martes, 21 de marzo de 2023

Dos latinajos

    Corruptissima re publica plurimae leges, escribe Tácito a propósito del afán legislativo del Estado, que Moralejo en su espléndida traducción vierte al castellano como “en una república corrompida a más no poder se multiplicaron las leyes”. Denunciaba Tácito así que ya no se legislaba para todos (in commune), sino contra particulares (in singulos homines), por lo que proliferaban las leyes en número exorbitantemente creciente. 
    
 Viene la frase en nuestros días a denunciar que cuantas más leyes hay, más corrupción habrá en el seno, es decir en las cloacas del Estado, estableciéndose una relación proporcional: a más leyes, más corruptelas, por aquello que dice la gente de que el que hace la ley hace la trampa para saltársela. La emisión de nuevas reglas, procedimientos, disposiciones, ordenanzas y cualquier tipo de normativa o protocolos, que en su mayoría son absurdas e inaplicables, es cosa de todos los días. Su cumplimiento es tan difícil que se crean enseguida espacios apropiados para la transgresión. 
 
    Y llegamos así al otro latinajo, un poco más largo, que es una definición de la ley, que establece una metáfora muy significativa que Valerio Máximo le atribuía a un bárbaro, el escita Anacarsis: Lex est araneae tela, quia si in ea inciderit quid debile, retinetur; graue autem pertransit tela rescissa. Lo que viene a decir: La ley es una tela de araña porque si algo débil cae en ella lo retiene; pero lo grave se escapa una vez rasgada la tela. 
 
 
    Es algo que sabe todo el mundo: las leyes están para penalizar las pequeñas infracciones, como la telaraña, que captura moscas y mosquitos, pero deja escapar impunes las grandes infracciones, como los abejorros y moscones, que se libran de la tela de araña, destruyéndola y burlándola. Venía así a decir algo que sabe la gente. 
 
    Una copla de La vuelta de Martín Fierro de José Hernández se hace eco de este latinajo: La ley es tela de araña / -en mi inorancia lo esplico-. / No la tema el hombre rico; / nunca la tema el que mande; / pues la ruempe el bicho grande / y sólo enrieda a los chicos.
 
    Si seguimos la metáfora de Anacarsis de que las leyes de un Estado son como las telarañas, el Estado sería el arácnido que ha tejido su red para atrapar a sus presas y engullirlas. Y si relacionamos esto con el primer latinajo: a más leyes, más trampas y más corrupción.

lunes, 20 de marzo de 2023

Un cuarto de millón de muertos antes de tiempo (en el Reino Unido)

    El veterano semanario británico The economist, que se considera a sí mismo free thinking for free thinkers, es decir, 'librepensamiento para librepensadores', ni más ni menos, lo que no es poco, pero no es verdad -en todo caso, 'liberal' en el sentido económico y político del término, pero no 'libre', ni 'pensamiento' tampoco-, da el siguiente dato escalofriante: entre 2012 y 2022 setecientos mil británicos murieron antes de la cuenta, es decir, antes de lo estadísticamente esperado. 
 
    Gran Bretaña habría visto que la esperanza de vida de sus súbditos y contribuyentes se habría ralentizado, estancándose y afectando a todos los grupos de edad, y especialmente a los más pobres, no sólo a los ancianos. Afirmar que la esperanza de vida disminuye en los más pobres y aumenta en los más ricos, como hace la revista, es descubrir el Mediterráneo, sobre todo cuando hemos visto, y estamos viendo, cómo los pobres se empobrecen más y los ricos se enriquecen más debido a la carestía de la vida.

  
 La esperanza de vida disminuye en los pobres y aumenta en los ricos.
 
    No se trata solo de la crónica de las muertes anunciadas de la pandemia, y de los retrasos de la atención médica y social debidos a las medidas implementadas contra el virus coronado, por no hablar de las muertes relacionadas con la inoculación, que The economist no menciona ni siquiera de pasada como dato anecdótico, sino de un fenómeno multicausal iniciado mucho antes, que explicaría de este modo la sobremortalidad o exceso de muertes que se están produciendo ahora mismo y observando. Normalizan, por así decirlo, las muertes inesperadas en todos los grupos etarios afirmando que son normales desde hace una década, y se deben a múltiples causas, no sólo a la pandemia y sus secuelas. 
 
