sábado, 13 de septiembre de 2025

Pareceres LXXXIV

411.- Rebeldía conformista. La mayoría de los intelectuales contemporáneos denuncian la sociedad actual sin dejar de ser pese a ello sus habitantes más acomodados, críticos de salón y de suplemento cultural semanal del periódico de noticias: filósofos, politólogos y críticos literarios que demuelen el capitalismo desde la comodidad de sus cátedras universitarias, directores de cine, figuras de la farándula y artistas en general que condenan el consumismo feroz mientras promocionan sus obras en el mercado de la cultura y el arte contemporáneos. Esto es tan así que podría afirmarse sin mayor escándalo que hoy día la crítica radical del sistema es una de las formas más refinadas del conformismo intelectual y de adhesión al propio sistema criticado. Denunciar el tinglado se ha convertido en válvula de escape y parte no poco importante del propio sistema. La rebeldía del anticonformismo ha cristalizado en meras fórmulas estéticas, en marcas personales como puede ser la de Banksy, que sin embargo da casi siempre en el clavo con su crítica acerada. El intelectual contestatario es una figura del mercado tanto como el hombre de negocios, porque la sociedad actual ha desarrollado una extraordinaria capacidad de asimilación y neutralización de sus propias contradicciones, transformándolas en mercachiflería cultural. Como un organismo que ha generado sus propios anticuerpos, la modernez no solo ha aprendido a convivir con sus críticos más radicales, sino que, además, se alimenta de ellos. 

412.- Vivir deprisa. - ¡Cuánta sabiduría de la buena destila el consejo de vivir sin prisa! ¡Cuánta verdad rezuma! Hay que saber gozar las cosas repartiéndolas. A muchos, razona Gracián, les sobra la vida y se les acaba la felicidad enseguida. Malogran los contentos, que no los gozan, y querrían después volver atrás, cuando se hallan tan adelante. Postillones del vivir, que a más del común correr del tiempo, añaden ellos su atropellamiento atolondrado. Querrían devorar en un día lo que apenas podrán digerir en toda la vida. Viven adelantados en las felicidades, se comen los años por venir y, como van con tanta prisa, cagaprisas que son, acaban pronto con todo. Son más los días que las dichas, hay que repartir estas de manera que en todo momento tengamos alguna. Por eso hay que obrar, en el gozar, con mucho de espacio, despacito, sin prisa, para que nos duren los contentos, para que no se nos acaben tan pronto los amores. No hagamos caso de los cantos de sirenas que nos invitan a vivir de prisa y a dejar un cadáver bonito tirado en la cuneta de una carretera.


413.- Adiós a las cartas. Dinamarca dirá adiós a las cartas escritas en papel, a los sobres y a los sellos a partir del 31 de diciembre del año del Señor de 2025. El servicio postal de Correos danés, después de cuatro siglos de funcionamiento, dejará de repartir cartas. A partir del año que viene solo entregará paquetes postales, convirtiéndose en un servicio de paquetería como tantos otros de sobra conocidos. Desaparecerán también los míticos buzones rojos, símbolo del correo tradicional. El cartero de mi pueblo, aquí entre nosotros, no pasa todos los días, sino una vez cada dos semanas, y lo que trae no son cartas precisamente, sino impresos de publicidad comercial, alguna multa de tráfico y propaganda electoral. Han desaparecido las cartas que la gente leía, las de los familiares y amigos, las del novio y la novia, las del hijo que estudia y trabaja en el extranjero, todo un género literario epistolar escrito de puño y letra, cartas a menudo con faltas de ortografía, pero llenas de sentimiento y autenticidad. El correo electrónico ha acabado con las cartas tradicionales y las tarjetas postales: ahora te mandan un guasap y un selfi con un monumento detrás que te espeta: aquí estoy yo. Dicen que es ecológico que desaparezca el papel, para que no se talen tantos árboles. A fin de cuentas todos tenemos ya un buzón electrónico muy 'ecológico' encima: el móvil que nos inmoviliza.

