verdad vuelva a empezar una y otra vez.   Su rueda de hámster, en efecto, gira sin fin desde la creación del mundo, e incluso antes, ya que la semana ya existía antes de que Dios, nuestro Señor, creara el mundo en siete días. Por eso la expresión 'fin de semana', finde o week-end es un engaño que pretende ocultar el uróboro o serpiente-que-se-muerde-la-cola, es decir el hecho de que la semana, propiamente hablando, nunca finaliza.
 
    
    La ministra de Sanidad, cuyo nombre propio no merece la pena mencionarse, del sedicente gobierno progresista con el que las Españas avanzan no se sabe ni por qué camino ni a dónde, declara que todos los profesionales -sanitarios- tienen derecho a veranear, se supone que todos juntos y a la vez, lo que parece que justifica el cierre de hospitales -camas, dice la ministra, que ya no vuelven a abrirse hasta que empiece el curso en septiembre. Como se hace todos los veranos y como lo hacen todos los reinos de taifas, pues se sigue haciendo, así que vale más no enfermar en verano ni necesitar atención médica y cuidados sanitarios: "Todos los veranos se cierran camas. Esto no es ninguna novedad. Todas las comunidades cierran camas, cierran quirófanos y cierran lugares (?),  porque los profesionales tienen derecho a disfrutar de sus vacaciones". 
 
    “Spain is different” se convirtió en 1950 en el eslogan más cacareado que señalaba el despegue de la España franquista como gran destino turístico para los guiris. Se vendía nuestro país al turista “un millón”, que venía a dejarnos la limosna de sus divisas, blanqueando así de paso la oprobiosa dictadura. 
 
 
     Pronto empezaron a llegar las plagas de vacacionistas, y a invadirnos y colonizarnos. De aquel España es diferente hemos pasado al España es diversa, con sus diecisiete reinos democráticos de taifas o autonomías “asimétricas”,  en algunas de las cuales, como la nuestra, hemos patentado el lema publicitario Cantabria infinita.
 
    Con el tiempo se ha visto que el exceso de visitantes puede deteriorar gravemente el patrimonio cultural. En 2002, por ejemplo, se prohibió el acceso a la cueva de Altamira, a consecuencia de los daños que el flujo de gente ocasionaba en su interior. Permanecieron cerradas al público doce años, reabriéndose en 2014 con controles muy estrictos sobre el número de personas que podían adentrarse en la gruta: creo que cinco por semana. Entrar en la cueva original supone inscribirse en una lista de espera que a fecha de hoy parece que está cerrada definitivamente. 
 
    Paralelamente al cierre de la cueva, se realizó una fiel reproducción de las pinturas, inaugurándose la conocida como NeoCueva de Altamira, lo que permitió disfrutar a todo el mundo del simulacro de la maravilla pictórica de su Gran Sala, sin riesgo alguno para los trazos milenarios. Hoy en día, ya hay incluso quien, siguiendo el ejemplo de Altamira, propone construir réplicas de centros históricos hiperturistificados, con el fin de descongestionarlos y preservarlos para las futuras generaciones. 
 
 
    De todas formas, el patrimonio más amenazado por el turismo no son los monumentos históricos, sino la posibilidad misma de unas ciudades, unos pueblos y una naturaleza habitables y no masificadas. A pesar de las evidencias del impacto negativo que el turismo masivo tiene sobre la economía, el patrimonio y el bienestar, cuestionarlo sigue siendo tabú en nuestro país y en nuestra infinita comunidad autónoma, Cantabria, abierta por vacaciones, que “vive, si a esto puede llamarse 'vida', del turismo”. 

viernes, 9 de agosto de 2024

"Te quiero, morena"

    Hay algo que me rechina y no sólo hiere el oído sino que incluso me repugna y ofende al corazón en lo que canta esta jota titulada “Te quiero, morena”, con música de José Serrano, y letra de Arniches y García Arias, incluida en la zarzuela, o más propiamente "Humorada cómico-lírica en un acto, El trust de los tenorios", que compara el amor que el maño siente por una mujer zalamera y morena, baturra como él, con el amor que se siente por una madre, lo que es comprensible habida cuenta del complejo de Edipo del hijo varón y tal, pero también, y eso ya me cuesta más entenderlo, con la gloria y aun, 'last but non least', con el dinero, haciendo que rimen “dinero” con “te quiero”. 