     Así pues, después de eliminar de un plumazo casi medio millón de muertos atribuibles supuestamente a la pandemia -entre los que hay que incluir también los protocolos implementados contra ella, pero ahí no se moja la revista-, del número inicial de las 700.000 almas, aún quedarían un cuarto de millón de muertes inexplicables. 
 
     La revista hace un análisis comparativo con los Estados Unidos, donde la esperanza de vida se ha reducido aún mucho más que en el Reino Unido en los últimos años, dado que han aumentado las “muertes por desesperación” (deaths of despair, literalmente) a causa de las drogas, el alcohol y los suicidios. Lo mismo sucedería en Escocia, donde las muertes por drogas se han cuadruplicado en una década en relación con Inglaterra y Gales, destacando Dundee como la capital europea actual de muerte por drogadicción. 
 

 Portada del 11 de marzo de 2023 de The economist.

    Las largas esperas hospitalarias y la crisis de la atención primaria con los consiguientes retrasos de la atención médica podrían explicar el exceso de muertes pospandémicas, pero no las anteriores a la pandemia. Los británicos más pobres tienen un 20 por ciento más de probabilidades de que se les diagnostique cáncer demasiado tarde, cuando la enfermedad es más compleja y costosa de tratar. Una solución sería la de abrir más centros de diagnóstico. 
 
     Algunas afirmaciones resultan harto discutibles desde un punto de vista estrictamente científico y médico como la siguiente que se desliza alegremente en el artículo que comentamos: “También sería bueno recetar más estatinas(!) para aquellos en riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular”. 
 
    Las personas son responsables de sus propias decisiones, pontifica el semanario, pero las intervenciones de salud pública, desde las vacunas -incluyendo en esta denominación las inoculaciones experimentales que no son propiamente 'vacunas'- hasta los programas contra el tabaquismo y la pérdida de peso, pueden mejorar las cosas.
 
    Gran Bretaña, concluye el artículo, hizo todo lo posible tratando de evitar la muerte precoz de sus ciudadanos durante la pandemia, que puede darse por concluida, pero no ha solucionado el problema de las muertes prematuras. ¿Por qué será?

domingo, 19 de marzo de 2023

Tancas y jaicús turolenses

Dejado de Dios / hay algún lugar aún / sin cartografiar / en el reino de Aragón / y provincia de Teruel. 
 
Al pasto a pacer / bajan las cabras del monte / y al río a beber. 
 
Diego e Isabel / postergaron un amor / que no pudo ser; / los amantes de Teruel, / necia ella y necio él. 
 
 
Érase una vez, / una vez que no existió / pero sí que fue. 
 
(El milagro de Calanda)
A un tal Pellicer / le amputaron una pierna, / y a su pata coja, / gracias a la Pilarica, / le volvió a crecer el pie. 
 
 
   ¡A la pata coja -gran milagro de Calanda- le ha crecido el pie!
 
 Los gorriones chillan, / buscan migajas de pan, / humildes pardales, / parlotean sin cesar, / sabe Dios lo que dirán.
 
 Aroma de miel / y,  aunque primavera no es, / almendros en flor. 
 
(Semana Santa)
Fiesta de interés / turístico nacional / e internacional: / la semana laboral / al son de bombo y tambor. 
 
 
 En el olivar / aceitunas de Aragón, / ¡qué bonicas son! 
 
(Natalio)
Érase un pastor / al que se le apareció / dentro de una gruta / la Virgen María en forma / de una talla medieval. 
 
Cielo de Teruel / atiborrado de estrellas / sin techo ni fin. 
 
 
 
 Igual que Buñuel, / he dejado de creer, / descreyente yo, / hombre de muy poca fe, / ateo gracias a Dios. 
 
 Haz, flor de romero, / que salga todo lo malo / y que entre lo bueno. 
 
(Gobierno de Aragón o El arte de gobernar)
Para gobernar / hay que saber engañar: / mandar es mentir, / mentir es intimidar / hasta lograr obediencia.
 
 Del cañaveral / echó su vuelo a volar / la garza real.  
 
 Cochiqueras mil / en el reino de Aragón. / Carne de cañón. / Denominación de origen: / los jamones de Teruel. 
 