 

 414.- Hechos los deberes. Desde que tenemos, por primera vez en nuestra reciente historia, un gobierno de coalición progresista, el más progresista desde que hay registros, resulta que España ha triplicado el gasto militar según la OTAN, que se felicita de que nuestro país haya alcanzado ya en defensa -es un eufemismo, en realidad en preparación para la guerra- el 2% de su Producto Interior Bruto, que era el objetivo que la Alianza Atlántica había fijado que alcanzaran durante el presente año todos sus miembros. Desde el año 2018 en que el Partido ¿Socialista? ¿Obrero? Español gobierna en las Españas se ha triplicado el dinero destinado al ejército. El grueso de este gasto se ha concentrado en este año y el pasado, un proceso que comenzó a acelerarse tras la invasión rusa de Ucrania, una guerra que todavía perdura. Desde el gobierno se ha dicho que no van a superar ese 2% del PIB, pero la noticia es que ya se ha pasado del 0.92 % anterior al 2% actual, que es una barbaridad, cuando no hay monises para los afectados por las inundaciones y los incendios producidos por el cambio climático, el volcán de La Palma, donde siguen viviendo en barracones, los enfermos de ELA y un larguísimo etcétera. La Alianza se muestra satisfecha de que España haya hecho sus deberes. El Gobierno, por su parte, ha recibido la noticia con alborozo por el esfuerzo importantísimo que “demuestra una vez más que estamos comprometidos con la paz, con nuestros socios europeos y con la Alianza Atlántica”, según nuestra Ministra de la Guerra, satisfecha de que España aporte efectivos -hombres y mujeres, antes se decía 'carne de cañón',- a las misiones de paz de la OTAN y cumpla con sus compromisos adquiridos.

 

415. - Pensar no es tener ideas. Pensar es no tener ideas. O mejor dicho: pensar es liberarse de las ideas que uno tiene, es decir, de las ideas recibidas y asimiladas que lo tienen a uno, porque nosotros no las tenemos a ellas, son ellas, inculcadas, las que nos poseen a nosotros. Pensar es desembarazarse de ideas. De ahí la importancia vital de aprender a pensar, a liberarse de las ideas, a desaprender, cosa que no es fácil porque el arte de la incrustación  utiliza muchos procedimientos: la reiteración constante de mensajes falsos o semiverdaderos hasta que, a fuerza de tanta repetición, parezcan verdades dogmáticas como puños que nadie osa cuestionar; el cambiazo habitual sel significado de las palabras, haciendo que lleguen incluso a significar lo contrario: a una guerra se la denomina pacificación y a los ejércitos tropas de paz, por ejemplo. Es fundamental para ello crear enemigos invisibles como un virus, una emergencia climática, una amenaza de invasión militar... Estos enemigos, bien establecidos en el inconsciente colectivo, sirven para declararles la guerra y justificar la ejecución de medidas draconianas. Se inculcan ideas recurriendo a lo emocional y evitando lo racional para lo que se utilizan imágenes impactantes -a veces, cada vez más, manipuladas- y se corean expresiones igualmente impactantes que se convierten en consignas que acentúan el miedo o el sentimiento de culpabilidad: salva el planeta, quédate en casa, no salgas, no des la mano, di hola... Ocultan y censuran si es preciso la contrainformación que pueda poner en duda su agenda, inundando al mismo tiempo el espacio público de ruido mediático para que no tengamos ocasión de reflexionar. No quieren que pensemos y nos desembaracemos de las ideas inculcadas, porque lo que pretenden es que obedezcamos.

 

viernes, 12 de septiembre de 2025

Escueta mensajería política

Manda el que tiene dinero y es buen pagador (si paga, pacifica; en el sentido etimológico del término), porque aceptamos que dependa del vil metal sobrevivir.
 
 El empresario dijo a sus subordinados declarados en huelga que, si no aceptaban el convenio colectivo propuesto, cerraba y llevaba a otra parte el chiringuito.
 
Un filósofo declara que hacerse selfis es narcisismo, y que Narciso, de existir la reencarnación, querría reencarnarse en sí mismo y no en otra cosa ni persona.
 
El presidente de los Estados Unidos denomina al emblemático Pentágono “Departamento de Guerra”, llamando a las cosas, al pan pan y al vino vino, por su nombre.
  
  Se acaban para la inmensa mayoría las vacaciones pagadas, ese invento del gobierno imprescindible para que los trabajadores rindan más y mejor en su trabajo.
 
"¡Qué asco de veraneantes!", exclamó la turista desde la isla elegida como destino vacacional; y “¡qué asco de turistas!” exclamaron, por su parte, los primeros.
 
 Al cambio climático lo llaman 'emergencia' y dicen que mata, como también mataba la crisis o emergencia sanitaria organizada por un inofensivo virus asesino.
 
Dice el gobierno que España es la vanguardia de la industria verde, adjetivo con el que quieren decir ecológica y natural, como si no fuera un contrasentido.
   
 La tecnología, igual que el gobierno, crea problemas que solo puede resolver ella misma: el primero: cómo vivir sin ella: a saber, como siempre, sin tecnología.
 
El cambio climático, cacarean nuestras autoridades, es una evidencia científica ascendida a artículo de fe sin ningún género de duda, que no admite discusión.

