viernes, 19 de diciembre de 2025

Eslóganes contrapublicitarios

El eslogan (fórmula breve y original, utilizada a menudo en publicidad, propaganda política, etc.) es el lenguaje que se utiliza para la creación y cohesión de una masa en la que converjan miles de individuos personales. Cuando se agrupa un número tan elevado de seres humanos, es necesario que encuentre su cohesión en unos pocos puntos fijos, sencillos y generalmente compartidos. Inevitablemente, en medio de un número tan elevado de «mentes pensantes», cada una con sus ideas y convicciones particulares, cada cual con su opinión propia personal a cuestas, con matices muy diversos, hay que encontrar puntos de contacto reduciendo el pensamiento a la mínima expresión esencial, a una pequeña forma u horma, hasta encontrar conceptos en los que todos estén de acuerdo. 
 

 Estos conceptos serán, por tanto, una especie de «mínimo común denominador» del pensamiento y consistirán en breves proclamas generalistas, tan desprovistas de matices que a veces resultan totalmente vacías: desde «Make America Great Again”, hasta «¡Arriba España!», desde  «no a Europa» a «más Europa», pasando por «menos impuestos» o «más Estado», o «por una política honesta», o incluso «contra los populismos». Se trata siempre de conceptos tan banales y simplistas que ya no tienen ninguna sustancia. Suelen contener un nombre propio, un logo o símbolo que identifica y diferencia legalmente a unas marcas de otras, otorgando a su titular el derecho exclusivo de uso y protección. El registro de la marca protege la 'propiedad intelectual' y fortalece la identidad de la marca en el mercado, ya sea América, España o Europa como en los ejemplos susodichos, o ya sean otras marcas comerciales. 
 
  
Pero representan la única expresión posible de la masa, porque en el momento en que se empezara a especificar, profundizar, argumentar, la cohesión de la multitud se vería puesta a prueba. 
 
Estos conceptos esqueléticos y vacíos son precisamente los eslóganes  y la verdadera esencia de estas consignas ya se expresa de manera reveladora en la raíz etimológica del término: «Entre los celtas de las Highlands escocesas, el ejército de los muertos se designa con una palabra particular: sluagh, que se traduce como multitud de espíritus. El ejército de los muertos vuela de aquí para allá en grandes nubes, como los estorninos sobre la faz de la tierra. […] La palabra ghairm significa grito, alarido, y sluagh-ghairm era el grito de guerra de los muertos. Más tarde se derivó de ella la palabra slogan: la denominación del grito de guerra de las masas modernas proviene del ejército de los muertos de las Highlands» (Elias Canetti, en Masa y poder). De este significado etimológico deriva el metafórico de “palabra o frase distintiva usada por un grupo político u otro, atestiguado en la lengua inglesa, de donde ha pasado a todas las demás, desde 1704 como slughon.  
 
  
La acepción de Elias Canetti de una masa de muertos, habiendo renunciado a su individualidad, a su pensamiento y a su capacidad de articular conceptos, sugiere la masa moderna de contribuyentes y votantes que se expresa mediante un grito de guerra seco, cortante y vacío, que adquiere fuerza no por su valor intrínseco, sino únicamente por su número. Algunos ejemplos famosos son en la lengua del Imperio: "Just do it" (Simplemente hazlo),  "I'm lovin' it" (Me encanta esto), "Think different" (Piensa diferente), "Gives you wiiings" (Te da aaalas)... 
 
 
  
Los eslóganes son frases cortas, pegadizas y memorables que resumen la esencia, valores o beneficios de una marca, producto o causa, funcionando como "gritos de guerra" publicitarios para captar la atención y crear una asociación duradera en la mente del público. Su objetivo es comunicar rápidamente un mensaje clave, diferenciarse de la competencia y fomentar la fidelidad del cliente, siendo fundamentales en el márquetin para dejar una impresión duradera. A veces pueden volverse contra el emisor, como hace la contrapublicidad, que no siempre utiliza necesariamente palabras, sino a veces solo los símbolos, como en este ejemplo, tomado del diario satírico El Mundo Today,  que sustituye la rosa que surge de un puño por un falo erecto masturbado para denunciar los escándalos sexuales que han surgido en el seno del partido político nacional del gobierno. 
  

jueves, 18 de diciembre de 2025

¿Supergripe?

    Esto de 'supergripe'(superflu, abreviación de superinfluenza, en la lengua del Imperio) es un terminacho coloquial y periodístico, una serpiente de verano al final del otoño y comienzo del invierno, carente de significado científico o médico, que, por lo tanto, no se utiliza académicamente porque no tiene una definición sólida y coherente. Su denominación técnica, sin embargo, no es menos alarmante que digamos por lo incomprensible de su abstrusa jerga que la hace más temible si cabe todavía: influenza H3N2, provocada por un virus del tipo A, subclado K. ¿Por qué casi todo el mundo se refiere a la gripe incipiente que este año ha llegado antes de tiempo con ese término no poco irónico y hasta sarcástico? ¿Es tan grave como para llamarla así o es una manipulación descaradamente política? ¿Qué es lo que tiene de 'super', de por encima de lo normal, si tiene algo por ventura?
  Analicémoslo con un poco de rigor: ¿Los síntomas de esta supergripe que nos amenaza son diferentes de los de cualquier otra? ¿Son más graves de lo normal? No lo son, como certifican los que ya la han pasado: fiebre, tos, mocos y algunos otros síntomas añadidos como dolor corporal, vómitos o diarrea. ¿Es más contagiosa? ¿Es mortal? ¿Se ha muerto alguien de ella? Parece que no. Si bien las admisiones hospitalarias han aumentado drásticamente debido a la llegada temprana de la temporada gripal, actualmente no hay evidencia de que la variante de este año sea más mortal o transmisible. Esta gripe no presenta síntomas inusuales ni inusualmente graves. 
La Gripe "U", F. Ibáñez (2010) 

    Parece que no hay nada que haga a esta gripe acreedora del prefijo “super” más que la enorme cobertura informativa mediática que se le da y que se centra en el peligro potencial para los servicios de urgencias hospitalarias y el colapso sanitario que nos lleva al borde del abismo o al abismo del borde. Pero los hospitales abarrotados son algo típico por estas fechas, habida cuenta de las vacaciones de los médicos y sanitarios. Parece, recapitulando, que no es una gripe inusual, que los hospitales no están especialmente sobrecargados y que hasta ahora no hay hacinamiento preocupante. 
 
