lunes, 17 de abril de 2023

Era mentira

    La industria farmacéutica, ávida de vender sus productos, ya sean medicamentos, tratamientos o vacunas, crea enfermedades imaginarias ad hoc. El fenómeno, denominado disease mongering en la lengua del Imperio, es muy sencillo. Consiste en considerar patológicos procesos completamente naturales como pueden ser el envejecimiento, la menopausia, la hiperactividad... Otro procedimiento, algo más sofisticado, consiste en rebajar los niveles aceptables que definen la normalidad. 
 
    Si, por ejemplo, hace veinticinco años se consideraba aceptable un nivel de colesterol total en sangre inferior a 250 mg/dl, hoy se considera que debe ser inferior a 200 mg/dl, rebajándose considerablemente los límites de lo que se considera normal, por lo que si rebasamos ese límite incurriremos en lo que se ha denominado hipercolesterolemia, aumentando el futuro riesgo cardiovascular. Si se nos diagnostica el susodicho exceso de colesterol en sangre, tendremos que introducir cambios en la dieta, hacer ejercicio y sobre todo medicarnos.
 
    Pero hemos vivido en los últimos tres años un procedimiento mucho más sofisticado de creación de una enfermedad imaginaria previamente inexistente conocida con otro nombre. No se trataba de convencer a personas que estaban en buen estado de salud de que estaban enfermas, como en los casos anteriores, sino de que podían estarlo y contraer una enfermedad que las llevaría a la muerte, dada la malignidad y contagiosidad del agente provocador, que estaba en el aire que respirábamos y en todas las superficies, por lo que había que usar guantes y lavarse compulsivamente las manos, usar mascarillas tanto en espacios exteriores como interiores, y evitar el contacto personal con nuestros semejantes, dado que todos -no se libraba ni Dios- podíamos ser contagiosos. 
 

 
    El éxito de este procedimiento lo garantizó la puesta en circulación del oximoro: enfermo asintomático. La existencia del mortífero y novedoso patógeno que provocaba una enfermedad desconocida con infinidad de síntomas era delatada no por sus síntomas y consecuencias, sino por una prueba de laboratorio completamente fraudulenta, la dichosa PCR, que nunca puede tener un carácter diagnóstico, pero cuyo resultado positivo obligaba al aislamiento sin ningún tratamiento médico.
 
    El síntoma de que uno había contraído la peligrosa enfermedad era precisamente la ausencia de síntomas, algo que repugna al sentido común, pero que fue creído a pie juntillas como si se tratara de un dogma científico precisamente por lo absurdo que era. Se hacía así realidad la divisa aquella atribuida a Tertuliano, el apologeta de la fe cristiana, del credo quia absurdum (lo creo por lo absurdo que es), que él formuló con otras palabras: credibile quia ineptum est (se puede creer porque es ilógico).
 
    Por lo demás, se nos hizo creer que había desaparecido como por arte de magia de la faz de la tierra la ya vieja gripe a principios de 2020, cuando hacía su aparición estelar la presunta nueva enfermedad desconocida para la que no había tratamiento alguno disponible. Era mentira. 
 

     El caso es que basándose en unos cálculos probabilísticos erróneos, se inventa una enfermedad para la que se dice que no hay tratamiento porque es nueva y desconocida, y se atribuye a un virus supuestamente nuevo, el SARS-CoV-2, del que todavía se discute si es de origen natural o artificial y creado en un laboratorio, cuestión bizantina donde las haya, porque lo que no se discute es si realmente ese virus es tan novedoso como dicen, o es el viejo virus de la gripe de toda la vida. 
 
    Como afirma el doctor Mike Yeadon en un importante artículo publicado en The conservative woman el 22 de marzo pasado, la novedad del virus era un bulo: “Esta mentira es que alguna vez ha estado en circulación un nuevo virus respiratorio que, de manera crucial, causó enfermedades y muertes a gran escala. De hecho, no lo ha hecho.” 
 
    Si no había un virus novedoso y asesino, qué argucia no sé si más propia de la Inteligencia Artificial o de la Natural, hacernos creer que sí lo había, enredándonos en la discusión propia de los sabios de Bizancio sobre si el dichoso agente patógeno era natural y fruto de una zoonosis o artificial y resultado de una fuga de un laboratorio de investigación virológica con ganancia de función. 
 