Al amanecer, / luce Venus, y también / al atardecer.

sábado, 18 de marzo de 2023

Defensa de los niños contra padres, maestros y escuelas

    Ante la proximidad de las vacaciones, muchos padres se plantean cómo van a soportar a sus hijos y a sobrevivir. Ellos son seguramente lo que más quieren en este mundo,  y durante el año echan de menos poder pasar más tiempo juntos, pero cuando llega el verano no saben qué hacer con sus vástagos y optan por mandar a las adorables criaturas a un campamento en el norte de Burgos, a estudiar inglés a Irlanda o a Gran Bretaña o a clases particulares y actividades extraescolares y complementarias de lo que sea.


    Y es que una vez liberados los niños del yugo de la institución escolar en verano (aestate pueri si ualent, satis discunt, que dijo Marcial: en verano los niños si están bien de salud, bastante aprenden ya), lo que sirve para que el yugo sea más tolerable en septiembre, se ve cuál es la función real de la escuela, esencialmente represiva y de guardería de la infancia: un parking temático donde so pretexto de educación se recluye a los niños en estado semisalvaje para su domesticación y que entren por el aro como fierecillas domadas. El amor paternofilial se resiente como una especie de obligación, una suerte de deber contraído al que hay que resignarse, no un gozo, por lo que hay que hacer de tripas corazón o ponerle al mal tiempo buena cara. 



Viñeta de Liniers


    Si “misoginia” designa una especie de odio, aborrecimiento o mero juicio despectivo hacia las mujeres característico de nuestra sociedad patriarcal; “misopedia” designa lo mismo -odio, desprecio, μίσος misos en griego-  pero relativo esta vez a los niños -παῖς παιδός pais, paidós-, tan insoportables para el “misopeda” como las mujeres para el misógino, lo que, no menos que lo primero, define a nuestra sociedad esencialmente patriarcal.

    La enorme misopedia inherente a nuestras tribus desarrolladas del primer mundo se caracteriza porque hay que proteger a la infancia y salvaguardarla de sí misma, lo que conlleva aparejados malos tratos -"es por tu bien", se les dice a las criaturas-  y el hecho de que muchas parejas prefieran criar perros o gatos, que les resultan más gratificantes, aunque cuando llegan las vacaciones tampoco sepan muy bien qué hacer con sus mascotas y, en el peor de los casos, las abandonen en una gasolinera.

    Los niños ya no salen a jugar bulliciosos a la calle porque hay coches que pueden atropellarlos, pederastas que pueden violarlos -aunque hay una excesiva alarma social en torno a las violaciones de niños, quizá sean más frecuentes de lo que se piensa en el seno del "dulce" hogar que en la calle;  ¿por qué, si no,  ni siquiera se bañan ya niños y niñas, gloria bendita de verlos, despreocupados y desnudos en las playas?-, hay peligrosos psicópatas, secuestradores, terroristas asesinos que hacen la guerra santa musulmana, traficantes de órganos, trata de blancas y muchos otros peligros indefinidos acechando a la vuelta de cada esquina, por lo que se quedan, qué pena, enclaustrados en casa, como si eso fuera lo mejor, enchufados a la consola de viedojuegos o al móvil que los inmoviliza en internet o a la caja tonta y estupefaciente, o a las tres cosas a la vez. El hogar está lleno de instrumentos tecnológicos y juegos para que el niño pueda quedarse el mayor tiempo posible en casa, cadenas y rejas que le impiden ser libre.


    Los niños ya no recorren las calles de la ciudad para ir andando al colegio o al juego porque no tienen autonomía ni movilidad, por eso un adulto los acompaña como si fuera su Ángel de la Guarda y los lleva en coche casi siempre a todas partes en sus desplazamientos cotidianos hasta bien entrada la adolescencia. 

    Habría que reeducar a los niños en el placer de trasladarse a pie o en bicicleta, invitándolos a ir sin el acompañamiento paterno o de un adulto, sin miedo ninguno a cualquier parte. Los niños ya no pueden jugar en las plazas y en las calles porque se han convertido en aparcamientos y vías para automóviles, lo que supone un excesivo acaparamiento del suelo público y urbano por parte de los coches. Sería bello, muy  hermoso, que liberáramos las plazas de los aparcamientos automovilísticos y las recuperásemos para paseo, descanso y juego de niños,  y que los peatones reconquistásemos las calles, y que todas ellas, no sólo algunas céntricas de las ciudades, fueran peatonales.