  La rimbombante denominación de Ministerio para la Transición Ecológica oculta lo que hay por debajo del nombre: la transacción económica, su esencia verdadera. 
 
Si tenemos al zorro astuto dentro del corral, la amenaza del lobo oportunista y nocturno devorador de gallinas debería ser la menor de nuestras preocupaciones. 

jueves, 11 de septiembre de 2025

Once de septiembre

¿Qué pasó el 11 de septiembre de 2001, hace justamente 24 años? Quedó patente que la televisión era el arma más poderosa de distracción y de destrucción masiva. 
 

 La fotografía de Thomas Hoepker supo captar el instante fugitivo y mostrarnos otro ángulo de la realidad: unos amigos charlan plácidamente un tanto indiferentes al espectáculo del fondo de la humareda provocada por la destrucción de los dos rascacielos iguales de Manjatan (torres más altas han caído).
 
No pasó nada más que eso, nada más y nada menos.

miércoles, 10 de septiembre de 2025

Regio

-¿Qué quiere decir "regio"?

-"Regio" quiere decir  propio de un rey o de la realeza y digno de ocupar el trono de un rey.

-Y ¿qué iba a hacer el monarca de las Españas, por ejemplo, si todos los españoles nos volvemos regios de la noche a la mañana y aspiramos a ocupar su trono? 

-Pues don Felipe VI, hijo de don Juan Carlos I, rey de las Españas por la gracia de Franco, quien, como dejó dicho a la posteridad, lo dejó todo "atado y bien atado", que abdique y levante sus posaderas del regio trono.  Que se jubile, como su padre el emérito, para que todos y cada uno de nosotros, los legítimos herederos, podamos asentar nuestras posaderas tan reales como las suyas sobre el trono que usurpa su trasero.

-Cada español debería ser un rey y cada española una reina. Y no debería haber una sola corona como ahora, sino muchos miles y millones de ellas, tantas como reyes y reinas, príncipes y principesas de la república popular y desmandada de las Españas diciendo a voz en grito: ¡No a la monarquía constitucional! 

 Música barroca regia, Sinfonía a 4 de G. A. Brescianello. 

-Me gustaría hacerme eco aquí de unos versos de carácter popular transmitidos por un poeta tan sensible a la voz de la gente como fue Federico García Lorca.  Se trata de una cuarteta con rima asonantada en los versos pares, llamada “tirana”, de transmisión oral. Esta copla expresa mejor que nadie, es decir, mejor que la voz de ningún individuo personal, el sentir popular, lo que por ser del común “non es de ningún”, la voz del pueblo. Así reza la copla: Si tu madre quiere un rey, la baraja tiene cuatro: rey de oros, rey de copas, rey de espadas, rey de bastos.

-Es una copla regia.

-Sí, expresa muy bien lo que quiere el pueblo, que no sabe lo que quiere, pero sí lo que no quiere. El pueblo no quiere más reyes que los cuatro de la baraja, rechazando así cualquier imposición monárquica que constriña su soberanía, rebelándose contra el gobierno de uno solo, sea el rey, sea el presidente de la república, sea el alcalde o el representante democrático de la voluntad popular de turno; en suma, contra cualquier pretensión autoritaria, y rechaza, por lo tanto, el gobierno de un individuo sobre sí mismo y sobre los demás, que eso es lo que significa la voz griega “monarquía”, porque los individuos, como muy bien sabe todo el mundo, no existen, son, como el átomo, una invención o falsificación científica necesaria de la religión de la Ciencia para justificar la realidad y la existencia de las masas, que esas sí que existen y mucho.

martes, 9 de septiembre de 2025

Casida por la pérdida de Sevilla

    Debemos a don Juan Valera (1824-1905), el autor de Pepita Jiménez, algunas notables traducciones de lord Byron y del alemán Goethe, así como la deliciosa novela griega de Longo “Dafnis y Cloe”, lo que demuestra su conocimiento de las lenguas inglesa, alemana y griega clásica, así como de la latina, de la que nos tradujo los versos del Peruigilium Veneris: Cras amet qui numquam amauit / quique amauit, cras amet... Ame mañana el amador; mañana / ame quien nunca amores ha tenido...

    Voy a centrarme, sin embargo, en la traducción en verso castellano que hizo del poeta andalusí Abu al Baqa Salah al Rondi, más conocido entre nosotros como Abulbeca de Ronda, que escribió en árabe una casida con motivo de la caída de las ciudades de Córdoba y Sevilla en poder del ejército invasor del rey Fernando III de Castilla en 1248, en la que lamentaba la pérdida de Al-Ándalus. 