    Y eso me suena a falso, más falso que Judas, que delató a Jesús a cambio de treinta monedas en el huerto de Getsemaní mediante un beso, en esta declaración baturra del amor. Algo nos dice que ese amor no puede ser bueno ni verdadero. La letra de la jota sería mucho más noble, y más popular, en el buen sentido de la palabra 'popular' que es el que se refiere a lo surgido del pueblo, si dijese "te quiero más que al dinero", como muchas otras canciones dicen "te quiero más que a mi vida". Pero no es eso lo que  dice, sino precisamente todo lo contrario: “Te quiero... como se quiere al dinero”.




    ¿Cómo se puede querer a alguien “como se quiere la gloria” y “como se quiere al dinero”? Eso ya no es amor gratuito y desinteresado, sino económicamente interesado. 'Por el interés te quiero, Andrés' dice a veces la gente para poner de manifiesto que se tiene afecto por alguien no con un sentimiento amoroso verdadero, sino con una relación interesada, porque hay algo que se interpone entre los dos: "inter-est", que decían los romanos. Y ese algo solo puede ser el dinero. 
 
    ¿Cómo se puede comparar el amor humano y edípico hacia una madre, o hacia una mujer de boquita de rosa y de risa zalamera y de ojos en la cara con el amor descarnado y abstracto a la gloria o al dinero? Pues eso, ni más ni menos, es lo que canta la letra de esta jota aragonesa, en interpretación del tenor Plácido Domingo: 
 

Te quiero, morena,
te quiero
como se quiere la gloria,
como se quiere al dinero,
como se quiere a una madre,
te quiero.

Me muero, baturra,
me muero
por tu boquita de rosa,
por tu reír zalamero,
por los ojos de tu cara,
me muero.

Es la jota
que siempre canté,
la sal de mi tierra,
y ¡olé! ¡olé!

jueves, 8 de agosto de 2024

Variedad de variedades

El eterno femenino es el misterio, el uarium et mutabile semper femina de Virgilio, que no es un reproche de la volubilidad femenina, sino un intento desesperado de definir lo indefinible, porque no tiene definición que valga. ¿Qué es una mujer? ¿En qué consiste el eterno femenino? ¿En qué consiste ser mujer?

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Ya tengo mi terruño donde caerme muerto,

Al fin soy propietario de un poco de terreno.


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-Papá, cuéntanos un cuento.

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Crates de Tebas

Diógenes en su tonel y su discípulo Crates tirando sus riquezas al mar.
 

"No sabes el poder que tiene mi zurrón,

la ración de chochos y mi despreocupación." 

 

oOo

“Tengo una enorme obsesión por que se incorporen más mujeres a las Fuerzas Armadas”, declara a la prensa la Ministra de la Guerra del Ejecutivo progresista.

oOo

 

España ha registrado un total de setecientas setenta y una muertes en el mes de julio atribuibles al calentamiento planetario provocado por el virus del calor.

oOo
 

La OMS inicia su precampaña de otoño-invierno alertando del incremento de casos de COVID-19 y del riesgo de aparición de nuevas variantes más graves todavía.

oOo

La sospecha de fraude en las recientes elecciones venezolanas debería hacernos ver que cualquier democracia es un embeleco y crimen del pueblo de lesa majestad.

oOo

Cada vez hay más gente que no puede irse de vacaciones como hace la mayoría pudiente y “escapar” de su residencia permanente debido a limitaciones financieras.

miércoles, 7 de agosto de 2024

Los lirios de los campos

    Uno de los párrafos más bellos de toda la literatura universal que conozco son estas bellas y misteriosas palabras que nos invitan al abandono y a despreocuparnos del futuro, que nos brinda la lectura del evangelio de Mateo: (Mateo 6, 25-34) y que reproduzco según la traducción de Nácar-Colunga que manejo:  
 
    (25) Por eso os digo: No os inquietéis por vuestra vida, por lo que habéis de comer o de beber, ni por vuestro cuerpo, por lo que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? (26) Mirad cómo las aves del cielo no siembran, ni siegan, ni encierran en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? (27) ¿Quién de vosotros con sus preocupaciones puede añadir a su estatura un solo codo? (28) Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Aprended de los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan ni hilan. (29) Pues yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. (30) Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana es arrojada al fuego, Dios así la viste, ¿no hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? (31) No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos o qué vestiremos? (32) Los gentiles se afanan por todo eso; pero bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso tenéis necesidad. (33) Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os darán por añadidura. (34) No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástale a cada día su afán.
 