 En resumidas cuentas: la supergripe tiene síntomas comunes, de gravedad regular, no es más contagiosa que otras gripes ni especialmente mortal. Esta es la evidencia científica del sentido común que debemos escuchar. 
 
    Y, sin embargo, nos enfrentamos a esta situación extraña, en la que las noticias en general hacen que nos entre el miedo, mientras que los detalles se esfuerzan por resaltar el hecho de que, hasta el momento, no hay nada en absoluto que temer. Pero sin embargo insisten, erre que erre, en las mascarillas innecesarias, comúnmente llamadas 'bozales' porque eso es lo que son, y en la vacunación, que no tiene ningún sentido porque, basada como está en la variante del año pasado, no coincide al cien por cien (sic) con la epidemia -no es pandemia de Dios todavía- que este año ha venido, nadie sabe cómo ha sido y a todos ha sorprendido. Aun así, es la mejor herramienta disponible, aseguran, porque aunque puede que no evite el contagio reduce, dicen, de forma significativa las complicaciones graves y los ingresos hospitalarios que no sabemos si se hubieran producido de no haberse uno vacunado.
 
'Vacunación civil (a distancia)' (José Mota), un vídeo humorístico de hace cuatro años.
 
    ¿No nos suena todo esto un poco demasiado a déjà vu y a déjà entendu? ¿Por qué será?

miércoles, 17 de diciembre de 2025

Pareceres XCIV

461.- Vuelven porque no funcionan. Se está propagando, dicen, la epidemia de gripe y vuelvan las mascarillas que no funcionan y nunca funcionaron. Antes de 2020 las cosas estaban bastante claras.  Las limitadas características de filtración de las mascarillas, sobre todo, y el mal ajuste facial las hacían incapaces de evitar la inhalación de partículas en suspensión, por lo que se concluía categóricamente que no protegían contra la inhalación de aerosoles. El personal sanitario estaba acostumbrado a usar mascarillas quirúrgicas para protegerse de las heridas e infecciones de los pacientes y evitar así la contaminación accidental por salpicaduras de fluidos corporales, pero no existen datos científicos convincentes que respalden su eficacia para la protección respiratoria, porque el material del que están hechas no retiene ni filtra los virus. No hay evidencia científica de su eficacia para prevenir la transmisión del virus de la influenza ni cuando las usan personas infectadas para controlar la fuente de infección ni cuando las usan personas no infectadas para reducir la exposición. Cuando se trata de prevenir enfermedades, las mascarillas no son efectivas, son meros amuletos. Nunca funcionaron. La ciencia lo respalda. El caso es que han vuelto. En muchos casos se recomiendan, y en otros se vuelven obligatorias en centros sanitarios. ¿Por qué han vuelto? Muy sencillo: porque son ineficaces.
 
 

462.- El futuro dura mucho. “El porvenir dura mucho tiempo” es el título que el filósofo Louis Althusser puso a sus memorias L’avenir dure longtemps (1992) en las que narra el episodio de la muerte de su esposa Hélène Rytman, a la que estranguló en 1980. Estaba masajeando el cuello de su esposa y no comprendió lo que había hecho hasta después. No fue un accidente fortuito, sino un homicidio involuntario, cometido durante un episodio psicótico grave, lo que diluye la frontera entre locura y cordura. Tras el crimen, Althusser no fue juzgado penalmente, porque fue declarado inimputable por locura, pero quedó atrapado en un largo proceso de reclusión psiquiátrica, aislamiento intelectual y remordimiento. El sentido del título juega con la idea de que el futuro —cargado de consecuencias— se prolonga más allá de lo que uno querría, especialmente cuando el pasado es traumático. El futuro se siente como lo que es, una condena, como una losa, como algo casi interminable -si no fuera por la promesa también futura de la muerte. La frase sugiere que, una vez cometido el acto irreversible, todo lo que viene después se alarga dolorosamente. Es una inversión amarga de la idea de que el futuro es esperanza. Al escribir sus memorias, Althusser parece reconocer que está condenado a vivir en un tiempo que no pasa página, una especie de futuro suspendido. 
 
  
463. El personaje del año. La 'persona dell' anno' según la revista italiana de orientación progresista 'L'espresso' es el presidente del gobierno español, cuyo rostro sonriente aparece en portada en primer plano. Los motivos de la concesión del título son que ha rechazado los ultimatos de Trump sobre el gasto militar (aunque es un rechazo más teórico que práctico porque, en verdad, más de 93.000 millones de euros han sido autorizados durante el presente año por el Consejo de Ministros y Ministras, con lo que este gobierno podría calificarse como el más militarista desde la transición); lideró una batalla, que no consta en los anales, contra las grandes tecnológicas; defendió los derechos civiles; expandió los flujos migratorios regulares (!?); apostó por la transición energética (pero los cargadores de coches eléctricos en el Ruedo Ibérico son una risa: o no funcionan -y no han funcionado nunca- o, si lo hacen, funcionan mal, estando como están en manos privadas); y denunció la hipocresía de Occidente ante el genocidio en Gaza (pero no deja de ser una pose porque no ha hecho lo mismo con algo que nos toca más cerca como es el Sahara). En la larga entrevista Sánchez repasa los logros de su Gobierno sin detenerse en los escándalos y las investigaciones que cercan al Ejecutivo y al Partido que preside, por supuesto, y el entorno de corrupción que lo rodea. El reconocimiento que no alcanza dentro del Ruedo Ibérico le llega al Jefe del Ejecutivo del extranjero a través de una revista italiana. Sus ministros y ministras hablan sin ambages de un “reconocimiento internacional”. El propio presidente se hace eco en sus redes sociales haciendo autobombo: “El rechazo a las políticas neoliberales es el éxito del modelo español, que no es otro que el modelo socialdemócrata”. No se da cuenta de la contradicción en la que incurre: el modelo español (social)demócrata no deja de ser el modelo neoliberal que dice rechazar dicho modelo. 
 
  
464.- Reprogramando la infancia. Vuelve a sorprendernos la portada de la revista The Economist que bajo un titular que dice ¡Cómo la Inteligencia Artificial redirige la infancia! presenta a una niña a la que siete manos robóticas le ofrecen desde un libro a un violín, pasando por un móvil, una taza de té o de café, un pintalabios, un cepillo para peinarse el pelo y un mando para juegos electrónicos... 
 