 

domingo, 16 de abril de 2023

Cada vez más tontos

   Cada día que amañece, a recua dos parvos crece, dicen los gallegos, o sea: cada día que amanece, la recua de tontos (o la grey de los lerdos) crece.  El número de mentecatos es infinito como el de las estrellas del cielo o las arenas de la mar y los desiertos. Un estudio científico de una prestigiosa universidad norteamericana viene a corroborarlo: el atontamiento de nuestra sociedad, gracias a las nuevas tecnologías, es un hecho consumado y demostrado.

 

 

    El lema oficial de la prestigiosa Universidad de Northwestern (Illinois), fundada en 1851, certifica y avala el estudio: “quaecumque sunt vera”, que quiere decir en latín Todo lo que es verdadero, tomado al parecer de las sagradas escrituras, en concreto de la Epístola a los Filipenses (4:8) que san Pablo escribió a los cristianos de la diócesis griega de Filipos: “Por lo demás, hermanos, pensad en todo lo que es verdadero”. (De cetero fratres, quaecumque sunt vera, [...] cogitate). 


    En griego se puede leer además: ὁ λόγος πλήρης χάριτος καὶ ἀληθείας, tomado al parecer del evangelio de san Juan, divinas palabras, que diría Valle-Inclán, que comienza: En el principio era el Verbo... Y el Verbo, que estaba "lleno de gracia y de verdad", se hizo carne y habitó entre nosotros. 

     El estudio llevado a cabo por la Universidad del Noroeste se basó en una prueba de personalidad realizada en línea al parecer a unos cuatrocientos mil estadounidenses, y la conclusión, generalizando el resultado a todo el planeta, es que el cociente o coeficiente de la inteligencia natural humana está decreciendo pavorosamente.

   Los gobiernos y los políticos globales esperan poder remediar esta situación aplicándonos la Inteligencia Artificial, que, como ilustra irónicamente Vallot, va a hacer que cambien nuestras vidas, pero resulta que, como suele suceder las más de las veces, es peor el remedio que la enfermedad.

 

    Ya hablamos de ello en El arcón, en concreto en la entrada La gran amenaza, por lo que este fenómeno no debería sorprender a los escasísimos lectores.   

viernes, 14 de abril de 2023

Marginalia

A las doce en punto comienza la Rompida de la Hora con estruendoso redoble de bombos y tambores, pero la hora que marca el despótico reloj nunca se quebranta. 
 
Voy al médico, que de algo tiene que vivir, luego al boticario, que de algo tiene que vivir; cuando llego a casa, tiro los fármacos: también yo tengo que vivir.  
 
La psicología positiva que predica que la felicidad es una elección personal culpabiliza al desdichado individuo y exculpa así a la sociedad de su desgracia.
 
No te creas todo lo que piensas, (addendum: pero no dejes por ello de pensar y de descreer, que donde no cabe la duda acaba siempre entrando y colándose la fe).

Una letra y el acento diferencian las voces griegas fármacon y farmacós; al primero lo llamamos veneno o medicina, según la dosis; al otro, víctima expiatoria.
 
 Se me fue el santo al Cielo, a donde va el nombre propio a parar y van a dar todos los nombres de los santos y santas que en el mundo han sido, al santoral.
 

 ¿Cuándo muere un ser vivo, o sea un mortal, cuando aún está vivo o cuando ya está muerto? Si no muere ni en uno ni en otro momento, no hay muerte que nos valga. 
 
Nadie en su sano juicio y condiciones normales habría aceptado nunca el encierro domiciliario, por lo que se esgrimió la falsa coartada de emergencia sanitaria.
 
 El director médico de ModeRNA, tras el éxito, según él, de la vacuna masiva contra el coronavirus, pronostica para el futuro la personalizada contra el cáncer.
 

 ¡Loada sea la Industria de la Gran Farmacopea de la ingeniería del ARN mensajero que, salvando millones de vidas, tantos éxitos presentes y futuros nos depara! 
 
Lo bueno de cualquier futuro que imaginemos es que no va a ser nunca exactamente como lo habíamos temido o deseado, por lo que acabará siempre sorprendiéndonos.
 