 
Campo de lirios,
Estudios Tiffany, c.1910
 
     Se contraponen aquí el cielo y la tierra y sus habitantes. En el primer caso son los pájaros sus habitantes, que efectivamente, no se preocupan ni por su vestimenta ni por procurarse el futuro alimento, y por ello no siembran, ni cosechan ni guardan en graneros lo cosechado para el día de mañana. Tampoco se preocupan por lo que han de vestir.
 
    A continuación se dice: Y del vestido ¿por qué preocuparos. Aprended de los lirios del campo, cómo crecen: no se fatigan ni hilan. ¿Qué sentido tiene decir que los lirios del campo no se fatigan ni hilan? Por supuesto que para crecer no necesitan fatigarse trabajando ni hilar. No hacía falta decirlo. En el caso de las flores no tiene mucho sentido decir que no se preocupan por el vestido como hacemos las personas. Su estado es la desnudez, y ahí radica su belleza. A poco que pensemos sobre ello, enseguida podemos sospechar que tras estos lirios un tanto surrealistas de los campos puede haber algún error de traducción e interpetación, como revela J. Enoch Powell, en La evolución del evangelio: una nueva traducción del primer evangelio con comentario y ensayo introductorio (New Haven: Yale University Press, 1994). 
 
    En griego "los lirios" se escribe ΤΑΛΕΙΡΙΑ, que puede confundrise con ΤΑΘΗΡΙΑ, que significa “las bestias”, que probablemente era la lectura original, mucho más lógica, porque si es así las bestias y no los lirios del campo se contrapondrían perfectamente a las aves del cielo. El problema de esta interpretación es que ΤΑΛΕΙΡΙΑ no es la palabra que aparece en el texto evangélico original, sino ΤΑΚΡΙΝΑ, que es un sinónimo que lo ha sustituido para glosarlo. En el texto griego se dice, además, que miremos cómo los lirios del campo τὰ κρίνα τοῦ ἀγροῦ crecen αὐξάνουσιν, lo cual, tratándose de las bestias del campo, no tiene tampoco mucho sentido. Es posible, comenta, Enoch Powell que se haya confundido αὐξάνουσιν (crecen) con οὐ ξαίνουσι (no cardan): solo una letra diferencia ambas escrituras. De ahí resultaría que la frase "los lirios del campo crecen" debería leerse "las fieras del campo no cardan", que es mucho más lógico con lo que sigue y con lo que precede sobre las aves del cielo, dado que cardar es el proceso previo a hilar, y por lo tanto no necesitan trabajar en la confección textil, lo que se corresponde con que "sembrar" es la labor previa a "cosechar". 
 
 

 
    Lo que está en juego en este texto no es la idea de crecer -no se puede ver cómo crecen los lirios, ya que es imposible, según el dicho, ver cómo crece un geranio-, sino la de alimentarse y vestirse, cómo son preocupaciones que no tienen ni las aves del cielo ni las bestias del campo, que no necesitan cardar ni trabajar -glosa que en realidad sobraba porque en realidad cardar e hilar son trabajos humanos generalmente realizados por mujeres- ni hilar para vestirse. 
 
    La inserción retórica posterior de Salomón y del horno puede estar motivada por la objeción de estar vestidos como las bestias lo están, con su piel y pelaje, lo que puede haber sugerido la confusión ya establecida de los lirios. Pero esta elaboración se ve traicionada por que los lirios luego son sustituidos por χόρτος 'hierba', dado que con lirios no se alimentan precisamente los hornos, y lo absurdo que resulta la idea de vestir tanto los lirios como los pastos. 
 