    La elegía del poeta rondeño fue vertida al castellano por Valera utilizando la copla castellana de pie quebrado que combina dos octosílabos y un tetrasílabo, con rimas 8a8b4c 8a8b4c, cuya lectura nos estremece por la reminiscencia elegíaca manriqueña a la muerte de su padre y su lamento por la brevedad y fugacidad que es caducidad de la vida y la renovación de la eterna pregunta: ubi sunt? He aquí un fragmento en versión original árabe:
لـكل شـيءٍ إذا مـا تـم نقصانُ فـلا يُـغرُّ بـطيب العيش إنسانُ
هـي الأمـورُ كـما شاهدتها دُولٌ مَـن سَـرَّهُ زَمـنٌ ساءَتهُ أزمانُ 


Saqqaf le entrega las llaves de Sevilla a Fernando III (Francisco Pacheco, s. XVII).


"Cuanto sube hasta la cima / desciende pronto abatido / al profundo. / ¡Ay de aquél que en algo estima / el bien caduco y mentido / de este mundo! / En todo terreno ser / sólo permanece y dura /el mudar. / Lo que hoy es dicha o placer / será mañana amargura / y pesar...." 

Es una traducción magistral porque no sólo reproduce el contenido de la elegía de Abulbeca de Ronda en castellano, sino que le infunde música, ritmo y rima, que son esenciales a la poesía, ofreciéndonos algo que no podría lograr nunca un engendro de traductor automático como el de Gúguel con Inteligencia Artificial, si es posible que haya inteligencia de esa índole, porque el lenguaje humano, sobre todo el literario y poético, no es sólo contenido, sino básicamente música, y los traductores automáticos no pueden trasladar un texto poético porque carecen de la sensibilidad necesaria y del arte combinatoria como para hacerlo en verso. Y que conste que don Juan Valera no tenía ni idea de la lengua arábiga, se basó en la traducción directa que hizo del árabe al alemán Adolf Friedrich von Schack, trasladando la versión alemana al castellano, pero poco importa. 

lunes, 8 de septiembre de 2025

Ciudadanos del mundo

Existen de once a quince millones de personas en el mundo que no son reconocidas por ningún país como ciudadanos: son apátridas. Pero también existen, o mejor aún, hay millones de ciudadanos que no reconocen su ciudadanía, que no consideran a ningún país realmente existente como su (tierra) patria, que, como se ve enseguida, no es más que un adjetivo sustantivado, porque no son nacionalistas, o si lo son de algún modo, su nacionalismo es de una intensidad tan ínfima que no tienen ni himno ni bandera ni nación ni gobierno que los gobierne y que reconozcan como legítimo representante. Sí tienen una lengua, pero no se pueden equiparar nación y lengua, aunque los nacionalistas se apoyen en la existencia de una lengua propia para justificar su nacionalidad y su nación.  Las lenguas no son propiedad de nadie: hay naciones que tienen más de una lengua, y hay lenguas que no tienen ninguna nacionalidad.
 
Los apátridas son como Diógenes el Cínico, o sea el Perro, quien cuándo fue preguntado por su nacionalidad pues había sido condenado al exilio, él, que condenó a sus jueces a quedarse, respondió creando una palabra nueva en griego antiguo, que era su lengua, que hemos heredado y que ha sido devaluada considerablemente: “cosmopolita”, o sea, ciudadano del mundo, es decir, ciudadano de ningún país realmente existente, que eso y no otra cosa quería decir el término en su origen.
 
 
  
Cicerón en sus Conversaciones en Túsculo le atribuye sin mucho fundamento una respuesta similar a Sócrates:  Sócrates ciertamente al pedírsele que dijera de qué ciudad era contestó "mundial"; pues se consideraba habitante y ciudadano del mundo entero. "Mundanus" es la versión latina de cosmopolita, origen de nuestro adjetivo mundano que la docta Academia define en primer lugar como "perteneciente o relativo al mundo (sociedad humana)", pero en segundo término dicho de una persona tiene la acepción de  "inclinada a los placeres y frivolidades de la vida social" y referido en concreto a una mujer es sinónimo de prostituta.
 
La apatridia en los países europeos con altas tasas de inmigración es habitual en el caso de los inmigrantes ilegales que se niegan a revelar de qué país provienen cuando se lo preguntan en los interrogatorios policiales para ficharlos. Así, al no saber cuál es su procedencia, las autoridades locales no pueden establecer a dónde deben deportarlos o expatriarlos. Estos inmigrantes ingresan en el circuito de la ilegalidad. 
 