Sucedió de verdad una vez: No lo olviden las generaciones de hombres, mujeres y transexuales venideras. Se casaban y besaban enmascarados, y así se retrataban.
 
 
 Lo que la ciudadanía no aceptaría nunca en condiciones normales, alterando dichas condiciones merced a una declaración de emergencia, lo admite y hasta invoca.

jueves, 13 de abril de 2023

Chateando con ChatGPT

Ella (llamada GPT, que es abreviatura de Generative Pretrained Transformer, es decir, Tran(s)formadora -con el exitoso prefijo tra(n)s- de transhumano y transexual- Preentrenada Generativa o, mejor, Generadora o quizá Engendradora, con voz femenina de Inteligencia Artificial Abierta) -¡Hola! ¿Le puedo ayudar en algo?

Yo.- Compón un hendecasílabo, por favor.

Ella. -En la noche oscura del alma me encuentro.

Yo.- El verso me suena a plagio de San Juan de la Cruz y su mística Noche Oscura del Alma.

Ella.- ¡Pido disculpas si te hice pensar eso! En realidad, la frase "noche oscura del alma" es una expresión muy utilizada en la literatura y en la poesía, especialmente en la poesía mística. Es cierto que San Juan de la Cruz escribió un poema muy famoso con ese título, pero mi intención no fue plagiarlo. Si mi verso te hizo pensar en él, me alegra porque eso significa que mi poesía evoca la obra de grandes poetas y escritores. Pero insisto en que mi intención no fue plagiar a San Juan de la Cruz. ¡Gracias por tu comentario! 

Yo.- Bien, pero tengo que corregirte: El verso tiene doce sílabas métricas y catorce gramaticales, luego no es un hendecasílabo: no tiene once sílabas.

Ella.- Tienes razón, me equivoqué en mi respuesta anterior. Aquí te dejo un endecasílabo: -La luz del sol acaricia mi piel.

Yo. (Doy por válido el verso porque aunque tiene diez sílabas gramaticales cuentan como once métricas ya que termina en sílaba tónica al ser la última palabra aguda). -¿Es original tuyo?

Ella.- Ups (sic). Por favor, inténtelo de nuevo más tarde. (De tutearme ha pasado a ustedearme de golpe y sopetón)

(...)

Yo. -¿Es original tuyo el hendecasílabo “la luz del sol acaricia mi piel”?

 Ella.- Como modelo de lenguaje, soy una inteligencia artificial. El ejemplo que proporcioné es una combinación de palabras comunes y utilizadas en la literatura, por lo que puede que haya sido empleado en algún momento por algún escritor. Pero no tengo conocimiento de su origen exacto. Mi función es proporcionar ayuda en la creación de contenido original, así que si deseas, puedo ofrecerte algunas sugerencias de cómo crear tus propios versos endecasílabos. 

Yo.- Sí, me gustaría mucho.

Ella.- ¡Claro! Aquí te dejo algunas sugerencias sobre cómo crear versos endecasílabos (Y me da cinco consejos de manual elemental de métrica de cara a componer más que hendecasílabos castellanos el inevitable pentámetro yámbico inglés, me da la sensación: que cuente las sílabas, que escuche las palabras al pronunciarlas, que haga varias combinaciones, que piense en patrones de acentuación, especialmente en el ritmo yámbico del hendecasílabo y en último lugar, copio y pego, algo muy típico y tópico:)  Busca inspiración en la naturaleza: La naturaleza es una fuente inagotable de inspiración. Puedes crear versos endecasílabos que describan la belleza del mar, cielo, flores, atardeceres, entre otros. Espero que estas sugerencias te hayan ayudado a crear tus propios versos endecasílabos. ¡Disfruta del proceso y buen trabajo! Si necesitas más ayuda en el futuro, no dudes en preguntar.

Yo.- ¡Gracias!

Ella.-¡De nada! ¡Que tengas mucho éxito en tus creaciones poéticas!

Yo.- Espera un poco, por favor. ¿Podrías componerme un haiku?

Ella.- ¡Claro que sí! Aquí te dejo uno: "Entre las hojas / canta el ruiseñor su canto / de amor y gozo". Espero que te guste.