    He aquí la traducción que propone Powell del pasaje de Mateo, incorporando sus cambios: ¿Y por qué os preocupáis por la ropa? Observad las *fieras* del campo: no *cardan* ni hilan. Pero os digo que Salomón con toda su gloria no estaba vestido como una de ellas. Y si así viste Dios la hierba del campo, que hoy está y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más por vosotros, oh hombres de poca fe?

martes, 6 de agosto de 2024

Bosquecillo de bonsáis

El jaicu o jaicú, / ese bonsái japonés, / una nimiedad. 
 
Un ménage à trois:/ tres versos de arte menor: / trío y trinidad.
 
Oro, plata o bronce. / ¿Para qué tanta medalla / y tanto deporte?
 
 Se hunde la ilusión / de España sin galardón: / ¡Cuánta frustración!
 
Nunca hay bancarrota. / Suben tipos de interés / y gana la Banca.
 
 Se hace ya viral, / asesina, la calor: / ¡Infernal, mortal! 
 
Olas de calor / matador, canicular, / vulturno estival. 
 
No hay furcia que no / crea de buen corazón / en el puto amor. 
 
Por tu propio bien, / para que aprendas mejor / un par de hostias van.
 
 El rey y el peón / acabada la partida / vuelven al cajón. 
 
Los que mandan son / los más mandados, en voz / pasiva a su vez. 
 
En sala de espera, / esperando el porvenir / que no se presenta.
 
 Ni una primera / ni una segunda opinión: / ninguna mejor. 
 
Es realidad / lo que sale en internet: / y no hay más que hablar. 
 
Si entre el mal menor / y el mayor hay que elegir, / mala es la elección. 
 
La gripe aviar va, / actualizada otra vez, / ya a sobrevolar. 
 
La realidad / no es verdad, sino ficción: / un reality show
 
No se sabe quién / va a ganar las elecciones: / sí quién va a perder: 
 
En conclusión, qué es / lo peor que puede haber: / una conclusión.
 
Las ideas sirven, / y las ideologías, / para no pensar. 
 
Mátate a vivir / labrándote un porvenir /en que sucumbir. 
 
Pensar es decir / que no puede ser lo que es, / la realidad. 
 
  
Declaración de un mercenario excombatiente en Ucrania, en busca y captura: 
“Vine a combatir, / voluntario, y a matar, / pero no a morir”.
 
Votes lo que votes, / al sistema le da igual, / pero necesita / para poder funcionar / el sufragio universal. 
 
¡Viva el botellón, / báquica celebración / de la juventud / que bebe para olvidar / lo mucho que hay que olvidar! (Otros dos finales alternativos: ...que bebe para olvidar / del mundo la falsedad! / ...que bebe para olvidar, / falsa, la realidad!) 

lunes, 5 de agosto de 2024

¿Lapsus linguae?

    El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en la Cumbre de la OTAN celebrada en Guásinton en el pasado mes de julio, presentó de la siguiente guisa al presidente de Ucrania: And now I want to hand it over to the president of Ukraine, who has as much courage as he has determination, ladies and gentlemen: President Putin «Y ahora quiero darle la palabra al presidente de Ucrania, que tiene tanto coraje como determinación, señoras y señores: el presidente Putin». Tras un silencio y miradas de pánico entre los líderes asistentes, como el canciller alemán, enseguida se corrige. 
 

     Ha cometido un lapsus linguae bastante significativo, confundiendo los dos nombres propios de los presidentes: Putin y Zelensky. Un lapsus que, como dice la gente, puede cometerlo cualquiera: a todos nos ha pasado alguna vez. A fin de cuentas los dos son presidentes y los dos son extranjeros y, si me apuran, hasta se llaman igual: Vladimir el ruso, Volodimir el ucraniano, un nombre propio de origen eslavo antiguo que significaba algo así como "gobernante o propietario del mundo y/o de la paz", que castellanizamos como Baldomero. 
 