 
465.- Beneficios de la UE. ¿Qué beneficios, si hay alguno, nos ha aportado a los españoles cuarenta años después la adhesión a la Unión Europea (UE), antes llamada Comunidad Económica Europea (CEE)? ¿La posibilidad de viajar a París sin pasaporte? ¿El poder pagar un café sin cambiar moneda en Berlín? ¿Usar el mismo número y el tráfico de red móvil dentro de la UE? ¿El Erasmus, más conocido entre los universitarios como Orgasmus, para ir a divertirse so pretexto de estudiar a Lisboa o a Roma y alrededores? ¿Tener un coche ecológico para circular por las Zonas de Tráfico Limitado? ¿Satisfacer a los mercados europeos convirtiéndonos más aún de lo que ya éramos en un lugar de veraneo y de turismo, igual que Italia, una vez desindustrializados? El euro fue el golpe de gracia, que favoreció el incremento de los precios y erosionó el poder adquisitivo de los sueldos y salarios, arrinconando a la vieja y entrañable peseta. Los únicos que se han beneficiado son un reducido círculo de empresarios, financieros y banqueros apoyados por políticos corruptos y vendidos,  mientras que el pueblo se empobrece cada vez más. Se necesita mucho valor para seguir defendiendo esta prisión de los pueblos europeos que es la UE, cuyo colapso, que ojalá fuera lo más rápido posible,  debería celebrarse. 
 

martes, 16 de diciembre de 2025

Comunicado núm. 1: Contra la semana (remitido por ¡ALTO!)

Nuestra lucha más encarnizada se libra contra la institución de la semana, que es la epifanía más mortífera del tiempo. Así como algunas divisiones cronológicas tienen un fundamento que se podría considerar más o menos natural (la división del día en 24 horas según la rotación de la Tierra en torno a su eje polar, o del año en 365+1/4 días según la órbita de la Tierra en torno al Sol), denunciamos que la semana, por su parte, no tiene ninguno: es totalmente artificial y artificiosa. Es la única división cronológica que no tiene ningún fundamento natural, sino puramente convencional, es la semana de siete días que padecemos, y que sin embargo sentimos como si fuera lo más normal y aun preternatural del mundo, tanto que ya existía el primer día antes de la Creación, según la Biblia, y antes de que Dios creara la luz lo primero de todo,  separándola de las tinieblas.
 
 
Releamos el comienzo del capítulo primero del libro del Génesis: En el principio crió Dios el cielo y la tierra. La tierra empero estaba informe y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo; y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Dijo pues Dios: Hágase la luz. Y la luz quedó hecha. Y vio Dios que la luz era buena; y dividió la luz de las tinieblas. A la luz la llamó día, y a las tinieblas noche; y así de la tarde aquella y de la mañana siguiente, resultó el primer día. (...) Una vez establecidos los números ordinales y acabadas las obras de la creación en seis días, descansa Dios el séptimo, y santifica ese día sabático, colocando al hombre en el paraíso, formando a Eva e instituyendo el matrimonio, como había hecho en el sexto día: "Crio pues Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios lo crio; criolos varón y hembra. Y echóles Dios su bendición, y dijo: "Creced y multiplicaos, y henchid la tierra, y enseñoreaos de ella, y dominad a los peces del mar, y a las aves del cielo, y a todos los animales que se mueven sobre la tierra".  

Los romanos y los griegos antiguos no la conocieron ni sufrieron en sus calendarios hasta que el emperador Constantino el Grande la estableció en el año 321 después de Cristo. Su fundamento, por lo tanto, es claramente religioso: su origen, como queda dicho, está en las sagradas escrituras de la cultura judeo-cristiana.
 

Los días de la semana no tienen nombres de dioses romanos, como podría parecer a simple vista, sino de astros que fueron bautizados con dichos nombres de dioses romanos: la Luna, nuestro satélite, Marte, por ser el planeta rojo, como la sangre derramada por obra de Marte, el dios de la guerra,  Mercurio, por ser el planeta más rápido, como el mensajero de los dioses,  Júpiter, por ser el mayor de todos los dioses, Venus, por ser el planeta de luz más bella, Saturno, porque los antiguos confundieron a Saturno con Crono, el Tiempo, que es el planeta más lento de los conocidos entonces en orbitar alrededor del Sol, sugiriendo la lentitud del tiempo: la luna y cinco planetas de nuestro sistema solar, y el propio Sol como epicentro de dicho sistema. ¿Por qué? Porque cuando se estableció la semana eran los astros conocidos dentro del sistema establecido por Ptolomeo para describir el universo geocéntrico. Ptolomeo, en efecto, creía que la Tierra era el centro a cuyo derredor giraban la Luna, Mercurio, Marte, Venus, Júpiter, Saturno y el propio Sol. Esta concepción estuvo vigente hasta que en el silgo XVI fue desplazada por la heliocéntrica de Copérnico. 
Los nombres latinos de los días de la semana eran, pues: Lunae dies, Martis dies, Mercurii dies, Iouis dies, Veneris dies, Saturni dies y Solis dies. Nótese cómo en castellano los nombres del martes, jueves y viernes proceden precisamente de las formasl de genitivo latino, con el paso de la i final a e: Martis, Iovis y Veneris respectivamente. 
 
Hay cierta polémica sobre cuál es el primer día de la semana, si el domingo, como sugieren algunos calendarios religiosos, o el lunes. En 1988 se firmó una convención internacional que establecía, entre otras cosas, que la semana comenzaba el lunes y finalizaba el domingo.​ Sin embargo, en los calendarios litúrgicos y en algunos países, la semana comienza el domingo, como sugieren los nombres griegos y portugueses, lo que no impide que la institución complementaria del Fin de Semana incluya el sábado y el domingo.
 
San Martín de Braga, que vivió en el siglo VI, predicó que deberían desecharse los nombres paganos que evocaban a divinidades romanas y sustituir los siete nombres de los días de la semana por una nomenclatura cristiana más acorde con su origen judeo-cristiano, costumbre que se impuso en Portugal donde los días se llaman: domingo, segunda feira (lunes), terça feira (martes), quarta feira (miércoles), quinta feira (jueves), sexta feira (viernes). La palabra feira significda “feria”, según la liturgia cristiana. El sábado conservó su nombre bíblico (sabbat) y se llama como en castellano sábado. 
 
¿Por qué cada siete días se repite la misma y absurda agenda nos preguntamos en ¡ALTO!? ¿Por qué es preciso volver a empezar el Lunes, que sería el presunto día de la Luna? ¿Por qué tiene que haber Lunes? ¿Por qué se nos impone, semana tas semana, la misma historia? ¡Basta ya! Los simpatizantes de ¡ALTO!, la Alianza para la Liberación del Tiempo y su Ordenamiento, no queremos someternos a una división del tiempo artificial que se ha generalizado a todo el universo mundo y que además no tiene ningún otro fundamento más que el de control social. 
  