    Un niño no puede jugar a la pelota si no se mete a entrenar en un equipo con camiseta, pantalones cortos,  zapatillas y chándal, con un entrenador y toda la parafernalia; a poco que se descuide se lo profesionaliza desde bien pequeño, convirtiendo el juego en deporte, que es lo peor que hay.

    La infancia es un lujo que los niños de hoy están privados de disfrutar por sus mayores, quienes, sin embargo, disfrutaron de la suya. Los adultos los controlan, dirigen y entrenan, condenándolos a una nueva doble enfermedad: la soledad y la dependencia.

    Necesitan permiso paterno para estar fuera de casa, y hasta para tirarse un pedo. Se reduce así su movilidad, restringiéndose además a determinados lugares controlados y videovigilados. No les dejan encontrarse libremente en la calle con otros niños que no sean sus amigos ni con otros adultos que no sean sus padres, porque se les inculca el miedo a los desconocidos y al mismo tiempo que vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer, y, en definitiva, que vale más lo malo que lo bueno, porque el mal es por su propio bien,  lo que es un auténtico disparate.


Viñeta de Liniers


     El empeño de los padres, profesores y educadores ya no es como hace algunas generaciones, promover progresivamente la autonomía de los infantes, sino garantizar su dependencia y su tutela. Fuera de casa, prosperan las ludotecas y los parques temáticos siempre bajo la atenta mirada sobreprotectora y la custodia y control videovigilante de los adultos.

    Los mayores consideran al niño un “educando”, es decir, un sujeto que debe ser educado cuanto antes, lo antes posible, que tiene valor no por lo que es sino por lo que llegará a ser el día de mañana. El niño de carne y hueso es negado, no importa, no existe. El niño está, como la poesía de Celaya, “cargado de futuro”, excesivamente sobrecargado, diría yo más bien; no es una realidad, sino un proyecto "educativo". 

    No importa lo que es, sino lo que será mañana, para lo que se le hace que no sea nada ahora, se mata, de alguna de las maneras que hemos descrito, su infancia, subordinada a un bosquejo en perspectiva, al boceto de un plan trazado por otros. El futuro ciudadano democrático, votante y contribuyente, será, por consiguiente, un niño frustrado, sin infancia. Recordemos el Principito de Antoine de Saint-Exupéry: “Todas las personas mayores han sido niños antes. (Pero pocas se acuerdan).” O a Jean Genet, que escribió en alguna parte: "Vivir es sobrevivir a un niño muerto".

viernes, 17 de marzo de 2023

Una "a" mayúscula inscrista en un círculo

    Una A mayúscula circunscrita es un signo gráfico sencillo y fácil de realizar que significa “anarquía” y que nació, al parecer, en París en 1964, siendo uno de sus creadores nuestro Tomás Ibáñez (1944-...), con la pretensión de unificar las diversas corrientes ácratas y libertarias. Este símbolo nuevo, no exclusivo de ninguna organización política, pintado a mano en las paredes y ciclostilado en panfletos y octavillas, ha dado más de una vez y dará más todavía la vuelta al mundo.

    La A es el prefijo griego negativo, que se escribe AN- ante vocal, como en an-arquía, y A- ante consonante como en a-cracia. -Arquía y -cracia son dos palabras más o menos sinónimas que quieren decir gobierno, poder, Estado, por lo que anarquía y acracia son también más o menos sinónimas, la negación del poder y el orden establecido.


     Dicen los lingüistas que el valor de este prefijo A(N)- es el mismo que el IN- latino de in-creíble que tenemos en español, por ejemplo, o el UN anglosajón que tienen los ingleses en un-known, pongamos por caso. Queda claro, pues, que la A simboliza el espíritu de la negación de lo establecido. Lo que hay que dejar más claro todavía es que el espíritu negativo que representa ese símbolo es paradójicamente el más positivo que hay.

    Aunque nacida en los sesenta, la moda de la A circunscrita no explotó definitivamente hasta los primeros años setenta. Si alguien se apropió del símbolo anarquista fue el movimiento punk. El icono ácrata pasó a representar el espíritu rebelde y contestatario que encarnaban los anarcopunks.