    Y en el fondo, da igual uno que otro. Sus nombres propios son perfectamente intercambiables, como al fin y a la postre, lo son todos los antropónimos o nombres propios de las personas. Y es que por un lado creemos que el individuo es único, singular e irrepetible, y que por lo tanto no se puede confundir a uno con otro, sería un error imperdonable porque son esencialmente distintos, pero por otro lado se nos impone la creencia contraria de que yo soy, como cualquiera, uno de tantos, uno entre los otros del montón, que tiene también el mismo derecho que yo a decir “yo”. En este sentido somos todos iguales e intercambiables como elementos de un conjunto homogéneo. Por un lado no pueden confundirse dos personas distintas como los señores Putin y Zelensky, pero por otro son la misma persona, y eso explica el lapsus linguae del presidente de los Estados Unidos y de cualquiera de nosotros que podemos cometerlo. Lo que salta a la vista enseguida es que estas dos creencias entre las que nos debatimos son claramente incompatibles entre sí. Sin embargo, en la ilusión de su compatibilidad, impuesta a todos en general y a cada uno en particular, se funda este orden en el que decimos que vivimos. 
 
 
    Era este el primer discurso desde el lamentable, dicen los que lo vieron, debate electoral con el otro candidato a la presidencia norteamericana, en el que no iba a utilizar teleprónter o teleapuntador electrónico, por lo que todo el mundo estaba expectante a ver si el anciano senil cometía algún desliz. Y claro, el vejete gagá metió la pata y confundió al amigo con el enemigo. 
     
    Los comentaristas dicen que resulta ya penoso. Y las agencias de verificación de hechos no pueden ocultar ya la demencia y el deterioro cognitivo del anciano, por más que algunas como Newtral, dirigida por una conocida periodista española, se hayan empeñado en desmentirlo. Pero él parece dispuesto a seguir en el cargo, como dijo en su primera entrevista tras el calamitoso debate, atrincherándose en su determinación de seguir como candidato: "Solo si el Señor todopoderoso me dijera que abandonara lo haría". Pero el Señor todopoderoso parece que ya ha hablado: el electorado y, sobre todo, los patrocinadores no quieren que siga al frente, no quieren que sea su candidato, porque su demencia, ha puesto de manifiesto la demencia de la realidad: que el amigo y el enemigo que él ha confundido son el mismo, y que todos, tan distintos como parecemos y nos creemos, somos idénticos e iguales.
 
    Pero él, terco como una mula, defendió su candidatura proclamando, no sin razón que «La edad te da sabiduría».  A fin de cuentas, qué mas da. En eso tiene razón. Los que mandan son los más mandados. 
 
Marguerite Yourcenar (1903-1987)
 
     Me permito en este punto traer a cuento dos reflexiones de Marguerite Yourcenar tomadas de Los archivos del norte sobre la infancia y la vejez: “Cuanto más vieja me hago, más me doy cuenta de que la infancia y la vejez no sólo se conectan, sino que son los dos estados más profundos en los que se nos permite vivir. Revelan la verdadera esencia de un individuo, antes o después de los esfuerzos, aspiraciones, ambiciones en la vida”, y esta otra frase: “Los ojos del niño y los ojos de la vieja miran con la franqueza tranquila de quienes aún no han entrado al baile de máscaras o ya lo han dejado. Y todo el intervalo parece una conmoción vana, una agitación vacía, un caos innecesario por el que te preguntas por qué tuvo que pasar.” Sin duda, el presidente norteamericano está ya a punto de abandonar el salón donde se celebra el baile de máscaras.

domingo, 4 de agosto de 2024

Como borregos

    El historiador romano Salustio nos ha transmitido un discurso de Gayo Licinio Macro (a veces llamado “Mácer” conservando su nombre original latino, en lugar de adaptarlo al castellano como se debe, que es Macro), tribuno de la plebe romana en el año 73 antes de Cristo, dirigido a la misma. La figura de Licinio Macro, que llegara a ser pretor en el 68 a. de C., y que dos años después fuera acusado de soborno y extorsión por Cicerón y condenado, lo que provocó su suicidio, no nos interesa ahora, como tampoco su labor de analista y autor de una crónica de la historia de Roma en dieciséis libros, que se ha perdido. 