Extranjeros, todos somos extranjeros. O lo que es lo mismo: ninguno de nosotros debe serlo en ningún lugar de este mundo. Porque los problemas no los crean los extranjeros, sino la existencia de las fronteras y los países. En un mundo donde, teóricamente, las fronteras tienden a desaparecer, una persona sin una nacionalidad es, paradójicamente, un ente sin derechos. Los apátridas son un colectivo invisible, y no son un problema en tanto que no son considerados como tal en el imaginario social, lo que es lo mismo que decir directamente que no existen. 
 
No existirán, admitámoslo, aunque, como en el caso de las meigas, haberlas haylas. Y hay muchos más que sin ser apátridas renunciamos gustosos a la nacionalidad que nos ha caído encima porque nuestro patriotismo consiste en odiar todas y cada una de las patrias. 
 
 Pasaporte Apátrida, Emmanuel Gimeno (2019)
 
 Papeles para todos. O lo que es lo mismo: papeles para nadie: que no haya papeles ni fronteras, ni Estados ni Cristo que los fundó, que es lo peor que hay. Estamos contra las patrias, las grandes y las chicas. Pero si hay que elegir nos quedamos con las chicas, las que son tan chicas que ni siquiera existen ni salen en los mapas; o con las grandes, tan grandes que no caben en el mundo porque se extienden más allá de este ridículo planeta donde nos empeñamos en decir que hay vida y, en el colmo de los colmos, que hay inteligencia, que ha de ser a la fuerza artificial, porque la natural brilla por su ausencia.

domingo, 7 de septiembre de 2025

Videovigilancia chinesca

    China es la envidia de todos los Estados, el Estado perfecto que todo lo ve: posee la mayor red de videovigilancia del mundo y la más sofisticada. Caminas por una calle en una ciudad china y una, dos, tres cámaras de vigilancia en apenas unos pasos ya te han retratado e inmortalizado. Minutos después la policía podrá saber prácticamente todo de ti. 
 
    Actualmente hay setecientos millones de cámaras de circuito cerrado desplegadas por todo el Imperio Celestial para vigilar a sus mil cuatrocientos millones de habitantes, a razón de una cámara para cada dos chinos. Muchas de esas cámaras están equipadas con inteligencia artificial. Algunas pueden reconocer rostros, otras pueden descifrar la edad, la etnia y el sexo de las personas. Pueden reconocer a una persona hasta por su forma de andar. Equipadas como están en su mayoría con reconocimiento facial pueden identificar a cualquier súbdito, incluso si lleva mascarilla. Eso implica que las autoridades pueden emparejar la imagen que toman de un transeúnte con la foto del documento de identidad y acceder a toda su información, así como a rastrear sus movimientos. 
 
 
 Cámaras chinas vigilantes
 
    Cuando el sistema reconoce un rostro marcado como sospechoso, se envía una alerta a una sala de control e, inmediatamente después, a la policía del Imperio. Según las autoridades chinas, este impresionante sistema de videovigilancia sirve no solo para perseguir el crimen que se ha cometido, sino también para predecirlo y evitarlo. Las autoridades, para tranquilizar a la población ante el inusitado despliegue de cámaras videovigilantes, dicen que los ciudadanos que no tienen nada que esconder o que no han hecho nada malo, "no tienen nada de qué preocuparse". Solo se usa la ingente información disponible cuando es necesaria, permaneciendo siempre en la enorme base de datos, pero lo cierto es que las cámaras son ojos invisibles que siempre te siguen, violando tu intimidad, sin importar lo que hagas.
 
    El sistema masivo de recopilación de datos de la policía china es una flagrante violación de la privacidad que apunta a seguir y predecir las actividades de los disidentes. Lo que es una realidad es que la red de videovigilancia crece como la mala hierba en China. Estas cámaras no sirven solo como vigilancia post-crimen, sino que todas están conectadas a un mismo sistema, llamado Skynet, sí, como en la película de ficción científica Terminator (1984) hecha realidad, cuyo objetivo es tener una vigilancia total en tiempo real. El Gobierno del Imperio Celeste utiliza Skynet para registrar todas las interacciones de sus súbditos otorgando a cada uno un carné con puntuación por su buen comportamiento, que será determinante a la hora de acceder a determinadas prestaciones.
 
Reconocimiento facial, viñeta de Riki Blanco (2025)
 
    La inteligencia artificial policial analiza la conducta de las personas: si alguien se queda mucho tiempo parado en la calle, si entra en una zona sensible, si se cruza con alguien vigilado se genera enseguida una alerta automática. En China uno se sabe y se siente  constantemente controlado, aunque, por otra parte, se ve mucha menos policía callejera que en otros países, pero no nos engañemos: la policía no son solo los agentes uniformados de carne y hueso, sino este sistema orgüeliano que está concentrado en una centralita que todo lo controla, o eso pretende por lo menos. 
 