 Los Boomtown Rats cantaban I don't like Mondays "No me gustan los lunes". 
A nosotros ningún día de la semana. 
 

 El origen de la semana se halla en el relato mitológico bíblico de la creación del mundo que se lee en el libro del Génesis. Allí se cuenta que Jehová crea el mundo en seis días, descansando el séptimo, que los judíos denominaron Sabat o Sábado y consagraron al descanso prohibiendo trabajar. En ese relato se incurre en una gravísima contradicción muy ilustrativa: ¿cómo es que existían ya los días de la semana antes de que Dios hubiera creado el mundo? ¿es que se nos quiere hacer pasar por tontos convenciéndonos de que la semana es anterior al mundo e independiente de él?
  
Nosotros nos rebelamos contra ese esquema que se nos impone día trs día, semana tras semana, a lo largo de toda nuestra vida, desde la más tierna infancia hasta la más provecta senectud. ¿Por qué tenemos que hacer lo mismo que (todo) Dios y trabajar seis días y descansar uno (o cinco días y descansar dos, después de la institución del güiquén inglés, que para el caso es lo mismo; o cuatro y descansar tres, como proponen ahora algunos progresistas, que creen que van a acabar, ingenuos, con la semana laboral acortando los días de trabajo y aumentando los días de ocio, como si no fueran las dos caras de la misma y falsa moneda, atrayéndose así la simpatía de la clase obrera que pueda quedar por ahí perdida, que solo exige a cambio de la reducción horaria de trabajo que no se reduzca el salario?
 
¿Es eso natural? No lo es. La división del tiempo en ciclos semanales es, por una parte, algo convencional que no tiene ningún fundamento racional, y, de otro lado, algo bien real. ¿Qué hay, en efecto, más real que la semana? ¿Quién no ha sentido la alegría y la tristeza como si fueran las dos caras de una moneda la tarde del Domingo, cuando se siente que se acaba la fiesta y que pronto llegará el Lunes y la vuelta de la rutina? 
Los simpatizantes de ¡ALTO! hacemos nuestra aquella paradoja cristiana de que no es el ser humano el que ha sido hecho para el Sábado, sino el Sábado para el ser humano: no soy yo el que debe acomodarse a la semana, sino la semana y cualquier otra división natural o convencional del tiempo la que debe acomodarse a mí, por lo que planteo su subversión radical o abolición: ¡ABOLICIÓN DE LA SEMANA LABORAL! ¡ABAJO EL TRABAJO Y EL NEGOCIO DEL OCIO! ¡QUE NO HAYA MÁS LUNES NI DOMINGOS NI SÁBADOS NI JUEVES NI NADA POR EL ESTILO! 

lunes, 15 de diciembre de 2025

Suicidarse y huir de la Navidad

Entre las razones que aducía Roland Topor (1938-1997) para suicidarse las hay para todos los gustos: desde políticas como no tener que tomar partido en las próximas elecciones democráticas, económicas como librarse de pagar impuestos o el alquiler de la vivienda, hasta frívolas (poner freno a su calvicie o adelgazar sin hacer régimen) y nostálgicas como que París ya no es lo que era. Alguna es un pequeño homenaje, como el lamento por la muerte de Groucho Marx, y otras nos hacen sonreír por su ironía (querer dotar al siglo XX de un hecho trascendental como sería la propia muerte del artista), sarcasmo y, en definitiva, por el humor negro que siempre se le ha atribuido y que destila. 

Roland Topor

A las 'cien buenas razones para suicidarse ya' que esgrimía habría que añadir una más, que sería: Para escapar de la imposición de la Navidad, que, de ser una fiesta religiosa cristiana que conmemoraba el nacimiento o natividad de Nuestro Señor Jesucristo, el Salvador, se ha secularizado y universalizado convirtiéndose en una fiesta consumista, que coincide con el solsticio de invierno y el nacimiento del Sol Pagano y  con la celebración de las saturnales entre los antiguos romanos. 

Prueba de la secularización o repaganización navideña es que ya solo los creyentes se atreven a felicitar las navidades como tales, limitándose la mayoría democrática de la gente, políticamente correcta, a felicitar las fiestas para no ofender a los musulmanes y a los ateos, con la celebración de comidas de empresa, previas a los ágapes familiares y hogareños de los días 24 y 25 de diciembre, generalizándose la entrega de regalos a los niños -y a los mayores, que siguen regalándose- a cargo de Santa Claus o Papá Noel, ese engendro de la Cocacola, en algunos países y de los Reyes Magos en el nuestro, en donde también se ha generalizado la costumbre extranjera.

Los Reyes Magos adorando el logotipo de una entidad bancaria (Fotomontaje de Pérez-Juana) 

Lo que hace Topor es formular doce propuestas para huir de las navidades, analizando brevemente los pros y los contras de cada una de ellas.  Una de estas posibilidades es el suicidio, dada la ¿imposibilidad? de huir del calendario que se nos impone, cuya ventaja es que así se acaba no solo con las entrañables fiestas navideñas, sino con todo, y su inconveniente es que no es una propuesta muy original porque en realidad eso es lo que hace todo el mundo: quitarse la vida durante estas fechas, con la desventaja de que podría producirse el milagro nativideño, que sería insoportable, del re-nacimiento. Acaba Roland Topor deseándoles a sus lectores, como no podía ser menos, una feliz Navidad.

¡Por fin Navidad!, Gabriel Pérez-Juana (2025)

Estas razones para suicidarse y propuestas para escapar en Navidad de Roland Topor, que pueden leerse en nuestra pequeña biblioteca adjunta, fueron escritas probablemente en los años setenta del siglo pasado, por las alusiones a la realidad de aquel entonces -la muerte de Elvis Presley, por ejemplo, o la guerra del Vietnam-  pero no fueron publicadas a título póstumo hasta 2018 por su hijo. 

  

domingo, 14 de diciembre de 2025

Variety show (3)

La mesa de los pobres y la de los ricos 
Nada de lechazo ni langostinos en la cena de Nochebuena, ¡un par de huevos fritos! ¡Donde hay dinero, que se vea! Al precio que han alcanzado los huevos, que han subido un 60% como consecuencia del sacrificio gallináceo, se han convertido en un manjar de ricos muy apropiado para las cenas y comilonas navideñas. ¡No es pecado hacer ostentación de la riqueza! ¿Por qué vamos a ocultarla? ¡Donde hay huevos, que se vean! ¡Con un par!
 