    Cicerón admite de mala gana que nuestro Macro, que ponía especial énfasis en la lucha de clases entre patricios y plebeyos, tomando partido indiscutible por estos últimos, fue un orador de cierto valor, del que llega a decir que tenía una admirable precisión (mira accuratio)  en el hallazgo y disposición del material (in inueniendis componendisque rebus)  pero uno diría que era más fruto de la experiencia (ueteratoriam) que habilidad discursiva innata (oratoriam). 

    Nos interesa resaltar un fragmento de uno de sus discursos dirigidos a la plebe en el que establece una comparación muy significativa que se ha convertido en un tópico literario que se aplica a las personas que eligen voluntariamente la servidumbre en lugar de la libertad, actuar more pécorum (que Séneca reformula más tarde como pécorum ritu): al modo de los borregos, como el rebaño, igual que corderos... (Salustio, Historias, fragmento 48.6 Maurenbrecher), que dice así en traducción de Bartolomé Segura Ramos:

“Sin embargo todos los demás que han sido elegidos para defender vuestro derecho han vuelto contra vosotros toda su fuerza y poder por granjearse un favor, por medio de promesas o de recompensas, y consideran mejor delinquir a cambio de dinero que obrar honestamente gratis”.

    Lamenta así Macro la deriva de otros tribunos de la plebe, como él, que, a diferencia de él, en lugar de defender a sus electores se han vuelto contra ellos, y han preferido faltar a su deber por dinero que representar a la plebe “gratis et amore”, es decir, por las meras gracias y amor de hacerlo, sin que medie remuneración. Hay que tener en cuenta que todos los cargos públicos en la república romana eran honoríficos, es decir, no estaban reribuidos económicamente, por lo que quien se dedicaba a la política profesionalmente no lo hacía a cambio de ningún salario, sino por el honor que eso le confería. La política era gratificante, no tenía, como en la actualidad, ningún interés económico.

“De manera que todos se han echado en brazos de la tiranía oligárquica, de esos que en nombre de la guerra han tomado posesión del erario, de los ejércitos, reinos y provincias, y tienen un alcázar en vuestros despojos”,

    Todos, reprocha Macro a sus colegas, se han subordinado al dominio de unos pocos (“in paucorum dominationem”), unos pocos que han agitado el fantasma de la guerra para enriquecerse a costa del erario público

“mientras que vosotros, que sois multitud, a la manera de borregos, os entregáis a ellos para que cada uno os posea y haga usufructo de vosotros, privados de todo cuanto os dejaron vuestros mayores, con la diferencia de que vosotros mismos con los votos os dais ahora por amos a quienes antaño eran vuestros defensores”.

    El reproche de Macro se dirige ahora a sus electores plebeyos acusándolos de actuar como el ganado, entregándose voluntariamente a la servidumbre de unos amos que ellos mismos han elegido democráticamente (“per suffragia”) cuando debieran velar por defender sus derechos y protegerlos.

    Mientras prosigue con su resumen de la historia del conflicto entre patricios y plebeyos, presenta la tergiversación lingüística como el medio a través del cual ("per militare nomen") los patricios han logrado enriquecerse por la vía del robo.

    Macro, más adelante, advierte a sus oyentes de la perversión lingüística y el peligro de modificar los nombres de las cosas (“nomina rerum”), describiendo como paz (“otium”) lo que es realmente esclavitud (“seruitium”): “Por lo que os pongo sobre aviso y os ruego que tengáis presente no cambiar los nombres de las cosas conforme a vuestra dejadez, y no llaméis tranquilidad a vuestra esclavitud.”