    Lo que sucede en China parece una premonición de lo que puede llegar a Europa si no está llegando o ha llegado ya y todavía no nos hemos enterado. Esta vigilancia indiscriminada les parece a algunos impensable en el viejo continente donde tenemos, dicen los más ingenuos, una carta de derechos fundamentales y una legislación que ampara mucho al individuo y protege lass supuestas libertades personales. Londres, entre nosotros, por ejemplo, es la capital de la videovigilancia masiva. Es la pesadilla orgüeliana del Gran Hermano, el Estado es el ojo panóptico de Dios. 
Escaneo facial con número asociado.  

sábado, 6 de septiembre de 2025

Fulgurante ascensión al trono y descenso a los infiernos del probo emperador Probo

Hombre ilustre por su gloria militar (uir inlustris gloria militari, a decir de Eutropio en su Breviario de la historia de Roma, libro IX, 17), Marco Aurelio Probo accedió como emperador al gobierno del Estado (ad aministrationem rei publicae accessit) proclamado clamorosamente por sus tropas en el año 276 hasta su asesinato pocos años después en 282 a manos de sus propios soldados. Eutropio nos da de él una información aparentemente contradictoria: Este, después de haber llevado a cabo innumerables guerras, dijo una vez lograda la paz que en poco tiempo los soldados no serían necesarios (hic cum bella innumera gessisset, pace parata dixit breui milites necessarios non futuros).

Si consultamos la Historia Augusta para recabar algún dato más, hallamos un auténtico panegírico: el amor de los soldados hacia este probo emperador fue siempre enorme (amor militum erga Probum ingens semper fuit). Leemos también que, como confesó en una carta a Capitón,  prefecto o comandante de la Guardia Pretoriana, nunca deseó el imperio,  y que lo aceptó muy a su pesar (imperium numquam optaui et inuitus accepi), y, acto seguido, que no puede, sin embargo, desembarazarse de una carga tan onerosa y aborrecida: deponere mihi rem inuidiosissimam non licet.

 
Cuando estaba preparando la campaña contra los persas, lo mataron a traición sus propios fieles en la Iliria, antigua Yugoslavia (a militibus suis per insidias interemptus est). Sobre las causas de su asesinato nos dice el autor de la Historia Augusta que nunca soportó ver a un soldado ocioso y que solía decirles que tenían que ganarse su sustento haciendo siempre algo, por lo que en tiempos de paz, y para evitar revueltas, empleaba al ejército en trabajos útiles a la comunidad, como plantar viñedos o realizar obras públicas, lo que le granjeó bastante animadversión entre la clase de tropa.  Asimismo parece que a la soldadesca no le gustó nada su sentencia de que si hacía a la república -así se llamaba todavía al Imperio para disimular su esencia-  tan feliz como esperaba,  muy pronto no serían de ninguna utilidad ni necesarios los soldados (breui milites necessarios non futuros).

Se pregunta el biógrafo de Probo por el sentido de estas palabras en el ánimo del emperador que había sometido a las naciones bárbaras y que había hecho a los romanos señores de todo el mundo entonces conocido: ya no habrá ejército romano (Romanus iam miles erit nullus). Y añade: El mundo entero no fabricará armas (orbis terrarum non arma fabricabitur), no suministrará provisión de víveres a las tropas (non annonam praebebit), porque ya no habrá tropas a las que mantener; los bueyes, reservados para la agricultura, solo acarrearán la reja del arado para la labranza (boues habebuntur aratro),  y la imagen más bella de todas, el caballo nacerá para la paz (equus nascetur ad pacem) y no para ser montura de un soldado, por lo que no conocerá los combates, desapareciendo la orden de caballería de la faz de la tierra, no habrá ninguna guerra más (nulla erunt bella), no habrá tampoco prisioneros ni cautiverio (nulla captiuitas), lo que supondría no sólo la desaparición de todas las mazmorras, sino también de la propia esclavitud, ya que los esclavos eran en origen prisioneros de guerra adquiridos sub hasta; por todas partes reinará la paz (ubique pax), y por todas partes la ley de Roma y su justicia.

 
Probo es asesinado por sus propias tropas: amores que matan.