    Las aristas de la A rompían el círculo, dotando al símbolo de mayor dinamismo. “Soy un anticristo, soy un anarquista”, cantaban en 1976 en “Anarchy in the UK” los Sex Pistols, considerados por muchos como el primer cortocircuito puncarra y anarco. Pero la primera A inscrita en un círculo estampada en la portada de un disco fue la de los Crass, un grupo surgido en una comuna libertaria hippie al norte de Londres. 


     El movimiento punk fue enseguida asimilado y su atuendo indumentario convertido en moda. Tal es la capacidad de asimilación de la sociedad de consumo, que puede absorber todas las tendencias contestatarias y de ese modo desactivarlas y hacer que pierdan su papel subversivo. 

    La A inscrita en un círculo significa oposición al establishment y a la cultura dominante en general y a la del consumo en particular. Prácticamente desde su aparición, la A se ha convertido en el símbolo contestatario de cualquier tipo de inconformismo, revuelta y rechazo a la autoridad del Estado. 

    Para los defensores del orden y la ley, la anarquía es la expresión del caos, pero los libertarios consideran que la anarquía es la más alta expresión del orden político y social, y que no hay más caos ni desorden que el orden establecido. De hecho algunos explican el círculo como la letra O de "orden" en la mayoría de las lenguas europeas (ordo, en latín (y de ahí en las lenguas romances orden, ordem, ordre, ordine, ordin...), order en inglés y Ordnung en alemán. 


     Pero todos los símbolos son susceptibles de ser asimilados por el orden establecido, y este no iba a ser menos:  ha llegado incluso a desfilar en un calzoncillo de una pasarela de lencería masculina de Londres en el año 2006, por ejemplo.

jueves, 16 de marzo de 2023

Pareceres (XVII)

81.- Se le atribuye a uno de los siete sabios de Grecia, a Tales de Mileto, el inventor del teorema de su mismo nombre, el estar agradecido a la Fortuna por tres cosas: la primera, haber nacido humano y no animal; la segunda, varón y no mujer; y la tercera griego y no extranjero (heleno y no bárbaro, decía él). A lo que habría que oponerle las siguientes objeciones: que ningún hombre nace hombre, sino que llega a ser tal cosa -cosa, sí- entre los congéneres de su misma especie, lo que da origen al especismo; que ningún varón nace varón, sino que se hace varón, dependiendo de la educación que reciba, que origina el machismo, y finalmente, que ningún griego nace griego, sino que se hace griego, que el nacimiento, y, por lo tanto, la nacionalidad es algo meramente circunstancial, lo que crea la xenofobia y el racismo. Así empieza la filosofía occidental: con el desprecio de los animales, el desprecio de las mujeres y el desprecio de los extranjeros. No penséis que desde entonces hemos mejorado mucho ni avanzado. 

 


82.- Si no lo había hecho antes, el 11 de septiembre de 2001 quedó patente que la televisión era la mayor arma de distracción y destrucción masiva jamás inventada, la más poderosa de todas las armas inventadas porque podía llegar hasta el último rincón del planeta y hablar en cualquiera de las lenguas de Babel divulgando las poderosas imágenes. Los mandamases de este mundo deben estarle eternamente agradecidos a John Baird, el inventor del engendro. Con ella nos entretuvieron largas horas de enteros días a todo el mundo mundial: la catástrofe que nos echaron por la pequeña pantalla, reproducida una y otra vez como si fuera un interminable y animado gif (acrónimo inglés de Formato de Intercambio Gráfico, pero en inglés: Graphic Interchange Format), les sirvió para consolarnos de nuestro desconsuelo existencial al comprobar que nosotros no habíamos sido las víctimas, al ver que aquello no nos había pasado a nosotros: catarsis colectiva. Pero lo que sí nos pasaba a nosotros era el intensivo bombardeo mediático que  nos cayó encima como un chorreo, del que no nos hemos librado todavía. 