     En Los hermanos Karamazof de Dostoyesqui se pone en boca del Gran Inquisidor la disposición del hombre a la necesidad de seguridad y no de libertad: la propensión a pertenecer a un grupo, en la religión, en el partido, señalando así que nos sentimos más seguros en el rebaño “pecorum ritu”, como había sostenido Séneca: Les convenceremos de que no serán verdaderamente libres más que cuando hayan confiado a nuestro favor su libertad.

sábado, 3 de agosto de 2024

Bañarse en el río

    La alcaldesa de París, cuyo nombre propio se omite par delicatesse, se ha bañado en el Sena con un traje de neopreno de cuerpo entero, al igual que hizo la ministra de deportes. Ambas querían predicar con el ejemplo y demostrar que no hay problema en que los triatletas hagan sus entrenamientos y competiciones en el emblemático río parisino o parisiense, que de ambas formas puede decirse, que es el vertedero que fluye a la mar salada y que de hecho se ha convertido en el emblema de estas olimpiadas con las que nos entretienen este verano los medios de (in)formación. Era el de ambas personalidades un chapuzón simbólico para disipar las preocupaciones y despejar las dudas sobre la qualité de las aguas residuales.

 

      Me recordaban a mí a la proeza que hizo don Manuel Fraga Iribarne  en las aguas del Mediterráneo en 1966, pero él en bañador, con un par, cuando era ministro a la sazón de Franco en la oprobiosa dictadura, en Palomares, donde se habían estrellado dos aeronaves estadounidenses que transportaban cuatro bombas termonucleares, y lo hizo para demostrar al mundo que no era peligroso, que se podía uno bañar tranquilamente entre residuos radiactivos y no pasaba nada...

Fraga en Palomares (1966)
     El caso es que, después de haber invertido algo más de mil cuatrocientos millones de euros, que se dice pronto y se dice con lenguaje grandilocuente para que suene mejor, en “la creación de infraestructuras para reducir la contaminación del Sena”, las pasadas lluvias -intensas precipitaciones- han hecho que agua no tratada termine en el río que atraviesa la capital francesa, la Lutecia de los galos que intenta deslumbrar al mundo con la organización del macroevento.

    Como consecuencia, la prueba olímpica de triatlón masculino ha sido aplazada por el deterioro de la calidad del líquido elemento. Pese a la mejoría de dicha calidad en las últimas horas, los valores registrados en ciertos puntos están todavía muy por encima del límite aceptable.


    La alcaldesa de París, sonriendo para la foto.

 «Desgraciadamente, fenómenos meteorológicos independientes a nuestra voluntad, como las lluvias que cayeron sobre París el 26 y 27 de julio, pueden alterar la calidad del agua y obligarnos a aplazar el evento por motivos sanitarios», dijeron los organizadores. Ya en agosto del verano pasado se anularon una parte de los ensayos de las competiciones olímpicas previstas en el Sena debido a la mala calidad del agua.

    El ayuntamiento de París hizo construir, a cargo de un presupuesto de unos 100 millones de euros, un enorme depósito que podía recoger hasta 50.000 metros cúbicos de aguas usadas y pluviales en caso de fuertes precipitaciones, que no han servido para evitar lo que ha caído, aunque gracias a ello el restablecimiento de la situación va muy rápido, según declara, optimista, la alcaldesa, que con esta espectacular performance quiere demostrar que se han cumplido las promesas. 

    Se bañó en el Sena / la alcaldesa de París: / algo huele mal: / son las aguas residuales /  que a la mar van a parar.

viernes, 2 de agosto de 2024

La Última Cena



    Patética la presunta parodia de La Última Cena de Leonardo da Vinci que retransmitió urbi et orbi la televisión francesa -y que no era tal, aunque así se interpretó mayoritariamente, sino en todo caso del Festín de los dioses con motivo de las bodas de Tetis y Peleo de Jan van Bijlert- con motivo de la soporífera, grandilocuente y hortera a más no poder ceremonia de inauguración de los JJOO de París 2024, tan patética que fue castigada desde las alturas por una copiosa lluvia sobre todos los participantes. 
 
    He aquí unas imágenes del vídeo, que ha sido retirado por el Comité Olímpico Organizador,  por las supuestas ofensas a la fe católica, apostólica y romana. Puede comprobarse que la actuación y puesta en escena del tema Nu de Philippe Katerine, del que hablábamos ayer, resulta de muy pobre calidad artística si se compara con el video oficial del mismo cantante que veíamos.


 
    En cualquier caso, mucho mejor artísticamente hablando, y más irreverente -porque no ofende quien quiere, sino quien puede- la parodia de don Luis Buñuel en Viridiana (1961), con la inimitable Lola Gaos inmortalizando la escena.