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Mayúsculas y minúsuclas

Publica Giorgio Agamben una reflexión muy sugerente sobre los nombres propios que escribimos con letra inicial mayúscula en castellano y otras lenguas y los comunes que escribimos con minúsculas, en su página de referencia: 

 "En el pasado, solía escribir en mayúscula una palabra a la que quería dar una importancia o un significado especial. Ahora sé que estaba equivocado. Es mejor verlo todo en minúscula, la mayúscula impide ver. E impedir comprender, como si una vez subrayada la prioridad o la importancia, ya no fuera necesario comprender. En términos más generales, si algo —aunque sea el término «dios» o, peor aún, la palabra «estado»— necesita mayúscula, significa que no se cree lo suficiente en su primacía. Como escribió maravillosamente la poetisa griega Kikí Dimulá: «Si la lluvia cae en mayúscula / la miro; / si cae en minúscula / la amo*». En minúscula vemos, en minúscula vivimos y, si dios y el estado no nos lo imponen, sin mayúsculas nos iremos de la minúscula, amable tierra".


El abecedario latino que utiliza la mayoría de las lenguas modernas es un desarrollo del alfabeto griego. Los romanos solo conocían las letras mayúsculas, que evolucionaron y se convirtieron en minúsculas a medida que se practicaba una escritura rápida y cotidiana, que se consolida y refina en la Edad Media, dando origen a la minúscula carolina, que es el modelo estándar. En el Renacimiento, siglos XV y XVI, los humanistas tomaron las letras capitales romanas antiguas para rediseñar nuestras mayúsculas modernas, que combinaron con las minúsculas carolingias, de donde surge el sistema de letras mayúsculas y minúsculas tal como lo usamos hoy para distinguir en nuestra lengua por ejemplo los nombres propios y los comunes, lo que ha venido a complicar nuestra escritura duplicándola innecesariamente ya que unas y otras, mayúsculas y minúsculas, representan los mismos fonemas, por lo que son variantes formales del mismo grafema. 

¿Qué pasaría si despojamos al abecedario de las letras mayúsculas y escribimos todas las palabras con minúsculas, no solo "dios" y "estado", como sugiere Agamben, sino también nuestros nombres propios?  Probablemente nada grave. En alemán, de hecho, todos los nombres propios y comunes se escriben con inicial mayúscula, reservándose las minúsculas para el resto de palabras (verbos, adjetivos, pronombres, adverbios...). Además, cuando hablamos, no hacemos distinción entre mayúsculas y minúsculas. 

 *Los versos de la poetisa Quiquí (mejor que Kikí) Dimulá (1931-2020) que cita Agamben pertenecen a su poema "Tierra mayúscula" : Ἂν πέφτει ἡ βροχὴ μὲ κεφαλαῖα / τὴ βλέπω, / ἂν πέφτει μὲ μικρὰ / τὴν ἀγαπῶ.

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Un perfecto desconocido
Diseño de Arcás.
 
Resultó al final que él, al igual que todos sus amigos, familiares y conocidos, también era 'un perfecto desconocido' para sí mismo. ¿Quién conoce a quién? ¿Quién, en el colmo de la esquizofrenia, se conoce a sí mismo, confundiéndose el conocedor con el conocido y perdiendo en el trance el conocimiento?  
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Delito de injurias 
 Un joven grita por la calle: ¡Sánchez, hijo de la gran rechingada! Un policía lo detiene por insultar al presidente del gobierno acusándolo de delito de injurias. El joven argumenta en su defensa que hay muchos sáncheces en España, donde es un apellido muy común... Y el policía le dice: -Sí, es cierto, pero hijos de la gran rechingada solo hay uno: el presidente del gobierno.
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#MeToo
 
 
 
En la lengua del Imperio lo de "me too" significa dos cosas: "yo también" y "a mí también". Por lo que, con la almohadilla por delante que indica que es una etiqueta o hasthag, se usa en las redes sociales para etiquetar y agrupar contenidos relacionados sobre un tema específico, que en este caso es el acoso sexual a las mujeres, por lo que en ese contexto equivale a nuestro "a mí también" me ha sucedido, por lo que "yo también... he sido víctima" del acoso sexual machista. La oleada de denuncias que se están produciendo en el seno del Partido (Socialista) (Obrero) Español, que se autodefinía como feminista y que decía, que cuando una mujer decía que no, era que no, provoca una gran crisis interna en el partido. 

sábado, 13 de diciembre de 2025

¡ALTO!

La Asociación para la Liberación del Tiempo y su Ordenamiento (¡ALTO!)  es un partido político nuevo, no un nuevo partido político que sea otro más, sino uno radicalmente nuevo, que no es lo mismo. Un partido que no tiene más realidad que la virtual en los dos sentidos del término: que tiene existencia aparente y no real, y que tiene, a la vez, la virtud, o sea, la fuerza de producir un efecto sobre la realidad. Un partido del que puede formar parte cualquiera sin necesidad de afiliación ni de carné, sin militancia, solo con simpatizantes. Cualquiera puede no vamos a decir militar, que es término bélico, sino participar sólo con quererlo. 
 
¡ALTO! no lucha por el poder, como los partidos políticos al uso, sino contra el poder. Tampoco es un sindicato que defienda los intereses laborales de los trabajadores y las mejoras salariales, sino que se rebela contra toda forma de trabajo asalariado o prostitución.  Es una asociación sin ánimo de lucro, que no tiene ejecutiva ni estatutos y que aspira a implantarse en la sociedad por la seducción de su novedosa propuesta. Un partido cuyo objetivo político es completamente nuevo e inaudito: la abolición tanto teórica como práctica del dominio del tiempo en nuestras vidas. 
 
 
No se trata sólo de reivindicar el carpe diem de la máxima clásica que nos invita a disfrutar del momento presente, que de eso también se trata, claro, sino de no torturarse por el pasado (todos tenemos nuestra historia, olvidémonos de nuestro traumatismo biográfico) ni de preocuparse por el futuro, que no vamos a decir que no existe, porque existe y mucho, pero solo existe como un dios sangriento al que hipotecamos en sus aras nuestra vida. 
 
¡ALTO! nace al amparo de STOP! (Society for Time Out and Purge), una asociación británica que pretende el retraso, la dilación o moratoria del tiempo establecido, y que se opone por lo pronto a la institución del Año Nuevo 2026. 
  