 83.- Del manicomio y la cárcel. Cuando salías del hospital psiquiátrico, pasados dos minutos de las cinco y media de la tarde, y volvías la mirada hacia la puerta que se cerraba detrás de ti regurgitándote al exterior, sentiste que salías no de una clínica u hospital frenopático, sino de un enorme útero que te vomitaba, de un ingente claustro materno que te estaba pariendo en ese momento, dándote a luz, a la clara luz de aquella espléndida tarde primaveral de mayo. Metáfora lograda: salir a la calle del manicomio es salir del seno de la Gran Madre, del líquido amniótico de la diosa Cibeles, la Virgen María que rompe aguas y se pone de parto en el paritorio. Es de alguna forma como nacer o renacer a la vida y a la libertad, es decir, a la intemperie, o, mejor dicho, a tu libertad provisional.  Pero no sólo tu libertad era provisional, amigo mío, sino también la mía, que iba a visitarte y a creerme cuerdo por unos instantes. Porque no hay que olvidar una cosa: el manicomio existe para que los que estamos fuera consideremos que estamos cuerdos, que no estamos locos como los que están encerrados en él, y eso, como en el caso de las cárceles, que también pretenden hacernos creer que somos libres, es mentira.


 84.- Por el pleno desempleo. Para mí lo más deseable no es el pleno empleo, sino el completo desempleo: yo no quiero trabajar, no quiero que me empleen, porque eso significa que me utilizan, que se sirven de mí, de mi tiempo, convirtiendo mi vida en rastrera, monótona y mortecina existencia.  Porque no me digáis que no os da la risa, que no es como para burlarse de Hipotecas y  Planes de Pensiones, ese matarse a trabajar para nada y ese estudiar por miedo a no superar el listón de la dorada mediocridad. La vida es otra cosa, no esta muerte planificada en cómodos plazos: las vacaciones en Benidorm, los ascensos laborales, los másteres en New York, y las pastillas de las farmacias para olvidarlo todo, para superar la depresión que nos entra sólo de pensar en esos éxitos  y para lograr conciliar el sueño, acallar la mala conciencia que tenemos y dormir de un tirón hasta bien entrado el día como si fuera domingo y no hubiera que ir a trabajar para ganarse la vida que pierde uno trabajando. 


85.- La solidaridad de hogaño es la versión laica de la caridad de antaño. Dicho de otra manera, la caridad no ha desaparecido: se ha extendido a toda la sociedad secularizándose. Es justo que haya injusticias y desastres ecológicos para que el alma solidaria y ecológica de cada uno pueda solidarizarse, valga la redundancia, con ellos y realizarse lavando la "marea negra" de su propia y "mala" conciencia, dando un sentido a su vida del que carece. Se fomenta tanto el individualismo que, frente a los problemas sociales o colectivos, parece que sólo hay una salida individual: el sálvese quien pueda del voluntariado, la solidaridad, la cáritas Christiana.


miércoles, 15 de marzo de 2023

La guerra contra el Virus

    Hace hoy mismo tres años que el Gobierno español decretaba el confinamiento de la población que iba a durar en principio quince días y se extendió -gobernar es mentir- hasta casi tres meses, finalizando el 21 de junio, una cuarentena, que no sólo se duplicó convirtiéndose en ochentena, sino que llegó a la noventena, durando noventa y nueve días. Sólo faltó uno para la centena.

        Se pretendía con el confinamiento luchar contra el virus coronado, el virus asesino, al que nuestro Gobierno había declarado la guerra, una guerra sin cuartel que recluía a la población sana al arresto domiciliario, y que decretando la distancia social daba nueva vida al prefijo griego τῆλε (têle, de lejos) e imponía el teletrabajo, la teleeducación y la telemedicina, que llegaron para instalarse.

 

         Aquella guerra, no poco quijotesca, es como la que sostiene la Pantera Rosa (the Pink Panther) contra una mosca burlona, en este corto de animación: una guerra contra sí misma que acabará destruyéndola: dibujos animados para reírse un poco de aquella ridícula campaña militar y civil contra el Virus que nos forzaba a no salir de casa, a ponernos mascarilla nasobucal -imposible de mantener cuando uno iba al dentista- si salíamos por alguna razón justificada, a mantenernos alejados de los demás no convivientes, y a inocularnos una supuesta sustancia que llamaron falsamente 'vacuna' y que no inmunizaba ni impedía el contagio, si queríamos disponer de un salvoconduto para viajar y entrar en algunos establecimientos públicos, pero el virus -la mosca cojonera en este caso- siguió campando por sus fueros vivita y coleando.

 

   

martes, 14 de marzo de 2023

Reconocimiento médico

    Yo no me hago ningún chequeo, no vaya a ser que me encuentren algo que no tenía porque no era consciente de ello y que, a raíz del reconocimiento hipocrático y los análisis pertinentes, empiece, conjurado, a manifestárseme. 
 