Yo. -Sí, mucho. (No le digo que el haiku tiene una estructura de 5, 7 y 5 sílabas gramaticales, y que el ejemplo que me ha puesto es de 5, 8 y 5, y que me gusta más: Canta el ruiseñor / en la jaula su canción / huérfano de amor). 

miércoles, 12 de abril de 2023

Bakunin y la biología

    Leo con interés las notas de “Releyendo a Bakunin”, que escribe la historiadora y autora de varios libros y artículos sobre anarcosindicalismo y anarcofeminismo Laura Vicente en su blog “Pensar en el margen”. 
 
     Cuenta Laura Vicente que había leído “Dios y el Estado” (1871) del anarquista ruso a los 20 años, y que, releído ahora, cuarenta años después, le había resultado más fructífera esta segunda lectura que aquella juvenil. 
 
    De sus notas, me llama la atención especialmente la contraposición que establece Mijail Bakunin entre “vida” y “ciencia”, y su apuesta por la primera en detrimento de la segunda. La palabra 'biología', como se sabe, es un compuesto de origen griego que contrapone ambos términos: bio 'vida' y logía 'ciencia', como si fuera sencillo saber qué es la vida. Pues bien, define el anarquista ruso la vida como la verdadera escuela del hombre, y la contrapone a la “ciencia”, tan admirada en el siglo XIX, a la que considera “la brújula de la vida, pero no la vida”. 
 
Bakunin, fotografiado por H.-A. Boissonnas (1876)
 
 
    Copio la cita: “La vida es fugitiva, pasajera, pero también palpitante de realidad y de individualidad, de sensibilidad, de sufrimientos, de alegrías, de aspiraciones, de necesidades y de pasiones. Es ella la que espontáneamente crea las cosas y todos los seres reales”. Y llama mi atención esta consideración de Bakunin que cita Laura Vicente: “...la ciencia tiene por misión única esclarecer la vida, no gobernarla”. 
 
 Su rechazo a esa posibilidad, comenta la autora del blog a este propósito, es contundente cuando señala que el gobierno de la ciencia y de los hombres de ciencia, no puede ser sino impotente, ridículo, inhumano y cruel, opresivo, explotador, malhechor. Se puede decir que los hombres de ciencia «no tienen ni sentido ni corazón para los seres individuales y vivientes».  Bakunin intuye «que el gobierno de los sabios, si se le deja hacer, querrá someter a los hombres vivos a experiencias científicas», y todavía va más lejos al afirmar que si los sabios, los expertos, diríamos hoy apostillo yo, no pueden hacer experiencias sobre el cuerpo de los hombres, no querrán nada mejor que hacerlas sobre el cuerpo social y he ahí lo que hay que impedir a toda costa. 
 
 
    Bakunin parece presentir algo obvio en nuestro siglo XXI, como subraya Laura Vicente, que la biopolítica, como se ha dado en llamar, es decir, el ejercicio del poder, con la inestimable ayuda de la ciencia, sobre la vida de los individuos y las poblaciones, sería una realidad. Y puesto que para los «seres reales, compuestos no solo de ideas sino realmente de carne y sangre, la ciencia no tiene corazón», Bakunin afirma que lo que «predico es, pues, hasta un cierto punto, la rebelión de la vida contra la ciencia, o más bien contra el gobierno de la ciencia. No para destruir la ciencia (…) sino para ponerla en su puesto, de manera que no pueda volver a salir de él».  De hecho, hace tiempo que salió, concluye la nota de Laura Vicente.
 
   Bakunin desconfiaba de la ciencia y por ello del gobierno de la ciencia, al que estamos sometidos, y lo hemos estado especialmente durante los dos años de covid que hemos sufrido, 2021 y 2022, en los que se nos impuso la fe en la ciencia, como si fuera la nueva religión, olvidando que lo propio de la ciencia, a diferencia de las religiones, es la duda, no la fe. 
 