Se pregunta el biógrafo del emperador (con un periodo hipotético irreal de pasado): ¿Qué felicidad no hubiese resplandecido, si bajo aquel príncipe no hubiera habido soldados? (quae deinde felicitas emicuisset, si sub illo principe milites non fuissent?) Y la respuesta no podía ser otra que la felicidad de la Edad o Siglo de Oro  (aureum profecto saeculum promittebat), tal como la habían cantado los poetas, como por ejemplo Ovidio.

Ya no se verían más campamentos militares ni cuarteles, no se escucharía el clarín, esa trompeta que llama a todas las batallas,  en ningún lugar del mundo ni en ningún momento, ni se fabricarían armas (nulla futura erant castra, nusquam lituus audiendus, arma non erant fabricanda). Ese pueblo de combatientes, hijos del sangriento dios Marte, que ahora perturbaba la República con guerras civiles, cultivaría la tierra, se dedicaría a sus aficiones, se consagraría a las artes, navegaría. Y añade en fin que nadie perecería en combate (populus iste militantium, qui nunc bellis ciuilibus rem publicam uexat, araret, studiis incumberet, erudiretur artibus, nauigaret. adde quod nullus occideretur in bello).

En este punto, el biógrafo interpela a los dioses: ¿Tanto, oh dioses del cielo, os ofendió la República romana que le arrebatasteis a tal príncipe? di boni, quid tantum uos offendit Romana res publica, cui talem principem sustulistis?

Los mismos soldados que le habían profesado tanto amor -¡hay amores que matan!-, descontentos con las exigencias del emperador y con sus proclamas sobre la no necesidad de los ejércitos, lo asesinaron y, arrepentidos, grabaron después esta inscripción en una lápida de mármol: Aquí yace el emperador Probo, verdaderamente digno de su nombre (dado que probo es sinónimo de bueno, como ímprobo lo es de malo), vencedor de todas las naciones bárbaras y vencedor también de los tiranos. HIC PROBVS IMPERATOR ET VERE PROBVS SITVS EST, VICTOR OMNIVM GENTIVM BARBARARVM, VICTOR ETIAM TYRANNORVM.


viernes, 5 de septiembre de 2025

Zona de Bajas Emisiones (IV)

La nueva jubilación 'reversible' premia que los eméritos vuelvan a trabajar a jornada parcial cobrando entre un diez y un veinte por ciento más de prestación.
 
Los automóviles atropellan –lo primero de todo al peatón que llevan al volante convirtiéndolo en su chófer, y lo segundo a todos los demás que puedan arrollar.
 
 Orgasmos con la bendición del preservativo papal. -Su Santidad lo llama preservativo y profiláctico, que es más culto que decir condón, mucho más barriobajero.
 
Si vienes a exterminarnos, le dice un niño a un marciano extraterrestre con aviesas intenciones, no hace falta: ya tenemos la Organización Mundial de la Salud.
 
 

 El eufemismo “centro de menores” es en verdad el antiguo reformatorio que reeduca y sacrifica al niño para hacerlo ingresar en el futuro "centro de mayores".
 
  Se estima que más de la mitad de los fármacos son meros placebos en el mejor de los casos, si no son nocebos, habida cuenta de sus efectos adversos secundarios. 
 
Los algoritmos, lejos de ser imparciales, son una herramienta al servicio del poder político y económico que decide lo que debemos ver, creer y hasta pensar.
 
Los algoritmos configuran nuestra idiosincrasia, conocen nuestros gustos personales mejor que nosotros mismos y eliminan los encuentros inesperados y fortuitos.
 
 
 
 Registro una rogativa oral a la Virgen para pedir la lluvia y cae la mayor tromba de agua de este verano, que inunda calles y garajes de la ciudad de Santander:
 
 “Danos el agua, Virgen bendita, que en nuestros campos se necesita; y en nuestra mesa tendremos pan y muchas flores para tu altar” (Rogativa contra la sequía).
 
  Colesterol, menopausia, y osteoporosis, por poner tres ejemplos, no son enfermedades reales, sino inventadas, que 'enferman' y ponen a la gente en tratamiento.
 
 “Tierra quemada”, la vieja táctica militar consistente en arrasar los campos, destruir cosechas y arruinar la vida rural para que la gente huya de los pueblos.
 
 La AEMET lanza la alerta roja de lluvia intensa en Cantabria cuando la tromba de agua ya había caído: Esté preparado, tome precauciones: a toro pasado toreamos. 
 
   Si alguna vez la industria farmacéutica creó medicamentos para combatir las enfermedades, eso ya no sucede: hoy crea enfermedades para promocionar medicamentos. 
 
  Han inventado el futuro para poder huir hacia él, hacia delante, tratando de resolver los problemas irresolubles: ese ha sido su juego de escapatoria favorito.
 
