miércoles, 15 de marzo de 2023

La guerra contra el Virus

    Hace hoy mismo tres años que el Gobierno español decretaba el confinamiento de la población que iba a durar en principio quince días y se extendió -gobernar es mentir- hasta casi tres meses, finalizando el 21 de junio, una cuarentena, que no sólo se duplicó convirtiéndose en ochentena, sino que llegó a la noventena, durando noventa y nueve días. Sólo faltó uno para la centena.

        Se pretendía con el confinamiento luchar contra el virus coronado, el virus asesino, al que nuestro Gobierno había declarado la guerra, una guerra sin cuartel que recluía a la población sana al arresto domiciliario, y que decretando la distancia social daba nueva vida al prefijo griego τῆλε (têle, de lejos) e imponía el teletrabajo, la teleeducación y la telemedicina, que llegaron para instalarse.

 

         Aquella guerra, no poco quijotesca, es como la que sostiene la Pantera Rosa (the Pink Panther) contra una mosca burlona, en este corto de animación: una guerra contra sí misma que acabará destruyéndola: dibujos animados para reírse un poco de aquella ridícula campaña militar y civil contra el Virus que nos forzaba a no salir de casa, a ponernos mascarilla nasobucal -imposible de mantener cuando uno iba al dentista- si salíamos por alguna razón justificada, a mantenernos alejados de los demás no convivientes, y a inocularnos una supuesta sustancia que llamaron falsamente 'vacuna' y que no inmunizaba ni impedía el contagio, si queríamos disponer de un salvoconduto para viajar y entrar en algunos establecimientos públicos, pero el virus -la mosca cojonera en este caso- siguió campando por sus fueros vivita y coleando.

 

   

3 comentarios:

  1. Atendiendo a la sobremortalidad, los suicidios, la larga duración de la sintomatología institucional con la insistencia repetitiva en la inoculación experimental, ese video parece mostrar al inconsciente social, con su clamorosa ingenuidad, los derroteros que va tomado el mundo con la ofensiva tecnosanitaria y el reajuste de la gran-diosa 'Economía' tejido artificialmente por la inteligente tecnología.

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    1. [L]a tecnología se hizo cargo de la comunicación social, y la voluntad de los humanos perdió el gobierno de los acontecimientos.

      Ahora ya no hay necesidad de humanos: son solo el material sobrante de la hipercreación. Un material sucio: incoherente, inmoral, peludo y maloliente. Su lenguaje es ambiguo y sólo capaz de mentir.

      [E]n la vida cotidiana vemos juntos la proliferación de dispositivos técnicos que actúan como humanos superinteligentes, y seres humanos que actúan cada vez más como locos incurables: el autómata cognitivo se levanta sobre ruinas que siguen a la explosión del caos psicótico.

      En su libro La fine del mondo (1977) Ernesto de Martino define el fin del mundo como la incapacidad de interpretar los signos que nos rodean. 

      [E]l ciclón neoliberal ha creado las condiciones para destruir la civilización social. En el lugar privilegiado en el que nos encontramos, la desintegración parece lenta, y nos parece algo lejano.

      La razón generó la luz de la técnica, pero luego la tecnología deslumbró a la razón.

      ¿Por qué la realización de la razón ha producido, o en todo caso no logra evitar, el caos geopolítico, social y psíquico que estalla inconteniblemente en esta década?

      El tiempo y la matemática no pueden coincidir, porque en el tiempo hay alegría, tristeza y muerte, que las matemáticas sólo pueden ignorar.

      https://lobosuelto.com/unheimlich-caos-y-automata-cognitivo-franco-bifo-berardi/

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  2. Y la gente aplaudía al Gobierno a las ocho en punto de la tarde durante el encierro. Vergüenza debería darles si tuvieran. Marifé de Triana.

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