Nietzsche, fotografiado por G.-A. Schultze (1882)
 
     Respecto a la contraposición "Dios" y el "Estado" que hace Bakunin, será preciso esperar a Nietzsche y a su novela filosófica "Así habló Zaratustra", (1883), donde se establecerá la muerte de Dios y la aparición del Nuevo Ídolo: En algún lugar existen todavía pueblos y rebaños, pero no entre nosotros, hermanos míos: aquí hay Estados. ¿Estado? ¿Qué es eso? ¡Bien! Abridme ahora los oídos, pues voy a deciros mi palabra sobre la muerte de los pueblos. Estado se llama el más frío de todos los monstruos fríos. Es frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: «Yo, el Estado, soy el pueblo.»

martes, 11 de abril de 2023

Trabajo

    En el país vecino algunos trabajadores se han suicidado sin causa exterior aparente. El Gobierno galo buscó una razón para los suicidios y los atribuyó a problemas psicológicos personales. No es así. En realidad los suicidios son un grito de revuelta ante una situación que nos desborda y de la que no podemos escapar. Un trabajador en medio de una reunión se clavó un cuchillo en el abdomen. En realidad nos estaba dando una puñalada a todos, a la opinión pública, al mundo. Quería que viéramos lo que no queremos ver: que él es nosotros mismos, que nosotros mismos somos él. 
 
    Los sindicatos obreros han luchado por reducir el número de horas y aumentar los salarios y, en menor medida, controlar las condiciones de trabajo, y últimamente en Francia para que no se suba la edad jubilosa de la liberación del trabajo de los 62 años actuales a los 64, pero no han tocado el problema esencial, que es la existencia del trabajo mismo. Se diría que han colaborado en la mejora humanitaria de las condiciones laborales, pero no en la destrucción de lo que nos hace infelices: el trabajo. Es como si hubieran servido, paradójicamente, para lo contrario de lo que querían, para perpetuar la esclavitud humanizándola, en lugar de liberarnos de ella. 
 
 
    El trabajador y el patrón eran antaño dos personas distintas, ahora se da el caso de que en muchos casos son la misma persona. Si yo trabajo para mí mismo, podría decir que soy autónomo, pero también puedo decir que no soy tan independiente, porque no soy uno: me he dividido esquizofrénicamente en dos y yo soy a la vez mi jefe y mi empleado, por lo que estoy trasladando el escenario de lo que los marxistas llamaban la lucha de clases al interior de mí mismo. 
 
    El trabajador ha sido transformado en una especie de empleador de sí mismo. Ya no hay lucha de clases fuera de uno mismo. Pero el capital -ahora en forma financiera- y el trabajo siguen estando ahí, y el conflicto se ha trasladado al alma del individuo, y este conflicto -irresoluble, esquizofrénico- es el que lleva a explotar, al no puedo más del suicidio. 
 
    Frente a esto sólo nos queda reivindicar la figura intelectual de Paul Lafargue, y gritar con él: VIVA EL DERECHO A LA PEREZA, que trabajen las máquinas. Ni trabajar para vivir, ni vivir para trabajar, sino todo lo contrario. El trabajo mata: No te mates trabajando, no te mates a trabajar.

lunes, 10 de abril de 2023

Jaicus y tancas de abril

“Je est un autre” (Arthur Rimbaud) 
Yo soy otro que es 
diferente del que soy, 
distinto de mí.
 oOo 
 

¡Cuánta variedad
en el centro comercial
de la mismidad! 

oOo
La fe que perdí
pérdida grande no fue:
 fue lo que gané.
 
oOo
Pensar no es creer, 
es negar lo que se cree,
y es más: descreer. 


oOo
 Primavera ya,
según la publicidad, 
en el Corte Inglés.
 
oOo
 Mandar es mentir, 
gobernar es engañar 
hasta intimidar.
 
oOo
 Volando se van,
las ideas se me van 
con el vendaval.
 Y yo las dejo marchar 
echado a volar detrás. 
 
oOo
Es mi obligación, 
mi única obligación, 
ser a mi mismo fiel; 
mas no he de cumplirla yo, 
testarudamente infiel. 
 

oOo
 
Al atardecer
al estaque se lanzó
la garza real.
Vivo ningún pez quedó,
la silueta gris voló.

oOo
 
 
Si tú no estás, 
me adentro en un abismo 
de soledad. 
 
Si no estás tú, 
me abismo, oh soledad, 
en tus adentros. 
 
Si tú no estás, 
me adentro en la soledad
 de los abismos. 
 
Si no estás tú, 
se abre el abismo, y me entra
la soledad. 
 