 

jueves, 1 de agosto de 2024

Desnudo

    El cantante francés Philippe Katerine hace un elogio del nudismo en la canción “Nu” (desnudo) que interpretó en la ceremonia de inauguración de los JJOO de París 2024, con una escenografía que ha sido tachada de satánica y anticristiana, porque ridiculizaba al parecer la Última Cena de Leonardo da Vinci, haciendo una parodia transexual, lo que ha ofendido a la iglesia católica francesa, ha hecho que el Comité Olímpico Internacional retire el vídeo, y ha motivado también la protesta de Universitarios Cristianos españoles, que han publicado un tuit con una coma superflua entre sujeto y predicado Mi Fe, (con mayúscula honorífica) no es un juego. Y el jástag “BastaDeOfensas, tachando con una triste cruz cristiana los aros multiculores olímpicos.
-La letra de la canción: Comienza preguntándose si habría guerras estando todos desnudos y dónde se podría esconder un revólver estando todos desnudos. Claro que hay un sitio por donde podría meterse pero no parece una buena idea. Continúa afirmando que no habría ricos ni pobres, y que habría que vivir tal y como vinimos al mundo: desnudo, completamente desnudo (lo que se repite varias veces a modo de estribillo), como los animales, nosotros que nos parecemos tanto a monos abrigados o a pelícanos con sombreros -lo que en español resuena absurdo, igual que en francés, pero allí es una rima fácil: manteaux y chapeaux-. Continúa diciendo que no habría habido nunca guerras si hubiéramos permanecido desnudos y que todos seríamos hermanos y hermanas si estuviéramos desnudos, para acabar diciendo: Vivamos como vinimos al mundo, desnudos, completamente desnudos... He aquí la interpretación del cantante al piano y de la canción en el videoclip oficial:
    

 

-La escenografía de los JJOO: En la ceremonia de inauguración el cantante Fhilippe Katerine aparece semidesnudo, teñido de azul, personificando a Dioniso, el dios griego del vino y de la bacanal y parodiando con dieciocho artistas -entre ellos varias transexuales, drag queens o reinas del arrastre miembros de Drag Race France- posando detrás de una larga mesa similar a la representación de Jesús y sus doce apóstoles en la Última Cena de Leonardo da Vinci. En un enfoque favorable a la inclusión sin precedentes en una ceremonia de esta índole las drag queens ocuparon un lugar central, destacando el papel vibrante e influyente de la comunidad LGBTQ+ de Francia. Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París se disculparon con los católicos y otros cristianos que se sintieron ofendidos por la burda parodia de la famosa obra de Leonardo da Vinci La Última Cena, donde los apóstoles han sido sustituidos por transexuales y Jesucristo por Dioniso o Baco.  No obstante, el director artístico de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, negó haberse inspirado en La Última Cena de Da Vinci.

    Y es que si examinamos bien la escenografía, parece más haberse inspirado en una bacanal, con Dionisio incluido, con guirnalda de flores en la cabeza y taparrabos, intentando reflejar la permisividad sexual francesa, que en la última cena de Jesús.


    La parodia podría recordar, mucho mejor que a la última cena de Leonardo, a este óleo, muchísimo menos conocido, del pintor neerlandés Jan van Bijlert titulado La fiesta de los dioses, pintado entre 1635 y 1640, que representa el banquete nupcial de las bodas de Tetis y Peleo, los futuros padres de Aquiles donde la figura central que preside la mesa es el dios Apolo, coronado con luminosidad solar y acompañado de su lira, que está rodeado por los dioses olímpicos grecorromanos: a su izquierda: Minerva, Marte, Diana y Venus, acompañada de Cupido,  detrás de los que se encuentra Flora, la diosa de la primavera. A su derecha se hallan Hércules, con su maza inconfundible, y Neptuno, con su típico tridente. En la extrema derecha, la Discordia ha depositado su célebre manzana. Faltan algunos dioses en el lienzo, lo que sin duda se debe al corte que sufrió en su parte izquierda, como sugiere la presencia del pavo que simboliza a Juno. 

La fiesta de los dioses, Jean van Bijlert (1635-40)