    No es broma, eso y no otra cosa es lo que le pasó a un compañero mío de trabajo y amigo: fue a hacerse unos análisis dentro del programa de previsión de riesgos laborales o algo así, que yo no quise hacerme -eran voluntarios-, y el médico le descubrió una contractura en la espalda. 
 
    Mi amigo no daba crédito a lo que aseguraba el galeno: entre la vértebra no sé cuantos y la siguiente. A él nunca en su vida le había dolido la espalda ni había sentido ninguna molestia en ese preciso punto de su anatomía. Cuando llegó a casa -y no es broma-, comenzó a dolerle intensamente por primera vez en su vida una contractura en la espalda, justamente allí entre una y otra vértebra, donde le había estado hurgando el médico. 
 
 
    Nos meten el miedo en el cuerpo y en los tuétanos del alma. Nos amenazan con el caos. Me dicen a mí, por ejemplo, lo que me pasaría a mi edad si no me cuidara, si yo dejara de cuidarme, si me descuidara, si no tomara las medidas profilácticas que Esculapio, que es el dios médico,  manda, haciéndome análisis periódicos y chequeos... 
 
    De esta forma están metiendo el caos en mi vida cotidiana, amenazándome con otro caos, con un caos mucho mayor y futurible. Si no te cuidas, el caos. Pero no hay más caos que el hecho de cuidarte por el miedo que te meten. O dicho de otra manera: te meten miedo con la enfermedad futura, y de ese modo es el miedo la enfermedad que te meten, haciendo que te consideres un enfermo en potencia o asintomático, y te pongas, por lo tanto, en manos de los médicos. 

    La medicina curativa, la medicina de verdad, está despareciendo en favor de la medicina preventiva o profiláctica, ese monstruo hermano de la guerra preventiva, que, en nombre de nuestra salud futura, arruina nuestro bienestar actual con chequeos, preocupaciones y análisis interminables. 

    No suelo ir al médico no vaya a ser que me diagnostique algún mal que no tengo, como dicen los viejos de mi pueblo. Sólo voy cuando tengo alguna dolencia.

    Sin embargo, mi médico de cabecera me dijo en una ocasión, hablando ya de todo un poco, la última vez que fui: “Estás en la mitad de la vida, en el medio del camino, como dijo el Dante, en una edad muy hermosa: tienes tantos años por delante como por detrás... Hay que empezar a cuidarse para tener calidad de vida en lo que nos queda.”

    Yo le escucho como el que oye llover. Si hasta ahora no he necesitado cuidarme porque ya cuidaba de mí mi Ángel de la Guarda, bendito sea, ¿por qué voy a necesitar cuidarme y chequearme a partir de ahora?

   

lunes, 13 de marzo de 2023

¿Sueño o realidad?

 No sé si sólo era un sueño lo soñado

y por lo tanto era falso, o al contrario,

lo falso es esta realidad que vivo ahora

y el sueño que me tuvo y tuve fue real.

Le cedo el verso al poeta aquel Campoamor,

injustamente olvidado en las Españas:

¿Es sueño o realidad lo que he vivido?

No lo sé, pues yo, que hablo, no estoy cierto

si al juzgarme despierto estoy dormido,

o al creerme dormido estoy despierto.

domingo, 12 de marzo de 2023

Versos sueltos

  De un soldado anidó en el casco la blanca paloma:

véase la intimidad     entre la guerra y la paz.

 


oOo

Al invierno ningún    lobo feroz    vivo se lo comió.

 oOo



Prímulas, las primeras  en florecer,  flores del crudo invierno.

Verdes y amarillentas     flores silvestres,    rosas de San José.

Escarchadas, al sol    débil aún,   de este febrero gris.


 oOo

¿Qué hay en la Tierra

que mata tanto la paz

como la guerra? 

oOo

El tabaco apesta. La prohibición y maldición

que recae sobre él apesta mucho más.


oOo

Pregunté por qué. / Sordo, el eco respondió / de mi propia voz.

Ni una sola voz: / un silencio sepulcral / a mi alrededor.

 

oOo

 


Al atardecer

sobre el estanque  cayó

la garza real.

No hay ya pez vivo al trasluz.

Voló la silueta gris.