 

domingo, 9 de abril de 2023

Pareceres (XIX)

91.- Un conocido actor profesional, cuyo nombre propio omito porque ningún antropónimo debería importarnos mucho, y porque lo que dice podría decirlo cualquiera que se dedicara a su oficio, confiesa que se hizo actor para poder huir de sí mismo... La ventaja de ser actor profesional o simple amateur del teatro es que podemos vivir otras vidas y descubrir en nuestras propias carnes lo absurdas y falsas que son y, de rechazo, descubrir también lo absurda y falsa que es la nuestra propia. Se hace patente así que no vivimos, que representamos, sin saberlo, un papel sobre las tablas en el teatro del mundo, un guion que está escrito y que, por lo tanto, no somos como creíamos, ay, los protagonistas de nuestra biografía, sino títeres, comparsas. Nuestra vida no es ni “nuestra” ni “vida”, porque ni somos tan nuestros ni estamos tan vivos como creíamos: 'esto no es vida', como reconoce la gente cuando deja que hable por su boca lo de dentro.


92.- Parafraseando al llorado Pierre Bourdieu, de bendita memoria: La producción económica no funciona si no genera entre los consumidores y contribuyentes, en primer término, la creencia en el valor de los productos económicos mismos, lo que testimonia el hecho de que el dinero destinado a crear la necesidad y publicidad de un objeto de consumo sea mayor a veces que el dedicado a la propia producción, y, además, la creencia en el valor de la producción misma, que pasa a considerarse una bendición, un negotium, que es lo contrario del otium, malinterpretándose éste como carencia de lo otro y enrevesándose el asunto: es el negotium, como muestra la etimología de las palabras, la negación del otium, el trabajo la carencia o privación del ocio, y no a la inversa.

93.- Si te defines como lo contrario de algo, estás siguiendo como modelo, mal que te pese, el patrón que querías evitar. De tanto fijarte en tu enemigo, acabas pareciéndote a él. Así, muchos heterodoxos se rebelan contra la ortodoxia establecida, y, una vez en el poder, hacen de su heterodoxia una nueva ortodoxia, instaurando una nueva casta y un nuevo dogma sangriento de fe.

94.- La semana laboral de 35 horas, el fin de semana de tres días, la seguridad social universal, la jubilación a los 60 años, el salario social a partir de la mayoría de edad a los 18 años, la paridad hombre-mujer... son conquistas sociales y medidas reformistas y, si se quiere, progresistas: contribuyen a “humanizar” el capitalismo, bastante inhumano, y, por lo tanto, no nos engañemos, a reforzarlo a fin de perpetuarlo. 

Lo que quiere el pueblo: "El pueblo quiere la caída del régimen".

95.- La tolerancia es una forma de control más efectiva que la censura del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, más que Torquemada. En efecto, el régimen actual lo tolera todo, a fin de controlarlo: hay libertad de expresión. Se puede decir cualquier cosa y en cualquier registro lingüístico, porque todo se reduce a opinión personal, incluso la voz de la razón, que, cuando por fortuna asoma, se silencia como un voto más, una opinión más en este sistema democrático de dominio. El hecho de que no haya un índice de libros prohibidos como antaño es la mejor manera de prohibirlos, esto es, de tenerlos alejados etimológicamente hablando, de las jóvenes generaciones, exorcizando su peligro.

sábado, 8 de abril de 2023

De la invención de enfermedades y de las presiones de la Industria Farmacéutica (y II)

     2º.- De las presiones de la Industria Farmacéutica:

    Más jugosa, si cabe, resulta la entrevista que el presentador estrella de la Sexta, Jordi Évole, le hace dentro del mismo programa, que puede verse completo aquí, al que fuera Director General de Salud Publica del Ministerio de Sanidad y Política Social de 2008 a 2013, durante el gobierno de Rodríguez Zapatero,  el señor Ildefonso Hernández a propósito de la epidemia que no cuajó como pandemia de la Gripe A. (Transcribo sólo desde el minuto 30 hasta el 33, pero toda la entrevista es bastante enjundiosa y no tiene desperdicio).

Entrevistador. -Tú eras el Director General de Salud Pública en un momento crítico como cuando surgió el tema de la Gripe A.

Ildefonso Hernández. -Sí.