 
El objetivo prioritario de ¡ALTO! es frenar la imposición acelerada del tiempo en nuestra vida cotidiana y aplazar sine die su aplicación efectiva, logrando su abolición práctica. Esto conllevará una auténtica revolución social, en realidad, la única revolución social no sólo deseable, sino posible aquí y ahora, en el siglo XXI de la era cristiana: liberados del tiempo impuesto desde arriba, seremos protagonistas de nuestras vidas y nos libraremos, conjuntamente, del trabajo asalariado, es decir, del trabajo propiamente dicho (que no es sino la conversión en dinero de nuestro tiempo vía remuneración económica o prostitución) y de la condena al paro, así como del ocio complementario del trabajo, que no deja de ser la otra cara no menos trabajosa de la misma falsisima moneda. 
 
Somos conscientes de la gravedad cada vez mayor del peso, que no del paso, del tiempo y de la imposición a todos y cada uno de los rincones del globo de un único sistema de cómputo, ajeno por lo demás a los ritmos naturales, y de lo funesto que es para el disfrute de la vida que nuestras actividades se acomoden a unos horarios y calendarios preestablecidos (y dictados por una voluntad ajena a la nuestra), y no al revés. Si estamos obligados a hacer cosas para rellenar un tiempo, las cosas que hagamos no serán más que rellenos de ese tiempo vacío. 
 

 Por ello, nos rebelamos contra el hecho de que se nos impongan horarios y calendarios previos y de que, debido a esa imposición, no tengamos tiempo para nada, sino que sea el tiempo el que, de hecho, nos tenga (y bien sujetos) a sus súbditos, nosotros. No hay ninguna militancia, ninguna reunión semanal, ninguna acción o manifestación callejera, ninguna asamblea. Nuestra lucha, que no militancia, implica todos y cada uno de los momentos de nuestra vida. Por eso mismo, nuestro activismo no conoce, claro está, tregua ni en la teoría ni en la práctica. Nuestra lucha, conscientes como somos de la fuerza del enemigo al que nos enfrentamos, no puede aplazarse, porque es una lucha a muerte, sin cuartel, un combate mortal contra el tiempo, a contratiempo y a destiempo. 
 
Nuestra Asociación se rebela contra la imposición de un tiempo esencialmente vacío que acarrea el sacrificio del ahora o momento presente en aras de un futuro porvenir. El mañana, por definición, no existe y, por lo tanto, no llega nunca. Decir mañana significa: ahora no. Mañana es siempre pasado-mañana. No hay futuro, y ni falta que hace que lo haya. No queremos, tampoco, ser ciudadanos respetables que pretenden ganarse la vida con lo que hacen. La expresión ganar la vida quiere decir trabajar y trabajar es vender nuestro tiempo, nuestra fuerza de trabajo o capacidad de hacer cosas, a cambio del salario del dinero; trabajar es prostituirse. Ganar la vida, es, por lo tanto, perderla irremisiblemente.

viernes, 12 de diciembre de 2025

'Torna la mascareta obligatòria'

Dice la prensa nacional que el empuje de la gripe hace que vuelvan las mascarillas. No es la gripe estacional la que lo hace, sino la ignorancia, por una parte, de las autoridades políticas y sanitarias que creen y nos hacen creer que los bozales frenan las enfermedades víricas respiratorias estacionales, y la oportunidad, por otra parte, de hacer otra vez un inmenso negocio con su venta y promoción, fomentada no ya por la recomendación, que puede caer en saco roto, sino por la obligatoriedad en centros sanitarios y lugares públicos. Y así resulta que la venta de mascarillas en farmacias ha subido hasta un 500% en algunos reinos de taifas del Ruedo Ibérico, lo que según la susodicha prensa se debe al “vertiginoso avance de la gripe”, y no de la ignorancia y el oportunismo. Ha vuelto, por lo tanto, el boom -léase 'bum', que suena más a pelotazo- y la pesadilla de las inútiles mascarillas.
 
Como cada comunidad autónoma es un reino de taifa, unas recomiendan el uso en los centros sanitarios y espacios cerrados, y otras, como Cataluña, lo declaran obligatorio. 
 
  
Se trata de la gripe A, variante K, producida por el virus H3N2, que, aunque no provoca cuadros más graves que otras gripes, “incorpora mutaciones en la hemaglutinina que permiten evadir parcialmente la inmunidad previa, facilitando un aumento precoz y más amplio de contagios”, según los expertos. La gripe de este año, que se ha adelantado, es peor que el cóvid, dice un titular que deleita a los redactores periodísticos de todo el mundo, ávidos de 'noticias'. 
 
Se recomienda, por lo tanto, a todas las personas que tengan síntomas gripales o similares que se queden en su casa, y que, si tuvieran que ir a algún centro sanitario, lo hagan convenientemente embozados, por supuesto. ¿Por qué es peor el virus de esta gripe adelantada que el virus coronado? Pues por nada en especial, porque aquel ya pasó, y este es el que hay ahora y nos toca padecer. Esta gripe 'sin precedentes', al parecer, no puede distinguirse por desgracia de otras cepas de gripe basándose únicamente en los síntomas porque todas ellas se parecen y se sienten muy similares. 

Al mismo tiempo se oye por ahí la monserga de los provacunas-a- toda-costa de que «las vacunas salvan vidas», aunque también, reconocen, puede que no y haya excepciones que se llevan a algunos que se someten a ellas, como la Parca, al otro barrio. 
  
 

Y así la UNICEF, que es el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, nos felicita la Navidad de este año 2025, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, con los Reyes Magos que no son tres, sino cuatro según ellos: Melchor, Gaspar, Baltasar y... Vacunar.  
 

¿Quieren realmente hacernos creer que una persona no vacunada representa una amenaza para la persona vacunada porque puede infectarla con una enfermedad contra la cual la persona vacunada está vacunada y supuestamente - y es mucho suponer- inmunizada? 
 
Han vuelto, cinco años después, las recomendaciones de los inútiles pinchazos y mascarillas. Todo resulta muy vintage, muy retro..., nos retrotrae al cóvid, pero esto es peor que el virus coronado, que ya pasó y es historia. Para los votantes y contribuyentes la gripe que preocupa actualmente es idéntica a otras gripes, por lo que no es más peligrosa que las otras y puede que incluso no sea más contagiosa que las otras, así que no se entiende a qué se debe todo este alboroto. Recuérdese, además, el clásico: La gripe con médico y farmacia dura siete días, y sin farmacia ni médico una semana.  
 
También ha aumentado, como no podía ser menos, otro producto estrella: la demanda de test de antígenos en las farmacias, sobre todo los combinados que permiten el autodiagnóstico de SARS.CoV-2, el viejo virus coronado,  la gripe A y la gripe B. 
 