 Todos, quien más quien menos, aunque no estemos enfermos, somos pacientes consumidores de fármacos que se convierten en éxitos de venta y superproducciones. 
 
Dada la mala calidad aérea, las autoridades aconsejan, velando por nuestra salud, reducir la actividad física intensa en la calle y desempolvar las mascarillas. 
 
¿Hemos olvidado que el sentido común requiere poner en tela de juicio y en duda todas nuestras certezas y desembarazarnos de las ideas y verdades prefabricadas?

jueves, 4 de septiembre de 2025

Unos versos sáficos

Un papiro nos devolvió en 2004 estos versos griegos de la poetisa Safó oriunda de la isla de Lesbo y, por lo tanto, lesbia y lesbiana avant la lettre. La palabra “lesbiana”, por cierto, es un galicismo. El gentilicio castellano propio sería "lesbia", como el pseudónimo que utilizó Catulo para su amada Clodia. Lesbiana, según la docta Academia, es la mujer que ama a otras mujeres, y aparece encabezando el nombre del colectivo LGTBI.  

La poetisa escribió poemas de amor a otras mujeres sin que eso supusiera un encasillamiento previo bajo ninguna etiqueta de "homosexualidad" aún, en el siglo VIII antes de nuestra era, en un mundo sobre el que todavía no se proyectaba la sombra de la cruz de Cristo. Escribió en dialecto griego eolio, y fue considerada por los antiguos la décima Musa.

La poetisa Safó,  Charles Mengin (1877)

    En estos versos recientemente descubiertos la autora confiesa que envejece y que no puede hacer nada para evitarlo, y después de constatar que su pelo está encaneciéndose y sus rodillas flaqueándole, nos trae a la memoria el mito de la Aurora que se enamoró del joven Titono. Sin embargo ella, la Aurora de dedos rosicler,  que era inmortal, como comprobamos todos los días al amanecer, descubrió una mañana que su joven enamorado había envejecido, como la propia poetisa. Y es que el tiempo nos vuelve viejos. Sin embargo, no deberíamos negarnos a envejecer: el otoño es bello, la vejez también puede serlo, sobre todo cuando sigue brillando en ella la chispa de la juventud.


Tras frutos hermosos de las Musas de floridos senos
id, niñas, vosotras, y melódica la dulce lira.

Que ya me robó vejez el cuerpo a mí que en otro tiempo
fue tierno, y se me han canosos vuelto los cabellos negros.

Y duro se me hace el corazón, ni me sostienen piernas
que otrora ligeras al bailar como las corzas eran.

Mil veces por eso me lamento; pero ¿qué iba a hacerle?
No puede dejar de envejecer el que se sepa humano.

También se contaba de Titono que rosada Aurora
raptándolo fue por sus amores hasta el fin del mundo,

tan bello y tan joven, pero a él lo sorprendió canosa
también a su tiempo la vejez, siendo inmortal su esposa.


    Otra muestra de la poesía de Safó, el himno a Afrodita. Está compuesto en estrofas sáficas, llamadas así en su honor, que constan de tres (o cuatro como prefieren otros) versos: tres hendecasílabos llamados sáficos y un pentasílabo como remate del tercero de la copla que se denomina adonio. Safó suplica del amor a la diosa su ayuda para conseguir el favor de su amada.

Afrodita, diosa de trono alegre,
hija zalamera de Zeus, te ruego:
no atormentes más con dolores ni ansias
mi alma, señora,

sino ven aquí, si mi voz de lejos
otra vez oíste y me la escuchaste
y dejando atrás la paterna casa
de oro viniste,

tras uncir tu carro: gorriones lindos
a la negra tierra tiraban prestos
con sus fuertes alas batiendo el aire
desde los cielos.

Y llegaron pronto, y oh tú bendita,
con divino rostro me sonreías
preguntando qué me pasaba, a qué otra
vez te llamaba,

y qué más quería que a mí me pase,
alocada, en mi alma: “¿A quién deseas
que te ponga amor en tus brazos? ¿Quién, Sa-
fó, te tortura?

Si ella te huye, ya correrá en tu busca,
y si los rechaza, te hará regalos ,
si no te ama, ya te amará muy pronto,
aunque no quiera”.

Ven también ahora, y de dura pena
líbrame tú, y cuanto desea mi alma
conseguir concédemelo, y tú misma
sé mi aliada.


Elefthería Arvanitaki canta con su espléndida voz un poema de Safó. El vídeo está hecho, además,  con cuadros sugerentes de J. W. Waterhouse. Disfrutadlo.