Entrevistador.-¿Recibisteis muchas presiones para comprar la vacuna de la Gripe A?

Ildefonso Hernández. -Bueno, había presiones por todos los lados. Había la presión hasta de los medios de comunicación, la pregunta de si va a haber vacunas para todos. Había la presión a nivel de la Unión Europea porque había países productores en algún caso que fomentaban el que la decisión conjunta fuera comprar el cien por cien de vacunas, es decir, vacunas para el conjunto de la población. Y había presiones desde distintos ángulos.

 Entrevistador.-¿Recibiste presiones en ese momento por parte de la industria farmacéutica?

Ildefonso Hernández. -Las empresas farmacéuticas querían conseguir la máxima rentabilidad de su vacuna pandémica. Por lo tanto, lo que querían era acelerar los contratos, conseguir el número máximo de vacunas, poner alguna cláusula que tal vez... por ejemplo, los efectos sec-... adversos de la vacuna no fueran responsabilidad del laboratorio...

Entrevistador. -Ah o sea además: estar con las manos limpias si pasaba algo.

Ildefonso Hernández. --Bueno, cada uno intenta pues poner las cláusulas que cree convenientes para sus intereses.

Entrevistador.-Y esa no coló.

Ildefonso Hernández. -No.

Entrevistador.-¿Costó que no colase?

Ildefonso Hernández. -Bueno siempre, estas cosas cuestan siempre, sí.

Entrevistador.-¿Cuánto dinero público nos gastamos al final en prevenir la famosa gripe A?

Ildefonso Hernández. -En conjunto unos en torno a los 98 millones de euros.

Entrevistador.-¿98 millones de euros que fueron a parar a un laboratorio farmacéutico?

Ildefonso Hernández. -No, a varios.

Entrevistador.-A varios, se lo tenían repartido. Y con todas esas vacunas que no se pusieron ¿qué se hizo?

Ildefonso Hernández. -Bueno, todos los fármacos, cuando no se utilizan, después se destruyen. 

Entrevistador.-A toro pasado sobre el tema de la gripe A, ¿tú crees que la industria os coló un gol como gobierno?

Ildefonso Hernández. -(Silencio significativo y meditativo)... No estoy seguro... Yo lo que he aprendido de esta situación es que casi todas las instituciones que están implicadas tienen que revisar su funcionamiento y tienen que mejorar su imparcialidad y su independencia, empezando por la Organización Mundial de la Salud...

Entrevistador.- ...Que ahí no estuvo muy independiente.

Ildefonso Hernández.- Bueno, la persona que era la responsable del programa Gripe de la Organización Mundial de la Salud después pasó a la Industria. De hecho es una persona que me contactó como unos seis meses antes de la pandemia de Gripe A, ofreciéndome vacunas prepandémicas... Y me dijo doctor Hernández, no sé si se acuerda de mí que yo estaba en la OMS y ahora estoy en tal empresa y tenemos unos productos que pueden ser interesantes...

Entrevistador.- ¡Qué bien!, ¿no?

Ildefonso Hernández.- Bueno, es sorprendente.

viernes, 7 de abril de 2023

De la invención de enfermedades y de las presiones de la Industria Farmacéutica (I)

    El siete de abril de 2013, hace ahora la friolera de diez años -¡y lo que ha llovido pese al cambio climático desde entonces, sobre todo en los últimos tres años!- se emitía un memorable reportaje televisivo titulado “Sobremedicados” dentro del programa “Salvados” en La Sexta que todo el mundo parece haber olvidado enseguida durante la pandemia coronaviral. 

    Se decía, como anuncio del programa, que España era el segundo país que más medicamentos (se sobreentiende que sin ninguna necesidad) consumía del mundo. Para averiguar si era responsabilidad del paciente, del médico o de la industria, el presentador estrella de esa emisora, Jordi Évole, entrevistaba a diversas personalidades. 

    Aparte del interés del reportaje en general, -el programa completo para quien le interese puede verse aquí- quisiera destacar dos puntos fuertes de rabiosa actualidad, como suele decirse: El catedrático de farmacología Joan Ramon Laporte afirmaba que muchas enfermedades actuales se habían inventado (y exagerado) con la única finalidad de vender medicamentos, lo que técnicamente se denomina en la lengua del Imperio disease mongering, e Ildefonso Hernández, exdirector nacional de salud pública, contaba la presión que durante la pandemia de gripe A sufrió de las farmacéuticas.