 
Casa de citas: 
1ª) En fin, como decía el Eclesiastés: Nihil novum sub Sole.
2ª) La política es el arte, decía Groucho Marx (1890-1977), de buscar problemas, encontrarlos en todas partes, diagnosticarlos erróneamente y aplicar los remedios equivocados
3ª) Y argumentaba H. L. Menckem (1880-1956) criticando el afán de salvar a la población -o a la humanidad, como se decía antes- porque era la falsa fachada tras la que los 'salvadores' ocultaban su afán de gobernar: El objetivo de la política práctica es mantener a la población alarmada (y por lo tanto clamando por ser llevada a un lugar seguro), amenazándola con una serie interminable de espantajos, la mayoría imaginarios.

jueves, 11 de diciembre de 2025

Pareceres XCIII

456.- La hecatombe. Le tomo prestado el título a Trapiello, que escribe en El Diario de León que un orondo empresario leonés se ha fotografiado con noventa jabalíes que había cazado después de haber participado en una montería en la Finca Matasanos de Cáceres, en Cilleros, cerca de Portugal. Y después la fiesta de celebración en plan berlanguiano. ¡Noventa! Escribe Trapiello: “Noventa jabalíes muertos bien merecen tal juerga. Alarde de ricacho exhibicionista. Obscenidad de matarife hocicado y carnicería que repugna al cazador de estilo y ética cinegética”. Y menciona de pasada a aquellos que fueron a safaris humanos a Sarajevo, de los que tanto se habla ahora. Una cacería esta de los jabalíes que ha sido una hecatombe si hubieran matando diez jabalíes más, porque la hecatombe consistía en el sacrificio que se practicaba en Grecia de cien reses precisamente. Sacrificio que, según leo en la prensa, no es nada comparado con el que se prepara, si no se ha perpetrado ya, en el Reyno de Cataluña, donde se van a inmolar 30.000 cerdos de las 39 granjas que se encuentran en el perímetro de vigilancia de 20 quilómetros a raíz de la declaración de la peste porcina africana. Leo que la redifinición del perímetro propuesta por la Unión Europea obliga a ampliar la cifra del sacrificio porcino, elevándola a 80.000 cerdos. Todo, la hecatombe, al parecer, porque se ha escapado un virus de un laboratorio, al que se le va a aplicar una auditoría,  que ha infectado a un jabalí que había comido un bocadillo de mortadela en mal estado, mientras las autoridades laicas asesoradas por el comité inexistente de expertos se persignan delante de la cruz verde farmacéutica.
 
 
457.- Efecto Edipo. Es interesante la idea de Karl Popper que dice que la profecía del oráculo de Edipo hace que se cumpla precisamente porque Edipo la conoce e intenta esquivarla. Y justo lo que hace para escaparse de ella es lo que determinó el cumplimiento de lo que había vaticinado el oráculo. La simple convicción o sospecha de que las cosas puedan evolucionar en un sentido determinado desencadena el hecho de que así se desarrollen. Es la profecía que se autorrealiza (self-fulfilling prophecy). El caso de Edipo es paradigmático. El conocimiento de la predicción altera el curso de los acontecimientos: Edipo trata por todos los medios de evitar el cumplimiento, lo que, paradójicamente, contribuye a que se cumpla. La cita literal de Popper viene a decir: “A este tipo de influencia lo he llamado el efecto Edipo (Oedipus effect), porque la profecía contribuye a producir el evento predicho; al saberla, los actores modifican su conducta de modo que el acontecimiento termina realizándose.” Al darse a conocer una predicción puede hacer que la conducta humana que pretende evitarla se convierta en su causa. 
 
 458.- Se vive más pero no mejor. La esperanza de vida, en realidad de muerte, dicen las estadísticas, se ha alargado considerablemente. Pero no es cierto porque hoy se mata, matamos, a los viejos sin dejar que se mueran. El destino que nos aguarda a los viejos, creo que debo incluirme al ser mayor de 65 años, aquí, en Occidente -y ya va siendo casi Occidente todo el mundo-, es aterrador. En el siglo pasado todavía estaban con los vivos. Ni siquiera se planteaba que hubiera que hacer algo con ellos. Se quedaban con los hijos, con los nietos. Hoy en día, aquí, eso se ha acabado. Los descendientes ya no se ocupan de sus ancestros. Los apartan de la familia, de la vida encerrándolos en residencias. «Estarán mejor allí», se dice. Y son recluidos en esos espacios inevitablemente, perderán la razón, porque para vivir en ese tipo de cuarteles es necesario perder la razón. Para no ver los muros. Para no ver la realidad que les imponen. No tienen más remedio que volverse invisibles y olvidarse de sí mismos entregándose a sus primeros recuerdos, que son más amables. Es una forma de matarlos sin que mueran enterrándolos aún vivos porque de alguna manera estorban, estorbamos. Algunos se resignan muy pronto a ese futuro que les espera. 
Datos del Instituto Nacional de Estadística del del Reyno del año del Señor de 2018  
 
459.- Premonitorio Zola: Escribía Emilio (o Émile, como se prefiere ahora) Zola en un suplemento literario de Le Figaro en 1888 sobre el periodismo de entonces algo que ha resultado actual porque no era accidentado o casual, sino premonitorio: “Mi única preocupación, ante el periodismo actual, es el estado de sobreexcitación nerviosa en el que mantiene a la nación (...). Hoy en día, fíjense en la importancia desmesurada que adquiere el más mínimo hecho. Cientos de periódicos lo publican simultáneamente, lo comentan, lo amplifican. Y durante una semana, a menudo, no se discute nada más; Cada mañana trae nuevos detalles, las columnas se llenan, cada periódico se esfuerza por aumentar su circulación satisfaciendo aún más la curiosidad de sus lectores. De ahí las continuas conmociones públicas, que se extienden de un extremo a otro del país. Cuando termina un asunto, comienza otro. Los periódicos no pueden vivir sin esta existencia temeraria. Si faltan temas emocionantes, los inventan. A la prensa le encanta la información ruidosa, sensacionalista e incluso "escandalosa". En una sociedad de consumo y entretenimiento masivo, producir "información" a diario, de forma continua, renovando el interés público cada día y cada minuto, requiere una redacción extremadamente simple y una puesta en escena dramática o caricaturesca. Los periódicos producen un torrente furioso de información en exceso… No se sabe si es el periódico el que despierta la curiosidad del público o el público el que exige la información indiscreta del periódico, inflamándose mutuamente. Además, escribe Zola no sin cierto sarcasmo:  siempre hay que tener fe en el futuro (D’ailleurs, il faut toujours avoir foi dans l’avenir), como si la cosa fuera a mejorar. 
 