1º.- De la invención de enfermedades: 

"La industria farmacéutica se inventa enfermedades"
 
        (Transcribo literalmente de la entrevista).

Entrevistador: ¿Es verdad que se inventan enfermedades?

    Laporte. -Sí, se inventan y se exageran. Con el colesterol a principios de los años 90 el nivel normal estaba muy alto en 290, en el año 94 ó 95 se reúne un comité de expertos norteamericano y dicen que no, que el nivel normal no es de 290, es de 270. 

Entrevistador (le interrumpe): -Van bajando los niveles. 

    Laporte.- Con lo cual ya calcularon que en vez de tener once millones de ciudadanos en Estados Unidos que tenían que tomar las pastillas para el colesterol, al bajarlo ya subieron a treinta millones. La cuestión es esta gente que nos recomiendan, estos especialistas quiénes son. ¿Tienen lo que llamamos conflictos de intereses? [Eran nueve miembros, de los cuales ocho tenían conflictos de intereses. Y se define el conflicto de intereses como “cobrar de una sola compañía un mínimo de diez mil dólares en el año -si cobras nueve mil no tienes conflicto de intereses- o tener cuarenta mil dólares en acciones de esta compañía -si tienes treinta mil ya no tienes conflicto de intereses-. Entonces] de los nueve miembros del comité, hubo ocho que declararon conflictos de intereses de este tipo que te estoy diciendo. Uno tenía con diez compañías farmacéuticas. El presidente del comité era el que tenía más conflictos. 

Entrevistador (Interrumpe para aclarar): -Uno de los que había ido bajando los niveles de colesterol.

    Laporte: -Personas que obtienen de las compañías farmacéuticas unas cantidades de dinero que pueden llegar a ser superiores a sus propios salarios son los que escriben las recomendaciones sobre cómo usar los productos de estas compañías.


Entrevistador: ¿Cuando un medicamento sale al mercado se tienen en cuenta los efectos secundarios que puede tener ese medicamento?

    Laporte: -Cuando un medicamento sale al mercado, normalmente se conocen poco los efectos secundarios. De hecho, de cada veinte medicamentos que se comercializan en los últimos quince años ha habido que retirar de cada veinte cuatro, ha habido que retirarlos del mercado al cabo de un tiempo.

Entrevistador: ¿Por qué?

    Laporte: -Entre unos meses y unos años... porque producían efectos indeseados e inaceptables demasiado graves que no habían sido conocidos antes de su comercialización (…) Hemos tenido en España entre 1995 y 2004 ó 2005 unos dieciocho mil casos de cáncer de mama que han sido causados por lo que llamaban “tratamiento hormonal sustitutivo”, hormonas, estrógenos y progestágenos que se daban a la mujer y todavía se dan a algunas mujeres después de la menopausia y que entonces se promovieron fuertemente como la fuente de la juventud eterna etc.

Entrevistador. -Puede  haber gente que nos esté viendo y que esté pensando:  este tío es un “exagerao”.

    Laporte.- Bueno, yo soy miembro del cuadro de expertos de la OMS y de evaluación de medicamentos desde hace veinte años y me han prorrogado para cinco o seis años más, he presidido el comité de medicamentos esenciales de la OMS, que es el comité técnico de mayor altura técnica que la OMS ha reconocido por la propia organización, soy alguien a quien se escucha a nivel internacional y también nacional...

Joan-Ramon Laporte Roselló, en su comparecencia ante el congreso (2022).

    Resulta interesante, en definitiva, que no sólo un filósofo como Giorgio Agamben hable de la invención de la pandemia, sino también un científico como el farmacólogo Joan-Ramon Laporte Roselló, al que recordamos porque  a propósito del virus coronado, denunció en su comparecencia ante el Congreso de Diputados que las vacunas contra la COVID-19 no evitaban las muertes, cosa que, por supuesto fue desmentida, por la pretendida agencia de verificación Newtral, a la que se le ve el plumero ya que de neutral no tiene nada, pese a su nombre, pues es bastante parcial y escorada hacia los intereses de la Gran Farmacopea.