Émile Zola, Édouard Manet (1868)
 
 460.- Nada que celebrar. Lo que pretende el gobierno progresista de las Españas de Dios con la celebración del cincuentenario de la muerte del dictador, es equiparar el fallecimiento u óbito -paso a mejor vida- de la persona del déspota, sátrapa o tirano con el de la dictadura, que era el nombre del régimen bajo el que ejerció su mandato el caudillo de España "por la gracia de Dios". No se debe identificar aquel régimen con la personalidad del dictador, ya que este no es su creador, sino su producto, y ese régimen es fundamentalmente el mismo que el que padecemos ahora bajo el nombre más amable y no menos engañoso de democracia. El régimen democrático no es sino el mismo régimen dictatorial progresado. Por eso celebra ahora la muerte del tirano para dar a entender que 'muerto el perro' se acabó la rabia, es decir, la dictadura, y eso, como cualquier siente, no es verdad. Sigue sin haber en España libertad: hay Estado y rey, y hay una constitución que quita lo que nos da. Unas palabras del poeta Antonio Gamoneda lo dicen muy bien: Cabe pensar que la democracia es la máscara sonriente del capitalismo mundial. Máscara y sonrisa. Es lo que hay
 
 

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Lo que le dice el Año Viejo al Año Nuevo (The End)

    Una viñeta del dibujante griego Arcás publicada hace ahora nueve años, que reflejaba lo que le decía el año 2016, que estaba a punto de finalizar, envejecido y canoso, medio calvo ya y barbudo, al inminente 2017, joven e imberbe todavía, y que es, en dos palabras: obsolescencia programada, es lo mismo, actualizado, no hace falta decirlo, que le dice ahora mismo el presente año del Señor 2025 al futuro 2026 que está esperando que le den el pistoletazo en la línea de salida: está previsto que tú, el año supuestamente nuevo,  dures trescientos sesenta y cinco días igual que yo, ya que ninguno de los dos somos bisiestos, y que las promesas de mejora en general que conllevas (felicidad, realización de todos nuestros más íntimos deseos y sueños de paz en la tierra, armonía, libertad, fraternidad y  demás zarandajas) se queden en agua de borrajas y caigan en desuso y el saco roto del olvido por la fuerza misma de la costumbre y el propio funcionamiento de la maquinaria que prevé que así sea y que se alimenta de esas mismas y falsas ilusiones de novedad,  de modo que, cuando uno está a punto de descubrir y denunciar el engaño del año en el que vivimos,  se abre paso una nueva institución temporal, que hará su aparición estelar en todos los calendarios y que es "el año nuevo" con idénticas y falsas promesas e ilusiones.  
 
 
 
    ¿Descubriremos alguna vez los humanos seres que el año viejo y el año nuevo, tú y yo, no somos sino el mismo año que gira como la tierra en torno al sol, la misma ave Fénix que muere incinerada y renace de sus propias cenizas? El dibujante griego lo reflejó muy bien en otra de sus viñetas en la que presenta la silueta incolora del espíritu de un fallecido que se halla en el cielo conversando con un Ángel del Señor, al que le pregunta qué es lo que pasa detrás de un biombo sobre el que cuelgan unas prendas de vestir y tras el que se ven unos pies humanos, y el Ángel le responde que el año se está cambiando, es decir, se está disfrazando para parecer otro, lo que nos recuerda a los hablantes castellanos el inveterado dicho idiomático de que es el mismo perro con distinto collar.  
 
 

Las viñetas y tiras cómicas de Arcás aparecieron por primera vez en los quioscos griegos a principios de los años 80. Su obra, desde entonces hasta la actualidad, ha ido creciendo considerablemente. Al mismo tiempo, su identidad personal y aspecto físico han sido y son un misterio hasta para sus propios lectores y editores griegos. Arcás ha preferido mantener el anonimato bajo la firme creencia de que a un artista debe conocérselo más por su obra que por su personalidad propia.   Su particular sentido del humor (casi negro), impregnado de un tono sarcástico, está presente en casi todas sus historietas. Sin embargo, lo que realmente explica su éxito es la universalidad de los temas que trata. En este sentido, puede decirse de él, sin exagerar, que es ya todo un clásico, porque su humor está fuera del tiempo. 

'La vida de después', además de ser una de los mejores y más celebradas historietas de Arcás es la más larga por ahora. Narra la vida de Arni, un hombre joven que ha muerto de repente de un infarto y que se encuentra de pronto en el paraíso conversando con un ángel sobre lo humano y lo divino. El Ángel del Señor le dice a Arni que no se deprima que morirse no es algo tan terrible, ya que le puede pasar a cualquiera. Cuando Arni le pregunta al Ángel qué opinión tiene sobre la incineración de los cadáveres humanos, este le responde que es un auténtico progreso porque en la Edad Media los quemaban vivos... Una muestra genial de su humor negro y sarcástico. 

 
The end, el fin de...

La gente quiere que llegue el finde, como se dice ahora, o el fin de semana, que se decía antes o también el güiquén con flagrante anglicismo,  llegar a fin de mes, celebrar el fin de año:

-que llegue el finde para descansar y desconectar de la rutina, libre de las cadenas del trabajo asalariado o de la educación preparatoria, que es la cara moderna de la antigua esclavitud abolida de la faz del mundo para seguir subsistiendo bajo nuevas formas;

-llegar a fin de mes, económicamente hablando, porque el dinero es aquello en que se convierte nuestra vida, time is money, money is time; llegar a fin de mes significa cobrar a mes vencido, obtener la recompensa económica  por nuestra prostitución, cobrar el estipendio que debería alcanzar hasta el próximo fin de mes y que sólo nos durará unos días, quizá unas semanas…

-celebrar el fin de año con burbujas espiritosas de champán para que parezca que damos carpetazo y hacemos borrón y cuenta nueva, dispuestos a que el año que comienza sea de verdad un año nuevo y no, lo que acabará inevitablemente siendo, una repetición de lo mismo de siempre.

Porque lo que en realidad queremos es el fin del tiempo que nos venden como futuro siempre: el fin de la semana, el fin del mes y el fin de todos los años que pretenden computar el paso del tiempo: feliz fin de semana, por lo pronto, y feliz fin de mes y de año todo junto. Esperando el porvenir, y el porvenir nunca llega.